Discord
Chapter 23: Baile de primavera
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Por fin terminé, me fue difícil tratar este asunto, sobre todo porque como ya explique anteriormente, el Shiping CxD tiene tres retos fundamentales, aquí trataré de afrontar el segundo. Así que espero que lo disfruten.
Aunque aquellos momentos no eran precisamente los más cómodos, no cabía duda que eran, en cierta forma, placenteros; pues cierto Draconequus, empezaba a ponerse algo inquieto con la espera que estaba realizando escaleras abajo, en el salón donde se realizaría el baile de primavera. Curioso nombre por cierto, ya que pocos eran los que se animaban a dar algunos pasos en la pista y más curioso sería que aquella velada, por diversas razones; entre estas pocas parejas, él tendría que bailar con Celestia, el solo hecho de saberlo hacía que se sintiera algo apenado, nervioso e incluso con cierto temor; pero eso sí, sonreía al recordarlo.
Celestia por su parte, seguramente estaba terminando de darse los últimos arreglos y de no ser eso, estaba dando en persona los toques finales para aquella noche. Su sentido del orden resultaba ser tan aburrido, que Discord simplemente no quería estar cerca, cuando ella comenzaba a dar sus discursos sobre como todo puede ser mejor si… Era el señor del caos, había muchas cosas que no iban con su naturaleza y dejar de hacer caos era precisamente uno de ellas.
Las cavilaciones del señor del caos se vieron apagadas, cuando la mismísima princesa Celestia bajaba por las escaleras, llevaba un vestido simple; pero elegante, algo que a Discord le gusto desde luego y más porque cuando pasó por el cuarto escalón, un pequeño balde de pintura verde se vació sobre ella, quien frunció el ceño por la sorpresa pues ni siquiera ella se lo esperaba.
Antes de siquiera poder decir o tratar de revertir la situación, un chasquido hizo desaparecer todo rastro del incidente que se había producido intencionalmente.
- Disculpa, es que no lo pude contener.
La princesa se limitó a calmarse, en vista de que los modales del señor del caos habían "mejorado", sin embargo, nada le impedía devolver la ofensa, después de todo, se había dicho a sí misma que la mejor manera de lograr que actúe de esa forma era dándole su propia medicina, por lo cual: hizo levitar en el aire una esponja con detergente para pisos, que se había quedado en una cubeta obviada por el apuro, y sin mucha demora, se dirigió como un proyectil a la cara del Draconequus, provocando una risa en la princesa.
- Muy gracioso Celestia.
Cómo si Celestia leyera la mente, levantó un vuelo ligero sobre las escaleras, las cuales se convirtieron en un tobogán con agua de jabón. La princesa se limitó a mostrar la lengua al señor del caos. Quien se había quitado todo rastro de haber sido el blanco de la esponja.
La princesa del sol se acercó lentamente al piso donde se encontraba el Draconequus, entonces, se dio cuenta de que él se encontraba con un traje muy elegante, así como un peinado algo formal. Ciertamente, había algo distinto en él y aunque fuese increíble, Celestia se quedó observando al señor del caos por unas milésimas de segundo, olvidando haberlo conocido de otra forma que no fuese en aquellos últimos meses.
Poco tenía a su favor, es cierto, no era el modelo de belleza que cualquiera quisiera adoptar, pero viendo a su expresión tan vivaz y la personalidad que tenía, la princesa momentáneamente se quedó callada, esperando poder observar más atentamente lo que el caótico ser haría.
Discord por su parte, de dispuso a tratar de convertir la melena de Celestia en un helado; pero considerando que no había mucho tiempo para ese tipo de juegos, decidió sentarse en un trono que apareció frente a él.
- Así que… lista para bailar. Una pequeña risa se escapó del señor del caos, no podía esperar a ver la cara que pondrían los invitados, al ver a su princesa vestida de forma ridícula y por supuesto bailando al compás del señor del caos, que desde luego, ya tenía preparada una pieza especial para aquella noche… muy especial.
La princesa del sol, recordó rápidamente lo que había ocurrido horas atrás; pero en realidad, nada de aquello podía pasar; era una locura pensar que ella se encontraría bailando o más bien haciendo el ridículo.
- Discord, sobre eso.
El señor del caos se apareció al lado de la princesa, pasando su pata de león sobre e lomo de la princesa, para después apoyarse en ella, hizo el ademán de callarla.
- Nononononono, nada de eso Tia, vine solamente por eso, tú lo prometiste.
-Deja de llamarme Tia – dijo la princesa, transportándose con su magia a unos pasos del lugar, haciendo que el Draconequus perdiera su apoyo y equilibrio, sin embargo, un baston de madera elegante se apareció en su pata para recuperarlos – y sabes muy bien que no puedo cumplir con esa promesa.
Una sonrisa se esbozó en el rostro del señor del caos, se venía una buena oportunidad para atacar a la alicornio donde ningún poni la atacaría.
- ¿Es que acaso la grandiosísima princesa de Equestria debe mantener su imagen de estirada todo el tiempo? Menciono el de ojos rojos de forma sarcástica y burlona.
- Aggg, no puedo ser de otra forma frente a los habitantes de Equestria, ellos esperan lo mejor de mí y debo tratar de serlo.
- Vamos, princesita, sabes que no eres así.
- Princesa Celestia para ti y aunque debo esconder algunas cosas, es parte de gobernar de forma justa y correcta.
- No importa, lo prometiste y debes cumplirlo, a no ser claro que la señorita perfección rompa sus propias reglas.
- Pero lo que hicimos fue un juego, tú solamente lo estás haciendo para ponerme en ridículo.
- Oh, claro que sí; pero no puedo desaprovechar esta oportunidad de bailar conti… El Draconequus se calló al analizar de forma rápida o que estaba diciendo.
- ¿Qué?
- Ejem, que no puedo desaprovechar la oportunidad para bailar y ponerte en ridículo.
Celestia creyó haber escuchado otra cosa; seguramente estaba algo sorda después de practicar con su hermana la voz que debía mantener durante el baile, desde luego que la voz real causaba sordera cuando la que la utiliza esta cerca de tu oído. Poniendo cara de seriedad habló nuevamente.
- Ya te dije que no se podrá, si tanto te importa una promesa de juego, te la pagaré en otra ocasión, pero esta noche no. Ahora si me disculpas, tengo que ver el mejor lugar para recibir a los invitados.
Algo decepcionado, pero no vencido, el de ojos rojos chasqueó los dedos para cambiar las vestimentas y el aspecto de la princesa del sol a la que habían acordado que usaría esa noche, un mechón de su melena era igual al de su hermana, por no decir que lo tomó prestado de ella, quien dio un grito al ver como una parte de su melena desaparecía.
En menos de dos segundos, la princesa del sol se veía con el aspecto que habían acordado esa noche, los cascos de diferente tamaño y color, así como un vestido algo ridículo y gran parte de su melena totalmente despeinada.
- Así está mucho mejor, no te parece. Dijo el de ojos rojos, elevándose de cabeza frente a la princesa del sol.
- Para nada. El cuerno de la princesa hizo lo suyo, revirtiendo la magia caótica del señor del caos.
- Ash, aguafiestas.
- Irónicamente estamos en una fiesta Discord. Dijo la princesa, sonriendo al saber que no sería exactamente una noche de esparcimiento y diversión para el Draconequus, eso se ganaba por tratar de sacarla de quicio y lograrlo en algunas ocasiones.
- Podrías seguirme, sugirió la princesa, a lo cual, no tuvo la negativa de su interlocutor que la seguía de cerca.
Era algo raro, pero Discord no podía dejar de observar a la princesa, no sabía muy bien lo que le estaba pasando, pero ahí estaba otra vez, esa extraña sensación, haciendo que su corazón se acelere un poco, que su garra de águila tiemble levemente y que se le forme un nudo en la garganta. Cuando la princesa se volteó, ambos se miraron el uno al otro por breves segundos.
Al ser impredecible, Discord no era precisamente el tipo de amigo al que se le puede quitar el ojo de encima, Celestia se quedó algo intrigada por saber qué es lo que haría a continuación. Sin embargo, por unos segundos, él, se quedó parado observándola y logrando hacer que se incomodara un poco ¿qué estaría maquinando en esa cabeza suya?
- Ejem.
Discord salió de su trance, solamente para darse cuenta de que había estado hipnotizado un buen rato, viendo a Celestia.
- ¿Si?
- Bueno, iba a decirte que me gustaría que te quedes un tiempo conmigo en este lugar, cuando los invitados lleguen, debo recibirlos y saludarlos, sería bueno que te quedarás a recibirlos conmigo, no eres un príncipe; pero estar al lado de una princesa te da cierta importancia y así podrás hacerte buena propaganda.
- Pero Tia, sabes que me aburre estar con gente tan estirada, incluso tú puedes llegar a ser molesta a veces. Dijo el señor del caos, en cierto tono de provocación, por lo visto, lo que fuera que tuviese en la cabeza se había ido.
La princesa se limitó a no sentirse ofendida, para no darle el gusto al señor del caos, y pasó a ajustar mejor el pañuelo que tenía en su elegante traje.
- Será bueno para ti y si lo hace bien, puede que llegues tener tareas más importantes.
- ¿Es acaso un condicionamiento?
- No, nada de eso, te aseguro que algún poni te pedirá que le ayudes con algún problema más significativo que un silo.
- De acuerdo princesa, pero que no se te olvide, esto aumenta lo que me debes por haber acordado lo de esta tarde y créeme que los intereses con el señor del caos son altos.
- Bien. Dijo la princesa sonriendo al imaginar como Discord tendría que estar comportándose "bien" durante un buen rato.
- Bien entonces, que comiencen los saludos.
Entonces el trono del Draconequus se apareció, provocando un temblor leve al caer sobre el piso de madera.
- Discord…
- Está bien…
**** Mientras tanto, en el tren de la amistad ****
- Cielos Twilight, no pensé que Angel tardaría tanto en dejarse convencer de quedarse con Spike.
- No te preocupes Fluttershy, después de todo los primeros momentos del baile de primavera son un poco aburridos.
- Además ya saben chicas, esta vez nos quedaremos juntas. Aclaró Rainbow Dash, desde la Gran Gala del Galope, las seis habían aprendido la lección y no estaban dispuestas a pasar por lo mismo dos veces.
- Sí, hablando de eso… la voz de Fluttershy se puso un poco más baja de lo habitual, pasando a ser inaudible.
- ¿Qué pasó? Inquirió la poni terrestre rosa con una expresión de cuestión, como solamente ella podría hacerlo.
- Emmm, Discord…
- ¡Oh! Ya lo sé querida, él me dijo que vendría a este baile. Interrumpió la unicornio con pelaje blanco.
- Sí, debieron haberlo visto, llevaba puesto un traje y estaba actuando como un corcel de la guardia. Acotó la pegaso cian.
- No, enserio. Twilight, junto con el resto del grupo abrieron más sus orejas para escuchar a todo detalle lo que ambas ponis habían visto.
- Sí, vino a media tarde a mi boutique para que le hiciera un traje. Estaba algo enojado porque la princesa Celestia lo había obligado a asistir al baile de primavera.
Twilight se impresionó al escuchar todo aquello, alguna vez su mentora y amiga Celestia, le había comentado que Discord era más complicado de lo que muchos pensarían; para que ella insistiera en una mejora de su imagen, así como su comportamiento, hacían la idea más verdadera.
- Y oigan la mejor parte. Él dijo que le gustaba la princesa Celestia.
En esos momentos, todas estaban comiendo unos pastelillos, Twilight se atragantó al escuchar la afirmación de Rainbow Dash, lo impensable estaba sucediendo.
- No exageres Dashie, él lo dijo solamente para que dejemos de molestarlo con Celestia.
- Enserio chicas, de todas las ideas locas que pudieron tener, la de juntar a Discord y a la princesa Celestia como pareja es la más ridícula.
- Sí, incluso él dijo que era cosa de locos, porque ambos eran totalmente incompatibles.
- Emmm, chicas, Discord pasará un tiempo con nosotras.
La expresión de las cinco ponis restantes del grupo, pasó de ser una expresión de risa a una de extrañeza.
- Sé que Discord puede ser un poco irritante a veces.
- ¿A veces? Eso es poco Fluttershy, él es así todo el tiempo. Mencionó irritada la de melena arcoíris.
- Yo sé que él puede serlo; pero la peor tortura para alguien como él, es estar en medio de una fiesta donde no puede hacer nada de lo que considera divertido y con nosotras, tendrá un momento para divertirse.
- Está bien, dijeron casi al unísono. Recordando lo que habían vivido en la Gala del Galope tiempo atrás.
- Les prometo que se comportará.
***** Regresamos a Canterlot *****
Media hora, media hora desde que la alicornio blanca le pidió quedarse junto con ella a recibir a los invitados y ya estaba suuuper aburrido, varias parejas e invitados llegaban al baile; debía saludarlos a todos, así como lo hacía la princesa Celestia, el único detalle era que la mayoría no sabía que el señor del caos estaba ahí y simplemente lo ignoraban. Después de todo, ninguno consideraba imprescindible tener que saludar al señor del caos o simplemente decían señor Discord y daban por terminado el asunto.
Meras formalidades, mantenían a Discord demasiado aburrido como para quedarse dormido y precisamente eso planeaba hacer.
- Debo ir a dar una vuelta, estar aquí parado me está matando.
- Está bien, solamente un invitado más y te puedes ir.
El Draconequus se dio la vuelta para observar mejor al último invitado que tendría que recepcionar; no creía poder ver al poni más serio que había conocido, parado junto a su esposa con una sonrisa al ver al señor del caos en un extraño momento y lugar.
- Buenas noches su alteza. Era la inigualable voz de Kibits
- Buenas noches señor Kibits, le deseo una noche agradable y recuerde no excederse.
- No se preocupe su alteza, sé que mañana tendremos un día arduo de trabajo.
Sin más palabras, el administrador de tiempo pasó al lado de Discord, Celestia esperaba algún intercambio de palabras algo subido de voz; pero lo único que paso entre ambos fue un saludo.
- Señor Discord. Dijo Kibits ajustándose el monóculo.
- Corcel Kibits, espero que se divierta.
¿Qué había pasado entre esos dos? Celestia no lo sabía, pero se contentaba con saber que no trataban de comerse vivos en sus particulares discusiones.
- Muy bien Celestia, me voy a dar una vuelta, que te diviertas haciendo tus aburridas actividades.
- Son necesarias.
- Como sea, lo bueno es que ya no me necesitas, creo que hice la propaganda suficiente como para que media Equestria sepa que he cambiado.
- Pienso lo mismo.
Durante su paso por el vestíbulo y el salón donde se realizaría el baile, el señor del caos no perdió la oportunidad para hacer aparecer uno que otro pez de gelatina en el ponche, de cambiar el color de las melenas de las yeguas, de arruinar el arreglo de los trajes de gala de los corceles y por supuesto de convertir temporalmente el piso en jabón líquido. Obviamente, esos cambios duraron el tiempo suficiente como para hacer que los presentes se imaginaran que algo estaba realmente mal y se alarmaran; solamente para darse cuenta después que fue una broma o una mala jugada de su cabeza.
Sin problemas, se transportó hacia el techo de una de las torres del castillo de Canterlot, haciendo aparecer una manta y convirtiendo parte del tejado en una construcción de almohadas, lo mejor sería darse una pequeña siesta para no causar problemas y para no aburrirse. Así que cerró ambos párpados para no tener que esperar a Fluttershy.
En un lugar del salón de eventos del castillo, la princesa de la noche se encontraba tomando algo de ponche, cuando sintió que algún poni en Equestria estaba durmiendo, la noche era muy joven; ¿quién podría dormir a esa hora? Bueno, tenía que ver si no era tenía una pesadilla, así que cerró ambos ojos para dar un pequeño vistazo.
La típica penumbra por la que pasaba hasta llegar al sueño de otro poni, se hizo un poco más extenso de lo habitual, por lo cual, Luna empezó a pensar de quien era el sueño o pesadilla al que estaba ingresando y no sería precisamente el más agradable de todos los sueños.
Dicen que un sueño, es el lugar donde todo puede pasar, donde nuestros deseos más inconciliables se presentan, donde todo lo bizarro dentro nuestro puede presentarse en un solo segundo, donde podemos proyectar nuestros miedos más profundos, nuestras aspiraciones más sinceras y donde podemos ser nosotros mismos, en un punto alejado de las reglas del tiempo y el espacio.
Este sueño no fue la excepción, Luna ingresaba a este con cierta cautela, si antes Discord se enfureció cuando ella lo espiaba y trataba de interrogarlo; ahora que estaba de curiosa, Discord realmente podría mostrarse furioso, sobre todo porque parecía que, de alguna forma, lograba controlar sus sueños.
Pero hasta pudiendo controlar sus sueños, no significaba que su subconsciente no dominase en sus sueños; cuando Luna finalmente ingresó en el sueño, en su totalidad, se encontraba en el salón de fiestas donde se estaba realizando el baile de primavera. Muy extraño, considerando que los sueños del señor tendrían que ser caóticos. Aquí, todo estaba relativamente ordenado, es cierto, una que otra mesa se encontraba caminando y podría haber jurado haber visto a un camello caminar sobre el techo, pero no era algo demasiado sorprendente.
De pronto, una cantidad significativa de ponis desapareció y los que quedaban se hacían a un lado, sentándose en unos cojines de diversos colores y formas; pero lejos de darle atención a ese hecho, ella buscaba que lo había causado, buscando con un perfil bajo, vio cada centímetro del salón, pero todavía no encontraba nada, hasta que se cercioró de que cada centímetro del lugar empezaba a obscurecerse, hasta casi desaparecer, ella desde luego, se fundió fácilmente con las sombras.
Como en una función teatral, el centro del salón se vio iluminado por una luz de origen misterioso, sin embargó, no se encontraba iluminando el piso, sino más bien el techo de aquella réplica del salón de eventos del castillo de Canterlot.
Al levantar la vista, la alicornio pudo notar dos figuras, una frente a la otra, la primera era Discord, la segunda era… los ojos de la princesa se abrieron de par en par, ¡Era su propia hermana!
Ese sueño era lo más inesperado que se pudiera imaginar, la imaginación de la princesa entonces se desbordó, imaginando ver no solamente a una pareja imaginaria, sino a un posible sentimientos de Discord hacia la princesa del sol; eso desde luego, era mucho más sorpresivo que un foso de lava.
Sin embargo, la princesa se vio atrapada por aquella imagen de su hermana y Discord bailando una pieza sencilla, pero de forma tan armoniosa, que dentro del sueño, parecía que ambos estaban enamorados ¿sería aquello producto de uno de los deseos más profundos del Draconequus?, ¿podría hacerse realidad? Preguntas que se generaba disminuían cada vez más la atención al lugar.
Luna no notaba que los ponis a su alrededor empezaban a desaparecer, así como varias secciones del salón. De la nada, el camello que había visto minutos atrás, se presentó en el techo, mirándola fijamente con unos ojos más grandes que lo habitual hasta que, sin razón aparente, se disolvió en varias partículas en el aire. La princesa recupero su atención, observando cómo cada uno de los ponis restantes, junto con todo lo que se encontraba a su alrededor, comenzaban a adoptar formas distintas, muchos de ellos, se convirtieron en parte de un paisaje de un hermoso valle, con rocas, pasto, árboles y demás detalles que no tuvo el tiempo suficiente para apreciar. En el cielo, su hermana y Discord continuaban bailando, esta vez más juntos, tanto que sus rostros necesitaban unos centímetros de distancia para fundirse en un beso, el techo del salón no había desaparecido, se encontraba a medio aparecer en el aire, tapando el ambiente nocturno de este.
Las pequeñas partículas del camello flotaban libremente en el aire, formando el patrón más extraño que había visto… momento, ese no era un patrón, era la forma de algo.
De pronto, varias partes del valle comenzaban a quemarse, algunas se congelaban, otras empezaban a tener cráteres humeantes. Luna se olvidó de las partículas mientras observaba a su alrededor, pero de pronto, una gigantesca figura sombría se formaba en la lejanía, la alicornio no pudo reconocer bien su forma, pero tenía pequeña intuición de lo que sería. Sin embargo, cuando la cabeza de un gigantesco monstruo parecido a un dragón con cuatro pares de ojos se apareció en la bruma, Celestia y Discord seguían bailando en el aire.
Luna se asustó al ver tan inmensa criatura, incluso más grande que una osa mayor, lo que fuera aquello abrió su boca, mostrando el interior de su boca, se acercaba tanto a la pareja como a ella, estaba a punto de gritar, pero notó que sus cuerdas vocales no le respondían. Trató de salir del sueño, pero no podía hacerlo. La boca se acercaba a gran velocidad, mostrando la inmensidad de su dueño.
Luna cerró los ojos tratando de salir nuevamente del subconsciente del señor del caos, pero nada pasaba, hasta que repentinamente, sintió un empujón hacia el suelo de tierra, ingresando en él como su de agua se tratase; pero no sin antes ver como aquella boca devoraba a la pareja.
La vista borrosa antecedió a una pregunta en voz alta.
- Dónde… ¿dónde estoy?
- En donde no deberías.
Luna se encontraba en el mismo pasillo desde donde alguna vez habían ingresado al subconsciente de Discord. Y si aquel lugar era el mismo de hace unos meses atrás, quien le hablaba seguramente era Larco.
- Tuviste suerte, tienes un don muy especial, pero usarlo en Discord es ponerte en peligro.
- Perdone Larco, pero no supe donde entraba exactamente.
- Que no se repita señorita Luna, la mente de Discord es un lugar muy peligroso para quien trate de ingresar en ella.
- Sí, ahora lo sé. Nos vemos Larco.
- Trate de no volver. Dijo Larco, despidiéndose de la princesa, quien empezó a galopar en dirección a la puerta de donde habían salido con su hermana la última vez.
Al abrirla, una luz la llevó a la realidad, abriendo los ojos en el salón de eventos del castillo de Canterlot, jurándose a sí misma no volver a ingresar a los sueños de Discord sin avisarle.
Los jardines del Castillo de Canterlot eran, según la opinión de muchos ponis, los más bellos de toda Equestria y en aquella noche, un lugar sin tanto movimiento era perfecto para que Discord disfrutase de la compañía de su mejor amiga, quien se encontraba volando a su lado, algo bastante raro, pues ella prefería caminar cuando podía elegir entre los dos.
- Y esa es la razón por la que Rarity no puede cortarle las uñas a Opal. Fluttershy estaba entretenida mientras hablaba con Discord, él siempre se quedaba callado escuchándola, era alguien a quien podía contarle lo que pensaba sin temor a verse juzgada o criticada por ello.
- Vaya Fluttershy, enserio me salvaste del aburrimiento, esta fiesta es algo aburrida para mí.
- Lo sé Discord, es por eso que te saqué por un rato de ese ambiente, este lugar es mejor para pasear y pensar.
- ¿No te molesta haber dejado a tus amigas?
- No, esto será solo un momento, ellas podrán sobrevivir sin mí.
- Gracias amiga, estoy muy feliz de tenerte como mi amiga.
- Hablando de eso, creo que te hiciste amigo de la princesa Celestia ¿verdad?
- Basta de hablar de eso Fluttershy, ya me estoy hartando de que Rarity y Rainbow me molesten con ella, ahora tú.
- Perdona, es que supongo que nos gusta imaginar lo imposible.
A lo lejos, desde el balcón superior, ambas princesas se encontraban platicando por un tiempo, en una habitación especial para que ellas se prepararan para el baile.
- Te lo digo, fue la cosa más grande que jamás había visto, tenía el tamaño de una montaña o quizás más grande.
- Pero solo fue un sueño y fue un sueño de Discord, ¿acaso esperabas ver un jardín de flores?
- Sí, pero… La princesa de la Luna se calló, aún no había mencionado la parte donde ella había visto a su hermana y a Discord en un momento prometedor.
La alicornio mayor levantó la ceja en señal de intriga; pues ¿Qué tan a menudo tienes oportunidad de ver los sueños de alguien más?
- Eee, nada.
- Anda dime, estoy segura que estaba soñando con mi derrocamiento o algo parecido.
- Algo así, pero… como lo digo
- ¿Qué es tan difícil de decir para una princesa con tu elocuencia? Dijo entretenida la princesa del sol, haciendo énfasis en la palabra elocuencia, pues sabía cómo molestar a su hermana.
Debido a las ganas por devolver la ofensa, Luna pensó bien sus palabras.
- Soñó contigo, pero no te estaba haciendo nada malo. Dijo, poniendo un acento sensual al decirlo.
Un relinchido leve fue producido por la alicornio blanca, las palabras de Luna daban un número de posibilidades intrigantes e incómodas. Por lo cual observó de forma amenazadora a su hermana, quien descifró al instante lo que quería decirle con sus ojos. O me dices que era o me las pagaras, típico en cualquier poni, simplemente no podían aguantar la intriga.
- ¿Qué significa eso?
- Oh, nada, mi elocuencia no es suficiente como para decirlo.
Celestia se acercó a su hermana, la actitud que la una tenía con la otra no cambió, aún después de tanto tiempo, seguían teniendo el comportamiento de dos hermanas comunes, pero eso era mejor mantenerlo en secreto.
- Anda, dilo.
- ¿Por qué tan interesada? Lun definitivamente había aprendido a usar todo a su favor.
- Por nada, solamente quiero saber lo que soñó.
- Aja, sí, no te creo. Luna levantaba las cejas confiada y con gran presunción.
- Vamos, ¿piensas que podría haber algo entre Discord y yo? – entonces, el pasado hizo una aparición en la mente de la princesa – ¿Qué acaso no viste como me dolió perder a sombra?
Luna se dio un golpe mental, no quería poner triste a su hermana, solamente quería molestarla un poco.
- Eee, disculpa, no era mi intención.
- Descuida, sé que no lo fue, pero dime que fue lo que soñó.
- Nada importante en realidad, él y tú estaban bailando, eso es todo. Pero debiste ver esa criatura, no puedo creer que Discord podía tener algo como eso en su imaginación.
- Am, era eso. Dijo la princesa con cierta soltura de voz.
- ¿Por qué lo dices?
- Es que quedamos en tener una pieza ridícula de baile esta noche, pero le dije que no podría.
- Vaya, lo que me perdí. Luna estaba cada vez más extrañada, ¿desde cuándo esos dos tenían una relación con tanta confianza?
- Es mejor que bajemos al baile.
Antes de bajar, ambas hermanas vieron a Fluttershy y Discord paseando por el jardín del castillo, a la luz de la Luna; Discord no causaba problemas, se encontraba tranquilo y no trataba de molestar a Fluttershy, es más, hasta parecía estar escuchándola sin tratar de contradecirla o burlarse de ella.
Entonces, en un pequeño rincón dentro de ella, algo sintió envidia por la forma en que Discord trataba a Fluttershy, esa pequeña parte quería ser tratada como ella: inverosímil, Celestia no supo realmente que pasaba con ella, pero tenía una pequeña cantidad de furia por el hecho; sin embargo, este fue mitigado rápidamente cuando se dio la vuelta para salir junto con su hermana.
- Deberías presentarte para el final del baile, creo que necesitas mostrarte un poco más.
- No mi pequeña Fluttershy, enserio me aburren estas cosas, prefiero ir a dormir; pero antes debo despedirme de nuestras amigas. Dijo el Draconequus abrazando a la pegaso amarilla.
- Nos vemos.
En el pasillo Luna y Celestia se encontraban caminando lentamente, hasta que una luz se apareció, llevándose a Celestia.
- Discord… fue todo lo que Luna pudo decir, con tono despectivo. Pues ahora tendría que enfrentarse sola a toda la multitud de ponis que estaban en la otra habitación.
La luz transportó a Celestia al tejado, no sabía exactamente la razón, pero estaba molesta con Discord.
- Discord, creo que necesitamos hablar sobre el respeto y el uso de la magia, no puedes hacer eso con ningún poni sin su consentimiento.
- Tranquila princesa, no actúes como trollestia. Finalmente Discord le había dicho princesa, con lo cual Celestia se tranquilizó.
- Solamente te traje aquí para quedar la pieza que bailaremos. Celestia pensaba que ese problema ya estaba aclarado, pero ahora lo dejaría claro.
- No, ya te dij…
- Jaja, deberías ver tu rostro cuando te enfadas, no me canso de verlo. Interrumpió el señor del caos
- Entonces por qué me trajiste aquí.
- No lo sé, a veces me gusta molestarte en el momento menos esperado, es relajante creo.
La princesa del sol frunció el ceño, lo que el caótico ser decía no ayudaba en nada a apelar a su favor, pese a que el realmente no quería hacerlo.
- Bueno, quería decirte que no me quedaré lo suficiente como para que des por finalizado el baile, me aburriría si no le hago bromas a unos cuantos ponis, así que es mejor que me vaya ahora.
- Entiendo. Celestia estaba algo impresionada con lo que Discord decía ¿desde cuándo era tan considerado?
Antes de que Discord transportara a ambos a lugares distintos, Celestia recordó un detalle que había olvidado durante todo ese tiempo.
- Espera, ¿por qué ya nos muestras a mi hermana y a mí tus recuerdos?
- Pensé que no les gustaba.
- No, no es tan aburrido. No tanto. Dijo la alicornio tratando de no alimentar el ego del Draconequus.
- Muy bien, esta noche será perfecto, ven con tu hermana, esta vez no habrá ni tobogán ni nada. Discord trató de fingir, pero esconder la tristeza a Celestia es una de las cosas más difíciles que se puede hacer, pues ella era una experta en hacerlo.
- De acuerdo. La alicornio observó mejor la expresión del Draconequus, y esta la observó a ella, sintiéndose como si fuera un libro abierto para ella. Extrañamente, algo dentro de él quería que Celestia lo supiera, por lo cual, no dejó de observarla durante todo el tiempo que tomo chasquear los dedos.
Ya volví al lugar que puedo considerar mi hogar, es extraño, pero mi enfermedad empieza a tener un periodo silencioso, ya no me causa dolor, sin embargo, sé que sigue ahí. Quizás estoy triste por eso, pero no lo creo, estoy triste por lo que voy a mostrar y sobre todo, aunque me cuesta aceptarlo, estoy triste porque Celestia es quien debe verlo.
Eso es todo por esta semana; ahora me toca responder una pregunta que lanzaron o pueden habérseles generado.
El fanfic de Star Swirl se complementa con este y avanzará en la medida en que los recuerdos de Discord avancen, y posiblemente termine antes que el de Discord (quizás termine cuando se lance el capítulo penúltimo de Discord).
Sin más, me despido, hasta el próximo capítulo.