Discord
Chapter 18: ¡Bienvenidos a Iron Mane!, parte 4
Previous Chapter Next ChapterBueno, los personajes de MLP:FIM no me pertenecen, de momento (quien sabe XD).
Capítulo 18: ¡Bienvenidos a Iron Mane!, parte 4
Dos sombras se movían entre la espesura de la neblina, una con forma de alicornio y a otra con forma de unicornio, las huellas que dejaban en la nieve eran borradas fácilmente, por la nevada que caía de forma débil.
- Anda vamos cariño, nunca te vi tan cansado por dar uno de nuestro paseos.
- Tienes que entender que esos pesos fueron hace mucho tiempo, además, nos alejamos mucho del reino de cristal, ¿no crees que se sentirían algo preocupados sin su princesa cerca?
- Cálmate Shining, disfrutemos algo de este hermoso paisaje.
El hermano mayor de Twilight observo todo su alrededor en busca de algo interesante que no fuera nieve, pero solamente había nieve y uno que otro cristal.
- ¿Cuál paisaje?
- Hey, tu quisiste acompañarme.
- Porque siempre fui el guardia galán de la princesa Cadance, dijo el unicornio con voz fingida.
- Sí, y no fue fácil ¿verdad?
- No, a decir verdad tenías un gusto especial para los problemas, ya sabes.
El comandante de la guardia real recibió un golpe de casco débil en una de sus patas.
- No me lo recuerdes, sabes que fueron divertidas.
- Si, pero no es más divertido que esto. Shining se acercó a Cadance, ella por supuesto correspondió y en corto tiempo ambos se encontraban recostados en la nieve.
- ¿En un lugar público? Definitivamente eres un poni malo.
- Es que no me puedo resistir.
Ambos se encontraban a las faldas de una montaña de tamaño considerable, lo suficientemente grande como para bloquear la vista de cualquier mirón, aun si este se encontraba en el aire, a pesar de que aquel lugar estaba completamente deshabitado y a una distancia amplia del reino de cristal.
Los movimientos desesperados que ambos amantes empezaban a efectuar en su búsqueda por la boca y caricias del otro, fueron detenidos inmediatamente por otro movimiento: varias cantidades de nieve cayeron sobre ambos, quienes, se levantaron velozmente.
- Celestia. Una voz profunda, gruesa y ronca, tan fuerte que solamente podía haber sido producido por una criatura de gran tamaño, sometió a los tímpanos de ambos a una sesión de terror sin precedentes.
- Celestia. Otra vez esa voz.
De forma inesperada, la montaña de nieve se vino abajo. Del nevado suelo donde se encontraban ambos ponis, no muy a lo lejos, varias copas de árboles gigantescos se levantaban. La vista de ambos no supo donde posicionarse exactamente, hasta que cuatro luces del tamaño de gran tamaño se aparecieron en la débil niebla que había entre ellos, dentro de lo que parecían ser cuevas, que se encontraban donde hace instantes atrás se encontraba la montaña.
Momento, esas no eran cuevas se decía a si mismo Shining Armor y esos troncos no eran troncos, esas sombras que se levantaban ¡Eran garras!
Cadance ni necesito que le dijera que se mueva, ella empujo a su esposo en dirección contraria a la cueva, quien inició a galopar, las luces se movían en su lugar, siguiendo sus movimientos como si fuesen ojos, sin embargo, las garras que Shining Armor había intuido, se cerraron a su alrededor, enterrándose nuevamente en la nieve y dejándolos en una prisión.
- Celestia, no huyas. Las garras comenzaban a cerrarse, la alicornio desde luego, lanzó un rayo de magia para atravesar una de las terribles garras que se acercaban, para desbloquear una ruta de escape, sin embargo, no surtió efecto, todo lo que logro fue desprender pedazos de hueso, nieve y hielo de aquellas garras.
- ¿Son huesos?
Efectivamente, todas las garras resultaban ser huesos gigantes y aquellas cuevas eran las cavidades donde alguna vez estuvieron los ojos de aquella criatura. Ya era demasiado tarde para volar, pues el espacio que dejaba libre la ya reducida celda no le permitiría salir. Intentaría una descarga repetida de rayos, pero enfadaría a esa cosa y no quería poner en peligro a Shining Armor, Cadance se volteó para ver mejor a lo que fuese aquella cosa.
- Celestia. De forma lenta, la niebla se desvanecía, dejando ver el cráneo más grande jamás visto por la pareja, tal era su tamaño que un mísero diente del centenar que tenía aquella mandíbula era del tamaño de Cadance, la princesa podía jurar que incluso era más grande que ella, por lo cual aquella criatura debía ser todo un titán.
- Celestia. Aquella voz sonaba enojada, era difícil no poder escucharla.
- Celestia. Los inmensos ojos de la criatura se enfocaban en la alicornio, aquel gigantesco cráneo estaba de costado y ahora si se podían ver claramente: los cuatro orificios en los cuales se alojaban cada una de esas luces que parecían ojos, así como los dientes. Parecía el esqueleto de un dragón o algo similar.
- ¡Celestia! Las garras amenazaron con cerrarse, aquel dragón o lo que fuese no ocultaba su ira y eso era malo, Cadance recobró la calma antes de hablar.
- Yo no soy Celestia. Respondió la alicornio, elevando la voz.
La criatura se calló, y aquella furia se detuvo.
El silencio se apoderó del lugar, ni Cadance ni Shining Armor entendían lo que estaba pasando, todo aquello había sucedido de forma inesperada, de hecho, jamás piensas ser atacado por una de esas cosas en un día normal.
- Dime dónde está Celestia.
****** Cambio de escenario ******
Las sombras protegían a los dos ponis que se encontraban encaminándose al otro extremo del pueblo, en el área de los ponis terrestres, el cual, ultimadamente estaba siendo más resguardado, no era una mera coincidencia que hubiesen enviado dos escuadrones más a la guardia del lugar.
- Disculpa, pero ¿a dónde vamos? Precisamente.
- No te lo puedo decir ahora, pero debes creerme, a un poni como tú, le encantará lo que vas a ver.
Los sigilosos pasos de ambos los dirigieron rápidamente a la plaza central, pero antes de pasar por ella, el mercader observó el cielo en busca de guardias, tenía el tiempo cronometrado, eran veinte segundos de vía libre por la plaza, desde que pase una patrulla de pegasos, hasta que la patrulla de los unicornios diera su respectiva guardia por la plaza y calles aledañas.
- Cinco, cuatro, tres, dos, uno. Ya. Susurró el acompañante de Discord, quien obedeció y siguió a su guía a través de la plaza, llegando al inicio del sector de los ponis terrestres.
Los soldados pegaso pasaron volando a los pocos segundos después de que ambos ponis terrestres se refugiasen en otro callejón del lado de los ponis terrestres. Los unicornios desde luego ignoraban aquellos callejones.
- No sé porque aumentaron la vigilancia, pero debemos ser rápidos y sigilosos, la reunión está a punto de comenzar.
- Reunión de qué.
- Faltan unas pocas manzanas, tienes que verlo por ti mismo.
Un pegaso pasó por encima de ellos, tuvieron suerte de que no los vio, pues ambos llevaban capuchas del mismo color que la tierra.
Los encapuchados finalmente llegaron a una especie de casa en ruinas descubierta, la entrada estaba completamente devastada y existían varios muebles de madera convertidos en carbón.
No obstante, la casa tenía una puerta que llevaba a una habitación obscura, ambos entraron con sumo cuidado, el mercader abrió la puerta con total facilidad, invitando a Discord a ingresar dentro de ella, quien ingresó sin más preámbulos.
Las princesas seguían de cerca los movimientos que realizaban en la obscuridad, sin iluminación alguna, guiados únicamente por el sonido de los pasos del poni terrestre, Discord siguió al poni, hasta que este le susurro que se detuviera, al instante, un sonido parecido al crujido de la madera se oyó.
- ven, sigue el sonido de mi voz y llegaremos.
Discord dio unos débiles pasos, temía que la insignia que Argos le había dado terminase siendo una forma de hechizo de vigilancia o algo así, no sabía cómo llamarlo, y llegase al lugar con la pluma de Roc. Sin embargo, nada de eso sucedió.
El camino estaba completamente lleno de piedras e irregularidades, que se mantuvieron por un extenso descenso, hasta que finalmente llegaron a un lugar plano.
- Escucha, ya estamos en las cuevas, desde aquí son solamente unos metros más y verás algo que te sorprenderá.
Los ojos del poni Draconequus se acostumbraban lentamente a la obscuridad, pese a que no existía luz alguna.
Por el eco de los sonidos Celestia pudo distinguir que se encontraban dentro de túneles, habían bajado a una especie de mina abandonada o quizás el alcantarillado que ya no se utilizaba en el sector.
Los pasos de ambos ponis terrestres los llevaron hasta un tramo final, donde se podía ver claramente unas luces, el túnel finalizaba en un espacio de tamaño considerable, parecido a una habitación, lo impresionante fue que las luces no provenían de antorchas ni de fuego alguno, sino de focos de vidrio; era luz eléctrica.
- Espera, la luz eléctrica no fue descubierta hasta quinientos años después de que te... Celestia se calló antes de terminar su frase, aunque era cierto, pensaba que no debía hacerle recuerdo de aquel pasado que compartieron como enemigos. Después de todo, ahora por muy ilógico que sonara, algo en ella trataba de ser amable con Discord.
- Lo sé, solamente les muestro lo que vi, Tia. Discord sonrió de forma leve, era un hecho que nunca antes le había dicho así. Solamente una vez había escuchado ese apodo.
- Pero como puede ser verdad. Interrogó Luna, extrañada por lo que sus ojos le mostraban.
Discord se puso su zarpa en su nuca, buscando una forma de explicar lo que veían, no tenía que sonar tan loco; de pronto, algo llegó a su cabeza.
- No te ofendas, pero Fluttershy me contó algo sobre otra dimensión poni, donde la tecnología se encontraba muy adelantada a la de esta dimensión. Ahora ponte a pensar, sí ambas dimensiones se encontraba en casi el mismo nivel de edad y desarrollo, porque incluso ustedes hermanas cascarrabias estaban ahí.
- Sí, nunca olvidaré el enfrentamiento con mi gemela, admitió Luna.
Celestia por su parte se quedó callada; cada vez que se comentaba algo referente a aquella extraña e inolvidable dimensión, recordaba al único amor que había tenido en su extensa vida: el rey sombra, del otro lado, el bueno, antes de haber absorbido todo el mal de su homóloga en aquella dimensión, (bueno, ustedes entienden). No pudo evitar quedarse estática, mientras recordaba aquellos bellos momentos junto a su amado.
Luna como la atenta hermana menor que era, se sintió algo preocupada porque sabía muy bien el motivo de las cavilaciones de su hermana.
- Bien, si todo era así, ¿Por qué nuestra Equestria no tuvo el mismo desarrollo?
El cerebro de Luna conjeturó de forma velocísima las premisas, si hubiera podido hasta hubiera hecho una raimplosión sónica, pero es solo un cerebro. Lo cierto era que aquella simple bombilla explicaba que fue así, el desarrollo, al menos hasta aquel entonces sucedió de forma simultánea.
- Bueno, la cosa es que sí se desarrollaron al mismo tiempo, pero digamos que ese desarrollo se perdió.
Mientras una multitud llenaba el espacio que debía ser igual al de la plaza central, ambos ponis terrestres eran recibidos con una que otra mirada por parte de los curiosos, el joven Draconequus, obviamente se distraía por aquellas miradas, no entendía muy bien porque varias de ellas eran celosas, como si estuviesen ocultando algo.
- Hermano Swamp, estoy contento de verlo de nuevo, comenzaba a preocuparme, lleva ya dos semanas sin asistir. Dijo en voz alta y autoritaria un poni que se encontraba sobre una elevación de madera, al parecer, él era quien dirigía a aquella multitud de ponis.
- Lamento las ausencias, es que la tienda me ha tenido muy ocupado.
- Entiendo, siempre es muy difícil por estas épocas; pero ya no por mucho tiempo. Dijo aquel poni de aspecto firme.
Los ojos de Swamp se abrieron de par en par, como si esas palabras causasen una oleada de energía, sus ojos resplandecieron, pero antes de cualquier cosa, primeramente, debía presentar al nuevo miembro de aquella junta de ponis terrestres.
- Hermano Burn hallé a un nuevo miembro, su nombre es Discord, es justamente lo que necesitamos.
Burn paseó alrededor del que podría ser el nuevo integrante de aquella organización, observando de cascos a melena al espécimen que tenía en frente.
Discord desde luego se sintió algo nervioso, aquel poni terrestre parecía tener un sexto sentido, trabajando en develar hasta el último de sus secretos, que, obviamente ocultaba. No perdió la oportunidad de observar al poni terrestre que lo acechaba con la mirada. Una melena algo corta, extremidades bien tonificadas, algo raro en la mayoría de los ponis. Un parche en el ojo derecho, ocultaba lo que había sido un terrible incidente, para finalizar, su pelaje de color café se encontraba en estado deplorable, sin embargo el único ojo que tenía guardaba una profundidad, así como una tenacidad que parecían ser infinitas.
La inspección de Burn continúo un tiempo más, a cada instante parecía discutir en su cabeza diferentes aspectos del aspirante. Hasta que al final se paró en seco delante de Discord y con una mirada desafiante, habló de forma tajante.
- Cuál es tu nombre chico.
- Me llamo Discord señor.
- Oh no, nada de eso, aquí todos somos hermanos, señor es una palabra estúpida que nos enseñan los pegasos y los unicornios.
Intrigado por la afirmación que el poni café había realizado, Discord no pudo evitar la curiosidad.
- ¿Por qué?
Una risa algo acallada por parte de Burn, antecedió a un acercamiento, mientras acercaba un casco sobre el lomo de un confundido Discord.
- Entiendo que todo esto sea nuevo para ti, pero… no sentir que te falta algo, o sentirte preso en este pueblo infame, es algo difícil de creer.
- Disculpa hermano, pero él es nuevo en el pueblo, trabaja para Star Swirl.
- Con que Star Swirl ¿eh? Burn dio un paso atrás, pensativo.
La mente del poni café, rápidamente llegó a una conclusión.
- ¿Por qué un poni como Star Swirl confiaría en uno de nosotros?
Discord desde luego, pensó bien su respuesta, los ponis que se encontraban presentes comenzaban a dudar de la misma manera y al igual que Burn, estaban en guarida para reaccionar a cualquier escenario, eso estaba claro en sus miradas acosadoras.
- Porque es el único unicornio que conozco que cree en la igualdad entre las razas de ponis.
- Eso es cierto. Pero, cómo puedo confiar en un poni que en dos días gastó la fortuna más grande que he visto acumular a un poni terrestre.
- Cómo sabe eso.
- Swamp me lo contó en el mercado, te estuvo vigilando desde entonces y pese a que no pasó mucho tiempo, depositó su confianza en ti.
Swamp se hizo a un lado, esperando que su apuesta de confianza, aquella corazonada que sintió al ver al extraño poni la primera vez, fuese correcta.
- Verá, anteriormente trabajé en una mina regida por unicornios, son tan arrogantes, que ni siquiera daban una tercera revisión de los minerales obtenidos.
- Y ¿sabes cuál es el castigo si te sorprenden?
- Em, no.
Burn bajó su parche con ayuda de su casco e indicó la cavidad que se había creado a falta de su ojo.
- "Si tus ojos no dejan de ver lo que no te pertenece, la mejor cura es dejar de ver" dijo, recordando las palabras de aquella estúpida ley que habían creado los unicornios con ayuda de los pegasos.
- Sabes, lo gracioso es que no lo hice por codicioso, lo hice para que tener algo que pagar al médico que atendía a mi hijo, al final, me quitaron todo, mi casa, mi esposa y la joya, que por supuesto, también me quitó a mi hijo.
Aquellas palabras eran pronunciadas por segunda vez para todo el público y por primera vez para Discord, sin embargo, para ambos escuchas, el relato resultó ser una fuente de pena e indignación similar.
- Cuando conté lo que le sucedía a mi hijo, ¿sabes qué me dijeron?
- No.
- ¡¿Sabes qué me dijeron?! Gritó con toda razón y desde el fondo de su corazón.
Discord negó con la cabeza, de pronto las fuerzas y las ganas de hablar se le esfumaron.
Un breve flashback se inició en la mente de Burn, recordando perfectamente la forma en que se lo dijeron dijo así como dueño de la voz que se lo dijo, tomando algo de aire repitió aquellas palabras.
- ¿Quién te dijo que trajeras al mundo a otro poni inferior como tú?...
- Perdiste a toda tu familia. Articuló Discord con cierto temblor en su voz.
- Sí, me lo quitaron todo; es por eso que estoy aquí. Lo que pasamos los ponis terrestres no es justo, somos meros ponis de carreta que halan a esos ingratos, siempre ha sido así.
- ¿Siempre?
- Claro, la noche de los corazones cálidos fue una inteligente jugada de los unicornios y pegasos, todos teníamos la idea de que un mejor mañana vendría después de aquella noche; pero míranos ahora.
Discord giró la cabeza, viendo nuevamente a ponis terrestres en tal estado de desnutrición que los huesos del tronco de la mayoría eran visibles a través de la piel, sus ojeras eran de aspecto fatal producto del sobreesfuerzo al cual se encontraban sometidos, muchos también tenían los cascos resquebrajados y Discord sabía muy bien que los cascos en los ponis no volvían a crecer.
- Nos mantienen como esclavos, así es como nos ven y tratar de exigir nuestro lugar es un intento de sublevarse, no, ni siquiera eso, es una ofensa. Como hermano de sufrimiento, cada poni terrestre guarda por dentro esta sed de igualdad, esta sed de cambio.
El caótico poni recordaba varias de las palabras que encajaban con la palabra sed, hasta que cambio la palabra sed de cambio por sed de venganza, pudo deducir uno de los problemas de los que Star Swirl le había hablado anteriormente.
- Tienen Sed de venganza.
Burn no se inmutó ni un poco, era muy cierto lo que el poni le decía, sin embargo, el interpretaba aquella deducción como algo bueno.
- Sí, pero – entonces volvió a subir a la elevación y elevando aún más la voz para asegurarse de que todos los ponis escucharan las palabras, continuó – no es acaso necesario cambiar los papeles, no se merecen el peor de los castigos, no se han ganado ya el lugar de enemigos de los ponis terrestres – Una pausa dramática se generó para que Burn tomara aire nuevamente – ¿Acaso no nos han hecho suficiente daño ya?
Ese era el momento exacto, en el que Discord debería discernir entre el bien y el mal del que le había hablado el barbado; era difícil, muy difícil saber cuál era el camino "correcto", justo y a fin de cuentas, el bueno.
Al ver a su alrededor, el caótico poni pudo observar a la multitud de ponis terrestres en total sincronía, era evidente que sentían lo mismo y que pensaban lo mismo; las palabras de Burn habían encendido las llamas dentro de ellos. Era indudable que dentro de ellos, habían acopiado varias emociones, desde dolor hasta rencor, desde el amor hasta el odio; a través de quien sabe cuánto tiempo. Ahora Discord podía ver que el mal afloraba dentro de ellos, pese a que buscasen el bien, terminarían por no encontrarlo; pero quién era él para oponerse a sus deseos y más aún a lo que era justo.
- Un fuego que no se apagará aun cuando caigamos en nuestra búsqueda por el cambio, no cederemos, no flaquearemos y dentro mío sé, que no perderemos.
Los ponis asintieron con la cabeza, sus miradas llenas de aquella sed de venganza, de la que había hablado con su maestro estaba imbuida dentro de sus corazones, Celestia así como Luna, pudieron observar aquello. Ahí estaban los ponis más inefables para la comprensión de ambas. ¿Dónde estaban los siempre buenos ponis terrestres que creían conocer?
En aquellos pequeños periodos de tiempo, Discord pasaba por lo mismo, Si era cierto que podía intuir entre el bien y el mal, definitivamente esto no era bueno, pero tampoco era malo; o al menos no del todo, la mente de Discord se encontraba en confusión respecto a ese punto, pero si quería lograr aclarar las cosas, debía quedarse para ver más.
- Tienes razón, el fuego que consumirá las cárceles en las que nos mantienen, un fuego que está dentro de todos los que alguna vez soñaron con la libertad, con la igualdad, con el final de los tiranos.
A Celestia le tomó por sorpresa la respuesta que Discord había dado; justo cuando parecía conocer a Discord, él tomaba un camino distinto a simplemente observar el caos que todo aquello ocasionaría, lo cual era confuso ¿en qué momento Discord tomó Equestria? Esa sería una duda que dejaría que se respondiese por si sola mientras los recuerdos del Draconequus pasaban. Pese a que no creía del todo en su credibilidad, la curiosidad la obligaba a seguir viendo las imágenes hasta el final, después vería si eran verdaderas o falsas.
Luna pensaba lo mismo, incluso la forma en que Discord se encontraba enseñando todo eso era diferente, hace unos pocos días ya estaría tratando de sacarla de sus casillas, ahora se limitaba a quedarse sentado mientras observaba a su hermana, momento ¿qué? La princesa de la noche agitó su cabeza, para aclarar su vista; al observar nuevamente vio como Discord en realidad había estado observando a Burn que se encontraba a pocos centímetros de donde se encontraba su hermana mayor, sonrió al ver que había sido una mala jugada de su mente. Pensar que Discord y su hermana podían hacer pareja era más que ridículo, en su mente, se imaginó a ambos en un campo florido, con un hermoso atardecer, mientras ambos hablaban. Lo cual causó cierta risa callada de su parte, produciendo ese típico sonido.
- Mgg mgg. Trató de calmarse en ese instante, pues Celestia la miró de forma rara y Discord entretenido.
- Perdón, es que recordé un buen chiste.
Celestia rodó los ojos. Discord por su parte tenía ganas de saber cuál era ese chiste, seguramente era muy bueno, sino porque haría reír a aquella semiestirada hermana de Celestia.
Ni bien terminó aquel breve discurso que dio el Draconequus, Burn se dio por convencido de que el poni que tenía en frente no resultaba un peligro, sino por el contrario, puede que resultase ser de tremenda ayuda; de hecho, para aquel entonces, necesitaba todos los cascos posibles.
- Te entiendo, todos te entendemos, es por eso que es necesario el cambio, por los medios que sean necesarios.
El único ojo de Burn se centró por última vez en el nuevo.
- Creo que te gustará saber que dentro de poco, se harán varios cambios en Equestria.
Entonces, una bandera nunca antes vista por las hermanas reales se desenrolló detrás de Burn, no era tan grande como la que colgaba en la plaza central; pero tenía el necesario para verse nítida.
Una pluma, un cuerno y una herradura, unidos dentro de un marco de color rojo, con dos franjas por toda la bandera, una verde y otra roja.
- Rojo por la sangre que sacrificaremos por nuestra libertad e igualdad, verde por la vida que somos capaces de crear y mantener, así como la que mantuvimos en nuestros lomos.
Todos dieron una ovación con la voz apagada, casi murmullos. Pero ello no quitaba el hecho de que los presentes se encontraban emocionados con las ideas y con un futuro mejor; futuro que aquel tuerto les ofrecía.
Aquel espectáculo, aquellas palabras, todo se encontraba explicado de forma tan seccionada, tan desordenada, que Discord no pudo entender todo lo que ocurría a su alrededor, intuía que algo malo pasaría; pero no sabía exactamente lo que sería.
- Por favor, únete a nuestra reunión, pues eres un hermano poni terrestre.
El transformado Discord paso al inicio de la multitud que se encontraba escuchando, al lado de unos ponis de color café con manchas que provenían de la maquinaria de las fábricas.
- Llegaron las órdenes que estábamos esperando, directo desde Green field, nuestro rey nos pide que nos preparemos, dice que el día de está cerca, primeramente las colonias se rebelarán, después nosotros.
Una mezcla entre ansiedad, felicidad y miedo se hizo presente entre los ponis terrestres, sus ojos guardaban una sombra visible solamente por los corazones más susceptibles a sus intenciones, por supuesto Celestia y Luna pudieron ver dentro de aquellas miradas: desesperación, ira, ¿esperanza?
Y en medio de aquella mirada, Celestia desvió su atención hacia el joven Draconequus, sus ojos amarillentos con iris rojos se encontraban en búsqueda de una salida, en completa duda, sus cascos estaban temblando; ladeó la cabeza, ese no era Discord.
La furia de los ponis terrestres se haría presente en toda Equestria, exigiendo lo que era justo, aún si la misma Equestria se quemaba en el proceso, la victoria a toda costa era todo lo que les quedaba, pues tenían todo que ganar y casi nada que perder.
Mientras el ambiente se cargaba de todos esos pensamientos, temores, angustias y esperanzas por la promesa de una vida mejor, inmerso en su desasosiego, el poni más reciente entre aquel tumulto que pronto sería el actor de un levantamiento, no dejaba de pensar en que todo aquello era un error, él no estaba dispuesto a conformar parte de aquella revolución, su cabeza y su corazón no estaban en el lugar correcto, aunque por un momento, llegó a pensar que sí.
- Muy bien mis hermanos, la próxima reunión será el viernes, a la misma hora; por cierto, procuren actuar normalmente. Nuestro rey debe tener todas las ventajas posibles y nosotros podemos darle el factor sorpresa.
Todos asintieron con la cabeza, incluso el joven Discord, que con la mirada fija en el infinito, caminó junto con los demás a la salida; su mente empezaba a confrontarse con todo lo que había visto en los últimos días, pero ahora con cierto juicio.
- Muy bien, saldrán en grupos de dos, los que viven cerca serán los primeros. Por lo general, la vigilancia es menor a estas horas.
Desde luego, de forma organizada, los ponis siguieron las instrucciones que Burn les había dado.
- Ya. Susurró el poni líder.
Dos parejas salieron de inmediato al escuchar sus palabras, no pasó mucho tiempo hasta que llegó hasta Discord, quien vivía, supuestamente, del lado de los unicornios.
- Bien, nos iremos juntos, llegarás a la biblioteca sin ser descubierto, confía en mí. Susurro cuidadosamente Swamp.
- Gracias, esta reunión me abrió completamente los ojos.
- Te dije que no te arrepentirías, dentro de poco seremos libres. Menciono con emoción el comerciante.
- Si llegamos a salir con vida. Aclaró Discord, con cierta pena.
Swamp se conformó con ver el cielo nocturno, la luna se reflejó en sus ojos, al parecer, él también tenía razones de sobra para luchar.
- Somos libres cuando sabemos su precio y aun así luchamos, no importa si no llego a ver el mañana, lo que cuenta es que luché por ello.
El de ojos rojos observó el cielo en busca de aquel lugar de dónde aquel comerciante había sacado palabras tan inspiradoras. Entonces, al ver el manto negro alimentado por pequeños destellos de luz en lo alto, sintió algo tan indescriptible (sí, también para el autor de este fic, lo siento, no tengo el talento suficiente para describirlo, pero lo intentaré, lo mejor sería que el lector lo experimentara), que el tiempo se detuvo; al ver cada uno de esos brillos ubicados a una distancia tan grande que su propia vida no alcanzaría para alcanzarlos, pudo percibir cierto límite; al ver toda aquella inmensa obscuridad que lo cubría todo, pudo apreciar su propia pequeñez frente a todo aquello y por último, un leve palpitar de su corazón frente a todo aquello, le instaba a tratar de llegar tan lejos como pudiera, pues era él mismo, lo único que realmente tenía, lo único que realmente podía valer la pena alcanzar. Libertad.
- Apúrense, esperaron bastante tiempo. Dijo Burn elevando la voz unas milésimas, mostrando así su alteración.
Ambos ponis salieron de la casa quemada, con una velocidad media, acallando el sonido de sus cascos, nuevamente, como un par de ladrones debían esconderse y caminar con una cautela felina, para no ser descubiertos.
Las calles se encontraban poco resguardadas, o al menos lo aparentaban, un grupo conformado de tres pegasos y dos unicornios se cruzaron en frente de ambos terrestres, de inmediato con reflejos superequinos, Swamp empujó a Discord a un callejón, las calles que se encontraban cerca de la plaza principal eran muy anchas, por lo cual, los movimientos de Swamp fueron suficientes para ocultar a Discord dentro del callejón; pero su silueta no pudo entrar a tiempo.
- Hey tú, quédate donde estás. Era la inconfundible voz de Black Feather.
El sonido de los cascos de los unicornios se acercó de forma rápida, y era seguro que los pegasos estaban mucho más cerca, Discord quiso usar su magia, pero antes de que hiciera cualquier cosa, Swamp lo miró y mientras se alejaba susurraba unas palabras de despedida.
- Recuerda, no pueden quitarnos la libertad.
De pronto, a la velocidad del sonido, Black feather lo derribó con sus cascos, ambos salieron de la vista de Discord, que se encontraba obstruida por las paredes de las casas que formaban el callejón donde se encontraba. Los unicornios no tardaron en pasar a toda velocidad frente a él.
- Ahora si te ganaste tu pasaje a la montaña pequeño salvaje.
- Pero no te va a salir gratis.
Entonces, el sonido de varios golpes secos y algunos quejidos callados, seguramente de Swamp, fueron escuchados por Discord, quien retrocedió de forma torpe, hasta que su flanco chocó con unas cajas de madera inservibles apiladas. El sonido producido por su caída alertó a los dos pegasos.
Pero cuando se asomaron por los aires a ver el lugar, no había nada.
- Seguramente fue el viento.
- Sí, mejor volvamos, aquel tipo está a punto de recibir la paliza de su vida.
- Espero que Black Feather lo deje con vida.
La Transportación fue rápida, el interior de la cueva se encontraba en completa calma, Argos se encontraba alimentando la fogata; seguramente lo había estado esperando todo este tiempo, una idea alocada se le cruzo por la mente, transportarse con Argos al pueblo y ayudar a Swamp. Pero fue descartada de forma instantánea, era demasiado tarde y solamente causaría más problemas.
- No pude dormir. Aclaró el Draconequus del presente, la imagen, así como la pequeña burbuja de realidad empezaron a desaparecer.
La forma esférica de la burbuja comenzaba a desvanecerse como si se estuviera quemando, a excepción de pequeños fragmentos que se desprendieron y cual papel se fueron volando.
Ambas hermanas se encontraban tan inmersas en aquellas imágenes que no observaron la hora y cuando se dieron cuenta, faltaban solamente 45 minutos para que dé inicio la noche de los corazones cálidos.
Celestia se levantó de su cama lo más rápido que pudo, no se podía permitir llegar tarde, su deber era estar en la celebración junto a su pueblo, Luna no pensaba diferente, aunque se levantó de forma más floja.
- Muy bien hermana, tenemos media hora para darnos una ducha, arreglarnos y 15 para llegar antes que todos los ponis a la noche de los corazones cálidos. Anunció la mayor como si de un reto se tratase.
- No suena tan complicado. Dijo la menor con confianza.
Era evidente que Discord no formaba parte de aquella preparación de la que estaban hablando, así que antes de que lo echasen, decidió irse por su propia cuenta, pero no sin antes darle un poco de emoción a su retirada.
- Muy bien, Discord, supongo que tienes cosas más interesantes que hacer que…
Celestia fue interrumpida, Discord desapareció del lugar, solamente para aparecerse detrás de ambas, con un movimiento rápido, único ambas melenas con sus dos garras y sin realizar alguna otra acción, reapareció en el mismo lugar donde había estado segundos atrás.
- Muy bien princesas, nos vemos en otra ocasión y por cierto, esta noche deseo descansar.
Acto seguido, con la típica luz que producía su magia desapareció del lugar.
- Muy bien, es mejor que nos demos prisa.
Luna asintió. Sin embargo, cuando Luna se aceleró el paso para irse a su habitación, sintió un fuerte jalón en su cabeza, su cuero cabelludo tuvo un gran castigo sin duda y desde luego el dolor provocado por aquel jalón fue muy doloroso. Discord había unido mágicamente la melena de ambas.
- Juro que cuando lo vea lo voy a… agggggggg grito Luna con todas sus fuerzas.
Celestia desde luego se enfureció, pero se calmó y vio mejor la parte fusionada de sus melenas, había un pequeño papelillo amarillo entre el pelaje de ambas melenas.
"no cortar, solamente pasar con la tijera" estaba escrito.
- Muy bien, Luna pásame la tijera.
- ¿Qué quieres hacer? Pregunto Luna con cierta preocupación, pues perder su hermosa melena no era una opción.
Bueno, espero que hayan disfrutado leyendo el capítulo tanto como yo disfruté haciéndolo, bueno, me gustaría responder algunas de las pocas preguntas que dejaron.
1.- Bajo la mirada de este fic (también otros que quiero hacer) y con lo que pude observar en la serie de MLP: FIM: no existen orfanatos en Equestria, los huérfanos de alguna forma se encuentran ocultos por los creadores de la serie, pero me acerque un poco a los potrillos en general y todos se encuentran bajo las mismas condiciones, tanto económicas como sociales. Por lo cual el uso de una especie de seguro o fondo para que ellos pudieran tener un lugar donde vivir y alimentarse, así como darse sus gustitos, no me pareció una idea tan alocada. (al menos así parece hasta el momento)
2.- La primera respuesta me obliga a responder una parecida; pues Sunset Shimmer para mi es una huérfana – detallaré él porque más adelante en el fic – y no necesitaba el cuidado de nadie, obviamente eso no significaba que no necesitara cariño, comprensión y amor. Eso explicaría gran parte de su carácter (en mi humilde opinión).
3.- El fic cambiar ranking mayor porque el futuro contenido del fic será algo más fuerte, pero estoy seguro de que ya intuyeron la causa, es que simplemente la historia está tomando ese rumbo. No obstante haré mi mejor esfuerzo por mantener la idea y forma de relato que el fic tiene.
Sin más que decir, me despido, hasta el próximo capítulo. Y no lo olviden, preguntas comentarios críticas, sugerencias y/e/o/u (jajaja por fin usé las cuatro) reclamos a través de un review se solucionan.