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Discord

by Filomental

Chapter 17: ¡Bienvenidos a Iron Mane!, parte 3

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Capítulo 17: ¡Bienvenidos a Iron Mane! Parte 3

Ejem, bueno, los personajes de MLP no me pertenecen, los OC´s desde luego que sí, espero que les guste el cap.


- ¿Qué es lo que quieres sacar de todo el conocimiento que te imparto?

Una pregunta que se había repetido en contadas oportunidades; en todas tuvo la misma respuesta. Sin embargo en esta oportunidad, Discord se encontraba dubitativo, lo que había visto, por muy limitado y breve que había sido, le había impactado de tal forma que incluso aquella certeza con la cual había comenzado sus estudios con el gran mago se encontraba en cuestionamiento.

El mago no necesitó de mucho tiempo para indagar en la mente de su estimado aprendiz; para sorpresa de este, el mago se sentó con un leve suspiro mientras buscaba palabras para expresar lo que sea que fuese a decir. Para Luna el aspecto actual de su ex maestro y amigo, fue probablemente, desconocida hasta la fecha, pues casi siempre mostraba sus emociones; pero ahora era más que claro que trataba de ocultarlas.

- ¿Saliste al pueblo verdad?

Discord impresionado, se limitó a bajar la cabeza asintiendo como lo hacía Argos.

- Entiendo – terminando con ello, el mago se sentó en el piso de madera, dejando la silla en la que se encontraba y mientras tomaba un trozo de carbón con su magia, extrañado por el desgaste que tenía continuo – debió haber sido algo difícil de asimilar y comprendería si quieres seguir viendo el pueblo.

- ¿Cómo es posible todo aquello? Respondió el aprendiz con voz baja.

- No lo sé, algunas cosas simplemente pasan, los ponis se acostumbran, hasta que finalmente se vuelve parte de su realidad.

- ¿Realidad?

- Sí, realidad, lo real generalmente es lo que es aceptado por la mayoría – una expresión de tristeza se dibujó en el rostro del maestro de Celestia y Luna

Ambas princesas no pudieron evitar contagiarse del sentimiento que sus ojos tenían, estos, observaban a un viejo sombrero con cascabeles, no era del tamaño de la cabeza del famoso mago, Luna no tardó mucho en sospechar que el sombrero era de Clover la sabia, quien había sido la estudiante de Star Swirl antes que las princesas; o al menos eso creían.

- Los que tratan de cambiar esta realidad, generalmente son considerados meros soñadores con ideas absurdas, son encerrados, enjuiciados y perseguidos… – una pequeña descarga de furia fue liberada por el viejo que fue reflejada en un golpe con su casco en el piso.

- …Y si son útiles… les dejan con vida para usar su naturaleza filequina para asegurarse del bienestar de su pueblo, al mismo que usan de forma salvaje para mantenerse en sus castillos.

Aquella actitud tan difícil de comprender para Discord, fue como gasolina para el fuego, su cabeza en pocos segundos generó muchas posibilidades muchos escenarios de lo que fue y de lo que podría ser. Sin embargo, eso no pudo evitar que se acercase a su maestro para tratar de entender mejor lo que quería decirle.

- Quiero hacer cosas buenas por los demás, el bien debe hacerse ahora o de lo contrario no se hará nunca maestro. Una sonrisa se dibujó en el rostro de Discord, ahora se sentía con un reto enorme sobre los hombros.

Mientras las imágenes mostraban aquella escena desconcertante, tanto para las princesas como para el joven Draconequus, Discord no pudo evitar detener la escena para manipular nuevamente el rostro de Star Swirl hasta darle el aspecto de un payaso con una sonrisa y la típica nariz grande.

- Al menos podrías tratar de no arruinar el momento. Luna se irritó casi de inmediato.

- Hey, le hacía falta reír, que tiene de interesante una encantadora historia cuando un par de escenas tristes lo arruinan todo.

- Tiene mucho de interesante, Star Swirl nos ocultó todo esto por una razón Discord, necesito saberlo.

El Draconequus movía de forma maniática sus patas mientras se acercaba a Celestia, que ya se había recuperado por completo, una caja pequeña con papel de regalo mal envuelto aparecía entre su mano, conforme sus pata giraban alrededor de la caja, esta cambiaba de forma, hasta convertirse en una caja triangular deforme. Después de mostrar su acto de prestidigitación, la caja fue dirigida en el aire hasta estar enfrente de Celestia, quien con su magia la hizo levitar hasta su mesa de noche, no estaba de humor para las bromas de Discord.

- Oh Luna, ya te estas poniendo igual de aburrida que tu hermana, para empezar que es tan interesante.

- El sombrero de cascabeles.

- Ah cierto, a él no le gustaba hablar de eso, siempre cambiaba de tema, creo que fue de una alumna suya.

- Entiendo. Ahora tenía la certeza de que la dueña de aquel sombrero era Clover la sabia.

Celestia observaba levantando una ceja a ambos Draconequus, el joven tenía una personalidad totalmente distinta que el Discord actual, aquel al que le gustaba bromear y no tomaba absolutamente nada en serio; no quería admitirlo, pero el joven Discord tenía un toque que le hacía recuerdo al rey sombra de la dimensión paralela, aquellas ganas por hacer el bien por sobre cualquier cosa. Todo ello era algo que ciertamente hacía que viera con ojos distintos al señor del caos y su desquiciante risa; algo dentro de ella empezaba a preguntarse ¿realmente son el mismo ser? Sin embargo, en menos de una fracción de segundo, esos pensamientos se detuvieron cuando la mirada de ambos se cruzó, Discord dejó de burlarse y Celestia prefirió mirar hacia otro lado.

Luna desde luego, notó la reacción de ambos; pero prefirió no decir nada y seguir observando el recuerdo.

El silencio se había apoderado tanto del aprendiz como del maestro, cada uno tenía un pensamiento distinto del otro. Con cierta tristeza, Star Swirl fue el primero en romper con el silencio.

- Nunca te olvides de eso que estás diciendo; pero tampoco dejes que ello te dejes llevar por estas ideas.

El libro de Smart Cookie fue señalado por su casco; al haber leído ese libro, entendía muy bien que no era precisamente una novela de la cual se pudiera dar una lectura libre y sin ningún juicio previo.

- Estos son tiempos complicados mi joven aprendiz, debes saber que muchos de los caminos que se eligieron son inciertos; no sería bueno que te dejase ir a verlos solo. Pero tampoco sería bueno que trate de ocultarlos.

- ¿Usted cree que es bueno lo que los pegasos y unicornios hacen?

Star Swirl negó con la cabeza y se dispuso a hablar.

- No sé qué pasó para que todo se convirtiese en esto, un lugar donde la armonía y paz no existen realmente, este pueblo no es el único lugar donde existe esta forma de vivir, mi amigo, me cuesta decirte que toda Equestria se encuentra bajo el mismo estado.

Con aquellas palabras, aquel mágico pueblo, con su enorme poder de atracción sobre el Draconequus perdió su magia, en aquel momento no pudo entenderlo, pero lo que Discord había sentido era la perdida de toda posibilidad de ser aceptado por aquellas criaturas de aspecto amable, dulce, comprensivo.

Dicha pérdida le permitía pensar en una solución, sin mucho esfuerzo, el menor decidió quedarse de todas formas, aún tenía la esperanza de poder lograr su tan anhelado sueño, a fin de cuentas, tenía todo que ganar y nada que perder.

- Ya le dije, si se quiere hacer algo bueno, debe ser ahora y más en momentos como estos.

- Muchacho, para hacer cosas buenas, debes saber distinguir entre lo bueno y lo malo, lo justo y lo injusto; ¿eres capaz de hacer eso? Star Swirl comenzaba a hablar de forma tenaz y con un cuestionamiento directo.

El joven se quedó inmutado, mientras su cabeza asimilaba y buscaba en lo más recóndito de si, la respuesta, no obstante, su silencio era interpretado como una manifestación negativa; su maestro tenía razones para dudar del futuro de su alumno, alguna vez en el pasado, había creído que era lo mejor. Sin embargo, ahora consideraba esa actitud de forma distinta; así que decidió tomar una salida.

- En ese caso, quiero que trates de hacerlo – El mago se acercó a la ventana, mientras observaba al pueblo en plena obscuridad de la noche, dio un suspiro y se dirigió al joven – pero quiero que cuando lo hagas, consideres bien lo que es bueno y lo que es malo.

La petición resultaba muy extraña para el caótico ser, enmarañaba aún más sus pensamientos, discernir entre lo bueno y lo malo era algo que no podía hacer del todo bien, curiosamente, Star Swirl le había hablado por mucho tiempo sobre estos temas antes; dentro de su cabeza no lograba entender el porqué de tal esfuerzo.

Mientras su cabeza procesaba todo esto seguía de cerca a su maestro, el sonido del único casco del futuro señor del caos era callado por los de su maestro, este se dirigía al estante de libros oculto.

- Desde mañana visitarás a los ponis, ve al mercado, a sus reuniones. Observa lo que hacen y escucha lo que tu corazón dice que es bueno.

Escuchar aquellas palabras de alguien como Star Swirl, era algo nuevo, el no parecía de los que creían en esas cosas; pensar que todos nacían sabiendo discernir era algo que Celestia conocía, sin embargo para el joven Discord se trataba de un pensamiento inverosímil.

- Es que acaso usted cree que el bien y el mal se conocen instintivamente.

- Instintivamente no, sino más bien racionalmente, es algo que se puede intuir, no escapa de nuestra naturaleza mí estimado estudiante.

- Espero que así sea, hasta mañana.

- Hasta mañana.

Un chasquido devolvió a Discord a la cueva, Argos se encontraba en la puerta, como siempre, ahora tenía el hábito de leer, eso por supuesto, era un buen pasatiempo para sus guardias nocturnas.

- Que duermas bien Argos.

La noche se aceleraba nuevamente, llevando a los espectadores del recuerdo al siguiente día.

Luna por su parte se encontraba agotada, dentro du unas cuantas horas sería la noche de los corazones cálidos y las princesas de Equestria tendrían que estar presentes en la función de teatro que se realizaba en conmemoración a aquella noche que había marcado la historia de Equestria; o al menos eso creía.

Lo que Discord mostraba, era suficiente para creer que aquella festividad era falsa, ¿cómo pudo haber sido cierto que existía armonía, amor y tranquilidad en Equestria? Si todo se encontraba en una realidad tan desesperada.

Celestia no pensaba diferente y ya hasta tenía pensado volver a revisar los libros de historia e incluso, si era necesario, el escondite que en antaño tenía con Star Swirl en busca de algún documento que respalde lo que Discord sostenía.

Si bien se lograba sacar algo de aquellas incursiones que el joven Draconequus hacía en la sociedad de aquellos ponis, puede que no llegase a ser exactamente lo que Star Swirl esperaba. Pero era necesario que Discord viese a los que en un posible futuro fueran quienes él ayudaría, las esperanzas que tenía en su aprendiz, eran los suficientemente altas que causaban en el mago un ligero presentimiento de lo que sucedería.

El canto, de unos pájaros que habían instalado su nido en un lugar aledaño a una de los desfiladeros de la montaña despertó al aprendiz de magia, quien no dubitó en recibir el nuevo día con energías recargadas, la rutina con el tiempo, se había convertido en algo poco grato para él; pronto tendría que ir a su rutinaria clase de magia avanzada con el mejor mago de toda Equestria.

Aquel día sin duda rompería la rutina, ir de visita al mercado de Iron Mane siempre rompía con la regularidad con la cual llevaba cada día, ahora sin embargo, tenía un toque distinto, las palabras de su maestro aún circulaban por su cabeza ¿sabes distinguir entre el bien y el mal?... Es algo instintivo.

Si tan solo fuera así de sencillo diferenciar entre ambos, a esas alturas ya comprendía que por lo que pasaban los ponis terrestres era algo malo; esos dos niños huérfanos también pasaban por una mala situación. Pero, ¿Eran los unicornios y los pegasos malos? Aquella duda era demasiado extensa, desde que había leído el libro que explicaba las razones por las cuales trataban a los ponis de forma tan infame: su cabeza en cierta forma aceptaba aquellos argumentos, pero por dentro, sentía que era malo; sin embargo hacer algo malo no convierte necesariamente a alguien en un malvado.

Un ejemplo claro de ello era la criatura que había formado a partir de una flor. Pese a que no sufrió, le había quitado la vida, eso era algo malo, pero no lo transformaba en un ser con maldad. Incluso la magia negra tenía la capacidad especial de curar, mejorar, ayudar a quien la efectúa o es blanco de ella, muy a pesar de los costos que tenía.

Desde ese punto, no consideraba a los unicornios y a los pegasos como seres malvados, sino como lo que son, seres con capacidad de realizar varias acciones en constante decisión de dichas acciones, en cuanto a lo justo, era evidente que la situación por la cual los ponis terrestres pasaban era de total injusticia.

- Discord llevo hablando más de cinco minutos y al parecer no estás escuchando.

- Yo, que, cuando ¿Cómo llegue aquí?

- Te transportaste sobre mi sombrero de cascabeles, no entiendo porque lo hiciste.

- Perdone, creo que estaba pensando.

- ¡Pensando! Vaya novedad, y que sería lo qué estabas pensando si pudiera saber.

Discord se llevó una garra a la nuca o espalda en este caso, mientras articulaba las palabras.

- Si como magos, nuestra tarea es ayudar a los demás, ¿significa que debemos velar por que se haga justicia?

- Debemos velar por el bienestar de los demás, la justicia es parte de ese bienestar; sin embargo eso no nos vuelve unos verdugos y jueces. Pese a que muchos de los peores ponis creyeron y pudieron serlo, no lograron absolutamente nada.

El aprendiz, confundido, trató de entender a dónde quería llegar el viejo unicornio, pero por más que lo intentaba, no lograba un resultado que lo convenciera.

- ¿Por qué no lograron nada?

- Porque en esa búsqueda de justicia, velaron por lograr que el culpable pague a cualquier precio, entonces sus corazones se llenaron de venganza, odio y al final, terminaron siendo incluso peores que los culpables.

- Algún unicornio en específico.

- El autor del libro de magia negra que leíste ayer, es un buen inicio, el uso de la magia negra lo corrompió debido a su sed de venganza. La magia negra es muy poderosa, pero debe ser controlada por un corazón noble, sincero y por supuesto, íntegro.

- ¿íntegro?

- Sí, un corazón que no desee el poder de la magia negra, uno que no busque devolver el daño que le hicieron, solamente el que tenga ese corazón, lograra dominar la magia negra y no ser dominado por ella.

- ¿Qué pasó con él?

- No logró verlo a tiempo – El maestro entonces, dirigió su mirada hacia una piedra de color negro, semitransparente con forma de diamante dentro de una caja de cristal – y tuvo que ser detenido.

Poco o nada se sabía de los autores de magia negra, a pesar de que existía una buena cantidad de libros de magia negra, sus autores eran u misterio, hasta entonces Luna no había podido comprender que les había ocurrido, pero cuando Star Swirl habló en aquel tono y viendo la piedra, pudo adivinar lo que les había pasado.

- Se llama cuerpo finito. Es una gema mágica hecha por Black y muchos unicornios dominados por la magia negra, es muy especial porque puede atrapar la vida de cualquier ser dentro suyo; no tengo la menor idea de para que la crearon, pero sé que no es bueno.

La información en este momento resultaba inútil, pero interesante, al observar atentamente la semitransparencia de esta, se podía apreciar que por dentro contenía un espacio vacío, no había duda de que el objeto resultaba muy interesante.

- Volviendo al tema principal, mi estimado alumno, cuando la justicia sobrepasa la línea de lo bueno y lo malo. Solamente podemos esperar más injusticia.

- Entonces ¿cómo espera hacer algo por los ponis terrestres?

- Esa, amigo mío, es una pregunta que me he realizado por mucho tiempo.

- Y cuál es la respuesta.

- De momento, escucharlos.

Cómo era posible, primeramente el viejo unicornio le dijo que debía siempre procurar el bien entre los ponis y ahora le decía que hacerlo, tenía sus limitaciones. Quedarse parado escuchando sus quejas no era distinto de hacer nada.

- Sé que después de lo que te dije de forma tan insistente, quieres ayudarlos lo más antes posible; pero debes tener paciencia, el momento está muy cerca, puedo presentir que pronto habrán cambios en Equestria.

El joven Draconequus con cierto asombro, miró la ventana; el día de rutina de los ponis de las fábricas volvía a repetirse, Star Swirl reparó en el hecho de que su estudiante deseaba salir y dado que le había dado ya el visto bueno de hacerlo, con cierto temor dentro de él, se aclaró la garganta, llamando la atención de su amigo y estudiante.

- Creo que ya es hora de que vayas a ver y escuchar, obsérvalo todo y no lo olvides; el bien y el mal son fáciles de intuir solamente debes escuchar a tu corazón.

Discord asintió con la cabeza y se despidió del barbado.

- Espera…

- Qué pasó.

- ¿No crees que se te está olvidando algo? – acto seguido, Star Swirl guió con la mirada a su estudiante de magia, llevándolo a su totalmente destrozado sombrero con cascabeles.

- Cierto, disculpe. Un chasquido fue suficiente para devolverlo a su estado original y transportar a Discord a un callejón cercano al mercado, con su aspecto de poni terrestre.

Los ponis del mercado seguían exactamente igual que el día anterior; no obstante, pudo advertir nuevas emociones dentro de él, en esta ocasión las cosas serían vistas con nuevos ojos, ahora tendría que tomar en consideración más de un factor, para poder intuir lo que Star Swirl le había dicho que intuyera.

Ni bien salió del callejón, el ahora poni Discord pudo observar a un par muy familiar; aquellos pequeños potros se encontraba en la calle, la pequeña se encontraba tocando un violín con gran maestría, pese a que no escuchaba música con frecuencia, podía jurar que la producida por aquel viejo instrumento era simplemente celestial; hasta entonces no había logrado deleitarse con música como lo hizo con aquel violín, mientras sus cascos creaban aquella triste música; sus ojos se encontraban cerrados.

No fue hasta entonces que apreció la cutie mark de aquella potrilla que había conocido el día anterior. Si bien nunca había observado la de Star Swirl, ya que él la ocultaba, sabía que las cutie marks eran la marca que describía el talento, la función especial que cada poni tenía. La de aquella brillante violinista era una nota con una lágrima debajo de ella; no pasó mucho tiempo hasta que vio a su hermano adoptivo, agarrado fuertemente de los harapos que hacían la función de ropa, con su deforme y maltrecho oso de trapos.

- Vaya, la pequeña broke feather ya es toda una yegua.

- Tranquilo Wings, yo ya la pedí.

- Jajaja, no puedo negarme, perdí aquella partida de póker y una apuesta es una apuesta.

- Espero que lo recuerdes siempre.

No muy lejos de donde el poni Discord se encontraba parado, dos soldados venidos de Cloudsdale se encontraban hablando.

- Es una lástima que haya fallado en su examen final.

- Por lo visto no le importa

El joven Draconequus se encontraba espiando la conversación, no tardó en ser descubierto.

- ¿Qué miras?

Pensando en la salida más inteligente, el caótico poni bajó la cabeza en señal de perdón.

- Disculpe, solamente estaba de paso.

Normalmente aquello habría bastado para que lo dejasen pasar. Sin embargo, su cutie mark así como su aspecto fueron fácilmente reconocidos por los soldados.

- Espera, ¿no eres tú el poni insolente que interrumpió a black feather?

- Em, sí, pero ya conozco las reglas de los citadinos, es más, hoy quería darle esta gema en señal de mi aprendizaje y perdón de mi error.

Entonces, el poni buscó dentro de sus alforjas con su boca un rubí, que, desde luego hizo materializar con su magia; su método de hacer magia le permitía crear piedras preciosas y metales con suma facilidad.

- Que considerado de tu parte. Por lo visto no todos creen ser mejores que sus hermanos.

- Sí, ahora terrestre, sal de nuestra vista.

- Sí señor.

El poni sonrió de forma leve, era más que evidente que sus habilidades para persuadir le funcionaron bien y solamente le costó un insignificante rubí, los pegasos no eran difíciles de dominar.

A Luna no le tomó por sorpresa la forma de actuar de Discord, causar problemas era algo natural en él, pero tenía un sexto sentido para saber cuando y donde.

El nuevo habitante de Iron Mane continuaba su paseo por el mercado, la distracción que había tenido con los soldados le había hecho perder la pista de los hermanos huérfanos, conforme pasaban los minutos en su camino por el mercado, observaba, apreciaba mejor aquel lugar, que en un principio le había fascinado de tal forma que no pudo evitar ingresar; pero que ahora le tenía en una constante preocupación.

No pasó mucho tiempo hasta que llegó al mismo sector donde se había armado un lio por su causa hace un día atrás.

- ¿Eres tú Discord? Una voz familiar tomó por sorpresa a Discord, que se encontraba en una cavilación tan profunda que caminaba sin tener una dirección en específico.

El poni volteó la cabeza en búsqueda del dueño de la voz, resulto ser el comerciante que lo había ayudado el día anterior.

- Sí, soy yo. Vine a comprar algunos artículos que Star Swirl necesita para la biblioteca y también vine a darte esto. Nuevamente el poni terrestre hizo el ademán de buscar dentro de su alforja una gema más grande que la anterior que había "regalado" era un diamante.

- ¿De dónde sacaste ese diamante? ¿No estarás robando?

- No, es que en mi colonia era jefe de minería, no se imagina cuantas gemas quedan sin dueño con la mala administración de allá.

- Entiendo, ¿por qué me das esto?

- Es para los huérfanos, ¿Cuántos bits puedes sacar de esto?

- Suficientes como para comprar una casa en el sector más alejado de Iron Mane.

Aquellas palabras fueron bien recibidas por Discord, quien se mostró feliz con las mismas, era increíble que aquella pequeña habilidad que tenía pudiera ser de tanta ayuda. Al fin creía haber hallado una forma de procurar el bienestar de los demás y sería aquella la que le daría un hogar a los huérfanos de Iron Mane en primer lugar, después seguirían los ponis terrestres, ellos también necesitaban ayuda y claro que se las daría.

El comerciante se sintió de forma similar, al mismo tiempo no pudo evitar pensar que aquel nuevo habitante de Iron Mane era un poni que no debía evitar dejar ir. Así que se acercó y con murmullos inició una plática distinta.

- Discord, quisiera que me acompañases en la noche a un lugar.

- ¿A dónde exactamente?

- No te lo puedo decir en este instante; pero serías un tonto si no vienes conmigo.

Pensando en el tiempo y en los peligros que debía correr para ir a "ese lugar" Discord se sintió atraído por la idea, más porque tenía un leve presentimiento de saber de qué se trataba, así que no dudo en asentir con la cabeza.

- Bien, nos veremos en el callejón que hay frente a la biblioteca de Star Swirl, como es tu primera vez, tendré que mostrarte el camino.

- Cómo hago para quedarme en la biblioteca hasta esa hora.

- Dile a Star Swirl que tienes mucho trabajo, no sé, inventa tu propia excusa.

- Está bien, nos vemos por la noche. Acto seguido, Discord se dirigió hacia la biblioteca nuevamente ansioso por saber a qué lo llevaría el comerciante.

Los cascos del Draconequus lo volvieron a llevar al callejón, esta vez, sin chasquido alguno apareció dentro de la biblioteca con su forma verdadera. Su maestro se encontraba en su habitación organizando unos cuantos objetos que nunca antes había visto.

- Veo que ya volviste de tu paseo por el mercado.

- Sí, estuvo muy interesante.

- Y bien ¿qué aprendiste?

- Lo justo y lo bueno pueden venir de distintas formas.

Star Swirl hizo una mueca de extrañado, pero finalmente esbozo una débil sonrisa.

- ¿Y?…

- Las formas en que vienen son las que cuentan, si se persigue el bien, este debe hacerse buscando primeramente el bien y jamás por intereses que no sean el bien.

- ¿Cómo entras tú en esa relación?

- Como mago y como parte de la sociedad, soy el que hace de medio, por lo cual no debo dejar que mis intereses propios afecten las acciones que realizo.

- Me impresiona lo que aprendiste en un solo viaje, hasta diría que has estado en el mercado antes. Unas alforjas levitaban por la habitación del maestro de Discord, llegando a su lomo.

- Sí jeje, hablando de eso. Dijo Discord algo apenado. Pero el barbado no le dio tiempo para explicarse, parecía tener prisa.

- ¿Recuerdas los libros de magia negra?

- Sí, ¿pasa algo malo con ellos?

- Cuando los leas no te olvides de quien eres y lo que quieres.

El Draconequus pudo intuir que su maestro quería despedirse, no había pasado ni un día completo y volvía a abandonarlo, ¿qué podría ser más importante que su alumno favorito?

- No me mires con esa cara Draconequus, tengo un trabajo muy importante que cumplir, te prometo que cuando vuelva, te enseñaré la magia negra a profundidad.

- ¿y qué hay de la otra?

- La otra es para ti pan comido, la has dominado ya.

- Enserio.

- Y que lo diga lo hace más real, tienes que perfeccionar algunos detalles, pero ya eres capaz de realizar hechizos muy avanzados. Ten cuidado con la magia negra.

Hubo un momento antes de decir adiós en el cual, Star Swirl miró a Discord con tal preocupación que hasta parecía que no quería irse. Desde luego este detalle no fue apreciado en ese momento por el Draconequus, sin embargo Celestia y Luna lograron captarlo.

Solamente una vez habían visto aquella mirada en su maestro, esta había sido cuando ambas estaba a punto de partir en la que sería, hasta entonces, la misión más importante de sus vidas: recuperar Equestria.

- Nos vemos dentro de unas semanas… mi amigo.

Discord lo miró extrañado, rara era la vez en la cual le decía mi amigo y generalmente era para introducirlo en una de sus reflexiones rompecabezas. En esta oportunidad parecía que lo hiso por el mero hecho de disfrutar hacerlo.

El mago había sido muy obtuso en la exposición de sus emociones.

- Hasta luego maestro.

La puerta se cerró casi de inmediato dejando al Draconequus en el lugar con demasiadas dudas que se vieron opacadas por otras dos: lo que pasaría en la noche y lo que contenía el libro de magia negra que tenía en repisas superiores. No dudó en darle una lectura intensa e iniciar con la práctica de la magia negra.

- "Muerte y putrefacción" que extraño título.

De uno a nada, de nada a uno

Vivos hay, pero eternos ninguno

Lo que hoy existe, mañana será una sombra

Entonces, obedeciendo el complicado hechizo, la magia de Discord formó unas esferas de energía parecían estrellas, tenían el tamaño de un casco de poni, brillaban y relucían un color violeta, negro y rojo, la nube automáticamente se posicionó sobre una maceta con una flor, dentro una pequeña araña se encontraba envolviendo una mosca que había caído en su trampa mortal.

Los pequeños seres vivos que se encontraban en el lugar empezaron a moverse de forma rápida, menos la flor, la araña empezaba a mover frenéticamente sus patas, así como la mosca, la flor por otra parte empezaba a deteriorarse, el Draconequus desde luego se vio a si mismo, realizando el hechizo a los hermanos huérfanos de Iron Mane, su respuesta fue inmediata, un chasquido sería suficiente, sin embargo por mucho que lo intentara, no lograba frenar el hechizo.

- Vamos, vamos, deja de hacerlo, por favor, para ya.

Pero la nube no se detenía, chasqueaba los dedos, pero nada, pronunciaba un antihechizo y se mantenía de la misma forma. Entonces, en un chispazo de genialidad, intuyo lo que estaba pasando.

Otro chasquido hiso crecer a la flor, la nube desapareció.

- ¿Cómo lo hiciste?, se supone que ese hechizo de magia negra no se puede frenar hasta que consume la vida de todos los afectados.

Las imágenes se detuvieron nuevamente, Celestia se veía impresionada, pues aquel hechizo había representado para ella un reto que no superó.

- El hechizo crea un desvarío en el curso de las energías que maneja la magia – acto seguido, dos vasos aparecieron en las patas del Draconequus mayor, una tenía una cantidad de agua y en la otra un líquido – usualmente ambas se mantienen en relación pasiva, en otras palabras, no tratan de imponerse sobre la otra.

Discord acercó ambos vasos, el cristal impedía que se mezclasen.

- Pero cuando se realiza el hechizo, la energía negativa empieza a imponerse sobre la positiva y al mismo tiempo inicia a consumirla, junto con todo lo que se encuentra en contacto con ella.

Entonces, una cantidad del vaso con el líquido negro fue vaciada en el vaso de agua, de inmediato, esta comenzó a burbujear, perdiendo casi la mitad de contenido, junto con este, el líquido negro desapareció.

- Tuve que crear una cantidad de energía positiva mucho más grande que la existente en el lugar, la energía negativa terminó por desaparecer.

Pero ya era muy tarde, la araña se encontraba muerta, así como la flor que había perdido todos los pétalos y ya se encontraba marchita.

Ver aquello creaba en Discord una sensación de culpa, pese a que pocos les importaría haber hecho todo eso, el joven Draconequus no lograba dejar de darle importancia, no por el simple hecho de haber destruido una flor o una araña, eso se podía hacer caminando sin darse cuenta. No, lo que había hecho era quitar la vida a seres inocentes, no había mucha diferencia entre ellos y los ponis o incluso él.

Definitivamente no volvería a realizar aquel hechizo, sin embargo ni bien terminó de arrepentirse por lo que había hecho, quería seguir continuando con aquel curioso aprendizaje.

Para Celestia fue impresionante el talento que Discord mostraba tener; a diferencia de él, ella había tenido muchas complicaciones con la magia negra, contradicciones con sus ideas, con lo que ella quería y frustraciones por ver las capacidades que aquella energía tenía. Aprender magia negra no había sido algo de lo cual estar orgullosa.

Discord de la misma forma observaba a su yo del pasado, con el libro de magia y en un estado de abstracción tan grande que no podía poner atención a cualquier cosa que no fuese el libro.

Luna en cambio, observaba el nacimiento del Discord del cual hablaban los libros de historia, un ser cruel, malvado y despiadado.

De pronto, por casualidad, Discord observó el reloj de arena de Star Swirl ¡Ya eran las ocho! Así que tomando una forma de poni terrestre con capucha se transportó al interior de su cueva.

- Argos, hoy estaré en una reunión por unas cuantas horas, si pasa algo apareceré en este lugar.

El guardián rápidamente sacó una pequeña insignia del saco que tenía cerca, una insignia con forma de ojo, al mismo mostró una página del libro de artículos.

- ¿Amuleto del vigía?

Argos asintió.

- Está bien, no tengo tiempo para saber lo que hace, pero si te hace feliz, lo llevaré conmigo.

Acto seguido, el poni Discord reapareció en la biblioteca con sus alforjas y una capucha que usaría como medida de emergencia para esconder su identidad – aunque esta estaba muy bien escondida – sin pensar en otros detalles, el joven Draconequus se dispuso a salir, no daría pistas de que podía hacer magia, así que tendría que pasar por la calle sin ser descubierto por los soldados de Cloudsdale.

Mirando atentamente al cielo y a todas las direcciones de donde probablemente llegarían los soldados, Discord galopó con velocidad hasta llegar al callejón donde el comerciante lo había citado.

Desde luego, las sombras protegían a quien estuviese en aquel callejón.

- Tardaste mucho Discord, llevo esperando más de quince minutos.

- Perdona, es que tuve que convencer a Star Swirl que me quedaría a dormir en la biblioteca.

- Descuida, sé que es difícil convencer a los unicornios de algo.

La imagen del comerciante se hizo clara debido a una nube que se alejó, dejando pasar la luz de la luna, esta iluminó una sonrisa del poni terrestre muy extraña.

- Que bien que hayas venido, créeme, no te arrepentirás.


Espero que les haya gustado, por cierto, perdón por demorar una semana en traerles este nuevo capítulo, sé que no me comprometí a entregar un nuevo capítulo cada semana pero de igual forma, siento como si tuviera que hacerlo.

Espero comentarios críticas ya saben, lo de siempre y un último detalle: posiblemente el fic cambie de categoría o ranking o como se llame, pasar más, gracias por leer Discord. Hasta el próximo capítulo.

Next Chapter: ¡Bienvenidos a Iron Mane!, parte 4 Estimated time remaining: 0 Minutes
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