Proyecto Salvación Planeta 72831
Chapter 14: Capitulo 12: Un corazón roto
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Capítulo 12.
Hola a los que aún siguen esta historia. Después de casi un mes sin subir nada, por falta de ideas… y por flojera :b el caso es que al fin lo termine, y espero que sea de su agrado.
En algún lado del Área 51 la nave que transporta a los soldados Alexander Carnegie y Tsuki Yami descendía a gran velocidad por un túnel, iluminado por pequeñas luces color verde. Ambos soldados parados frente a la gran puerta del helicóptero, situada en la parte inferior del mismo, junto con su prisionero, el cual, parecía que quería ser capturado, pues no había mostrado señales de querer escapar… bastante extraño, según ambos.
Los soldados esperaban, algo impaciente por informarle a su superior lo ocurrido y las medidas que se debían implementar.
Unos minutos después.
Al fin la plataforma había descendido por completo y después de que la gran puerta hubiera descendido, los dos soldados junto con el Piloto, el cual caminaba por su cuenta y a unos 40 centímetros lejos de ellos, lo cual hacia más extraño su comportamiento, pues era obvio que podía correr lejos de ellos e intentar escapar, lo cual no sucedío.
Carlos – Tranquilos, no iré a ningún lado – Pronuncio, con un tono de aburrimiento, provocando que los soldados se enojaran.
Ambos soldados voltearon al frente y pudieron notar que el jefe se acercaba a ellos con una obvia cara de confusión al ver al Piloto atado. Digno de un criminal.
Jefe – Emm… ¿Podrían explicarme porque el soldado está atado? – El tono de confusión del Jefe era evidente.
Tsuki Yami – El soldado, al parecer está infectado por un humo negro que se apodera de su cuerpo – Le informo a su superior
Alexander – Los soldados se comportaron de forma agresiva cuando tuvieron contacto con el extraño humo –
Jefe - ¿Todos los soldados fueron infectados? – Les pregunto, al ver que de los 5 solados, el piloto y el copiloto, solo habían quedado ellos dos y el piloto.
Alexander – Por desgracia… tuvimos que expulsarlos del helicóptero –
Jefe – Entiendo… Solo queda ponerlo en una celda – Pronuncio, con un tono serio, pues le desagradaba la idea de perder soldados.
Los soldados y el Jefe llevaron al piloto, lo más rápido posible a una celda, pues ya sabían que podía infectar a otras personas y tenían que tenerlo aislado de cualquier persona que pudiera infectar.
Luego de un largo y apresurado viaje al fin llegaron a una celda herméticamente cerrada, en donde permanecería hasta que confesara su plan, el cual debía tener… al menos sería lo más lógico.
El jefe, el cual sostenía al piloto por la espalda, abrió la puerta. No hubo necesidad de empujarlo, el mismo había entrado a la habitación. El Jefe cerró la puerta de la celda y junto con los dos soldados se alejaron del lugar. Justo antes de que la puerta se cerrara por completo una minúscula partícula de huma había salido de la celda, lista para infectar a todos los que residían en ese laboratorio.
Mientras la partícula maligna buscaba su primera víctima.
Los agotados soldados caminaban tranquilamente por los pasillos del Área 51, ambos fatigados física y psicológicamente.
Tsuki Yami – Al fin esa locura de los soldados infectados acabo – Comento, extendiendo las manos, imitando la típica pose de un zombi.
Alexander – "Suspiro" Eso espero… bueno, al menos ya estamos aquí, y no sé tú, pero yo tomare un muy merecido descanso – Pronuncio, con algo de emoción mientras llevaba sus brazos a la nuca.
Tsuki Yami –Jeje, eso si – Tsuki se detuvo justo al lado de un pasillo – Bueeeeno, yo me voy a descansar, nos vemos luego – Se despidió mientras se dirigía a dicho pasillo.
Alexander –Si, nos vemos – Se despidió de su compañera.
Mientras Alexander se dirigía a su habitación, para tomar un merecido descanso.
Tsuki caminaba tranquilamente hacia su habitación. Los brazos le colgaban y estaba ligeramente jorobada, además de su rostro que reflejaba desgaste físico y psicológico, una clara señal de que estaba muy agotada por los sucesos de hace rato, pero su postura, y su rostro no solo era por cansancio, también era por un problema más personal, uno que no la dejaba dormir. Ese problema tenía un nombre y hasta un rostro. Alexander Carnegie.
La soldado Tsuki caminaba de forma extraña, como una mescla de cansancio y tristeza. Desde hace tiempo, más especifico, en el campamento donde los entrenaron, Tsuki había comenzado a sentir algo extraño hacia uno de sus compañeros, y no podría ser otro que Alexander.
Desde el principio se habían hecho amigos rápidamente, pues la personalidad calmada y ordenada de Alexander, y la actitud salvaje y algo ruda de Tsuki, habían hecho una combinación perfecta, tanto dentro como fuera del campo de entrenamiento. Ocasionando que los hicieran un equipo, y uno muy bueno.
Pero en ese entonces ella no sabía que sentía "Algo" por él. Ella creía que era amistad o un gran aprecio hacia el... Pero el tiempo pasó y se graduaron. Después vinieron misión tras misión en la cual siempre eran equipo, y lentamente "Eso" se convirtió en amor, un amor que comenzó a crecer más y más.
Ella al principio era muy feliz, pues su compañero era también el dueño de su corazón, entonces, ¿Porque se siente así?... ¿Porque sentía que su corazón era estrujado lentamente? Eso es un poco obvio.
Si tu vieras que la persona que te gusta de pronto fija sus ojos en alguien más... ¿Cómo te sentirías?... Ahora saben cómo se siente, y peor aún, la que se robó a su amor no es de su especie. Sin duda estaba muriendo por dentro, pero no podía hacer nada, él ya estaba con alguien más… y ella había tenido muchas oportunidades, oportunidades que desaprovecho.
Tsuki Yami – "Suspiro" ¿Por qué nunca se lo dije?... tuve tantas oportunidades… porque… ¿Por qué nunca se dio cuenta?... acaso… nunca le guste… –La mente de Tsuki comenzó a divagar mientras se ponía cada vez más triste.
La soldado llego al fin a su habitación, sin ganas abrió la puerta y se lanzó en su cama, sus ojos reflejaba una profunda tristeza. Tsuki hundió la cabeza en la almohada y comenzó a sollozar, ya no podía esconderlo más, además, entre más tiempo pasaba, menos se podía controlar, solo quería abrazarlo, besarlo, decirle todo lo que su corazón había guardado por temor al rechazo… pero ya era tarde, él ya tenía pareja, y aunque le doliera… tenía que apoyarlo.
Tsuki metió la mano debajo de su almohada y saco una playera gris, la cual tenía un nombre bordado en la esquina superior derecha. Alexander Carnegie.
Tsuki sostuvo la playera y la presiono contra su pecho, mientras lágrimas seguían resbalando por sus rojas mejillas. La acerco a su rostro y comenzó a olfatearla, mientras la imaginación de Tsuki volaba.
Mientras tanto con Alexander.
La puerta de la habitación de Alexander se abrió y el agotado soldado entro de forma cansada. Dentro de la habitación estaba Twilight, sobándose el brazo, con una ligera mueca de dolor.
Alexander - ¿Qué ocurre? – Le pregunto a la Alicornio, con un ligero tono de preocupación.
Twilight – Oh, hola Alex, no, no es nada, los científicos me estaban haciendo pruebas y me sacaron sangre – Resumió su día de experimentación.
Alexander – Entiendo, pensé que era algo más grabe – Alexander se acercó a ella y se sentó a su lado.
Twilight – Y… ¿Por qué tardaron tanto? – No pudo evitar preguntar.
Alexander – Oh, eso, digamos que… hubo algunos problemas durante el viaje – No pudo evitar recordar los sucesos de hace unos minutos – Tu no te preocupes, al final todo salió bien – Le mintió, para que no se preocupara.
Twilight – Entiendo… bueno, pensé que había pasado algo malo o algo así –
Alexander - ¿Algo malo?... –
Twilight – Si, siempre que va a pasar algo malo, me dan calambres en el lomo… tal vez porque soy un imán para los desastres – Su relato fue acompañado por una pequeña risa – Como sea – Dijo, mientras se abalanzaba a él, para darle un cálido abrazo – Me alegro que no haya pasado nada –
Alexander sonrió ligeramente mientras correspondía el abrazo.
Mientras tanto, lejos de los soldados.
La minúscula participa de humo negro volaba por las instalaciones, buscando un huésped fuerte para comenzar con la infección de todos los humanos de las instalaciones. Siguió hasta encontrarse con un soldado bastante fuerte, caminando por un pasillo de forma tranquila, el huésped perfecto.
Voló de forma rápida hacia el soldado y se introdujo en su oreja. La partícula voló hasta el cerebro y se introdujo en él. El soldado se paró en seco, un segundo después de que sus ojos se volvieran totalmente negros y volvieran a su color normal. El rostro del soldado formo una aterradora sonrisa, mientras seguía su camino.
Tres horas después.
Habitación de Alexander.
Alexander dormía plácidamente junto a Twilight. La Alicornio tenía sus cascos envueltos en su torso, en una pose bastante tierna. Pero algo perturbo el sueño del soldado, el cual despertó de un golpe. Sus ojos abiertos a más no poder y una sensación de sudor frio recorrían su cuerpo. Ya se había vuelto algo recurrente el hecho de despertar así, pero antes no era tan frecuente. Esa sensación solo podía predecir dos cosas, que alguien estaba hablando de él, o que alguien cercano le ocurría algo malo. Lo primero era poco probable, ya que, por lo general no pasaba de escalofrió, pero lo 2do era más probable, algo que sin duda le preocupo… otra persona podría ser Tsuki, pues era una de la persona más cercana a él, a excepción de Twilight, Pero no podía comunicarse con sus familiares. Solo podía confiar en que nada malo había pasado. Solo quedaba una persona.
Alexander - ¿Qué podría estar pasando?... es bastante raro que sienta "Eso"… Supongo que tengo que ver a Tsuki, tal vez hice algo que la molesto…. – Fue lo más lógico que se le ocurrió a Alexander.
Alexander, con todo el cuidado que tenía retiro los cascos de Twilight y lentamente se bajó de la cama, giro su mirada hacia la cama y vio como la Alicornio balbuceaba mientras se acomodaba.
Alexander – "Susurro" Que bueno que no despertó, no quiero que se preocupe –
El soldado se puso sus botas, las cuales estaban a un lado de la cama y lentamente salió del cuarto y cerrando la puerta tras de él.
Cuando puso un pie fuera de la habitación volvió a sentir esa horrible sensación en su cuerpo.
Alexander – Sera mejor que me apresure – Termino de decir y se fue trotando hacia la habitación de Tsuki.
Mientras Alexander trotaba hacia la habitación de su compañera.
Twilight se despertó lentamente, justo después de que Alexander saliera.
Twilight - ¿Qué?... ¿Alexander? – Pronuncio, con un tono de confusión, al no verlo, al mismo tiempo que escuchan pisadas que se alejan.
Como cualquier ser pensante, con un poco de curiosidad decidió ver que era ese sonido. Al salir de la habitación pudo notar como una silueta bastante conocida se alejaba rápidamente.
Twilight – Mmm… Que extraño, ¿A dónde va Alexander? –
Era bastante extraño que Alexander tuviera tanta prisa, además de que no la había despertado.
La Alicornio salió de la habitación para seguir al Alexander.
Mientras tanto.
Alexander trotaba hacia la habitación de Tsuki. Pero algo comenzó a vibrar en su bolsillo. Confundido metió su mano, y de él saco un rectángulo de seis centímetros de ancho, no más grande que su mano. El soldado presiono un botón, el cual estaba situado en un costado. El rectángulo se abrió por la mitad, mostrando un cristal verde de siete centímetros de largo, y lo que se podía ver era las funciones habituales de un teléfono.
El soldado vio por un momento, en el centro había una foto de Tsuki, y más abajo un pequeño mensaje.
Alexander – ¿Una llamada perdida de Tsuki? – Ahora la intriga invadía a Alexander.
De forma rápida guardo su teléfono y apresuro el paso.
Momentos antes.
Tsuki estaba sentada en la orilla de su cama, sosteniendo contra su pecho lo único que la podía tranquilizar. A la vez se cuestionaba si decirle de una vez o no.
Tsuki Yami – ¡¿Por qué no puedo?!... aunque le llame… no cambiaría nada, él está con Twilight – La mente de Tsuki no dejaba de dudar, mientras sostenía el teléfono, soltó un pesado suspiro y marco el número de su compañero, dispuesta a decirle – ¡NO! – Lanzo su teléfono hacia la pared, el cual se cerró al chocar – No puedo… soy una tonta – Se volvió a recostar en su cama, y solo podía llorar por no tener el valor para decirle.
Tiempo actual.
El soldado al fin estaba frente a la puerta de Tsuki. Mientras los escalofríos se volvían más frecuentes, dándole una clara idea de que a Tsuki le pasaba algo malo.
Alexander introdujo la contraseña de la puerta, la cual le había confiado la dueña de la habitación, y la puerta se abrió de una forma muy silenciosa. Frente a él se encontraba su compañera, recostada en su cama. Alexander comenzó a preocuparse cuando escucho la escucho sollozar.
Se acercó lentamente a la cama, al mismo tiempo que el sollozo aumentaba, pero en un instante noto que la soldado estaba abrazando algo de color gris, muy parecido a una playera. Al acercarse un poco más vio que tenía un nombre bordado.
Alexander - ¿Tsuki?... ¿Estas bien? – Le pregunto a su compañera, con un tono de preocupación y tristeza en su voz.
Tsuki Yami - ¡¿Alexander?!… ¿Q-Que haces en mi habitación? – Se sobresaltó al saber que Alexander estaba en su cuarto.
Alexander – Tuve un mal presentimiento, además de que me llamaste, pero ¿Por qué lloras?, ¿Estas bien?... ¿Y por qué tienes una playera mía? –
En el momento que escucho eso puso la playera detrás de ella y seco sus lágrimas. Tampoco pudo evitar que sus mejillas tomaran un tierno color rosado.
Tsuki Yami – Emm… yo… es que… – No podía evitar tartamudear por los nervios.
Alexander se sentó a lado de ella, dirigió su mano hacia las húmedas mejillas de su compañera y lentamente las removió, al mismo tiempo que dedicaba una cálida sonrisa para que se sintiera mejor.
Alexander – Nunca te había visto llorar Tsuki, y aunque no sepa por qué… espero que sepas que, puedes confiar en mí, por eso quiero saber qué te pasa –
En ese momento Tsuki se había quedado helada. Jamás le había hablado así… tan… tierno, podía escuchar en su voz que se preocupaba por ella, que en serio la quería, y eso hacía que su corazón comenzara a latir fuertemente, al mismo tiempo que sus mejillas pasaban de ser rosadas a ser de un rojo intenso. Pero la fantasía tenía que terminar en algún momento, y la suya termino cuando recordó que el soldado ya tenía a alguien en su corazón. Aunque le doliera… era cierto.
Tsuki Yami – E-Estoy bien… solo… déjame sola – Tenía que estar sola, tenía que pensar claramente… y con el cerca, era imposible.
Alexander – Por dios Tsuki, estas llorando y tienes el rostro rojo… no puedes simplemente pedirme que me valla – El soldado se acercó más a ella y la sostuvo de los hombros, y la vio fijamente a los ojos – No me puedes pedir que me valla, no puedo dejarte así, vamos, somos amigos – Intento convencerla.
Al escuchar esas palabras el ya muy delicado corazón de Tsuki se rompió. Después de todo… solo significaba eso para él. Solo era una amiga más.
La soldado Tsuki no pudo contenerse más. Ahora había una mescla de amor y enojo en su destrozado corazón. Ya no le importaba nada.
Tsuki Yami – ¡Ese es el problema! – Al fin saco lo que tenía dentro.
Alexander – No entiendo… – Alexander… sorprendentemente aun no entendía la situación en la que se había metido.
Tsuki Yami – ¿Eso significo para ti? Solo una amiga – Por su voz se notaba que estaba al borde del llanto.
Alexander – Pues… si, somos amigos… pero aun no entiendo – Poco a poco comenzó a comprender lo que le ocurría.
Tsuki Yami – ¡¿Aun no te das cuenta?!... ¡Yo no quiero ser solo una amiga para ti!... acaso… no te das cuenta que… yo te quiero – No podía creerlo, por fin había tenido el valor para decirle, a la vez podía sentir como se desprendía de un gran peso en sus hombros – Desde que estábamos en el campamento… yo era la única mujer en todo el lugar, y tu intentabas callar a esos idiotas que se burlaban de mí, los que me decían cosas como "La casina no es aquí, presiosa" o "¿Por qué no vas a prepararme un Sándwich?" cosas estúpidas, aunque… sabias que yo podía cuidarme sola, después nos pusieron, casualmente, como equipo… paso el tiempo… y yo comencé a sentir algo… más fuerte por ti, luego nos graduamos y… pasamos un año y medio juntos… peleando con esas cosas, y ese tiempo no hiso más que hacer crecer lo que siento por ti – En ese punto las lágrimas no dejaban de mojar sus enrojecidas mejillas.
Alexander no sabía que pensar. Jamás había visto ese lado de su compañera, pues siempre había sido ruda, alegre y muy bromista, pero jamás sentimental.
Alexander – Y-Yo… no sé qué decir… digo, nunca vi que te comportaras de esa forma… no era usual de ti muestras tus sentimientos –
En ese momento ella se dio cuenta de ese gran error. Jamás le había dado una "Indirecta" o algo por el estilo. Un grave error.
Tsuki Yami – Muy cierto… aun así… yo tenía la esperanza de que te dieras cuenta, o que yo me animara a decirte… pero mi oportunidad se esfumo cuando llego Twilight… tu… fijaste tus ojos en ella, te enamoraste… y yo… no pude hacer otra cosa que apoyarte… sigues siendo mi compañero, y alguien muy especial para mi… pero… no puedo olvidar lo que siento – Ahora las lágrimas brotaban cada vez más.
Alexander – Tuski… yo… – El soldado intento secar las lágrimas, pero Tsuki paro bruscamente su mano.
Tsuki Yami – Déjame sola – Le ordeno.
Alexander – Pero… –
Tsuki Yami - ¡Solo vete! ¡Ve con Twilight!... yo… quiero estar sola –
El soldado no podía hacer nada más, podía ver la tristeza de Tsuki reflejada en sus vidriosos ojos.
Alexander se levantó, con su mente hecha un desastre, y con una sensación de que todo era su culpa. Camino los pocos metros que había de la cama a la puerta y salió de la habitación.
Al salir se llevó una gran sorpresa al encontrarse con Twilight, la cual parecía que había escuchado todo.
Gracias a los que aún siguen esta historia. Recuerden que estoy escribiendo dos historias a la vez, esta y "El legado de Star Swirl" la cual subiré… en algún momento :b. Dejen sus reviews y todo eso. Nos leemos luego.