Proyecto Salvación Planeta 72831
Chapter 12: Capitulo 10: Refugio Este
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Capítulo 10.
Saludos a todos los fans de este fic… como se debieron dar cuenta, me tardo bastante en actualizar… pero… no lo puedo evitar… me distraigo con facilidad :3… aunque ya tengo más o menos ideado el cómo se va a desarrollar la historia, de pronto me dan bloqueos, en los que no sé cómo acabar una escena, pero eso no importa en este momento, lo que importa es que ya está listo… más o menos, pues solo es de 3000 palabras, por el momento disfruten el capitulo 10.
Los días que Twilight había pasado en el Área 51 habían pasado de forma rápida. Aun que para ella había sido difícil acostumbrarse a tanta tecnología, al ser una Alicornio que no la usaba muy a menudo que digamos, dar un salto tan grande y usar tecnología tan avanzada... No había sido fácil, pero al final se comenzó a acostumbrar.
En este momento Twilight estaba en una habitación con algunos instrumentos médicos, máquinas para checar el pulso, otras para ver dentro del cuerpo, Etc.
La Alicornio había accedido a que le hicieran algunos exámenes para saber más acerca del funcionamiento de su cuerpo.
Científico 1 - Por favor recuéstese en esa camilla - Le ordeno, apuntando a una camilla, que estaba conectada a lo que parecía ser un láser de 1/2 metro de ancho.
Twilight - Emmm... Supongo que esto no va a doler... ¿Verdad? - Le pregunto al Científico, un poco temerosa de lo que pudiera pasar.
Científico 2 - Claro que no dolerá señorita –
Twilight - "Suspiro" Eso es bueno...por cierto... ¿Que se supone que es esta máquina? - Les pregunto a los Científicos, apuntando a la misma.
Científico 1 - Recuéstese y le diremos -
La Alicornio se acostó en la camilla de la extraña máquina.
Científico 2 - Esta máquina se llama "Máquina de Rayos X" y sirve para poder ver que hay en el interior de tu cuerpo sin tener que abrirte - Le intento explicar de forma sencilla a la Alicornio.
Twilight - Es como... Si le tomaran una foto al interior de mi cuerpo -
Científico 1 - Exento, esto se usa para saber si alguien tiene algún hueso roto, para ver si ingeriste algo extraño o para ver si algún órgano interno está dañado -
Twilight - Woow... Que interesante - No pudo evitar emocionarse al saber lo que podía hacer esa máquina.
Científico 1 - Muy bien señorita, solo no se mueva, terminaremos muy pronto - Le sugirió a Twilight
El científico presiono un botón, el cual estaba ubicado en un tablero y la maquina comenzó a funcionar.
Una luz de color verde salió de la parte superior de la máquina y comenzó a escanear el cuerpo de Twilight de arriba hacia abajo. Mientras él una pantalla situada en el tablero mostraba imágenes del interior del cuerpo de la Alicornio.
Los dos científicos comenzaron a ver los resultados mientras Twilight se sentaba en la orilla de la camilla.
Twilight – ¿Y bien? – Pregunto, interesada de saber que había dentro de ella.
Científico 1 – Esto es sorprendente, su cuerpo es bastante similar al de los humanos… la única cosa rara es un órgano extraño – Comento el científico, arqueando una ceja.
Twilight – ¿Y cuál es ese órgano extraño? –
Científico 2 – El órgano esta aparentemente situado cerca de su corazón, unos cuantos centímetros a la izquierda – Comento, mientras observaba las radiografías en el monitor – parece ser un poco más grande que el corazón… además de eso, parece ser que tiene los mismos órganos que los humanos –
Twilight – Ohh, que interesante, ¿Qué sigue ahora? - Dijo con algo de intriga en su voz.
Mientras los científicos seguían con las pruebas. En la habitación del portal los ingenieros trabajaban arduamente para que la maquina volviera a funcionar, pero, al parecer no tenían mucho éxito. Aunque la mayor parte de la maquina estaba reparada, había una pieza que todavía se necesitaba.
Ingeniero 1 – Ya está lista, solo necesitamos celdas de energía nuevas –
Jefe - ¿Nuevas?, ¿Qué paso con las celdas antiguas? –
Ingeniero 2 – Las celdas quedaron hechas añicos, suerte que estaban protegidas, si no lo hubieran estado, la Antimateria contenida en ellas habría sido suficientemente fuerte como para destruir el planeta… está seguro que no hay algo… menos peligroso para usar – Pregunto, con un tono de miedo en su voz.
Mientras tanto muy, muy lejos de ahí.
En un helicóptero de carga los soldados Tsuki Yami y Alexander Carnegie junto con otros tres soldados transportan comida hacía las bases subterráneas, pero no era una misión fácil como pareciera, pues las grandes cantidades de radiación que recientemente se habían dirigido a la tierra habían ocasionado mutaciones a los animales que se habían adaptado a las grandes olas de calor, por lo tanto tenían que tener trajes especiales anti radiación, pero no eran los trajes grandes y amarillos que se veían en la antigüedad, ahora eran trajes de alta tecnología, como los que antes se veían en las películas de ficción o en os videojuegos. Un traje que se amoldaba al cuerpo, que hacían la mayor parte del trabajo duro, ahora era un traje computarizado, el cual podía resistir grandes cantidades de calor, frio o radiación sin que el piloto sufriera daño.
Los soldados que se encontraban dentro del gran helicóptero, el cual también estaba recubierto con una gelatina muy fina que evitaba que la radiación y el calor afectara a los que se encontraban dentro del mismo, se encontraban charlando entre sí, pues el camino era largo y lleno de peligros, no solo en tierra, también por el aire.
Tsuki Yami – Al fin nos dieron una misión del exterior, ya sabes… como no hay muchas cosas que hacer dentro de ese laboratorio - Comento la única soldado mujer a bordo del helicóptero.
Alexander – De cierta forma es bueno y malo, bueno porque podemos salir a tomar el fresco… de cierta forma… y malo porque nos exponemos aquí afuera –
Tsuki Yami – No seas bebe… como si no supieras defenderte solo – Se comenzó a burlar de su compañero, mientras los demás se reían entre dietes.
Alexander – No sé tú, pero yo prefiero mantenerme alejado de los pájaros radioactivos de cuatro metros de largo, con un pico de 1\2 metro de largo capas de perforar acero como mantequilla… no sé si ya les hayas tomado cariño –
Tsuki Yami – Ja, eso jamás –
Los soldados dentro del helicóptero comenzaron a reírse por el comentario de Alexander, pero la diversión no duro mucho. Mientras todos reían a carcajadas un gran estruendo proveniente del costado del helicóptero hiso que las risas se callaran y el ambiente se pusiera silencioso, hasta que otro estruendo, más fuerte que el anterior volvió a azotar el helicóptero.
Piloto – Nos están atacando, ¡Defiendan el cargamento! – Hablo el piloto por el micrófono de la cabina.
Alexander – Ya escucharon, ¡Vamos! –
Los soldados, incluyendo Tsuki, se levantaron de sus asientos y se dirigieron a la esquina contraria del helicóptero, en la cual había propulsores que se conectaban por la espalda al traje mecánico.
Los soldados se apresuraron a conectar los propulsores a sus trajes y tomar sus respectivas armas, abrieron la puerta de helicóptero y saltaron de él.
Ya los soldados fuera del vehículo pudieron ver lo que los atacaba. Unas creaturas, semejantes a halcones, las cuales tenían más de tres metros de largo y cuatro de ancho con las alas extendidas, un pico de 1\2 metro y garras de quince centímetros, además de un pelaje grisáceo y ojos verde brillante.
Las dos enormes creaturas, que habían sido atraídas por el olor a carne se abalanzaros con rapidez a sus futuras presas, listas para devorarlas.
El primero voló directo hacia Alexander, pero fue detenido por una ráfaga de balas de Manuel, uno de los tres soldados que acompañaban a Alexander y Tsuki.
Manuel - ¡Vamos, tenemos que proteger el cargamento! – Le grito a sus compañeros.
Los soldados apuntaron las armas y comenzaron a defender el helicóptero, pero era demasiado complicado, pues las enormes creaturas se movían de un lado al otro mientras los intentaban empalar con sus garras.
El primero en eliminar a uno fue Richard, el 2do de los tres soldados del equipo, el cual había matado a una de esas creaturas, la cual estaba a punto de empalarlo, pero todavía quedaban uno más que amenizaba con matar al equipo.
La última de las aves que todavía seguían vivas se abalanzo hacia Tsuki por la espalda y la sostuvo con sus enormes garras, mientras hacía precio y rompía lentamente el traje. Tsuki comenzó a forcejear con la creatura para que la soltara, pero era inútil, Alexander voló rápidamente hacia la cabeza del monstruo y le pego una bomba en la nuca, al hacerla detonar la cabeza y una parte del cuerpo del animal explotó, soltando a Tsuki, la cual apenas podía permanecer en vuelo.
El último de los soldados, Ralph voló hacia Tsuki y con la ayuda de Alexander la llevaron rápidamente hacia el helicóptero, antes de que el traje cediera y la radiación la comenzara a afectar. Al entrar al helicóptero Ralph cerró la puerta, mientras Alexander ayudaba a Tsuki a quitarse el traje.
Tsuki Yami – Ya te dije que estoy bien – Le insistió a su compañero, quien le ayudaba a quitarse el dañado traje.
Alexander – Te acaba de atacar una ave radioactiva, la cual perforo tu traje… ¿Segura que estas bien?... podría crecerte una 3er oreja si no te tratan – Comento, para hacer reír a Tsuki, lo cual había funcionado.
Tsuki Yami – Jejeje, si Alex, estoy bien, de cualquier modo, ya casi llegamos… ¿Cierto? –
Alexander – No tengo idea… voy a preguntarle a nuestro piloto, tu siéntate y no habas esfuerzo – Le sugirió a su compañera, mientras se dirigía a la cabina del piloto.
Tsuki Yami – Ya no soy una niña… por si no lo notaste – Le grito, antes de que se fuera.
Alexander - ¡Pues te comportas como una! – Le contesto, mientras levantaba una mano, en señal de despedida.
Manuel, Richard y Ralph se comenzaron a reír por la divertida discusión que se había formado entre sus dos compañeros.
Alexander camino hacia la cabina del piloto, dispuesto a preguntar cuanto faltaba para llegar a su destino.
El soldado se acercó a la puerta de la cabía y toco tres veces, luego de unos momentos la puerta se abrió y el soldado se introdujo en la cabina.
Piloto – Alexander, ¿Cómo les fue haya afuera?, parecía que era grabe – Le pegunto, sorprendido de verlo ahí.
Alexander – Y lo fue Andrew, por poco y matan a Tsuki – Le informo al piloto, el cual se mostró sorprendido.
Copiloto – Wow… supongo que la salvaron… ¿No? – Pregunto el Copiloto, con un ligero tono de preocupación.
Alexander – Claro Rick, por suerte la logramos meter dentro del helicóptero antes de que la radiación penetrara su traje –
Andrew – Al menos todo salió bien – Dijo el piloto, dando un suspiro de alivio al saber que nadie había salido herido
Alexander – Por cierto, ¿Cuánto falta para llegar al refugio Este? –
Rick – No falta mucho… unos… 36 minutos… más o menos –
Alexander – Gracias – Agradeció por la información y se fue a informarles a los demás.
Manuel – ¿Y bien?... ¿Cuánto falta para llegar? –
Alexander – Al parecer unos 36 minutos –
Tsuki Yami – "Suspiro" Al menos falta poco – Suspiro de alivio al saber que ya casi llegaban al refugio Este.
Alexander – Es cierto, y más por lo que acaba de pasar – Dijo, mientras se sentaba alado de Tsuki.
Mientras tanto en otra parte.
Área 51, Celda 0.
Mientras Tsuki, Alexander y los otros tres soldados se dirigían al refugio Este para reabastecerlos de comida y agua.
En la Celda 0 del Área 51, la malvada Celestia, la cual ya estaba consciente, no dejaba de darle vueltas a la misma pregunta, "¿Cómo una raza inferior la había derrotado?" y como todo villano, le parecía una vergüenza algo así, pero sin duda tenía un plan, no solo para salir de ahí, también para obligar a los humanos a obedecerla, y con ellos erradicar a las razas inferiores de Equestria. Solo se tenía que sentare, relajarse y espera a que su plan de respaldo diera frutos, pues no era estúpida, sabía que había una posibilidad de que la capturaran, y por ello había ideado un plan que sin duda la sacaría de ahí.
De vuelta con Alexander y Tsuki.
Los soldados que en este momento custodian los cargamentos con agua y comida, esperan tranquilamente para llegar a su destino, el refugio Este, pero la atención no la centraremos en ellos… por el momento.
Mientras los solados platicaban tranquilamente, para que el viaje se hiciera más corto, en la cabina del piloto algo raro estaba por ocurrir.
Cabina del piloto.
El piloto Carlos y su copiloto Bob dirigían el gran helicóptero hacia su destino, charlando de cosas al azar, familia, alguna novia etc., pero algo raro y peligroso esta por ocurrir.
Carlos – Jejeje, te lo digo en serio, ese científico del nivel –C se la pasa viéndote raro – Le comento a su copiloto y amigo, con un tono de broma.
Bob – Deja de jugar Carlos, es imposible –
Carlos – Jeje, no me creas, pero creo que le gu… ¡Arrggg!– No pudo seguir la broma, pues dio un pequeño grito de dolor, mientras se sostenía la cabeza con una mano, y seguía controlante el helicóptero con la otra.
Bob – Hey Carlos, ¿Estas bien viejo? – Le pregunto, con un tono de preocupación en su voz, no sin antes de poner el piloto automático.
Carlos – Arrgg… si… eso creo - Le dijo a su compañero, mientras se tapaba la cara – No hay problema… solo me dio un dolor de cabeza – Le informo al copiloto, pero algo raro paso en ese momento, por un momento sus ojos se tornaron completamente negros.
Bob – Emm… ok… si te vuelve a pasar avísame, es peligroso que maniobres un helicóptero con seis pasajeros – Le informo, aunque con un tono de broma.
Carlos – Tienes razón – Le dijo, mientras ponía su brazo en su hombro, lo que el copiloto no noto fue que un humo negro salió se la mano del piloto y se introdujo en el traje de Bob, para después meterse en su oído.
Después de unos minutos de plática normal, Bob se comenzó a sentir igual que Carlos, muy mareado y con un dolor de cabeza horrible, y al igual que su compañero, sus ojos se tornaron negros por un instante.
Ambos solados se vieron a la cara por unos segundos, mientras sus ojos comenzaban a tornarse negros y sus caras se ponían totalmente seria. Carlos lentamente desvió el curso del helicóptero, para después poner piloto automático y junto con Bob se dirigieron a la puerta de la cabía, no sin antes que sus ojos volvieran a su color normal, pero una aura maligna seguía rodeándolos, y al parecer controlándolos.
Los soldados que cuidaban las provisiones platicaban de forma tranquila, cuando la puerta de la cabina se abrió y de ella salieron el piloto Carlos y el copiloto Bob, ambos con una cara aparentemente normal, ambos embonando una pequeña sonrisa amistosa, nada fuera de lo común para los soldados. Alexander y Tsuki les dio un repentino escalofrió, pero no era uno normal, casi igual al que sintieron al ver a Celestia, pero este era más débil, pero aun así era un poco notable para ambos soldados, pero no para Andrew, Rick y Manuel.
Rick – Emm… ¿No se supone que deberían estar piloteando el helicóptero?... digo, podríamos chocar con algo – Les pregunto a ambos pilotos.
Bob – No te preocupes, está en piloto automático –
Carlos – Si, además no falta mucho, y el camino es todo recto y sin obstáculos – Respondía, de una forma calmada y al parecer regular.
Bob se acercó a ellos y se sentó en medio de Rick y Manuel, posando cada mano en un hombro.
Bob – Relájense un poco… después de todo, acaban de luchar con una cosa radioactiva – Comento de forma amistosa, lo que ambos no se dieron cuenta fue que el mismo humo negro salió de las manos de copiloto y se introdujo en el traje y posteriormente en el oído de ambos soldados.
Carlos – Si, relájense, después de todo ya casi llegamos – Dijo, acercándose a Andrew y posando su brazo en su hombro, para que posteriormente el mismo humo negro se introdujera en el cuerpo del soldado.
Esa corta platica y el comportamiento de los pilotos sin duda se le había hecho raro a Alexander y Tsuki, los cuales se miraron el uno al otro, con sus cejas arqueadas por la confusión.
Tsuki Yami – Ok… me sentiría más segura si se fueran a sus respectivos puestos – Comento la soldado, mientras se paraba de su asiento, por si alguno de ellos hacia un movimiento extraño.
Andrew – Concuerdo con ella, sería mejor que pilotearan el helicóptero, por si alguien… o algo más nos ataca – Comento uno de los soldados que estaban sentados.
Carlos – Vamos, parece que me odias – Comento entre risas, acercándose y poniendo su brazo en su hombro, el cual estaba relativamente desnudo, ya que era la única soldado que no tenía un traje puesto.
En el momento que Carlos poso su brazo en el hombro de Tsuki un gran escalofrió recorrió su cuerpo, no solo por la extraña sensación de maldad que sintió, también porque su mano se sentía totalmente fría, como la piel de alguien que ya había muerto. En ese mismo instante quito salvajemente el brazo del piloto y se hiso hacia atrás, evitando así que el extraño humo se introdujera en ella, pero el humo se mantuvo flotando en el interior de helicóptero hasta que voló hacia Carlos y se introdujo en su cuerpo, a través de su oreja.
En ese mismo instante ambos se hicieron unos pasos hacia atrás, pues ambos habían visto perfectamente el extraño humo negro que estuvo a punto de meterse en Tsuki.
Alexander - ¿Quiénes son ustedes? – Pregunto, de forma calmada y sin moverse, pues no sabía si la cosa que tenían dentro era capaz de volver a los pilotos hostiles.
Los pilotos cerraron los ojos por un momento y cuando los abrieron tenían los ojos totalmente negros, al igual que sus tres compañeros.
Bob – Esperaba hacer esto tranquilamente y poseer sus cuerpos, pero tendrá que ser por la fuerza – Les dijo, de una forma bastante tranquila, era casi como si fuera él.
Bueno, espero que haya sido de su agrado, recuerden dejar sus reviews, además de sugerencias para mejorar la calidad del fanfic. Sin otra cosa que decirles… Nos leemos luego.