Proyecto Salvación Planeta 72831.

Capítulo 9.

Hola a todos los fans de este Fanfict. Quiero empezar con una sincera disculpa, pues la razón por la que no había escrito no es por falta de tiempo o Pc, la verdad es porque, se me estaba comenzando a hacer monótono el escribir, y en lo personal odio la monotonía, pero ya le agarre el gusto a escribir. Así que, sin más que decir, que lo disfruten.

En las instalaciones del Área 51, las cuales ya no son tan secretas, se hacen innumerables cantidades de experimentos, todos para hacer la vida de las personas mejor, pues la guerra, la muerte y los experimentos atroces ya son cosa del pasado, cosa de una era que debe quedar enterrada para siempre.

Uno de esos experimentos es una máquina que crea grietas en el espacio para viajar a planetas muy alejados de nuestro sistema solar. La máquina, conocida como "Salvación", se utiliza para un solo fin, asegurar la vida de la raza humana, enviando a todos los humanos… los que aún quedan vivos, pues, por desgracia la mayoría de la raza humana ha muerto por la increíble radiación que el sol a mandado a la Tierra. Los humanos que aún siguen con vida están resguardados en instalaciones subterráneas, para que la radiación no les afecte.

En estos momentos el Proyecto Salvación esta fuera de servicio por un incidente que ocurrió, el cual es innecesario contar, ya que lo deben conocer perfectamente, en fin, en estos momentos la princesa Celestia está encerrada en la celda más segura de todas, pues el temor de que la princesa despierte y elimine a los pocos humanos es evidente… pero por suerte hay un ser del planeta que podría salvar a los humanos, está dispuesta a salvar la mente de Celestia, una princesa llamada Twilight Sparkle, la cual llego gracias a una llamada de emergencia que Alexander le hiso, y que, por suerte había recibido… pero… ¿Dónde está Twilght en este momento?, sin duda está muy bien acompañada.

La Tierra, 8:33 P.M.

En el comedor del Área 51 soldados y científicos comen tranquilamente, unos platicando de las futuras misiones para ayudar a las personas enfermas que tendrían, otros hablando de los nuevos descubrimientos e inventos que habían hecho, en especial un trio, que estaba comiendo tranquilamente en una mesa, situada en la esquina inferior izquierda del inmenso comedor, cerca de la entrada principal.

Tsuki Yami, Alexander Carnegie y Twilght Sparkle, los tres comiendo diferentes platillos, cada uno de su agrado, Tsuki comiendo unos clásicos Chiles Rellenos mexicanos, Alexander una clásica y siempre disfrutable Hamburguesa, y Twilight comiendo Caldo de Vegetales, Todos con una sonrisa al saborear la comida de cada uno.

Tsuki Yami – Nunca me cansare de comer esto – Les comento, con una gran sonrisa mientras le daba otro bocado a su Chile Relleno.

Alexander – Pues una Hamburguesa siempre es disfrutable – Le dijo a su compañera, disfrutando el bocado que tenía en la boca.

Twilight – Esto es simplemente delicioso – Les dijo, con una gran sonrisa mientras le daba otro sorbo a su Sopa de Vegetales.

Tsuki Yami – Twilight, ¿Tienes algún familiar en tu mundo?... ya sabes, un hermano… tal vez tus padres – Pregunto la soldado, intentando formar una conversación.

Twilight Sparkle – Claro, mi hermano Shining Armor y mis padres, además de mis amigas, la verdad los extraño – Respondió con un tono de nostalgia.

Alexander – No te preocupes Twilight, muy pronto estarás con ellos… claro, cuando se repare el portal… por cierto Tsuki, ¿Sabes cuándo estará listo el portal? –

Tsuki Yami – Mmm… no estoy segura… lo poco que escuche fue que el portal había sufrido más daños de lo que se había predicho, así que podría tardar… lo siento Twilight –

Twilight – No, no hay problema… además… creo que mi estancia aquí será más placentero – Dijo la Alicornio, con la voz entre cortada y las mejillas coloradas, pues no se acostumbraría fácilmente a tener un novio, y más uno que es muy distinto a ella.

Momentos antes.

En una habitación del Área 51, dos individuos experimentaban sensaciones que nunca habían sentido, esos eran nada más y nada menos que Twilight y Alexander, ambos artos de negar lo que se había estado formando con bastante rapidez este día.

Alexander tenia a Twilight entre sus brazo, fundido en un abraso que jamás quería romper, y unidos por un beso que podría sanar cualquier corazón roto.

Twilight también sentía lo mismo que el soldado, y al igual que él, su mente se había rendido ante el hecho de negar lo que sentía y ahora estaba dispuesta a demostrarle no solo a él, sino a si misma de que los libros no siempre eran la mejor compañía.

Los labios de ambos se negaban a romper ese beso, pero, como era de esperarse, sus pulmones necesitaban oxígeno. Sus bocas se separaron lentamente, con sus mejillas sonrojadas y sus corazones con ganas de más, pero, aunque Alexander había decidido disfrutar y corresponder el cariño que Twiligth quería transmitirle, tenía algo que aclararle.

Alexander – Twilgith… tengo algo que decirte – Le dijo a Twilight, intentando recuperar el aliento por el beso que recientemente estaban compartiendo.

Twilight – ¿Si Alexander? – Dijo, con un tono de curiosidad, pero dejándose llevar por el tierno momento.

Alexander – La verdad… no sé lo que me ha pasado en este día, aquí es muy mal visto que alguien trate… tan cariñosamente a una… creatura diferente a la nuestra, y la verdad aun ni me hago a la idea – Le comento a Twilight, con toda la sinceridad posible.

Twilight – La… la verdad me siento igual… estos días he sentidos que no he sido la misma… la verdad es que… tu eres lo más cercano a un… novio… que he tenido… y todo esto… es nuevo y muy raro para mí – Confeso, con hmucha vergüenza.

Alexander se acercó a ella y le la envolvió en un tierno abrazo, por alguna razón la comprendía, comprendía lo difícil que debía ser para ella, y lo avergonzada qué se debería sentir.

Alexander – No te preocupes, lo que en realidad te quería decir es… que, aunque me parezca raro, aunque viole todo lo que me han enseñado… ahora no me importa, y la verdad me gustaría que saliéramos formalmente – Le confeso al fin, con una sonrisa cálida dirigida al confundido corazón de Twilight.

Twiligth no pudo responder nada, solo se había lanzado al soldado y lo envolvió con sus suaves labios. Ella se había imaginado lo peor, se había imaginado que el soldado le diría que no la quería, que se alejara de él, pero por alivio de su corazón no había sido así, había sido mucho mejor y sin duda disfrutaría los días que estuviera en la Tierra con su nuevo y primer novio.

Volviendo a la cafetería.

Para vergüenza de Twilight no se había dado cuenta de la vergonzosa frase qué había dicho por error, y un rubor en las mejillas de Twilight no se había hecho esperar, pero al instante sintió una cálida mano que se posaba en su cabeza mientras le revoloteaba la melena con ternura, lo cual hizo sentir más tranquila a Twilight.

Tsuki Yami — Emm... esto se está poniendo un poco raro... ¿Podrían no actuar de forma melosa frente a mí?... es un poco incómodo — Lo dijo con tono de broma, pero en parte era verdad... la situación se había vuelto incomoda.

Twilight — Emm... lo siento... no pude evitarlo — Contesto, con un tono de vergüenza, pero no podía evitarlo, pues en lo único que podía pensar era en el soldado, el cual había sido elegido para ser el dueño del corazón de la aprendiz de princesa, Twilight.

Tsuki Yami — No te preocupes Twilight, vas a estar aquí por un tiempo, lo mejor sería que disfrutaras tu estancia... con Alexander — Le dijo, con un tono pícaro en su voz, el cual pudo notar la Alicornio, lo que hizo que se sonrojado y comenzara a jugar con su pelo.

Alexander — ¡¿Tsuki?! Que cosas le dices, que no vez que es inocente y tú le llenas la cabeza con cochinas — Regaño a su compañera, pues ella siempre había sido así, muy alegre y siempre diciendo bromas... no aptas para menores.

Tsuki Yami — Lo que tu quisieras es llenarla... pero con otra cochinada... pervertido — Bromeo, con una sonrisa pícara en su rostro, era obvio que todos en esa mesa habían entendido el comentario.

Si Twilight se había ruborizado en algún momento, ahora su cara parecía una manzana grande y roja, pues había entiendo el comentario de Tsuki y obviamente había sido inevitable que una imagen mental se generara en su mente.

Alexander — No puedo creer lo que acabas de decir... no me quiero imaginar que pasa por tu pervertida y retorcidas mente... y para ser honesto... no me quiero enterar — Le dijo a Tsuki, en tono de broma... aun que tenía algo de verdad en su voz.

Tsuki Yami — Bueno — Dijo en voz alta, terminando de disfrutar su comida — Si me disculpan, voy a donde está el portal... haber en que puedo ser útil — Se paró de su asiento y se dirigió a la salida.

Alexander — Lo siento por los... extraños comentarios de Tsuki... siempre ha sido así, pero es buena amiga y una excelente compañera — Le dijo a Twilight, con una sonrisa en su rostro, pues le tenía un gran aprecio a Tsuki... aun que se la pasara haciendo chistes... algo fuertes.

Twilight — A veces dice... cosas raras... pero se ve que es buena persona —

La ahora pareja terminaron de comer de forma tranquila, platicando de cosas al azar, de las similitudes entre Equestria y La Tierra, de sus vidas etc., etc. Al terminar ambos se encaminaron hacia la habitación de Alexander, el soldado le acariciaba la melena de forma tierna mientras caminaban, pues ya se estaba haciendo a la idea de ser el novio de Twilight, y se había decidido a hacer feliz.

Twilight se sentía de la misma forma que Alexander, bueno, ella se sentía un poco diferente, para ella todo eso era muy nuevo, eso de tener novio nunca había sido algo que ella buscara con desesperación, lo más cercano que había experimentado era con ese chico humano, Flash Sentry, pero nunca se había concretado nada, pero esta vez sentía que era diferente, se sentía de una forma insospechada, se sentía muy feliz alado de él, se sentía segura, protegida, sentía que nada le podía pasar si estaba con él, además de que se sentía muy nerviosa cuando estaba con él.

Así es el amor, extraño y a veces inesperado, pero cuando llega, puede ser lo mejor del mundo, podía lograr que una persona lograra cosas imposibles, podía hacer muy feliz a alguien... pero también podía hacer infinitamente triste a alguien desafortunado, pero esperemos que no es el caso de Alexander y Twilight.

Después de caminar por un rato, al fin ambos llegaron a su destino, la habitación de Alexander, pues eran alrededor de las 9:30 de la noche, y la verdad no había mucho que hacer en una instalación subterránea.

Ambos atravesaron la puerta computarizada de la habitación. Nerviosos por la extraña situación en la que estaban, por una parte, al soldado se le hacía muy raro toda la situación en la que se había metido, pues compartir tu cuarto con un ser, que al parecer es tu pareja… no era fácil de digerir, pero se había prometido a si mismo intentar una relación con la inexperta Twilight.

Sin duda ella era la que tenía más nervios, pues la verdad es que, siempre había estado sumergida tanto en los libros que nunca le había preocupado los problemas de las yeguas normales, como conseguir un pony especial… además de tener un hermano como Shining no ayudaba de mucho, ya que siempre fue un hermano muy sobreprotector, pero aun así a ella nunca le había interesado esas cosas. Solo vean como actuó con Flash Sentry cuando fue al mundo "Humano" entre comillas, pues el color de piel de los habitantes era… MUY variada.

Twilight camino de forma tímida al cuarto y se sentó en la orilla de la cama, con la mirada perdida, pues, desde hace un rato su mente no dejaba de pensar en sus amigas de PonyVille, y sobre todo en la aprisionada princesa. Era un poco obvio que se preocupara por ella, pues a lo largo de los años había compartido muchos buenos momentos con ella, y fue inevitable que le tomara cariño a Celestia.

Alexander noto lo callada que Twilight se había puesto y no pudo evitar preocuparse.

Alexander – Twilight… ¿Estas bien?, te noto algo callada – Le pregunto a la Alicornio, con un tono de preocupación.

Twilight – ¿Qué?... oh nada importante – Le contesto al soldado, con una sonrisa falsa, pues se sentía incomoda diciéndole sus problemas.

Alexander – Twilight, se te nota muy preocupada, vamos, sabes que puedes confiar en mí – Le dijo, con una sonrisa cálida, mientras se sentaba alado de ella.

Twilight lo volteo a ver, con una cara de duda, pero de alguna forma sabía que era cierto, sabía que podía confiar en él, que podía decir lo que pensaba y lo que sentía y que él la consolaría.

La Alicornio dio un suspiro y decidió contarle sus preocupaciones.

Twilight – Es que… estoy preocupada por mis amigas de PonyVille, me vine aquí rápidamente y no tuve tiempo de decirle a nadie… además… me preocupa la princesa… ella ha sido muy importante para mi desde que tengo memoria – Le confeso sus problemas, sintiéndose un poco mejor.

Alexander – Te entiendo… también me he sentido así… y más porque mi familia esta haya afuera, arriesgando su salud… pero no gano nada con preocuparme, mejor intento estar en contacto con ellos, igual contigo, a ellos no les va a pasar nada malo –

Twilight – Tienes razón… solo me hago daño al preocuparme… – Le respondió, con una sonrisa al notar lo preocupado que él se había puesto al verla triste.

Twilight se acercó al soldado y lo envolvió con sus cascos. El soldado no tardo en corresponder el abrazo de una forma muy tierna. Sin duda sentía algo por el unicornio, algo que, sin duda era raro… bastante… pero a ninguno de los dos le importaba.

El resto del tiempo que pasaron juntos fue bastante rutinario, Alexander ser dio una ducha, después Twilight, quien tuvo unos problemas para averiguar cómo funcionaba la ducha, pero al final se ducho y ambos se fueron a dormir, abrasados el uno al otro, de una forma muy tierna. Y aunque las preocupaciones que atormentaban a la Alicornio seguían presentes, al menos tenia al soldado para sentirse mejor, ese soldado que se había convertido en la persona más importante en su vida y en su corazón.

Espero que este capítulo haya sido de su agrado. Me disculpo… otra vez… pero esta vez es por lo corto que es, pero bueno… esta vez sacare el siguiente capítulo más pronto. Recuerden dejar sus Reviews. Nos leemos luego.