Parallel Stories
Chapter 16: 1x11 - Reddish - Parte 2
Previous Chapter Next ChapterTodos los personajes originales y el mundo pertenecen a Hasbro y a Laurent Faust. Todos los derechos les pertenecen.
Este es un fanfic de fan para fans.
Agradecimientos a todos los que me han animado, apoyado y ayudado con este fanfic y con mi vida diaria...
+A los que me han revisado el fanfic y añadido este estilo tan especial:
-Daniel Campos Fernández - Arreglos y estilos (dejó de participar en el capítulo 1x03).
-LloydZelos, Volgrand y Unade - Revisión.
+Y a vosotros, los lectores, que estáis a las duras y a las maduras.
Espero que os divirtáis tanto leyendo como lo hice yo escribiéndolo.
Este es un capítulo especial, el cual he dividido en cuatro partes para su mejor lectura (en total son algo más de 30.000 palabras y 66 páginas).
Tags: [Sad/Triste] - [Dark/Oscuro] - [Adventure/Aventura] y un poco de [Tragedy/Tragedia] - [Comedy/Comedia] - [Romance/Amor]
MY LITTLE PONY
PARALLEL STORIES
Chapter 1x11
Reddish
Parte 2
Wise había sacado de su resguardo oculto la armadura de guerra y la puso, parte por parte, sobre la cama, observando el conjunto con una mirada vacía. Su mente estaba en otra parte: aunque poco había que investigar sobre el asunto del huevo, pues únicamente podía haber sido uno de los mineros, aún no sabía a ciencia cierta si el huevo había sido introducido furtivamente o si la habían invocado dentro de la mina usando la magia.
Y también tenía dudas sobre el motivo de tal hecho… quizás fuese para comprobar la seguridad de Northwest Mines Town, o bien para probar el correcto funcionamiento de algo dentro de la mina… o quizás fuese para atraer la atención hacia la mina, o incluso desviarla de ella.
Sin embargo, estaba seguro de que tenía que ver con los robos que habían ocurrido en Detrot y en la mismísima Canterlot. Todos los objetos robados estaban relacionados con Gentle, así que lo más seguro es que el objetivo a robar fuese algo en el interior de la mina, pero también podría ser una estratagema para robar en la mismísima casa de la unicornio de dos colores.
Decidió entonces, mientras se ajustaba los protectores internos de los cascos, que lo mejor sería, por una pate, vigilar la casa de Gentle y, por otra, pedirle a Muffled la tabla de horarios de entrada y salida de mineros, para buscar en él un mínimo descuadre o cualquier alteración que le pudiera proporcionar una pista. Claro que solicitar la ayuda a Muffled implicaba meterla de lleno en un asunto demasiado turbio y peligroso, y no quería hacerlo… Aunque… ¿Y si pedía la colaboración de todos los miembros del Consejo? Sí, era la mejor opción.
Cuando cogió la siguiente parte de la armadura, escuchó un griterío en la calle, a la vez que, a través de la las cortinas de la ventana, entrevió oscilaciones luminosas. Sabiendo que algo estaba pasando fuera, se asomó, moviendo ligeramente los visillos. Entonces entrecerró los ojos, enfadado: fuera había una turba de ponis y parecían dirigirse a casa de Gentle.
Rápidamente puso la armadura otra vez a buen recaudo, dejándose únicamente puestos los protectores de las patas, que eran unas finas tiras doradas que podrían tomarse como un simple adorno. Después salió a la calle y se dirigió directamente a casa de la unicornio de dos colores.
Delante de dicha casa, llamando a la puerta, estaban las amigas de Gentle, ignorantes de lo que acontecía al otro lado de la calle. También, trotando con rapidez, todos los miembros del Consejo se dirigían al mismo lugar. Y, por delante de todos, Muffled Yell acudía, con gran velocidad, a la vivienda de la yegua del cuerno roto.
—¡Apartaos de la puerta! —gritó Magic justo antes de llegar.
—¡Esto era lo que quería evitar en la reunión de esta mañana! —Muffled se paró y, señalando la turba que empezaba a acercarse, dijo mirando a todos los miembros del Consejo.
—¿Qué es lo que ocurre? —preguntó Shiny, entrecerrando los ojos, aunque se imaginaba ya la respuesta.
—Quieren echar a Gentle y a Reddish del pueblo… O algo peor —exclamó Wise cuando llegó junto a los demás.
Flashing, asustada, llamó de forma insistente a la puerta. Si su amiga del cuerno roto estaba ahí, ellas debían entrar para proteger la casa, o bien necesitaban instar a Gentle para que ella y Reddish saliesen del pueblo hasta que se calmasen las cosas. Pero no hubo contestación desde el interior de la casa.
Cuando la turba de ponis furiosos llegó hasta el grupo, se pararon. El semental más fuerte y grande dio un paso hacia delante, mostrándose como el cabecilla. Era un poni de tierra de cuero marrón con la crin azul. Entonces éste miró directamente a Wise, que se había interpuesto directamente entre el grupo y la morada de Gentle.
—Aparta, pequeñajo —espetó el gran semental, enfadado.
—Por favor, volved a vuestras casas —respondió Wise—. Aún estáis a tiempo de recapacitar… Y nosotros olvidaremos todo este asunto.
—¡He dicho que apartes! —espetó el cabecilla—. Vamos a decirle a… "esa" —señaló la casa de Gentle— que no queremos monstruos aquí.
—Por favor, no me hagáis enfadar… —indicó Wise, mientras todos los miembros del Consejo se ponía inmediatamente detrás de él para reforzar la seguridad, cosa que también hicieron las amigas de Gentle y Muffled, aunque ésta última se puso en primera fila, al lado de Wise.
—¿Qué vas a hacer tú, pequeñín? —el gran semental se rió.
Wise miró a su alrededor. Un poco más allá había una piedra bastante grande, del tamaño de la cabeza de un poni. Manteniendo un espectral silencio, se acercó a ella y la cogió, volviendo a su posición inicial. Entonces, mirando con indiferencia al gran poni de tierra, agarró la piedra con las dos patas delanteras y comenzó a apretar. Entonces los protectores de la armadura empezaron a cumplir su trabajo… En cuestión de un par de segundos, la piedra literalmente reventó, convirtiéndose en arenilla.
Comprendiendo la indirecta, el cabecilla tragó saliva, asombrado. Lentamente, se giró en redondo y levantó una pata, indicando al resto del grupo que se disgregaba la turba. En un instante todos los ponis que la integraban volvieron a sus hogares y cerraron las puertas a cal y canto, a la vez que bajaron las persianas.
Al mismo tiempo, las puertas de otras casas se abrieron y de ellas empezaron a salir un gran número de ponis, portando sartenes, garrotes y amasadores de pan. Éstos empezaron a dirigirse hacia la casa de Gentle. Cuando se encontraron a la altura del anonadado grupo, se pararon.
—Hemos visto lo que habéis hecho —dijo una de las hermanas Numbers, en concreto Reale.
—Y nos habéis hecho armarnos de valor… —añadió la otra hermana Reale, Imaginary.
—¡Venimos a defender a Gentle y a la bebé dragón! —exclamaron las dos a la vez.
Todos los miembros del Consejo, todas las amigas de Gentle y Muffled Yell sonrieron. Afortunadamente, una gran cantidad de ponis de Northwest Mines Town estaban, como ellos, de parte de Gentle. Ponis que no la veían como un monstruo, ni a ella ni a Reddish. Sin duda, esa era una gran noticia.
Flashing volvió a llamar a la puerta de la unicornio de dos colores, pero seguía sin responder nadie.
—Mirad —Wise señaló a un lateral de la casa.
Se reunieron todos junto a él y entonces lo vieron: una de las ventanas bajas estaba rota, con apenas unas pequeñas esquirlas de cristal que colgaban del batiente. De hecho, el espacio que había era suficiente para que un poni adulto pudiese pasar.
—¡No puedo creerlo! —chilló Shiny—. ¿Y si alguien entró por ahí y sorprendió a Gentle y a Reddish? —miró con los ojos como platos hacia los demás—. ¡Sin nosotras a su lado, Gentle no tiene magia!
Flashing, temiendo lo peor, comenzó a llorar, mientras llamaba desesperadamente a la puerta.
Gentle llegó a la señal de la encrucijada de caminos. Se volvió durante un momento y miró, con gesto preocupado, en dirección a Northwest Mines Town. Sentía haberse marchado sin avisar a sus amigas, pero era apremiante alejar a Reddish de ese ambiente nocivo.
Por suerte para ellas dos, la casa de Gentle disponía de una salida secreta en el subsuelo, que estaba dos puertas a la izquierda de la de "La cocina de los horrores", como a veces llamaba Gentle al cuarto donde tenía su "comida". A pesar de que tenía hambre, no cogió nada de comida de ese cuarto, pues sabía que si la pillaban en Canterlot, el hecho de portar ese tipo de alimento iba a ser un agravante. Aunque sí tomó un cuchillo, intuyendo que iba a necesitarlo cuando llegase el momento.
Miró hacia Reddish, que estaba mordisqueando, a la vez, una gema y un mechón de la blanca crin de Gentle. Por lo menos la bebé dragón parecía estar bien, a la vez que ajena a todo lo acontecido. La yegua sonrió: quizás Reddish fuese en realidad más fuerte de lo que había creído en un principio, por lo que era posible que pudiese aguantar todo el ajetreo del camino.
Lentamente, Gentle tomó el camino de la izquierda y empezó a dirigirse hacia Ponyville y, desde allí, cogería el tren hasta Canterlot… Esperaba que en la estación de tren no hubiese ningún guardia, pues no quería fracasar tan pronto en su odisea.
Wise entró en casa de la unicornio de dos colores a través de la ventana rota, salvando con cuidado la zona de trozos de cristal que había en el suelo. Había dicho a los demás que iba a buscar a Gentle y a Reddish, pero ese no era su único objetivo: Cabía la posibilidad de que el ataque hubiese sido una distracción, con el único objetivo de robar algún objeto de la vivienda y, por lo tanto, que el ladrón fuese el mismo, o perteneciese al mismo grupo, que el ladrón o ladrones que robaron en Detrot y en Canterlot.
Debido a la profesionalidad de los robos en las otras dos ciudades, no pudo descartar que nadie hubiese entrado en ese lugar, a pesar de que los trozos de cristales estaban desperdigados por todo el piso, sin que nadie los hubiese pisado. Al menos, eso podía dilucidar al observar las esquirlas que estaban más cerca de la ventana.
Rápidamente se deslizó hasta la siguiente habitación, observando rápidamente el panorama. Nada había sido tocado. Se movió hasta el salón, donde observó un hueco vacío en el perchero que estaba junto a la puerta, y después hasta la cocina. Todo lo demás estaba impoluto, a excepción de los paquetes de pañales y demás que había comprado Gentle esa mañana.
Registró toda la casa, con igual resultado. Abrió cajones y armarios, observando de un vistazo su interior. Sin embargo, en la habitación de la unicornio de dos colores, al abrir el guardarropa, torció el gesto: una de las perchas estaba vacía. Solo le quedaba una habitación por analizar: la biblioteca. Entró allí rápidamente, buscando cualquier objeto cuya desaparición destacase. Conocía perfectamente el afán de perfeccionamiento que tenía la unicornio, así que, si faltaba algo, por pequeño que fuese, rápidamente lo notaría. Pero no faltaba ningún libro, ningún pergamino, absolutamente nada.
Sin embargo, se fijó en un volumen en concreto. Con sumo cuidado, lo sacó de la estantería y miró su portada. Ésta era completamente negra y estaba llena de runas doradas, formando un extraño idioma. Wise no podía creerlo… ¿Cómo había sido capaz Gentle de obtener semejante libro? Sabía que toda la biblioteca de la unicornio de dos colores era portentosa, conteniendo libros prácticamente imposibles, valiosos y únicos, pero ese compendio era exactamente la mayor joya de la colección. Otra duda surgió entonces en la cabeza del semental: ¿podía haber sido capaz esa yegua de haber descubierto sus secretos? Si así era, Gentle era aún más impresionante de lo que se imaginaba. Rápidamente abrió el libro y empezó a hojearlo. En todas las páginas donde había hechizos, alguien había escrito, al pié de la página, una serie de anotaciones. Fijándose mejor, determinó que la letra de las notas era inconfundiblemente de la yegua de dos colores. Wise se sorprendió: Gentle no solo había sido capaz de descrifrar esos legendarios hechizos, sino que, a juzgar por lo que se podía leer en los comentarios, los había mejorado hasta superar los límites más increíbles.
Al cerrar el volumen, su sonrisa era acentuada: definitivamente ésta era la prueba de que Gentle había cambiado para bien, pues el hecho de que Equestria siguiera existiendo, teniendo en cuenta el alcance y poder de esos conjuros modificados, era la demostración de que su corazón estaba eliminando la pátina de oscuridad y destrucción acumulado dentro de ella durante demasiado tiempo. De todas formas, tendría que informar a la Princesa Celestia de la posesión de ese grimorio por parte de la unicornio de dos colores.
—¿Están dentro? —preguntó Shiny desde fuera, a través de la ventana rota.
Wise dejó el libro exactamente en la misma posición y se dirigió hacia la habitación desde donde había entrado. Entonces miró directamente a la pegaso y negó con la cabeza. A continuación salió de la vivienda y se juntó con los demás.
—La casa está vacía —declaró—. Pero, exceptuando la ventana rota, no hay rastros de lucha o de violencia, así que lo más probable es que se hayan ido, pues he notado que falta un zurrón, una túnica y algunas cosas más. Incluso es posible que lo hiciesen antes incluso de este triste episodio de venganza —comentó, señalando panorámicamente hacia las casas del pueblo, dando a entender que estaba refiriéndose a la turba.
+Tenemos que ir a buscarlas, pero no para traerlas de vuelta, sino para acompañarlas hasta donde hayan decidido ir. Ahora mismo, lo más importante es que Reddish llegue a un lugar seguro para ella. Ya habéis visto lo que ha ocurrido aquí, así que es crucial que la misión de Gentle siga adelante —siguió diciendo el semental.
+Necesito… No, mejor dicho, todo el Consejo del Pueblo necesitamos que os quedéis aquí para vigilar la casa de Gentle —Wise miró a los habitantes del pueblo reunidos allí—, así como también debéis estar alerta de la entrada a la mina —expresó, pues no quería dejar cabos sueltos con el asunto del huevo—. Es posible que algún poni, totalmente trastornado, intente volar la montaña, para querer dar a entender lo que ocurriría si Reddish sigue en el pueblo… Recordad que únicamente nosotros sabemos que ella ya no está aquí.
—Wise —comentó Magic—, ¿quieres que nos quedemos nosotros también? —señaló a Disarming, a Look y a ella misma—. Más que nada porque alguien tiene que organizar los grupos para las tareas.
—Perfecto —el semental sonrió, agradeciéndole la idea a la tendero—. Iremos en su busca sus amigas, Muffled y yo —entonces se dirigió hacia ellas y continuó hablando—. Vosotras tres —señaló a Shadow, a Knowledge y a Flashing—, indagaréis en ManeHattan, vosotras dos —señaló a Shiny y a Feather—, lo haréis en Fillydelphia. Muffed y yo iremos a Ponyville. ¿Estáis de acuerdo? —todas asintieron—. De acuerdo, id a vuestras casas y aprovisionaros para el viaje, pues va a ser largo… En quince minutos saldremos todos desde aquí —Wise señaló la casa de Gentle—. Y, por favor, tened cuidado ahí fuera.
Todos los elegidos se dirigieron a sus respectivos hogares y cogieron comida y dinero, así como otras cosas que podrían necesitar. Wise, además de hacer lo mismo, volvió a sacar la armadura de guerra y lo envolvió en un pequeño manto grisáceo, que cargó junto a sus enseres.
Cuando todos se reunieron de nuevo en el lugar indicado, Magic entregó a cada grupo un paquete de pañales, otro de toallitas, dos botes de leche en polvo y varias tarrinas de crema infantil.
—Cuidad de que lleguen sanas y salvas a su destino… —dijo al terminar, con lágrimas en los ojos.
A continuación, la comitiva de rescate salió silenciosamente del pueblo, dividiéndose en pequeños grupos al llegar a la encrucijada de caminos.
Con una expresión sombría, y limpiándose los restos de vómito de la comisura de su boca, Gentle entró en Ponyville. Había tardado menos de lo que esperaba. Afortunadamente Reddish había aguantado perfectamente el viaje y su comportamiento había sido tranquilo, como si supiese que el viaje era para encontrar el lugar ideal para ella. De hecho, ni siquiera se había quejado en ninguna de las dos veces que Gentle tuvo que cambiarle el pañal. Por lo tanto, viendo la entereza y fuerza que poseía la pequeña dragoncita, la unicornio había decidido acelerar la velocidad mediante el uso de la magia.
Reddish seguía chupeteando, alternativamente, la gema, que ya tenía los bordes redondeados, y la crin de la unicornio, que también había mermado su longitud, fruto de la excesiva y ácida salivación de la bebé dragón.
Gentle se dirigió inmediatamente hacia la estación de trenes, pues nada se le había perdido en ese pueblo y debía llegar lo antes posible a Canterlot. Una vez allí, compró el billete mientras intentaba ocultarse de la mirada inquisitiva del vendedor. Sabía que estaba llamando la atención con ese manto por encima, aunque también supo que lo atraería aún más si no estuviese ataviada con la túnica.
Esperó pacientemente en el andén a que llegase el tren. Entonces, por detrás de ella, empezaron a escucharse murmullos. Se giró y vio al vendedor de billetes hablando con dos guardias. Gentle sabía que ella era el motivo de esa conversación, así que se apartó hacia un lado y salió de la zona visible de la plataforma, hasta situarse en un punto tal que seguiría oculta de los soldados, incluso si estos salían al andén para buscarla.
Al poco tiempo llegó el tren, que paró lentamente en la estación de Ponyville. Gentle esperó en su sitio, mientras el resto de viajeros subía o bajaba de los distintos vagones. Sabía que los guardias estarían mirando directamente hacia el ferrocarril, esperando que ella subiese. De hecho, los soldados se colocaron directamente al lado de las puertas de los dos vagones que tenía la locomotora enganchada. Gentle entrecerró los ojos y apretó los dientes: estaba atrapada, pero las tornas cambiarían. Solo debía esperar a que todo se volviese propicio para ella. Entonces el silbato de la estación sonó y la expresión de la unicornio cambió a una fría y desagradable sonrisa.
Cuando se cerraron las puertas y empezó a moverse el tren, Gentle comenzó a trotar hacia delante, rumbo a las vías. Los guardias la vieron y emprendieron, a su vez, la persecución, intentando interponerse en el camino de la unicornio. La locomotora cada vez aceleraba más y más, y los soldados cada vez estaban más cerca de Gentle… pero ésta estaba desesperada por conseguirlo… Y lo consiguió: en el último momento saltó, impulsándose con las patas traseras, mientras que, con una de las delanteras sujetaba a Reddish, y con la otra se aferró a la escalerilla del último vagón del tren, posicionándose, de forma poco ortodoxa, en la parrilla horizontal.
Rápidamente Gentle se rehízo y miró a la pequeña dragoncita. A la bebé dragón esa acción le había parecido divertida, a juzgar por las risas que emitía. Afortunadamente no le había pasado nada. Gentle exclamó, mientras sonreía:
—Próxima parada: Canterlot.
Cuando Wise miró hacia atrás, las amigas de Gentle ya no estaban a la vista.
—Espera, Muffled… —dijo, haciendo parar a la jefa de mineros—. Tengo que ponerme la armadura y la túnica.
—¡Ah! —contestó ésta—. Así que eso era lo que tenías ahí… —señaló la grupa del semental—. ¿Una armadura? ¿Para qué…?
—A partir de aquí es demasiado peligroso —respondió Wise, mientras desenredaba el manto y empezaba a ajustarse las piezas—, y tenemos que ir lo más rápido posible. Gentle va directamente a su propia perdición.
—¿A su perdición? —Muffled estaba perpleja— ¿A qué te refieres con eso?
—Verás… —el semental se terminó de ajustar las piezas de las patas traseras—, Gentle va a llevar a Reddish al lugar más seguro de toda Equestria, ¿y qué lugar crees tú que es ese?
—Probablemente —la jefa de mineros se quedó pensativa—, si yo fuese ella, llevaría a Reddish a Canterlot… Es la capital de Equestria, donde más seguridad hay.
—Correcto —Wise acabó de ceñirse las piezas de las patas delanteras—, ¿Y cuál es el lugar más seguro de Canterlot?
—Eso es fácil —Muffled le miró directamente—. Donde reside la más sabia y poderosa de Equestria: la Princesa Celestia. Por lo tanto, el lugar más seguro de todo el país es el Palacio Real.
—Exacto —el semental acabó de ajustarse las piezas del pecho y el casco, y, cogiendo la túnica, se lo puso por encima, tapando completamente su cuerpo—. Y, por eso mismo, Gentle se dirige a su perdición.
La jefa de mineros abrió los ojos como platos.
—¿Pero cómo…? —dijo, sin saber cómo seguir.
—Porque Gentle Colors y la Princesa Celestia son enemigas —declaró el semental. Muffled quedó sin habla—. Sube a mi espalda, te seguiré contando por el camino… —Wise estiró la pata hacia la jefa de mineros, que aceptó dudosa la invitación.
Una vez ésta se situó, agarrándose como pudo a la túnica, sobre la espalda del semental, éste se encabritó, poniéndose a dos patas. Muffled, en equilibrio precario, se agarró aún más fuerte, apretando sus patas traseras sobre los flancos de la grupa del semental. Cuando éste volvió a su posición inicial, comenzó a galopar cada vez más y más rápido, hasta que el paisaje se convirtió en una amalgama sin sentido de líneas horizontales.
—Si notas que te mareas, cierra los ojos —aconsejó Wise.
—¿Qué… es… esto? —Muffled tenía los ojos fuertemente cerrados y estaba completamente asustada, lo que hizo que apretase aún más su sujeción sobre la grupa del semental, que ni siquiera se inmutó.
—¿Verdad que es maravillosa? —Wise sonrió—. Es una armadura de guerra realmente espectacular. Ahora mismo estamos, literalmente, volando a ras de tierra. Esto es lo que sienten los Wonderbolts cuando ejecutan sus acrobacias.
—¿Ganas de vomitar? —la jefa de mineros empezó a sentir unas ligeras arcadas. Wise se rió.
—De acuerdo, bajaré un poco la velocidad —dijo al final, después de reírse, y frenó un poco.
—Mucho mejor —Muffled se tranquilizó—, gracias.
Hubo un pequeño silencio bastante incómodo.
—Wise, hay algo que no comprendo —habló la jefa de mineros—. Teniendo en cuenta la forma de ser tan paciente y condescendiente que por lo general tiene Gentle, ¿cómo es que no ha perdonado a la Princesa? Si ésta no pudo devolver su cuerpo al color original, no es culpa suya. Y es más… ¿Por qué la Princesa Celestia odia a Gentle?
—Deberías saber que esa historia es completamente falsa —respondió Wise—. Ni ella se presentó a la prueba de acceso donde sufrió su alteración, ni se limó el cuerno cuando sus padres la repudiaron, al abandonar el pueblo. De hecho, ellos nunca han estado en Northwest Mines Town. Pero Gentle va contando esta historia a todo el mundo porque necesita exteriorizar una explicación a su aspecto y, a la vez, tiene que protegerse ella misma y a los demás de la verdad… una verdad que es mucho más cruel y despiadada.
—¿Pero qué…? —Muffled comenzó a inquirir, pero paró de repente, pensando en lo que acababa de escuchar.
—Continuaré con la historia, si no te importa —el semental cortó de repente.
—Como quieras —Muffled volvió a preocuparse por su estómago, el cual estaba alterado por la excesiva velocidad que tenían. La jefa de mineros volvió a sufrir un amago de arcada, que rápidamente apagó mediante un gran trago de saliva. Ajustándose de nuevo en la espalda de Wise, deseó que ese caótico viaje acabase lo antes posible.
—Comenzaré desde el principio —el semental se aclaró la garganta—. La Princesa Celestia no siempre ha sido tan gentil y amable como es ahora. De hecho, para ajustarse a la verdad, habría que decir que casi todo el tiempo su reinado ha sido una dictadura.
—¿Cómo puedes decir eso de la Princesa Celestia? —la jefa de mineros soltó una de sus patas y golpeó, a modo de capón, la cabeza de Wise, aunque retiró inmediatamente el casco, que palpitaba de dolor, gracias a la dureza de la armadura que portaba el espía.
—Desde que tuvo lugar la victoria de las dos Princesas sobre Discord —continuó diciendo Wise, que no había sentido el golpe—, la Princesa Celestia tuvo que gobernar el país con casco de hierro, pues Equestria estaba sumido en un caos político y social, con ciertas fuerzas y familias más o menos poderosas que pugnaban por hacerse un hueco en Palacio o, por qué no, incluso luchaban por sustituir a las mismísimas Princesas, y hacerse con el poder de un país emergente.
+La única forma de gobernar un país así, y de paso eliminar de raíz todo intento de sublevación, era mediante una dictadura totalitaria encubierta. Y así lo hizo la Princesa Celestia, hasta hace relativamente poco tiempo.
—Yo pensaba que la Princesa Celestia siempre había sido el ser perfecto y poderoso que es ahora —Muffled se sorprendió.
—Como lo creen todos… —indicó Wise—. Es lo que tiene el poder controlar desde hace siglos lo que se escribe en los libros de Historia… —el semental se aclaró la garganta y, variando ligeramente el tono, comentó—. "La historia es una serie de hechos contada con la versión de los vencedores" —acelerando ligeramente el paso, siguió explicando, ésta vez con su voz normal—. Además, la tiranía solo se hacía patente dentro de Palacio. Fuera, a la vista de todos, había un aparente bienestar y satisfacción, tal como hay ahora. Por eso, a ojos de los habitantes de Equestria, todos los ataques contra la Princesa Celestia eran perpetradas por criaturas malvadas, cuya misión era provocar el caos y la destrucción en todo el país, cuando en realidad la mayoría de las veces los conspiradores lo que pretendían era instaurar el verdadero orden y paz.
—¿Y qué tiene que ver Gentle en todo esto? —preguntó Muffled, intentando pensar algún ataque contra la regente de Equestria en los últimos años. Excepto la de Nightmare Moon, largamente conocido, no recordó ninguno más.
—Ahora llego a esa parte… —respondió el semental—. Una vez medianamente asentado el país, como ya no había necesidad de seguir con ese sistema de gobierno, empezaron a surgir, a lo largo del tiempo, voces discordantes. Voces como la de la Princesa Luna, la de varios nobles y también de Gentle Colors, que estaba, digamos, en una posición privilegiada, pues llegó a ser su aprendiz. Esas voces abogaban por un reinado basado en el amor y la amistad, contrarios al reinado basado en la fuerza que aplicaba en secreto la Princesa Celestia.
+Ésta desoyó esas voces y siguió con ese tipo de gobierno, sin comprender por qué se quejaban, si el poder del rencor era perfecto para la magia…
—¿El poder del rencor? —inquirió Muffled, extrañada.
—Dependiendo de las emociones, hay varios tipos de "aprovechamiento" de la magia—explicó Wise—. Unos tipos son positivos y otros son destructivos, de tal forma que se contraponen entre sí. Y, dentro de cada lado, se pueden distinguir varios niveles. Por ejemplo, el odio normal, o rencor, es lo contrario al cariño o amistad, así como el contrario del amor verdadero es el odio puro. Pero luego te seguiré explicando, ahora centrémonos en la historia…
—De acuerdo —contestó la jefa de mineros, volviéndose a agarrar fuertemente a la túnica del semental.
—Tanto la Princesa Luna como Gentle Colors, en diferentes épocas, comprendieron que la única forma que tenían de que la Princesa Celestia descubriese lo equivocada de su forma de gobernar era enfrentándose a ella, pues la regente no atendía a razones. Aunque cada una lo hizo de forma distinta, aunque acabaron de igual manera: la Princesa Luna, convertida en Nightmare Moon, fue exiliada a la Luna, mientras que con Gentle, Celestia fue bastante más… cruel.
—¿Cruel? —preguntó Muffled—. ¿Qué puede ser más cruel que exiliar fuera del planeta durante mil años?
—Muy fácil —exclamó Wise, de forma irónica—: siendo acosada y perseguida hasta más allá de los límites.
—¿En serio Gentle fue perseguida por la Princesa Celestia? —interrogó la jefa de mineros.
—Sí, lo fue —respondió el semental—. Hasta que la Princesa Celestia comprendió realmente el sentido de lo que, tanto la Princesa Luna como Gentle, pretendían que viese. Por lo tanto, convirtió poco a poco la forma de su reinado, pasando de ser una tiranía encubierta a lo que ves ahora… Aunque también comprendió que tenía dos problemas... Dos grandes problemas.
—Nightmare Moon y Gentle Colors, ¿no? —dijo Muffled.
—Exacto —comentó Wise—: por un lado estaba su hermana acumulando un gran rencor y, por otro, estaba Gentle Colors, que, a raíz de ser acosada sin descanso, lo que acumulaba no era rencor, sino odio en estado puro.
+Con su hermana, el problema era más apremiante pues, aparte del parentesco sanguíneo, sabía que no podía defenderse usando los Elementos de la Armonía; pues había cambiado su… llamémoslo "Base mágica", de rencor, como fue en un principio, a amistad, como lo es actualmente. Por eso estuvo esperando hasta encontrar una aprendiz que fuese idónea para desempeñar el papel que ella no podía hacer… Y al final la encontró: Twilight Sparkle.
—¿Twilight Sparkle no es la bibliotecaria de Ponyville? —Muffled entrecerró los ojos, pensativa.
—La misma —contestó el semental—. Desde que nació, la Princesa Celestia supo de su gran potencial mágico, así que designó a su sobrina, Cadance, para que fuese su niñera y la orientase para la tarea hacia la que estaba destinada: convertirse en su sucesora.
+Cuando estuvo preparada, Twilight fue llevada a la Escuela de Magia de Canterlot, y le pusieron una prueba realmente difícil... la misma que ha hecho esta mañana Gentle: incubar mágicamente un huevo de dragón… y que, casualmente, fue la misma prueba que hizo antaño, cuando estudiaba en dicha Escuela, atrayendo en su momento la atención de la Princesa Celestia, al igual que lo atrajo, mucho tiempo después, la consecución de la prueba de Twilight Sparkle.
+Quizás fuese por azar del destino, o bien es posible que todo estuviese completamente tejido, pero el caso es que Twilight consiguió pasar la prueba, gracias únicamente al poder basado en la amistad, representado por algo llamado "Sonic Rainboom". Ese hecho fue investigado minuciosamente, y se descubrió que las ponis más afectadas, ya que todas eran yeguas, confluían en un mismo punto: todas eran muy sensibles a la magia basada en la amistad.
—Y se hicieron muy amigas, ¿verdad? —Muffled estaba empezando a comprender.
—Eso es —expresó Wise—. Esas seis ponis son Twilight Sparkle, Pinkie Pie, Rainbow Dash, Rarity, Fluttershy y Applejack. Una vez descubierto esto, la Princesa Celestia se aseguró de ser ella misma la que enseñase a Twilight la cantidad suficiente de hechizos, y también, sin que su aprendiz lo supiese, "moldearla" de tal forma que pudiese aprovechar lo más posible la magia basada en la amistad.
+Pero la Princesa Celestia no disponía de mucho tiempo: el exilio de Nightmare Moon llegaba a su fin, aunque Twilight también se dio cuenta de ello. Desesperada, la Princesa Celestia envió a su pupila a "reunirse" con las demás. Y el resto de esta historia ya la conocemos todos…
—Sí —aclaró Muffled—: vencieron a Nightmare Moon y evitaron así que la noche se volviese eterna. No creo que haya nadie en toda Equestria que no conozca esa hazaña.
—Bien, entonces volvamos a hablar de Gentle —Wise bajó la cabeza, ligeramente entristecido—. Aunque con Gentle el problema era de menor magnitud, ella ha sido, y es, un verdadero quebradero de cabeza para la Princesa Celestia. Y al decir "de menor magnitud" me refiero únicamente a que Gentle no era capaz de hacer magia, ya que su cuerno roto, que es el punto focal que posibilita realizar magia en un unicornio… Digamos que su rotura fue el primer castigo que recibió.
—Pero esta mañana la hemos visto hacer un hechizo —cortó la jefa de mineros.
—Eso es porque está volviendo a basar su poder mágico en la amistad… —respondió el semental—, que es su estado más afín con respecto a la captación de la magia. Es más, actualmente, todo a su alrededor ha sido propiciado para que así sea: ¿quién crees que "dejó" a Flashing Hooves a las puertas de Northwest Mines Town? ¿Y quién crees que indujo a Shiny Eyes para que llegase a Northwest Mines Town? Ha sido la mismísima Princesa Celestia, que ha movido tierra y cielo para juntar a las seis yeguas y formar así el grupo...
—¿En serio me estás diciendo que todo el asunto de reunir a todas ellas ha sido orquestado? —cortó Muffled, sobresaltada—. Es tan… repulsivo.
—Lo sé —respondió Wise—, pero se hizo para que Gentle tuviera una alternativa: escoger de nuevo el camino de la amistad. Aunque no lo parezca, Gentle es una hechicera muy poderosa… tanto, que, en su estado actual, la cantidad de seres capaz de hacerle frente es muy reducida.
—No creo que Gentle sea tan fuerte —dijo la jefa de mineros—. Solo la hemos visto hacer un hechizo esta mañana, y después se ha desmayado…
—La incubación mágica de un huevo de dragón es uno de los hechizos más difíciles que existen —aclaró el semental—. Pocas veces, a lo largo de toda la historia, se ha conseguido realizar ese hechizo con éxito. Los habitantes del pueblo lo ignoran, pero en realidad hemos asistido a un acontecimiento espectacular. Y recuerda que Gentle apenas puede canalizar la magia, debido a la pequeña protuberancia que tiene por cuerno… Además, hace muy poco tiempo que las seis amigas están reunidas, por lo que las fluctuaciones de onda mágica aún son muy altas e inestables, requiriendo un gran esfuerzo por parte de Gentle.
—De acuerdo, Gentle es ultra-mega-super-espectacularmente poderosa —expresó Muffled—. Entonces, ¿por qué no ha ido la Princesa Celestia a detenerla, usando los Elementos de la Armonía con ella?
—Simplemente porque no puede —respondió Wise—, por dos razones: por una parte, Gentle se ha convertido en un ser indispensable en el organigrama financiero. ¿Recuerdas lo que te dije el otro día, antes de la reunión del Consejo? —el semental no esperó la respuesta—. Solo te conté la punta del iceberg. La realidad es que Gentle tiene un emporio de empresas que se han convertido, poco a poco y en secreto, en parte esencial de la sociedad equestriana, de tal forma que, hoy por hoy, no se podría concebir Equestria sin la aportación que hace ese conglomerado de empresas, tanto para los habitantes del reino como para las arcas de Palacio. Y esto no solo ocurre en Equestria, sino que su ámbito se extiende por muchos más países. Ejercer una acción en contra de Gentle significaría una caída en cadena del estatus financiero de demasiadas naciones. Por lo tanto, sería posible, y bastante probable, que Equestria fuese inmediatamente atacado por una unión de reinos, y algunos reyes y gobernantes son tan poderosos como la Princesa Celestia.
+Por otra parte, con respecto al asunto de los Elementos de la Armonía… —Wise quedó pensativo durante un instante—. Digamos que la Princesa Celestia los usó antiguamente, pero basando su magia en el rencor. Debido al cambio de base mágica hacia la amistad, propiciado por su cambio de estilo de reinado, no puede hacer uso de los Elementos de la Magia, como se llamaban originalmente esas joyas. Verás… Un ser no puede usar esos Elementos de la Magia basando su magia en dos "acepciones" diferentes, y menos aún si éstas son contrarias entre sí. Es decir, si yo usase esos Elementos basándome en el amor verdadero, el vínculo que se crearía entre ellos y yo sería "amor verdadero", vínculo que quedaría fijado para siempre.
—¿Quieres decir que, como la Princesa Celestia usó antes esos Elementos de la Magia basándose en el rencor, ahora ya no puede usarlos basándose en la amistad? —inquirió Muffled, sabiendo ya la respuesta.
—Eso es —reconoció el semental—. Por eso abandonó los Elementos de la Magia en el antiguo Palacio Real, con la esperanza de que Twilight y las demás del grupo conectasen por primera vez su vínculo con ellos, basándose en la amistad que ya tenían entre sí. Y por eso mismo Nightmare Moon no pudo hacerlas funcionar, porque el vínculo que ella tenía con los Elementos de la Magia era de amistad, aunque pretendía usarlos basándose en el rencor.
+Sin embargo, Gentle nunca llegó a usar esos Elementos de la Magia, por lo que todavía no hay ningún vínculo entre esos Elementos y ella. "Simplemente" fue su víctima cuando se enfrentó a la Princesa Celestia... y perdió.
—Parece que estás justificando a Gentle —la jefa de mineros entrecerró los ojos—. Sigues enamorada de ella, ¿verdad?
—No es eso —Wise se enfurruñó por un instante—. Gentle no es más que una yegua martirizada, al igual que la Princesa Luna, así como los demás que osaron atacar a una tiránica Princesa Celestia. Pero que, al ser derrotadas, cambiaron... La Princesa Luna empezó a acumular, como dije antes, un rencor sin igual, mientras estaba exiliada en la Luna. Gentle, desde su fracaso, ha cometido un sinfín de actos horribles, inenarrables, prácticamente imperdonables… aunque justificables, si se achacan a la legítima defensa.
+Pero te recuerdo que yo sirvo a la Princesa Celestia… a la actual, a la que es "la más sabia y poderosa" de toda Equestria. Mi misión es protegerla, a ella y a Equestria de todo peligro, y ahora mismo, sopesando todas las posibilidades, considero que el mayor peligro para todo el Reino es precisamente la propia Princesa Celestia.
—¿Cómo puedes pensar eso? —Muffled preguntó, soltando otro capón a la cabeza de Wise, y recibiendo otra vez el mismo daño de antes.
—Si la Princesa Celestia ve a Gentle en el Palacio Real —contestó el semental—, montará en cólera y quedará obnubilada. Entonces la atacará sin dilación y, como dije antes, la economía de varios países caerán como una fila de fichas de dominó. Lo único que puedo hacer es evitar que lleguen a encontrarse… O, si es tarde, intermediar en el asunto.
+Antes me preguntabas por qué la Princesa Celestia guarda tal rencor a Gentle, después de haberse ensañado tanto con ella… La respuesta es muy simple: al cambiar su base mágica, basándose ahora en la amistad, la Princesa Celestia ha visto cómo era realmente en el pasado, y cómo la veían, tanto la Princesa Luna como Gentle. Sin embargo, Gentle duda realmente del cambio de ser de la Monarca y, por más que la Princesa Celestia intente demostrar que ha cambiado, Gentle sigue en sus trece.
—Entonces, ¿por qué Gentle va al Palacio Real? —interrogó la jefa de mineros—. ¿No sería más fácil llevar a Reddish a otro lado donde puedan cuidarla perfectamente?
—Supongo que querrá comprobar por sí misma que verdaderamente la Princesa Celestia se ha reformado —respondió Wise—. Ha estado demasiado tiempo fuera de Canterlot y solo sabe lo que le cuentan. Y, si efectivamente ve que ha cambiado, se jactará, porque sabrá que finalmente ha vencido a la Princesa Celestia, pues el objetivo que tenía al rebelarse era hacerla cambiar a lo que es ahora.
—Comprendo… —Muffled quedó pensativa un momento—. Entonces esto es como un juego para Gentle, ¿no?
—Por supuesto —declaró el semental—. Ella sabe perfectamente que está siendo manipulada para usar la magia con la base de la amistad, pero no le importa en absoluto. Es más, parece que realmente desea tomar esa vía…
—Pero... Si Gentle es tan perjudicial para la actual Princesa Celestia… —cortó la jefa de mineros—, ¿por qué ésta quiere darle una segunda oportunidad?
—Porque la actual Princesa Celestia quiere cortar definitivamente con esa parte del pasado —respondió Wise— y ser la princesa de todos por igual, siendo benévola. Pero para ello necesita el perdón de Gentle y así podrá cerrar la gran herida que tiene aún en su corazón. Gentle lo sabe y, por primera vez en mucho tiempo, se está divirtiendo con esta situación… Incluso está participando de buena gana en las cartas que Shiny le escribe a su abuela…
—¿Las cartas? —preguntó Muffled—. ¿Qué tienen que ver en todo esto?
—La amistad es un sentimiento demasiado difuso y extenso, que comprende prácticamente toda acción positiva entre dos o más conocidos —explicó el semental—. La Princesa Celestia lee personalmente todas las cartas que llegan a Palacio sobre el tema de "conocimiento de amistad", vengan de donde vengan, por si puede aprender algo nuevo… Además de que es un gran método para controlar el conocimiento que tienen sus súbditos sobre el tema, para defender Equestria si hay algún ataque, utilizando un ejército de ponis capaz de usar la magia basada en la amistad…
+Gentle lo sabe, y lo aprovecha. Participa en las cartas de Shiny para demostrar a la Princesa Celestia que sigue ahí… eternamente ahí… Es como hurgar en la herida del pasado, y en cierto modo una pequeña venganza de Gentle.
—Esa unicornio es perversa a veces… —matizó la jefa de mineros.
—Aparte, hay otra razón por la que Gentle recibe una segunda oportunidad —Wise ignoró el comentario de Muffled—, y es por… La Misión…
—¿Qué misión? —inquirió Muffled.
—Nadie lo sabe —respondió el semental—, ni siquiera la Princesa Celestia. Por lo visto, cuando Gentle recibió el ataque de los Elementos de la Armonía, algo extraño sucedió, algo que nunca se volvió a repetir. Desgraciadamente, los detalles únicamente lo saben la Princesa Celestia, la Princesa Luna y Gentle, aunque las tres mantienen un sepulcral silencio sobre este tema. Únicamente sé que los efectos no fueron los esperados cuando la Princesa Celestia y la Princesa Luna los usaron contra Gentle.
—¡Espera, espera, espera…! —cortó Muffled, que tenía los ojos como platos—. ¿¡Me estás diciendo que la Princesa Celestia y la Princesa Luna usaron los Elementos de la Armonía contra Gentle!? ¡Pero si hace mil años que la Princesa Luna se convirtió en Nightmare Moon! —entonces la jefa de mineros respiró hondo—. Debo estar demasiado nerviosa, porque por un momento creí que habías insinuado que Gentle tenía mil años de edad...
—En realidad —Wise sonrió—, tiene algo más de mil doscientos…
Muffled abrió descomunalmente la boca y, por un momento, dejó de sujetarse a la túnica de Wise. Entonces, instintivamente, volvió a agarrarse con fuerza, con sus patas traseras, en los flancos del semental. Al posicionarse de nuevo en su lugar, intentó abarcar mentalmente lo que acababa de escuchar, pero eso era prácticamente imposible. Entonces pensó en la edad de Gentle y se sintió empequeñecida, insegura, como si fuese una potrilla comparándose a sí misma con una venerable anciana.
—Lo único que conocemos del asunto —continuó hablando Wise— es que los Elementos de la Armonía hicieron a Gentle, en el momento del ataque, un ser inmortal. Y, precisamente por eso, sabemos que la eligieron para una misión. Por desgracia, desconocemos por el momento cuál es… Puede ser que Gentle esté predestinada a manejarlos por sí misma en algún momento… O puede ser que el destino de Gentle sea destruirlos.
—¿Pero no se supone que los Elementos de la Armonía son joyas mágicas, o algo así? Entonces son irrompibles, ¿no? —cortó la jefa de mineros.
—En realidad los Elementos de la Armonía no son más que un contenedor verdaderamente complejo —respondió el semental—, pero lo que realmente los hace únicos es que en su interior están atrapados los seres más poderosos que jamás hayan habitado este mundo: los Señores Elementales.
—¿Los Señores Elementales? —inquirió Muffled.
—Verás… —Wise estaba decidiendo cómo continuar—: los Señores Elementales fueron los primeros entes que habitaron este mundo. Cada uno dominaba un elemento: agua, aire, fuego, tierra, luz y oscuridad. Tenían un poder sin igual y, para decidir quién era el más fuerte, cada uno creó un ejército propio y estos se pelearon entre sí. Esas batallas fueron de tal intensidad que cambiaron la fisionomía del mundo.
+Más tarde surgieron dos pueblos, o mejor dicho, bajaron de los cielos y se establecieron en este planeta. Entonces vieron que todos los seres vivos que existían por entonces sufrían por culpa de los continuos ataques entre estos ejércitos, por lo que decidieron unir sus fuerzas y encerrar para siempre a los Señores Elementales.
+Por una parte estaban el pueblo de Bullspain —en ese momento Muffled arrugó el hocico, al recordar el episodio de la lanza y el elemental de tierra—, que desarrollaron la ciencia hasta un nivel realmente portentoso, y el pueblo de Marelantis, que desplegaron una habilidad mágica aún muy lejos de nuestro alcance.
+Su unión fue letal para los Señores Elementales, que fueron apresados uno a uno dentro de cada Elemento de la Armonía, bajo la aplastante superioridad del armamento y tácticas que diseñaron estos dos pueblos… Para que te hagas una idea: esta armadura que llevo y nos transporta es un ejemplo de la capacidad conjunta entre esos dos pueblos, y eso que solo es la armadura que llevaría un soldado raso… Pero volvamos al tema: el último Señor Elemental en ser capturado fue el de la Luz, cuya joya fue trasladada de plano, apareciendo esporádicamente cuando más se necesitaba, como hace mil años, cuando Nightmare Moon destruyó el antiguo Palacio Real, o hace unos meses, cuando las seis yeguas de Ponyville la necesitaron para vencer, precisamente, a Nightmare Moon, mil años después… ¿Y sabes por qué? Porque la luz es lo contrario a la oscuridad, oscuridad que convirtió a la inocente Princesa Luna en la malvada Nightmare Moon.
+Entonces, después de vencer a los Señores Elementales, los dos pueblos decidieron que los demás debían ser libres de vivir según el libre albedrío, para que así pudiesen ser libres y felices… Entonces llegó Discord, que aprovechó que el pueblo de Bullspain se había hecho nómada y que los habitantes de Marelantis habían evolucionado hasta tal punto que dejaron su forma física, para hacerse con el poder. Y bueno, el resto de historia ya es más conocida: las dos Princesas lograron hacerse con los Elementos de la Magia, se enfrentaron a Discord y éste fue transformado en estatua.
+El caso es que los Señores Elementales fueron encerrados dentro de los Elementos de la Armonía y aún hoy lo siguen estando… y espero que sea así durante mucho tiempo.
—Una historia fantástica, sin duda —Muffled no quería escuchar más, pues tenía, dentro de su cabeza, un barullo de datos y emociones, que debía asimilar lentamente, para comprenderlo detalladamente—. Pero, si no te importa, dame tiempo para entender lo que me has dicho.
—De acuerdo —Wise volvió a sonreir—. Aunque no vas a tener mucho, estamos llegando ya a Ponyville.
Fueron frenando lentamente, cosa que agradeció la jefa de mineros, hasta parar por completo a pocos metros de la entrada. Al bajarse, Muffled notó que temblaba, en parte por la emoción encontrada de lo que acababa de escuchar y en parte por la velocidad del viaje. El semental empezó a mirar hacia el cielo y reculó hacia un lado.
—Espera —dijo—. Es mejor que demos un rodeo hasta la estación de tren. No quiero que cierta pegaso celeste con crin multicolor me vea con túnica, pues me confundiría con otro poni y querría ajustar cuentas… Y lo último que me apetece es perder tiempo con tonterías.
Gentle estaba en el techo del último vagón. A pesar de haber comprado el billete, lo último que le apetecía era mezclarse con el resto de viajeros, y menos aún portando una túnica y llevando a una bebé dragón.
La unicornio de dos colores se había ajustado el cinturón con el biberón y estaba amamantando a Reddish. Desgraciadamente, sería la única vez que Reddish tomaría leche con polvo de gema en todo el camino, ya que, al desenredar Gentle la servilleta, una ráfaga de viento se había llevado casi todo el contenido de ésta, haciendo inútil los intentos de la unicornio para evitar que tal cosa sucediese.
Por fortuna, se estaban acercando a Canterlot y, con ello, al final del viaje. Al menos, con Reddish, pues ella aún tendría que volver a Northwest Mines Town. Y tendría que hacerlo con rapidez, pues la Princesa Celestia, al descubrir que ella había entrado en Palacio, intentaría apresarla, bloqueando inmediatamente todas las salidas de la capital del reino. Gentle tendría que haber salido del cerco para entonces.
Cuando Reddish terminó de tomar el biberón, Gentle se dio la vuelta y se sentó, a la vez que elevaba a la bebé dragón hacia su hombro izquierdo. Debían situarse en contra del viento para que, cuando la pequeña dragoncita eructase, el fuego que expulsase fuese hacia a favor del aire. Una llamarada surgió de la boca de Reddish, seguida de una risa, tanto de la bebé como de la unicornio.
Gentle volvió a bajar a Reddish y la situó sobre su regazo, girándose a continuación hacia la derecha. La besó en la frente y, mirándola con una gran ternura, dijo:
—Reddish… A partir de ahora ahí es donde vivirás —señaló el Palacio Real, la cual se elevaba majestuosamente sobre la capital, que a su vez se definía sobre el horizonte— y serás muy feliz, te lo aseguro… Lo serás, lejos de mí —susurró. Entonces la unicornio empezó a llorar, aunque las lágrimas se las llevó el viento.
CONTINUARÁ