Pinkie Pie, Ben 10, Generador Rex Héroes Unidos!
Chapter 4
Previous Chapter Next Chapter¡Más rápido querido señor Vylgax! O llegaremos tarde al próximo juego
—¿DÓNDE TE METISTE PESTE ROSA? — Gritó Vylgax destrozando las puertas de su propia nave con su enorme espada.
Habían pasado sólo treinta minutos y el conquistador de mil mundos estaba más que harto. Lo habían cubierto de serpentinas, embarrado todo de pastel, llenado las manos de dulces y ponche cada vez que se distraía; pero lo peor de todo aquello era que la peste rosa que llevaba el Ultimatrix había pasado los últimos minutos jugando con él como si se tratara de otro compañero de juegos. Juego tonto tras juego tonto en el que él jamás se enteró que estaba participando estaban llevando la paciencia de Vylgax al límite.
—PREGUNTÉ QUE EN DÓNDE TE METISTE — Gritó Vylgax con una voz que resonó en toda su nave.
—No te lo puedo decir tontito — dijo alegremente una voz proviniendo del techo. — Si no el juego de las escondidas sería muy fácil. ¡Ups! Creo que lo arruiné, jejejejejeje...
Vylgax subió la vista hacia arriba sólo para ver a la peste rosa colgada de la lámpara sonriéndole ampliamente. Apretando los dientes, Vylgax clavó su espada en el techo con el único resultado de dejar el cuarto a oscuras. Gritó de rabia, en todos sus años aplastando imperios enteros esa era la batalla más frustrante que había tenido hasta aquel entonces; y para colmo las risas de la cosa rosa le indicaron que ella lo esperaba fuera de la habitación. Apretando sus dientes salió, para verla igual que la última vez colgada de una lámpara, pero esta vez sólo con la cola.
—¿Qué le parece, querido señor Vylgax? ¡Parezco un lindo monito! ¡Ah, eso me da una idea para mi próximo juego!
Dicho esto activó el Ultimatrix transformándose en su forma aracnochimpancé, mono araña, quien alegremente le tiró telaraña a los ojos a Vylgax. El conquistador de mil mundos gritó mientras Pinkie Pie mono araña se descolgaba y alegremente anunciaba:
—¡Hora de jugar a la gallina ciega! Atrápeme, querido señor Vylgax, estoy por aquí...
Vylgax golpeó con fuerza en donde escuchaba que venía la voz pero falló aparentemente; pues esa alegre risa que ya odiaba sonaba detrás de él. Vylgax rugió y siguió así una y otra vez mientras Pinkie Pie sólo brincaba de un lado a otro frustrando cada vez más al conquistador de mil mundos.
Por primera vez en su larga carrera, el temible Vylgax estaba al borde de las lágrimas.
Y mientras, Rex Salazar y las cinco amigas de Pinkie Pie observaban la escena.
—¡Uf! En estas circunstancias hasta me da algo de lástima el cara de pulpo — dijo Rex rascándose detrás de la cabeza.
Las demás amigas asintieron; de hecho, el pobre conquistador de mil mundos ya había aguantado mucho más de lo que ellas lo hubieran hecho... y es que a la hora de divertirse y hacer fiestas Pinkie Pie no conocía el significado de la moderación.
Twilight, que estaba revisando un plano de la nave que obtuvieron entre las mil maneras de fastidiar a Vylgax, sonrió alegremente y señaló hacia una puerta.
—¡Ahí está! Según este plano, los prisioneros se mantienen en este sector.
Rex asintió y con sus manos mecanizadas abrió la puerta de golpe y entró. Los robots de Vylgax lo recibieron con una lluvia de láser; que él se apresuró a bloquear con sus generadores de campo de energía. Estaba viendo a todo su alrededor para ver qué más podía hacer cuando Twilight lo rodeó con su magia.
—¡Yo te cubriré, Rex! Ahora despéjanos el camino.
—¡Así me gusta, señorita! — Dijo Rex transformando sus generadores de campos de energía en una especie de nun-chucks especiales con los que comenzó a barrer el terreno. Y por mucho que los robots intentaran quitárselo de encima con sus láser, el campo de energía de Twilight era lo suficientemente poderoso para mantenerlo a salvo.
Finalmente llegó a donde Ben, Kevin y Gwen estaban atados; a unas camillas metálicas con esposas especiales diseñadas por el propio Vylgax.
—¡Chicos! — Dijo Rex corriendo hacia Kevin, que era el más cercano.
Kevin sonrió ligeramente.
—Robot-boy... es un alivio verte — dijo en un susurro muy cansado. — ¿Lograste... lograste conseguir los refuerzos?
Rex asintió al momento que convertía sus manos en las gigantescas manos mecanizadas con las que iba a liberar a Kevin; pero en cuanto ejerció presión sobre las esposas, una corriente eléctrica lo rechazó en el acto y además electrocutó a los tres prisioneros a la vez, haciéndolos gritar de dolor para el escándalo de todas las ponis.
—¿Pero qué demonios? — Se quejó Rex.
—Son especiales, no puedes quitarlas o nos harán daño — le informó Gwen. — Hay que pensar en algo o...
—O no me quiero ni imaginar que tendrá Vylgax planeado para nosotros — se quejó Kevin. — Hasta aquí puedo escuchar sus gritos de furia, ¿qué demonios está pasando en la nave?
—Vamos a lo importante, ¿trajiste refuerzos, Rex? — Preguntó Ben.
Rex se hizo a un lado dejando pasar a las cinco ponis.
—¡Ben! Que bueno que estés bien — dijo Fluttershy alegremente volando hacia el chico y acariciando su rostro con el propio. — Lo siento tanto... sé que le dijiste a tu tía que no viniéramos hasta acá pero...
—Pero ya sabes cómo es Pinkie Pie — le dijo Applejack a Rex con tranquilidad. — Además nosotras tampoco íbamos a abandonarte así como así luego que derrotaras a Discord por nosotras.
—Y cariño, ahora que le has prestado esa cosa a Pinkie puedes usar algo más decente en tu muñeca — le dijo Rarity también.
Twilight no dijo nada, sólo usó su magia para liberarlos a los tres. Gracias a que los complicados sistemas de Vylgax no prevenían la magia poni, ellos fueron liberados con facilidad por ella.
—Gracias amigas — les dijo Ben con una sincera sonrisa. — ¿Y cómo está tía Pinkie Pie? ¿El pobre Vylgax ya enloqueció?
Un grito de furia retumbó por toda la nave.
—Pues mucho no le falta — dijo Rex levantando una ceja.
Twilgiht sacudió la cabeza violentamente.
—Ben, ¿sabías que vendríamos por ti? — Preguntó Twilight.
El muchacho le dio la mejor de sus sonrisas.
—Viví semana y media como sobrino de Pinkie Pie, claro que sabía que vendrían a ayudarme... y también sabía que es cuestión de tiempo a que Vylgax pierda la paciencia y se canse tratando de calmarla. Todo estaba planeado.
Kevin sacudió la cabeza.
—¿Acaso alguien me puede explicar qué demonios está pasando aquí? ¿De qué trata todo esto, Tennyson?
—Por favor Ben, yo tampoco entiendo nada de nada — dijo Gwen. — Lo único que dijiste era que mandaste a Rex por refuerzos pero trajo a estas extrañas criaturas. Si nos ayudaras a entender...
—De hecho a mí también me caerá bien una explicacioncita — dijo Rex.
Ben tomó aire y comenzó a explicar:
—Hace como seis meses Paradox me llevó a una dimensión extraña gobernada por ponis de colores; y hasta yo mismo me convertí en uno al no más aparecer ahí...
Kevin soltó una carcajada pero Gwen lo silenció de un codazo.
—Kevin...
—Lo siento, lo siento, pero no me imagino algo tan divertido — se defendió el muchacho osmosiano.
—Volviendo a la historia, — siguió Ben, — Paradox me encomendó a una chica poni llamada Pinkie Pie; ella está prácticamente loca, pero es una persona alegre y divertida, siempre buscando una razón para divertirse con sus seres queridos. De hecho, me adoptó de inmediato como su sobrino y me trató de hacer cada minuto que pasara en Ponyville algo inolvidable; casi no me dejó dormir por sus deseos de diversión.
—Pinkie Pie puede ser bastante especial — dijo Rainbow Dash recordando algunos momentos con su amiga. — ¿Pero por qué le confiaste a ella tu reloj monstruo?
Gwen y Kevin se volvieron a Ben, que sólo se encogió de hombros mientras otro de los gritos de desesperación de Vylgax hacía retumbar toda la nave.
—No sé, la verdad entré me asusté mucho cuando Vylgax tomó nuestra nave y estaba a punto de tomar el Ultimatrix; pero recordé que antes de mandarme de vuelta a casa, el profesor Paradox me dijo que en algún momento la amistad que trabé con ustedes allá en Equestria me serviría para salvar el universo, que por eso me mandó allá.
—Ya veo — dijo Twilight con los ojos brillantes de emoción. — Confiaste que te ayudáramos con la magia de nuestra amistad.
Las demás ponis se unieron en una gran sonrisa. Kevin y Rex tuvieron que hacer grandes esfuerzos para no reírse, pero a Gwen le pareció algo muy tierno.
—Aw...
Un sonido estridente comenzó a sonar por toda la nave al tiempo que se activaban unas luces rojas dispuestas por toda ésta.
—¡La alarma! Vylgax debe de haber dañado mucho su propia nave persiguiendo a tu tía adoptiva, Tennyson — dijo Kevin preocupado. — Si no nos movemos rápido esto no va a terminar bien, ¿dónde está el arma dimensional con la que mandaste lejos al Robot Boy?
Ben hizo una mueca.
—La tiene Vylgax. Tenemos que alcanzarlo.
Los tres humanos y las ponis se pusieron en camino.
...
Pinkie Pie daba alegres saltitos en su forma gourmand (upchuck) que al igual que todas sus transformaciones era color rosa con ojos azules. Y parecía no importarle que la nave estaba a punto de estallar.
—¡Más rápido querido señor Vylgax! O llegaremos tarde al próximo juego.
Vylgax corría detrás de ella, pero algo más lento que antes porque todos los juegos de Pinkie estaban comenzando a agotarlo, tal como Ben le había asegurado. Entonces justo cuando creyó que la tenía (había dejado de moverse) la luz se encendió revelando un tablero de Twister y a Pinkie Pie volviendo a la normalidad mientras anunciaba:
—¡Casco derecho rojo!
Vylgax trató de darle un manotazo, que ella esquivó sin prestarle atención siquiera, porque estaba poniéndose en la posición que indicaba el juego.
—¡Lo hace muy bien querido señor Vylgax! — Felicitó Pinkie.
Vylgax bajó la vista sólo para ver que su pie estaba donde el juego indicaba. Pinkie volvió a girar la ruleta y anunció:
—¡Casco delantero izquierdo al rojo!
Vylgax levantó su garra para aplastar a la poni cuando Pinkie lo detuvo.
—¡Un momento querido señor Vylgax! Ese es su casco derecho, dije que el izquierdo.
—Ah claro, lo siento — se disculpó él levantando la garra correcta...
Entonces se quedó congelado para finalmente llevarse ambas manos a la cabeza y gritar:
—¡AY PERO QUÉ PASA CONMIGO!
—¿Qué espera, querido señor Vylgax? — Dijo Pinkie alegremente.
Entonces los demás llegaron corriendo.
—¡Tía Pinkie Pie! — Llamó Ben.
—¡Pero si es mi sobrino favorito en todo el universo! — Gritó Pinkie saltando ágilmente para abrazar a Ben. — ¿Ya estás bien? Entonces únete a la fiesta, el señor Vylgax está teniendo tanta diversión que no volverá a hacer algo malo nunca más. ¿Y bien? ¿Quiere algo de beber, más helado o pastel señor Vylgax? Tal vez algunos caramelos...
Vylgax se levantó amenazadoramente con su pistola ya listo para acabar con la irritante cosa que le sonreía tan sinceramente... las ponis llegaron junto con Rex, Gwen y Kevin que soltaron un gemido de susto al ver a Vylgax tan dispuesto a acabar con sus amigos. Y mientras, Pinkie seguía sonriendo tranquilamente... y no era la primera vez en esos treinta y seis minutos (estaba tan al límite de su paciencia que estaba contando cada minuto) de aguantarla que le apuntaba con el arma; pero siempre fallaba cuando esta cosa iniciaba un juego nuevo... y por lo que se veía estaba pensando en uno justo ahora. Finalmente, para sorpresa de todos se dejó caer de rodillas y tras llevarse las manos a la cabeza comenzó a llorar:
—¡Basta! Basta ya por favor... haré lo que sea Tennyson, sólo aleja a esa cosa de mí... te lo suplico...
Gwen y Kevin soltaron un grito ahogado, jamás habían visto a Vylgax en ese estado; por su parte las ponis se miraron preocupadas, sabían que a la hora de divertirse Pinkie Pie era exasperante pero ese era un nuevo nivel.
—Entonces danos el arma dimensional — dijo Rex con severidad, transformando sus manos en dos poderosas hachas color azul.
Vylgax obedeció.
—Esto sí que está raro — dijo Gwen.
—¿A qué clase de mundo raro fuiste, Tennyson? — Preguntó Kevin todavía sin entender.
Sin darles tiempo a hacer más preguntas, Ben activó el arma dejando solo a Vylgax en la nave a punto de estallar. Sus robots lo encontraron y lo llevaron a una cápsula de escape, en donde le dieron algo para calmar sus nervios. Jamás habían visto así a su maestro, ¿qué oponente era tan temible para ponerlo así en tan poco tiempo?
...
En Canterlot ambas Princesas estaban tomando un té para la tarde.
—¿Te preocupa algo, hermana? — Preguntó Luna.
—Sí, es todo este asunto que te comenté en la mañana sobre el joven Ben Tennyson Pie.
—¿El joven héroe que derrotó a Discord? — Preguntó Luna. — Sí, también me preocupa su seguridad; pero descuida, al fin y al cabo las portadoras de los Elementos de la Armonía son dignas de confianza.
—Sí pero no sabemos con qué clase de peligros se enfrentarán en ese extraño mundo.
Luna seguía tranquila.
—Bueno, tienen a Rex Salazar para guiarlas, además el joven Ben tampoco se había enfrentado a un peligro como Discord y aun así salió victorioso.
Celestia asintió, pero seguía pensativa. Entonces el brillo color rojo apareció justo sobre ellas, que volaron a una distancia segura mientras todos caían desde muy alto justo sobre la mesa de las Princeas. Rainbow Dash y Fluttershy usaron sus alas y de paso, atraparon a Applejack y a Rarity. Twilight improvisó un hechizo para caer más lentamente, Rex usó sus piernas mecanizadas con las que hizo añicos la mesa de las Princesas y atrapó Gwen. Kevin se estrelló de lleno y Pinkie se transformó en Jet-Ray y atrapó a Ben justo a tiempo.
—Ayayayayayay... — se quejó Kevin, que se había transformado en un poni terrestre color gris con melena negra y una Cutie Mark de un auto. — Genial, ¿en dónde demonios estamos?
—Parece que volvimos a Equestria — dijo Pinkie Pie volviendo a la normalidad. — ¿Cómo están, Princesas?
Ambas Princesas estaban de una pieza mirando lo que quedaba de su mesa. Gwen, que era una unicornio rosa con su cabello naranja y una Cutie Mark que representaba un libro, miró a su alrededor.
—Tal vez no estemos de vuelta a la base de los plomeros pero al menos parece que estamos a salvo, lejos de Vylgax.
Ben, volviendo a ser el poni verde de antes, sonrió satisfecho.
—Perfecto, ahora sólo debemos reprogramar el arma dimensional y volveremos sanos y salvos a Bellwood.
Celestia logró recuperarse y avanzó hacia Ben, que la saludó alegremente.
—¡Hola Princesa Celestia, cúanto tiempo! lamento mucho haberla molestado en su merienda pero no tenemos mucho control del arma y...
Celestia lo tranquilizó.
—Ten calma, Ben Tennyson Pie...
A Kevin se le escapó una risotada.
—¿Ben Tennyson Pie?
Ignorándolo, la Princesa Celestia siguió:
—Como te decía, Ben, me alegra mucho saber que te encuentras bien, pero hay ciertos asuntos que me gustaría discutir en privado contigo. ¿Te molesta si me acompañas? Tus otros compañeros y Rex Salazar pueden esperar aquí junto a las demás.
Ben suspiró y siguió a la Princesa bajando la cabeza.
...
En su nave de escape, luego de beber algo para calmarse los nervios, Vylgax apretó los dientes y tomó el pequeño chip en donde había copiado las coordenadas de aquella arma dimensional.
—Preparen las naves restantes y hagan la formación de ataque, nos dirigiremos a un nuevo objetivo — ordenó a sus fuerzas. — ¡Nadie se burla de Vylgax!
¡Ta-Dá! Sí, bueno, se veía venir pero no me podía resistir a hacerlo; después de todo quiero que Pinkie Pie use TODO el poder del Ultimatrix y hasta ahora sólo ha sido ella misma con sus habilidades amplificadas por los aliens de Ben. En fin, espero les haya gustado y esperen a la invasión de Vylgax a Equestria.
Sin más: Chao; nos leemos!