Escape Del Planeta Caido! Ciudad De Pobres Corazones
Chapter 9: 9. Mi Razon De Ser
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Mi Razón De Ser
Llovía esa mañana y parecía que hace mucho que el sol no dejaba ver su rostro. Me levante temprano para hacer el desayuno, sin embargo… nada en la alacena. El reloj apuntaba las diez de la mañana y ahora por fin todos estaban saliendo a sus trabajos, ya saben, no se podía salir antes por el toque de queda.
Me dispuse a comprar algunas provisiones o por lo menos algunos pasteles, recuerdos me dicen que a ella le encantaban los pasteles. Pero, en ese justo momento una puerta se abrió detrás de mí. Yo reaccione con sorpresa a primera vista, pero más bien mi percepción interna fue de soberano infortunio
- ¿Dónde es que vas? – pregunto con melodiosa voz
- Yo... iba a comprar algo para el desayuno. Bueno, no había nada y creí oportuno buscar algo … y justo a la hora debida
- Muy bien, pero deberás ir solo. Yo debo terminar unos vestidos
- ¿eres modista? – le pregunte sorprendido
- No – dijo – de ninguna manera. Aunque… muchas de mis antepasadas lo fueron
- muchas de mis antepasadas lo fueron
- ¿entonces?
- Solo… no me gustan que me digan que vestir. Entonces, yo misma me confecciono la ropa
- Si… he visto, que la mayoría por aquí anda desnudo
- Asi es… pero a mí. A mi no me gusta
Fui atrás de castillo. Era un patio llego de flores y jardines colgantes y, en el techo del mismo cantaban aun los pájaros. Descolgué mi chaqueta y colocándomela me apreste a salir. Pasaba ante ella como un simple hombre y ella me miraba como un vil foráneo, pero aun no sabia que pensaría de mi, porque a pesar de los dias, no me lo había dicho y a mi me daba un poco de resquemor llegar a preguntar.
Trataba de observarla y ver, ver el unicornio blanco y evidente que tenía enfrente pero el nervioso y las palabras vagas aun vienen a mi cuando la veo, pues solo soy capaz de ver a la mujer de quien me enamore y de quien pareciere recordarlo todo, incluso su voz, que era extremadamente similar a la de Leonora.
He tenido visiones, sueños de ojos cada noche al dormir, sueños de aromas y visiones de calor en mis manos y su voz en mis oídos desde el momento en que la recordé. Era como esa maravillosa espera y el anhelo de lo que se esconde, pero solo subyace en el interior la capacidad del encuentro o de la resignación.
Por el contrario de lo que puedan pensar a raíz de mis palabras, yo no quiero al pony que se cierne frente a mí y me da la bienvenida, sino más bien su espíritu, a aquella que esta dentro de ese cuerpo. Pues, de saber quien era ella y si no se me hubiese revelado este secreto… quizás hubiese estado intentando escapar de este páramo lleno de desconocidas visiones y que al contrario de lo que muchos quisieran pensar, no se asemeja ya más a un reino de cuentos.
Como les iba contando, me prepare para salir, con algo del dinero que tenia con anterioridad y abrí nuevamente la puerta. Ella insistió a ir conmigo pero tan pronto como puse un pie fuera del castillo, las voces de mi cabeza vinieron a mí otra vez diciendo
- Hafnafjordur ¿estas ahí?
Yo como era evidente, al ir con la chica al lado no respondía, pero la voz seguía su curso… yo sabia quien era
- escucha. Hoy ya no te detendrás sino hasta el resto de lo que tu llamas tiempo y no es sino cosa de pocos momentos para que todo comience a suceder. Hoy es tu día y deberás enfrentarte a lo que no quieres ver.
Luego de eso, la voz se silenció. Su lenguaje críptico me dejo algo anonadado pero con fuertes interrogantes. Decidí hacer caso omiso y continuar con la lenta caminata de aquel día
- a veces me pregunto Rarity – dije - ¿no te molesto tener que hospedarme por fuerza?
- Te mentiría si te dijera que no. Es decir ¿un ser de otras dimensiones en mi hogar?... suena a locura de primera categoría. Inclusive me mantuve algo incrédula frente a tus posturas.
- ¿entonces porque sigues hospedándome?
- Porque a través de las semanas que hemos compartido he podido caer en la cuenta de que no eras quien yo creía. y porque como te dije en una oportunidad, me recuerdas a alguien.
- Supongo que debo dar las gracias Rarity – dije en una sonrisa
- No tienes de que – dijo - ¿tu no sabias nada sobre nosotros?
- No – dije - ¿Por qué debería de saber?
- Es que bueno… se dice que hace mucho tiempo ya, nuestro Reino fue conocido por los de tu dimensión a través de un programa de televisión. Era como un reality show o algo asi supongo
- No. No tengo noticias de eso – dije – además si hubiese sabido algo ¿crees que aun estaría tan sorprendido?
- No, supongo que no.
Llegamos a una pastelería, yo no entré, solo le di el dinero y ella pasó, no lo vi como una descortesía sino, solamente le di la oportunidad de elegir a ella porque bueno, ya saben que uno debe dar la prioridad a quien ama, en este caso a mi amada Leonora.
Salio luego de un rato con una caja de color púrpura, yo me levante de inmediato y la coloque debajo de mi paraguas. Nos dirigimos a unas mesas que estaban bajo un toldo multicolor y nos sentamos.
Nos miramos y no pudimos evitar sonreír cuando el viento comenzó a arreciar y una rama cayó sobre la mesa. La quitamos y la chica saco un pequeño mantel del pequeño bolsito que llevaba
- ¿un mantel? ¿Realmente? – dije sorprendido
- ¡Claro! – dijo ella – desde un principio fue mi intención venir aquí a comer
- ¿aun con el clima?
- obviamente – dijo señalando su bufanda blanca – me gusta cuando el viento golpea mi rostro.
A veces me sorprendía lo tranquila que estaba aun con todo lo que venia sucediendo hace semanas en el reino y que, aunque todo ya estuviera algo mas calmado, aun tenia a los ciudadanos algo paranoicos, incluso habían llegado panfletos al castillo que hablaban sobre el fin de los tiempos, yo me reí porque estaban escritos como si de una propaganda de detergente para la ropa se tratase, solo les falto colocar el precio
- sabes – le dije – yo pensé que tenias novio
Ella se sonrió
- hace mucho de eso ya
- ¿en serio?
- Si. La gente no te quiere por lo que eres – dijo – solo por tu dinero
- No pareces ser tan excéntrica
- De hecho no. Al menos no como aquellas que me antecedieron
- Eso supongo. Como sea… ¿no te aburre la soledad?
- No. Bueno… realmente la soledad es sana mientras no sea total ¿y tu que tal?
- Es difícil acostumbrarse después de perder en una situación tan descabellada y en la que, no desearía que nadie se viese envuelto. Lo curioso es que bueno, en mi planeta cada cierto tiempo algún imbecil solía hacer una profecía sobre el fin de los tiempos
- Se ha llenado de eso aquí, no desde hace mucho – dijo ella
- Bueno, como te decía: cada cierto tiempo algún imbecil solía hacer una profecía sobre el fin de los tiempos y nunca nada sucedía. Lo curioso es que cuando el planeta se destruyo en pedazos… nadie fue capaz de predecirlo, solo sucedió y ya
- Nada de lo que se dice que va a pasar sucede, es un clásico ya. Solamente que aquí ya hay un método para deshacernos de esos locos – dijo ella mientras daba un mordisco a la rosquilla con glaseado blanco y púrpura
- ¿Por qué usas siempre esos colores?
- Es cosa de balance – dijo – a propósito de lo que hablábamos antes. He escuchado que muchos ponies que observan las estrellas han dicho ver un castillo flotante en el espacio
- Aquí hay tanto de lo que no me entero – dije casi en una risotada
- Esto no es asunto de risa – dijo ella, que aun le costaba pronunciar mi nombre – es mejor que te apresures ya. El tiempo se esta acabando y aunque deteste decirlo, es cierto
- Lo se, lo se…
El resto de la hora y un poco más que pasamos conversando fue bastante edificante, sentí, que en cierta manera estaba generando un lazo más fuerte con mi contraparte
Lo que se me hacia bastante bueno.
Yo le di mi paraguas y le pedí que se adelantara mientras me ataba las agujetas de los zapatos. Creo que pise mal o algo asi y me caí al barro, unos niños que pasaban rieron de mi, pero yo solo les sonreí y me pare para dar alcance a Rarity. Pero no a mucho de caminar vi una multitud de curiosos que formaban un círculo en derredor de algo o alguien y grande, horrible fue mi sorpresa cuando vi a la chica en el piso
- ¿Qué paso aquí? – dije casi en un grito al ver a la chica herida en un sector de su cuerpo y con una de sus pezuñas rotas
- Creo que la atropellaron – dijo uno
Ella me miraba, trataba de abrir la boca para decir algo, pero no podía hablar, sus fuerzas eran muy pocas. La sangre formaba una línea recta. Yo saque mi chaqueta y la coloque en su cuerpo para evitar la hemorragia al menos por un tiempo
- ¿no llamaron una ambulancia?
- Si – dijo uno – pero aun no llega
Yo, viendo que no había tiempo para esperar la tomé y comenzé a correr en dirección al hospital. Al mirarla, ella había cerrado sus ojos. Mi corazón comenzó a latir fuertemente, casi como si se me fuera a salir en cualquier momento, no sabia si se había dormido o estaba desmayada producto de la perdida de sangre.
Al llegar al hospital lleve a la chica directamente con un doctor pero este dijo:
- escucha. Debes esperar por la atención
Yo me Sali de mis cabales y dije con denuedo
- escucha. Ella morirá si no haces nada y si la dejas morir te juro que te matare aquí mismo – dije
- esta bien… tranquilo, tranquilo…
Di gracias a que mi estrategia intimidatoria hubiese resultado y no quise dejar a la chica hasta que estuviese bien, pero me obligaron a salir. Yo caminaba de un lado para otro en la sala de espera, tal como un padre espera a su hijo, pero no, el mío no era ese momento feliz. Sino toda la rabia de los imbeciles estos
- ¿ustedes tuvieron que ver con el accidente verdad? – dije cuchicheando
- No. Solo lo sabíamos
- Son unos imbeciles.
Esa noche entré a eso de las 19 horas a la habitación, donde ella yacía, tendida en la cama con los ojos semi cerrados. Al parecer unas amigas vinieron su encuentro al enterarse del accidente, yo las vi salir, ellas me miraron de manera cortante y extraña pero no tuve palabras para intercambiar con ellas.
Yo la vi ahí y en cierta manera me sentí algo culpable por todo lo que había sucedido, ella me vio y sonrío
- estas aquí – dijo con un tono de voz muy débil
- si querida – le dije – como era natural. Ahora – dije mirando hacia abajo – necesito que me perdones. Si no fuera porque te deje adelantarte quizás esto no hubiese ocurrido
- no pierdas cuidado – dijo de manera displicente – son cosas que pueden pasar.
Me sentía más aliviado. Mi intención primera era quedarme a su lado el resto de la noche, pero ella me conmino a volver al castillo.
Recuerdo que esa noche llovía mucho, la lluvia caía sobre mi como convidada de piedra de tiempos antiguos y me empapaba mientras yo observando al cielo daba gracias pues, sin saberlo quizá, estuve a punto de perderla otra vez.
Ella era mi razón de ser desde el momento en que le vi, desde el momento en que volveríamos a empezar, desde el momento en que creo que esto no tendrá final, podría construir todo un mundo para ella.
Esa noche, un trago frente a la fogata y un libro. Observo sus ropajes, de alguna manera guardaban tantas similitudes a ella, Leonora vivía y cada palabra de Rarity era saberla a mi lado. Si tan solo pudiera volver a nacer para tenerla otra vez, para decirle que solo ella es mi razón de ser, ayer, hoy y siempre lo será, pues ella es mi mundo.
De pronto la chimenea se ilumino con un profuso color verde y de la misma una carta de la princesa que decía que estas serian mis últimas 2 semanas en Equestria antes de partir.