Escape Del Planeta Caido! Ciudad De Pobres Corazones
Chapter 10: 10. Prueba De Lagrimas Part I
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Prueba De Lagrimas Part. I: Esta Lloviendo En Sus Ojos
Incineré la carta, no necesitaba saber mucho más ahora, creí escuchar una voz que me pedía despertar, pero hice caso omiso. Observaba los cuadros del castillo. Todos juntos, parecían relatar una historia sobre una mujer solitaria. Cada uno estaba enmarcado en marcos dorados, lo más tristes, en marcos más tenues. Habían desde cuadros que relataban un nacimiento, otros con una unicornio que lloraba, otros con una unicornio vestida de novia sola frente al altar.
Supongo que este era el porque ella jamás me habló de su vida, esta estaba representada en cada cuadro que extrañamente no parecían ser fotografías, sino más bien oleos con una precisión tal que por momentos llegaba a intimidar extrañamente. Me di cuenta que había un espacio en blanco en la pared. Me quede mirándolo en silencio hasta que de pronto aparecieron dos cuadros consecutivos de la nada. El primero mostraba a Rarity en el hospital y el segundo a mí observando la pared.
Supongo que al observar los cuadros podía entender su soledad y del porque no confiaba demasiado en nadie. Parecía haber sido dañada tantas, tantas veces como pudiera un ser vivo soportar, refugiarse en lo etéreo del dinero quizá había sido la respuesta al amor que ella jamás encontró o que se le negó, según contaban los cuadros. Estos hablaban de una feliz pareja que se casaría, pero justo en ese momento, el se arrepintió y le dejo sin previo aviso.
Me preguntaba porque ella querría seguir recordando su pasado tormentoso y si realmente le serviría de algo seguir en ese plan. A veces creo que nuestras vidas no habían sido muy diferentes, aunque no por eso creía que estábamos destinados a estar juntos.
Era realmente triste hasta cierto punto no haber caído en la cuenta de este cuarto en particular. La atmósfera que lo rodeaba era pesada y parecía que uno pudiera querer huir del lugar en cualquier momento. Mientras mas observaba todo más preguntas venían a mi y es que es tan difícil enmendar un corazón roto y desatendido como el de ella, que parecía sangrar a cada minuto asi como el mío.
Debía poner de mi parte, debía hacerla sentir querida, hacerla sentir que si era parte especial para alguien y hacerle entender que ese alguien la conoce tan bien, quizá mejor que lo que ella misma lo hace. Enfrentar una prueba de lágrimas jamás es fácil, a veces pareciera que nunca te recuperaras, que el dolor es tan fuerte que se hace difícil mirar fuera y sonreír, cuando cada gota que brota por tus ojos y recorre tus mejillas quema más que mil soles y que jamás volverás a sonreír, cuando a pesar de ser fuerte tu voz se quiebra en mil pedazos y necesitas sentir el agua fluir fría en tus labios.
Escribir estas palabras cuenta demasiado, a veces me gustaría pedirle que me contara su historia, pero al saber y ver estos oleos he comprendido tantas cosas y se me abren tantos caminos, pero deberé ser yo quien tome la iniciativa.
Prepare un estofado siguiendo una vieja receta de un libro de cocina que encontré. Era la primera vez que cocinaba y lograr un resultado optimo me tomo un par de horas, incluso debí tirar a la basura varios intentos fallidos, pero una vez listo el platillo, prepare una pequeña vianda y colocándola en mi bolso Sali en dirección al hospital. Mientras en esto iba, caí en la cuenta de que algo se me había olvidado: comer yo mismo. Y ni siquiera había llevado una porción para mí y había escuchado a Rarity decir que la comida del hospital era incomible asi que era mejor hacer mi propio intento, pero ese día un sol abrasador dominaba el ambiente y a medio camino ya estaba tan hambriento y tan sediento que sentí, no podía seguir.
De pronto un pony salio de la nada, tenía en sus cascos una caja que iba abriendo a medida que se acercaba a mí. Yo me detuve un momento y lo observe. El se acerco un poco mas, dijo haberme visto hambriento y quería ayudarme con eso. Yo no me cuestioné mucho la apariencia del pastel y dando las gracias me apreste a darle un mordisco. Pero, justo en ese momento la certeza de una bala le arrebató la caja de los cascos al pony. Yo intente recoger la caja que tenia, para mi sorpresa el pastel aun intacto dentro de ella. El pony había huido y de pronto un unicornio de un color plateado brillante se coloco frente a mí:
- no toques ese pastel – dijo
- tranquilo. No pasara nada
- mi nombre es Kludgel y estoy aquí para protegerte en el resto de tu estancia en la ciudad
- un gusto. Pero…¿Qué eso no lo hacia Rarity? Y por lo demás… ya nadie intenta matarme
- ¿estas seguro? – dijo pisando y destrozando el pastel
Y en efecto, de este salieron cientos, quizás miles de larvas de colores que se retorcían y ponían huevos en el pastel y otros seres repugnantes que parecían defecar en el. Kludgel tenía atravesado algo como un sostenedor de cuero donde ponía su rifle y a su lado hacia flotar un garrote lleno de puntas de clavos oxidados. Después de una efímera mirada me habló:
- ¿piensas que estas seguro ahora? Y no, ella solo se encarga de hospedarte… ¿Cómo ella podría cuidarte?
- No. Supongo no estoy muy seguro que digamos
Seguimos nuestro camino. El me dijo que había venido de Canterlot, la princesa le había dicho que yo era un ser débil y extremadamente frágil y que, la naturaleza humana era fácilmente perecible y que por tanto debía cuidar que no muriera.
- no es divertido estar en un lugar en el que te pueden matar ¿lo sabias?
- supongo que ya te hablaron sobre los tesoros
- ¿Quiénes?
- Los hipocampos
- Ah – dije musitando – si. Ya lo hicieron
- Era cosa de tiempo, su especie aun recuerda lo que paso hace tantos años y han estado preparándose largos años para este momento
- ¿Por qué la pregunta?
- Nada, supongo que has investigado algo sobre los elementos
- ¿el arco de Limassol?... y … y… y no recuerdo el otro.
A esas alturas el ya me había dejado, prometiendo volver sin embargo, al entrar al hospital pude sentir ruidos extraños, como de gritos que, para mi sorpresa, provenían de la habitación D24 donde se encontraba la chica. Entre casi de un golpe y sin avisos previos, ella me vio y se silenció
- ¿Qué haces aquí? – dijo ella
- Vine a visitarte – dije acercando una silla a la cama - … y a traerte algo de comida
Comencé a darle la comida en la boca, como si de una bebe se tratase y ella para mi sorpresa no se negó. De pronto me miro y se comenzó a reír, era extraño y en un abrir y cerrar de ojos estábamos los dos con un ataque de risa
- ¿esta es tu primera vez cocinando no es asi?
- Si – dije sonriéndome
- Es un intento decente. Pero para la próxima trae comida preparada ¿si?
Yo estalle en una carcajada y dije
- esta bien, lo haré
- pero es un buen esfuerzo. No creas que no lo tomare en cuenta querido. Pero ahora… necesito pedirte un favor. Lo que sucede es que vinieron mis amigas hace un rato y bueno…
- Una pregunta antes – dije interrumpiéndola
- Claro, dime
- ¿Por qué ellas me miran tan raro?
- No confían en ti… porque no te conocen. Sin embargo ha sido mi empeño hacerles ver que no estas aquí para hacerme daño. Pero, es por lo mismo que creo que eres idóneo para este favor
- Vamos a ver
- Una amiga mía, Applejack, esta teniendo problemas con la recolección de manzanas. Su hermano esta fuera del pueblo y bueno… quisiera saber si querrías ayudarle
De inmediato pensé que si hacia lo que ella me dijera seria un paso más, asi pues acepte de manera terminante
- excelente – dijo ella
Me dio una dirección y Sali de inmediato en la busca de la misma, desde luego no tenia idea donde se encontraba y al tratar de preguntar en la plaza de la ciudad la mayoría se alejaba o se asustaban demasiado por mi forma, ver un humano parecía una experiencia terrible para algunos.
Demore algo más de una hora y una buena dosis de nervio para que alguien pudiese acceder a mi petición. Me indicaron internarme por un sendero que llevaba casi a los límites de Ponyville. Para mi extrañeza, cada árbol en vez de tener corteza tenía una puerta blanca de la que brotaban las hojas hacia arriba y las puertas se sucedían una tras otra cada vez y por el riachuelo guitarras flotaban en infinitas líneas y en la berma del camino un arlequín de dos cabezas hacia su baile.
Pude ver el final del camino mientras los colores parecían deformarse un poco y al volver estos a la normalidad y al abrir la última puerta… ¡miren! Era un gran granero y parecía ser el mismo lugar…. El mismo lugar donde había entrado ya antes, asi pues me acerque al granero atravesando la arboleda y con el sol abrazándome