Login

Escape Del Planeta Caido! Ciudad De Pobres Corazones

by Lionel Young

Chapter 5: 5. El Reino De Zexyz

Previous Chapter Next Chapter

V

El Reino De Zexys

Desperté esa noche, sobresaltado, en casa. El sueño había sido tan real, todo tan vivido que no puedo creer que ya no escuche la voz y que al mirar por la ventana, la estrella de la noche siga ahí.

Al mirar por la ventana: los deslizadores surcan el cielo y todo parece igual mientras las luces de neon y los rayos lasers iluminan el cielo. ¿Cuánto tiempo dormí? ¿Cuánto tienes que dormir y a que nivel de debes llegar para soñar lo que yo? Eso era lo extraño y en cierta manera desconcertante.

Me seguían imágenes de mi mundo, creencias de mi mundo y al abrir los ojos lo primero que contemple no fueron las estatuas del querido líder, sino más bien, la caja vacía de aquella mujer computarizada.

Salí fuera y me senté, veía a todos pasar y me convencía a cada minuto un poco más de que todo había sido un sueño: Todos me miraban con la misma extrañeza de siempre.

Me preguntaba si alguien siquiera comprendería lo que había sucedido aquí, si aquella unicornio seguiría esperándome o si tan solo aún tenia una misión que cumplir. Me tendí en la cama a esperar mientras la casa me llevaba unas bolas de helado de vainilla y chocolate a la vez que encendía la TV. Como era de esperarse: solo basura en la televisión, tenia 428 canales de mierda para observar, era interesante la variedad y el poco contenido.

En la televisión dijeron, era domingo. Eso quería decir: dormí tres dias seguidos de manera ininterrumpida. Me sorprendía nadie me hubiese buscado. Me levante al armario para sacar algo de ropa limpia pero: ¡miren! Para mi sorpresa cayeron cientos y cientos de cartas de la princesa Celestia. No las leí todas, pero las que tomé fluctuaban entre la preocupación y la alerta, la rabia y los insultos. Desde luego me sorprendió como a veces parecía dejar de lado toda ceremonia y solemnidad, solo una cosa me quedaba más que clara: estaba enojada

En ese mismo momento llegaba una carta que me conminaba a ir de manera inmediata a la dirección que se me había dado donde, de no ir, debería enfrentar un terrible castigo del cual me arrepentiría.

No recordaba donde había dejado el papel con la dirección, pero antes de siquiera pensar en colocarme a buscar una mano robótica ya me lo había extendido, nuevamente, la dirección rezaba "Hahnemian Sparkle 2658 esquina colmena.".

Mientras tomaba la banda noroeste en dirección a la estación de ferrocarriles reía por lo bajo ¿Qué utilidad podría tener un hombre en un mundo de caballos? ¿Y que o a quien vengo a buscar aquí?

Había comprado algunas revistas para leer mientras esperaba el tren, debía ir desde la estación "MK 1888 Manehattan" hasta la estación "Hartlepool Harbour" en ponyville Que tenia vista a una bahía.

Como les contaba, la revista era sobre personalidades destacadas de ponyville y la había comprado solo porque en la revista aparecía un ser muy parecido al que debía recibirme. Decía que su nombre era Rarity el apellido era Constanza si no me equivoco, pero bueno, resultaba ser que ella era descendiente de una importante unicornio del mismo nombre que había sido uno de los legendarios elementos de la no se que y que había salvado al mundo de un no se que hacia mucho. Bueno, lo importante no es eso, sino que era millonaria y vivía en un Castellón a las afueras de Ponyville, que raramente aceptaba visitas. No seguí leyendo, ya sabía lo que me interesaba: tenia dinero. Aunque pensándolo bien no se para que querría robárselo cuando, de cualquier manera, prefería darme un tiro en la sien antes de eternizarme en este lugar tan extraño.

Sentado en la oscuridad nada sucede mientras espero temblando, observo a las palomas posarse en las líneas del tren como desafiando su destino casi siempre al filo de la muerte tan temida a la vez que contemplo el cielo estrellado que se cierne como guardián entre los edificios y los ojos de la ciudad.

Una música etérea se deja oír por los parlantes de la estación muy débilmente lo que provoca que se escuchen fuertemente los sonidos que provocan los ponies al caminar, cada paso, cada respiro lo que dota al ambiente de una atmósfera espesa y casi desesperante.

Me levanto de la banca y me acerco al abismo del anden mientras el viento del lado oeste mueve mi cabello mientras camino de un lado a otro como creyendo que aquello haría pasar mas rápido el tiempo pero, sin embargo, nada sucede.

Revisaba el boleto, lo doblaba y lo guardaba en la billetera para luego sacarlo de nuevo, casi temblando para observarlo otra vez.

El boleto tenía, en su parte superior central, el titulo de la compañía federal de ferrocarriles de Manehattan en la parte superior derecha tenía impreso el valor que en este caso eran veinte mil Kunas y el escudo de armas de la ciudad de destino

Me extrañaba, porque al mirar el reloj de la estación daban casi la una de la madrugada, el tren llevaba casi una hora de retraso con respecto a la hora original que figuraba en mi boleto, pero para mi sorpresa los pocos ponies que habían en la estación no se quejaban sino mas bien esperaban sentados al borde del sueño absoluto tratando, a veces infructuosamente, de mantener sus cabezas levantadas y sus ojos abiertos.

De pronto una voz melodiosa, pero increíblemente somnolienta anunciaba por el parlante la llegada del tren directo a Ponyville a la vez que se pedían las disculpas correspondientes por el retraso en cual fue provocado por un retraso en la manutención del tren. El viaje se efectuaría sin ningún tipo de escalas y aun así tardaría la noche entera en arribar, creo que lo haría a eso de las ocho y media de la mañana.

Al abrirse las puertas una luz penetrante golpeo mis ojos dejándome ciego casi por un instante, vi a los ponies entrar y luego me encamine dando pequeños pasos adentro del tren que por dentro era de paredes blancas con ventanas algo desgastadas pero en buena condición y un aire muy tibio y reconfortante golpeaba el rostro.

Busque mi asiento y extraje mi termo con café del bolso, en realidad era una botella de cinco litros y comenzé a beber a la vez que comenzaba a temblar profusamente. Las sombras se sucedían, tenia los ojos abiertos como platos mientras el tren avanzaba. Sonreía al pensar que seria lo que el destino tendría preparado para mí pero a la vez algo dentro de mí extrañaba a esa chica. Quizás podría llorar si la recordara del todo o bien su voz, pero no, por más que intentaba revisitar mis recuerdos anteriores al salvamento de la nave, nada de nada.

Me levante al vagón comedor, solitario, solo una pony gitana en el. Me senté a beber el resto de mi café mientras sentía la mirada de la pony sobre mi, yo le daba miradas fugaces, casi no parpadeaba, solo me miraba fijamente. Luego de pasado un rato me acerqué a ella. No se identificó, solo me dijo que debería tener cuidado al tratar a quien iba a buscar. Solo una cosa me reveló, algo que me movió el piso: yo la conocía muy bien.

¿Cómo podría conocer a una unicornio? ¿Qué significaba acaso aquello?, yo no hable palabra, solo me retire en silencio con el pensamiento interno de la locura de la chica. Ya en mi asiento me dispuse a dormir mientras el agua caía por los cristales empañados del vagón.

Me despertó una alarma, fuerte, penetrante que casi hizo sangrar mis oídos y me levante. La alarma solo indicaba: habíamos llegado. Baje y compre un mapa y no demore mucho en ponerme en mi camino al lugar indicado

Los ponies me miraban y me señalaban extrañados mientras yo caminaba, caminaba y caminaba. Llegue a eso de las 8 AM y ya eran las 14 PM y mi estomago comenzaba a rugir de hambre porque bueno, un termo de café no es alimento para nadie, asi que entre a un restaurante en el borde de la ciudad, no estaba muy lejos de mi destino, pero de cualquier manera entré.

En el menú: nada de nada, solo pasto, heno y solo hierbas obviamente no comestibles para nosotros, pero sin embargo me ofrecieron langosta y otros mariscos, no era algo que me gustara mucho, pero no estaba en condiciones de negarme. Al cabo de una media hora, pague la cuenta y me marché.

Había llegado a la calle, pero como era natural, comenzaba en el numero uno, lo extraño es que luego del numero uno comenzaba una calleja de piedras que se perdía en el horizonte, no tenia interés en seguir, estaba cansado, pero para ser franco, no quería tener ningún problema con celestia.

En el sendero árboles en seguidilla y hojas muertas, secas en el piso, señal inequívoca del otoño, el viento soplaba de manera fuerte y continua.

Al ver el castillo, no pude más sorprenderme, estaba construido enteramente de piedras, tenia dos torres a cada lado, un par de ventanas y en la parte superior una bandera púrpura y blanca ondeando, pero no pude ver cual era la figura de la misma

Tocar el timbre me tomo largos minutos, quizás unos quince o veinte, tenia vergüenza de saber quien me encontraría o que habría de decirle. Al tocar el timbre una música algo tétrica se dejó oír y el citófono sonó, una voz oscura pero dulce dijo:

- ¿si? ¿Quién es?

- Disculpe – dije – mi nombre es Hafnafjordur. Fui enviado por la princesa Celestia

- Si. Lo sé. Supuse que llegarías dias atrás

En ese instante y sin anuncio alguno la puerta se abrió y yo entre. Mientras pasaba el pequeño puente que separaba la el castillo de la tierra firme pude dar un vistazo fugaz al patio trasero: parecía ser una quinta de agrado con limoneros, naranjos, granadinos y manzanos. No me quede mucho tiempo contemplando, no quería ser descortés y hacer esperar a aquella.

Al entrar al Castellón la puerta se cerró y el frío casi me consumió por completo, de hecho no recordaba haber sentido algo parecido antes en mi vida. El lugar distaba mucho de la apoteósica pomposidad futurista del reino en general de hecho era mucho mas simple de lo que pudiera imaginar, tenia escaleras en el piso, varias puertas y un hall iluminado únicamente por velas, cientos y cientos de velas y candelabros, algunos ya derruidos por el esperma, otras como recién colocadas, habían varios cuadros de barcos, navíos, campos y el palacio de las tullerias, las paredes parecían estar forradas del más fino lino rojo, pero pasaba casi desapercibido al abrigo de la profunda oscuridad y del penetrante frío a la usanza de los castillos medievales de San Ladislao de Hungría, por citar un ejemplo entre muchos. Pero había algo de lo que este castillo no carecía para nada y eso era una cosa: la higiene.

Di voces de saludo, pero nadie contesto y a esa altura ya me estaba congelando pero antes de comenzar a preocuparme más escuche una voz fuerte e imponente pero melodiosa que dijo:

- buenos dias

Yo casi por instinto respondí de igual manera batiendo mi mano. No veía el rostro de mi contraparte, pero estaba vestida con una grandilocuente capa negra y algo que parecía ser una tiara sobre su crin. Una vez estuvo frente a mí: solo un silencio incomodo y su mirada altiva. Alguien debía romper el silencio, pero no estaba seguro si debiera ser yo. De cualquier manera, y como casi siempre, terminaba accediendo decidí yo decir primera palabra

- bueno – dije - ya estoy aquí

- asi veo

- ¿entonces tú eres?

- Rarity es mi nombre – dijo ella – ven por aquí

Me indico un salón con una cocina, sirvió unas tazas de te y se sentó

- ¿Qué tal tú? – dijo

- ¿yo que? – dije algo desganado

- Ya sabes, me dijeron que tu planeta había sido destruido. Te has encontrado con un terrible destino ¿no lo crees?

- Si. A veces lo creo. No resulta fácil dejarlo todo atrás y empezar de nuevo

- Lo se, creo – dijo

- Y tu que… ¿eres una vampiro o algo asi?

- No. Solo me visto con capa porque es bastante confortable. Y…. ¿Cómo van tus recuerdos?

- No lo se, solo recuerdo a mi novia. Ella murió en la tierra, no pude hacer nada por salvarla

Ella se incorporo y me miro extrañamente

- me recuerdas a alguien – dijo

- ¿a quien?

- Ni idea

Me tome la cabeza y suspire

- sabes – le dije – Celestia me dijo que venia aquí a cumplir una misión

- uhm... si – dijo ella nerviosa

- ¿tú sabes algo sobre esto?

- Es una historia larga me temo. Sin embargo escucha con cautela: hace mucho, demasiado tiempo, el reino de Equestria fue gobernado por Celestia y un Unicornio negro llamado Sy. Celestia ayudaba a los ponies de todo tipo con la bendición de la luz del sol y ayudaba con las cosechas. Sin embargo Sy, el unicornio despreciaba a todo ser viviente usando el poder de la oscuridad para destruir sus cosechazas, enfermarlos o, en último término, convertirlos en piedra o sal.

- Interesante – dije – pero ¿Qué tiene que ver todo eso conmigo?

- Paciencia querido – dijo ella – a eso voy. Como te decía: Sy convertía a los ponies en piedra y en razón a eso, fue inculpado por Celestia pero antes de ser desterrado a la luna el escapo hacia los confines del espacio y mientras estuvo ahí, fundo una colonia llamada Zexys en la séptima luna del penúltimo planeta del universo

Yo solté una gran carcajada

- ¿en serio asi se llama la colonia?

- Si. Yo también se lo que estas pensando. Pero déjame terminar. No pasó mucho tiempo para que Sy esclavizara a todos los habitantes de la colonia. Celestia debió hacer muchos esfuerzos para llegar ahí y todos la mayoría de los soldados que fueron no regresaron y una vez llegaron a Zexys se dieron cuenta que Sy había desaparecido. Desde ese entonces han pasado muchos años y nada se sabe de el.

- Bonita aventura en tiempo espacio. Pero, de nuevo ¿Qué tiene que ver todo eso conmigo?

- Bueno, últimamente todos en Equestria están teniendo extrañísimos sueños

- Si – dije incorporándome – yo también, soñé hace no mucho con un unicornio negro

- Pues bien. Existe una profecía sobre un ser de otras dimensiones que salvaría una parte de Equestria de la destrucción total. Pero también dice que Sy volverá nuevamente. Pero, para que concrete su regreso triunfal junto a sus esbirros y demonios, el elegido debe encontrar un objeto o persona perdida.

- Entonces… ¿ustedes creen que el elegido de otras dimensiones espacio temporales soy yo?

- No. Yo no lo creo. Pero la princesa Celestia (que viva para siempre) asi lo cree

- No se que decir

- Me comisionaron cuidarte, hay muchos que saben de ti y quieren matarte para que la profecía no se cumpla

Yo me quede en blanco, esa noche no dormí aunque de cualquier manera me tendí en una cómoda cama, trataba de pensar que hacer. Creo que el siguiente paso seria ir a visitar a Celestia mañana junto con Rarity. A este paso, ya no me quedaban ganas de conocer la ciudad

Next Chapter: 6. Hemos Estado Aqui Antes? Estimated time remaining: 53 Minutes
Return to Story Description

Login

Facebook
Login with
Facebook:
FiMFetch