Escape Del Planeta Caido! Ciudad De Pobres Corazones
Chapter 4: 4. Aterradora Simetria
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Aterradora Simetrìa (Pt. I)
Ella guardo silencio y yo en la pregunta: ¿hablaría al fin? Los minutos pasaban y ella me miraba fijamente, en silencio, siquiera parpadeaba. Yo le hablaba, pero ningún músculo de su rostro parecía moverse asi pues decidí desistir de mis intentos. Algo no me parecía bien en todo esto, el aire del lugar era perfumado pero al mirar las paredes, siempre parecía que se estuviesen moviendo, en un efímero vaivén.
Yo me levante y ella hizo lo mismo, yo moví un pie y ella hizo lo mismo, yo hablaba una palabra y ella… en silencio.
Ella se levanto y comenzó a caminar lentamente hacia una puerta, al mirar adentro: una solitaria cama. Ella me hizo un ademán, como invitándome a entrar. Yo dude unos momentos sobre mi enigmática anfitriona pero esta me empujo hacia dentro y cerró la puerta con llaves.
La habitación era completamente blanca, solo adornada por una mesa con unas flores y una revista sobre tejidos en el piso. Desde luego, no iba a comenzar a leer algo para niñas asi pues me resigne a tenderme en la cama y esperar.
Miraba el techo, los segundos se hacían minutos, los minutos horas, las horas meses y años. No estaba en lo absoluto conforme con la decisión de la princesa caballo aquella. Estaba atrapado, como si líneas de neon maldito se quebraran y aprisionaran mi cuerpo, estaba estresado y con cierto nivel de miedo, me preguntaba si Dios también viviría en mí, o al menos me acompañaría en este extraño viaje, después de todo, el era el principio y el fin, el primero y el ultimo también.
Pude intuir, era de noche. Trataba de dormir pero la noche era horriblemente calurosa y lo único que podía escuchar era el ruido de los autos fuera, y el sonido de los cascos de los ponies, una y otra vez. Era… yo… es decir, revolví toda la cama antes de sentarme en ella. No quería mirar fuera, estaba seguro de que algo estaba sucediendo y yo no quería ser parte de eso.
De pronto la puerta se abrió, yo me levante rápido y tome el florero, dispuesto a defenderme, pero era solo ella. Yo le hubiese preguntado que hacia, pero su rostro no mostraba una pizca de nada, ella solo se dio vuelta y comenzó a caminar, yo, sin pensarlo, la seguí.
La seguí hasta la puerta de entrada, yo Salí fuera y no había nada, la línea del tren había desaparecido, las luces de neon, las casas, los rascacielos y habían sido reemplazados por un pueblito alemán a la usanza de babaria.
Yo la mire, ella seguía estática ahí. Fue la primera vez en que yo decidí tocarla, estaba fría y parecía ser hueca por dentro, no parecía ni tenia semblanza con ningún otro tipo de ser viviente. De pronto, cuando al fin abrió su boca para hablar, se quebró, se destrozo en mil pedazos como porcelana que se quiebra asi mismo toda la ciudad se quebró y comenzó a recorrer un sendero lejano, muy lejos de mí.
De pronto, solo la oscuridad. Pude sentir la tibieza de la sangre de mis pies, rotos por los vidrios, llenos de cortes. No se porque no caía al vacío, seguía en pie sobre la tierra, aunque la oscuridad jamás me pareció más aterradora que ahora. Quería correr, quería gritar, pero estaba completamente paralizado por el miedo. De pronto una voz, una voz imponente como el estruendo de millones de aguas habló desde el cielo, que aun permanecía estrellado. Me decía que mía era la misión más grande, que venia a salvar vidas y almas del mal, que no temiera pues el seria mi guía y mi refugio.
De pronto una luz ilumino el horizonte y la voz me ordeno caminar. Yo intente correr, pero la voz, esta vez más fuertemente, me ordeno caminar.
No recuerdo alguna otra vez en que mi corazón hubiese latido tan fuerte y mi sudor hubiese sido tan frío. Jadeaba descontroladamente, a la vez que trataba de alcanzar pronto la luz. Aun en la oscuridad escuchaba pájaros cantar, manantiales fluir mientras me acercaba cada vez más.
Al entrar en la luz me halle en la misma noche, en la misma ciudad, pero esta vez estaba completamente desierta. Al parecer se había reformado aquí nuevamente, pero no tenía la certeza de que no se fuese a quebrar nuevamente pero sin embargo, asi parecía, pues las paredes ya no se movían, sino permanecían estáticas.
Pensaba en la voz, quien sería, y porque yo era su elegido. Caminaba por las calles de piedra observando las goteras de las cañerías mientras el calor de la noche transmutaba en solemne frío.
Aun caminaba con miedo, hasta que escuche grandes voces provenientes del centro de la ciudad.
Al llegar allá pude ver cientos de ponies en línea recta, observando de manera impasible y muy atentamente a un pony parado encima de una tarima, este hablaba con un megáfono, hablaba cosas horribles, deformabas todas las verdades existentes, desde las virtudes hasta la creación en si misma, su poder de persuasión en el camino equivocado y su labia eran tan fuertes que asustaba y me hacia recordar a un tipo del que había leído algo, Hitler, creo se llamaba.
Todos veneraban al pony con grandes y extenuantes loas. Tenia rabia, trataba de hablar, trataba de tocar a la gente, pero no podía, era una especie de fantasma o algo parecido.
- grandes son tus palabras oh querido líder. Tu sabiduría ha de llevarnos a la victoria – todos decían
Solo en ese momento pude percatarme que cuadros del "líder" colgaban por en lugar, en cada edificio, en cada esquina, o bien niños sostenían con sus cascos fotografías del unicornio sonriente.
El reclamaba ser el padre de todos los Equestrianos, ser el espíritu encarnado e incluso dio a cada ciudadano de Equestria un libro titulado "Risshknkanapyor" donde según el, se condensaban todas las enseñanzas morales, espirituales y de vida social que llevarían al Equestriano por el buen sendero y donde, quien lo leyera 3 veces iría directamente al paraíso.
Había destruido todas las iglesias, según el mismo decía, Los ponies habían aprendido a tener esa confianza en las cosas reales, aunque no fuesen tangibles, algunos le llamaban Dios a esa fuerza, otros simplemente no le colocaban ningún nombre pero lo único de lo que tenían real certeza era que esa fuerza era la única que superaba en poder a la princesa Celestia.
Sin embargo todo parecía ser cosa del pasado pues este unicornio negro estaba completamente empoderado de la mente de todos aquí. Sus ojos brillaban de manera tenebrosa, como si planease algo en cualquier momento.
Los ojos de sus escuchas no tenían ninguna emoción en si mismos y sus expresiones eran tan maquinales como si hubiesen estado en alguna misa o algo asi. No había alegría, rabia, desden o ansias en sus ojos, solo el agua tranquila de la indiferencia que rodeaba la escena.
De pronto el levanto sus cascos hacia el cielo y la temperatura comenzó a aumentar y los cielos se abrieron, y en un abrir y cerrar de ojos, todos desaparecieron junto con el, dejando la ciudad completamente desierta una vez más, esta vez…. En verdad.
Me senté en una acera menos de un minuto y comenzé a caminar hacia las afueras de la ciudad, no podía sentirme más extrañado: ¿el tipo, cosa o lo que sea podía usar el poder de la tele transportación también?. Llamaba a los ponies a salir fuera, pero nadie contestaba, gritaba, cantaba a grandes voces, pero otra vez: nadie contestaba.
Me sentía acompañado por el espíritu pero mi inquietud era sobre ese enigmático unicornio, de pronto la voz habló:
- ese es el mismo que destruyó tu planeta – dijo – quienes debían salvarse están más vivos que nunca ahora. Pero esta vez el ha venido a dar por muerto también este mundo, el no se rinde y por lo mismo ha hecho algo terrible con los ciudadanos. Pero eso, deberás descubrirlo por ti mismo
- ¿ quien eres? – pregunte
- Yo soy el que soy – dijo tres veces.
No dije nada, solo camine hasta las afueras de la ciudad mientras meditaba donde habrían ido parar todos. De pronto llegue a una catedral gigante, había un cartel fuera que rezaba: "el Querido Líder Realizara una gran charla hoy, el tema será: superar el miedo. Vengan todos, su padre les espera para dar una lección de sabiduría a todos sus hijos"
Yo entre, para mi sorpresa salía un río de en medio de la catedral que se detenía justamente en la puerta. Ahí estaban todos, y en el centro de la habitación: una pantalla de TV y, en ella, el rostro sonriente del líder.
Muchos ponies se acercaban a beber del río en medio de la catedral, que brotaba de una piedra bajo el televisor
- beban del río hijos míos – dijo el líder – quien tenga sed tome del río de la vida, no cesara nunca en su empeño de hacer de este un lugar mejor y jamás… jamás nunca morirá
Las palabras que decía no me hacían sentido alguno, los ponies decían:
- oh, grandes son tus obras y prodigios querido líder. En tu luz hemos de caminar
Cada pony tenía en su flanco una marca similar a un código de barra que había sido colocado a todos y cada uno por los generales y soldados del líder.
El contenido del discurso era irrelevante realmente pero la rabia inundaba mi ser de ver como todos accedían a todas y cada una de las peticiones del líder. Desde hacer resonar sus cascos, hasta besarse los unos con los otros en muestra de fraterno amor.
- bien mis cuerpos sin alma – dijo el líder – junto con su alma su voluntad ha sido llevada de ustedes del todo. No son más que cascarones vivientes y cada uno de ustedes esta atrapado en un lugar muy especial… y nada ni nadie será capaz de salvarlos ahora. Es divertido decirles esto ahora que nada pueden hacer.
En los ponies, ninguna reacción
ahora salgan y construyan estatuas de su líder y luego venérenlas y, asegúrense de que quien no lo haga… muera de la manera más salvaje y cruel posible
Y ahora que: ¿era mi misión salvar las almas de los ponies? ¿a que se habrá referido ese líder con atrapados?.