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Escape Del Planeta Caido! Ciudad De Pobres Corazones

by Lionel Young

Chapter 3: 3. Yo Robot

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III

Yo Robot

- GIEP – dijo ella – esa será tu primera pista. Y es de vital importancia que la conozcas

Yo, como era de esperar quede desconcertado ante tal palabra, a lo que ella agrego:

- Pero antes de todo, el ministerio de seguridad social te ha provisto de una casa, para que puedas descansar durante tu estancia aquí. Es mejor que permanezcas en ella al menos hoy. Para que puedas reponer retirarte

Yo me retire. Sus guardias me escoltaron hasta el que seria mi nuevo hogar. Me llevaron al mismo en una nave de transporte suburbano el que, según dijeron, era el transporte favorito de los habitantes de la ciudad hoy en día.

Mientras andábamos me alcanzó el amanecer, mis ojos casi fueron cegados, pero la luz era tan tibia y reconfortante como jamás hubiese sentido.

El transporte se movía en derredor de todo: flores plásticas gigantes, anuncios de gaseosa con la imagen de una modelo, conjuntos residenciales donde al pasar por el vigesimo primer piso un niño salía por uno de los balcones a saludarte. Mi casa se ubicaba, según dijeron quienes me llevaban, en el centro de otra ciudad llamada Manehattan.

La nave se poso en un lugar especial para el descenso de naves de carácter oficial. Esta ciudad ofrecia mucha más tecnología que el lugar anterior. Me sorprendió en demasía que nadie caminaba, solo se transportaban en unas bandas direccionales que se movían hacia el sur, el norte, este, oeste, noroeste y sureste. Habían una estación especial donde se bifurcaban los caminos y se tomaba el que fuere mas conveniente según donde se deseara ir, pero solo los tomaban aquellos que no tuviesen su nave de transporte ( perdia el apelativo de suburbana, porque no transportaba a terceros, sino mas bien, eran extrictmante individuales).

Si mirabas hacia abajo de la banda podias ver un vacio infinito que te provocaba sin igual vertigo, por cuanto los guias me recomendaron no observar para evitar accidentes desafortunados, al mismo tiempo que me informaron que esta ciudad se erguia casi 2451 metros por encima de la superficie, siendo la unica ciudad " aerea" del reino, aquello se explicaba por el hecho de que esta siempre fue la ciudad de mas avanzada tecnologica a la vez de la mas grande del reino. Tambien me refirieron que cada ciudad tenia un particularidad, como por ejemplo: una ciudad en el occidente de Equestria donde solo se transportaban a traves de escaleras mecanicas.

El camino fue largo, pero estimulante ante la contemplaciòn de las maravillas des presente. Al llegar, mi hogar era como una casa cualesquiera solo con la particularidad de estar erguida sobre una plataforma que levitaba, como la mayoria de los hogares de la ciudad según pude apreciar. Me hicieron entrega de las llaves y me explicaron que a diferencia de los nativos de la ciudad, no se me estaria permitido trasportar mi hogar hacia otros puntos y que, como a todos los recien llegados me estarian vigilando de cerca

Al entrar, una voz robotica me dio la bienvenida por mi nombre y una silla mecanica se acerco a mi para poder sentarme. Contemple un rato en silencio y luego comenze a observar el resto de la casa: en general todo tenia chips roboticos y se manejaba completamente solo, detectando cualquier posible falla o intruso en el hogar o sistema del mismo.

Pero sorpresa causo en mi que, en el gran salon comendor yacia una mujer, como agachada y una carta a sus pies, la recogi. Decia lo que sigue:

Hafnafjordur:

En sustituciòn de tu antigua novia, el ministerio de bienestar social para los habitantes de Equestria en conjunto conmigo ha decidido otorgarte de manera gratuita y sin costo para ti una esposa robot. Esta suplira todas tus necesidades en todo ambito. Desde cocinar hasta el ambito sexual.

Espero sea de tu provecho

Se despide atentamente:

princesa Celestia de equetria. Reina del sol, ama de la luz, soberana de la paz, gurdiana del amor, etc…

yo la observe detenidamente. A simple vista parecia estar hecha de carne y hueso, pero al darle un leve golpe no, estaba fabricada a base del màs puro metal.

Yo sin pensarlo dos veces, la encendi activando el interruptor de su espalda. Su cara me era familiar, pero so pena varios intentos, no la reconoci.

Ella hacia todo lo que yo le pidiera y màs. Pero màs alla de su interfaz de IBM de 10.000 frases no era màs que eso: un simple robot, sin expresiòn humana alguna, fria como roca y solo un pobre sustituto para mi verdadero amor.

Intentar dialogar con ella era futil, siempre respondia con un meloso y conocido clichè. Mientras miraba por la ventana, suspiraba. Quiza hubiese sido mejor me hubieren dejado solo y no con una maquina.

Despues de la comida, toda la casa se movilizaba sola para ordenarse y limpiarse debidamente. Yo musite con desgano y despues de ver un rato el televisor me dispuse a salir a turistear por la ciudad, o al menos, a comer algo.

Revise los bolsillos de mi chaqueta y no, nada de dinero. Pero ella, mi esposa robotica se acerco a mi y estando frente a frente comenzo a hacer algunos sonidos, se oian como si se imprimiera algo, sonitos sordos, extraños bips y luego de unos dos minutos, al abrir su boca… ahí habia dinero, 88.000 Kunas ( moneda del reino a la epoca) yo la mire, le di las gracias y Sali

Por la ciudad, nadie que conociera. Y en los reutaurants, comida incipida. Miraba los billetes, todos tenian la cara de celestia, el de mas alta denominacion era uno de 20.000 kunas, de color verde oscuro.

No es comodo andar mientras eres objeto de todas las miradas de quienes te miran como un fenomeno de circo, como un bicho raro, como un recien llegado a quien miran con resquemor. Miro la direcciòn de la tarjeta y me pregunto quien sera esa tal Rarity y porque el destino me la habia topado en el camino.

Me habian informado que se le habia enviado una carta notificandole que debia recibirme. No puedo evitar meditar sobre que pensara ella sobre todo esto, pero supongo que si era como uno de los muchos suburbanos de Ponyvile, su opinion no habria de importar para nada.

A veces me hubiese gustado poder quedarme aquí mas tiempo, pero sin darme cuenta… ya era la madianoche y me hallaba ahí, completamente desnudo acostado en la cama de plumas. Le pedi al robot que se tendiera a mi lado en un ilusorio intento de sentirme acompañado. Pero ella solo dijo:

- Soy una maquina. No tengo sentimientos. Por tanto no puedo procesar esa peticiòn

- ¿ estas tratando de hacerme daño? – le interpele

- No. Las maquinas estamos para servir a nuestros amos y/o creadores. No para destruirlos.

Pareciera que se me hubiese zafado un tornillo, pues comenze a lanzar las cosas por todos lados, rompi la television con un martillo, lanze la botella de vino a la pared, rompi la pecera y triture los pescados al pisarlos todo mientras gritaba coomo un maldito desquiciado. La maquina solo daba vueltas dando un aviso de alerta y luego, sin decir màs… su cabeza estallò

- ¡Ahora no me daras lo que quiero maldaita lata de mierda!

No estaba tan desquiciado para hacer lo que pensaba con lo que restaba del cuerpo del robot, asi que antes de que me superara la tentaciòn, lo lanze al vacio desde la ventana de la casa.

- Ahora necesitaras mucho mas que un arreglo. Maldita mierda.

Me acoste. Saber que … la queria a ella, me sentia solo. Pero ahora solo parecia que la falta de sexo y la rabia me nublaban los pensamientos.

Esa noche me levante mas tranquilo mientras la casa aun limpiaba el vino y los vidrios a la vez que secaba el piso, lave mi ropa y luego de una hora de esperar su secado, Sali en direccion a la estaciòn aerea de trenes.

Tome la banda del noroeste y tome el tren, el viaje se me hizo cortisimo. No se si ayer por cansacio o algo, se me habia hecho eterno. Y no paso mucho tiempo para que me encontara frente a una gigante boutique en la direcciòn señalada. Me recibio una unicornio con un traje rojo de cola, una tiara en su crin y decentemente perfumada

- Debes ser Rarity

- Ella me miro de arriba abajo, pero no me hablaba, de pronto dijo

- Si. Mi nombre es Rarity. Tu debes ser – dijo leyendo un papel – Hafn… Hafnafj…. Hafnafjordur – dijo – que nombres mas raros los de ustedes. Como sea pasa adelante.

Ella se sento y se quedo viendome:

- ¿Por qué me miras?

- No lo se

Por extraño que parezca, su voz se me hacia extrañamente familiar… pero no recordaba exctamente a quien. De pronto ella se levanto y pregunto…

Next Chapter: 4. Aterradora Simetria Estimated time remaining: 1 Hour, 10 Minutes
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