LA VERDAD SOBRE CELESTIA
Chapter 4: CAPÍTULO 4: LA BATALLA
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LA BATALLA
Habían pasado dos días desde que Twilight y las demás huyeron de los changelings. Durante este tiempo los elementos de la armonía fueron llevados a Canterlot, donde las seis ponis, la princesa Luna y los soldados se preparaban para un posible ataque de la reina Chrysalis. Spike se encontraba en la biblioteca de Ponyville porque sus amigas le habían pedido que permaneciese allí por su seguridad. Por su parte, Chrissa se encontraba en el palacio real bajo la vigilancia aunque también protección de la princesa de la noche. Celestia no estaba de acuerdo en alojar a la niña pero su enfermedad la había convertido en alguien dependiente de su hermana.
—Una changeling viviendo aquí con nosotras. Y encima es la hija de nuestra enemiga. Al menos podías haberla encarcelado.
—Ella ayudo a Twilight y las demás, hermana. No se merecía ser tratada como una prisionera. La he alojado en una suite del palacio. Y si quiere volver con los suyos no se lo impediré. Tú tienes la culpa de todo esto, tú lanzaste aquella maldición a los changelings y solo porque quería autogobernarse ellos mismos.
—Exacto. Eran traidores, si hubiese cedido con ellos otros pueblos de Equestria también hubiesen pedido la independencia. No sé por qué te lo conté. Sabía que no lo entenderías.
—Te quiero pero no apruebo tu forma de gobernar. No consentiré que le hagas daño a la niña—contestó Luna saliendo del dormitorio de su hermana.
Celestia notaba que Twilight y las demás ya no la tenían el mismo afecto que antes, en especial Rainbow Dash, quien no había olvidado todas las calumnias sobre su madre que la princesa del sol había hecho circular. Aquella tarde Applejack fue a ver a la pegaso azul a la habitación que a esta última se le había asignado.
—Dashie, me preocupas. Normalmente suele ser muy dinámica, pero estos últimos días has estado muy callada y distante.
—Lo siento, Applejack. No se me mete en la cabeza por qué estamos luchando por Celestia. No puedo olvidar lo que le hizo a mi madre.
—No luchamos solamente por ella, lo hacemos para que Canterlot no caiga en manos de los Changelings. Los habitantes de Equestria no tienen la culpa de lo sucedido con tu madre, nosotras somos los elementos de la armonía, debemos pelear juntas.
Mientras tanto el comandante de los soldados enemigos preparaba a su ejército. La reina malvada se encontraba en su feo castillo, concretamente en su habitación, cuando entró a verla el militar.
—Majestad. Estamos listos para el ataque.
—Esta anocheciendo. Esperaremos hasta mañana. El poder de la princesa Luna es menor durante el día.
—Pero del mismo modo Celestia es más fuerte a la luz del sol.
—Esa maldita yegua ya debe estar en las últimas, suponiendo que no haya muerto.
— ¿Qué hay de la princesa Chrissa? Deberíamos infíltranos en el palacio para sacarla de allí antes del ataque.
—En el mejor de los casos ella estará en los calabozos agonizando. Y lo más probable es que este muerta.
— ¡¿Muerta?!
—Celestia no es como Twilight Sparkle. Mi hija se entrego a ella voluntariamente, de modo que la princesa del sol seguramente la habrá matado.
—También cabe la posibilidad de que sea usada como rehén o incluso como escudo contra nosotros.
—Tal vez. De ser así no cederé a chantajes. Mi hija me ha traicionado, de modo que si no ha muerto yo misma la mataré o dejare que otros la maten.
— ¡No! No, Majestad. Eso… eso es demasiado cruel incluso para nosotros.
— ¿Tienes algún problema con mis decisiones?
— ¡Sí! ¡No pienso dejar que nuestra hija muera!
—Vaya… ¿Ahora es nuestra hija? ¿Cuándo te has ocupado de ella?
—Mira quien lo dice.
— ¿Desde cuándo tienes escrúpulos? No sé para qué me case contigo. Me dejaste preñará de Chrissa después de aquel día en que ambos bebimos como cubas, y tú me sedujiste. Siempre me preguntó a quien ha salido la niña, a nadie, no es más que el fruto de una resaca.
—Me tratas como un criado y soy tu marido. En circunstancias normales me gustan tus tejemanejes, pero no tocarás a la niña.
— ¡Ya salió don perfecto! Ni siguiera ayudaste a tu hija cuando Twilight la tenía a sus merced en el bosque ¿Y yo soy la mala madre?
—Tú eras quien debería haber hecho algo, yo estaba ocupado apresando a las demás ponis. Además sabía que la alicornio no se atrevería a dañar a la pequeña. Al contrario que tú esa yegua tiene sentimientos.
La reina le dio un bofetón al soldado.
— ¡Debería hacer que te ahorcaran, cerdo!
—Da la orden, y veremos a cuál de los dos obedece el ejército.
— ¿Serias capaz de provocarme un motín justó antes de la batalla?
—Sí. A no ser que tú garantices la seguridad de nuestra hija.
—Está bien, puerco. Manda a alguien a buscar a la niña, o lo quede de ella; pero cuando todo esto termine me las pagarás todas juntas.
—Bien, entonces mandaré a alguien. Adiós, es-po-sa.
Chrysalis cogió un objeto y lo lanzó a la puerta de la instancia.
— ¡Malditooo!
¡Sorpresa! El comandante es el marido de Chrysalis.
Después de lo sucedido en el Imperio de Cristal la reina changeling quedo muy debilitada. Como ella se alimentaba de amor empezó a tener relaciones con varios de sus soldados para alimentarse de su energía, con la mayoría solo fueron unos cuantos polvos sin compromiso, pero con el comandante fue algo distinto, él le gustaba de verdad, poco a poco se fue creando una cierta cercanía. Una noche ambos lo hicieron después de emborracharse y ella quedo en estado. Chrysalis sabía que se arriesgaba a ser rechazada por sus súbditos si tenía descendencia sin estar casada con el padre, dado que ser madre soltera era algo muy mal visto entre los suyos. En principio la idea original de la reina fue abortar pero eso tampoco estaba bien visto, de modo que anunció su compromiso con el militar. Lo normal hubiese sido que tras casarse su esposo hubiese sido nombrado rey consorte, pero la reina se negó argumentando que entonces él no podría estar al frente del ejército, al menos no en el campo de batalla, y le era más útil como soldado.
A la mañana siguiente en Canterlot Celestia se encontraba en su habitación cuando de pronto entró un soldado. Este poni dijo que el enemigo finalmente había iniciado el ataque. La ciudad ya estaba siendo víctima de los changelings y parte del ejército enemigo se dirigía al castillo real. Era cierto, la ciudad entera era un caos, los ciudadanos huían asustados y las tropas de Canterlot no daban abasto para controlar a la población y al mismo tiempo contraatacar al enemigo. Twilight y sus cinco amigas fueron enviadas a la batalla portando sus talismanes. Celestia fue al cuarto de la pequeña changeling pero allí solo estaba Luna.
— ¿Buscas a nuestra joven invitada? No está aquí. Sabía que intentarías usarla de escudo de modo que la he puesto fuera de tus cascos.
— ¿Qué has hecho? Podríamos haberla usado contra su madre.
— ¡Guardias!
De pronto aparecieron varios soldados de la guardia nocturna.
—Mi hermana se encuentra confusa y no está en condiciones de pelear. Evacúenla y llévenla a su dormitorio por su seguridad—dijo Luna viendo como varios soldados sacaban a Celestia fuera de la instancia, esta no opuso resistencia ni se quejo pero miró furiosa a la princesa de la noche.
Mientras tanto fuera del castillo la ciudad de Canterlot era un autentico campo de batalla. Twilight y las demás luchaban junto a los soldados pero el enemigo era mucho más numeroso. Varios guardias de Celestia y Luna habían caído. Shining Armor había intentado realizar su escudo protector, pero los changelings estaban preparados y usaron un extraño amuleto para anularlo, este instrumento había sido creado por la malvada reina.
Rarity se encontraba acorralada por varios changelings, quienes se preparaban para atacarla con una descarga, pero de pronto un rayo alcanzo a uno de ellos dejándolo inconsciente, y varios ponis irrumpieron contra los demás cubriendo a la unicornio blanca y haciendo que sus agresores huyeran. La poni miró detrás de ella a sus salvadores. El poni que había atacado en primer lugar era Fancy Pants, un unicornio aristócrata de Canterlot, era de color blanco, con crines azules y tres coronas como cutiemark. Este aristócrata había conocido en una ocasión a Rarity cuando ella fue de visita a Canterlot para comprar materiales para su taller de costura en Ponyville.
—Gracias—dijo tímidamente Rarity a Fancy Pants.
—De nada, señorita Rarity. Con gusto le presentaría a esta gente pero estamos un poco ocupados.
—Estamos listos, señor—dijo uno de los aristócratas.
—Yo voy con usted, señor Pants—dijo Rarity
—Entonces ¿A qué esperamos? Demostrémosles a esos diablillos que nadie se mete con Canterlot.
— ¡Sí!
Rarity se fijo que en el grupo de Fancy Pants se encontraban tanto aristócratas como plebeyos, lo cual era extraño porque la mayor parte de la aristocracia era muy elitista y no se relacionaba con las clases medias. A la propia Rarity le habían rechazado varias veces cuando visitó Canterlot por primera vez, y la habrían tratado incluso peor de no ser porque Fancy, quien era un semental encantador y tolerante, se había mostrado amable y un poco protector con ella y sus amigas. De pronto se dio cuenta de lo que pasaba. Pants había convocado a varios voluntarios para luchar por la ciudad. El deseo de vencer a los invasores era superior a cualquier prejuicio social. Efectivamente los nobles y los plebeyos se abalanzaron violentamente contra los changelings pero estos aun era numerosos. Uno de los enemigos golpeó a una señora aristócrata en la cara haciéndola enfurecer.
— ¡Me has despeinado! ¡Diablos!—dijo la mujer sacando un paraguas de su bolso, abriéndolo y sacudiendo con él a su agresor.
—Hayyy, huyyy, perdone, señora.
—Me has estropeado la permanente y acababa de ir a la peluquería. Te vas a enterar, toma, toma y toma.
—Socorrooooo, ¡Esta loca!—dijo el changeling huyendo mientras la señora le perseguía golpeándole en la cabeza con el paraguas.
Al mismo tiempo aprovechando la confusión de la batalla Chrysalis había logrado infiltrase en el palacio real tomando posteriormente la forma de una de las criadas de Celestia que en ese momento salía de la habitación de esta última. La verdadera doncella junto con algunos guardias fueron asesinados por un relámpago de la intrusa, quien entro en el dormitorio.
—Hola, Celestia.
—Menos tuteo que solo eres una doncella.
—Veo que sigues igual de desagradable—dijo la reina changeling tomando su verdadera forma.
— ¡Chrysalis!
—Al fin me reconoces. Dime, ¿Qué le hiciste a mi hija?
—Nada.
— ¿Nada? Vamos, Molestia—dijo la reina changeling con un tono de insulto— Que nos conocemos ¿Qué le hiciste? ¿La encarcelaste o torturaste? ¿O tal vez la mataste, perra?
—No la tocado. Yo quería mandarla lejos o al menos encerrarla en las mazmorras, pero Luna y las otras se opusieron.
— ¿Luna se opuso?... Veo que tu hermana sigue queriendo mediar entre nosotras. Ella en el fondo es buena pero tú nos maldijiste a ambas. Luna paso 1000 años encerrada en la luna por tu culpa y yo vi morir a mi primer esposo, a mi primer hijo y a muchos de mi clan. Es por eso que os voy a matar a todos, pero primero quiero saber la verdad. ¿Por qué la maldición mato a unos pocos e hizo inmortales al resto?
—Porque yo una maga muy hábil. Yo creé el hechizó que os volvió seres oscuros y deformes y debilito vuestros cuerpos haciendo que murieseis, pero me encargue de que unos pocos sobrevivieseis de por vida para que sufrierais por vuestra rebeldía hacía mí. ¿Por qué crees que cuando mi hermanita se convirtió en Nightmare Moon no purifique su alma con los elementos de la armonía? Porque sabía que ella no acertaría que yo os maldijera y hubiese vuelto a parte de la nobleza en contra mía.
—Eres peor de lo que imaginaba, Celestia. Ya no tenemos nada más que hablar. Te mataré.
La princesa miró fijamente a la changeling y la sonrió.
—Lo intentaras. Ya no tengo que seguir fingiendo, nunca he estado enferma. Siempre reviso mis alimentos antes de comerlos, me di cuenta a tiempo del veneno y no lo consumí; pero necesitaba engañar a todos para que te decidieras a atacar, por eso soborne al médico para que mintiese a mi favor. Ahora mis poderes son mucho mayores que cuando nos conocimos en la boda de mi sobrina Cadence. Claro que para hacerme la enfermita he tenido que confesar ciertas cosas a Twilight y a sus amigas, pero eso tampoco importa, ya no las necesitaré más. Recientemente he descubierto un antiguo hechizo que me permitirá arrebatarles a esas niñas los elementos de la armonía y agenciármelos para mí. Los talismanes volverán a mi poder para siempre ¡Para siempre! ¡El poder de la armonía será mío de nuevo y no tendré rival! Yo ya no soy una princesa ¡Soy una emperatriz! ¡Incluso una diosa! Ja, ja, ja, ja, ja—expuso la soberana del sol riendo con risa maléfica.
Chrysalis miró a su enemiga con miedo. Celestia estaba realmente loca. ¿Cómo iba a situarse al nivel de una diosa? ¿En qué estaba pensando?
—No solo te voy a matar a ti, changeling asquerosa. Eliminaré a todo tu clan. Esta vez no habrá supervivientes. Y tanto Luna como Cadence y las ex–portadoras de los talismanes me juraran obediencia indiscutible o las mandaré a la luna.
— ¡Malditas!—grita alguien escondido. De pronto un armario se abre y aparece la princesa Luna.
— ¡Luna! ¿Cuánto tiempo llevas ahí?—intervine su hermana.
—El suficiente para oír toda vuestra conversación. Sois despreciables, tú, Celestia. ¿Sabes cuánto sufrí en cuerpo y alma mientras era Nightmare Moon? Y tú, Chrysalis, lo que se le hizo a tu gente estuvo muy mal, pero has atacado a ponis inocentes que ni siguiera habían nacido cuando sucedió todo aquello—dijo Luna empleando la tradicional voz de Canterlot.
Luna mira con ida a su hermana y la reina malvada.
—Márchate, reina changeling. Canterlot está recibiendo refuerzos de varias ciudades de Equestria. Esta batalla ya la has perdido. Busca el rastro mágico de tu hija y llévatela.
Era cierto. Varios soldados y voluntarios de distintas ciudades de Equestria estaban llegando a Canterlot para enfrentar a los invasores. Luna había mandado un aviso de emergencia hacía varias horas y los refuerzos finalmente habían llegado. El comandante de los invasores había intentado buscar a Chrissa pero al no encontrarla decidió reagrupar a sus tropas, quienes se estaban retirando. Los refuerzos eran soldados pegasos llegados desde las ciudades de Pegasus y Cloudsdale.
— ¡Luna, no puedes dejarla ir tan fácilmente!—dijo Celestia.
—Cállate, tú has provocado esta situación—dijo Luna con la voz tradicional de Canterlot.
De pronto Chrissa, que había sentido y seguido el rastro mágico de su madre entró en el dormitorio.
— ¡Mamá!
—Chrissa ¿Qué haces aquí? Te dije que te quedaras en aquel pasadizo—se asombró Luna, pero de pronto Celestia, aprovechando que su hermana bajo la guardia, la atravesó con su cuerno una de las alas y a continuación la soltó una descarga, después saco el cuerno de su interior, la cogió del cuello con uno de sus cascos y comenzó a estrangularla.
La princesa de la noche forcejeaba por soltarse pero se encontraba débil.
—No intentes escapar, esa descargar no era un ataque común. Era una combinación de un ataque solar con un hechizo de bloqueo, que debilito tus poderes nocturnos. Ahora no te librarás, hermanita.
—Celestia… no me… mates. Soy tu… hermana—pidió Luna mirando tristemente a la princesa del sol mientras intentaba sin éxito soltarse.
—Siempre has sido una carga desde que éramos niñas, Luna. Nuestros padres siempre te quisieron más que a mí, nuestros súbditos también. Nunca has aceptado mi forma de gobernar… Se acabo, he sido más que paciente contigo, pero será mejor que tú y los changelings desaparezcáis para siempre—dijo Celestia mientras estrangulaba a su hermana, quien trataba de liberarse pero la descarga la había debilitado.
—Mamá, la va a matar—dijo Chrissa a su madre.
«Siento que mueras Luna. Nos ayudaste a mi clan y a mí en el pasado, pero he venido para matarte a ti y a tu hermana, y tomar vuestros tronos» pensó Chrysalis.
La princesa de la noche miró a la reina de los changelings.
—Chrysalis… ayúdame.
—No seas tonta. Ella no te va a ayudar. ¿Crees que por qué intentaste proteger a su clan en el pasado va a salvarte?
—Chrysalis… por favor—dijo la víctima.
Celestia abrió una de las ventanas y sostuvo en el aire a su hermana, quien aun estaba siendo estrangulada.
—Te voy a confesar una cosa para que mueras sabia. Yo te transforme en Nightmare Moon. Tú tenías celos y dudas sobre mí pero yo te detestaba. Canalice y potencie esos sentimientos negativos, hasta que fueron lo suficientemente poderosos como para crear la energía maligna necesaria para tu transformación. De ese modo tuve una excusa para expulsarte de Equestria. Después de aquello los elementos de la armonía dejaron de oberecerme, ya no me consideraban digna; estuvieron más de un milenio inutilizables hasta que finalmente Twilight y las otras invocaron su poder, fue humillante ¡El poder mayor del país en manos de seis plebeyas!. Y luego tú te escaparte de la luna ¿Verdad, hermanita? Después Twilight y las otras en vez de encarcelarte de nuevo te libraron de la maldición—Celestia cada vez estrangulaba a su hermana con más fuerza—Será mejor que esta vez mueras. Te he odiado desde que nuestro padre quiso desheredarme y dejarte el trono a ti sola, por suerte no le dio tiempo de hacerlo oficial y yo tome la corona por ser su hija mayor. ¿Crees que en tu estado puedes volar o usar magia, hermanita? Comprobémoslo—dijo Celestia lanzando un rayo solar a su hermana que le atravesó el estomago y a continuación la agresora soltó a su víctima al vacio.
—La ha matado—dijo Chrissa llorando al contemplar aquella terrible escena.
—No te preocupes, niña. De todos modos tu madre y tú vais a morir también—dijo Celestia haciendo levitar e inmovilizando a la niña como ya antes lo hiciera Twilight, pero en esta ocasión la inmovilización era muy fuerte y la pequeña comenzó a retorcerse y chillar de dolor.
— ¿Y ahora qué, Chrysalis? Sabes que yo no soy como mi hermana o como Twilight. Viste morir a un hijo y ahora veras morir a una hija—dijo Celestia riéndose con risa malvada.
— ¡Miserable! ¡Deja en paz a mi hija!—respondió la reina changeling lanzando un rayo contra la alicornio blanca pero el rayo en vez de impactar en el objetivo se desvió hacia la niña.
— ¿Me crees tonta? Esté hechizo de inmovilización hará que todo lo que me lances lo reciba la mocosa, porque esta modificado con un hechizo de desvió. No sientas pena, cuando haya matado a tu bastarda te mataré a ti también. Es perfecto. Tú has matado a Luna y yo te mataré a ti para vengarla, o al menos eso será la versión oficial que escribirá la prensa.
La niña comenzaba a debilitarse y cada vez chillaba con más fuerza. De pronto Twilight quien había decidido ir a proteger a su maestra apareció en el dormitorio. Por supuesto la discípula de Celestia no sabía que esta última acababa de asesinar a su hermana.
—Bienvenida, mi fiel estudiante. Vas a ser testigo de la muerte de la princesa y la reina de los changelings.
—Princesa, no lo haga. Hay que acabar con este conflicto—intervino Twilight.
—Todo terminará cuando ellas y el resto de los changelings mueran.
De pronto en la mente de Twilight surgieron varias voces.
«Usted calumnio a mi madre»
«Celestia nos hecho una maldición»
«Vas a ser testigo de cómo mató a la princesa de y la reina de los changelings»
De pronto Twilight envistió contra la princesa Celestia golpeándola con la cabeza en el estomago haciendo que dejase de usar su magia. Esta vez el impacto no fue desviado a Chrissa por ser un ataque físico. La pequeña changeling cayo al vacio, y su madre voló para recoger a la pequeña. Mientras tanto Celestia se levantó.
— ¿Qué se supone que estás haciendo?—dijo enfadada la princesa del sol a Twilight.
—Yo siempre la he admirado. Todo lo que me ha enseñado sobre la amistad, sobre la justicia… ¿Todo eso era mentira? No, me niego a creer que todos los valores que me ha enseñado solo sean una farsa. La Celestia que yo quiero no atacaría a una niña. Esto tiene que acabar, por eso… ¡Por eso aunque tenga que enfrentarme a usted detendré esta lucha contra los changelings!
— ¿Enfrentarte a mí? En primer lugar, no creó que te atrevas a volver a golpearme—dijo Celestia, pero de pronto su cuerpo comenzó a levitar y atravesó de golpe la ventana, que aun seguía abierta, saliendo al exterior seguida por la alicornio purpura.
—Ahora maestra va a retirar la maldición de los changelings y a detener el combate entre ellos y los ponis, o a luchar contra mí—dijo Twilight mirando de forma desafiante a su mentora.
—No me provoques, niña.
—No sabe como lamentó llegar a esto pero voy a vencerla para acabar con esta locura. ¡En guardia!
—Tú lo has querido. Tendré que darte una lección, aunque ni siguiera necesito atacarte directamente…
— ¿Qué quiere decir?
— ¿No lo recuerdas? Yo te trasforme en alicornio. Lo hice pensando en que me serías más útil como princesa, y también para aprovechar mejor tus poderes. Y lo que yo te di te lo puedo quitar—dijo la regente del día haciendo brillar su cuerno.
De pronto Twilight se vio envuelta en un resplandor y comenzó a levitar, al apagarse ya no tenía alas y comenzó a caer al vacío pero se sostuvo en el aire usando su magia.
—Muy hábil, alumna. Has empleado magia de levitación avanzada, pero el esfuerzo de mantener el poder activo para poder flotar en el aire te dificultara emplear a la vez otros hechizos ¿Cómo vas a atacarme? Por otro lado el hechizo de transformación en alicornio no se puede usar dos veces seguidas en el mismo receptor. Ahora permanecerás en tu estado de unicornio para siempre.
— ¡No me importa! Nací como una unicornio y moriré como tal. Si tengo que ser princesa lo seré con mi verdadero cuerpo, y si los equestrianos no quieren a una princesa unicornio entonces o yo no soy buena para ellos, o ellos no lo son para mí. Le confesaré algo, nunca quise tener alas, jamás desee renunciar a mis raíces pero no quise quejarme y disgustarla.
— ¿Vas a parlotear o vas a atacarme?
De pronto Celestia y Twilight comenzaron a luchar en el aire, usando golpes físicos y otros a base de magia. La unicornio estaba en desventaja siempre que hacia magia para golpear a su rival volvió a caer al vacío y tenía que volver a levitar rápidamente, pero la alicornio se aprovechaba de aquellos momentos para atacar. La poni purpura pensó en usar un hechizo de alas temporales pero requería concentrarse unos segundos, tiempo que su adversaria no pensaba concederle.
De pronto tanto los ponis como los changelings dejaron de pelear, ambos bandos estaban impactados de lo que estaban presenciando, nadie se explicaba porque aquellas dos yeguas estaban combatiendo entre ellas. Sin embargo la pausa de la batalla duro poco, en unos segundos ambos bandos reanudaron el combate.
De pronto ambas contrincantes se detuvieron.
—No lo haces mal, Twilight. Si te entregas ahora seré clemente contigo. Ríndete y solo serás encarcelada durante un año por agresión a la autoridad, pero si insistes en seguir con esto te desterraré a la luna.
—Me detendré si usted me promete retirar la maldición y detener la lucha.
—Nunca retiraré la maldición, pero todo terminará cuando los changelings sean exterminados.
—Entonces continuemos—dijo Twilight lanzándole un rayo a Celestia.
Chrysalis mientras tanto aprovecho para intentar reorganizar a sus tropas.
«Esas tontas van a matarse entre las dos. Con Luna muerta si ellas también fallecen ya no tendré rival. Me están poniendo la victoria en bandeja» pensó la malvada reina de los changelings.
—Mamá, ¿Adónde vamos?—dijo Chrissa quien se encontraba montada en el lomo de su madre—de pronto Chrysalis deposito a su hija en el suelo.
—Tú puedes ir a donde quieras, sucia traidora. Intentaste aliarte con mis enemigas y ayudaste a Twilight y sus amigas a escapar de mí, por menos he matado a algunos de nuestros soldados pero… pero no derramaré mi propia sangre. Quédate en Canterlot, en Ponyville o dónde sea. ¿Qué me importa?
—Pero… mamá yo…
— ¡Yo ya no soy tu madre, traidora! Yo voy a ganar una batalla, mientras esas dos se matan mis tropas matarán a los demás—respondió Chrysalis viendo como a su hija se le empezaban a llenar los ojos de lágrimas mientras permanecía inmóvil.
Mientras tanto continuaba el combate aéreo.
Chrissa miró al cielo. Celestia había investido fuertemente a Twilight dejándola aturdida y ahora la princesa del sol se preparaba para lanzar un rayo solar sobre su discípula.
—Noooooo ¡La va a matar!—dijo Chrissa elevando el vuelo.
— ¿Qué haces, tonta? ¿Adónde vas?—dijo Chrysalis a su hija viendo como esta última se elevaba.
Celestia ya estaba a punto de lanzar su rayo cuando Chrissa se interpuso entre ella y Twilight.
— ¡Parad ya! ¡¿Por qué no podemos llevarnos bien entre todos?! ¿Para qué tanta lucha?—dijo la pequeña changeling soltando algunas lágrimas.
—Mira que bien, la princesa de los changelings y una traidora desagradecida juntas. ¡Tengo suficiente poder para mandaros a ambas al otro mundo!—amenazó Celestia lanzando su rayo contra Twilight y Chrissa a la vez. La alicornio purpura invoco un escudo mágico para protegerse las dos, pero la defensa no resistiría eternamente aquel poderoso ataque. Tal vez si la unicornio no tuviese que mantenerse en el aire usando magia hubiese logrado una protección mayor.
—Chrissa, escúchame. No importa quienes sean tus padres, o cómo hayas nacido. Solo importa lo que hagas con tu vida y aquello que experimentes a lo largo de ella. Acuérdate de que en Ponyville jugabas con otras niñas sin perjudicar a nadie. Tú eres buena, yo lo he visto—dijo Twilight mientras el escudo comenzaba a debilitarse—Yo la detendré un poco más. Regresa con tu madre, ella te protegerá.
—Mi madre no me quiere y mi padre tampoco.
El escudo cada vez se debilitaba más. Celestia seguía atacando cada vez con más fuerza.
Mientras tanto en el suelo Chrysalis, que estaba observando toda la escena tiene de pronto varios flashbacks.
…
La reina de los changelings se encontraba en su dormitorio en compañía de su esposo y algunos médicos.
—Empuje, majestad. Empuje que ya sale.
—No puedo más. Por eso usamos normalmente la reproducción por crisálidas.
—Venga, un último esfuerzo—la ánimo su esposo.
De pronto se oyen unos llantos.
—Buaaa, buaaa, buaaa.
—Es una niña. Felicidades majestad.
—Es preciosa. Se llamará Chrissa, eso la distinguida de los demás. Esta niña traerá un gran futuro para nuestro clan.
…
Un tiempo después Chrysalis se encontraba en el dormitorio de su hija. La niña hacía varios intentos para intentar aletear en el aire.
—Aun eres muy joven. Todavía es pronto para que consigas elevarte.
—No me importa. Aaaaah.
— ¿Lo ves? Aun tus alas no tienen fuerza.
—He dicho que me elevo y me voy a elevar—contestó la niña furiosa consigo misma haciendo que sus alas se moviesen lo suficiente para que ella consiguiese elevarse a una altura de un metro.
«No puede ser. No tiene más que dos años ¿Cómo lo ha conseguido?» pensó Chrysalis mirando orgullosa a su hija.
De pronto la nena se cayó al suelo aterrizando de cuelo.
—haaayy.
— ¿Está bien, hija?
—Sí. Estoy súper bien, lo he conseguido y dentro de poco podré volar.
—Estoy muy orgullosa de ti.
…
—No puedo hacerlo. No puedo matar a los bebes hidra, mamá.
—Eres una inútil, nunca serás un buena changeling.
DE VUELTA AL PRESENTE.
—Es antinatural que unos padres no quieran a sus hijos. Ellos seguro que si te quieren, aunque sean unos tontos orgullosos y no lo admitan… Rápido, el escudo está cediendo, márchate.
—No, no te dejaré.
— ¡Cabezota!—exclamo Twilight justo antes de que el escudo cediera y el ataque hiriese de gravedad a ella y a Chrissa, quienes comenzaron a caer al vacío. Chrysalis logro atrapar a su hija en el aire. Twilight se estampo contra el suelo quedando entre la vida y la muerte. De pronto Celestia miró en cuerpo yacente de su discípula y la escena pareció devolverle la cordura.
—Noooo, Twilight—dijo Celestia recogiéndola y tomándola en brazos.
De pronto la princesa del sol miró a su alrededor. La ciudad estaba destruida y había heridos y muertos en ambos bandos. Por fin Celestia parecía ser consciente de sus actos. Por fin había entendido por qué Twilight la había retado para intentar evitar aquel desastre. Sin embargo la conciencia de la princesa era tardía, Twilight aun vivía pero apenas le quedaba un hilo de vida. A la princesa del sol se le llenaron los ojos de lágrimas mientras contemplaba el cuerpo inconsciente de su discípula, el problema era que Celestia no podía usar magia de regeneración y curación. Aunque no hubiese querido admitirlo la alicornio si quería a su discípula.
—Twilight, resiste, no te mueras. ¡Noooo teeee muuueeeraaaas! Maldita sea, si Luna estuviera aquí ella podría curarte, pero Luna está muerta, yo la mate. Primero maté a mi hermana y ahora tú también vas a morir por mi culpa. ¿QUEEEEÉ HEE HECHOOOO?—dijo Celestia mientras lloraba viendo el cuerpo malherido de quien había sido como una hija para ella. De pronto dos voces contradictorias comenzaron a hablar en el interior de la cabeza de la princesa del sol.
— ¿Qué haces, Celestia? Mátala de una vez. Dale el golpe de gracia.
—No, no puedes permitir que muera. Es como tu hija, debes salvarla.
—Te ha traicionada, mátala. Mata a Twilight.
— ¿No ha habido ya bastante sufrimiento? Sálvala y detén esta guerra.
— ¿Y después qué? ¿Le confesarás a todos que asesinaste a Luna? Debes eliminar a las portadoras de los elementos y a los changelings ¡Ahora!
—No, debes hacer lo correcto.
—Ni siguiera tienes poderes curativos. ¿Y qué significa hacer lo correcto? Mientras ella viva no podrás recuperar el control de los talismanes. Elimínala de una vez. No te preocupes por los testigos, puedes decir que actuaste en defensa propia.
—Ella te quiere, siempre te ha querido, siempre te ha ayudado y respetado. Sus amigas y ella han salvado a Equestria varias veces.
A tan solo unos metros de Celestia se encontraba también malherida Chrissa porque aunque ella hubiese sido recogida en el aire por su madre, el ataque de Celestia la había herido de gravedad. Sin embargo la niña estaba consciente y se encontraba en brazos de su madre, quien la abrazaba contra su pecho.
—Maaamaá.
— ¡Hija! Tranquilízate, todo saldrá bien.
—Lo siento, no he sido una buena hija…
— ¿Qué dices? Yo he sido quien te ha tratado injustamente. Te he dicho y hecho cosas terribles, perdóname. Te quiero mucho, hija.
—Ya no importa, me queda poco tiempo, mamá.
Chrysalis miro a su hija con un casco en la tumba. Por fin a la reina de los changelings se le manifestaban interiormente sus sentimientos de madre, finalmente se daba cuenta de lo que sentía por su pequeña.
De pronto ambos bandos dejaron de luchar. Todos miraban a sus respectivas líderes lamentarse ante el estado de las dos heridas. Una pregunta común surgió en las mentes de todos los presentes ¿Por qué estaban luchando?
De pronto ocurrió algo extraño. El cuerpo de la pequeña changelings comenzó a brillar, desprendiendo una luz dorada. Cuando finalizo Celestia y Chrysalis observan que Chrissa se había convertido en una alicornio azul, cabello amarillo y ojos verdes. Tenía el mismo aspecto que había adoptado en Ponyville salvo por sus nuevas alas.
— ¡¿Qué?! Esta no es una de mis transformaciones. Aun no sé convertirme en alicornio—dijo la niña con un hilo de voz, apenas audible.
—Lo has logrado, hija. Te has librado a ti misma de la maldición. Eres una alicornio, como yo antes de estar maldita—dice Chrysalis abrazando a su hija.
Mientras tanto Celestia continuaba con su conflicto mental.
— ¿Lo ves? Por no matar a tiempo a esa niña ahora es una poni, y encima una alicornio. Tienes que destruir a los todos los changelings antes de que se trasformen.
—Esto demuestra que Luna y Twilight tenían razón. Debes rectificar. Retira la maldición y ayuda a los changelings a reconstruir su ciudad.
— ¿Ellos te atacan y tú les ayudas? Destrúyelos a todos de una vez.
De pronto apareció el comandante changeling. Él no dijo nada sino que se limitó a sentarse al lado de su esposa y comenzó a acariciar a su hija.
—Lo siento, mi niña. Yo he tenido la culpa, tenía que haberte protegido—dijo el militar.
A pesar de su transformación la pequeña changeling aun seguía malherida. Chrissa había vivido como una changeling oscuro y ahora iba a morir como una poni. De pronto como salida de la nada apareció la princesa de la noche.
— ¡Luna! ¿Cómo es posible?—exclamo Celestia.
Luna al caer de aquella ventana había sido rescatada por Rainbow Dash, quien estaba luchando cerca. Después la princesa de la noche se había escondido para usar sobre si misma varios hechizos de curación.
— ¡Inútil! Eres una yegua inútil, Celestia. Tu hermana debió haber muerto pero ni eso eres capaz de hacer. Y ahora hay demasiados testigos. Si ella te denuncia te arriesgas a perder el trono.
—Poder y más poder. ¿Es qué no te interesa otra cosa? Luna está viva, debes pedirla perdón y entregarle a Twilight para que la curé.
Luna le dio una sonora bofetada a su hermana, después miro primero a ella y luego a Chrysalis, dirigiéndose a ambas con voz normal.
— ¿Este es el resultado que ambas queríais? ¡¿Ha merecido la pena toda esta locura?! Vuestra rivalidad ha de terminar ahora mismo, nos ha costado muy caro a todos. Yo sanaré a Chrissa y Twilight, todavía estoy a tiempo. Dármelas—dijo la soberana de las estrellas cogiendo a ambas heridas.
— ¿Qué se supone que estás haciendo? No debes permitir que Twilight se recuperé.
—Has hecho lo que debías hacer.
—Y unas narices. Has hecho justo lo único que no debías consentir.
Luna cogió a ambas heridas y de pronto el cuerno y a continuación todo su cuerpo comenzaron a brillar. Ambas víctimas estaban muy graves, sanar a una sola requería mucho poder, por tanto ocuparse de las dos era un riesgo para la salud de Luna, y más teniendo en cuenta que ella se encontraba debilitada por el ataque de su hermana mayor, pero la princesa de la noche estaba decidida a llevar a cabo la curación. Las amigas de Twilight poco a poco se reunieron en torno a ella para ver como se recuperaba.
De pronto Shining Armor se presentó ante Celestia.
—Alteza, la princesa Luna tiene razón. Ya es suficiente—dijo Shining Armor a la princesa del día.
—Me cuesta admitirlo pero ellos tienen razón. Ya no tiene sentido esta lucha, tal vez nunca la tuvo, en cualquier caso esta no es la forma de acabar con la maldición—Dijo el comandante Changeling a Chrysalis.
Al cabo de un rato Luna termino de curar a Twilight y Chrissa. Nada más sanar la unicornio purpura reacciono de inmediato.
—Gracias, princesa Luna. Chrysalis, reúne a los tuyos. Usaremos los elementos de la armonía para acabar con la maldición. ¿Listas, chicas?
— ¡Listas!—contestaron a la vez Fluttershy, Rarity, Pinkie Pie y Rainbow Dash y Applejack.
Celestia no daba crédito a lo que veía. Su discípula acababa de recuperarse e inmediatamente volvía a intentar terminar con el conflicto. Chrysalis era orgullosa pero el deseo de volver a ser una poni era mayor.
—Te sugiero que nos dejes el resto a Twilight y a mí, o de lo contrario tendrás que explicar a nuestros súbditos por qué trataste de matarnos a ambas—dijo jadeando Luna a su hermana.
—Hacer lo que queráis. Creo que… es mejor que no intervenga—contestó la princesa del sol.
— ¿Lo ves? Como no la mataste ahora te chantajea para imponer su voluntad. Luna se quedará con el trono y tú no serás nadie.
—Gracias a las portadoras de los elementos se romperá la maldición, deberías estar feliz.
Al cabo de unos minutos todos los changelings estaban reunidos en la gran plaza de la ciudad, o en lo que quedaba de ella. Las seis ponis ya habían logrado reunir la energía de los elementos. Aquel gesto sorprendió a Chrysalis, cuya "filosofía" de ojo por ojo y diente por diente, no la permitía entender por qué las manes querían ayudarla a ella y a su clan.
— ¿Por qué nos ayudáis? No puedo comprenderlo—dijo Chrysalis a Twilihgt y las otras cinco ponis de la armonía.
—Yeaaah. Por la paz—dijo Applejack.
—Para que no haya más víctimas—dijo Fluttershy con un hilo de voz.
—Para que luego hagamos una súper fiesta—comentó Pinkie Pie.
—Además tanta destrucción es muy poco estética y de mal gusto—añadió Rarity.
—Y es una decisión de nuestra princesa favorita y mejor amiga, Twilight Sparkle, alias Cerebrito—dijo Rainbow Dash soldando una risita.
—Y por encima de todo…—empezó Twilight.
—… POR EQUESTRIA— gritaron todas a coro—a continuación el rayo arcoíris fue lanzado convirtiendo a todos los changelings en ponis, la mayoría era unicornios pero algunos también eran alicornios, entre estos últimos se encontraban Chrysalis y su comandante. La reina changeling tenía el lomo blanco, crines amarillas y ojos azules, el militar tenía el lomo rojo vino, con crines naranja y ojos marrones. A los otros changelings, como son muchos, no merece la pena describirlos uno a uno.
Luna se fijo en que en esta ocasión el rayo arcoíris era más grande y poderoso que el utilizado contra Nightmare Moon. Eso quería decir que las seis manes había consolidado mucho la amistad entre ellas, y sus sentimientos y valores personales eran realmente puros. Estaban claro que aquel grupo de amigas poseía una energía positiva muy fuerte. De pronto el rayo arcoíris formo una especie de cúpula, con forma de media cascara de huevo por toda la ciudad, afectando a todos los presentes.
—Por fin. Finalmente habrá paz, Celestia.
—Noooo. Maldita yegua, debiste matarlas. Ahora yo desaparece por influencia de los elementos.
—Mejor.
— ¡No! ¡Nooooooooooo!—gritó el alma oscura de la princesa del sol mientras era eliminada por el poder de los talismanes.
Los heridos de ambos bandos, incluso aquellos de mayor gravedad, fueron sanados de sus heridas; los poderes de Luna se restablecieron; y los edificios quedaron perfectamente restaurados como si no hubiese habido ninguna batalla. Sin embargo no existía ningún poder capaz de resucitar a los muertos.
Celestia tras haberse librado de su energía negativa fue consciente de todo cuanto había hecho. Se sentía decepcionada consigo misma y arrepentida de su conducta. La alicornio avanzó lentamente hacia donde se encontraban su hermana y Twilight, las miró a ambas con tristeza, y se arrodillo ante ellas para confusión de las mismas y de todos los presentes.
—Perdónenme. Luna, Twilight… lo siento.
—Por favor, hermana, ve al palacio. Hablaremos después—contestó la princesa de la noche.
—De acuerdo—accedió la alicornio blanca retirándose al palacio, donde se puso a mirar un retrato de sus padres. Entonces paso algo que no fue más que un truco de la mente de la princesa del día, pero para ella fue muy real. De pronto las figuras del retrato comenzaron a moverse y a hablar a Celestia.
— ¡Tú! Miserable. Quisiste matar a tu propia hermana, a tu misma sangre—dijo la figura hembra del retrato, la madre de Celestia.
—Tú has provocado este conflicto, muchos ponis han muerto por tu culpa. No te mereces el trono, nunca lo mereciste. Luna era quien debería haber reinado—dijo el padre de Celestia.
La princesa Celestia retrocedió muerta de miedo. Se choco de espaldas con un espejo, al volverse pudo ver en él a Twilight y Luna, a pesar de que ellas no estaban en la instancia. De hecho salvo Celestia no había nadie más en el dormitorio.
¡Asesina! Has estado a punto de matarnos. ¡Te odiamos!—dijeron ambas a la vez.
De pronto en la otra mitad del espejo apareció la imagen de Cadence.
—Eres patética, tía. Has decepcionado a todos aquellos que creían en ti. ¡No eres princesa ni eres nada! ¡Solo eres una loca y una incompetente!
— ¡NOOOO. CALLENSE!—dijo Celestia apartándose del espejo e intentando ir hasta la ventana. En las cortinas pudo ver la imagen de Shining Armor.
—Por su culpa han muerto muchos soldados y algunos civiles. Ha traicionado a su pueblo—dijo el militar.
—NOOOO. CALLATE. ¡CALLENSE TODOS!
De pronto todas las figuras comenzaron a hablar a la vez.
—Asesina, traidora, asesina, traidora, asesina, traidora, asesina, traidora—gritaba las imágenes de los padres de Celestia, Luna, Twilight, Cadence y Shining Armor.
Celestia no pudo resistir más. Se tumbo boca abajo en la cama y cayó en un mar de lágrimas. Cuando levanto la vista pudo apreciar que no había nadie más en la habitación, y tanto el retrato como el espejo y las cortinas parecían normales. Se levantó e intento caminar sin embargo aquellas voces seguían en su cabeza (asesina, traidora). Estas dos palabras se repetían sin cesar en su interior debilitándola emocional y físicamente hasta que se desmayo cayendo al suelo.
En el exterior el comandante Changeling se había llevado consigo a su hija y sus soldados pero Chrysalis se quedo y entrego voluntariamente a Luna y Twilight. La nueva alicornio reconoció todos sus crímenes. Desde lo sucedido en la boda de la princesa Cadence; pasando por el secuestro de Twilight y cuatro de sus amigas, hasta finalmente el ataque que acababa de producirse en Cantelot.
—Yo soy la única responsable de mi gente. El resto lo único que hizo fue seguirme, por eso si alguien tiene que ser castigada soy yo, yo sola. Aceptaré humildemente cualquier castigo, incluso la muerte. Solo pido perdón y ayuda para mi pueblo—dijo la changeling arrodillándose ante ambas princesas de Equestria, quienes la miraron con severidad pero sin odio.
—Levántate, Chrysalis. Ya es hora de olvidar los conflictos del pasado y mirar a un futuro de prosperidad. Vuelve con tu gente y dentro de algunos días ven a verme para negociar nuestro tratado de paz—dijo Luna.
—Gracias, princesa Luna. Gracias a ambas. Nunca les podre pagar lo que han hecho por mi gente. Y princesa Twilight lamentó muchísimo lo que ha pasado entre nosotras, pero me alegro de que mi hija se fijase en vos.
Mientras tanto Chrissa y su padre se encontraban saliendo de la ciudad de Canterlot.
— ¿Qué le va a pasar a mamá? Nunca debimos dejarla atrás aunque ella nos lo ordenará. La van a matar ¿Verdad?—dijo la niña llorando.
—Nadie sabe lo que va a pasar pero ella quiso quedarse sola, hicimos lo correcto. Te prometo que no te dejaré sola, hija. A partir de ahora todo será distinto entre nosotros. Me esforzaré por ser el padre que te mereces.
Chrysalis abandono la ciudad.
La princesa de las estrellas sabía que algunos nobles y militares considerarían que había dejado marchar muy fácilmente a los changelings, en especial a su líder. Habría problemas en la Corte Real pero aunque supuestamente Canterlot hubiese ganado la guerra, había que ganar la paz, eso era algo muy difícil. De pronto Twilight se acerco a Luna.
—Princesa…
— ¿Sí?
—Bueno… con todo lo sucedido apenas hemos podido hablar pero… gracias… gracias por salvarme la vida—dijo la unicornio morada abrazando a la princesa de las estrellas quien le devolvió el abrazó.
—Yeeeeah. Es una heroína, princesa Luna—dijo Applejack.
— ¿Yo? Creo que han sido los elementos de la armonía quienes…— dijo Luna soltando a la unicornio purpura.
—Si Twilight hubiese muerto los elementos hubiesen quedado inservibles. Por no hablar de lo hubiese supuesto para todas perder a nuestra amiga—intervino Rarity.
De pronto las 6 manes cogieron a Luna y la levantaron en hombros. La princesa de la noche no termino de entender este gesto pero se dejo hacer.
—Un momento. Si Twilight ya no es una unicornio entonces ¿Sigue siendo una princesa?—preguntó Applejack a la princesa de la noche.
—Por el momento sí, aunque tendrá que ser respaldada por la Corte Real y el Parlamento de Canterlot, de lo contrario dejará de ser una noble y ser convertirá de nuevo en plebeya.
¿Qué sucederá ahora? ¿Twilight continuará siendo una princesa real? ¿Cuáles serán los acuerdos de paz con los changelings? ¿Celestia será perdonada por su hermana y su estudiante?
FIN DEL CAPÍTULO 4
Hola bronies y lectores.
Hemos llegado al penúltimo capítulo.
Aquí pretendía meter un poco de acción bélica, que ya sé que a muchos les gustan las batallas. Por eso aproveche este episodio para al mismo tiempo hacer una sutil crítica de la guerra. La guerra no tiene nada de divertido. Es algo que día a día cuesta la vida a decenas de hombres, mujeres y niños; y en la realidad no hay unos talismanes mágicos que solucionen las cosas. Por eso la conciencia positiva de Celestia le pide que acabe con el conflicto.
LAS DOS CONCIENCIAS DE LA PRINCESA DEL SOL
Me divertir muchísimo escribiendo esta parte. Me base en algunos dibujos animados. Cuando alguno de los personajes tiene dudas sobre algo, en uno de sus hombros aparece la imagen de un angelito y en el otro hombro aparece un diablo, quienes representan las dos conciencias de dicho individuo. En este caso en vez de un angelito y un diablejo use un juego de voces interiores que la princesa del día escuchaba en su cabeza. Observen un fragmento.
— ¿Qué haces, Celestia? Mátala de una vez. Dale el golpe de gracia (diablo o conciencia negativa)
—No, no puedes permitir que muera. Es como tu hija, debes salvarla (ángel o conciencia positiva)
También quería que la princesa Luna y Twilight fuesen más dependientes de Celestia de lo que son normalmente.
CHRISSA SE LIBRA DE LA MALDICIÓN ELLA SOLA
Deseaba que Chrissa fuese de alguna forma recompensada por su buena conducta, de ahí que sea la única de los changelings en librarse de la maldición por sí misma, sin ayuda de los talismanes. El cómo se produce este suceso lo sabrán en los siguientes capítulos.
Me apetecía que Chrysalis y su esposo expresasen de una santísima vez sus verdaderos sentimientos por su hija, pero como eran una pareja de orgullosos tuve que poner a la niña agonizando para que a sus padres se les abriese el alma.
Es posible que algunos piensen que es algo extraño que los changelings acaben convertidos en ponis. Tal vez un poco, pero es que en la serie de televisión no se explica demasiado qué o quienes son exactamente los changelings, lo único que se sabe es que se alimentaban de amor, que pretendían conquistar Equestria y que Chrysalis era su reina. Sin embargo esto plantea muchas dudas. Si Chrysalis es una reina entonces ¿los changelings son un pueblo independiente de Equestria? Si solo se alimentaban de amor ¿Cuándo no podían consumirlo de que vivían? ¿Cómo surgió su raza? Por todo esto tanto en este capítulo como en el anterior plantee unas serie de supuestas explicaciones: que los changelings aspiraban a autogobernarse ellos mismos, que tenían la posibilidad de consumir comida poni, que sufrieron una maldición, que Chrysalis era originalmente una alicornio, etc. Es posible que en futuras temporadas de la serie Hasbro desmienta estas teorías pero es un riesgo a asumir. A fin de cuentas hasta ahora solo ha habido tres temporadas y la cuarta está en camino.
TWILIGHT VUELVE A SER UNA UNICORNIO
Para empezar todos esperábamos que esta poni se convirtiera en princesa, pero a mí personalmente nunca me gustó la idea de que tuviese que modificar su físico para conseguirlo, por eso quería que la estudiante de Celestia volviese a su estado natural. Es posible que algunos lectores no estén del todo satisfechos con este final de capítulo, lo siento, es difícil complacer a todos. Aunque para aquellos que les guste Twilight de alicornio no tienen más que esperar a la cuarta temporada de la serie, que según algunos rumores será a finales de noviembre de 2013.
Por último aproveche para castigar a Celestia por sus acciones haciendo que su mente le juegue malas pasadas. Me divertí muchísimo escribiendo la escena del dormitorio y los supuestos fantasmas, aunque es posible que esa escena no me haya quedado muy pulida porque no soy aficionado a las novelas de terror.
Nos vemos en el capítulo 5, que ya es el último de este fanfic. En este capítulo ocurrirán nuevas cosas.