LA VERDAD SOBRE CELESTIA
Chapter 21: CAPÍTULO 20: LA MADRE Y LA HIJA
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LA MADRE Y LA HIJA
De pronto llamarón a la puerta, abrió Spike y se presentaron dos personas; una era la alcaldesa, la otra era Chrysalis. Chrissa se alegro de ver a su madre e inmediatamente corrió a abrazarla. Todo el grupo saludo respetuosamente a las recién llegadas, pero la reina changeling parecía ignorar a todos y ocuparse únicamente de su hija. La pequeña se puso a contarle a su madre que había sacado un 9 en el último examen de mates, y esta última la felicitó. Los demás viendo que las dos changeling estaban teniendo un momento familiar las dejaron tranquilas y se pusieron a hablar entre ellos. La alcaldesa comentó a las princesas equestrianas que todos los periodistas ya estaban concentrados en el ayuntamiento.
Recordemos que tras haber sido purificada por el poder de los elementos, Chrysalis tenía el lomo blanco, crines amarillas y ojos azules. Su cutie mark era una diadema real.
La biblioteca estaba a rebosar. Se encontraban presentes las 5 manes, Spike, las cuatro CMC, los padres de Scotaloo, los de Rarity, Big Mac, Granny Smith, la alcaldesa de Ponyville, la princesa Cadence, la princesa Luna y la reina Chrysalis. Recordemos que Rainbow Dash no estaba presente porque se encontraba interna en el cuartel general de los Wonderbolts.
—Princesas, me gustaría que también hiciesen algunas declaraciones a los aldeanos para tranquilizarles, por favor—pidió la alcaldesa.
—Me parece bien, es lo justo—sentencio Luna—Venga un momento, necesitó hablarle a solas, alcaldesa—la princesa de la noche y la funcionaria se apartaron del grupo y se dirigieron a la cocina.
—Sé que usted ha intentado proteger a Twilight y a las demás, sé que fue usted quien puso los guardias vigilando la biblioteca… le agradezco sus intenciones pero sus métodos son erróneos. Twilight debería haber prestado declaración ante la prensa.
—Lo siento, alteza. Yo la aconseje que no lo hiciera. Creía que los medios informativos no la creerían y la acosarían. Intentaba protegerla.
—La entiendo y sé que ha actuado con buena intención, se lo agradezco. Sin embargo una princesa nunca debe esconderse, debe responder ante su pueblo. Esta ha sido la primera vez que Twilight se ha visto acosada por la prensa, pero no será la última. Es el precio del poder. Cadence y yo misma también a veces somos criticadas por la prensa, o por la nobleza; hemos de responder ante ambas, no es fácil ni agradable, pero es lo que se tiene que hacer.
—Perdóneme, princesa Luna. Supongo que no estoy muy documentada sobre cuáles son los deberes de la realeza.
—No se preocupe, no estoy enfadada, y le agradezco que se preocupada por Twilight. Solamente recuerde lo que la he dicho para la próxima vez, porque créame, lamentablemente habrá una próxima vez.
De pronto Chrysalis se acerco al grupo.
—Perdonen, no les he saludado. Estaba tan absorta en mi hija que…
—No tiene importancia, hablábamos de los periodistas…—expuso Cadence narrándole a la changeling toda la conversación.
Mientra tanto Scotaloo se acerco a su padre preguntando "no me ha quedado claro, ¿estoy castigada o no?". El adulto miró a su hija unos instantes fijamente "por esta vez no, pero no te acostumbres, y no olvides que no toda la nobleza es tan encantadora como la princesa Cadence".
Al cabo de unos minutos la reina Chrysalis, las 5 manes, la alcaldesa, la princesa Cadence y la princesa Luna se encaminaron al ayuntamiento, los demás decidieron esperarles en la biblioteca. Twilight y sus amigas pudieron observar que algunos polyvillenses les miraban con desconfianza. De pronto los Cake se les acercaron, el señor Cake abordó a la unicornio morada "Nosotros estamos con vosotras, Twilight. No nos creemos las declaraciones del periódico". La joven princesa les dio las gracias pero les tuvo que apartar diciendo que tenía que declarar ante la prensa, ambos pasteleros se hicieron a un lado para dejar pasar al grupo. Sin embargo otros vecinos cuchilleaban entre ellos y hablaban mal de las princesas y de la reina Chrysalis, incluso se manifestaban en contra de las manes de la armonía.
«¿Cómo es posible que después de todo lo que hemos hecho por Ponyville, por Equestria, nos traten así? ¿Solo por un simple periódico nos miran como si fuésemos criminales?» pensó Applejack apenada.
Fluttershy vio que Lily y Bon Bon platicaban entre ellas y señalaban al grupo con cara de desconfianza. La pegaso amarilla dirigió una mirada triste a ambas yeguas terrestres, estas se callaron de pronto, pero al cabo de unos instantes volvieron a cuchillear.
«Bon Bon, Lily. ¿Cuántas veces he cuidado de vuestras mascotas? ¿Cuántas veces habéis merendado en mi casa cuando veníais a recoger a vuestros animalitos? No puedo creer que penséis mal de mis amigas y de mí» pensó y se entristeció la pegaso.
Finalmente llegaron al ayuntamiento donde el grupo entro en una gran sala sin mobiliario, allí se habían concentrado varios periodistas. En el interior había una tarima con varios micrófonos. La alcaldesa no entro con ellos en la instancia, se quedo fuera.
—Reina Chrysalis. ¿Qué tiene que decir de las declaraciones del Equino Libre de Trottingham?
—¿Es verdad que su hija es una rehén de Ponyville?
Estas y otras preguntas eran planteadas a gran velocidad, pero la soberana de los changeling pidió que todos se callaran para contestar.
—Señores, esas declaraciones son falsas. Durante los acuerdos de paz entre Changelopolis y Equestria nunca se exigieron rehenes ni prisioneros de ningún tipo, porque hubiese sido ofensivo y contraproducente para lograr la paz. Mi hija no es una rehén de Ponyville ni tampoco de Equestria, fue enviada aquí porque en este pueblo podía tener una mejor calidad de vida que un país devastado por una antigua guerra. Si vive con la princesa Twilight es porque su alteza generosamente se ofreció para cuidarla, porque la tiene cariño, y yo me siento más tranquila sabiendo que mi hija está en las pezuñas de las portadoras de la armonía. Mi hija tiene aquí una vida estable, y yo me siento agradecida con la princesa Twilight por todo lo que ha hecho por ella, pero si mi hija quisiese volver a Changelopolis podría hacerlo en cualquier momento.
—Princesa Twilight, ¿Por qué no ha prestado declaración hasta ahora?
—Pues… yo…
—¡A eso responderé yo!—intervino Luna—Las portadoras de la armonía no han hecho declaraciones hasta este momento, porque yo las ordene que no hablasen hasta haber convocado esta rueda de prensa. Deseaba que todo se hiciese de una manera organizada y formal.
Twilight y sobretodo Applejack quedaron impactadas ante estas palabras. Luna nunca les dio tal orden.
EN CHANGELOPOLIS
Maid había vuelto al trabajo de arar los campos, estaba agotada, el propio capataz la sugirió que descansará, que se esperase hasta el día siguiente, pero ella se negó. Se volvió a colocar el árnes y comenzó a arrastrarlo de nuevo. Mientras tanto un alicornio vestido de militar observaba a la yegua, se trataba de Asclepio. El marido de Chrysalis tenía el lomo rojo vino, con crines naranja y ojos marrones; su cutie mark era un probeta de laboratorio, porque durante muchos años él se dedico a la fabricación e investigación de medicinas mágicas, pero luego se convirtió en militar.
«¿Sabes lo que trabaja esa chica?» pensó el comandante recordando las palabras de su esposa.
—¡Maid, ven aquí!—le ordenó el militar, y la doncella se acerco.
—Majestad...
—Sé que mi esposa te asigno una habitación en el palacio.
—Sí, pero apenas la uso últimamente. Desde que acabo la guerra y empezamos con la reconstrucción duermo en el campamento, así me levantó temprano para colaborar.
—Bien, por hoy ya has cumplido. Vuelve al palacio y descansa.
—Pero majestad, con todo respeto, queda mucho que hacer.
—Ya es suficiente por hoy. Antes estuve un poco duro contigo, lo siento, los militares somos muy dados a las normas y la disciplina. Mírate, estas agotada. Tienes que parar.
—Majestad…
—Es una orden. Quítate ese arnés y ve a descansar al palacio. Si tienes hambre pídele algo de comer a las criadas.
El capataz se acerco a ellos, haciendo una reverencia.
—Maid, no eres quien para contradecir una orden real, y su majestad tiene razón, has de parar. Lo siento pero hasta mañana no te dejaré volver a los campos, y tampoco los otros capataces.
La yegua tuvo que ceder y se marcho, después el capataz se dirigió a Asclepio.
—Majestad, laboralmente esa chica es de las mejores, hace el trabajo de dos ponis pero no descansa lo suficiente.
EN PONYVILLE
Las 5 manes, las princesas Luna y Cadence y la reina Chrysalis acabaron con la rueda de prensa, e hicieron unas segundas declaraciones a los aldeanos. Estos se reunieron en una explanada donde había una tarima provisional con un micrófono, organizado por la alcaldesa. El grupo repitió todo lo que ya había dicho a los medios informativos. Lily, Bon Bon, el señor Spoon y otros tantos vecinos bajaron la cabeza avergonzados de haber durado de Twilight y sus amigas. Bon Bon levanto la pezuña para pedir turno de palabra.
—Reina Chrysalis, entonces ¿Piensa llevarse a su hija de Ponyville?—preguntó Bon Bon.
—Podría, pero… creó que debe decidirlo ella...—de pronto la changeling se quedo pensativa, hasta ahora su hija había permanecido en el pueblo sin que los aldeanos supiesen su verdadera identidad, solo unos pocos sabían la verdad. Sin embargo ahora que todo había salido a la luz, la niña lo tendría más difícil; era la hija de la soberana que tantas veces había luchado contra Equestria, muchos la rechazarían solo por eso.
Puede que de algún modo Pinkie Pie notase las dudas de la reina de Changelopolis, de pronto la poni rosa se adelanto a la tarima, y miró a los aldeanos.
—En los acuerdos de paz se acordó que los changeling pudiesen vivir, trabajar o estudiar en Equestria, y a la inversa. ¿Alguien tiene algún problema con Chrissa, por el hecho de ser ella una changeling? Porque si lo tiene se las verá conmigo.
Pinkie Pie normalmente tenía un carácter muy alegre, rara vez se enfadaba, pero cuando lo hacía daba miedo. Una de las cosas que menos le gustaban a la poni rosada era que se tratará mal a los niños.
Todos los vecinos miraron a la poni rosa, pero nadie se atrevía a contestar. Twilight fue a decir algo pero Chrysalis se le adelanto. La changeling declaró que si su hija se quedaba en Ponyville sería bajo la aprobación de la mayoría de sus ciudadanos, esta declaración sorprendió a Luna, Cadence y las demás. Los pollyvillenses se encontraban confusos, muchos no quería hospedar a una changeling en el pueblo, sin embargo otros se habían encariñado con la niña; en cualquier caso nadie se atrevía a hablar por temor a ser rechazado por sus palabras. De pronto la señora Cake avanzó hacia adelante.
—¿Estamos todos tontos, o qué nos pasa? Chrissa no nos ha hecho nada. Si quiere quedarse debería poder hacerlo sin problemas y sin pegas ¿Por qué la rechazáis? Este pueblo fue fundado por nómadas terrestres que buscaban un sitio donde hospedarse. De modo que todos somos medio inmigrantes.
—Tiene razón mi esposa—intervino el señor Cake.
El señor Spoon se acerco al señor Rich. Ambos se pusieron a platicar en voz muy baja.
— Filthy, ¿Estás de acuerdo con esos pasteleros?
—Lo estoy, y usted también debería, señor Spoon. Esa niña siendo tan joven ya ha vivido una guerra, en donde casi muere, y el traslado a un pueblo extranjero. Solo por eso se merece un poco de respeto y comprensión ¿No lo cree usted?
—… Tal vez, pero te recuerdo que esa niña changeling agredió a nuestras hijas en una ocasión.
—Eso fue una simple pelea de chiquillas, no digo que este bien, pero no es para tanto. Aquello pasó una sola vez, y todo apunta a que no se va a volver a repetir. Si las portadoras de la armonía y las propias princesas confían en la pequeña changeling ¿No crees que se merece una oportunidad?
—…
—Spoon, por favor…
—Ah. Sea, pero espero que no haya más peleas—contestó el señor Spoon en voz baja—Alcaldesa, el señor Rich y yo estamos conformes con la joven princesa Chrissa—grito el señor Spoon.
El voto de los dos sementales más ricos del pueblo motivo al resto de los vecinos, todos acordaron que si la joven princesa quería quedarse en Ponyville nadie le pondría ningún problema. Seguidamente la princesa Luna y las demás se retiraron, y decidieron volver a la biblioteca.
—Majestad, eso fue arriesgado… me refiero a someter a votación si los aldeanos aceptaban a la princesa Chrissa o no ¿Y si la hubieran rechazado?—intervino Applejack mirando a la reina changeling.
—Hubiese tenido que regresar conmigo obligatoriamente, porque de permanecer aquí en contra de la mayoría del pueblo se correría el riesgo de que mi niña fuese objeto de racismo y de bullying. Sin embargo los aldeanos la han aceptado, ahora sé que está en buenos cascos. De todas formas hablaré con ella, si quiere regresar conmigo me la llevaré.
EN LA BIBLIOTECA
Los padres de Rarity, los de Scotaloo, las cuatro CMC, Granny, Big Mac y Spike esperaban que regresaran Twilight y las demás. La pequeña unicornio estaba leyendo el primero de los libros de Daring Do, mientras las otras tres CMC platicaban entre ellas.
—¿Creéis que Chrissa se marchará con su mamá?—preguntó Sweetie Belle.
—No quiero que se vaya, la he tomado cariño—comentó Scotaloo.
—Yo también pero Chrisalis es su mamá, si yo tuviese una mamá me iría con ella—intervino Apple Bloom, quien había perdido a sus padres siendo aun una bebe.
Mientras tanto de camino a la biblioteca Luna, Twilight y Chrysalis se habían apartado de resto de su grupo para conversar entre ellas. La alcaldesa se había quedado en el ayuntamiento.
—Hay algo que no entiendo, majestad. La primera vez que su hija estuvo en Ponyville ¿Cómo la localizasteis?
—Porque la niña llevaba un hechizo de rastreo, su majestad podía observarla y oírla a distancia durante todo el tiempo—intervino Luna llamando la atención de las otras dos yeguas—Sí, yo me di cuenta enseguida, cuando vi a la pequeña en Canterlot antes de la batalla. A sus espaldas utilice mis poderes para anularla el hechizo, de lo contrario hubiese sido una espía peligrosa.
—Yo no me di cuenta cuando estuvo aquí en Ponyville la primera vez. Nos estuvo espiando todo el tiempo—comentó furiosa la poni morada.
—No, princesa Twilight. No fue culpa suya. Yo le hice a mi hija ese hechizo desde el momento en que nació, y nunca se lo dije, ella no sabía que lo tenía. La utilice para expiaros a ti y a tus amigas, pero Chrissa nunca fue consciente de ello, ella nunca ha llegado a saber que yo la use de espía. No te enfades con ella, te lo ruego. La culpa fue solo mía. ¿Por qué crees que se escapo de casa? Fue por mi culpa, no supe tratarla y su padre tampoco.
—Pero ¿No tenía amigos allí? ¿No hizo amistad con los otros niños changelings?
—No Twilight, no hizo amistad con nadie de su edad. La mayoría de los changelings antes de ser purificados eran muy violentos. En su antiguo colegio muchos se burlaban de ella, incluso la pegaban... el día anterior a su escapada…
FLASHBACK DE CHRYSALIS
Chrissa volvía de clase de camino al castillo de Changelopolis. Iba sobrevolando un parque infantil en ruinas, de pronto aterrizó y miró alrededor, aquel parque tal vez en su día fuese bonito pero ahora estaba destrozado y abandonado. De pronto alguien le disparó un puñado de tierra a la espalda. Chrissa se giró y vio a dos changeling femeninos de su misma edad mirándola, eran dos niñas de su clase. Las tres estaban en su verdadera forma de changelings oscuros. Una de las agresoras tenía un melena verde azulado que le llegaba hasta la espalda, y los agujeros de sus patas y alas eran relativamente pequeños, respondía por Truculent ; la otra agresora tenía también una melena azulada pero solo le llegaba a los hombros de sus patas delanteras, sus agujeros tenían el mismo aspecto y tamaño que los de Truculent, respondía por Rampant. Ambas habían nacido de la misma crisálida y por tanto eran gemelas, ambas tenían cuernos pero carecían de alas, de ser ponis serían unicornios.
—Eso, por chivarte de mí en clase, acusica. Le dijiste a la maestra que llegue tarde—intervino Truculent.
—Dejadme en paz. Cuando se entere mi madre…
—Eso, ve a decírselo, princesita chivata. Mírate, tus alas no están agujereadas y tu cuerno no es retorcido. Pareces una alicornio equestriana—intervino Rampant.
—Mi hermana tiene razón prácticamente eres una equestriana, o tal vez seas un monstruo.
—No soy ningún monstruo.
NOTA DEL AUTOR
Recordemos que tal y como ya se explicó en el capítulo 2, Chrissa en su forma de changeling oscura tenía un cuerpo negro, sus alas parecían de mosca, sus ojos eran verdes azulados, y poseía un melena azul cobalto que le cubría parte de sus puntiagudas orejas pero no era tan larga como llegarle al cuello. Además Chrissa tenía dos notables diferencias con respecto a sus padres y el resto de su raza; no poseía agujeros en las patas ni en su cola u otras partes de su cuerpo, lo cual era muy extraño puesto que normalmente todos los changeling tenían el cuerpo agujereado; y además, salvo por su color negro, su cuerno tenía la misma forma y diseño que el de una alicornio normal.
—Oh, vamos. Todo el colegio lo sabe, tú eres un monstruo, una deforme. Todos lo dicen a tus espaldas, menos nosotras que actuamos de frente—comento Truculent.
—Si en lugar de decir tonterías llegáis puntual a clase no os llamarían la atención—expuso Chrissa.
—¿Qué has dicho, estúpida? Repite eso si te atreves—intervino Truculent empujando a la joven princesa, pero con tan mala suerte que la víctima cayó al suelo de espaldas, golpeándose accidentalmente con una piedra del suelo en la nuca.
—¡Chrissa! Por artemisa. ¿Chrissa, estas bien?—exclamo Rampant arrodillándose y sosteniéndola en brazos—Di algo, di algo por favor…—gritó la niña mirando a su hermana— No reacciona. ¿Qué has hecho?
—Yo no… no quería… ha sido un accidente, lo juro—respondió Truculent.
—Vámonos antes de que alguien nos vea, si se entera su madre nos matará a las dos.
Las dos niñas se marcharon abandonando el cuerpo de la princesa changeling. Varias horas después Chrissa despertó en su cama, en la habitación del castillo changeling. La pequeña llevaba un vendaje en la cabeza.
—¿Qué? ¿Qué ha pasado?
—Fuiste agredidas por dos mocosas. Te encontré y te traje aquí.
Chrissa se giro a su derecha y se encontró con su madre.
—Inútil. Lo he visto todo, estaba volando la zona cuando he visto vuestra discusión, has estado patética. Pensar que una princesa se deja insultar por dos súbditas que no tienen ni media bofetada—comentó Chrysalis a su hija. Sin embargo la reina changeling mentía Ella no había estado sobrevolando la zona de los hechos, simplemente estaba observando a su hija mediante la esfera de inspección, porque por aquel entonces Chrissa llevaba un hechizo de contacto que le había hecho su madre para vigilarla, pero la joven princesa nunca fue consciente de ello.
—Mamá, no me digas eso. Si lo estabas viendo ¿Por qué no me has ayudado?
—Te he ayudado, te recogí y traje aquí e incluso te curé yo misma, pero eres tú la que debe hacerse respetar ante nuestros súbditos. Aunque descuida, ya he tomado medidas. Esas mocosas han sido arrestadas junto con sus padres.
—¿Arrestados?
—Sí.
—¿Las has matado?
—Aun no, todavía están vivos. Oí que te insultaban, dime la verdad ¿Te han insultado otras veces?
—…
—Contesta. ¿Te han insultado u ofendido otras veces?
—… A mis compañeros del colegio no les gusta mi aspecto, dicen que parezco una equestriana. Además me llaman empollona u ojito derecho de la profe, porque se me dan bien los estudios.
—¿Y tú lo consientes?
—¿Y qué quieres que haga, mamá?
—… Dentro de media hora quiero que bajes a las mazmorras, tú misma decidirás el destino de tus compañeras, y sea cual sea, la sentencia se efectuará en público para que sirva de ejemplo a otros. Tú ordenarás la muerte de esas dos.
—¿La muerte? Eso… eso es muy cruel, me conformaría con una disculpa, y la seguridad de que no se volverán a meter conmigo.
—Para que te respeten debes hacerte respetar, y eso se consigue inculcando miedo a los demás.
FIN DEL FLASHBACK
—Aquella no fue la única vez que los compañeros del colegio de mi hija la ofendieron, ella era objeto de bullying. La mayoría de las veces Asclepio y yo nunca actuamos en contra de los agresores ni nos quejamos a sus padres, o a los profesores. Esperábamos que Chrissa se defendiese por si sola, queríamos endurecerla el carácter. Sin embargo en aquella ocasión mi esposo había salido de patrulla con unos soldados, yo estaba sola y se me ocurrió una idea para intentar que mi hija sacase su lado agresivo, fue un grave error. Veréis…
NUEVO FLASHBACK DE CHRYSALIS (CONTINUACIÓN DEL FLASHBACK ANTERIOR)
Habían pasado dos horas desde que Chrissa fue golpeada. De pronto un soldado entró en su cuarto y la pidió que le acompañara a presencia de la reina. La joven princesa siguió al militar por el castillo hasta una mazmorra. La princesa changeling entró temerosa en su interior, nunca había estado en un sitio semejante, no había ningún mueble en ella, en su lugar la niña se horrorizó con lo que vio. Las dos niñas que la habían pegado por la tarde estaban tumbadas boca abajo encima de una mesa con la espalda llena de latigazos, y a pocos metros de ellas había una jaula con dos changelings adultos, un macho y una hembra. Frente a la jaula estaba Chrysalis junto con cinco soldados y un changeling que tenía un látigo en la mano. Todos los presentes se encontraban en su forma de changelings oscuros.
—Mamá ¿Qué significa esto?
—Te lo explique cuando estábamos en la habitación. Ellas son tus compañeras, los de la jaula son sus padres, a los cuales al parecer no les gusta ver sufrir a sus hijas—Chrysalis dijo esta última frase partiéndose de risa, después se calmó y siguió hablando—Por supuesto debería ser yo quien ordenase la muerte de estos cuatro detenidos, pero te cedo el honor. Tú serás quien decida su destino, te doy la potestad absoluta para juzgarlos y condenarlos. ¿Cómo quieres que mueran?
—¡Nooooooo! Majestad, alteza, por favor, se lo suplico, no maten a mis hijas. Máteme a mí pero déjelas a ellas—intervino la changeling adulta que estaba en la jaula, era la madre de las dos niñas fustigadas, que por cierto eran gemelas porque habían nacido de la misma crisálida.
—Os lo suplicamos, no hagáis daño a nuestras hijas—comentó el padre de las pequeñas.
Por su parte las dos menores detenidas no decían nada, solamente lloraban. Aquellas pobres niñas habían recibido 20 latigazos cada una, su espalda estaba llena de heridas, las cuales escocían.
—¿Qué esperas, Chrissa? Da la orden, ordena su muerte.
—…
—Majestad, alteza. Son solo dos niñas inocentes—comentó de nuevo la madre de las pequeñas.
—¡¿Inocentes?! Estás dos miserables se atrevieron a agredir a mi hija, a su princesa. Y lo van a pagar—intervino la reina changeling—Vamos, hija ¿Qué estás esperando? Da la orden de una vez, mátalas.
—…—Chrissa no dijo nada, simplemente contemplaba aquella escena aterrorizada ¿De verdad quería su madre que se convirtiese en una asesina? ¿De verdad su mamá la iba a obligar a contemplar la muerte de dos niñas y sus padres?
De pronto la reina se acerco a Truculent, la tomo del cuello aunque sin estrangularla, la levanto en alto y la miró de frente.
—Lo de esta tarde no ha sido un caso único ¿Verdad? Había pasado más veces, confiesa, asquerosa.
—Aah, aaah. No me haga daño—contestó la pequeña llorando, y jadeando.
—Entonces confiesa, o te rompo el cuello yo misma. No es la primera vez que insultáis a mi hija ¿Verdad?
—Aaah, aah, aah, Ha sucedido otras veces… en el patio del colegio, y fuera de él.
—¿Y quien más, aparte de vosotras, estaba implicado?
—No sé… ¡No lo sé! Varios niños y niñas de la clase—respondió la pequeña llorando—no me maté, perdóneme—contestó la menor quien aun estaba cogida por el cuello y levantara en alto.
—¿Perdonarte? Veamos… sabías que tu princesa estaba siendo molestada y no denunciaste el caso, además casi la matas, y lo mismo en el caso de tu hermana. ¿Creéis de verdad que merecéis ser perdonadas?
Los padres de la pequeña no paraban de dar voces, y suplicar a la reina que no matase a sus hijas, pero Chrysalis les ignoraba y parecía disfrutar con todo aquello.
—Fue un accidente, juro que fue un accidente—respondió Truculent orinándose de miedo, literalmente.
—Puaf. Que asquerosa eres—exclamo la reina soltando a la niña de golpe, esta cayó al suelo, aterrizando de culo sobre su propia orina. Después la monarca se acerco a la jaula.
—¿Lo ven, señores? Sus hijas no son inocentes. ¡Son culpables de bullying y agresión contra su propia princesa, y por ello merecen la pena máxima! Lo único que queda por decidir es cómo matarlas, puede ser una muerte rápida, o una muerte lenta entre terribles sufrimientos. Y con respecto a ustedes dos morirán después de haber visto morir a sus hijas.
—Majestad, por favor… hablaremos con las niñas, y con los padres del resto de los alumnos del colegio, nadie volverá a molestar a la princesa, se lo prometo… le suplicó que no nos mate—intervino la madre de las dos potrillas.
—Majestad, por favor, denos una oportunidad—suplicó el padre de las dos menores.
A Chrysalis y sus hombres les gustaba todo aquello. Los changeling oscuros podían consumir comida poni, pero su alimento favorito era el amor, y aquellos padres desprendían mucho amor por sus hijas. Los agresores se estaban dando un banquete. Las niñas teóricamente podrían haber consumido igualmente esa comida pero ninguna se daba cuenta de ello; Chrissa se encontraba aterrorizada por la terrible escena que estaba presenciando, por su parte Rampart y Truculent no paraban de llorar y temblar de miedo ante la idea de que iban a ser asesinadas, y después matarían a sus padres.
Rampart se levanto como pudo y camino sin apenas fuerzas hasta al lado de su hermana. Ambas niñas se abrazaron mientras lloraban. De pronto Truculent miró a Chrissa.
—Por favor… no nos matéis, por favor... Seremos buenas contigo. ¡Haremos lo que tú quieras!—comentó Truculent sin dejar de llorar.
—Vuestra suplicas no sirven para nada, mocosas. Mi hija ordenará vuestra muerte ahora mismo—gritó la malvada soberana mirando de frente a las dos pequeñas que seguían llorando abrazadas entre ellas.
Chrissa miró a sus compañeras. Tenían varias marcas y heridas por toda la espalda, y estaban aterrorizadas.
—Tienes que decidirte, hija mía. Eres una princesa y algún día serás reina. Vamos que esperas, ¡Ordena su ejecución!
—¡NOOO! ¡NO LO HARÉ! ¡QUE QUEDEN EN LIBERTAD!—chillo la joven princesa sorprendiendo a todos los presentes.
—¡¿Qué has dicho?!—grito la reina.
—Ya es suficiente. Las has castigado, ahora ordena su liberación.
Todos los presentes se quedaron boquiabiertos.
—¡Me tienes harta! Ni poniéndote las cosas en bandeja reaccionas—se enfadó la reina.
—Dijiste que decidiera su destino. Pues decido que las sueltes, a todos. Que se vayan.
—Al menos ordena que las amputen sus cuernos para dejarlas marcadas de por vida.
Las dos menores detenidas tenían cuernos pero ninguna tenía alas.
—No, que se vayan.
—¿Piensas dejarlas marchar sin más? ¿Sin ser castigadas?
—Ya han sido castigas. Han recibido 20 latigazos cada una, y están muertas de miedo. Suéltalas.
Chrysalis miró con rabia a su hija ¿Aquella debilucha mostraba clemencia por quien la había maltratado? ¿Cómo se podía ser tan estúpida? La reina dudo un momento, podía ordenar la ejecución ella misma, pero había sido tan tonta de decir, delante de sus soldados, que le cedía a su hija la potestad de decidir el destino de los prisioneros. Si ahora la contradecía se contradeciría a sí misma. Esto le pasaba por confiar en el juicio de una hija debilucha.
—Eres débil, por eso te maltratan. Haz lo que te dé la gana. ¡Soldados, soltar a los prisioneros!
Los soldados abrieron la jaula y soltaron a los padres de las niñas. Ambos prisioneros hicieron el gesto del arrodillamiento ante la reina y la princesa de Changelopolis, lo cual incomodó a Chrissa. Después el padre cargo a sus hijas en su lomo y se las llevó consigo, la madre se dirigió a la princesa changeling.
—Gracias, muchas gracias, alteza. No olvidaré vuestro gesto. Y gracias a vos, majestad.
—Esto ha sido solo un aviso. Más le vale que desde ahora sus hijas se comporten como es debido, porque la próxima vez no seré tan clemente. Y ahora lárguese antes de que cambie de idea—amenazó Chrysalis.
FIN DEL FLASHBACK
—Al día siguiente mi hija se escapo de casa. Me encontré una nota suya en donde decía que su padre y yo no la hacíamos caso, y queríamos convertirla en una asesina. Fue entonces cuando vino a Ponyville por primera vez. Yo en ese momento considere que la piedad que tuvo mi hija era un gesto de debilidad, pero era justo al contrario. Se enfrentó a mí para defender a cuatro de sus súbditos, yo fui la débil.
—Pero ¿Qué fue de las niñas y sus padres?—preguntaron a la vez Fluttershy y Pinkie Pie.
—No lo sé. Nunca he vuelto a saber nada de ellos.
—¡Santos corrales! Vuestra hija ha debido de tener una infancia muy dura.
—Sí, Applejack, y fue mi culpa. Podría haber tenido una infancia más normal pero no la deja. Es un milagro de Artemisa que mi pequeña tenga las pezuñas limpias, las mías están manchadas de sangre. Chrissa es mucho más sensata e inteligente que yo, solo es una niña pero supo juntarse con ustedes para conseguir la paz.
El grupo ya había llegado a la puerta de la biblioteca pero Chrysalis no se decidía a entrar.
—Pasen ustedes, yo… quiero estar sola—comentó la reina de los changelings apartándose del grupo, Twilight la siguió a distancia mientras los demás entraban en la casa-biblioteca.
La changeling adulta fue caminando por todo el pueblo con la cabeza mirando al suelo, algunos vecinos hacían algunos comentarios en voz baja, pero ella les ignoraba. Llego hasta las afueras del pueblo, en la misma explanada donde el periodista del Equino Libre había hecho un hechizo de sueño a Pinkie Pie. Chrysalis se sentó en la hierba y comenzó a sollozar. La anécdota de su hija le había traído malos recuerdos, y reabierto antiguas heridas. De pronto Twilight, se sentó a su lado en silencio. La changeling miró fijamente a la poni morada sin que ninguna de las dos dijese nada, después ambas miraron al frente, ya estaba atardeciendo.
—¿Cómo pude, princesa Twilight? ¿Cómo pudimos mi esposo y yo ser unos padres tan espantosos?—intervino la changeling con voz apagada y sollozando.
—Ustedes estaban sometidos por sus tinieblas.
—Sí, y supuestamente Chrissa también era una changeling oscura, pero ella nunca hizo daño a nadie.
—Tal vez la mente sencilla de una niña es más difícil de corromper.
—Quizás.
—… Majestad, no os atormentéis tanto. Todo eso ya paso. Ahora ya hay paz, y usted, su marido y su hija se llevan bien entre los tres ¿No es así?
—Por favor, no me llames majestad—Chrysalis dio un suspiro—¿Cuáles han sido mis logros como reina? ¿Comenzar el conflicto con Equestria? ¿Llevar a mi pueblo a una guerra, que ha costado la vida de cientos de changelings? ¿Arruinarle la vida y la infancia a mi única hija? Yo no merezco ser reina. No he hecho otra cosa más que amargarles la vida a todos. En cuanto Chrissa cumpla la mayoría de edad le cederé el trono.
—¡Eso no es así! Usted se ha arremetido y admitido sus errores, ha firmado la paz con Equestria y está luchando para reconstruir changelopolis. Eso es propio de una buena líder. Y llámame solo Twilight.
Chrysalis miró a Sparkle sin estar muy segura de por qué aquella unicornio trataba de consolarla.
—Te estoy muy agradecida, Twilight, a todas vosotras, las portadoras de la armonía. Y también a las amigas de mi hija, esas tres potrillas han aportado mucho a mi pequeña. Gracias a ellas Chrissa ha conocido la autentica amistad. Lo curioso es que ellas sabían la verdad desde el principio y sin embargo no la rechazaron. Es irónico, mi hija fue maltratada por su clan y sin embargo conoció la verdadera amistad en Equestria, donde se supone que vivían sus enemigos. No entiendo la voluntad de Artemisa.
EN LA BIBLIOTECA
Applejack se acerco a Luna.
—Princesa, ¿Por qué dijo a los periodistas que usted nos había ordenado no hacer declaraciones hasta la rueda de prensa? Usted nunca dio tal orden.
—Por favor, Applejack, en política hay que ser discreta. ¿Qué querías que les dijera? ¿Qué Twilight y todas vosotras fuisteis unas cobardes que os escondisteis en vez de dar la cara? Tú sabes que Twilight tiene opositores entre la nobleza, gente que no quiere que ella sea una princesa. Esa gente hará lo que sea para que el Senado no la elija.
De pronto la pequeña alicornio se acercó a la princesa de la noche.
—Princesa Luna, ¿Dónde están mi mamá y Twilight?
—Se apartaron del grupo porque tenían cosas personales que hablar entre ellas.
Al cabo de veinte minutos llegaron a la biblioteca la reina changeling y la unicornio morada, para entonces ya se habían marchado casi todos, solo quedaban presentes la princesa Luna, Cadence, Chrissa y Spike. La pequeña alicornio subió a la habitación en compañía de su madre.
—Vaya… ¿Este es tu cuarto?
—Bueno… es compartido. Aquí dormimos Spike, Twilight y yo—respondió la niña señalando dos camas y un cesto.
—¿Qué tal en clase? Aparte de Apple Bloom y las otras ¿Tienes más amigas?
—Las Cutie Mark Crusaders son mis mejores amigas, pero me llevo bien con todos mis compañeros. Al principio las CMC tuvimos algunas dificultades con otras dos niñas, pero hablamos con ellas y lo solucionamos.
«En su anterior colegio la rechazaban, y aquí se lleva bien con todos sus compañeros. Que extraña es la vida» pensó la soberana de los changelings.
—Ahora tienes que tomar una decisión, mi niña. Puedes regresar conmigo a Changelopolis, o quedarte aquí con Twilight.
—…—Chrissa se sentó en su cama y se quedo pensativa.
—¿Qué quieres hacer?—le preguntó su madre sentándose a su lado.
—Yo… no lo sé. Las dos cosas. Por un lado quiero irme pero también quiero quedarme.
—No pueden ser las dos cosas a la vez, tesoro.
—¡Ya lo sé! ¿Qué tal está papá?
—Está bien. Como ya no tiene que pelear, él y sus soldados se dedican a vigilar y participan en la reconstrucción de algunos edificios.
—¿O sea que sus soldados ahora son albañiles?
—Pues más o menos.
— Ji, ji, ji, ji.
—Hacia mucho que no te oía reír, mi niña. Sin duda estar aquí te ha venido bien.
Chrissa se recostó encima de las patas traseras de su madre, mientras esta última acariciaba las crines del cráneo de su hija.
—Mamá…
—¿Sí?
—Sé sincera, ¿Si me quedo te sentirías mal por ello?
—No, mi pequeña. Lo que quiero es que seas feliz, lamento no haber sido una mejor madre en el pasado. Si eres feliz aquí yo me alegro y me alegraré por ti.
—Pero… ¿Papá y tú no os sentiríais solos?
—Tú no tienes que preocuparte de tu padre y yo, somos nosotros quienes tenemos que preocuparnos por ti. Elijas lo que elijas lo aceptaremos siempre y cuando eso te haga feliz, tesoro.
EN CHANGELOPOLIS
Maid se encontraba descansando en una de las habitaciones del castillo, pero no terminaba de sentirse a gusto, por un lado era agradable tener algo de tiempo libre, pero se aburría. Ella era de esas personas que no saben estar quietas, siempre tienen que mantener la cabeza ocupada en algo. Para matar el gusanillo la chica se puso a ojear un periódico, pero apenas había leído dos líneas cuando llamaron a la puerta.
—Adelante… ¡Tú! ¿Qué haces aquí? ¿No puedo descansar de ti ni una hora?
Era Celestia quien había entrado.
Maid era una unicornio de color crema, con crines marrón claro, ojos marrones y una cutie mark con forma de libro.
—Uno de los capataces me dijo que estabas en el palacio, pensé en esperar a mañana para verte pero decidí venir, y le pedí permiso al consorte Asclepio para venir a verte.
—¿Sí? Pues ya me has visto, ahora vete por favor.
—Maid, por favor, no te entiendo… por un lado me ayudas y por otro me desprecias ¿Por qué?
De pronto la unicornio miró fijamente a la alicornio.
—¡Porque te odio, Celestia! Vi morir a toda mi familia; mis padres, mis dos hermanos, mis abuelos… todos murieron cuando tú nos maldijiste. Yo adquirir un cuerpo deforme de changelina oscura, y la juventud eterna, ya no sé cuántos años tengo; pero durante toda la vida no he visto más que muerte. Cuando me quede huérfana con solo trece años, para poder sobrevivir entré a trabajar en el castillo como criada, una de las otras sirvientas que había perdido a una hija se compareció de mí, y me cuido. Yo era una buena estudiante, pero tuve que interrumpir mis estudios; no sabía ni coger una escoba pero en menos de un año aprendí a realizar todas las faenas domesticas. Al cabo de un año quise retomar los estudios, pero por aquel entonces había una ley, ya suprimida, que decía que a los sirvientes del castillo no se les permitía estudiar, a menos que la reina les diese permiso…
La unicornio hizo una pausa.
FLASHBACK DE MAID
Una unicornio adolescente se encontraba en la sala del trono en compañía de la reina changeling. La joven expuso que quería terminar su formación académica, pero que continuaría trabajando en el palacio si era lo que su majestad deseaba.
—Vaya… asique la señorita quiere estudiar… ¿Sabes que no está permitido que el personal del castillo curse estudios? A menos que yo lo autorice.
—Sí, majestad, lo sé, por eso vine a pediros permiso. Mis padres siempre quisieron que terminará mi formación académica, fue una especie de última voluntad. Déjeme cumplirla.
—¿Y por qué te voy a conceder tal petición? ¿Qué gano yo con ello?
—…
—Contesta. ¿Qué saco a cambio de concederte tu deseo?
—Yo… no lo sé. Supongo que la satisfacción de hacer lo correcto.
—¿La satisfacción de…? Ja, ja, ja, ja. La niña no salió cursi, ja, ja, ja. Además ¿Qué se supone que es lo correcto?—respondió la reina partiéndose de risa.
—…
—Hare una cosa. Accederé a tu petición y te permitiré terminar tus estudios, con una condición, te haré "el Stamp of Slavery".
—Perdone mi ignorancia, majestad, pero ¿Qué es eso?
—Es un hechizo. Consiste en poner un sello de magia oscura en el receptor. De tal forma que si intentas traicionarme el sello se activará y tú cuerpo sufrirá espantosos dolores, más intensos de lo que puedas imaginar. Serías poco menos que una esclava. Si te concedo el permiso tendrás que permanecer a mi lado durante toda tu vida y trabajar para mí sin cobrar salario alguno. Nunca podrías casarte o tener hijos. ¿Aceptas?
FIN DEL FLASHBACK
—Santa Artemisa, ¿Y tú… aceptaste?—preguntó Celestia.
—Sí, acepte y fue sometida al sello. No tenía elección, si la reina quería maldecirme lo haría de todos modos, y yo quería retomar mis estudios.
NUEVO FLASHBACK (CONTINUACIÓN DEL FLASHBACK ANTERIOR)
La reina coloco sus pezuñas en la espalda de la joven Maid, hizo brillar su cuerno y pronunció extrañas palabras. De pronto la imagen de una calavera apareció en la espalda de la doncella. Chrysalis hizo brillar su cuerno, de pronto la joven cayó al suelo dando espantosos gritos, notaba como sus extremidades se retorcían como si la hubiesen colocado en un potro de tortura, le costaba respirar y notaba que la espalda la ardía. La joven pedía clemencia pero la reina no se detenía, finalmente la soberana paró.
—Aaah, aaah, ah, ah—la pobre víctima continuaba en el suelo, jadeando.
—Eso ha sido solo una muestra. El poder del sello puede incluso ser mayor. Tu sufrimiento de ahora ha sido más bien leve en comparación con lo que podría haber resultado.
—¿Por qué? ¿Qué os he hecho yo?
—Nada. ¿Quieres saber lo mejor? Este sello puede activarse a mucha distancia. Podrías estar en Canterlot y yo aquí, y eso no me impediría activar el hechizo. Como soy una persona de palabra permitiré que retomes tus estudios, pero si intentas escaparte, abandonarme, desobedecerme, etc, sufrirás las consecuencias. Más te vale serme fiel.
Maid continuaba tirada en el suelo sin poderse mover.
—Sí, majestad… os seré leal, pero por favor… no me hagáis esto... Quitarme este sello.
—No sé como quitarlo, y si lo supiera no lo haría. Te propuse un trato y aceptaste. Tu libertad a cambió de terminar tu formación académica.
FIN DEL FLASHBACK
—Pude terminar mi formación académica y desde entonces hasta ahora he servido a la reina Chrysalis. Aunque el sello se anuló cuando fui purificada por los elementos de la armonía.
—Si ya no tienes el sello entonces ¿Por qué sigues aquí?
—He echado raíces aquí. Desde que me quede huérfana me he criado en el castillo, ha sido mi único hogar desde entonces. Chrysalis me maldijo pero también me dio una formación, un techo y un trabajo cuando me quede sin nada. La reina uso contra mí el poder del sello en cuatro ocasiones: la primera fue la que te acabo de describir; la segunda fue un año después, la manche sin querer de leche mientras desayunaba y ella me castigo; la tercera fue hace tres años, la dije que debía centrarse más en el cultivo de los campos y menos en conquistar Equestria, no le gusto el comentario y me sancionó por ello; la cuarta y última vez fue poco antes de la "Batalla de Canterlot", la princesa Chrissa se escapo y permitió que se escapasen de Changelopolis 5 de las portadoras de la armonía que habían sido secuestradas por su majestad, Chrysalis estaba furiosa y lo pago conmigo.
Celestia miró fijamente a Maid.
—Nunca pensé que los changelings tuviesen esclavos.
—"Esclavos" no es la palabra. La esclavitud en Changelopolis nunca ha estado legalizada. Sin embargo antes de que los changelings oscuros fuesen purificados, los sirvientes y trabajadores del castillo teníamos unas condiciones de trabajo lamentables, no éramos esclavos pero tampoco éramos mucho mejores. Por aquel entonces yo era la única que tenía el Stamp of Slavery, pero también fui la única a la que se le permitió estudiar. Ahora es distinto, actualmente las condiciones laborales han mejorado y todo el mundo tiene derecho a la educación; Chrysalis cambió la ley poco después de purificarse. Años después de ser sometida al "Stamp of Slavery" la reina eligió a dos de sus criadas como sus doncellas personales; una fue una chica llamada Gea que luego desapareció, y la otra fui yo. Cuando Gea se fue, que a saber a dónde iría, me convertí en la primera doncella de la reina. Ahora hago de intermediaría entre ella, y los capataces de los campos y el resto del equipo de reconstrucción; cuando su majestad quiere comunicarles algo lo hace a través de mí, y cuando ellos tienen alguna petición que hacer a sus majestades soy yo quien les pasa el recado a Chrysalis y a Asclepio; por eso es que conozco a los capataces, por eso es que los voluntarios me respetan, porque saben que yo soy su enlace con la Corona de Changelopolis.
Celestía miró asombrada a aquella unicornio.
—Entiendo, ahora eres la pezuña derecha de la reina Chrysalis—respondió Celestial sin atreverse a decir que Gea estaba trabajando en el palacio de cristal, y se había convertido en la primera doncella de la princesa Cadence.
—Sí, y empecé desde cero, lavando platos y fregando suelos.
—Pero entonces ¿Por qué me ayudaste antes?
—Por la paz.
—¿Por la paz?
—Sí. La princesa Luna podría tomar represalias si se entera de que su hermana fue maltratada, eso podría desencadenar otra guerra. Por eso te ayudo, y por eso te respeto hasta cierto punto, pero no esperes de mí la más mínima muestra de afecto.
—Maid, te juró que si pusiese cambiar el pasado lo haría. Daría mi cuerno si con eso pudiese volver atrás en el tiempo y rectificar para que nada de esto hubiese ocurrido, pero no puedo, el pasado no puede cambiarse, y los muertos no pueden resucitar. Te juró que realmente lamentó lo que hice. Estoy aquí precisamente para intentar reparar mis faltas. Te ruego que me perdones, si hay algo que pueda hacer por ti, pídemelo. Dime qué quieres que haga y te prometo que lo haré.
EN LA BIBLIOTECA DE PONYVILLE
La reina Chrysalis ya se había marchado de regreso a Changelopolis, los demás también habían regresado a sus casas. De pronto llamaron a la puerta, abrió Spike y entro una unicornio de lomo azul cielo, crines medio plateadas y medio blancas, ojos morados y una cutie mark en forma de varita mágica con una luna. Esta recién entró de golpe y porrazó en el recinto, atropellando a Spike, de pronto se abrazó a Twilight de golpe.
—¡Twilight! Ayúdame. ¡Por favor, necesito que me ayudes!
—¿Trixie? ¿Qué haces aquí?
—Perdóname por lo del amuleto de alicornio, fue un accidente, estaba poseía… pero por favor ayúdame, no quiero perder mis poderes…
—¿De qué hablas? ¿Quieres soltarme?
Trixie estaba abrazada y sujeta a la poni morada como si fuese una lapa.
—Suéltame.
—No hasta que me digas que me vas a ayudar.
—¿Ayudar a qué? ¿De qué estás hablando?
Spike miró divertido la escena. Trixie normalmente no se comportaba así, por el contrario, normalmente era una egocéntrica que le gustaba ser el centro de atención, y se hacía llamar a sí misma "La gran y poderosa Trixie". Sin embargo ahora aquella presumida parecía aterrorizada y desvalida.
De nuevo llamarón a la puerta, abrió de nuevo el joven dragón y aparecieron tres guardias pegasos de la guardia diurna. Estos vieron a Trixie en la instancia, pero se quedaron perplejos al contemplar que estaba agarrada a una poni morada a la que no reconocieron.
—Perdone, señorita. Esta unicornio está en libertad vigilada a la espera de un juicio que ha de celebrarse en Fillydelphia, a donde debe regresar para ser juzgada por agresión a un pegaso de trece años.
—Twilight fue un accidente, yo no quería. Defíneteme, te lo ruego.
Dos soldados separaron a Trixie levándosela consigo, pero cuando estaban cerca de la puerta Twilight les detuvo.
—Esperen, déjenla. Se quedará conmigo hasta el día del juicio.
—Usted no es quien para exigir algo semejante, y si sigue oponiéndose a la justicia tendremos que arrestarla a usted también—comentó el tercer soldado.
Spike miró y escucho aquella escena indignado. ¿Acaso no sabían esos tontos que estaban frente a una princesa de Equestria? Novatos.
De pronto volvieron a llamar a la puerta, el dragón abrió de nuevo y entró un cuarto pegaso que parecía ser un oficial.
—Buenas noches, alteza. Lamentó que hayamos tenido que molestarla.
—¡¿Alteza?!—gritó el tercer soldado de antes, avergonzado.
—Sí, ella es la princesa Twilight Sparkle. Supongo que habrás sido educado con ella.
—Yo…
—¿Tú qué? Alteza, ¿Este soldado le ha causado algún problema?—intervino el oficial.
—No, ninguno. Les he dicho a sus soldados que la señorita Trixie permanecerá en Ponyville conmigo, hasta que un tribunal juzgue su caso.
—Pero alteza, con todos mis respetos ¿Estáis segura de ello?
—Sí.
—Como ordenéis. Soldados, suelten a la detenida. Se queda en este pueblo, volveremos a por ella cuando se celebre el pleito.
Los soldados se marcharon dejando en la biblioteca a Trixie junto con Twilight.
¿Qué sucederá ahora? ¿Trixie será llevada a juicio? ¿La quitaran sus poderes? Sabemos que Chrysalis ha regresado a su ciudad pero ¿Qué ha sido de Chrissa? No os perdáis el próximo episodio.
FIN DEL CAPÍTULO 20.
Hola bronies y lectores.
En este capítulo quise tratar tres asuntos: primero, desmentir las falsas acusaciones de la prensa contra las 6 manes; segundo, que los habitantes de Ponyville aceptasen la presencia de Chrissa en el pueblo, pero esta vez teniendo constancia de la verdadera identidad de la niña; y tercero quería crear dos momentos de ternura, uno entre la reina changeling y Twilight, y otro entre madre e hija entre Chrysalis y Chrissa.
TRADUCCIÓN DE LOS NOMBRES SEGÚN EL TRADUCTOR DE GOOGLE
Rampant. Desenfrenado/a.
Truculent. Agresivo/a.
LA VIDA DE MAID
Lo puse para meter drama en el episodio, dado que la plática entre la reina changeling y su hija era un poco caramelizada, y por eso había que meter algo de amargura para compensar.
"Stamp of Slavery". Sello de la esclavitud. Significa que Maid durante su adolescencia y parte de su edad adulta fue una especie de esclava de Chrysalis.
TRIXIE
Mi próximo fanfic será sobre ella por eso quise darla protagonismo en esta historia.
FILLYDELPHIA
Ciudad equestriana mencionada brevemente por la Princesa Celestia en el episodio "Enjambre del siglo". Como excusa para cancelar su visita a Ponyville , la princesa dice que tiene que ir a Fillydelphia con el fin de hacer frente a una infestación de "criaturas increíblemente molestos".
EL POTRO DE TORTURA
Era un instrumento y un método de tortura en el que el acusado era atado de pies y manos a una superficie conectada a un torno (el potro). Al girar, el torno tiraba de las extremidades en sentidos diferentes, usualmente dislocándolas pero también pudiendo llegar a desmembrar.