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LA VERDAD SOBRE CELESTIA

by SCRITTORE PASSIONE

Chapter 12: CAPÍTULO 12: LOS MILITARES

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Capítulo 12

LOS MILITARES

Celestia y Luna se encontraban con Blueblood en la sala del trono, esperando a que su sobrino les explicase lo sucedido con el arresto de Derpy y la expulsión de Rarity del local de Carrusel. Sin embargo la mirada de ambas alicornios eran distinta. Luna se encontraba furiosa mientras que la unicornio blanca se sentía decepcionada, esta última había criado a su sobrino desde que él era un bebe, era como su hijo, y le dolía que él actuase de una forma tan miserable.

— ¿Y bien? ¿Vas a hablar de una vez, sobrino?

—Tía Luna, todo esto tiene una explicación.

—Dila. Estoy deseando oírla.

—Esa pegaso se presento diciendo que traía un mensaje para ti de parte de Twilight, pero ni la guardia ni yo la creímos, porque veamos… ¿No suena extraño que ella no le entregase la carta previamente a los soldados, o a los magos estatales? Creí que podía ser una manifestante, o peor aun una delincuente, de modo que ante la duda ordene provisionalmente su arresto. Si la chica es inocente podrá probarlo.

—Ya lo ha probado. Twilight y sus amigas hablaron a su favor y la directiva de la cárcel la liberó.

—Me alegro. Es bueno que todo haya acabado bien.

— ¿En serio? ¿Y dónde está la supuesta carta que esa mensajera traía?

—No lo sé, creó que se perdió.

—Entonces ¿Qué es este papel?—intervino Luna enseñándole la misiva a su sobrino.

El principejo trago saliva, aquello era imposible. Él había destruido ese documento para evitar que le comprometiese pero allí estaba, allí se encontraba aquella maldita misiva.

—Vaya… habéis encontrado la carta.

—Magia de restauración, Blueblood—comentó Celestia.

—Tía Cely, yo nunca hasta ahora había visto ese papel.

— ¡Mientes! Los soldados de la guardia han declaración que tú leíste esta carta, y luego la destruiste. Incluso, en el supuesto caso de que esa pegaso hubiese mentido, tú no tenías pruebas ni indicios contra ella. ¡Fue un arresto ilegal! ¡Un abuso de autoridad!—intervino Luna.

—Y no solo eso, Blueblood. Este mensaje afirma que has expulsado a Rarity de su casa; y que la has amenazado a ella, a Twilight y sus amigas—intervino Celestia.

El principejo miró fijamente a sus tías durante un instante, ya no podía seguir disimulando, le habían descubierto, realmente el arresto de esa pegaso fue un error; no es que se arrepintiera pero había sido una mala jugada, ahora sus tías finalmente habían visto de que pata cojeaba.

—Está bien, quería hacer las cosas de forma más discreta pero ya me habéis descubierto, os seré sincero. Pase lo que pase no permitiré que Twilight Sparkle sea nombrada princesa por el Senado. No importa con quien tenga que pelear, lo siento por la pegaso pero ella era un mal necesario. Y si con su detención se hubiese logrado que Twilight renunciase a su corona, entonces no me hubiese importado encarcelar a todos los pegasos de Equestria, aunque eso hubiese supuesto un gran desastre climatológico.

— ¡¿Te has vuelto loco?!—exclamo Celestia.

—Sí, de acuerdo. Me he vuelto loco ¿Sabes por qué? Porque odio a Twilight. Ella ni siguiera es de la nobleza pero primero se convirtió en tu discípula, después en elemento de la armonía y luego en princesa. Ni siguiera tiene buen gusto, podría vivir aquí, pero se empeña en residir en una biblioteca de un pueblucho de mala muerte, y ni siguiera acepta ser tratada como una alteza real. ¡¿Y esa ordinaria es considerada una miembro de la realeza?!

—O sea que no te arrepientes de tus actos.

—No, tía Celestia. No me arrepiento, aunque si Twilight renuncia a su corona le devolveré Carrusel a Rarity.

—Ese local lo vas a devolver ahora mismo, Blueblood, es una orden—intervino Luna.

—Lo siento pero no puedes obligarme, el local ahora es una propiedad privada mía, no tienes potestad sobre ella.

—Si no lo haces por las buenas atente a las consecuencias.

— ¿Es una amenaza, Luna?

—Tómalo como quieras pero tus actos son lamentables.

—Tienes razón, son peores incluso que tratar de traer la noche eterna a toda Equestria.

Luna se quedo con los ojos en blanco y la mirada perdida. Celestia se dio cuenta de que las palabras de su sobrino la habían afectado. La unicornio blanca miró furiosa al semental, este último trago saliva. Celestia hizo brillar su cuerno y empujo a su sobrino contra la pared, quedando este tirado en el suelo.

— ¡Eres un miserable! He criado a un monstruo. Intentaste enemistad a tu prima con su marido, y ahora humillas a mi hermana, a una pobre pegaso y las salvadoras de Equestria.

—Tía, yo… lo siento.

— ¡Mientes! No te arrepientes de nada. Márchate.

—Me iré si quiero, yo soy un príncipe y tú una simple duquesa. Ahora eres mi súbdita y no puedes darme órdenes.

Legalmente el principejo tenía razón. Antes Celestia era la princesa regente de Equestria, pero ahora que la alicornio blanca había abandonado la corona ya no formaba parte de la realeza, lo que físicamente la convertía en súbdita de los príncipes equestrianos, incluido Blueblood.

— ¡¿Cómo osas hablarle a mi hermana en ese tono?!

Blueblood miró a Luna y se asustó. La princesa de la noche tenía la mirada llena de furia y su cuerno estaba activo. El príncipe comprendió que estaba acorralado, tenía a sus dos tías en su contra, y seguramente su prima terminaría enterándose de todo y les daría la razón a ellas. Había puesto a toda su familia en contra de él.

—Tienes suerte de que no pueda suspenderte como príncipe, porque esa decisión solo la puede tomar el Senado. Sin embargo ya te estás largando de este palacio, y te negaré el acceso a los fondos de la Corona. A partir de ahora tus criados personales trabajaran para mi hermana y para mí—intervino Luna.

—No puedes hacerme esto. Me lo quitas todo.

—Te lo mereces.

—Tía Celestia, di algo. Di algo, por favor.

— ¿Ahora soy tu tía? Creí que habías dicho que solo era tu súbdita. No te mereces nada. Cuando se resuelva el caso de Twilight yo misma te denunciaré ante el Senado, y solicitaré que te quiten tu título.

— ¡¿Queeeé?!

—Tu padre, mi hermano, fue un gran príncipe. Él era un semental con principios, que trataba a los demás con justicia y amabilidad fuesen quienes fuesen; pero tú no te le pareces en nada.

—No os atreveréis. Si sabéis lo que os conviene sabréis que eso no es buena publicidad. Ya me imagino los titulares "Princesa regente del Estado putea a su único sobrino".

—Sí, es cierto, no es una buena imagen. La prensa se va a destornillar con esta familia, pero yo me sé otro posible titular "Príncipe abusa de su poder, y amenaza a las salvadoras de Equestria"—comentó Celestia.

—Estáis locas las dos, pero la nobleza no permitirá que me hagáis esto.

— ¿Quiénes? ¿El Parlamento y la Corte Real? Ellos te rechazaron cuando quisiste formar parte de esos órganos ¿O te refieres a las jóvenes aristócratas que se quejan de tu comportamiento en las fiestas?—expuso Luna.

—No puedo creer que mi propia familia me haga esto.

—No, Blueblood, te lo has hecho a ti mismo. Podrías tener una familia y unos amigos cariñosos contigo, pero has preferido humillar a todo el mundo—intervino Celestia.

—Por respeto a mi hermana, quien te ha criado como a su propio hijo, te doy una última oportunidad. Devuelve la propiedad de Carrusel a Rarity, y luego discúlpate en público con la pegaso detenida, Twilight y las demás. Si lo haces te levanto el castigo—comentó Luna.

—No pienso humillarme ante esa gente, no cederé.

—Entonces no me dejas otra opción. Puedes quedarte a pasar la noche pero mañana te marcharás de este palacio, sin ningún criado y sin un céntimo del dinero de la Corona. Y te recuerdo que no tienes ingresos propios. Conservarás tu título de príncipe pero sin privilegios que lo acompañen.

— ¿A dónde voy a ir?

—No lo sabemos, Blueblood, y sinceramente nos da lo mismo—dijo la alicornio blanca.

—No podéis hacerme esto, no podéis dejarme sin nada.

—Lo siento, Blueblood. A fin de cuentas eres nuestro sobrino, te he dado la oportunidad de enmendarte pero la has rechazado. Ahora márchate y déjanos a solas—expuso Luna.

El príncipe abandono cabizbajo la sala del trono, lo había perdido todo. Conservaría el título pero ¿De qué le servía sino iba acompañado de sus privilegios? Ahora tendría que marcharse solo fuera del palacio ¿Adónde haría? Y sin dinero ¿De qué iba a vivir? ¿Qué iba a hacer? ¿Trabajar? Incluso le habían quitado a sus criados ¿Qué pretendían? ¿Qué se sirviese a sí mismo? ¿Qué hiciese las cosas por sí mismo?

Si Blueblood hubiese sido un semental más sensato lo lógico es que se hubiese dado cuenta de sus errores. Luna le había dado la posibilidad de enmendarse, le había propuesto levantarle el castigo si él se disculpaba con Twilight, Derpy y las demás. Podría haber devuelto Carrusel a Rarity, pedir perdón a todos, y respaldar a la unicornio violeta ante el Senado. Sin embargo el malvado príncipe estaba realmente furioso contra Twilight y sus amigas. Blueblood pensaba que las 6 manes habían puesto a su familia en su contra, las supuestas salvadoras de Equestria eran en realidad unas yeguas malas y mezquinas, que sembraban la cizaña entre él y sus parientes. El odio de Blueblood hacía las 6 manes iba en aumento, en especial hacía Twilight, la odiaba con todas sus fuerzas, ella era la más culpable, la que le había quitado el cariño de sus familiares para quedárselo ella; pero tarde o temprano la unicornio morada pagaría por todo lo que le había hecho.

A todo esto hay que añadir que el elitismo equestriano normalmente era muy alto, sobretodo en Canterloy y Manehattan, pero normalmente nadie era tan bestia como el príncipe. No obstante había varios casos de intransigencia de la nobleza con respecto a las clases medias; por ejemplo cuando la Corte Real se había negado a reconocer a Twilight como princesa solamente por ser ella descendiente de una familia de plebeyos; o el caso de las dos señores de Manehattan, que al ser las dos de distinta clase social fueron ridiculizadas por la prensa rosa por tomarse juntas un café en un lugar público; o cuando el Parlamento quiso prohibir en matrimonio de Armor y Cadence, por ser él un plebeyo y ella una princesa de nacimiento. Sin embargo todas y cada una de estas anécdotas tenían algo en común, y es que las ofensas que pudiesen haberse derivado de ellas normalmente se reducían a insultos orales, o a escritos periodísticos desagradables para sus protagonistas, pero nadie había sido enviado injustamente a prisión como se hizo con Derpy, ni se le había privado de su casa y de su empresa como en el caso de Rarity. En la mayoría de los casos los elitistas equestrianos pecaban de intransigentes, cabezotas, o a veces incluso de maleducados pero normalmente nadie era tan bestia como Blueblood.

¿De dónde provenía realmente toda esta intransigencia? La causa de ella podía resumirse en tres palabras: falta de educación.Equestria había sido fundada originalmente con el ideal de crear un Estado de amistad y armonía, en donde nadie fuese discriminado por nadie, por desgracia con el tiempo parte del ideal se había perdido, y eso provocaba que algunos equestrianos actuasen de forma errónea.

Por otro lado el elitismo no siempre se practicaba entre nobles contra plebeyos, también había discrepancias entre los propios aristócratas, por ejemplo, el criado del príncipe, Lineage Under, era de origen noble pero como su linaje era bajo se dedicaba a servir al principejo, quien le humillaba a menudo, tal y como ya se vio en el capítulo 9. Incluso entre los propios plebeyos había estatus, por ejemplo, Diamond Tiara y Silver Spoon pertenecían a una familia adinerada y se dedicaban a molestar a las CMC, a pesar de que las cinco niñas eran plebeyas. Y es por todo esto que hacían falta cambios en Equestria; había que admitir a los plebeyos en el Parlamento y mejorar la educación de los equestrianos, enseñándoles desde muy pequeños a respetarse mutuamente y no tener prejuicios de ningún tipo.

Sin embargo también había gente con principios e ideales, como Fancy Pants o Fleur de Lis; pero el elitismo era como un diablejo que trataba de imponerse incluso sobre sus opositores, y esto lo hacía provocando dudas e inseguridades en aquellos que trataban de hacerle frente; como cuando, en el capítulo 9, Fleur que no se integraba del todo en Ponyville, se sentía mal por ello y tenía un cacao mental. ¿Recuerda usted que incluso llego a disculparse con Twilight y Pinkie Pie porque se sentía mal consigo misma por no terminar de acostumbrarse a ellas? Y eso a pesar de que tanto la poni terrestre rosa como la unicornio morada le habían contestado que no se sentían ofendidas ni tenían nada que disculparla.

Para acabar con el elitismo y demás prejuicios sociales no era suficiente con unos talismanes mágicos, los amuletos de la armonía eran poderosos pero no podían hacerlo todo, hacía falta la colaboración mutua de muchos ponis con buenos valores; gente como las 6 manes, Luna, Cadence, Armor, Fancy Pants, Celestia, Fleur de Lis, etc. Se necesitaría mucho tiempo y trabajo para cambiar las cosas para mejor.

A la mañana siguiente Blueblood se despertó y lo primero que vio fue a su criado a su lado. Este último le dijo al príncipe que sus tías lo esperaban para tomar el desayuno, y que ya no estaría más tiempo a su servicio porque ellas le habían prohibido tener criados. De pronto entraron tres soldados de la guardia en el dormitorio.

—Alteza, la princesa Luna y la duquesa Celestia le esperan para desayunar. Debe acompañarnos.

—Ahora voy. Salgan fuera.

Los guardias se miraron entre ellos.

—Lo siento, alteza, pero cumplimos órdenes—contestaron los soldados prendiendo al príncipe y acompañándole a la fuerza hasta el comedor. Una vez allí los soldados le hicieron postrarse ante Celestia.

—Blueblood, mira bien a tu tía. ¿No tienes nada que decirla?—intervino Luna.

—Hermana, esto no es necesario. En serio.

—Sí es necesario, Celestia. Este desagradecido te insulto anoche. Y también ha humillado a mucha gente.

El principejo intento levantarse pero los soldados se lo impidieron.

— ¡Basta! ¿Qué queréis de mí?

—Pide perdón a mi hermana, y haz el gesto del arrodillamiento.

El arrodillamiento era una forma antigua de respeto que empleaban los súbditos de las primeras monarquías equestrianas con los miembros de la realeza. Consistía en que el súbdito se arrodillaba y besaba el casco delantero izquierdo de los miembros de la Casa Real. En teoría había sido abolido y prohibido por el abuelo materno de Celestia y Luna, quien consideraba que aquel gesto era demasiado exagerado y humillante para quien lo realizaba, a partir de entonces solamente se hacía una simple inclinación como reverencia. Sin embargo Blueblood lo empleaba en privado con sus servidores, y ahora Luna lo empleaba con él. A todo esto hay que añadir que Luna nunca jamás había empleado el arrodillamiento hasta ese momento, lo había oído nombrar históricamente pero nunca lo había usado. Celestia durante su reinado si lo empleo en ocasiones pero muy pocas veces, y todas ellas con criminales. Sin embargo Luna estaba decepcionada y enfadada con su sobrino y se lo quería hacer pagar, le daba igual que Celestia ya no fuese princesa, o que él fuese un príncipe y su propio sobrino. Blueblood había tratado mal a demasiados ponis, y cuando se le dio la oportunidad de enmendarse la rechazó.

Presionado por los soldados Blueblood tuvo que humillarse ante sus tías, especialmente ante Celestia, a quien beso el casco mientras decía perdóname, tia Celestia.

—Bien, Blueblood mi hermana y yo estuvimos hablando anoche, y pensamos que tenias razón cuando dijiste que quitarte tus privilegios no sería una buena imagen ante la prensa. Por ello no lo haremos.

—Menos mal que habéis entrado en razón—respondió el principejo levantándose.

—Aun así serás castigado—expuso Luna.

— ¿Cómo?

Seguidamente Luna le dijo a su sobrino que había hablado con su hermana y entre las dos habían pensado un castigo adecuado para él. Blueblood ingresaría como cadete en el ejército de Equestria, cuyo servicio militar duraba 2 años pero se lo prologarían 5. El entrenamiento militar le proporcionaría disciplina, y le prepararía física y mentalmente para ser un verdadero príncipe. Además conforme a las leyes militares, que predicaban la igualdad e imparcialidad, durante el periodo de adiestramiento al principejo le serían retirados su título, sus privilegios y sus poderes reales; a efectos físicos sería como un plebeyo, porque no se permitían favoritismos con los reclutas. Además iría al cuartel de Appleloosa, uno de los más estrictos.

— ¡¿Queeeé?! Es una broma. Yo no quiero ser cadete, no quiero, no quiero, noooooooooo.

—Llévenselo, señores. Y nada de mimos—ordeno Luna viendo como su sobrino era sacado a rastras mientras pataleaba y chillaba igual que a un niño al cual le hubiese dado una rabieta.

—Bueno… ¿Continuamos desayunando, Cely?—preguntó Luna cuando su sobrino y los militares abandonaron la instancia.

—Ahora que lo dices Blueblood no ha desayunado.

— ¿En serio? Vaya… que lástima.

—Lo del arrodillamiento sobraba. Has estado muy dura con él.

—Sé porque lo dices, es como tu hijo, pero debe aprender a comportarse. Espero que el ejército sepa pulirle, fue idea tuya.

DOS HORAS DESPUÉS EN PONYVILLE

Chrysalis y su esposo se habían reunido en la biblioteca con la unicornio morada. Chrysalis tenía el lomo blanco, crines amarillas y ojos azules; el marido de la reina y a la vez su comandante tenía el lomo rojo vino, con crines naranja y ojos marrones. La poni purpura pudo contemplar por primera vez las cutie marks de ambos changelings. Seguramente las marcas habían aparecido tras ser transformados en equinos. La marca de la reina era un diadema real, la de su marido era curiosamente una probeta de laboratorio; era muy raro ¿Por qué un militar tenía una marca de investigador?

—Señor, esa cutie mark…

— ¿Le sorprende, alteza? Antes de ser militar me dedicaba a la investigación y fabricación de medicinas mágicas. Incluso llegue a desarrollar algunos productos. De hecho el ungüento que a usted le aplicaron en nuestro castillo es una invención mía.

La habitante de Ponyville se acordó entonces de lo que le había dicho Chrissa en el castillo changeling.

«Este producto es un ungüento mágico de mi padre, él no sabe que se lo cogido, normalmente se usa para curar a los oficiales del ejército changeling pero supongo que funcionará igualmente con ponis»

—Y no es su único producto. Aquella poción que te di para curarte las alas, y además te hizo dormir, también es una invención de mi marido—comentó la reina.

—Es sorprenderte—dijo Twilight.

— ¿Por qué? Éramos un amplió ejército, es normal que tuviésemos nuestro propio personal sanitario y demás especialistas—comentó el changeling masculino.

—Por cierto comandante. ¿Cuál es su nombre de pila?

—Asclepio pero casi todos me llaman comandante, a secas.

— ¿Puedo hacerte una pregunta personal, Chrysalis?

—Dime.

—Cuando tu hija estuvo viviendo aquí pude notar que tenía un aspecto algo… peculiar, quiero decir, su cuerno era igual que el de los ponis y no tenía el cuerpo agujereado ¿A qué se debe?

—Sí, es extraño ¿Verdad? Chrissa tenía una apariencia equina. Ella nació así.

—Y hablando de nacimientos ¿Los changelings os reproducís por crisálidas o de forma vivípara?

—En principio todos nosotros somos vivíparos, ya te explique que éramos ponis originalmente, pero al transformarnos en changelings oscuros tuvimos que desarrollar la reproducción por crisálidas para sobrevivir. Es muy efectiva, mediante este método una sola hembra puede producir entre 5-10 crías en menos de dos semanas. Sin embargo Chrissa nació de forma vivípara, porque yo así lo quise, es una princesa y se merecía un nacimiento digno.

—Y otra cosa. Cuando estuve hablando contigo durante aquel desayuno, tú me dijiste que la maldición de los changelings fue lanzada hace 1500, no me cuadran los cálculos. Si fue lanzada poco antes de que Luna fuese exiliada de Equestria, y si ella solo estuvo fuera durante un milenio y regreso hace unos cuatro años…

—Es que la maldición no es tan antigua. Me entenderías mal o quizás no me supe explicar. Hace 1500 años comenzó la historia de mi clan, de los changelings; o al menos los documentos más antiguos que se conocen son de esa época, pero la maldición no es tan antigua; veamos… la maldición se lanzó aproximadamente una semana después de que Luna fuese exiliada a la luna, si ella estuvo fuera 1000 años y regreso hace cuatro pues son 1004 años, no llega porque este último año aun no termina, estamos en otoño.

—Pero entre 1004 y 1500 hay una diferencia de 496 años ¿Qué paso en ese periodo?—interrogó Twilight.

—No soy buena en historia. Supongo que mi raza se iría extendiendo hasta que cayó víctima de la maldición. En cualquier caso ahora ya da lo mismo, la maldición fue rota gracias a ti y a tus amigas. Y nosotros, los changelings ya no podemos transformarnos en ponis, ni reproducirnos por crisálidas, tenemos que hacerlo de forma vivípara; ni tampoco poseemos la juventud eterna.

— ¿Ya no tenéis vuestros poderes?

—Seguimos teniendo magia, pero esas cualidades las adquirimos como consecuencia de la maldición. Ahora que ya no estamos malditos no tenemos esas facultades.

—Salvo en el caso de Chrissa. Hemos comprobado que sigue teniendo intactos sus poderes, salvo la juventud eterna, aunque ella envejece a menor velocidad, vivirá más tiempo que nosotros pero acabará envejeciendo. Sin embargo ella todavía puede convertirse en otros ponis y usar la reproducción por crisálidas, aunque dudo que quiera reproducirse de esa manera—puntualizó Asclepio.

—Pero… ¿Por qué es la única que conserva sus poderes?—preguntó Twilight.

—No lo sabemos, pero hemos hecho pruebas a todos los miembros de nuestra raza y ella es la única que no ha perdido sus poderes—respondió la reina changeling.

Hubo un pequeño silencio después Chrysalis retomo la palabra.

—Hemos venido a verla por lo que hablamos usted y yo sobre Chrissa—comento la líder de los changelings.

—Si ella quiere quedarse conmigo, yo no tengo problema, aunque no creo que quiera separarse de ustedes. Por cierto ¿Dónde está?

—Nos encontramos casualmente con una de sus amigas al venir hacia aquí y se quedo con ella. Era un potrilla amarilla de cabello rojo.

—Esa es Apple Bloom.

EN LA CASA ÁRBOL DE LAS CUTIE MARK CRUSADERS

Se encontraban reunidas Chrissa y las CMC, estas últimas se quedaron asombradas de que su amiga se hubiese convertido en alicornio. Chrissa curiosamente había sido transformada con el mismo aspecto que tenía en Ponyville; lomo azul, crines amarillas y ojos verdes, aunque aun no tenía su cutie mark. La pequeña changeling comenzó a contarles todo lo sucedido; el secuestro de las manes, su fuga, la batalla en Canterlot, el poder y los efectos de los elementos de la armonía, etc. Las niñas no salían de su asombro. ¿Todo eso había sucedido? La batalla salía descrita en la prensa, pero porque no sé había informado del caso del rapto.

— ¿Y por qué Applejack no me ha dicho nada de todo esto? Soy su hermana—se quejo Apple Bloom.

—Seguramente porque Twilight no quería que se supiese demasiado, eso me dijo mi mamá. De modo que guardarme el secreto—comentó la alicornio.

—Entonces ¿Te vas a quedar de nuevo en el pueblo?—intervino Sweetie Belle.

—Eso es lo que quieren mis padres. Dicen que aquí tendré una vida más estable y un mejor colegio.

— ¿Y no estás contenta de volver?

—Por un lado sí porque me gusta estar con vosotras y vivir con Twilight, pero no quiero separarme de papá y mamá.

—Un segundo. Hay algo que no me ha quedado claro. Según esa historia entonces ¿Tú eres una princesa de Changelopolis?—pregunto Sweetie Belle.

—Sí pero digamos que no uso mucho el título—respondió molesta Chrissa.

—Mola. Una alteza real y nosotras sin saberlo—intervino Scotaloo mirando de reojo a su amiga.

—Si me vuelves a llamar "alteza real" te electrocuto el pandero, niña. Espero que toda esta historia no os lie la cabeza. Yo sigo siendo la misma.

—Entonces te llamaré princesita—contestó burlonamente la pegaso naranja.

—Chrissa y punto.

—Princesita, princesita, prince…Heeiii. Bájame—exclamo Scotaloo al verse levitada en el aire—No tiene gracia, bájame en seguida.

—Eso por llamarme por mi nombre.

—Quiero bajar, quiero bajaaar.

Apple Broom y Sweetie Belle no dijeron ni hicieron nada. Se limitaban a mirar la escena entre sus dos amigas.

—Chicas, hacer algo. Decirla a esta loca que me baje.

—Encima me llamas loca—se quejo la alicornio subiendo más a la pegaso pero teniendo mucho cuidado de que no tocase el techo porque entonces podría haberse golpeado la espalda.

Scotaloo miro hacia abajo. Apple Broom le estaba susurrando al oído a Sweetie Belle, la unicornio respondió con otro susurro pero la pegaso no escucho lo que decían, aunque debió ser algo gracioso porque ambas se empezaron a reír. Curiosamente casi a la vez de comenzar aquellas risas Chrissa deposito lentamente a su amiga en el suelo. A continuación la alicornio se partió de risa.

—Solo estaba bromeando. Ja, ja, ja. Tendrías que haberte visto la cara.

—Sí, menudo careto pusiste. "quiero bajar, quiero bajar". Parecías una potrilla bebe. Ji, ji, ji, ji—intervino Apple Broom.

—No ha tenido gracia. Sois unas niñas malas y os burláis de mí—se quejo la pobre pegaso.

—No te enfades, Scot, pero… es que no lo has puesto en bandera. Ja, ja, ja— expuso Sweetie Belle.

Scotaloo se encogió de brazos y miro furiosa a sus tres amigas, quienes no paraban de reírse, pero la risa era contagiosa y pronto la propia pegaso se estaba igualmente riendo.

—Ahora en serio, Chrissa, tú no tienes cutie mark. ¿Te gustaría formalmente ser una CMC?—dijo Apple Broom dejando de reir.

Los adultos changelings dejaron a su hija en Ponyville, al cuidado de la unicornio purpura. Chrysalis le prometió a su hija que la visitarían a menudo.

Al día siguiente era sábado. Twilight le encargo a Chrissa que fuese al mercado a comprar unos productos para hacer la comida, porque Spike estaba ocupado ayudando a los Apple con la granja, y la unicornio había recibido una carta de Luna que quería leer. Chrissa aceptó ir a la compra de buena gana pero a la vuelta se encontró con Diamond Tiara y Silver Spoon.

—Hola, chicas.

— ¿Y tú quien eres?—preguntó Tiara molesta.

—Soy Chrissa.

— ¡No puede ser! Ella es una unicornio y tú…—empezó Silver.

—Yo me he convertido en alicornio, aunque quizás os interese más saber que vuelvo para quedarme durante al menos dos o tres años.

— ¿Queeeé?—exclamaron ambas ponis de tierra a la vez.

—Es mucho tiempo para pasarlo discutiendo, por eso os pido disculpas por el accidente del barro. Le he prometido a Twilight que no volvería a usar mis poderes para agredir a alguien, pero si volvéis a molestarme puede seguir vuestro ejemplo y chivarme a la maestra y a vuestros padres.

—Con o sin alas sigues sin tener tu cutie mark. Eres una perdedora—dijo Tiara.

—Que tengáis un buen día—contestó Chrissa alejándose.

«Bien. Esta vez me he controlado. Ahora no habrá problemas» pensó Chrissa.

Al llegar a la biblioteca la niña se encontró con una nota en la puerta.

Chrissa:

Spike y yo nos hemos tenido que ir al ayuntamiento, porque ha venido a visitarnos Celestia de parte de su hermana. Al parecer mi mentora quiere hablarnos de algunos temas de Estado. Perdona por no esperar a que regresases, todo fue muy rápido. ¿Te acuerdas de la carta que recibí esta mañana? Pues era un aviso de la visita de mi maestra. Luego te explicó todo con más calma. Puedes entrar al interior, la puerta no está cerrada con llave.

Twilight.

MIENTRAS TANTO EN EL AYUNTAMIENTO DE PONYVILLE

La alcaldesa había cedido su propio despacho para que la princesa Twilight se reuniese con el grupo. En realidad podrían haberse juntado todos en la biblioteca, pero la unicornio morada no quiso arriesgarse a reunirse en presencia de Chrissa, porque consideraba que la niña aun era joven para ser testigo de cierto temas.

El despacho medía 12 metros de largo, 10 de ancho y 4 de altura. Tenía la paredes de amarillo claro, el techo era blanco, las ventanas eran grandes y estaban tapadas con cortinas blancas hechas de algodón; había una alfombra veis que cubría casi todo el suelo; y una gran mesa madera con veinte sillas a juego.

El grupo estaba formado por Celestial, Spike, Twilight, sus amigas y Derpy, esta última había sido avisada por Rainbow Dash. La alicornio blanca explicó que venía a verles de parte de su hermana. Luna hubiese querido presentarse en persona pero sus obligaciones reales la mantenían ocupada. La mentora de Twilight le dijo a Derpy que tanto la princesa de la noche como ella misma lamentaban su arresto, y que para impedir futuros malentendidos habían dado su descripción física a las unidades de la guardia del palacio, además Celestia le entrego a la pegaso gris una especie de carnet, que en realidad era un pase, con él podía presentarse directamente ante Luna en el supuesto caso de que tuviese que llevarle alguna otra correspondencia. A continuación la alicornio expuso que había un recurso para recuperar Carrusel. Dado que la compra del local se había hecho con el dinero de la Corona sin contar previamente con la autorización de Luna, quien al ser la princesa regente y jefa de Estado, era la administradora de dichos fondos, la operación mercantil se podía deshacer, en ese caso el antiguo casero recuperaría la propiedad pero tendría que devolver el dinero que recibió por la misma.

— ¿Y bien Rarity? ¿Qué vas a hacer? ¿Vas a denunciar el caso?

—No, duquesa Celestia. No puedo. No podemos hacer eso. Es una locura.

— ¿Qué? ¿Por qué?

—Porque hace poco Spike estuvo preguntando a los vecinos, y se entero de algo muy gordo. El hijo de mi casero, de tan solo diez años, está enfermo de encefalomielitis equina. Su padre vendió Carrusel para trasladar al niño a Manehattan. Devolver ese dinero implicaría no continuar con el tratamiento. La encefalomielitis sino se trata a tiempo puede ser mortal, y aunque no sea mortal puede producir lesiones irreparables. A mí me encantaría recuperar Carrusel pero no lo hare sacrificando a un inocente, eso… eso sería terrible—dijo Rarity mientras dos lágrimas caían de sus ojos.

—Rarity, Luna y yo no sabíamos nada de todo esto, en serio—comentó apenada Celestial viendo que la unicornio se estaba conteniendo las lágrimas.

—Rarity, tranquila. Encontraremos otro modo. Por favor, maestra, tiene que haber otra manera. Tiene que haber otra forma de recuperar el local sin perjudicar a nadie.

—Seguramente la habrá, Twilight, no te preocupes. Me informaré y os mantendré informadas—intervino Celestia antes de salir de la biblioteca, a la salida le esperaba un carro volador. El grupo no se movió de la biblioteca, ni siguiera Twilight quien se mantenía al lado de Rarity.

Rarity se sentía al mismo tiempo satisfecha y furiosa consigo misma. Había tenido la oportunidad de recuperar Carrusel y la había desaprovechado, pero de no hacerlo habría puesto en peligro la salud de un potrillo, además si el antiguo casero recuperaba la propiedad ¿Qué le obligaba a él a volver alquilar el local? ¿Y por qué se lo iba a alquilar de nuevo a ella?

EN EL CUARTEL MILITAR DE APPLELOOSA

Blueblood acababa de llegar y apenas había tenido tiempo para instalarse porque de inmediato lo llamaron para entrenar, el principejo cometió un error al decirle al sargento-instructor que los baños eran raquíticos y muy sucios. El instructor era un unicornio gris, con crines negras, ojos marrón oscuros y una cutie mark en forma de espada.

El grupo se encontraba en un estadio al aire libre. La pista del mismo, en forma de rotonda, tenía una longitud de un kilometro, alrededor de la rotonda había una zona de césped, donde el grupo practicaba sus ejercicios.

En total era 20 cadetes, cinco de los cuales eran yeguas y el resto eran sementales. De los machos 6 eran unicornios, incluido el principejo; otros 4 eran terrestres, y otros 5 eran pegasos. De las hembras, 3 eran pegasos, 1 era una terrestres y la última era una unicornio. Las yeguas y los sementales se hospedaban en diferentes pabellones porque los dormitorios y los baños no podían ser mixtos, pero las prácticas se realizaban en los mismos lugares de entrenamiento. La mayoría de los ejercicios eran comunes para todos; aunque también había pruebas de vuelo para los pegasos, y adiestramiento en magia militar para los unicornios. Las pruebas de fuerza física eran comunes para todo el grupo. De pronto el instructor tomo la palabra.

—Bien, señores. Al parecer los baños son pocos higiénicos según cierto sujeto, de modo que van a pasarte todos ustedes las próximas cinco horas fregando váteres. Por supuesto las chicas en su pabellón y los chicos en el suyo, sabéis que los aseos no pueden ser mixtos. Si a alguien no le gusta el trabajito que se queje al señorito Blueblood.

Todos los reclutas miraron con furia al principejo, cinco horas seguidas fregando suponía incluso quedarse sin el rancho del mediodía.

—Está la vas a pagar, bajeza—le cuchicheo uno de los reclutas.

— ¡Sargento! Este me está amenazando.

— ¿Te he dado permiso para hablar? ¿O es que crees que mereces un trato especial?

—Bueno yo…

— ¡Firmes! ¡Todos a formar!

Todos los soldados se pusieron en formación.

—Que se os mete a todos una cosa en la cabeza. No se quienes sois ni mi importa, pero sí sé lo que sois. Sois un puñado de excrementos que aspira a formar parte del ejército de Equestria. Pues bien, el ejército no hace distinciones, ni favoritismos. Y aquí no hay ninguna diferencia entre uno u otro recluta. Yo no juzgo ni evaluó a nadie por ser noble o plebeyo, semental o yegua, terrestre, pegaso o unicornio; o por adorar a Artemisa u otro Dios, o simplemente ser ateo; ni siguiera me importa si sois heterosexuales, homosexuales u os acostáis con vacas. Para mí todos y cada uno de vosotros sois una pandilla de insignificantes, y lo seguiréis siendo hasta que os graduéis. Y antes de iros a fregar váteres vais hacerme todos treinta flexiones ¡Ahora!

Todo lo que había dicho el oficial era cierto. En el ejército equestriano no se tenían tantos prejuicios; daba el igual el sexo, la raza, el estatus, la religión o las tendencias sexuales de cada. Lo único verdaderamente importante era atenerse a un determinado orden y a una determinada disciplina. Lo que implicaba un cierto sentido del deber, responsabilidad, lealtad, obediencia, etc. Si surgía una emergencia o una misión, el mero hecho de que los soldados fornicasen con perros o con vacas daba igual, pero si se mostraban desobedientes y cometían errores que pusieran en peligro la misión, o la seguridad de la unidad eso eran palabras mayores. Si ese mismo concepto modificado ligeramente lo aplicasen los padres con sus hijos y los profesores con sus alumnos, tanto en Equestria como en el mundo real, habría más gente como las manes de la armonía y menos tipejos como Blueblood.

Todos los reclutas al cabo de pocos minutos habían hecho las 30 flexiones, salvo Blueblood quien solo había logrado hacer 5 y ya no podía más.

— ¿Qué pasa? ¿El señorito se cansa? Aquí no quiero nenas ¿Entendido?

—Pues ya tiene cinco—contestó el principejo mirando a las únicas cinco yeguas de los veinte reclutas.

—Ellas son reclutas y han hecho sus ejercicios como todos. Aquí la única nena es usted.

Blueblood se enfado por el tono de voz del instructor e intento darle una bofetada, pero este le detuvo la pezuña a escasos milímetros de su cara, y después comenzó a retorcerle la pata delantera derecha.

—Aaaaaaah.

—Parece que la nena quiere medirse con su instructor, sin problema.

El oficial soltó de pronto al principejo y todos los demás reclutas se dispersaron formando un círculo. El instructor dijo al príncipe atáqueme, quiero ver lo qué sabe hacer. Blueblood se abalanzó sobre su oponente, pero este último lo esquivo con gran facilidad y con uno de sus cascos traseros le dio una patada en el pompis, que le hizo perder el equilibrio y caer al suelo. El príncipe se volvió y le disparo un rayo aturdidor al instructor, la misma técnica que había usado con Spike en la biblioteca, pero el oficial se protegió con un escudo, y aprovechando que su oponente tenía la guardia baja le dio un sonoro puñetazo por debajo de la barbilla, seguidamente el oficial comenzó a golpear a su oponente a gran velocidad. Todos los reclutas miraron asombrados a su superior ¿Cómo podía reaccionar tan deprisa? Blueblood estaba recibiendo una montonera de puñetazos tanto en el pectoral como en la cara, incluso algunas patadas. Finalmente el principejo se desplomo en el suelo boca abajo sin haber sido capaz de tocar a su oponente. El instructor le cogió de ambos cascos delanteros y comenzó a retorcérselos.

—Aaaaaaaaaaaah

— ¡¿Crees que puedes levantarle la pezuña a un superior?! Pues no. Eso es un delito. Podría hacer que te arresten por ello.

—Suelteme, sueltemeeeeeee.

— ¿Eso es una orden, bajeza? Porque aquí las ordenes las doy yo—contestó el oficial retorciendo las extremidades cada vez con más fuerza—Es usted un mierda, salvo por el escudo ni siguiera he tenido que usar magia para batirme con usted.

—Ah, ah, ah. Suélteme, por favor.

El instructor dio un último tirón y la extremidad derecha de Blueblood crujió antes de que su adversario le soltase.

—Lleven a la nena a la enfermería.

¿Qué sucederá ahora? ¿Qué tal le irá a Blueblood en el ejército? ¿Tratará de vengarse de Twilight y sus amigas?

FIN DEL CAPÍTULO 12


Hola bronies y lectores:

En este capítulo quise seguir insistiendo en el elitismo equestriano y en la carencia de la educación de Equestria.

En este episodio es la primera vez que se menciona el nombre del padre de Chrissa, se llama Asclepio. En la mitología griega este era el nombre del Dios de la curación y de la salud.

Ahora una pregunta para todos ustedes. ¿A cuántos les gustaría que Twilight terminase como princesa? ¿Y a quienes no les gustaría? Contesten en sus rewiens, por favor.

Eso es todo por ahora.

Nos leemos.

Next Chapter: CAPÍTULO 13: ANTES DE LA AUDICIÓN Estimated time remaining: 0 Minutes
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