LA VERDAD SOBRE CELESTIA
Chapter 11: CAPÍTULO 11: DERPY ES ARRESTADA
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DERPY ES ARRESTADA
Tras haberse reconciliado la princesa My Amore Cadenza y Shining Armor regresaron al Imperio de Cristal, eran más de los dos de la madrugada cuando volvieron. Nada más llegar fueron sorprendidos por algunos guardias nocturnos, quienes al ver a ambos príncipes juntos comprendieron que todo había vuelto a la normalidad. Ambos esposos se fueron a su dormitorio, fueron muy sigilosos para no despertar a Celestia ni a los padres de Shining, quienes se habían quedado a pasar la noche. Cadence tampoco quiso despertad a Gea.
A la mañana siguiente fue todo un placer para Armor poder desayunar en compañía de su esposa, sus padres, y la condesa Celestia; y más aun cuando se enteró de que Twilight Velvet, Night Light y la alicornio blanca habían hecho las paces y su hermana lo sabía. Todo el grupo mostraba una gran alegría. Finalmente todo se había arreglado, o eso es lo que todos pensaban en ese momento, porque evidentemente no estaban informados del caso de Blueblood.
«De modo que por fin todo se ha solucionado. Twilight estará radiante, se le ha exigido demasiado últimamente pero ahora que todo se ha normalizado podrá relajarse, y yo también. No volveré a actuar de forma precipitada» pensó Armor.
— ¿En qué piensas, mi amor?—prenguntó Cadence sonriendo a su marido.
—En que me alegra que todo se haya solucionado, y en que tengo una esposa maravillosa—respondió el semental besando a la alicornio, mientras el resto del grupo sonreía.
—Aunque tengo una duda. ¿Gea sabía lo del embarazo?
—Sí, desde el principio. Ella ha sido quien ha estado conmigo durante toda la gestación, y quien me ha acompañado al médico y a los cursillos de preparación del parto; aunque Luna, Chrysalis, Twilight y sus amigas creen que fueron las primeras en enterarse, pero a la que se lo conté todo desde el primer momento fue a Gea. Necesitaba donde apoyarme. Evidentemente todo esto se hizo en secreto.
—Bueno… ha hecho un buen trabajo pero ahora será yo quien este contigo en todo esto.
—Eres de lo que no hay, sobrinita. Me lo tendrías que haber dicho a mí en primer lugar, que soy casi tu madre—se quejo Celestia.
—Lo que está hecho, hecho esta—respondió la princesa riéndose.
EN PONYVILLE
Spike se había levantado muy excitado. Durante la noche Twilight le había hecho un hechizo para dormir, para que descansará hasta el día siguiente, del mismo modo que también se lo hizo a sí misma, de lo contrarío no habría logrado pegar ojo después de lo sucedido con Blueblood. El dragón estaba completamente furioso, y se dedicaba a empaquetar sus cosas para irse a saber dónde.
—Spike, no seas loco. ¿A dónde vas?
—A Canterlot, a entrevistarme con cierto sujeto, y darle una patada donde yo me sé.
—Para, tranquilízate, te lo ruego—dijo la unicornio bloqueando la entrada.
— ¡Apártate de la puerta, Twilight!
La poni hizo brillar su cuerno haciendo que el dragón levitase a una altura de dos metros.
—¡¿Qué haces?! ¡Bájame, bájame!
—Spike, entiendo lo que sientes, pero si actuamos de forma precipitada perjudicaremos aun más a Rarity. La monarquía no tiene potestad sobre la propiedad privada, de modo que Luna no podrá ayudarnos directamente, únicamente podría intentar mediar con su sobrino. Si tú agredes a Blueblood te acusaran de agresión contra un miembro de la Casa Real, es un cargo muy grave, podrías acabar en la cárcel de por vida o desterrado de Equestria. Comprendo que estés furioso pero hay que pensar muy bien lo qué debemos hacer—contestó la poni depositando suavemente a su compañero en el suelo.
—Mierda. Entonces ¿Qué vamos a hacer, Twilight?
—Antes que nada tienes que saber toda la historia, dado que Blueblood te dejo inconsciente.
La unicornio se pone a relatar al dragón el chantaje del principejo mientras tiene un flashback.
— ¿Conoces La Boutique del Carrusel?—me pregutó Blueblood.
—Sí, claro. Es la tienda de mi amiga Rarity—le respondí.
—Corrijo. El local pertenecía a otro poni. Tu amiguita pagaba un alquiler por él, pues bien… el antiguo casero me vendió la propiedad esta mañana. Acabo de echar a esa costurera y a su hermanita a la calle. Al parecer han ido a casa de sus padres—intervino Blueblood.
— ¡¿Queeeé?!—exclamaron a la vez la yegua y el dragón. Este último trato de abalanzarse sobre el principejo, pero Blueblood lo esquivó y luego lanzó un rayo contra el reptil dejándolo inconsciente.
— ¡Spike!—exclamo la unicornio mientras acudía en auxilio de su amigo.
—No temas. Solo está inconsciente.
— ¡Eres un monstruo!—contesto la poni arrodillándose y tomando en brazos a su compañero, el cual se había golpeado contra una de las estanterías de la biblioteca
—Soy generoso. Estoy dispuesto a devolverle la propiedad a Rarity, con una condición, que tú renuncies formalmente a tu título de princesa.
— ¿Qué?
—Si no lo haces tu amiguita se quedará sin su tienda para siempre. Me he estado informando de tus amigas. Podría buscar algún recurso legal para expropiar la granja a Applejack, o la pastelería a Pinkie Pie. ¿Sabes que conozco a varios directivos de la fábrica del clima? ¿Qué te parecería si les recomendasen que despidieran a Rainbow Dash? ¿Y tiene Fluttershy en regla sus permisos municipales para el cuidado de la fauna? Porque si no tiene en regla su papeleo le pueden caer entre tres meses y dos años de prisión.
Aquí termina el flashback.
—Eso fue lo que paso, Spike.
— ¡Santa Artemisa! No es solo Rarity, va a por todas vosotras. Quiere presionarte para que renuncies a tu corona.
—Sí, y si la cosa se pone aun peor tendré que aceptar.
— ¿Qué? No puedes, si haces eso te chantajeará toda la vida. Irá buscando una excusa tras otra.
—Lo sé pero no puedo consentir que nuestras amigas sufran por mi culpa.
— ¿Tu culpa? Tú no has hecho nada, es ese miserable quien lo hace todo.
En ese momento Spike escupió una carta de Celestia.
Querida Twilight.
Le pedí a mi tía que te enviase esta carta.
Solo quería decirte que anoche me reconcilie con tu hermano. Estamos los dos juntos en el Imperio de Cristal, junto con mi tía Celestia y tus padres.
Ya todo está solucionado Twilight, no tienes de qué preocuparte. Concéntrate ahora en tu nombramiento por el Senado.
Un beso y un abrazo de tu cuñada y amiga.
Cadence
EN MANEHATTAN
El antiguo casero de Rarity, un poni terrestre de lomo verde hierva, ojos del mismo color, crines amarillas y una cutie mark en forma de casa, se encontraba en compañía de su esposa, una pegaso de color crema, crines y ojos azul cielo y una cutie mark en forma de pluma de búho. Ambos se encontraban en un pasillo el cual tenía el suelo compuesto por azulejos de mármol, las paredes blancas, al igual que el techo y varias butacas para sentarse. La yegua se acerco al semental.
—Sigues pensando en Rarity ¿Verdad, querido?
—Siento que la traicione.
—No tenías elección. Además no es una traición, tú eras su casero y vendiste la propiedad de forma legal, eso es todo.
—Él me lo dijo. Dijo que en cuanto fuese suya la propiedad la echaría de allí.
—Lo que no entiendo es por qué Blueblood se interesó por Carrusel. Pago incluso más de lo que valía ¿Y todo eso para expulsar a su inquilina? Lo lógico sería que la hubiese continuado alquilando, aunque solo fuese por recuperar parte de lo invertido.
—Creo que iba directamente a por Rarity, querida.
—Pero ¿Por qué?
—No lo sé, pero ahora ella se ha quedado sin casa y sin trabajo al mismo tiempo.
—No tenías elección. Era ella o nuestro hijo. Hiciste lo correcto.
—Tal vez, pero no me siento orgulloso.
EN PONYVILLE
Twilight se había reunido en la biblioteca con todo el grupo para explicarles lo sucedido con Blueblood y Rarity. Esta última ya sabía del chantaje del príncipe porque él mismo se lo dijo al expulsarla de la Boutique. Spike estaba fuera del recinto.
—Rarity, entonces tú…
—Sí, Twilight. Ese miserable me ofreció devolverme el local si te convencía de que abandonases tu corona.
—Hay algo más que tenéis que saber, chicas. Blueblood no va a conformarse con Rarity y conmigo. Me dijo que si no cedía iría a por todas vosotras. Me amenazó con quitaros vuestros trabajos y propiedades. Me da mucha rabia pero voy a ceder ante él. No permitiré que os haga daño.
— ¡No! Ni se te ocurra, Twilight Sparkle. Si cedemos ante ese miserable esta vez nos estará chantajeando y amenazando a todas una y otra y otra vez—comentó Rarity.
—Dulzura, Rarity tiene razón. No podemos ceder—intervino Applejack.
—No vamos a darle el gusto a ese miserable—exclamó Rainbow Dash.
—Además no te dejaremos sola frente a ese tonto—platicó Pinkie Pie.
—Estamos juntas en esto—dijo Fluttershy.
—Chicas, ¿Estáis seguras?
—Sí, Twilight. Somos las mejores amigas y las portadoras de los elementos de la armonía. No nos abandonaremos, pelearemos juntas—intervino Dash y las demás asistieron.
De pronto Spike entró en la biblioteca.
—Twilight, chicas. Tenéis que saber esto. He preguntado a varios de los vecinos y me han dicho que el antiguo casero de Rarity y su esposa han viajado a Manehattan con el dinero de la venta de Carrusel, pero eso no es todo, resulta que el hijo de ambos…
— ¡¿Queeeé?!—exclamaron todas a la vez.
—Apple Bloom me dijo que el chiquillo llevaba más de una semana sin ir a la escuela, pero no pensé…—intervino Applejack.
—Por eso mi casero vendió el local. No me sorprende.
En ese momento llamarón a la puerta, abrió Spike y entro Derpy Hooves. Se trataba de una pegaso de lomo gris claro, crines amarillo claro, ojos bizcos de color miel y una cutie mark en forma de burbujas. Esta poni era la cartera del pueblo, tras saludar a todo el grupo le entrego una carta a Rainbow Dash. La pegaso azulada abrió el sobre y leyó la misiva de su interior. En dicho documento decía que Dash debía presentarse dentro de tres días en el recinto de los Wonderbolts para asistir a la audición. La interesada se emociono, por fin iba a realizar las pruebas, finalmente entraría a formar parte del grupo volador más prestigioso de Equestria, ese había sido siempre su sueño y ahora por fin iba a realizarse. La pegaso miró agradecida a Twilight recordando que fue esta última quien le consiguió la audición aquel día que ambas viajaron juntas a Canterlot para que la unicornio purpura se entrevistase con Celestia. Antes de pasar por el palacio ambas fueron derechas al cuartel general de los Wonderbolts, cuya dirección se encontraba en el remitente del sobre, y allí Twilight se impuso como princesa, cosa que rara vez hacía, y se entrevisto con la capitana de los voladores solicitando una audición para Rainbow Dash, la portadora del elemento de la lealtad. La capitana al principio se mostro desconcertada argumentando que la candidata tenía un tamaño demasiado grande en comparación con el resto de los aspirantes. La unicornio violeta comentó que Dash era del mismo tamaño que cualquier pegaso normal, pero aquel día su cuerpo había sido agrandado temporalmente por un hechizo, siendo del mismo tamaño que Celestia, pero el hechizo solo duraba 24 horas, después la pegaso recuperaría su tamaño normal. Era cierto Twilight había agrandado a su amiga para que esta última la transportase hasta Canterlot, para entrevistarse con Celestia. La capitana de los Wonderbolts estuvo a punto de negarse a admitir a Rainbow pero como aquella unicornio era una princesa real finalmente accedió.
Mientras Dash daba saltos eufórica Spike redactaba la carta de Twilight, pero nada más terminarla la unicornio purpura se la entrego a Derpy, quien se entretenía mirando a la pegaso azul mientras ignoraba lo que la unicornio purpura dictaba al dragón.
—Por favor, Derpy, debes dar esta carta a la princesa Luna, solo a ella—comentó Twilight entregándole la misiva a la pegaso gris.
— ¿Directamente a Luna, Twilight? Sabes que las cartas dirigidas a las princesas se entregan directamente a la guardia, quien las examina por si tienen restos de magia, y luego las pasan a la monarquía.
De pronto todo el grupo se había vuelto a mirar a Twilight y Derpy.
—No, no puedes dársela a nadie más. Tienes que entrevistarte con la princesa. Diles a todos que te envió yo. Diles que te envía la princesa Twilight.
—Está bien. Terminaré de entregar el correo y luego iré a Canterlot.
—Tienes que ir ahora mismo. Es urgente.
— ¿Ahora?
—Ahora mismo.
—Pero el correo…
—Twilight, yo puedo llevar la carta—se ofreció Dash.
—Heiii. ¿Crees que no puedo hacer mi trabajo? Pues voy a entregar la misiva ahora mismo, señorita. Y tú vas a entregar el resto de la correspondencia—intervino Derpy enfadada entregándole la bolsa del correo a la pegaso azul.
— ¿Yo?, pero yo…
Las amigas de la pegaso azul sonrieron maliciosamente.
—Rainbow, te ha tocado.
—Pero, Twilight… yo no soy cartera.
—Bah, dejarla. Rainbow no podría entregar las cartas, se haría un follón con las direcciones. Sería capaz de entregar una misiva para los Cake en pleno ayuntamiento—vaciló Applejack.
— ¿En serio, señorita granjera? Pues me voy a entregar las cartas ahora mismo, y ya verás cómo no comentó un solo error—respondió Dash saliendo de la biblioteca con la correspondencia.
— ¿Lo ven, dulzuras? Dashie es muy fácil de convencer. Basta con picarla un poco—expuso Applejack.
—Que mala eres, cariño—dijo Rarity a Applejack. Esta última le sonrió a su amiga para confusión de la unicornio blanca.
«A veces Applejack da miedo. A saber qué está pensando» pensó Rarity.
—Bueno… ya que Rainbow Dash va a ocuparse de mis cartas, yo llevaré la misiva de Twilight a Canterlot.
—Gracias, Derpy. Recuerda que este mensaje solo es para la princesa Luna, pide una audiencia con ella, y si alguien te pregunta dile que te envía la princesa Twilight—respondió la unicornio purpura.
—Vale, me voy. Adiós a su alteza y a sus damas de compañía—vaciló la pegaso gris marchándose.
—"Su alteza y sus damas de compañía" Que bueno, ja, ja, ja—contesto Spike riéndose y contagiando su risa a sus amigas.
—Dulzura, ¿Por qué no enviaste la carta a Celestia y que ella se la pasase a su hermana?
—Ayer recibí una carta de mis padres, de Celestia y de Cadence. Están todos en el Imperio de Cristal. Y esta mañana recibí una misiva de mi cuñada, se ha reconciliado con mi hermano. Están todos juntos. Si envió la carta directamente a mi maestra ella tendría que viajar hasta Canterlot para entregarla a su hermana. Por eso es mejor que Derpy la lleve directamente, irá más rápido.
—Pero Celestia puede teletransportarse, Twilight—intervino Spike.
—Teletransportarse desde el Imperio de Cristal hasta Canterlot no es tan sencillo, requeriría mucha magia porque es mucha distancia. Celestia podría pero ahora que ella y los otros están tranquilos no quiero molestarles por el momento.
—Heiii. Un momento. Hay algo que no entiendo ¿Qué quiso decir Derpy cuando dijo que las cartas que se envían a la monarquía pasan primero por la guardia real?—interrogo la poni rosa.
—Es obvio, Pinkie. Cualquier criminal podría hechizar la correspondencia enviada a las princesas, por eso siempre se entregan las cartas a los soldados y a los magos estatales para que las revisen previamente—explicó Twilight.
—Pero las cartas de Spike…
—Esas son enviadas directamente a Celestia, pero en este caso ella les hace un hechizo de prueba para asegurarse de su veracidad. Aunque en la práctica muchas veces no lo hace porque confía en él y en mí.
TRES HORA DESPUÉS EN LOS JARDINES DEL PALACIO DE CANTERLOT
Derpy había sido interceptada por varios soldados pegasos, quienes la obligaron a aterrizar en los jardines reales para interrogarla, la mensajera se encontraba rodeada de varios soldados quienes le impedían llegar a la sala del trono. La pegaso les había dicho que llevaba una misiva personal que solo podía entregar a la princesa Luna, y que venía de parte de Twilight pero los militares no la creían. Aquellos guardias estaban un tanto confundidos, sin saber qué hacer y lo peor es que el comandante Armor no se encontraba presente. Si la pegaso gris era realmente una mensajera de la princesa Twilight entonces según el protocolo debían escoltarla a presencia de la princesa Luna, pero ¿Y si mentía? ¿Qué pasaría si se trataba de una criminal que quisiera manifestarse o atentar contra su majestad? Uno de los soldados se acerco a otro militar, que Derpy pensó que era un oficial, y le pregunto ¿Qué hacemos, sargento? Este último no respondió directamente, parecía reflexionar, de pronto se acerco a la mensajera.
— ¿Cuál es su nombre?
—Derpy, Derpy Hooves, señor.
— ¿De dónde es?
—De Ponyville, señor.
— ¿Ponyville? No es una ciudad de pegasos.
—Hay ponis de todo tipo, señor.
—Ya. Usted dice que le envía la princesa Twilight.
—Sí, señor.
—Enséñeme su documentación.
Derpy saco su cartera y le mostro al oficial su D.N.I. El militar miró el carnet y lo devolvió.
« ¿Y ahora que hago yo con esta? Es bien sabido que la princesa Twilight vive en Ponyville, podría ser realmente una enviada suya, pero ¿Cómo saberlo? Será mejor avisar a su majestad y que ella decida» pensó el oficial.
Los soldados comenzaron a rodear a Derpy, quien se estaba comenzando a asustarse, el sargento se le acerco y le dijo que la acompañarían a una sala mientras informaban a su majestad, después se la comunicaría si la princesa le coincidía o no una audiencia. Sin embargo cuando el grupo estaba comenzando a moverse apareció de pronto el príncipe Blueblood; este último preguntó al sargento qué quién era aquella pegaso gris y qué quería, el oficial respondió que la chica afirmaba que venia de Ponyville por encargo de la princesa Twilight y pedía una audiencia con la princesa Luna para entregarla un mensaje privado.
«Vaya… asique ahora esa asquerosa de Twilight envía pueblerinas para chivarse de mí, pero si creé que se lo voy a poner fácil está equivocada» pensó el principejo.
—A ver ese mensaje, dámelo—le ordeno el príncipe a la pegaso.
—No, alteza. Con todos mis respetos prometí que solo entregaría esta carta a la princesa Luna.
—Quítenle la carta—ordenó el principejo a los soldados.
Los militares sujetaron a Derpy y le quitaron a la fuerza la misiva. El sargento miraba la escena cabizbajo, aquel comportamiento no le parecía correcto ni apropiado, pero ¿Qué podía hacer? Era una orden real. No podía enfrentarse a un príncipe de Equestria.
Alteza, todo esto es innecesario. No es preciso que os molestéis por estos asuntos, yo puedo hacerme cargo—intervino el sargento.
Uno de los soldados le paso la correspondencia al príncipe, quien la leyó.
«Twilight y las otras ordinarias quieren jugar duro, vale. Que se preparen» pensó Blueblood.
— ¿Qué significa esto? Esto no son más que patrañas e insultos contra mi tía. Seguro que eres una anarquista—acuso el principejo a la pegaso gris.
—No, se equivoca. Esa carta es de Twilight.
— ¡Mientes! Puede que yo no me lleve bien con Twilight Sparkle, pero ella no es una criminal y nunca escribiría tales insultos contra mi tía Luna—respondió Blueblood quemando la misiva con una rayo que surgió de su cuerno.
—Señor, esa nota era una prueba.
—Lo siento, sargento, estaba furioso y me he dejado llevar. Llévense a esta criminal a la cárcel de yeguas de Canterlot.
— ¡No! ¿Qué hacen? Suélteme, no he hecho nada, suélteme—grito la pegaso gris mientras los soldados se abalanzaban sobre ella y se la llevaban presa.
—Alteza, con todos mis respetos, sin la carta no tenemos pruebas contra esta chica—intervino el sargento.
—De eso ya nos ocuparemos, sargento.
—Sería mejor llevarla a presencia de la princesa Luna y que ella le interrogue.
—Mi tía ya tiene bastantes asuntos de estado que atender, no necesita que nosotros le compliquemos más la vida. Atenla las alas a las espalda, o mejor ya lo haré yo—contestó el principejo tomando una cuerda que le pasó uno de los soldados y atando a Derpy con ella.
El sargento miró a la detenida. Lo de atarla las alas era un procedimiento habitual pero aquella cuerda estaba demasiado apretada, sino se aflojaba un poco dejaría marcas a la detenida.
—Alteza, esa cuerda habría que aflojarla, está demasiado prieta.
— ¿En serio? Pues yo creo que no. Los criminales no se merecen tanto mimo—contestó el principejo haciendo brillar su cuerno y apretando aun más las ataduras.
El sargento no estaba conforme con este arresto pero ¿Qué podía hacer? Era una orden real, no podía enfrentarse al príncipe.
—Alteza, deberíamos al menos informar a la princesa Luna—intervino el militar viendo como aquella pegaso gris era llevada a prisión sin una acusación formal, ni pruebas ni una fiscalía que hablase en su contra. Aquel arrestó, según el militar, era un abuso de autoridad.
—No se preocupe, yo informare a mi tía—contestó el principejo marchándose.
«Por supuesto no pienso informar a nadie de nada» pensó Blueblood.
A Derpy la llevaron hasta un carro donde en la parte de detrás, la de carga, en vez de mercancías había una gran jaula donde encerraron a la prisionera sin desatarla las alas. Después la jaula fue tapada con una lona, y cuatro soldados terrestres comenzaron a arrastra el carro por las calles de Canterlot hasta que llegaron a la cárcel. Allí se bajo a la pegaso del carro y se la introdujo en el recinto, donde la recibió una funcionaria que intercambió algunas palabras con los cuatro soldados que acompañaban a la nueva reclusa, esta estaba cada vez más asustada y sin entender por qué la trataban así. Finalmente la funcionaria le dijo sígueme. Derpy miró a la yegua de la prisión mientras ambas paseaban por un amplio pasillo totalmente blanco donde había varias celdas. Se trataba de una poni terrestre de mediana edad, con el lomo naranja oscuro, crines canosas, ojos marrones y una cutie mark en forma de llavero. Al final las dos llegaron hasta una celda, donde la funcionaria desato las alas a la pegaso. La terrestre miró el lomo y las alas de la nueva reclusa, donde antes estaba la cuerda ahora había rojeces, por lo visto los nudos habían sido hechos con demasiada fuerza y le habían dejado marcas. A continuación Derpy fue introducida en una de las celdas, que tenía el número 57, sin embargo la funcionaria seguía mirando sus rojeces.
— ¿Le duele?
—Un poco.
—Ahora vuelvo.
La terrestre se marcho y regreso al cabo de cinco minutos en compañía de dos guardias pegasos, ambos sementales. Sacaron a la pegaso de la celda y se la llevaron con ellos.
— ¿Adónde me llevan?
— ¡Silencio!—ordeno la funcionaria.
La funcionaria, los guardias, y la detenida retrocedieron por el mismo pasillo en sentido contrario hasta una puerta negra situada en un lateral, la atravesaron y pasaron a otro corredor donde había dos filas de cuatro puertas a cada lado, en la tercera de la izquierda ponía "enfermería". La funcionario llamó y alguien contestó desde el interior adelante. La poni de crines canosas y la pegaso gris entraron dentro, mientras que los dos guardias pegasos se quedaban fuera vigilando.
—Buenos días, señora. ¿Una nueva?
La que había hablado era una unicornio negra, con crines blancas, ojos color miel y una cutie mark en forma de jeringuilla.
—Sí, vengo a que la examines. Tiene algunos roces de cuando la arrestaron.
—Adivino. La ataron las alas con mucha fuerza ¿Verdad? Mentecatos—respondió la unicornio—Túmbense boca abajo en la camilla.
Derpy obedeció y se tumbo.
—Perdonen, pero aun no sé por qué estoy aquí.
—Pues si no lo sabes tú, muchacha, no esperaras que yo lo adivine—respondió la unicornio sonriendo.
—No te hagas la tonta, niña, no lo soporto. Fuiste acusada de posible agresión contra la princesa Luna, aunque es verdad que de momento no hay nada probado—respondió la terrestre.
—No hice nada. Twilight me envió a Canterlot a entregar un mensaje privado a la princesa Luna. Y fui acusada injustamente.
—No te muevas tanto, no puedo examinarte bien… No tienes nada serio, solo unas cuantas marcas.
— ¿Dices que te envió Twilight? ¿Te refieres a Twilight Sparkle? ¿La candidata a ser elegida princesa por el Senado? —interrogo la terrestre.
—Sí.
La poni de tierra se quedo pensativa un instante, después dijo que hablaría con la directora del centro sobre el caso de Derpy. La unicornio aplico una hechizo de curación sobre la pegaso, que hizo que desaparecieran sus rojeces, después la auscultó y peso porque era el procedimiento habitual en estos casos. Seguidamente la detenida fue conducida de nuevo al pasillo de las celdas, donde se la encerró en la 57. La pegaso gris vio alejarse a los dos guardias y a la funcionaria, le preguntó su nombre pero ella no se lo dijo. Al cabo de veinte minutos la poni terrestre regresó pero no venía sola, la acompañaban dos guardias pegasos, pero no eran los mismos de antes, también había una pegaso de lomo azul añil, crines violeta, ojos azul cielo y una cutie mark en forma de mazo. La detenida fue sacada de las celdas y conducida por las otras dos ponis hasta una sala donde lo único que había era una gran mesa metálica y cuatro sillas del mismo material. Las paredes y el techo eran blancas, y una bombilla sin lámpara colgaba del techo. La terrestre, la pegaso azul y la detenida entraron en la sala mientras que los pegasos montaban guardia en la puerta.
— ¿Es usted la señorita, Derpy Hooves?—interrogo la pegaso azul añil.
—Sí, señora.
—Soy la señorita Governess, la directora del centro, normalmente no suelo hablar directamente con las nuevas reclusas pero la señorita Cells, encargada de las celdas, me ha hablado de su caso y me ha llamado la atención.
Derpy miró a la poni terrestre, quien estaba sentado al lado de la directora, de modo que se llamaba Cells, un nombre original para ella, significaba celdas.
—Oiga directora, yo no puedo quedarme aquí mucho tiempo. En tres horas tengo que recoger a mi hija del colegio.
—Eso yo no tengo por qué saberlo, no soy del departamento de menores. Coopere y saldrá de aquí antes, aunque no en tres horas.
—No he hecho nada.
— ¿Usted afirma que fue a Canterlot por encargo de la princesa Twilight?
—Sí, señora.
— ¿Para entregarle una carta personal a la princesa Luna?
—Sí, señora.
— ¿Y dónde está esa carta?
—La rompieron.
— ¿Quién?
—El mismo que ordeno mi arrestó, el príncipe Blueblood.
Ambas funcionarias quedaron impactadas con esta respuesta. Después volvió a hablar la directora.
—Eso es ridículo. ¿Para qué iba el príncipe a romper su misiva y mandar que la arrestaran?
—No lo sé.
«Esta historia parece absurda pero si esta chica es una enviada de una princesa real entonces podría meterme en problemas por retenerla sin pruebas, y encima no hay ningún fiscal que haya hablado en su contra» pensó la directora.
— ¿Hay alguien que pueda confirmar lo que usted ha dicho?
—La princesa Twilight puede confirmar que me entrego la carta. Y en ese momento también estaban presentes sus amigas.
— ¿Qué amigas?
—Las señoritas Rainbow Dash, Pinkie Pie, Applejack, Rarity y Fluttershy.
—Esos nombres me suenan… Un momento… ¿Se refiere a las portadoras de los elementos de la armonía?
—Sí, ¿Las conoce?
—No en persona, pero son famosas entre los grupos de seguridad del Estado. Ellas salvaron Equestria muchas veces. Hare una cosa, enviaré a alguien a Ponyville para que se entreviste con sus supuestas amigas, si ellas confirman lo que dicho podrá marcharse esta tarde. En cuanto a su hija ¿Hay alguien que pueda recogerla en el colegio en su lugar?
—En principio no, yo soy madre soltera, pero tal vez alguno de los aldeanos. En Ponyville los vecinos nos conocemos entre nosotros.
—Eso es todo por ahora. Cells, acompaña a la señorita a su celda, yo mandaré a alguien a Ponyville.
Derpy fue llevada de nuevo a su celda, preguntándose si la directora realmente enviaría alguien al pueblo o solo era una excusa para quitársela de encima. Lo que más le preocupaba era su hija, Dinky Doo, ella ahora estaba en la escuela pero ¿Qué pasaría cuando llegase la hora de salida y no hubiese nadie para recogerla? ¿Y qué le iba a decir? ¿Qué la habían arrestado? Menuda anécdota para una potrilla.
Al cabo de dos horas un soldado pegaso blanco se presento en el ayuntamiento de Ponyville pensando que Twilight se hospedaría allí, pero le dijeron que ella se alojaba en la biblioteca municipal. Lo más fuerte fue la reacción de la alcaldesa al enterarse de la detención de Derpy, esta última envió a varios pegasos en busca de las 6 manes citándolas en la biblioteca, además hizo que preparasen un carruaje volador con capacidad para ocho usuarios y que lo llevasen a la puerta de la casa de Twilight. Seguidamente poco a poco las 6 manes fueron reuniéndose y se juntaron todas junto con el pesaso blanco, quien se identifico como un enviado de la cárcel de yeguas de Canterlot. Spike, la alcaldesa, Twilight y sus amigas se enojaron al saber de la detención de Derpy confirmando su historia. Rainbow no paraba de quejarse de dicho arrestó. La alcaldesa sugirió que las 6 manes y el soldado, quien con todo aquel follón no llego ni a presentarse por lo que nadie supo su nombre, fuesen a la prisión para hablar con la directiva del centro e intentar sacar a Derpy, y los demás accedieron.
—Spike, si no volvemos a tiempo recoge a la hija de Derpy cuando salga del colegio, y si pregunta dile solamente que yo envié a su madre a Canterlot para entregar una carta—intervino la unicornio morada.
—Comprendido.
De modo que las portadoras de los talismanes y el militar subieron a un carruaje arrastrado por seis pegasos soldados. Este último yendo solo y por si mismo había tardado más de dos horas en llegar desde Canterlot a Ponyville pero ahora en aquel transporte, manejado por seis pegasos, solo se tardo 30 minutos en llegar desde el pueblo a la prisión. El vehículo tenía capacidad para ocho ocupantes aunque solo eran siete.
El grupo tuvo que hablar con la directora del centro, confirmando la versión de Derpy. La funcionaria se negó a tutear a Twilight argumentando que ella se atenía a ciertas formas por ser una funcionaria del Estado. Aunque esto no hubiera supuesto un problema para la unicornio purpura, puesto que Rainbow y Fluttershy también lo eran; la primera trabajaba para el departamento del clima, que era una agencia estatal, y la segunda cuidaba la fauna de Ponyville cobrando un sueldo municipal por ello. En cambio Sugar Cube Corner, Sweet Apple Acres y Carrusel eran negocios y propiedades privadas, con la circunstancia de que la boutique ya no existía por culpa de Blueblood.
—Comprenda, alteza, que la historia de la señorita Hooves sonaba un poco extraña, aun así decidí comprobarla. Le aseguro que la reclusa ha recibido un buen trato. Ordenaré que la suelten para que puedan marcharse todas cuando antes—comento la directora a Twilight estando las dos junto con el resto de las manes en el despacho de dirección.
—Gracias por avisarnos, directora.
—Gracias a usted por venir, alteza. Aquí cada historia de las nuevas reclusas resulta más disparatada que la anterior, pero en el deber de las funcionarios del centro comprobar si las nuevas internas dicen la verdad o no, hemos de respetar la presunción de inocencia.
—Comprendo. ¿Qué fue de la carta que yo le entregue a Derpy?
—Según ella el príncipe Blueblood le quito y le rompió la misiva. Y también afirma que fue él quien ordeno su arresto, pero yo no acabo de creérmelo.
—Yo si me lo creó y también creó saber el por qué. Se trata de un asunto personal entre el príncipe, la princesa Luna y yo, un… asunto familiar—respondió Twilight sin querer entrar en detalles.
— ¿Ustedes son parientes?
—Mi hermano es el esposo de la prima de Blueblood.
—En fin… será mejor que se marchen con su amiga.
Rarity se puso a mirar el despacho donde todos se encontraban. El techo era blanco con dibujo de coleteé, las paredes eran del mismo diseño, había amplios ventanales tapados por unas cortinas veis, un gran escritorio donde estaba sentada la directora, detrás de él había una estantería con varios libros, la mayoría de derecho. Rarity se fijo de pronto en que la directora y Twilight eran las únicas que estaban sentadas, a las demás las habían obligado a permanecer de pie.
«Que desconsideración, al menos podrían habernos traído unas sillas, vale que Twilight es una princesa pero las demás también tenemos derecho a sentarnos ¿No?. Cuando antes nos marchemos de este sitio mejor» pensó la unicornio blanca.
EN PONYVILLE
Spike había recogido a Dinky del colegio llevándosela consigo a la biblioteca. La niña era una unicornio de color pálido púrpura, una melena rubia, ojos amarillos parecidos a los de Derpy aunque la menor no era bizca, y una cutie mark con forma de herradura.
— ¿Y dónde se fue mi mamá?
—A Canterlot, Twilight le mando a entregar una correspondía para la princesa Luna.
— ¿Y por qué tarda tanto?
—No sé, supongo que Luna estaría ocupada con asuntos de Estado y la haría esperar. Por eso Twilight me pidió que te fuese a buscar a la escuela, tu madre vendrá luego a recogerte.
— ¿Tienes algo que merendar?
—Tengo algunas galletas ¿Te apetecen?
—Sí.
Durante el viaje de regreso a Ponyville Twilight estuvo cabizbaja, ella era quien había enviado a Derpy a Canterlot, por lo que se sentía responsable de la detención de la pegaso gris. La unicornio violeta se llegó a disculpar dos veces seguidas, a pesar de que tanto Derpy como el resto de las manes insistían en que no era su culpa.
—Por última vez, Twilight. Tú no hiciste nada, yo fui a llevar una carta, es mi deber como cartera.
—Pero yo…
—Tú no tienes culpa, cariño. Blueblood llevo a cabo un abuso de autoridad—la interrumpió Rarity.
—Le dijimos a Spike que recogiese a tu hija en el colegio, ella cree que todavía estas en Canterlot, no sabe nada de la detención. Ahora debe estar en la biblioteca—expuso Applejack.
—No sé qué decir… solo… gracias a todas—intervino Derpy.
El grupo fue directo a la biblioteca para que la pegaso gris recogiese a su hija. Esta última preguntó a su madre por su instancia en el palacio de Canterlot, Spike que estaba de espaldas a Dinky pero de frente a Derpy le guiño un ojo a la madre de la niña, quien comprendió la indirecta.
—Ha sido un rollo. Tuve que esperar horas para poder ver a la princesa Luna.
— ¿Y al final la viste, mamá?
—Sí y la pude entregar la carta. Y al regresar aquí me cruce con Twilight y las otras quienes también venían a la biblioteca. Vámonos a casa, cariño—dijo la pegaso gris cargando a la pequeña sobre su lomo—adiós a todos y gracias a ti Spike por ocuparte de Dinky.
Seguidamente Derpy y su hija se marcharon quedándose en la biblioteca Spike y las 6 manes. Twilight se dejo caer en una butaca.
—Menos mal que la directora de la cárcel nos aviso, podrían haber pasado días sin que supiéramos qué había sido de Derpy. En serio, chicas, tengo que ceder ante Blueblood. Tendré que renunciar a la corona.
—Ni se te ocurra, Cerebrito. Eso ya estaba hablado. Acordamos entre todas hacer frente a ese miserable.
—Pero… Dash, ya has visto que sucio juega. Obligo al casero de Rarity a venderle Carrusel, expulso de allí a Rarity junto con su hermana, y ahora ha sido capaz de mandar que arrestasen a Derpy. Quién sabe cuál será su próxima víctima.
AL ANOCHECER, EN CANTERLOT
Celestia y los padres de Armor y ya había regresado, los dos últimos se fueron a su apartamento mientras que la unicornio blanca se llegó hasta el palacio, allí le dijeron que su hermana se encontraba en la sala del trono, la mentora de Twilight entró en el salón del trono y saludo a Luna quien la recibió alegremente, pero al cabo de unos instantes se presentó el sargento de la guardia diurna. Se notaba que el militar tenía algo que comunicar a su alteza pero no se atrevía en presencia de la duquesa.
—Sargento, lo que tenga que decir puede expresarlo en presencia de mi hermana—intervino Luna.
—Sí, majestad. Veréis…
El militar informó a la princesa de lo sucedido entre el príncipe Blueblood y la pegaso gris porque no se sentía conforme con la detención de esta última.
—Entonces, según su historia mi sobrino ordenó arrestar a esa pegaso.
—Sí, majestad. Aunque, con todos mis respetos, no apruebo tal detención. No tenemos pruebas contra la sospechosa y ningún fiscal se ha manifestado en su contra. Por eso he decidido venir a comunicaros tal suceso.
—Seguramente Blueblood pensó que ella pretendía infiltrarse en el palacio. ¿Dónde está ahora la detenida?
—Fue enviada a la cárcel de yeguas de Canterlot.
—Entiendo. ¿Y la carta?
—El príncipe Blueblood la destruyo accidentalmente en un momento de frustración pero yo la recupere. Aquí esta—respondió el sargento entregándole la misiva—Recogí los restos y las cenizas y les aplique un hechizo de restauración. Este tipo de magia normalmente la empleamos los soldados para el mantenimiento del material militar, lo que no sabía es que funcionase con cartas, pero probé y tuve suerte.
Luna tomo la misiva y la leyó.
—Ha hecho muy bien en informarme y entregarme esta carta. Buen trabajo, sargento.
—Gracias, majestad ¿Puedo haceros una pregunta?
—Hacerla.
— ¿Creéis que realmente esa pegaso era una enviada de la princesa Twilight?
—Sí, esta carta es la prueba de ello.
—Entonces ¿No son una serie de ofensas contra vos? El príncipe la leyó antes de quemarla y dijo…
—Qué se presente mi sobrino ante mí—ordeno Luna interrumpiendo al militar.
—Sí, majestad—respondió el oficial marchándose.
Celestia que no había intervenido durante toda la conversación habló de pronto.
— ¿Puedo leer esa carta?
—Ten, Celestia. Lee.
Estimada princesa Luna:
Me dirijo a usted con el mayor de los respetos. No es mi intención ofenderla a usted ni a su familia. Sin embargo le informó de que su sobrino, el príncipe Blueblood, se ha hecho con la propiedad de la casa de mi amiga Rarity con el único fin de expulsarla del local, cosa que ha hecho. Seguidamente Blueblood me ha chantajeado diciéndome que a menos que yo renunciase a ser princesa, él no devolvía la propiedad a Rarity, incluso ha llegado a amenazarme con hacer daño a todas mis amigas sino cedo ante él.
Soy consciente de la gravedad de estas acusaciones, y también de que estamos hablando de vuestro sobrino. Ojala nada de esto hubiese pasado.
He hablado de este asunto con Rarity y el resto de mis amigas, ellas no están dispuestas a ceder ante el príncipe y yo tampoco.
Un respetuoso saludo
Twilight Sparkle
—No puede ser. Blueblood es como es pero no puedo creer que haya hecho todo eso.
—Yo estoy en el trono ahora y me guste o no debo verificar los hechos, Cely—respondió Luna.
—No seas muy duro con él.
—Deja de tratarle como a un potrillo. Es un semental adulto, tiene edad para responsabilizarse de sus actos. Entiendo que tú le criaste, es como tu hijo, pero yo no pienso mimarle como a un niño.
— ¡Luna!
—Ya oíste las declaraciones del sargento. Si ha cometido una detención ilegal entonces ha abusado de su poder como príncipe.
En esto llamarón a la puerta y luna dio permiso para entrar. Se presentó un soldado diciendo que se había recibido un mensaje de la alcaldesa de Ponyville, según el cual Derpy fue arrestada en el palacio real y conducida a la prisión de yeguas de Canterlot, pero las portadoras de los elementos de la armonía habían viajado a la cárcel para prestar declaración y solicitar la liberación de la detenida. Celestia se llevo un casco a la cara, aquel relato coincidía en muchos aspectos con lo que le acababa de narrar el sargento. Seguidamente vino otro soldado con la misma información, con la única diferencia de que en esta ocasión el remitente resulto ser la directora de la cárcel.
Seguidamente se presentó el príncipe Blueblood en el salón del trono. El principejo se sorprendió bastante de encontrar a sus dos tías juntas.
—Buenas noches, tías. Uno de los soldados me dijo que Luna quería verme.
—Hola, sobrino. Me vas a explicar cierto suceso relacionado con una pegaso y una carta ¿A qué sí?—intervino Luna—Además quiero que hablemos de cierto local llamado Carrusel.
¿Qué sucederá ahora? ¿Cómo reaccionarán Luna y Celestia con lo sucedido con su sobrino? ¿Blueblood será castigado? ¿Rarity recuperada Carrusel? No se pierdan el próximo capítulo.
FIN DEL CAPÍTULO 11
Hola bronies y lectores.
En principio el arresto de Derpy iba a ocupa capítulos, dependiendo de la extensión de los mismos. Sin embargo últimamente estoy ocupado con la preparación de unas oposiciones, por eso estoy apurando un poco los capítulos y resumiendo la historia. Además ahora tengo en mente un nuevo relato sobre Trixie, aunque todavía es solo una idea, ni siguiera he escrito aun el primer episodio.
En este capítulo quise criticar los abusos de autoridad, de ahí la detención de Derpy. Ya sé que esto es un fanfic, pero en el mundo real también a veces se dan casos de abusos de autoridad, y de detenciones injustas.
Derpy es uno de mis personajes favoritos de la serie, me gustaría que tuviese más protagonismo, pero he leído en internet que lo van a quitar de la serie, esto se debe a la polémica que ha generado por tener los ojos bizcos. A pesar de ser uno de mis favoritos decidí usarlo para que fuese detenida, pero como le tengo cariño hice que tuviese una detención suave, por eso no llega a pasar ni 24 horas en prisión y además está la escena de la enfermería para suavizar.
Dinky Doo ha aparecido varias veces en la serie como una potrilla de fondo sin voz. Lo curioso es que se le ha visto en cada ocasión con una cutie mark diferente, en este caso yo escogí una herradura como marca de belleza. Curiosamente Hasbro nunca ha confirmado que Dinky sea hija de Derpy ni tampoco lo ha desmentido, pero muchos fans así lo creen por el gran parecido de ambos.
LA CARCEL
Nunca aparece ninguna cárcel en la serie de MLP pero es de suponer que alguna habría en Equestria, algún criminal habrá por ahí. El personal de la prisión no pertenece a Hasbro, son personajes diseñados por mí.
LOS SOLDADOS DE LA GUARDIA DIURNA DEL PALACIO
Los soldados que arrestan a Derpy no tienen descripción física, esto se debe a que ya demasiados personajes y diseños distintos en el fanfic.
¿RAINBOW DASH Y FLUTTERSHY SON FUNCIONARIAS?
Quizás. Oficialmente no se sabe si la agencia del control del clima y el cuidado de la fauna son trabajos municipales. Hasbro no ha especificado nada al respecto.
Eso es todo por ahora.
Dejen por favor sus rewiens.
Un saludo.
Nos leemos.