LA VERDAD SOBRE CELESTIA
Chapter 10: CAPÍTULO 10: AFECTO Y SUFRIMIENTO 3ª PT
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AFECTO, SUFRIMIENTO Y POLÍTICA. 3ª PARTE.
La princesa Cadence se encontraba comiendo con sus suegros y su tía. Era agradable ver que Celestia y los padres de Armor se habían reconciliado. Mientras tanto Gea se encontraba en su habitación cuando entró una criada a verla. Era una pegaso color crema, con crines marrones, ojos azul claro y una cutie mark en forma de abanico. Su nombre era Blab. Gea por su parte también era una pegaso; de color mostaza, con crines naranja claro, ojos marrones y sin cutie mark.
—Hei. Gea, cuéntame. Tú sabes lo que realmente esta pasando. ¿A qué sí?
— ¿Perdón?
—Oh, vamos. Tú estás muy cerca de la señora. Seguro que sabes si ella tiene un amante como se rumorea, o si por el contrario es el príncipe Armor quien tiene una aventura.
—Mira que eres cotilla.
—Vengaaa, no te hagas de rogar. Cuéntame.
—No hay nada que contar.
—Es decir, que sabes algo.
—No, no sé nada. La señora es muy reservada pero yo confió en los príncipes, y no creó que ellos se engañen el uno al otro.
— ¿De verdad no sabes nada?
—Te lo prometo.
—Bueno… será mejor que me vaya. Adiós.
—Adiós.
En realidad Gea sabía muchas cosas. Cadence le había contado cómo se conocieron ella y su marido, además le había enseñado las cartas que le habían escrito Luna y Celestia. La doncella sabía mucho, pero no tenía intención de ser una chismosa; ella era de la honesta aptitud de ver, oír y callar. La princesa confiaba en ella por eso la hacía su confidente. ¿Cómo iba a traicionar esa confianza? Aquella doncella se sentía en deuda con la princesa de cristal; esta última la había rescatado cuando aquel tendero la maltrato, la había curado y cuidado, la había conseguido un trabajo y un estilo de vida estables, y finalmente la había defendido de que Chrysalis la llevase a juicio por haberla robado en el pasado. Gea se sentía profundamente agradecida con la princesa de cristal, y no pensaba decepcionarla traicionando su confianza, si Blab y los otros criados del palacio eran unos cotillas malpensados peor para ellos, ella no les seguiría el juego.
EN CHANGELOPOLIS
Chrissa se encontraba en su habitación del palacio de la ciudad-estado, practicando sus habilidades transformistas. Lo curioso es que tras haber sido liberados de la maldición todos los changelings habían perdido su capacidad de convertirse en otros ponis, menos la niña, ella mantenía todos sus poderes intactos. Nadie sabía el por qué de esta circunstancia, aunque algunos decían que era debido a que la pequeña no fue purificada por los elementos de la armonía, sino que se libro de la maldición por meritos propios, los más religiosos decían que simplemente era la voluntad de Artemisa. De ser lo segundo difícilmente podría corroborarse. A todo esto hay que decir que antes Chrissa podía transformarse en poni terrestre, en pegaso o en unicornio, pero no lograba convertirse en alicornio, ahora había logrado esta cuarta transformación.
« ¡Bien! Ya puedo convertirme en alicornio, claro que ya soy una alicornio pero cambiar de un cuerpo terrestre a uno alicornio casi instantáneamente es todo un logro» pensó la niña.
En esto entró la madre de la niña.
—Cariño.
—Sí, mamá.
—Hemos retrasado tu vuelta a Ponyville porque las princesas de Equestria tienen sus propios problemas, pero ya no tardarás mucho en volver.
—Me gusta vivir con papá y contigo. Ahora nos llevamos bien.
—A mí también me gusta que estemos juntos, pero allí tendrás un estilo de vida mejor y más estable. Además allí tienes amigas de tu edad.
EN CANTERLOT
Luna se había reunido en la sala del trono con dos embajadores procedentes de Saddle Arabia. Estos representantes parecieron sentirse decepcionados cuando se enteraron de que la princesa Celestia había abandonado el trono. Al menos había sido nombrada duquesa, eso ya era algo. Los títulos nobiliarios tanto en Equestria como en Saddle Arabia eran seis en total, los cuales por orden descendente de importancia eran: príncipe/princesa, duque, marqués, conde, vizconde y barón. Resultaba decepcionante que la antigua princesa del sol ya no ostentase el poder. Los embajadores por un lado estaban decepcionados y por otro confundidos, no estaban acostumbrados a tratar con nadie que no fuese Celestia, a Luna apenas la conocían, pero supieron interponer sus obligaciones frente a sus dudas. Estos enviados explicaron que era intención de sus gobernantes crear una nueva línea de tren de mercancías que comunicase la capital de Saddle Arabia con Canterlot, las obras comenzarían en su país dentro de quince días, y se calculaba que en un año y medio la vía del tren entraría en territorios equestrianos, ambos esperaban la aprobación de la princesa y su aportación en bits para el proyecto. Luna respondió que tenían su permiso para la construcción del tren, pero con respecto al dinero no era tan fácil porque Equestria ya estaba destinando recursos para otros fines, especialmente para la reconstrucción de Changelopolis, de modo que si los equestrianos contribuían económicamente con el proyecto del tren esta aportación sería mínima e insuficiente, aun así Luna les recomendó que apelasen a la asociación de grandes empresarios de Equestria, a ellos les podría interesar que se facilitasen las relaciones y el transporte de mercancías entre ambos países, por tanto tal vez aportasen dinero para la causa, y en ese caso aquel dinero sería privado no público. Los embajadores se marcharon decepcionados y enfadados al saber que Luna no contribuiría a su causa, ambos salieron de la sala del trono dejando sola a la princesa.
«Que agotador. Y pensar que esta ha sido la sexto de las reuniones de hoy… ¿Cómo lo haría mi hermana? Debería estar con ella en el Imperio de Cristal, pero ahora no puedo ausentarme» pensó Luna.
EN EL IMPERIO DE CRISTAL
Cadence y los demás habían terminado de cenar y habían vuelto a la sala de cristal donde antes se habían reunido. De pronto la princesa tuvo una duda.
—Hay algo que me intriga. ¿Os habéis encontrado aquí por casualidad?— pregunto su alteza a Celestia y los padres de Twilight.
—Pues sí. Antes de venir aquí Luna me dijo que no tenías pendiente ninguna visita hoy—aclaró la alicornio blanca.
—No puede ser, porque eso mismo fue lo que nos dijo a mi esposo y a mí antes de que viniésemos aquí—intervino Velvet.
Todos se miraron confundidos entre ellos unos segundos hasta que por fin comprendieron lo sucedido. Luna había planeado aquel encuentro, seguramente con la intención de que su sobrina, que era la princesa del amor, reconciliasen Night Light y Twilight Velvet con Celestia.
«Pobre hermana. Desde que recibió mi corona ha tenido que cargar con la responsabilidad del país y de nuestra familia al mismo tiempo. Incluso, en algunos aspectos, se ha ocupado de las portadoras de los elementos de la armonía, especialmente de Twilight. Nunca pensé que Luna pudiese soportar tanta responsabilidad, ni que tuviese tales dotes de mando. Ahora entiendo porque mi padre quiso dejarla el trono» pensó Celestia.
— ¿Os quedaís a dormir? Hay habitaciones de sobra—comentó Cadence.
—Yo sí, sobrina.
—Nosotros dos no, no queremos abusar de ti—intervino Velvet.
—No es ningún abuso, preferiría que os quedaseis. Además es muy tarde para volver a Canterlot.
—De acuerdo nos quedamos, aunque con lo que ronca mi esposo se despertará medio palacio—contestó la madre de Twilight riéndose de su marido.
— ¡Velvet!—protestó Night.
—Lo siento, cariño. No me he podido contener.
Las tres yeguas se partieron de risa, e incluso contagiaron sus risotadas a Night Light. Al final los cuatro acabaron riéndose.
AL ANOCHECER EN LA BIBLIOTECA DE PONYVILLE
Ya se habían marchado las amigas de Twilight, Fancy Pants y Fleur de Lis. Spike se encontraba preparando la cena cuando su fuego de tragón hizo aparecer una carta de Celestia. El dragoncito llevó la misiva a Twilight, quien la leyó de inmediato.
Querida Twilight:
Recibí tu última carta. Me emociono que aun pienses en mí como tu mentora.
Te gustará saber que me encuentro en el Imperio de Cristal con Cadence y tus padres. Mi sobrina ha conseguido que ellos me perdonasen y nos hemos reconciliado.
Luna me contó que te encontró muy afectada cuando te mando de vuelta a Ponyville, yo también lo note cuando estuve hablando contigo aquella noche. Espero que te mejores ahora que te has sincerado y has expresado tus sentimientos.
No te dejes nunca dominar por tus inseguridades ni otras emociones negativas, Twilight, ese fue mi gran error. Me deje dominar por mis tinieblas y ya sabes los resultados. Confió en que tú seas más inteligente que yo y nunca cometas mis mismos errores u otros similares.
A partir de aquí la letra del padre de Twilight.
Ahora soy yo, tu padre, quien te escribe.
Tu madre y yo estamos muy orgullosos de ti, Twilight. Todos lo están pero debes aprender a tener más seguridad en la gente que te quiere. No quieras hacerlo todo tú sola, no olvides nunca que tienes una familia y unos amigos dispuestos a ayudarte.
A continuación la letra era de la madre de Twilight.
No queda mucho más que decir. El pesado de tu padre y Celestia me roban protagonismo. Je, je. Que sepas que Cadence se va a reunir con tu hermano para hablar con él y tratar de que ambos se reconcilien, lo harán fuera del Imperio de Cristal por deseo de ella.
La siguiente escritura era de Cadence.
Twilight, como dice tu madre me citaré con Shining para tratar de arreglar las cosas. No te diré el lugar de la cita, ya te lo contará él. Qué sepas que tus padres, mi tía y yo hemos pasado un buen día todos juntos. Al principio el ambiente fue un poco tenso, pero después de que Celestia se reconciliase con tus padres todo se relajo.
Un beso y un abrazo de tu familia.
Night Light
Twilight Velvet
Celestia
Cadence
El rostro de la poni morada se ilumino al leer esta misiva, ni siguiera se fijo en la particularidad de las firmas. Según el protocolo los nombres de los firmantes deberían haber sido ordenados por orden alfabético, en cuyo caso irían así: Cadence, Celestia, Night Light y Twilight Velvet. Otra posible forma de ordenación era por jerarquía aristocrática; en cuyo caso iría primero el nombre de Cadence, por ser ella una princesa; después el de Celestia, por ser una duquesa y finalmente los nombres de los padres de Twilight, que eran plebeyos. Sin embargo se había invertido el orden de la jerarquía aristocrática, los nombres de los padres de Twilight habían sido escritos en primer lugar, después el de Celestia y por último el de Cadence. ¿Por qué se había hecho así? Lo más probable es que los autores hubiesen firmado indisciplinadamente, sin atenerse a protocolos ni formas aristocráticas. Aquella carta no era un documento oficial, ni iba dirigida a ningún organismo público o privado, era una misiva personal escrita en plan familiar.
—Twilight, son buenas noticias ¿Verdad?
—Sí, Spike. Las mejores. Mis padres han perdonado a Celestia y ambos bandos han hecho las paces. Al parecer Cadence hizo de mediadora, es una poni increíble. Además mi cuñada se va ha citar con mi hermano para hablar con él.
—Me alegro mucho por ti y por tus padres, en serio.
—Gracias, Spike. Sé que eres sincero—dijo la poni abrazando al dragón.
De pronto llamaron a la puerta.
— ¿Quién será a estas horas? Son más de las diez de la noche—se quejo el dragón yendo abrir.
Twilight se quedo asombrada y al mismo tiempo asustada cuando vio entrar a aquel visitante.
— ¡Blueblood! ¿Qué haces aquí?
— ¿Sorprendida? Bueno… yo también lo estoy. No suelo hacer esto ¿Sabes? No suelo rebajarme a viajar en mitad de la noche a un pueblucho de mala muerte, donde solo hay aldeanos rústicos y ordinarios, pero ya sabes lo que dicen, quien algo quiere algo le cuesta.
—No sé qué quieres pero vete de aquí ahora mismo.
— ¿Esas son formas de recibirme? A fin de cuentas somos parientes, sobretodo porque la tonta de mi prima se caso con tu hermano. Solo he venido a darte una noticia.
— ¿Una noticia?
— ¿Conoces La Boutique del Carrusel?
—Sí, claro. Es la tienda de mi amiga Rarity.
—Corrijo. El local pertenecía a otro poni. Tu amiguita pagaba un alquiler por él, pues bien… el antiguo casero me vendió la propiedad esta mañana. Acabo de echar a esa costurera y a su hermanita a la calle. Al parecer han ido a casa de sus padres.
— ¡¿Queeeé?!—exclamaron a la vez la yegua y el dragón. Este último trato de abalanzarse sobre el principejo, pero Blueblood lo esquivó y luego lanzó un rayo contra el reptil dejándolo inconsciente.
— ¡Spike!—exclamo la unicornio mientras acudía en auxilio de su amigo.
—No temas. Solo está inconsciente.
— ¡Eres un monstruo!—contesto la poni arrodillándose y tomando en brazos a su compañero, el cual se había golpeado contra una de las estanterías de la biblioteca
—Soy generoso. Estoy dispuesto a devolverle la propiedad a Rarity, con una condición, que tú renuncies formalmente a tu título de princesa.
— ¿Qué?
—Si no lo haces tu amiguita se quedará sin su tienda para siempre. Me he estado informando de tus amigas. Podría buscar algún recurso legal para expropiar la granja a Applejack, o la pastelería a Pinkie Pie. ¿Sabes que conozco a varios directivos de la fábrica del clima? ¿Qué te parecería si les recomendasen que despidieran a Rainbow Dash? ¿Y tiene Fluttershy en regla sus permisos municipales para el cuidado de la fauna? Porque si no tiene en regla su papeleo le pueden caer entre tres meses y dos años de prisión.
Mucha gente puede sufrir por tu culpa, por tu cabezonería. Elije plebeya, tus amigas o tu título.
Twilight seguía en el suelo mirando al pobre Spike quien seguía inconsciente, pero no parecía estar gravemente herido, se repondría. Sin embargo sabía que ahora Blueblood la tenía a su merced. Si no aceptaba su sucio chantaje haría sufrir a Rarity y luego al resto de sus amigas, pero si aceptaba ¿Qué garantía había de que el príncipe devolviese realmente La Boutique del Carrusel? ¿Cómo sabía que no la estaría chantajeando toda la vida, de un modo u otro y por diversos motivos?
—Lo dicho, pueblerina. Si no renuncias a ser princesa Rarity se quedará sin Carrusel para siempre, y luego iré a por el resto de tus amiguitas. Adiós—intervino el principejo desapareciéndose del local.
Twilight acostó a Spike que seguía inconsciente y salió precitadamente hacía la casa de los padres de Rarity, al llegar vio luz en las ventanas por una de ellas pudo ver a su amiga llorando y hablando con su madre en una sala de estar, posiblemente su padre y su hermanita estuviesen con ellas pero desde la ventana la vista era reducida, porque había unas cortinas medio echadas que tapaban gran parte de la visibilidad, aunque tanto mejor, de esa forma la unicornio también quedaba disimulada. La unicornio morada uso un hechizo de audición para espiar la escena.
— ¿Cómo ha podido pasar esto, mamá? Ese local era mi casa, mi negocio, mi sueño. Ya no tengo nada.
—Tranquilízate, cariño. Ese príncipe indigno no se saldrá con la suya. Apelaremos a la princesa Luna o a los tribunales—le respondió su madre haciendo un autentico esfuerzo para mantener la calma.
De pronto se oyeron pasos entrando en el salón.
—He conseguido dormir a Sweetie Belle—comentó el padre de Rarity.
Twilight ya no quiso oír más. Se sintió tentada de llamar y entrar pero prefirió esperar. Era mejor que su amiga permaneciese a solas con sus padres, al menos hasta el día siguiente. Por la mañana habría tiempo de buscar una solución.
A MEDIANOCHE EN LOS JARDINES DEL PALACIO REAL DE CANTERLOT
Un unicornio esperaba en ese momento la cita con su amada, a quien el mismo había tratado injustamente por pecar de desconfiado. De pronto de unos arbustos apareció una alicornio
—Hola, Shining—saludo la alicornio.
— ¡Cadence! Cadence, por favor, perdóname. Yo me equivoque, malinterprete las cosas…
— Shining, no entiendes nada. Yo te quiero, te quiero muchísimo pero si no hay confianza entre nosotros… si no confías en mí entonces…
—Si confió en ti. Te confiaría mi vida. Perdona si últimamente he sido un tonto.
— ¿Cómo sabemos que esto que nos ha pasado no nos volverá a ocurrir?—intervino la princesa.
—Nos aseguraremos de que no vuelva a pasar. Yo por mi parte prometo ser más juicioso a partir de ahora, no volveré a ofenderte—contestó Armor.
Durante unos segundos ninguno de los dos dijo nada luego volvió a hablar el príncipe.
—Mira la luna. ¿Recuerdas que fue aquí, en una noche de luna llena, donde me declaré?
—Sí, lo recuerdo. Estabas algo nervioso pero te arrodillaste medio templando, y me pediste la pezuña mientras me colocabas un brazalete en el casco delantero derecho—contestó la princesa riéndose.
— ¿Un brazalete como este?—dijo el semental sacando de la nada un estuche que contenía un brazalete de oro con las iniciales de su amada.
— ¿De dónde lo has sacado?
—Es una reproducción de tu brazalete original, yo mismo lo mande hacer después de que Luna me explicase las cosas—contesto Armor arrodillándose.
— ¡¿Qué haces?!
—Princesa Cadence. ¿Me harías el honor de perdonar a un tonto? ¿Me harías el honor de seguir siendo mi esposa? ¿Y de dejarme ser el padre de nuestro futuro hijo?
Cadence miró asombrada a su marido. No sé esperaba esto de él, no se imaginaba que Armor estuviese dispuesto a disculparse recreando la escena de cuando se le declaro. La yegua miró al semental que seguía arrodillado sin moverse. De pronto la princesa de cristal también se arrodillo para estar a la misma altura que él y lo abrazo.
—Sí, ¡Sí! ¡Siiiiiií! Quiero que estemos juntos, quiero que criemos a nuestro hijo los dos. Nunca debí negarte la entrada en el Imperio de Cristal, perdóname.
—Tú eres la que me debe perdonar. Ha sido culpa mía—respondió el semental que seguía abrazado a su esposa.
—Te he echado de menos, Shining.
—Yo a ti también, mi princesa, mi amor.
Ambos se fundieron en un apasionado beso, después poco a poco empezaron a tocarse. Al final sin apenas darse cuenta los dos acabaron apareándose como pareja en pleno jardín. Sin embargo no llegaron a la penetración, porque en Equestria se pensaba que era muy peligroso que una yegua fuese penetrada en pleno embarazo, porque podía ser peligroso para el vientre y por tanto se corría el riesgo de aborto.
¿Qué sucederá ahora? ¿Qué será de Rarity ahora que no tiene La Boutique del Carrusel? ¿Cómo reaccionaran Luna y Celestia ante la aptitud de su sobrino? ¿Cederá Twilight al chantaje de Blueblood?
FIN DEL CAPÍTULO 10
Hola bronies y lectores.
¿Qué les pareció el capítulo?
Al principio este capítulo 10 iba a estar unido al 9, pero como el episodio noveno era demasiado extenso decidí dividirlo. En estos dos capítulos quise crear un contraste entre Fancy Pants y Fleur de Lis y el príncipe Blueblood. Mientras que los dos primeros se muestran amigables con los habitantes de Ponyville, el principejo continúa tocando las narices. Además aproveche el personaje de Fleur para criticar a la prensa rosa, que en mi modesta opinión, es lo más bajo de todo el periodismo. Los periodistas serios se dedican a investigaciones y reportajes. De todos modos mis opiniones personales no tienen que coincidir con las de los demás, a quien le guste leer prensa rosa está en su perfecto derecho y lo respeto.
En principio Chrissa no iba a aparecer en este capítulo, y de hecho no aporta gran cosa en él; pero según sus reviews parece ser que algunos lectores echaban de menos a la niña, por eso la metí.
Eso es todo por ahora.
Dejen, por favor, sus reviews.
Nos leemos.