Slenderpony
Chapter 5
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Las ponies estaban a merced del miedo. Estaban solas, en medio del bosque, y Scootaloo había desaparecido quien sabe por que razón. Era de noche, los animales salvajes rugían entre las arboladas, unos ruidos extraños empezaron a sonar desde que encontraron esa maldita nota. Para colmo, había niebla, así que su vista era reducida.
Y esa extraña sensación de que las estaban observando. No, no era una noche muy agradable. De hecho era la peor de todas. Pero solo estaba comenzando.
-¿Por qué no debemos mirar? ¿Qué nos va a llevar? ¿A dónde? ¿Para qué? ¿Dónde esta Scootaloo?-interrogó Sweetie Belle a su compañera.
-Shhh, no alces la voz. Es muy probable que algún pony nos este siguiendo. Actúa normal y toma la página- respondió Applebloom tratando de tranquilizarla.
-¿Pero qué pasara con Scootaloo?-preguntó un poco más calmada.
-Seguramente nos esté jugando una broma. Debió haber gritado para asustarnos y luego se escondió entre los árboles. Aparecerá cuando se canse.
-Si tú lo dices-suspiró la pony antes de tomar la hoja con su boca y ponerla en la bolsa.
Los tambores resonaron otra vez, pero esta vez parecían más agudos, como si también estuviera sonando un órgano. Las niñas sintieron un escalofrió en sus espaldas. Algo o alguien estaban detrás de ellas, pero no iban a darse vuelta, aunque no hubiera nadie. La joven unicornio rodeó el silo cuidadosamente. A pesar de la bruma pudo ver algo a pocos pasos de donde estaba.
-¡Applebloom!-llamó-¡Creo que veo algo! ¡Trae la linterna!
Applebloom obedeció e ilumino lo que Sweetie Belle estaba observando. ¿Acaso era una carreta? Con pasó lento, pero seguro se acercaron al vehículo.
Un carro de metal viejo y oxidado, con una rueda rota y algunas magulladuras marcaba el posible lugar para encontrar la 4º página. Junto a este había una choza de lámina, oxidada también, pero pintada de amarillo y azul. La pintura estaba saltada y en una esquina alguien había escrito "Pon3" con aerosol. Las puertas estaban trabadas con barras de metal y la única ventana tenía las cortinas plegadas.
Conclusión: era imposible saber que había dentro de la choza. Pero lo importante estaba fuera de esta. En el lado izquierdo, la cuarta nota se asomaba tímidamente.
-Ahí effta-dijo la pony con la linterna entre los dientes.
Ambas se acercaron. El pony sin rostro otra vez, pero ahora estaba rodeado de No.
-No no no no no….
-Exacto, esto NO me gusta nada-dijo Applebloom.
Sweetie Belle estaba a punto de agarrar la nota cuando su amiga la detuvo.
-¡Espera! Miremos el mapa antes de agarrarla.
-¿Y para qué?-preguntó confundida.
-Ahorraremos tiempo. No me gusta quedarme quieta mucho tiempo en este bosque.
La unicornio saco el mapa y trató de buscar una X cercana a la que no hayan ido antes. La más próxima a ellas estaba más lejos de lo que le hubiera gustado. Levanto la pezuña para señalar, pero daba la impresión de que estaba señalando la pared de la choza.
-Eh Sweetie Belle, esa es la choza.
-Lo se, pero la siguiente página esta directo por aquí.
-Ok
Applebloom tomó la hoja y la depositó en el bolso. Luego tomó la linterna, cual esta perdiendo batería por haberla usado tanto tiempo. Las ponies flanquearon la choza y la carreta oxidadas y siguieron adelante.
Los ruidos continuaron, aún más fuertes. La niebla se volvió más espesa y empezaba a formar movimientos en la lejanía. Las bestias campestres ejercían sus típicos aullidos y los grillos cesaban su canto. La luna estaba llena esa noche, pero no presentaba su brillo habitual. Parecía opaca y polvorienta, como un espejo olvidado.
-Applebloom…-dijo Sweetie Belle llamando la atención de esta.
-¿Quég sufgede?
-¿Qué le habrá pasado a Scoot?
-Nof te preggcupeff. De seggurof effta gguscandof su scocguer.
-Eso espero.
-Nogg befo la hggora de lleggarff a casgga.
Para su sorpresa, la luz de la linterna parpadeo para luego quedar totalmente apagada. Las ponies se detuvieron en medio del camino.
-Pues ahora no veo nada de nada-ironizó Sweetie Belle.
-Deben ser las baterías-contestó Applebloom, golpeando el receptáculo de estas-se agotaron.
-Creo que tenemos otra en el bolso.
La potrilla abrió la bolsa y tanteó para encontrar una linterna nueva. Para suerte de ambas, todavía tenían dos con baterías cargadas, en caso de que las necesiten. Applebloom agarró una y la prendió. El bosque era igual de aterrador con o sin luz. Entablaron viaje nuevamente. No sabían a que altura del camino estaban, pero debían estar cerca, pues podían ver el reflejo de la linterna sobre algo.
Para adelantar un poco comenzaron a correr. Mala idea. Al llegar al sitio terminaron tan agitadas que comenzaron a jadear. Deberían haber guardado mejor su aliento.
-¿Qué, uf, es, ahh, esto?-pregunto Sweetie Belle agotada.
Seis tanques de gas abandonados, posicionados en fila, bloqueaban el paso. Dos de ellos estaban en posición horizontal y cuatro en vertical. Todos estaban pintados de la misma manera, pintura amarilla mostaza y una línea roja horizontal. Ninguno se había salvado del oxido que los años de abandono proporcionaban.
-Investiguemof-propuso Applebloom.