Buscando al Kirin
Chapter 3: Un dia en Canterlot
Previous Chapter Next ChapterLos cálidos rayos del sol despertaron a Rarity que bostezó y abrió lentamente sus ojos, se encontraba en la carpa que habia sido acondicionada para ella y su esposo en el jardín personal de la princesa Celestia. Spike la cubría con una de sus alas como era su costumbre cuando se sentía particularmente romántico o protector.
La unicornio suspiró y se estiró mientras miraba a su esposo, el dragón bostezó dejando escapar una pequeña llama verde con una nube de humo. Rarity se deslizó fuera del cobijo protector y se estiró un poco más, se acerco a Spike.
"Querido, ya es hora de levantarse."
Spike bostezó una vez más, produciendo una llama aun más grande y se levanto extendiendo sus alas. Rarity se movió hacia un lado.
"Cuidado con eso, no quiero que nos tires esto encima."
Spike miró con aire distraído alrededor mientras se rascaba todo el cuerpo. Tomó aire y lanzó una nube de cenizas de su nariz, repitió el movimiento lanzando cada vez menos cenizas hasta que de sus dos fosas salieron sendas llamas, su esposa lo miró molesta.
"¿Por qué haces eso?, acabas de llenar todo de cenizas."
"Se nota que nunca has tenido la nariz y las vías respiratorias llenas de hollín, es muy molesto y me da comezón"
Rarity bufo y se acercó a una enorme tina muy adornada llena de agua, metió tentativamente la punta de una pezuña y la retiró rápidamente.
"Spike, ¿podrías por favor?"
El dragón se acercó a la tina y tomó aire por la boca.
"¡Espera!, así no, la vas a dañar. Hazlo de la otra forma"
Spike refunfuño y metió un dedo en el agua mientras apoyaba la cabeza en su otra garra y adquiría una expresión aburrida. Después de unos minutos un ligero vapor empezó a brotar del agua. Rarity se introdujo en esta derramando un poco.
"Haaaa, perfecto como de costumbre querido."
Rarity comenzó a bañarse, al cabo de unos minutos sintió una corriente de aire tibio a sus espaldas e inmediatamente un pequeño beso.
"¡Spike!"
"¿Qué?, has estado tan ocupada con la subasta el último mes y medio y me has dejado abandonado."
Le dio otro pequeño beso en la espalda.
"Además necesito practicar para cuando logre reducir mi tamaño."
"Spike… tengo… tengo que… ajustar…"
Spike comenzó acariciar la crin y el cuello de Rarity.
"Solo un momentito, como cuando convertí la cascada de la cueva en un sauna."
"Pero… esa vez fue mas de… ¡Spike!"
La pequeña campana a la entrada de la carpa sonó. Rarity se removió nerviosa.
"Spike, hay alguien ahí afuera"
EL dragón continúo besando a su esposa.
"Déjalo, ya se ira."
La campana sonó nuevamente.
"¿Lord Spike, Lady Rarity?, ¿están despiertos?, ¿puedo pasar?"
Spike bufó.
"Por el amor de…"
Se acercó rápidamente a la entrada al mismo tiempo que Rarity extendía un biombo enfrente de ella con su magia. El dragón utilizó una pequeña cuerda para descorrer el trozo de tela que servía de puerta y se encontró con un unicornio usando el traje típico de mayordomo seguido de dos más. Spike los miró con impaciencia.
"¿Si?, ¿Qué necesitan?"
"La princesa Celestia les manda el desayuno… y eso"
Spike se percato que atrás de los ponies venia un carro de servicio con platos y cubiertos y atrás de este un carro de minería lleno de joyas. Se movió a un lado e hizo ademanes con una garra.
"Si, si, pasen, pero rápido, estoy ocupado con algo muy importante."
Rarity surgió detrás del biombo con una bata y una toalla en la crin. Spike bufó de nueva cuenta y giro los ojos hacia arriba. La unicornio se acercó al carrito de servicio y aspiró profundamente.
"Oh cielos, ¿Qué es ese exquisito aroma?"
El pony mayordomo rápidamente destapó la bandeja dirigiendo el delicado vapor hacia Rarity al mismo tiempo que los otros dos unicornios preparaban rápidamente la mesa.
"Lo mejor de la Haute Cuisine de Canterlot. Directamente del chef personal de sus majestades para usted, madame"
Spike se dejó caer a un lado de Rarity y comenzó a masticar un gran trozo de ópalo con expresión molesta. Inmediatamente su expresión cambio y devoró la joya de un bocado. Rápidamente tomo otra gema e igualmente la consumió en apenas un respiro.
"Estash piedrash no están nana mal."
Rarity se aclaro la garganta al notar la mirada atónita que los ponies de servicio le dedicaban a su esposo.
"Querido, tus modales."
Spike se detuvo cuando estaba a punto de tomar otro gran bocado de joyas, sonrió y regreso la mayoría tomando solamente un diamante al cual le dio una pequeña mordida. Después de unos minutos la pareja termino de desayunar y los ponies de servicio se retiraron.
Spike inmediatamente miró a Rarity con una sonrisa en el rostro que rápidamente se esfumó cuando la vio preparar los maniquíes especiales con las medidas de las princesas. Rarity no noto la mirada abatida de su esposo mientras preparaba los vestidos y se colocaba sus gafas.
"¿Ves Spike?, y tú que te quejabas de traer los maniquíes."
Spike sabía por experiencia que no tenía ningún caso insistir cuando su esposa comenzaba a trabajar. Se dirigió lentamente a la salida.
"Veo que estas ocupada, saldré a dar una vuelta por el campo militar a visitar unos amigos que no veo desde la guerra."
"¿Amigos?, no iras a buscar a…"
"Son mis compañeros de escuadrón, y nos salvamos el pellejo mutuamente muchas veces. Ya habíamos hablado de esto."
"Cierto, lo siento, pero sabes que no puedo evitarlo."
"Está bien. No discutamos ahora, te veré mas tarde, cuídate."
El dragón salió y Rarity continúo trabajando. Un par de horas después salió de su alojamiento con los vestidos delicadamente guardados en una valija. Ella y Spike tenían autorización para recorrer la mayor parte del palacio, eso sumado al hecho de que Rarity por lo general solo veía a las princesas en el salón de visitas del enorme complejo la llevo a dar unas cuantas vueltas equivocadas debido a que no habia nadie a quien pedirle direcciones.
Para cuando se dio cuenta habia abandonado los prados llenos de coloridas flores de los jardines personales de la princesa Celestia y habia entrado a los igualmente hermosos pero al mismo tiempo melancólicos jardines de la princesa Luna.
Los recorrió distraída hasta que llegó a un espacio abierto adornado con rosas negras y lirios blancos. En el claro habia cinco estatuas, todas representaban pegasos luchando con diferentes monstruos, incluyendo una que mostraba dos pegasos enfrentados con un grifo de gran tamaño. Todos los pegasos mostraban las alas de piel que Rarity habia llegado a aborrecer tanto a pesar de lo que le habia prometido a su esposo.
Repentinamente escuchó una voz a sus espaldas.
"De todos los ponies jamás pensé que la encontraría a usted aquí, 'Lady' Rarity."
La unicornio se giró para encontrarse con un corpulento pegaso blanco, con una despeinada crin negra, ojos castaños y un par de alas de piel de color rojo intenso. Era la primera vez que Rarity se encontraba tan cerca del pegaso así como la primera vez que ambos cruzaban palabras, la unicornio se sorprendió al notar la cutiemark de este, una máscara sonriente similar a las que se usaba para representar la comedia y el drama en la clásica imagen del teatro.
El capitán le sonrió sarcásticamente mientras abría las alforjas que llevaba. Rarity no regreso la sonrisa.
"Capitán Little Fun… que sorpresa verlo."
El pegaso sonrió ahora con desdén y se acercó a una de las estatuas.
"¿No dice ´agradable´? En cualquier caso es bueno que haya venido aquí, tomando en cuenta que lo más probable es que nunca tenga un motivo verdadero para hacerlo"
"¿Perdón?"
"Cada uno de estos pegasos cayó en el cumplimiento de su deber. Sus cenizas descansan aquí, tomando en cuenta que su esposo es un dragón es realmente difícil que termine con su propia estatua a menos que algún día una de nuestras misiones sea encargarnos de un dragón mas grande."
Mientras decía esto el pegaso se elevó hasta quedar un poco por encima de las estatuas y sacó de sus alforjas una botella de vino la cual comenzó a vaciar sobre los ponies de piedra. Rarity inclinó la cabeza hacia un lado e inconscientemente se acerco.
"¿Qué hace?"
"Una vez a la semana nos reunimos para tomar una buena copa de algo… o en el caso del trasero escamoso una enorme cantidad de donas por alguna estúpida razón."
El capitán termino con su tarea y aterrizo enfrente de Rarity, le di un largo trago a la botella.
"Podrán decir muchas cosas de mí, lo más probable es que la mayoría sean verdad. Pero nunca olvido a mis compañeros, ellos eran mis ponies y nos salvamos el trasero mutuamente muchas veces. Pero por supuesto no entiende nada de ese tipo de cosas."
Rarity se giro con un gesto cansado.
"Por supuesto que lo entiendo, lo que no entiendo es porque tienen que disfrutar matando."
El pegaso se encogió de hombros.
"Siempre se ha dicho que debes disfrutar de tu trabajo. Y le recuerdo que también es el trabajo de sus esposo, le guste a usted o no."
"El trabajo de mi esposo es proteger a los indefensos. Afortunadamente lo volví a ver antes de que usted y su desagradable grupo de rufianes lo convirtieran por completo en un asesino."
"¿En serio?, ¿entonces yo y mis soldados somos rufianes por matar a nuestros enemigos?"
Little Fun señaló a una estatua donde se representaba a uno de los pegasos luchando con una hidra.
"Roaring Gale, esa hidra lo partió a la mitad pero eso nos dio tiempo de matarla. ¿Se imagina que hubiera pasado si ese monstruo hubiera llegado a Manehattan?
A ponies como usted no les gusta nuestro trabajo pero disfrutan de sus resultados, y usted es peor porque estuvo en la guerra y sabe de primera mano que no es tan romántica y heroica como la ponen en los libros."
"No necesita decirme eso, yo también me ensucie el cuerno con sangre de grifo, pero a diferencia de usted lo hice solo para protegerme a mi o a mis amigos y en ningún momento lo considere algo digno de vanagloria."
El pegaso se elevó y señaló un camino.
"Puede decir lo que quiera pero de hecho al final hicimos lo mismo. Si está perdida por ahí podrá llegar al palacio."
Sin decir otra palabra Little Fun se alejó por los cielos. Rarity suspiró y miró de nuevo las frías piedras que aun goteaban liquido purpura. Lo último que deseaba era recordar los horribles días que paso en el imperio de los grifos. Se llenó de preguntas acerca de los pegasos caídos, en especial de los dos que obviamente habían muerto durante la guerra y que habían convivido con su esposo. Suspiró de nueva cuenta y se dio media vuelta siguiendo el camino que el capitán le habia indicado.
Para su sorpresa llego rápidamente al palacio, habia tenido una ligera sospecha de que el pegaso la hubiera mandado a dar vueltas en círculo. ahora todo indicaba que probablemente la quería lejos del lugar de descanso de sus subordinados. Se encontraba perdida en estos pensamientos al llegar al acceso cuando un par de guardias unicornios la detuvieron y le apuntaron con sus cuernos.
"¡Alto!, ¿Quién es y que hace aquí?"
Rarity les mostro tranquilamente el pequeño permiso que las princesas le habían dado.
"Buenos días caballeros, Mi nombre es Lady Rarity Draco, soy asesora de imagen y amiga personal de sus graciosas majestades y vengo a realizar una entrega de suma y vital importancia."
Los guardias revisaron exhaustivamente el permiso antes de regresárselo.
"La princesa Luna esta descansando y la princesa Celestia se encuentra en el salón diplomático. El teniente la escoltara hasta ahí."
Rarity siguió al unicornio hasta el salón. Este llamó a la puerta.
"Lamento interrumpir su reunión su majestad. Pero su invitada personal dice que tiene un asunto de extrema importancia que tratar con usted."
A través de la madera de la puerta les llegó la voz de la princesa.
"Adelante."
En el momento en que se abrió la puerta Rarity instintivamente dio un paso hacia atrás y estuvo a punto de lanzar un grito. En la sala habia un grifo de gran tamaño. Su parte trasera era similar a un tigre y la delantera a un águila arpía. La criatura hibrida clavo su vista en la unicornio mientras extendía un poco sus alas.
Ojos y alas. Rarity rápidamente recordó la última vez que habia visto al sanguinario general de los grifos mientras era arrastrado junto a los demás prisioneros, ambas alas amputadas y tuerto con el ojo restante gravemente herido. La voz de la princesa Celestia le ayudó a salir por completo de su estupor. La princesa del día se encontraba sentada en frente del grifo y tomando plácidamente una taza de té.
"Lady Rarity, que gusto verla. Permítame presentarle a Lord Ninurta, del clan de las garras del sur, de la casta de los gobernantes, el nuevo primer ministro del emperador Nabu.
Lord Ninurta, le presento a Lady Rarity Draco de Ponyville, mensajera de la hermosa generosidad. Caballero de la orden de la Corona Solar al servicio de sus majestades. Una vieja y muy querida amiga."
Rarity se recuperó rápidamente y realizó un reverencia ante el grifo el cual respondió con un asentimiento de cabeza, Celestia tomó nuevamente la palabra.
"Un momento por favor, Lady Rarity, ya casi terminamos aquí. Puede continuar, Lord Ninurta."
El enorme grifo asintió.
"Como le decía su majestad, los clanes del sur están mandando mensajes al emperador donde se quejan que los ponies hacen exigencias injustas en los territorios que ustedes se anexaron como parte del tratado de paz. Su majestad imperial teme que la situación pueda llegar a ponerse violenta y que haya represalias en contra de las familias de grifos que habitan esas tierras desde hace quince años."
Celestia le dio otro sorbo a su taza y la deposito en una pequeña mesa.
"Seria realmente lamentable que eso sucediera. Dígale al emperador que desplegaremos tropas de ambas guardias para asegurar una armoniosa convivencia de los tres pueblos."
"¿Tres pueblos?"
"En cuanto se enteraron que esas tierras ahora son nuestras los reyes de las zebras nos pidieron autorización para dejar que las familias regresaran a sus antiguas tierras. Dentro de unos días los embajadores llegaran a Canterlot. Serán solo formalidades y protocolo, siendo las zebras un pueblo hermano de los ponies aceptaremos sin dudarlo. ¿Algo mas en que pueda ayudarlo?"
El grifo se levantó de su asiento e hizo una reverencia.
"No princesa Celestia, hemos cubierto todos los puntos más urgentes."
"En ese caso me gustaría invitarlo a usted y a su comitiva a la cena que tendremos esta noche."
El grifo se irguió y entrecerró los ojos.
"Lo siento su majestad. Pero en estos momentos en Kadingirra no tenemos ni tiempo ni motivos para celebrar alguna fiesta."
"Es una pena, en ese caso mándele mis saludos al emperador y comuníquele que estamos muy complacidas por las noticias de la mejoría de su salud."
"Gracias su majestad, le hare llegar a su majestad imperial sus buenos deseos."
El grifo se retiró y Rarity notó que de los salones continuos otros tres grifos de aspectos diferentes salieron y se le unieron. De estos mismos salones salieron unicornios que se pararon en frente de la princesa cargando varios documentos. La princesa se acerco a Rarity.
"Un momento por favor caballeros, Lady Rarity tiene algo importante para mí. ¿No es así Lady Rarity?"
"En efecto su majestad"
Rarity hizo una reverencia al mismo tiempo que con su magia abría la valija y extendía en toda su longitud los vestidos de las princesas. Celestia no pudo evitar sonreír ante los gesto de incredulidad, molestia y duda que se dibujaron en los rostros de sus ministros.
Recorrió delicadamente con su pezuña la seda blanca con bordados de oro, ámbar y diamantes que formaban la mayor parte de su vestido. También dedicó un momento para ver el vestido creado a partir de seda negra adornado con zafiros y ópalos de su hermana.
"Realmente hermosos, te has superado a ti misma en esta ocasión Rarity. Será un honor lucir estas obras de arte durante la cena."
Rarity se irguió sin poder ocultar la enorme sonrisa que irradiaba satisfacción y orgullo.
"Muchas gracias su majestad."
Celestia regresó los vestidos a la valija la cual le entrego al guardia.
"Lamento dejarte Rarity, pero debo revisar los resultados de la visita de los grifos y despedir a la delegación como lo indica el protocolo. Nos vemos esta noche."
Rarity realizó una nueva reverencia y esperó pacientemente a que la princesa se alejara seguida de sus ministros. En cuanto esta dio una vuelta por un pasillo Rarity se alejó a toda velocidad pero sin perder la elegancia por los pasillos del palacio. La cena de gala empezaría en dentro de seis horas, lo cual le daba muy poco margen para prepararse correctamente. Peor aún, no sabía cuánto tiempo se tardaría Spike en regresar de su visita a sus compañeros. Afortunadamente ahora se encontraba en un área del palacio que si conocía y no le tomo mucho tiempo llegar a la carpa donde se alojaba.
Cuando entro la carpa esta echa un total desorden, y Spike revolvía el equipaje como buscando algo.
"¿Spike?, ¿qué sucede?"
"No encuentro la parte de arriba."
"¿la levita o el chaleco?"
"¡Los dos!"
"¿Ya buscaste en el baúl con la etiqueta que dice 'Spike'?"
El dragón parpadeo un par de veces antes de sonreír y arrojar un bulto hacia un lado y abrir el baúl. Rarity suspiro y giro los ojos.
"No entiendo como alguien que fue criado por Twilight puede ser tan desorganizado."
Spike levanto la cabeza mientras luchaba por sacar su ropa sin dañarla.
"¿Has visto tu taller últimamente?"
"Eso es una colocación estratégica para favorecer la creatividad y tener los elementos de confección a la mano."
"Si claro, ¿has visto mi cera para pulir?, tengo las escamas opacas"
"¿No te vas a bañar?"
"¿Me quieres ver nadando en uno de los lagos de la ciudad?, además los reptiles no necesitamos asearnos tanto. ¿Tú te vas a bañar?"
"Si, pero que no se te ocurran ideas locas"
"¿Cómo vamos a tener un bebe si ni siquiera dejas que tengamos algo de acción?"
Rarity se acerco a Spike y lo beso.
"De eso nos ocuparemos después Spike, ahora tenemos que prepararnos."
Varias horas de muy esmerado arreglo personal después, ya entrada la noche, Rarity avanzaba lentamente por la calzada que llevaba de la entrada principal al palacio hacia la calle mayor de Canterlot. Su porte cuidadosamente calculado para causar el mayor impacto posible entre los miembros de la nobleza que seguían el mismo camino que ella.
Las luces mágicas de los faroles se reflejaban en los bordados dorados sobre la seda roja, Los aretes y el anillo en el cuerno a pesar de estar engarzados de rubíes no emiten tanta luz como los ojos confiados y la sonrisa orgullosa. Pero lo que la unicornio lucia con más orgullo era el enorme rubí de fuego engarzado en un collar del más fino oro labrado que pendía de su cuello.
La unicornio llego tranquilamente al final del camino donde los demás asistentes a la cena abordaban sus carruajes tirados por pegasos que los llevarían al área donde se llevaría a cabo la cena. Rarity se detuvo y extendió su abanico para refrescarse un poco mientras el paje repasaba rápidamente su lista mental de invitados.
"Lo siento Lady Rarity, pero su carruaje no ha llegado."
Rarity sonrió y plegó su abanico.
"No se preocupe mi buen señor, no necesito carruaje."
Como respondiendo a una señal hubo un destello verde en el cielo y los ponies presentes notaron algo que descendía a toda velocidad hacia ellos. A unos cuantos metros del suelo el dragón extendió las alas y freno su avance pera aterrizar su gran cuerpo lo mas delicadamente posible.
Spike se irguió sobre sus dos patas traseras permitiéndole a los ponies observarlo con más detalle. El dragón se encontraba vestido con un frac en impecable estado y siguiendo todas las reglas y protocolos, por supuesto incluía un sombre de copa y un bastón.
Spike se quito el sombrero y se inclino hacia su esposa, con un dedo de su garra le tomo una de las pezuñas delanteras la cual beso. Después se giro y extendió un ala hacia abajo para proporcionarle una manera de subir a su espalda.
"Su transporte llego, mi hermosa señora."
Rarity subió pausadamente por el ala hasta la espalda de su esposo. En cuanto Spike se aseguro que estuviera bien firme y si riesgo de resbalar comenzó a aletear cada vez con más fuerza. Ya se encontraba a escaza altura sobre la ciudad cuando dio una amplia vuelta.
"¿Spike? Esta no es la ruta a los terrenos privados de las princesas, ¿Qué es lo que pasa?"
"Creí que a la dama le gustaría disfrutar de la vista nocturna de la ciudad."
El dragón giraba en amplios círculos sobre la capital con las luces reflejándose en sus brillantes escamas. Spike le indicaba a una Rarity maravilladla ante el espectáculo que se desarrollaba ante sus ojos de igual manera sitios de importancia histórica o lugares donde algo gracioso le habría pasado.
"En esa plaza una vez Twilight y yo estábamos corriendo para que llegara a tiempo a clases pero ella se detuvo de improviso y termine chocando con ella y arrojándola a la fuente. ¡Hey!, ¿ves esa torre?, en la parte más alta vivimos Twilight y yo antes de mudarnos a Ponyville."
Spike dio otro giro y un enorme complejo de edificios apareció frente a ellos. Spike lo señalo emocionado.
"Esa es la escuela de la princesa Celestia para unicornios dotados… ahí es donde nací."
El dragón guardo silencio por unos minutos.
"Creo que ya es hora de que vayamos a la cena."
Después de unos minutos llegaron al lugar donde se llevaría a cabo la cena, en los terrenos privados de las princesas en el bosque a las afueras de Canterlot. La cena también era de beneficencia, donde cada asistente habia pagado una fuerte suma para poder entrar. En el caso de la pareja su admisión habia sido cubierta por las princesas como una muestra de agradecimiento por haber organizado la subasta en primer lugar, lo cual a su vez las inspiro para realizar la cena.
Spike tomo su lugar en la larga fila de carruajes que llegaban al evento. El dragón aterrizó frente a un viejo unicornio del palacio, el cual se encontraba frente a la puerta, custodiada por dos unicornios de la guardia nocturna, de la adornada valla que delimitaba el área donde se llevaba a cabo el evento. El portero repaso una larga lista de invitados.
"¿Lady y Lord Draco de Ponyville?"
Spike se encogió de hombros.
"No, nos está confundiendo con otra pareja de dragón y unicornio."
El pony entrecoro los ojos antes de indicarles a los guardias que les permitieran pasar. Rarity camino lentamente entre los guardias. La entrada era demasiado baja y estrecha para Spike quien simple y alegremente la brinco provocando un ligero estremecimiento de tierra al caer junto a su esposa. Este hecho provoco que la mayoría de los ponies que ya estaban disfrutando de la velada inmediatamente miraran hacia ellos.
El dragón sonrió y se toco el ala del sombrero con un extremo del bastón.
"Lo siento damas y caballeros, ser tan grande tiene sus inconvenientes."
La mayoría de los invitados regreso a sus asuntos. Todos excepto un unicornio de color azul y crin verde mar. Se encontraba elegantemente vestido de manera semejante a Spike y su ropa permitía ver su cutie mark, tres estrellas sobre una nube.
El unicornio se les acerco e inclino la cabeza a modo de saludo.
"Un placer conocerlos, Lord Spike, Lady Rarity."
El dragón sonrió y sin pensarlo extendió su garra hacia el unicornio.
"Igualmente"
Rarity se aclaro la garganta, cosa que inmediatamente Spike reconoció como una señal de que habia metido la pata. La diseñadora se inclino un poco hacia adelante.
"El placer es todo nuestro Señor…"
"Oh discúlpenme, que modales los míos. Lord Bright Star Tercero, de la familia Star Shine, de la Alta corte de Canterlot."
Rarity contuvo de manera admirable su sorpresa. Habia conocido a muchos ponies famosos, ricos o miembros de la nobleza menor como ella misma o sus amigas. Pero con la excepción del Príncipe Blueblood jamás habia entablado conversación con un miembro de la Alta Corte de Canterlot. El grupo de unicornios descendientes de la realeza del reino perdido de Unicornia que junto a las princesas gobernaban Equestria. La corte se regía por una complica y estricta serie de normas que, por ejemplo, impedían que la princesa Cadence, a pesar de ser prima de Blueblood, formara parte de esta debido a que su madre era una pegaso.
Lord Bright Star continúo hablando.
"En realidad es todo un placer conocer a la pareja que ha dado tanto de que hablar. Ciertamente la mayoría de los que aquí están realizaron su donación con tal de verlos más de cerca y conocerlos mejor."
Spike sonrió
"Bueno, no tenemos nada en especial… a parte de lo obvio, claro. Son las buenas intenciones de los ponies lo que los trajeron aquí, no otra cosa."
El unicornio se caló el sombrero de copa y su sonrisa cambio de intención.
"Por el contrario Lord Spike. Lo que los trajo aquí es lo que usted llama 'lo obvio'. Todos queremos ver de cerca al monstruo y su domadora."
Las sonrisas se borraron de los labios de la pareja. Bright Star continúo hablando.
"Así es, para muchos de nosotros es emocionante la idea de poder ver de cerca un dragón semi domesticado. En especial el que es protagonista de los artículos tan famosos del Manehattan Times.
Los escribió un tal Feather Weight y le valieron ganar un premio Fillytzer. Los más exitosos se centran en el sitio de Fillydelphia y la actuación del decimosegundo escuadrón de pegasos de la guardia nocturna. Recuerdo en especial un fragmento donde una entrevistada relata como en el jardín de su casa encontró el cuerpo carbonizado de un grifo. O también el fragmento que describe como uno de los pegasos le rompió las alas a un grifo y cuando este cayó al suelo Lord Spike lo golpeo repetidamente con su puño.
Debo felicitarla lady Rarity, realmente debió de ser difícil lograr que tal bestia asesina diera la apariencia de estar civilizado."
Spike respiraba rápidamente al mismo tiempo que movía nerviosamente sus garras. Estaba a punto de abrir la boca cuando Rarity se adelanto.
"Escúcheme bien, 'Lord' Bright Star. Spike tal vez hizo esas cosas horribles, pero en ese entonces estaba confundido y lo hacía con la mejor intención: Evitar que se repitiera lo que paso en Appleloosa. Y estoy perfectamente segura que hizo más que usted que de seguro solo se quejo que la guerra hizo más difícil conseguir su tipo favorito de té.
Además le puedo asegurar que Spike es mucho más corcel de lo que es usted. Es cierto, es un dragón, pero es inteligente, gracioso, generoso, amigable, un excelente esposo, hermano y amigo. El no juzga a los demás por lo que hicieron en el pasado y esta siempre dispuesto a dar una segunda oportunidad.
La única bestia incivilizada es usted, que cree que el hecho de haber nacido en una familia importante le da derecho a juzgar a alguien por las circunstancias de su nacimiento o algunos eventos desafortunados de su vida. Ahora si nos disculpa mi esposo y yo vamos a disfrutar de esta velada y le voy a pedir que por favor no nos dirija la palabra nunca más."
Rarity comenzó a caminar y Spike la siguió dedicando una última mirada al unicornio con unos ojos que se habían vuelto semejantes a los de una serpiente. Lord Bright Star sonrió, se acomodo nuevamente el sombrero.
"La familia es un punto muy débil" murmuro mientras caminaba hacia la mesa del príncipe Blueblood.
Por su parte la pareja avanzaba rápidamente, Rarity aun respiraba aceleradamente hasta que sintió una garra de Spike en el hombro.
"Muchas gracias, aunque se supone que es el corcel el que defiende a la esposa."
"Bueno querido, tu y yo definitivamente no somos la pareja típica."
Spike se rio abiertamente y cubrió con su ala a Rarity antes de que un pequeño detalle le llamara la atención.
"La música es agradable, ¿Quieres bailar?"
Celestia y Luna observaban desde su mesa a la pareja mientras bailaba. La princesa del día se inclino hacia su hermana menor.
"¿No se ven adorables, Luna?"
"Así es querida hermana, irradian felicidad y provocan agradables sensaciones a quien los observa."
"¿Hiciste lo que te pedí?"
"Si hermana. Pero, ¿Acaso no es interferir directamente en la vida de los ponies?, tú misma me dijiste durante los eventos bélicos anteriores que el hecho de que nuestros padres no se pronunciaran de alguna manera no significaba que aprobaran nuestras acciones."
"Luna, solo te pedí ayuda para jugarle una buena broma a Twilight, lo que ella deduzca de esa broma esta fuera de nuestro control."
Luna sonrió y regreso su vista a la pista.
"En ese caso esperemos que sus deducciones sean correctas."