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Buscando al Kirin

by Kolbjorn

Chapter 13: Ponyville

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La cueva en la gran montaña sagrada se estremeció de nuevo. Aunque esta vez se debía a las sacudidas provocadas por un dragón que brincaba de un lado a otro mientras gritaba de alegría y repetía "¡Si, Si, Si!" constantemente. En el centro de la conmoción Rarity sonreía y lloraba al mismo tiempo.

Rarity se sobresaltó cuando Spike aterrizó detrás de ella y la tomó entre sus garras apretándola contra su pecho.

"Querido, me asfixias."

Spike rió y depositó a la unicornio en el suelo.

"Lo siento, pero es que..."

Spike no se pudo contener y lanzó una pequeña llama hacía arriba, bajó su cabeza y besó a Rarity en la frente. Inmediatamente se incorporó en sus patas traseras y extendió sus alas y sus brazos en su máxima longitud y gritó de nuevo. Rarity rió mientras se cubría la boca con una pezuña.

"Bien, parece que ahora tendré que cuidar de dos niños."

Spike dejó escapar una carcajada y bajó la cabeza para besar de nuevo a Rarity, esta vez en la boca. La unicornio abrazó la cabeza de su esposo y frotó la suya en la frente de este. Permanecieron así durante varios minutos, ambos sonriendo y llorando al mismo tiempo. Finalmente regresaron su vista al kirin, Rarity se secó las lagrimas de los ojos.

"¿Cómo podríamos pagarte por esto?"

La criatura sacudió la cabeza.

"No hay necesidad de algún pago, cumplo con mi deber. Y en todo caso sería yo quien estuviera pagando una antigua deuda para con la hija de La Madre de La Luz."

Spike asintió.

"Bueno, pero si algún día necesitan un favor no dudes en pedírnoslo. Tu y… ¿Dónde está Kuzunoha?"

"Se fue temprano esta mañana, me dijo que los ponies le parecieron muy divertidos y le gustaría jugar más con ellos y conocer a las princesas."

La pareja parpadeó un par de veces sin decir palaba alguna, no estaban muy seguros si eso eran buenas o malas noticias. Spike fue el primero en romper el silencio.

"Bueno, nos gustaría quedarnos un poco mas pero entre más pronto regresemos a nuestra casa... tu sabes, mas rápido podemos ponernos a trabajar en el bebé."

Rarity se llevó una pezuña a la frente y se sonrojó. Dà zhìhuì asintió lentamente.

"Por supuesto. Y no se preocupen, mientras no traten de subir pueden volar para ahorrar tiempo."

Rápidamente la pareja se preparó para partir. Se despidieron del kirin haciendo una reverencia y abandonaron la cueva. Cuando estuvieron afuera Spike tomó a su esposa y se la colocó en su espalda.

"Spikey, ¿pero qué…?"

"Sujétate bien."

La unicornio no dijo nada y tomó con fuerza una de las crestas de la espalda de Spike, en cuanto el dragón sintió que su esposa se encontraba lista corrió por la pendiente para tomar velocidad, dio un gran salto, aleteó un par de veces y se inclinó, dirigiéndose en picada hacia el suelo. A pocos metros de estrellarse corrigió el rumbo, elevándose de nuevo mientras las copas de los pinos rozaban su vientre.

Spike rugió con todas sus fuerzas, pero era un rugido cargado de alegría y emoción. La misma Rarity se sintió embriagada por la descarga de adrenalina y felicidad y dejó escapar un grito de alegría sin importarle que tal acción no fuera elegante o refinada.

La velocidad de Spike provocaba que el viento despeinara su crin pero no le importó. El mundo se veía tan hermoso y radiante alrededor de ella, las enormes columnas grises de roca pasaban zumbando a un lado de ellos mientras el bosque abajo era solo un borrón verde. Al principio con un poco de miedo, pero luego recordando que Spike jamás dejaría que le sucediera algo soltó la cresta y extendió los brazos hacia los lados cerrando los ojos.

El viento acariciaba su piel mientras su sentido del equilibrio le decía que ahora se estaban elevando. Spike debió de girar su cabeza hacia atrás porque le habló.

"Abre tus ojos."

Así lo hizo la unicornio y se encontró en un mar de nubes donde las cimas más altas de las montañas parecían pequeñas islas, el sol acababa de subir un poco más y brillaba radiantemente sobre ellos.

"Spikey, esto es hermoso."

"No tan hermoso como tú."

"¿Qué tan alto estamos, Spikey?"

El dragón inclinó la cabeza hacia un lado mientras batía sus alas para mantenerse en el mismo lugar.

"Bastante alto, ¿Por qué?"

"Por esto." Dijo la unicornio mientras rebuscaba en su equipaje y finalmente se colocaba el collar con el rubí de fuego en el cuello, le guiñó un ojo a Spike y saltó.

Extendió sus brazos y sonrió mientras se precipitaba al suelo, a los pocos segundos Spike se emparejó con ella y le sonrió. Acercó lo más que pudo su cabeza a la de su esposa.

"Rarity, en caso de que no lo logremos. Yo solo quiero decirte que siempre te he…"

La unicornio le colocó una pezuña en los labios.

"Y yo a ti Spike."

Se acercaron mas y se besaron, aun en caída libre, después de unos segundos Spike estiró los brazos y tomó a Rarity para después presionarla delicadamente contra su pecho, ambos podían sentir el corazón del otro latiendo a máxima velocidad.

Dos semanas después Spike y Rarity acampaban junto a un rio, a pesar de su entusiasmo inicial Rarity convenció a Spike de tomarse unas pequeñas vacaciones juntos. Algo que no habían hecho desde que su luna de miel.

Spike terminó de montar el campamento y observó a su esposa que en ese momento se encontraba recostada a la orilla del rio sobre un gran cojín de seda que habían comprado. Rarity concentraba su atención en la formas en que la corriente cambiaba cada vez que metía su pezuña en el agua.

El dragón continuó observando la escena, la luz de la luna parecía reflejarse en cada centímetro del pulcro pelaje blanco de su esposa y la hacía resaltar contra los colores apagados y grises azulados que la rodeaban. Spike se acercó y se acostó calmadamente junto a ella, introduciendo la punta de una de sus garras para imitar el juego de su esposa.

"Te vez especialmente hermosa hoy."

Rarity giró la vista y se enfocó en su esposo. Las escamas púrpuras y verdes también reflejaban la luz, pero la vista de ella se centró en los ojos que de él, que en ese momento estaban más enfocados en las aguas que corrían enfrente de ellos.

"Spike, ¿alguna vez te he dicho cuanto me gustan tus ojos?"

El dragón parpadeó un par de veces, desconcertado.

"No, ¿pero porque?, son solo ojos normales de un dragón. ¿Es porque se parecen a los de opal?"

Rarity negó con la cabeza.

"No Spike, es porque siguen siendo los mismos ojos que tenías cuando nos conocimos. Tu mirada sigue siendo la misma. Una mirada inocente y esperanzada. A pesar de todo lo que hemos vivido sigues teniendo esa mirada y eso la hace más hermosa. Y nada me hace más feliz y me hace sentir más alagada en este mundo que el saber que lo que esos hermosos ojos ven con mas amor es a mí."

Rarity se estiró y besó a Spike. Cuando se separaron se sonrojó.

"Estoy lista, si tu lo estas por supuesto."

Spike se levantó inmediatamente.

"¡Claro que estoy listo!"

El dragón respiró hondo un par de veces y se concentró en ordenarle a su cuerpo que hiciera algo totalmente opuesto a lo que estaba diseñado para hacer. La sensación de sus músculos contrayéndose, sus huesos comprimiéndose y en general toda su anatomía forzándose a disminuir no era nada agradable para él. Pero desde un principio decidió no decirle nada a Rarity. El cambio de Spike se detuvo cuando aun tenía el doble de la altura de un pony y tres veces su longitud.

"Esto es lo mas que puedo cambiar. Creo que aun podría ser un poco… incómodo."

Rarity negó con la cabeza y se acercó a Spike. Podía leer los ojos de su esposo ya se había dado cuenta desde hacía un tiempo que no le agradaba el cambiar de tamaño de esa manera, si el tenía que soportar eso ella podía soportar también otras cosas.

"No hay problema querido."

Se besaron de nuevo y Spike comenzó a acariciar a su esposa, después de unos momentos el dragón se detuvo y miró a los alrededores.

"¿Hay algún problema, Spikey?"

Spike no contestó y esperó un par de minutos andes de esbozar una sonrisa triunfal.

"Ninguno, ningún problema en lo absoluto mi amor."

Spike aspiró profundamente el aroma a violetas de su esposa y le besó el cuello mientras su garra recorría su espalda, Rarity por su parte abrazaba el cuello de Spike y frotaba su cabeza contra este. Se separaron un poco y se miraron a los ojos.

"Te amo más que a nada en este mundo, mi hermosa señora."

"Te amo con toda la fuerza de mi corazón, mi valiente caballero."

En el tranquilo pueblo de Hoofburg el viejo capitán Lucky Night descansaba después de hacer su ronda diaria, en el caso del pequeño poblado por lo general la única acción que tenía era vigilar que los potros no se metieran en muchos problemas. El soldado se sentó en una banca de la plaza y se dispuso a fumar su pipa, no estaba permitido fumar en horas de servicio pero él era el único oficial de ambas guardias en el lugar así que no le dio mucha importancia.

No pasaron más que un par de minutos antes de que unos cuanto potros se acercara a él para preguntarle acerca de Lord Spike y Lady Rarity. En un lugar tan aislado como Hoofburg las novedades tardaban mucho en dejar de serlo y los rumores se propagaban rápido, el capitán rápidamente se había transformado en el mejor amigo de toda la vida de la pareja y según algunas versiones incluso el dragón y él habían combatido juntos cuando era joven.

Los potros bombardearon sin misericordia al pony con sus preguntas, las cuales trataba de responder lo mejor que podía dentro de sus capacidades.

"Si… No lo sé, no creo que los dragones puedan hacer eso… definitivamente no pueden hacer eso… lo siento pequeño, pero ya está casada…. No, no creo que se divorcie... un potro de tu edad no debería de... ¡Que les parece!, ¡Están de verdadera suerte!"

Lucky Night señaló al cielo donde se podría apreciar la silueta cada vez más grande de un dragón. Spike aterrizó en la plaza del pueblo y se inclinó para que Rarity bajara de él. Los potros inmediatamente los rodearon mientras el capitán se asombraba de la cantidad de equipaje que traían consigo. Fácilmente era el doble del que traían cuando los vio por última vez.

El viejo pony se acercó a la pareja mientras estos lidiaban lo mejor que podían con los pequeños que los asediaban.

"Mucho tiempo sin vernos, Lord Spike, Lady Rarity. ¿De regreso a casa?"

Spike asintió enérgicamente mientras se inclinaba para que un número cada vez mayor de potros subieran a su espalda.

"Así es capitán."

El pony colocó una pezuña sobre el enorme montón de bultos.

"Esto es bastante más de lo que traían la primera vez que los vi."

Rarity asintió mientras trataba de moverse entre la enorme cantidad de potras, y un potro con una rosa, que la rodeaban.

"Si, después de que llegamos a nuestro destino y obtuvimos nuestra respuesta aprovechamos el viaje y recorrimos un poco de Xia. Algo así como una segunda luna de miel."

Spike continuó mientras los potros recorrían su espalda.

"Y compramos muchas cosas. Bueno, la mayoría las compró Rarity. Por cierto capitán, ¿vino una, hmmm, amiga mía por aquí?"

"Oh, ¿entonces era una hembra? Si, muchas gracias por pedirle que viniera, una canción muy hermosa, triste y melancólica, pero hermosa.

Muy bien niños, Lord Spike y Lady Rarity están cansados, vallan a molestar a sus padres o a alguien mas."

Los pequeños se alejaron a regañadientes, Spike se colocó de nuevo los bultos sobre su espalda y comenzó a caminar hacia la posada seguido del capitán y de Rarity, que examinaba una rosa que uno de los potros le había regalado antes de salir corriendo.

"¿Y cómo ha estado todo por aquí capitán?" Preguntó Spike.

"Como de costumbre, o tanto como puede estar después de su visita y del concierto nocturno de su amiga, le han dado una buena sacudida a este pueblo. Ya era hora de que alguien lo hiciera, si me lo preguntan. Cambiando de tema ¿Cuánto tiempo planean quedarse aquí?"

Rarity respondió en esta ocasión.

"Solo un par de días para descansar, visitaremos a nuestra amiga y después regresaremos a Ponyville."

El viejo capitán asintió.

"Bien, en ese caso disfruten su estancia y saben que siempre serán bienvenidos en Hoofburg."

La pareja se quedó en el pueblo el tiempo planeado y se dirigieron al siguiente punto de su viaje. Después de atravesar nuevamente el bosque a pezuña llegaron a los límites donde los árboles habían sido quemados. Spike aun recordaba que Denébola les había advertido que había mínimo otros dos dragones más en la cadena volcánica y no deseaba correr ningún riesgo. Dejó a Rarity bajo la cubierta del bosque y salió al área quemada.

"¡Denébola!, somos nosotros, ¿Podemos pasar?"

Hubo unos minutos de silencio y finalmente Spike pudo ver una silueta obscura que se perfilaba sobre el volcán en el cual vivía la dragona. La forma alada emprendió el vuelo y en cuestión de segundos aterrizó en frente de Spike.

A pesar de que sabían que no les haría daño alguno la pareja no pudo evitar sentirse intimidada por el aspecto y el tamaño de Denébola, esta sonrió y olfateó a Spike.

"Tienes muchos olores diferentes, algunos jamás los había olfateado. Me alegra que estén bien, por favor, pasen."

Sin decir nada mas Denébola se elevó y poco después fue seguida de cerca por Spike quien llevaba a Rarity entre sus garras. Entraron a la cueva por un túnel diferente al que habían utilizada la vez anterior evitando la acumulación de magma en el interior de la montaña.

Finalmente llegaron al hogar de Denébola, Rarity se sintió impactada de nuevo al ver la enorme cantidad de riquezas que la dragona había acumulado en su vida, los reflejos y resplandores de innumerables joyas, gemas y artículos de oro contrastaban con la roca negra de origen volcánico. Denébola se sentó sobre el montón más grande y los observó durante unos segundos antes de hablar de nuevo.

"Huelen diferente, se ven diferentes, sus ojos brillan. Supongo que si están de regreso es porque encontraron una manera de concebir. ¿Qué es lo que les pasó después de que se fueron de aquí?"

Spike y Rarity le contaron toda la historia de su viaje, al cabo de un par de horas de plática finalizaron su relato. Denébola los observó con aire reflexivo.

"Entonces conocieron al sirviente del hijo menor de nuestro padre, eso es interesante. Los sabios ancianos estarán muy interesados de escuchar tu relato acerca de nuestra creación. Jamás habia oído eso de que nuestra sangre fue creada para mezclarse con la de las demás razas."

Rarity levanto una ceja.

"¿Sabios ancianos?"

"Si, podría decirse que son nuestros sacerdotes. Son los que dirigen todos nuestros rituales y costumbres, aunque estoy seguro que ellos no han estado tan cerca de El Que Ruge con Furia y Gloria como ustedes."

Spike tragó saliva.

"¿Entonces crees que esas nubes eran… Él?"

"No me imagino otra explicación. El solo pensar que fuimos creados con la habilidad de heredar nuestras fortalezas a las razas inferiores… definitivamente los sabios ancianos deberían de hablar con ese tal kirin. Bueno Spike, si van a ser padres entonces tengo que enseñarte algo muy importante. Por lo general es una enseñanza que se pasa de madres a hijas pero en este caso tendrás que hacerlo tú."

Spike inclinó la cabeza.

"¿De madres a hijas?, ¿Qué es lo que quieres enseñarme?"

Denébola se incorporó y señaló a Rarity.

"Cómo producir la llama que empollará el huevo que ponga tu esposa."

Rarity se levantó alarmada con una expresión mezcla de terror e incertidumbre.

"¡¿Qué?!,¿Un huevo? Pero... pero… "

La unicornio miró a Spike, el cual estaba en el mismo estado de shock que ella.

"Spikey, ¿crees que yo...?"

El dragón sacudió la cabeza.

"No… no lo sé… tal vez... No había pensado en eso, si el bebé se parece a ti quizá nazca como un pony."

"¿Pero si se parece a ti?"

Spike se encogió de hombros.

"No… no se…"

La voz de la dragona los interrumpió.

"En caso de que Rarity ponga un huevo deben de estar preparados. Pon mucha atención Spike, la llama es una llama especial cargada con magia, cualquier fuente de magia puede empollar un huevo de dragón pero lo mejor es que sea con la llama de vida."

Las siguientes horas pasaron con Denébola enseñando y corrigiendo a Spike mientras Rarity trataba de hacerse a la idea de que quizá su hijo nacería de un huevo. Spike ya se sentía realmente frustrado y de mal humor cuando Denébola por fin les dio el visto bueno a las llamas que producía. El dragón decidió aprovechar el ánimo instructor de la dragona.

"Bien, ¿si te sientes con tantas ganas de enseñar porque no me enseñas a cantar como lo hacen los dragones?"

Denébola lo miró fijamente.

"Lo siento Spike, pero eso es imposible."

"¿Qué?, ¿porqué?"

"Es difícil Spike, no es cuestión del cuerpo sino de tu ser. La canción de un dragón toma mucho tiempo en tomar forma. Cuando un dragón canta expresa lo que siente. Es como una manera de mostrar su alma, por eso es tan importante cuando los dragones escogemos pareja."

En ese momento fue Rarity la que habló.

"Pero Denébola, tu canción es muy… melancólica, ¿Porqué?"

Denébola suspiró y adquirió una expresión apesadumbrada.

"Durante muchos años mi canción fue agresiva y directa, hablaba de mis deseos de gloria y riquezas. Pero un día todos esos deseos se convirtieron en cenizas y no volví a cantar en mucho tiempo, cuando lo intenté de nuevo había cambiado completamente."

Rarity miró apenada al suelo.

"Lo siento Denébola, no debí preguntar."

"No te preocupes niña, está bien. Es parte de mi historia y de la historia de ese libro y ese silbato que traen consigo, y la historia de muchas cosas aun más importantes. Si no hubiera sido por ese día muchas vidas serian diferentes."

La unicornio se lleno de curiosidad.

"¿Qué es lo que paso ese día?, si no te importa contárnoslo por supuesto."

"Ese día mi madre fue asesinada por mi esposo y el a su vez fue muerto por Celestia. No pongan esa cara, el maldito bastardo se lo merecía.

¿Han oído hablar de una ciudad de ponies llamada Stalliongrad?, hace ciento cincuenta años mi esposo decidió atacarla para comprobar los rumores de que había oro en las montañas en las que se encuentra. Mi madre, la segunda dragona amiga de los ponies, obviamente trató de protegerla.

En una pelea normal mi madre lo hubiera matado sin problemas, pero no podía pelear bien en su contra sin dañar la ciudad ni los ponies. El la atacó a traición y usando trucos bajos, obligándola muchas veces a escoger entre ser herida o dejar que los ponies sufrieran. Finalmente fue demasiado para mi pobre madre pero antes de que el diera el golpe final Celestia apareció y lo mató.

¿Sabían que en realidad si existe algo capaz de quemar a un dragón?, es el fuego del sol. En fin, al finalizar el día yo estaba muy furiosa. Estaba furiosa con mi madre por haber sacrificado su vida defendiendo a esas estúpidas criaturas, estaba furiosa con mi esposo por ser un cobarde y por matar a mi madre, estaba furiosa con Celestia por no aparecer a tiempo y salvar a mi madre y estaba furiosa conmigo misma por dejarme dominar por el miedo y no hacer nada.

Decidí cortar todo vínculo con lo que me hizo sentirme tan furiosa, no quería tener nada que ver con mi madre, con mi esposo ni con Celestia y sus ponies. Tomé el libro, el silbato y… otras cosas y estuve a punto de destruirlas, Celestia apareció y me convenció de entregárselas. Con el paso del tiempo mi ira se calmó, pero el dolor en mi corazón aumentó, habia renunciado a algo muy valioso para mí y que de acuerdo a las costumbres de los dragones no tenía ya ningún derecho a reclamar. Todo lo que me quedó fue lamentarme y esperar a que todo saliera bien y Celestia cuidara de eso que era tan preciado para mí."

Denébola guardó silencio durante unos minutos, después sonrió y miró a la pareja.

"Pero ahora sé que todo está bien y que Celestia cumplió con su promesa de cuidar de eso que me es tan querido aunque ya no me pertenezca."

Spike se acercó a Denébola y frotó su cabeza contra el cuello de esta.

"Siento mucho lo que pasó con tu madre, pero me alegra que te sientas un poco mejor."

"¿Qué fue eso que hiciste con tu cabeza?"

"Oh, es un gesto de cariño entre los ponies. Sé que una raza tan fuerte como la de los dragones considera tonto ese tipo de cosas pero…"

Denébola tomó la cabeza de Spike y recargó su frente en la de él para después dejar escapar una pequeña nube de humo blanco de su nariz que los envolvió a los dos.

"Esto es un gesto de cariño entre los dragones, apréndelo bien. Y no te preocupes, encontraras tu canción un día de estos."

Spike le sonrió y ambos guardaron silencio durante varios minutos, fue Rarity la que rompió ese silencio.

"Disculpa Denébola, pero, en el muy remoto y poco probable caso de que... mi hijo nazca de… un huevo… ¿cuánto… cuanto tiempo tardaría en… empollar?"

Rarity no pudo evitar verse sacudida por un escalofrió, no importaba de que manera llegara su hijo al mundo, lo amaría igual. Pero la idea de poner un huevo jamás le resultaría fácil de aceptar.

"Como tres o cinco meses, dependiendo de la calidad de la llama de Spike. Además un huevo de dragón puede durar unos trescientos años sin empollarse sin que le pase nada."

Rarity asintió y trató de alejar las imágenes muy peculiares que le venían a la mente. Spike trató de regresar el ambiente a un tono más agradable.

"Velo por el lado positivo, es la mitad del tiempo que le toma a un pony nacer de manera normal."

La unicornio le dedicó una mirada poco halagadora a su esposo, el cual se rascó la nuca.

"Heee, hmmm."

Spike miró nerviosamente a los alrededores hasta que fijó su vista en Denébola.

"¡Denébola!, me gustaría preguntarte un par de cosas."

La plática se desvió a las costumbres y tradiciones de los dragones. Rarity fue vencida por el sueño y después de un inquieto descanso enmarcado por ensoñaciones que la unicornio no podría olvidar en un tiempo esta despertó para encontrarse que ambos reptiles seguían hablando. Rarity se sorprendió cuando notó que Spike tenía una gran cantidad de papeles alrededor de él llenos de su compacta y experimentada caligrafía. El dragón joven seguía anotando las palabras de la mayor con sumo interés mientras esta hablaba.

"… y entonces El Que Ruge Con Furia y Gloria tomó a su hijo mayor, Tifón, y como castigo por su desobediencia lo encadenó y encerró en lo mas profundo de la prisión de fuego, que a partir de entonces fue conocida como tártaro."

Spike miró de reojo a Rarity y señaló emocionado la gran enorme cantidad de papeles que lo rodeaban.

"¡Debiste de haberte quedado despierta! Denébola tiene tantas historias increíbles ¿Sabías que su abuelo ayudó a los ponies durante el reinado de Discord?, ¿O sabías que cuando un dragón siente que es demasiado viejo invita a un grupo de dragones jóvenes para tener una última batalla y que el tesoro del dragón viejo se reparte entre los que sobrevivieron?, ¡Twilight va a amar todo esto!"

Rarity se llevó una pezuña a la boca para cubrir un bostezo.

"Eso es remarcable, Spikey, pero me temo que no hayas descansado lo suficiente para continuar nuestro viaje."

Spike negó con la cabeza.

"Estoy fresco como una manzana recién cosechada. Podemos irnos en cuanto desayunemos."

Denébola parpadeó.

"¿Se irán tan rápido?, Entiendo, han estado mucho tiempo lejos de su hogar."

Spike sonrió.

"No te preocupes, cada vez que pueda vendré a visitarte, estoy seguro que no me has contado todo lo que hay que saber acerca de los dragones."

Denébola sonrió y asintió.

"Eso sonó como una promesa, y recuerda que los dragones siempre cumplimos nuestras promesas."

Spike hizo un saludo militar.

"Palabra de oficial de la guardia nocturna."

Rarity desayunó de las provisiones que traían consigo mientras Spike y Denébola se daban un banquete con las joyas de esta. La unicornio no pudo evitar sentirse un poco triste por las piedras preciosas que desaparecían en las fauces de los reptiles.

Después del desayuno la pareja se despidió de la dragona y emprendió el camino de regreso a su hogar, después de un par de días pudieron ver el pequeño poblado de Ponyville a la distancia. Spike había insistido en no mandar un aviso de su llegada para sorprender a todos en el pueblo.

El dragón dio un par de vueltas alrededor del pueblo, hacía ya poco más de tres meses que habían partido y ahora se veía más reconfortante y amigable que nunca, bañado en la luz del atardecer.

Finalmente tocaron tierra enfrente de la biblioteca de Twilight. Rarity llamó a la puerta y ambos esperaron para ver la expresión de sorpresa de su amiga unicornio, sin embargo los sorprendidos fueron ellos cuando fue otra unicornio la que abrió, algo que no habia pasado en todo el tiempo en el que habia estado viviendo ahí. Trixie sin embargo parecía más preocupada por algo que sucedía dentro del árbol y miraba directamente hacia adentro.

"Si esto es un trrruco parrra verrr mis carrrtas te jurrro que…"

La unicornio azul giró su cabeza y notó por primera vez a la pareja enfrente de ella.

"Oh, ¡hey, twilight! es parrra ti."

Trixie entró de nuevo en la biblioteca dejando a Spike y Rarity confundidos.

"¿La llamó Twilight y no Sparkle?" Se preguntó el dragón.

"¿Fue mi imaginación o sonrió cuando nos vio?" Fue la respuesta que le dio la unicornio.

No pudieron seguir discutiendo sobre el tema porque Spike sintió que algo lo golpeó en el estómago sacándole el aire. Al mirar abajo Twilight lo estaba abrazando tanto como sus brazos se lo permitían. Spike regresó el abrazo y después de un tiempo fue el turno de las dos unicornios de abrazarse. Twilight sonrió por unos momentos pero después le dio un golpe en el costado a Spike.

"¿Qué pasa contigo?, me tenias muy preocupada. ¿Puedes enviar cartas mágicamente y en todo este tiempo solo me enviaste una que decía que te habías encontrado con un discípulo de Nightmare Moon?, ¿sabes lo cerca que estaba de volverme loca de la preocupación?"

La voz de Trixie se escuchó desde la biblioteca.

"Si, no sabes lo que es soporrrtarrrla en ese estado. Me las vas a pagarrr Spike."

La expresión enojada de Twilight dio paso a una de curiosidad.

"¿Y bien?"

Spike Y Rarity no contestaron pero se abrazaron y sonrieron, a su vez una gran sonrisa se dibujó en el rostro de Twilight.

"Maravilloso."

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