Enemigos Siniestros
Chapter 8: El Señor de las Alimañas: Vermalanx
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"El Señor de las Alimañas: Vermalanx"
Aún no amanecía, no habían pasado más que unas cuantas horas desde que Celestia anunció la guerra contra los Skavens y Canterlot estaba a rebosar de soldados. Muchas forjas se encontraban encendidas desde donde emanaban grandes columnas de humo, en otras zonas de la ciudad se estaban construyendo máquinas de guerra y desde luego se empezaban a tomar preparativos para llevar a cabo planes de contingencia para repeler una posible invasión.
Celestia estaba al pendiente de todo lo que pasaba en las zonas que aún no sufrían un ataque, pero le preocupaba no saber nada de Ponyville.
El miedo la consumía y también lo era la intención de leer el libro que Discord le había dado, pero la advertencia era clara y ella no le traería la ruina a su pueblo. Luna estaba a su lado, contemplando Canterlot que se estaba preparando para la guerra. Repentinamente el silencio de los aposentos de Celestia se interrumpió cuándo apareció Rainbow Dash en el umbral de la puerta.
- ¿Qué sucede Rainbow?
- ¡Princesa! ¡Debemos volver a Ponyville de inmediato!
- ¿Por qué? ¿No puedes esperar a que amanezca?
- ¡Hubo un ataque en Ponyville! ¡Trixie nos envió el mensaje y debemos volver ya!
- ¡No puede ser! Está bien capitana Dash, despierte a sus amigas, hare que un tren las lleve hasta allá y prepararé algunas tropas para reforzar la guarnición de Ponyville.
- Gracias princesa – Rainbow salió de inmediato de los aposentos de las princesas hacia los cuartos de sus amigas en el castillo.
Luna activó su magia y llamó a un guardia. Al entrar a la habitación les dedicó una reverencia.
- Majestades, ¿Cuál es su orden?
- Soldado, quiero que prepare un tren para salir de inmediato a Ponyville y reúna a todos los guardias disponibles. Me temo que debemos presentar batalla antes de lo previsto.
- Sí su alteza.
El guardia les dedicó otra reverencia y salió rápidamente de la habitación.
Cinco minutos más tarde, las amigas de Rainbow se encontraban en el vestíbulo, con aspecto de estar desveladas pero sus rostros reflejaban preocupación. Rarity no dejaba de temblar al igual que Pinkie y Fluttershy.
- Jovencitas – Celestia entraba al vestíbulo con paso firme – Lamento tener que privarlas de su sueño, pero las actuales circunstancias me obligan a tomar estas medidas. La capitana Dash me acaba de entregar una carta de la amiga de Starlight Glimmer, Trixie, quién afirma que Ponyville también fue atacado por nuestro enemigo, sin embargo debido a la presencia de la Guardia del Crepúsculo lograron evitar que la ciudad cayera. Las enviaré de regreso a Ponyville para ayudar a evacuar a los civiles que no pueden luchar. Y también las acompañarán mil de mis guardias.
La puerta principal del vestíbulo se abrió y apareció un gran contingente de Guardias Reales. Todos estaban armados con lanzas, espadas y arcos.
Celestia puso a cargo de las tropas a Rainbow quién estaba muy impresionada ya que hasta el momento solo comandaba un escuadrón de Wonderbolts, pero garantizó a la princesa que defenderían con éxito a Ponyville.
Rainbow y sus amigas se colocaron frente a las tropas quiénes marcharon tras ellas hasta la estación de tren en dónde al menos cinco enormes trenes de aspecto militar, estaban listos para partir. A pesar de que las nevadas habían vuelto, había una misión que cumplir y siguiendo las instrucciones de Celestia, Rainbow y los otros subieron a los trenes y partieron hacia Ponyville.
El enorme convoy salió de Canterlot sin ningún preparativo en específico y fue de forma muy apresurada por lo que nadie había ido a despedirlos. El camino duraría al menos cinco horas y había posibilidades de una emboscada por parte de los Skaven y por ello se necesitaba que los pegasos volaran por delante de la locomotora guía para reconocer el terreno.
- ¿Creen que Ponyville esté bien? – Le preguntó Fluttershy a sus amigas cuándo ya llevaban casi tres horas en el tren.
- No lo sé cariño, ojalá no esté igual que Trottingham.
- No digan esas cosas – Starlight estaba muy nerviosa desde que habían recibido el mensaje de Trixie – Todo estará bien en Ponyville, no será nada grave.
- Si no fuera tan grave caramelo, la princesa no habría enviado tantos soldados.
- Applejack a veces no debes ser tan negativa – Pinkie había estado viendo a través de la ventana todo el camino y apenas se metía en la plática – Debemos creer que nuestros amigos y familiares se encuentran a salvo. Y una vez que lleguemos salvaremos nuestro hogar.
Las chicas se quedaron mudas por unos segundos, ya que por lo general, Pinkie prefería hablar de cosas sin sentido y hacer bromas. Pero ahora no, parecía que la guerra presente ya había empezado a hacer un cambio en ella.
Mientras las chicas platicaban en el tren principal, Rainbow volaba al frente de la locomotora, junto con otros tres pegasos que llevaban arcos y flechas, estaban vigilantes a las vías y a posibles zonas en dónde podría presentarse la oportunidad de una emboscada.
- ¡Capitana! Esas rocas parecen muy sospechosas, ¿Quiere que les eche un vistazo?
- No, no son una amenaza, debes calmarte más Silver Night, cuando en realidad veas algo extraño me avisas, mientras tanto sigue vigilando.
- Con todo respeto capitana Dash, ¿Cómo sabe que ese montículo de rocas no representa un peligro para el convoy?
- He memorizado el camino de Canterlot hasta Ponyville, conozco toda roca y árbol que está en el recorrido.
- Si usted lo dice capitana… ¡Cuidado!
Un enorme rayo de energía color verde esmeralda salió disparado desde uno de los acantilados, y después otro tras otro. Todos iban contra la locomotora.
- ¡Detengan el tren!
Demasiado tarde.
Los rayos de energía golpearon la locomotora, haciéndola explotar, volcándola y provocando un gigantesco choque.
- ¡Nooo! ¡Busquen sobrevivientes y bajen la cabeza!
Siguiendo las órdenes de Rainbow, los pegasos bajaron de altitud y se dirigieron hacia los trenes estrellados. Había metal por todas partes y había una gran cantidad de incendios, y los cañones de los Skaven seguían disparando hacia los vagones tratando de hacerlos volar en pedazos.
- ¡Chicas! ¡¿En dónde están?! – Rainbow estaba buscando en el vagón dónde estaban sus amigas.
- ¡Cúbranse!, ¡Cuidado!, ¡Asuman posiciones de batalla!
Algunos grupos de soldados que habían salido ilesos del accidente, comenzaban a formarse para enfrentarse a los Skaven que empezaban a emerger de una colina adyacente. Rainbow se elevó un poco para poder analizar la situación que no era nada favorable.
Más de diez mil guerreros rata se asomaron por la colina blandiendo el estandarte del clan Pestilens, los ponys solo eran apenas un centenar, pero eran guerreros de profesión, dispuestos a morir por el bienestar de Equestria. Se acababa el tiempo para encontrar a sus amigas.
Rainbow volvió a centrar su atención en el vagón, y comenzó a remover tantos escombros como fuese posible, aún se oían los gritos frenéticos de los Skaven, dentro de poco comenzaría la batalla.
De repente un trozo gigante de hierro salió volando, llenas de cortes y rasguños salieron Pinkie, Rarity, Applejack y Starlight quién llevaba a Fluttershy sobre su lomo ya que una de sus patas estaba rota.
- ¡Amigas! – Rainbow se acercó a ellas y les dio un fuerte abrazo - ¿No están heridas?
- Sólo Fluttershy, pero las demás estamos listas para pelear – Le respondió Applejack, mientras sacaba su sombrero del vagón.
- ¿Qué paso?
Rarity apenas terminaba de preguntar, cuándo el vagón recibió un impacto de los cañones y explotó en mil pedazos.
El fuego que envolvió a Rainbow y a sus amigas fue terriblemente abrazador, el poder de la explosión tuvo el poder suficiente para haberlas matado al instante de no ser por qué Starlight había creado una barrera protectora antes de que el rayo golpeara el tren. Pero eso no las salvó de salir volando por la fuerza de la explosión.
Miradas distorsionadas, un terrible dolor en la cabeza y un silbido molesto, fueron las secuelas de la explosión, pero afortunadamente eso no impediría a las chicas unirse a la refriega.
- ¡Pinkie quédate con Fluttershy y busca más heridos! ¡Las demás debemos ir con los soldados!
Unos pocos metros más adelante los ponys se habían alineado para luchar frente a la horda que gritaba frenéticamente, deseosa de matar.
- ¡¿Listos amigos?!
- ¡Capitana Dash!
- ¿Qué creen que hacen?
- Tomando posición para luchar.
- Pero no aquí, ellos nos superaran en este lugar, vayan ahí.
Rainbow señaló a unos vagones que formaban un cuadro, ideal para una formación compacta.
- Fórmense en un cuadro ahí.
- Pero no habrá posibilidades de retirada capitana.
- Eso es lo de menos, lo que importa es que no podrán usar su superioridad numérica contra nosotros. ¡Fórmense ya!
Las tropas de inmediato se movilizaron hacia los vagones y siguiendo las órdenes de Rainbow formaron en falange.
En la cima de la colina, los Skaven seguían esperando la señal de su líder:
• Vermalanx
Vermalanx fue antaño, uno de los más terribles y sádicos Señores de las Alimañas, su dedicación a la Gran Rata Cornuda lo había corrompido tanto que ya no parecía un Skaven, era tan grande como un minotauro, la corrupción del Caos en su cuerpo era notoria ya que estaba repleto de marcas, de su cabeza emanaban tentáculos y en sus garras llevaba dos guadañas que chorreaban veneno. En el Viejo Mundo, sus ejércitos arrasaron con muchas Ciudades – Templo de los Hombres Lagarto que vivían en las Tierras del Sur, invadió y profanó múltiples fortalezas enanas de Las Tierras Yermas, masacrando a todos los que se enfrentaron a él y también llevo la ruina, la peste y la guerra a Arabia durante el Fin de los Tiempos. Ahora, bajo el yugo de Lord Blistrox, comandaba una enorme legión de guerreros que solo esperaba su orden para satisfacer su instinto asesino.
- Gran Señor de las Alimañas, nuestro enemigo se ha acorralado a sí mismo. Las tropas esperan su señal.
Vermalanx estaba parado al borde de un acantilado desde dónde tenía una gran vista del campo de batalla.
- Retírense
- ¿Qué dijo?
- Retira a las tropas, reúnanse con Lord Blistrox en Ponyville. No puedo deshonrar la victoria así de fácil.
- Pero las órdenes de Queek eran evitar la llegada de refuerzos enemigos a la ciudad.
Vermalanx furioso, agarró al Skaven por el cuello y lo acercó a su deforme rostro.
- ¡Yo no obedezco a esa estúpida rata! Solo a Blistrox, ¡Retíralos ahora! Los mataremos a todos en Ponyville. Tenemos una sorpresa esperándolos.
Debajo del acantilado, Rainbow solo observaba a los Skaven que seguían parados, pero de repente se dieron la vuelta y se marcharon, después los cañones pararon de bombardear a los vagones y todo quedo en calma.
- ¿Qué sucede? – Se preguntó Rainbow mientras veía como los Skaven se retiraban.
- ¿Vencimos? – Preguntó Starlight.
- No, algo pasa. Prepárense para partir de inmediato a Ponyville.
- Rainbow no podemos partir aún. Debemos rescatar a todos los sobrevivientes posibles, después iremos a casa – La interrumpió Rarity
- Pero…
- ¡Rainbow! Mira a tu alrededor
Rainbow alzó la vista y pudo ver a lo que se refería Rarity y Applejack.
La destrucción era terrible, algunos de los guardias que iban a presentar batalla se habían derrumbado y habían estado en llanto. Otros estaban revisando entre los escombros de los trenes buscando a sus compañeros.
- De acuerdo, busquemos a los sobrevivientes, partiremos al atardecer, sólo recemos a Celestia para que Ponyville resista.
Y sin decir más se unió a sus amigas para buscar tanto vivos como a muertos.