Dusk Shine en busca de la Felicidad
Chapter 23: El Boleto que Nadie Quiere
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Era una cálida tarde en el huerto de manzanas de la familia Apple, allí, dos ponies se encontraban abrazados bajo un manzano, mismo manzano en el que ambos ponies se habían besado por accidente el primer día que se conocieron.
Dusk estaba abrazando a Applejack, él lo había hecho impulsivamente, todo para que su amiga no se negara a su ayuda. Fue así que ella finalmente cedió y susurró un 'Está bien' en su oído, aceptando así finalmente su petición de ayuda. Al instante, Dusk sintió que los músculos de Applejack dejaron de estar tensos, lo que él atribuyó a que ella finalmente se había relajado, por lo que Dusk mantuvo su abrazo en Applejack, pensando que aquel abrazo debía durar más, ya que lo que más necesitaba su amiga en ese momento era justamente relajarse.
Mientras abrazaba a Applejack, Dusk recordó el abrazo que también le había dado a Rarity hacía unos días atrás, aunque ese no había durado tanto como el que estaba dando en ese preciso momento, lo que hizo que muchas más ideas cruzaran por su cabeza mientras él mantenía el abrazo.
"Los abrazos son tan cálidos… Acaso… ¿El contacto de otros ponies siempre es tan cálido…?" Pensó Dusk relajado, dejándose llevar por lo bien que se sentía aquel abrazo, recordando los pocos abrazos que él había dado en su vida, ya que normalmente él era muy arisco en ese aspecto, siempre renuente a tales muestras de afecto, inclusive con su misma familia.
"Yo… me siento bien estando así contigo…" Le dijo Dusk a Applejack, pensando en voz alta. Entonces Dusk de inmediato se dio cuenta que aquello que había dicho había sido muy vergonzoso, lo que hizo que él rápidamente abriera sus ojos y se sonrojara por haberle dicho eso a Applejack en voz alta.
Fue solo entonces que Dusk se separó del abrazo y se dio cuenta que Applejack estaba desmayada.
"Gracias a Celestia que Applejack no me escuchó decir eso tan vergonzoso." Dijo Dusk para sí mismo, dejando de recordar lo sucedido aquel día.
Dusk Shine descansaba tranquilamente en su habitación, de espalda sobre su cama, con sus ojos cerrados y uno de sus cascos tapando su rostro, intentando ocultar sus sonrojadas mejillas. Él había pasado gran parte de la mañana descansando en su habitación, algo que no había hecho hacía mucho tiempo ya que toda esa semana él y sus amigas habían ayudado a Applejack a terminar con la cosecha de manzanas antes del fin de temporada, y ahora que finalmente habían terminado, Dusk quería darse un tiempo para por fin relajarse un poco, mirar hacia atrás y meditar sobre todo lo sucedido.
Dusk respiró hondo, totalmente sereno como hacía días no lo estaba, no solo por ya no tener que ir a trabajar a la granja, sino porque ahora él podía estar más relajado cuando estaba con sus amigas. Dusk no sabía por qué, pero luego de resolver el problema de Applejack, él ahora podía estar mucho más cómodo cuando estaba rodeado por sus amigas, ya que por alguna razón que él no entendía del todo, parecía que ahora las yeguas se tomaban con más calma la situación cuando él estaba junto a ellas, ellas ya no se abalanzaban frente a él para captar su atención, ahora todas se veían mucho más relajadas y conversaban tranquilamente con él sin esa lucha por captar su atención que él había vivido los primeros días en Ponyville, algo que él había atribuido al hecho de ser el nuevo amigo en el grupo, sin siquiera pasársele por la mente que hubiera habido una razón más de fondo por la que las yeguas hubieran querido captar su atención, Dusk solo pensaba que las yeguas finalmente lo habían aceptado totalmente en el grupo, y eso lo hacía relajarse y sentirse feliz consigo mismo.
Aquel pequeño pero significativo cambio en la relación con sus amigas había hecho que Dusk se reformulara a sí mismo los pensamientos que él tenía sobre la amistad, ya que en un inicio, cuando la princesa le asignó la tarea de estudiar la magia de la amistad, pensó que sería algo fácil de manejar, pero luego de lo ocurrido con Applejack, Dusk se dio cuenta que la amistad sería algo mucho más complicado de estudiar de lo que pensó. Él lo vivió en carne propia al ver todo lo que le había costado convencer a Applejack que aceptara su ayuda en la cosecha, algo que finalmente logró, y de eso aprendió nuevas cosas sobre la amistad, cosas que debía informar a la princesa Celestia, después de todo era ella quien le había encargado que estudiara aquella particular, poderosa y confusa magia llamada amistad.
Con ese último pensamiento en mente, Dusk se puso de pie y se dirigió hacia el escritorio de su habitación, el cual estaba repleto de hojas y pergaminos que él mismo había llenado las últimas noches mientras escribía muchas de sus ideas sobre la amistad, además también estaba el libro sobre cómo hacer amigos, con muchos párrafos marcados por Dusk, y algunas pocas hojas de cálculo encima del libro. Al acercarse, Dusk se sentó, levantó una pluma y comenzó a escribir, decidido a que ya no podía esperar más y que debía escribirle a la princesa, pese a que algunas de sus ideas aún no estaban completas:
"Querida princesa Celestia.
Esta semana tuve un problema con mi amiga Applejack, probablemente mi primer gran problema de amistad luego de haber hecho nuevas amigas. Ella tenía un problema que quería solucionar sola, una tarea que era casi imposible de realizar sola pero ella insistía en que quería resolverlo por sí misma. Busqué ayuda en el libro que usted me envió, pero me di cuenta que no es un manual muy efectivo, ya que tiene consejos, pero no hay instrucciones ni un orden a seguir.
Finalmente la experiencia resolviendo este problema me llevó a la siguiente conclusión:
Ley de la amistad N°1: Uno siempre debe velar por el bienestar de su amigo.
Ley de la amistad N°2: Uno siempre debe confiar en su amigo, siempre y cuando no entre en conflicto con la 1° Ley."
En este punto Dusk dejó de escribir, sin soltar la pluma, y miró inseguro algunas de las hojas de cálculo que él había rellenado con números y ecuaciones lógicas. Entonces él se mordió el labio y continuó escribiendo:
"Aún estoy intentando expresar esto como una ecuación matemática, en cuanto pueda hacerlo se lo enviaré, ya que estoy seguro que la amistad se puede expresar en un axioma matemático-lógico, ya que al aplicar estas leyes finalmente pude resolver el problema de mi amiga.
En cuanto tenga más descubrimientos sobre la amistad, se los haré llegar.
Se despide, su fiel alumno, Dusk Shine."
En cuanto Dusk llegó al final de la carta, la releyó mientras en su rostro iba apareciendo una mirada de disconformidad. Al terminar de leerla, él suspiró fuertemente y dejó caer su cabeza sobre el escritorio, este era el décimo quinto intento de escribirle una carta a la princesa contándole sobre sus descubrimientos de la amistad y él aún seguía disconforme.
Desde hacía varias noches, que era cuando Dusk volvía del trabajo en la granja y tenía tiempo libre, él había escrito muchas teorías sobre la amistad, sobre lo que había aprendido, además de haber llenado muchas hojas de cálculo intentando plantear sus ideas de una forma más científica, de ser posible matemáticamente, ya que Dusk estaba convencido que la princesa esperaba lo mejor de él, y él no podía simplemente enviarle una carta diciendo algo tan simple como que había descubierto que 'el bienestar de un amigo está ante todo', por eso Dusk, siendo tan metódico como siempre, intentó expresar con fórmulas lógicas y matemáticas sus descubrimientos, algo que obviamente no había dado frutos, ya que sin darse cuenta estaba tratando de imponer lógica a los sentimientos, es decir, intentaba poner lógica a algo ilógico.
Dusk siguió dándole vueltas al asunto mientras su cabeza intentaba en vano tratar de expresar en leyes y fórmulas lo que el sentía por sus amigas, mientras sin darse cuenta una pequeña y diminuta idea se iba abriendo paso en su cabeza, una idea que aún no lo convencía del todo pero que ya había aparecido en su cabeza para quedarse, la idea de que quizás la amistad no fuera algo que pudiera expresarse con números, sino que era algo que solo se podía sentir.
Finalmente Dusk dio un fuerte suspiro y enrolló el pergamino con su magia, decidido a que esta era la carta que finalmente enviaría, ya que era la carta que lo había dejado más satisfecho, en donde expresaba su vivencia y aprendizaje sobre el problema de Applejack, además de aplicar ciertos parámetros lógicos a sus descubrimientos de la amistad.
Dusk se levantó del escritorio y abrió la puerta de su habitación para bajar las escaleras hasta el salón central de la biblioteca. Una vez allí, se acercó hacia una escamosa figura que allí estaba, era Spike, quien para sorpresa de Dusk, estaba absorto leyendo un libro.
"Vaya, no sabía que te gustara la lectura científica, en especial…" Dijo Dusk cuando se acercó hasta su hermano, agachando su cabeza para ver la portada del libro. "¿…'Joyas y Gemas de Equestria'?" Terminó de decir Dusk, leyendo el título del libro.
"¿¡Ah!?" Dijo Spike sorprendido, despegándose del libro, dejando de ver las imágenes de brillantes gemas que aparecían ilustradas en el libro y levantando su vista para ver a su hermano mayor. En cuanto Spike levantó la vista, Dusk vio que de la boca de su hermano caía un hilo de baba, como si él estuviera viendo lo más delicioso del mundo.
"¿De verdad extrañas tanto comer gemas?" Preguntó Dusk sonriendo mientras Spike se secaba el hilo de baba con su garra.
"¡Por supuesto! Son una adicción, ¡Son lo más sabroso del mundo!" Respondió Spike mientras le brillaban sus ojos, antes de darle una mirada más mordaz a Dusk. "Si no hubieras gastado tanto dinero en la biblioteca, hubieras podido comprar algunas dulces gemas…"
"¡Hey! ¡Necesitaba dejar la biblioteca en estupendas condiciones antes de abrirla al público!" Dijo Dusk fingiendo estar ofendido. "Además ya falta poco para que reciba el dinero de esta semana."
"Hngh…" Gruñó Spike resignado, dejándose caer de frente, apoyando su mentón en el suelo, mirando desde abajo a Dusk. "¿Qué es lo que traes ahí?"
Dusk acercó el pergamino que había estado levitando y lo movió cerca de la boca de Spike.
"Es una carta que quiero que le envíes a la princesa." Dijo Dusk con una mirada algo suplicante hacia su hermano, viendo que él no estaba de mucho humor y sabiendo que dependía de su hermanito que la carta llegara a la princesa.
"Así que finalmente la terminaste." Dijo Spike sin moverse, solo escupiendo de mala gana un pequeño fuego verde que consumió rápidamente el pergamino, activando su magia de envío. "Ya era hora, has pasado muchas noches intentando terminarla."
"Sí… lo sé…" Dijo Dusk avergonzado. "Por cierto, deberías ponerte de pie, sabes que la princesa normalmente responde mis cartas de inmediato, y no creo que esa sea una posición cómoda para que recibas una carta."
Spike se puso de pie, sabiendo que su hermano tenía razón, entonces se puso en posición para recibir la respuesta de la princesa en cualquier momento, con sus pies fijos en el suelo, sus garras hacia el frente esperando el empuje del eructo mágico, y una mirada tensa en su rostro, pues era algo incómodo para el pequeño dragón cuando las cartas llegaban sin previo aviso; en tanto Dusk miraba de frente a su hermano, igual de tenso que él. Así pasaron varios minutos, sin embargo la respuesta no llegó, por lo que tanto el unicornio como el dragón se encogieron de hombros y comenzaron a volver a su rutina.
"Supongo que la princesa estará ocupada. Cambiando de tema, ¿Seguirás leyendo ese libro de gemas y joyas?" Dijo Dusk volviendo a la normalidad.
"Sí, yo- ¡BERGH!" Eructó Spike sin previo aviso, soltando una flama verde de su boca, de la cual salió un pequeño pergamino. El inesperado eructo sumado a la fuerza mágica, hizo que Spike saltara para atrás y casi cayera al piso.
"¡Coff! ¡Coff…! Te lo juro… ¡Ella lo hace apropósito!" Dijo Spike molesto, pasándose la garra por la boca, sabiendo que la princesa disfrutaba molestarlo y pensando que de alguna forma ella sabía cuando él no estaba preparado, siempre mandando una carta cuando él menos se lo esperaba. "¿¡Te imaginas que ella me hiciera eructar frente a Rarity!?"
"Ya… ya… solo es un eructo." Dijo Dusk tratando que Spike no se molestara, pero en el fondo no pudiendo descartar que efectivamente la princesa hiciera aquello apropósito, solo para divertirse a costa del pequeño dragón. Enseguida él estiró el pergamino que había llegado y comenzó a leerlo.
"¿Qué es lo que te escribió la princesa?" Preguntó Spike acercándose.
"No es de la princesa… O al menos no de su puño y letra." Respondió Dusk, bajando el pergamino para que Spike lo leyera.
Dusk se quedó sosteniendo algo dorado que había caído del pergamino mientras Spike leía la carta:
"Estimado.
Es un agrado para mí extenderle esta invitación doble para la fiesta más grande de Equestria del año, 'La Gran Gala del Galope', a efectuarse en el castillo real de Canterlot.
Será un honor para mí recibirlo a usted y su pareja en tan especial ocasión.
Le ruego confirmar a ambos sus nombres y asistencia lo antes posible.
Atentamente, Princesa Celestia."
Obviamente esta era una carta tipo que enviaban a todos los invitados para dicha celebración, Dusk lo sabía ya que la princesa jamás le escribiría una carta personal de forma tan fría y sin siquiera mencionar su nombre. Sin embargo esta invitación le había llegado mediante el fuego mágico de Spike, lo que significaba que aunque ella no había escrito personalmente la carta, al menos si la había enviado personalmente.
"¿Qué es eso?" Preguntó Spike viendo lo que sostenía Dusk con su magia.
"Venía con la carta, es una boleto doble para la Gran Gala del Galope." Respondió Dusk acercándole la invitación a Spike para que él la viera. Era un pequeño ticket dorado, muy elegante, en el que se podía leer: 'Invitación doble para la Gran Gala del Galope', seguido de dos líneas punteadas en donde se debían anotar los dos nombres de quienes asistirían.
Dusk dejó de levitar el boleto dorado para que este cayera en las manos de Spike, el dragón tenía sus manos estiradas y estaba a punto de recibir el boleto cuando una revelación vino a él y rápidamente apartó sus manos, haciendo que el boleto cayera al suelo.
"¿Qué pasa? ¿Por qué no lo atrapaste?" Preguntó Dusk con una mirada de curiosidad.
"Tú vas a ir a esa fiesta, ¿Verdad?" Preguntó Spike con una mirada de sospecha.
Dusk no respondió, él solo se sonrojó, apartando sus ojos de la mirada de Spike.
"¡Lo sabía! ¡Tú no quieres ir! ¡Conozco tus trucos!" Dijo Spike molesto. "¡Si lo atrapaba tu dirías que ahora es problema mío! ¿Verdad?"
"N-No sé de qué estás hablando…" Dijo Dusk sonrojado, aún sin ver a Spike a los ojos, mintiendo tan mal como lo hacía Applejack.
"No me engañas, no caeré en tus trucos." Dijo Spike un poco molesto. "La princesa te lo envió a ti así que tú eres quien debe ir."
"Nooo… ¡Por favor, no quiero ir!" Dijo Dusk finalmente admitiendo la verdad, mirando con mirada suplicante a su hermanito. "Estará lleno de ponies snobs y elegantes, todo será tan aburrido… Yo nunca he ido a una antes, pero he visto los ponies que van a esas fiestas, yo definitivamente no soportaré un minuto rodeado de esos ponies."
"Pues entonces no vayas." Dijo Spike encogiéndose de hombros.
"No es tan simple, ¡Esta es una invitación a la Gran Gala del Galope! ¡La fiesta más prestigiosa de toda Equestria! En mi caso, ¡Una invitación enviada personalmente por la princesa Celestia! Yo no puedo simplemente rechazarla y decir que no iré." Dijo Dusk nervioso mirando al techo, luego bajando su vista para mirar de reojo a su hermano. "Pero si fuera alguien en mi lugar… Alguien digno que pudiera representarme e ir en mi lugar…"
"¡No! ¡Definitivamente no iré!" Dijo Spike cruzándose de brazos. "Tú mismo lo dijiste, es solo una tonta fiesta para elegantes y desagradables ponies de Canterlot, por nada del mundo iría allí."
Dusk bajó su cabeza resignado, su plan había fallado, Spike había anticipado su movimiento y ahora él tendría que ir a esa elegante fiesta y tener que socializar con esos falsos y arribistas ponies de Canterlot, él no quería ir, pero no podía solo rechazar una invitación a un evento tan importante como ese, si tan solo él hubiera convencido a Spike de ir en su lugar… Fue entonces que una brillante idea apareció en la mente de Dusk, lo que le hizo sonreír maquiavélicamente.
"Oh, bueno, no hay remedio, supongo que tendré que ir yo." Dijo repentinamente Dusk, fingiendo desinterés. "Sí… es una pena que no quieras ir en mi lugar, porque conozco a una fina y elegante unicornio blanco a la que le encantaría ir a una fiesta así…"
Spike casi saltó cuando escuchó lo que Dusk dijo.
"Ra… ¿Rarity?" Preguntó Spike con sus ojos abiertos, mirando con total interés a Dusk.
"Sí, ya sabes cómo a ella le gusta todo eso del glamour y esas cosas, ella definitivamente gritaría de alegría y estaría profundamente agradecida si alguien la invitara a tan importante y lujoso evento…" Dijo Dusk mirando de reojo a Spike y sonriendo al ver que su hermano caía en su trampa.
El dragón se puso una garra en su boca y se quedó en silencio mientras fantaseaba. A Dusk no le fue necesario leer la mente de su hermano para saber lo que el dragón estaba imaginándose mientras veía la mirada soñadora de su pequeño hermano mientras sus mejillas se sonrojaban y ponía una cara de tonto. Entonces Spike se dio cuenta que había estado poniendo una cara de tonto, sacudió rápidamente su cabeza e intentó mirar seriamente a Dusk.
"B-Bueno… si insistes tanto, supongo que podría hacerte el favor de ir a esa fiesta en tu lugar." Dijo Spike levemente sonrojado mientras estiraba su garra para que Dusk le entregara el boleto.
"¡Así se habla, casanova!" Dijo Dusk rápidamente, entregándole el boleto a Spike, feliz de saber que se había salvado de tener que asistir a esa aburrida fiesta.
Spike sostuvo el boleto doble entre sus garras y una gran sonrisa creció en su rostro mientras se imaginaba a él mismo entrando a la Gran Gala del Galope acompañado de la yegua más hermosa de Equestria, su bella Rarity.
"¡Ya vuelvo!" Dijo Spike lleno de alegría, sosteniendo el boleto y corriendo hacia la puerta de la biblioteca para ir de inmediato hacia la casa de su amada para invitarla lo antes posible.
Dusk vio felizmente como su hermano salía de la biblioteca en dirección a Carousel Boutique, alegre de que todo hubiera resultado bien, después de todo él se había salido con la suya, pero Spike también estaba feliz, había sido un acuerdo ganar-ganar para ambos, ahora el día de la gala él se quedaría descansando en su habitación cómodamente mientras Spike iba a bailar y a divertirse junto con Raity... junto con… Rarity. En cuanto Dusk pensó en una de sus amigas bailando románticamente con alguien más, su corazón se apretó por un segundo.
Mientras tanto, Spike ya había llegado a Carousel Boutique, él había corrido a toda velocidad hasta la casa de Rarity, donde antes de tocar la puerta descansó un poco para recuperar el aire, luego se arregló un poco las escamas como si fuera un peinado, y finalmente tocó la puerta.
"¡Adelante~!" Dijo la melodiosa voz de Rarity desde dentro de la casa.
Spike abrió la puerta y entró en la boutique, sus ojos brillaron de emoción al ver allí a la bella unicornio blanco con su arreglada melena púrpura, levitando con su magia un vestido que parecía estar arreglando.
"¡Oh! Eres tú, mi lindo Spike, ¿Qué te trae por aquí?" Dijo Rarity sonriendo, dejando el vestido a un lado y acercándose hasta el dragón.
Mientras Rarity se acercaba, la seguridad de Spike se iba esfumando al tiempo que se iba poniendo más nervioso al estar tan cerca de su musa.
"Yo… eh… yo…" Empezó a tartamudear Spike, con sus mejillas rojas mientras Rarity lo miraba con una sonrisa tranquila.
"¡Vamos! ¡Esta es tu oportunidad! ¿Qué eres? ¿¡Un dragón o una gallina!?" Pensaba Spike mientras se intentaba dar ánimo para lo que iba a pedirle a la unicornio.
"L-La princesa envió esta invitación a Dusk para la Gran Gala del Galope…" Comenzó a decir Spike sin ser capaz de ver a Rarity a los ojos debido a su vergüenza, estirando la garra en la que sostenía el boleto para que Rarity lo viera. "Es una invitación doble… y yo-"
"¡La Gran Gala del Galope!" Gritó Rarity excitada, abriendo sus ojos a más no poder. "¡La fiesta que reúne a los ponies más elegantes de todo el reino! Yo diseño conjuntos para la gala cada año pero… ¡Espera! ¿¡Dijiste que era una invitación doble!?"
"S-Sí…" Respondió Spike algo nervioso al ver lo exaltada que había reaccionado Rarity. "Supongo que la princesa nos la envió para que Dusk y yo fuéramos, al principio ninguno de los dos queríamos ir, pero ya que al menos uno de nosotros debe ir, decidimos que podemos usar la invitación doble para-"
"¿¡Vienes a ofrecerme la invitación que queda libre!? ¡Por Celestia, di que sí! ¡Di que sí!" Gritó Rarity eufórica, con sus ojos brillando, sosteniendo a Spike de los hombros y acercando su cara a la de Spike.
"A… Así es…" Respondió Spike totalmente rojo al tener el rostro de Rarity tan cerca del de él.
"¡KYAAAA! ¡Iré a la gala! ¡Iré a la gala!" Gritó Rarity llena de emoción, tan alegre que le dio un fuerte beso en la mejilla a Spike en agradecimiento antes de soltarlo, comenzando luego a saltar de alegría en el salón.
"¡Dusk me invitó a la gala~! ¡Dusk me invitó a la gala~!" Comenzó a cantar Rarity, aún más emocionada sabiendo que no solo iría a la gala, sino que ella iría con su querido Dusk. Entonces ella se detuvo en seco con una mirada nerviosa. "¡No puede ser! ¡Aún faltan meses pero debo empezar a trabajar desde ya en un vestido digno para la gala!" Agregó Rarity seriamente, luego nuevamente empezó a sonreír, sonrojándose y gritando de felicidad antes de salir corriendo hacia su estudio para comenzar a diseñar un vestido para la gala.
En tanto, Spike seguía donde mismo, totalmente inmóvil, con su boca abierta y sus ojos en forma de corazón. Él no había escuchado nada de lo que había dicho Rarity después del beso en su mejilla, en cuanto él sintió los suaves labios de la yegua haciendo contacto con su piel, él se fue a otro mundo, un mundo de fantasías en el que él y Rarity paseaban felices como pareja corriendo en cámara lenta en un campo de flores. Finalmente, luego de mucho rato en que Spike estuvo en sus fantasías, él pudo salir levemente de su estado de aturdimiento, se dio la vuelta y comenzó su regreso hacia la biblioteca, tocando su mejilla y jurando que aún podía sentir allí los labios de Rarity.
Así fue como tanto Spike como Rarity estuvieron todo aquel día con una sonrisa de oreja a oreja, ambos pensando en que irían a la gran gala con su pareja ideal.
El día del desayuno prometido había llegado, ahora que todos tenían tiempo luego de haber terminado la temporada de cosecha, y tal como lo prometiera Dusk hacía más de una semana, los seis amigos ponies se juntarían para poder desayunar juntos, todo pagado por Dusk.
En el acostumbrado lugar para desayunar, el Café de Ponyville, ya se encontraban cuatro de las yeguas, Fluttershy, Applejack, Pinkie Pie y Rainbow Dash, todas sentadas en la misma mesa de siempre, conversando alegres entre todas mientras esperaban la llegada de Rarity y Dusk Shine.
"¿Sabían que ya comenzaron a repartir las invitaciones para la Gran Gala del Galope de este año?" Dijo Rainbow Dash poniendo un tema de conversación sobre la mesa. "Mientras volaba vi a un cartero de Canterlot entregarle una carta con una invitación a la alcaldesa."
"¡La Gran Gala del Galope! ¡Cielos! Me gustaría tanto poder asistir…" Dijo Applejack con una mirada soñadora. "Pero aún faltan muchos meses para la gala."
"A mí también-" Dijo Fluttershy con su suave voz antes de ser interrumpida por Rainbow Dash, quien no se dio cuenta que su tímida amiga había dicho algo.
"Sí, pero las envían mucho antes para que los invitados puedan confirmar y programarse con tiempo, o algo así, ya sabes, cosas elegantes de la nobleza." Respondió Rainbow Dash encogiéndose de hombros, luego poniendo la misma mirada soñadora de Applejack. "A mí no me gustan mucho esas fiestas elegantes, pero por la gran gala haría una excepción, definitivamente me gustaría ir allí alguna vez."
"A mí también..." Dijo Applejack aún con su mirada soñadora.
"Yo tamb-" Volvió a hablar Fluttershy, nuevamente siendo interrumpida sin intención por su amiga.
"Sí… ¡Tantos ponies reunidos, todos juntos festejando! A mí también me gustaría ir." Agregó Pinkie Pie con una gran sonrisa.
"¡Y a mí!" Agregó Fluttershy, hablando un poco más fuerte, lo que era casi como un grito para ella, finalmente haciéndose escuchar. Aquello era un problema al que Fluttershy ya estaba acostumbrada, no ocurría siempre, pero a veces, cuando sus amigas estaban muy interesadas en un tema en particular, su voz normal era tan suave que era fácil ser ignorada, por lo que ella tenía que hablar un poco más fuerte para hacerse notar.
"Oh… ¿Lo hicimos de nuevo?" Preguntó Applejack apenada mirando a Fluttershy, reconociendo que Fluttershy estaba hablando a un volumen normal, lo que no era normal para ella. "Lo siento si no te escuchamos, creo que nos dejamos llevar."
"No importa." Respondió sonriendo la bondadosa Fluttershy, volviendo a su tono normal de voz, uno muy suave y bajo. "Es mi culpa por hablar tan bajo."
"Deberías gritar siempre, así parece como si hablaras en un tono normal." Agregó Rainbow Dash sonriendo. "Debes hacerte notar, tomar la iniciativa y dejar de ser tan tímida."
Fluttershy no respondió, ella solo se sonrojó un poco, sabiendo que su amiga tenía razón, de hecho a veces a ella le hubiera gustado tener el coraje y carácter que tenía Rainbow Dash, que era totalmente contrario al de ella.
"Bueno, volviendo al tema, Fluttershy ¿También te gustaría ir a la Gran Gala del Galope?" Preguntó Pinkie Pie algo confundida. "Pensé que no te gustaban los lugares muy concurridos."
Fluttershy se sonrojó y sonrió mientras se imaginaba cómo sería si ella fuera a la gran gala.
"No... es decir, sí… Bueno, no es tanto por la Gran Gala del Galope." Respondió Fluttershy tímidamente, pero hablando con más confianza mientras más se entusiasmaba al imaginarse todo. "Sino por el maravilloso jardín privado que rodea el lugar, dicen que tiene las flores más hermosas de Equestria, ¡Y solo esa noche florecerán todas juntas! ¡Y eso es solo la flora! El jardín tiene una gran cantidad de hermosos y tiernos animales viviendo allí, ¡Debe ser como un paraíso…!"
"Y allí, mientras las flores más hermosas florecen, estará Dusk, esperándome bajo un bello sauce a la orilla de una laguna. Me acercaré a él sin vacilar mientras un coro de las más coloridas aves vuela sobre nosotros y canta una bella canción bajo la luz de la luna. Él me mirará con su tierna y linda mirada, y cuando finalmente llegue a su lado, él me sonreirá y me dirá 'Te ves muy hermosa esta noche…', y yo… ¡Y yo…!" La imaginación de Fluttershy se dejó llevar, completando en su mente lo que para ella sería la noche perfecta, no siendo capaz de decirlo en voz alta, pero no pudiendo evitar sonrojarse totalmente al imaginarse todo aquello.
"¡Hey! ¿En qué estabas pensado? ¿En algo sucio?" Dijo Pinkie Pie con una sonrisa, interrumpiendo el flujo de ideas de Fluttershy.
"¿Eh? ¡AH! ¡N-No! Yo solo…" Respondió Fluttershy totalmente sonrojada, tapándose su boca con sus cascos muy tiernamente.
Las otras tres yeguas rieron al ver sonrojada a su tímida amiga, aceptando que era muy difícil resistirse a la ternura innata de Fluttershy.
"Sí, creo que cada una de nosotras tiene sus razones para asistir a la Gran Gala del Galope." Dijo Applejack suspirando. "Es una pena que ninguna de nosotras sea invitada."
"Oh, querida, no hables por todas." Dijo repentinamente Rarity, quien justo había llegado y había alcanzado a oír el último comentario de Applejack.
Todas se giraron para ver a Rarity, quien llegaba con una enorme sonrisa, vistiendo unos elegantes lentes oscuros y un pañuelo blanco sobre su cabeza como si fuera una estrella de cine, moviéndose aún más coqueta que como siempre lo hacía, despidiendo un aire de orgullo y soberbia, como si hubiera ganado un gran premio.
"¿De qué estás hablando?" Preguntó Applejack mientras Rarity tomaba asiento y se sacaba el pañuelo de su cabeza para mostrar su siempre bien arreglada melena. "No me digas que… ¿¡Fuiste invitada a la Gran Gala del Galope!?"
"Así es, querida." Dijo Rarity con una orgullosa sonrisa. "De todo corazón desearía que pudiéramos ir todas y que todas pudiéramos cumplir con nuestros sueños, pero lamentablemente yo solo fui invitada como acompañante."
"¿¡Quién te invitó a la gala!?" Preguntó Rainbow Dash emocionada.
"Bueno…" Respondió Rarity sacándose los lentes oscuros de forma muy teatral, y mirando con una sonrisa de triunfo a sus amigas. "Sucede que Dusk recibió una invitación doble, y me pidió que fuera su pareja y lo acompañara."
"¿¡QUÉ!?" Gritaron las cuatro yeguas al mismo tiempo, todas en shock.
"Así es, ayer Dusk le pidió a Spike que fuera y me avisara de la invitación. El pobrecito, seguramente estaba tan nervioso de invitarme en persona que tuvo que pedirle al pequeño Spike que lo hiciera en su lugar." Dijo Rarity sonriendo ante las amargas miradas de sus amigas.
"Ay, chicas no quiero que me odien por esto." Agregó Rarity llena de orgullo. "Todas sabíamos que esto iba a pasar, que Dusk en algún momento elegiría a una de nosotras."
La molestia de las otras cuatro yeguas solo iba en aumento al ver la falsa modestia con la que intentaba actuar Rarity, era obvio que ella estaba feliz por haber sido elegida por Dusk por sobre ellas, y ahora se los estaba restregando en la cara.
"No se preocupen, ¡Seguiremos siendo las mejores amigas!" Dijo Rarity sonriendo, hundiendo aún más el casco en la llaga. "Dusk las seguirá queriendo como amigas, solo que a mí me querrá un poco más, ya que seré su novia, ¡Fufufu!" Terminó riéndose pedantemente Rarity, no por querer herir a sus amigas, sino simplemente porque quería disfrutar y compartir ese gran triunfo que había conseguido.
"¡Hola chicas!" Dijo Dusk Shine, justamente llegando en ese momento.
En cuanto Dusk saludó, notó la furiosa mirada de cuatro de sus amigas, quienes lo miraban con una mirada asesina.
"¡Hola Dusk! ¡Ven! Siéntate a mi lado." Dijo Rarity sonriendo coquetamente.
"E… Está bien…" Respondió Dusk nervioso, haciéndole caso a Rarity ya que definitivamente parecía que sería asesinado si él se sentaba al lado de otra de sus amigas. "Siento llegar tarde, pero recordé que no tenía dinero, así que tuve que ir hasta la alcaldía para pedir un adelanto."
"No importa, cariño, después de todo aún no ordenamos." Dijo Rarity sonriéndole.
"Que bien, entonces ordenemos, recuerden, ¡yo pago!" Dijo Dusk con una sonrisa nerviosa, mirando a sus otras amigas, esperando que aquel gesto de generosidad las calmara un poco de cualquiera fuera la razón por la que estaban molestas. "Por cierto, ¿Spike no ha aparecido?"
"No querido, ¿Por qué preguntas?" Respondió Rarity.
"Bueno, es que no lo vi esta mañana cuando desperté, pensé que estaría aquí, pero ahora me estoy preocupando…" Dijo Dusk nervioso, mirando hacia atrás.
En ese momento llegó el garzón, entregó las cartas, y Dusk y Rarity dijeron su pedido, en tanto las otras cuatro yeguas solo indicaron con su casco cuál sería su pedido, sin decir ni una palabra mientras seguían con sus miradas enojadas fulminando a Dusk, lo que asustó al unicornio, tanto que le dio algo de temor preguntar por qué estaban enojadas con él, ya que si él preguntaba eso, podía ser que ellas más se enojaran con él por no saber, así que Dusk solo repasó en su mente lo que había hecho esos últimos días que pudo haberlas hecho enojado tanto, sin encontrar respuesta alguna.
En tanto llegaban los pedidos, Dusk de vez en cuando se giraba para ver el camino, esperando que su pequeño hermano apareciera en cualquier momento.
"No te preocupes, estoy segura que Spike está bien." Dijo Rarity tiernamente, intentando tranquilizar a Dusk al ver que este estaba nervioso.
"Sí… lo sé." Dijo Dusk sonrojado, lamentando dejar entrever su nerviosismo de hermano mayor, decidido a cambiar el tema para no arruinar el desayuno con sus amigas. "Y díganme, ¿De qué hablaban antes que yo llegara?"
"Hngh… De la Gran Gala del Galope…" Respondió Rainbow Dash con sus dientes apretados, viendo aún furiosa a Dusk.
"Y-Ya veo…" Dijo Dusk nervioso al ver la mirada asesina de Rainbow Dash. "Por cierto, Rarity, ¡Gracias por aceptar la invitación!"
"Al contrario, querido, soy yo quien debería darte las gracias." Dijo Rarity sonriendo coquetamente, inclinando su cuerpo para acercarse más a Dusk, todo mientras las miradas de odio de las otras cuatro yeguas iban en aumento.
"Sí, no sabes lo feliz que estaba Spike de saber que ustedes irían juntos a la gala." Dijo Dusk sonriendo.
Un silencio sepulcral quedó en el aire mientras las cinco yeguas abrían sus ojos en sorpresa.
"Qu… ¿Qué dijiste, cariño?" Tartamudeo Rarity con una sonrisa nerviosa, temblando mientras rogaba haber escuchado mal.
"Que Spike está muy feliz de ir contigo a la gala." Repitió Dusk. "Él no quería ir al principio pero…"
Mientras Dusk hablaba, los ojos de Rarity estaban abiertos a más no poder mientras sentía que todo su mundo se derrumbaba, entonces ella se giró rápidamente para ver a sus amigas y vio que ellas ya no tenían una mirada de odio, sino que se estaban aguantando las risas, todas tapándose sus bocas mientras la veían a ella, especialmente Rainbow Dash, quien parecía que en cualquier momento estallaría en una carcajada. Al ver a sus amigas así, Rarity se puso roja de vergüenza, más avergonzada de lo que jamás se había sentido en su vida, todo su orgullo había sido por un malentendido, ella había llegado triunfante a lucirse ante sus amigas y ahora estaba pagándolo caro.
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"…él volvió tan feliz a la biblioteca. De verdad te agradezco tanto que hayas aceptado ir con él." Terminó de hablar Dusk, quien para nada se dio cuenta de lo que sucedía en la mente de sus amigas.
Al terminar de hablar, Dusk se dio cuenta que ninguna de sus amigas lo estaba mirando ni prestando atención, lo que él tomó como una oportunidad para nuevamente mirar hacia atrás y ver si Spike estaba yendo hacia allí, sin embargo su hermano seguía sin aparecer. Finalmente Dusk se mordió el labio y se puso de pie, sin poder aguantar más su impaciencia de no ver aparecer a su hermano.
"Discúlpenme, pero me retiro." Dijo Dusk seriamente al ponerse de pie. "Puede que no sea nada, pero no quiero que se vuelva a repetir lo que sucedió cuando Spike huyó de Angel y estuvo perdido más de un día, soy su hermano mayor y debo ser más responsable, iré a buscarlo."
Entonces Dusk se retiró sin que ninguna de las yeguas le dijera adiós. En cuanto Dusk se fue, estalló la risa.
"¡JAJAJAJA! ¡Así que irás a la gala como la flamante novia de un bebé dragón! ¡Jajaja!" Se rio fuertemente Rainbow Dash, sin ser capaz de aguantar más su risa.
"Aww… ¡Sí! Hacen tan linda pareja ¡Jijiji!" Se burló también Pinkie Pie fingiendo dar unos besitos al aire.
En tanto, Fluttershy se tapaba la boca intentando en vano no reírse, mientras Applejack se sostenía la cabeza con sus ojos cerrados, también intentando no reírse, ella hubiera detenido a sus amigas de burlarse de Rarity, sin embargo en el fondo ella sabía que su amiga se lo merecía por la forma tan altanera y orgullosa que llegó contándoles lo de su cita con Dusk, así que permitió que sus amigas siguieran un rato más haciendo leña del árbol caído. Así también lo aceptó Rarity, quien solo agachó su cabeza mientras sus orejas parecían brillar de lo rojas que estaban, todo su rostro estaba rojo de vergüenza, ella se sentía humillada, sin embargo aceptó que todo fue una especie de karma por haber abusado de sus amigas al contarles la noticia de lo que pensó sería la mejor cita de su vida, restregándoles en la cara para que sus amigas sintieran envidia, ahora ella recibía su castigo.
Después de un rato, en que las risas de sus amigas finalmente se calmaron un poco, Rarity finalmente habló.
"Está bien… me lo merecía." Dijo Rarity ya menos roja que antes pero aún con vergüenza por la humillación vivida. "Pero ahora tengo un problema más serio… ¿Qué le diré al pobre de Spike?"
"No veo cual es el problema, solo ve con él." Dijo Rainbow Dash riéndose, sin poder evitar lanzar una última broma.
"Muy gracioso, ¡Hablo enserio!" Dijo Rarity un poco angustiada. "Si fuera cualquier otra fiesta no tendría problema en ir con mi lindo Spikey-Wikey, ¡Pero estamos hablando de la Gran Gala del Galope! No puedo llegar de pareja de un bebé dragón, ¿¡Qué pensarán los ponies del lugar!? ¿¡Qué soy una acosadora de menores!? Es decir, es una fiesta fina donde van las parejas más glamorosas de Equestria, podría volverse un enorme malentendido si llego de pareja junto al pequeño Spike, tanto para él como para mí."
"Sí, supongo que tienes razón…" Respondió Applejack ya más seriamente. "Creo que lo mejor sería… Oh-oh…"
Applejack dejó de hablar al ver a una peculiar figura acercándose, era Spike, quien venía caminando hacia ellas, vistiendo lo que parecía ser un esmoquin, sin embargo al acercarse, todas pudieron ver que en realidad lo que vestía era una camiseta que simulaba ser un esmoquin.
"¡Hola Rarity!" Dijo Spike sonriendo, ignorando a las demás yeguas y concentrando su atención en su amada.
"Ho-Hola Spike… ¿Q-Qué haces aquí?" Respondió Rarity nerviosa, viendo el desastre de moda que vestía Spike.
"Solo quería mostrarte lo que llevaré a la gala, tuve que pedir que me enviaran esta camiseta desde Canterlot ya que se me había quedado allá, ¿Qué te parece? ¿¡No es genial!?" Dijo Spike luciendo su camiseta-esmoquin, para horror de Rarity. "Además… quería estar contigo cuando envíe el boleto con nuestros nombres." Terminó de decir Spike sonrojado, sosteniendo el boleto dorado que ya había sido llenado con los nombres de Rarity y de él.
"¡Bien! ¡Aún hay tiempo!" Pensó Rarity aliviada al ver que Spike aún no había enviado la invitación, pese a que ya tenía escrito su nombre.
"Cariño, escucha…" Comenzó a hablar Rarity mirando afectuosamente a Spike, haciendo una pausa para pensar bien lo que diría para no herir los sentimientos del tierno dragón. "Creo que es mejor que no envíes la invitación, es decir, sé que dije que me encantaría ir, pero… recordé que tengo algunos asuntos de los que ocuparme ese día, así que creo que es mejor que invites a alguien más, quizás… a una linda yegua de tu edad."
Al escuchar aquellas palabras, las orejas de Spike bajaron en señal de pena.
"En… ¿Entonces no podrás ir conmigo…?" Preguntó Spike tristemente, bajando su cabeza.
Aquello le rompió el corazón a Rarity, ella se había sentido humillada al enterarse que en realidad había sido invitada por Spike, más aún pensando en lo que dirían los ponies de alcurnia si la veían llegar con un bebé dragón, pero al ver tan triste al pequeño Spike, quien siempre estaba feliz alrededor de ella y quien siempre le sonreía, todo aquello le dejo de importar, ya no le importaba que sus amigas se burlaran ni lo que llegara a pensar nadie, si ella podía hacer feliz a Spike solo con acompañarlo, ella lo haría, no importaban las consecuencias, ella solo quería ver feliz a su tierno Spikey-Wikey.
"Sabes qué, pensándolo bien, esos compromisos no son tan importantes." Dijo Rarity sosteniendo el rostro de Spike y sonriéndole. "Me encantaría ir a la gala contigo, Spike."
En el acto, los ojos de Spike brillaron de entusiasmo y sus mejillas se sonrojaron al sentir el cálido tacto de Rarity.
"¡Entonces mandaré la invitación!" Dijo Spike contento a más no poder, tomando el boleto para enviárselo a la princesa con su fuego mágico.
Mientras Spike enviaba el boleto, Rarity miró de reojo a sus amigas, preparada mentalmente para verlas burlarse de ella nuevamente, sin embargo ninguna de ellas se estaba burlando, todas ellas sonreían tiernamente ante el dulce gesto de Rarity.
Una vez Spike escupió el fuego mágico que consumió el boleto, él se volvió a mirar a Rarity y le dio una sonrisa, algo que no duró mucho ya que en el acto Spike eructó fuego verde y de él salió un pergamino que cayó al suelo.
"¡Lo siento!" Dijo rápidamente Spike, avergonzado por haber eructado frente a Rarity.
"E… Eso es…" Dijo Rarity insegura, viendo el pergamino.
"¡Una carta de la princesa!" Dijo Spike emocionado, abriendo el pergamino por su cuenta, pensando que aquello debía ser la respuesta a la carta que acababa de enviar.
Spike tomó el pergamino y lo abrió lentamente mientras iba leyéndolo:
"Querido Spike, con pesar debo informarte que creo que hubo una confusión.
Lamentablemente hay una edad mínima para poder asistir a la Gran Gala del Galope, ya que es un evento formal en donde muchas autoridades de este y otros reinos asisten, es por eso que nunca antes había invitado a Dusk a asistir hasta ahora. Por lo mismo, y además sabiendo que no puedo permitir que te desveles hasta altas horas de la noche siendo tú un pequeño dragón en crecimiento, lamento informarte que no podrás asistir a la gala de este año."
El pequeño dragón había empezado a leer la carta con mucho entusiasmo, pero conforme leía y entendía a dónde quería llegar la carta de la princesa, sus ánimos se disiparon, llegando así hasta su punto cúlmine de desaliento cuando él terminó de leer ese último párrafo en que decía que no podría asistir a la Gran Gala del Galope. No obstante, eso no era todo lo que decía la carta, así que Spike siguió leyendo con poco ánimo lo que decía en la carta.
"Debo admitir que todo esto fue mi error por no escribir la carta personalmente explicando la situación. Por lo tanto, para compensarte por este terrible malentendido, y esperando que me perdones, he ordenado que te envíen hoy mismo un pequeño cofre con unos preciosos rubíes 'corazón de fuego' de mi colección privada."
Al leer esto, el estado de ánimo de Spike cambió radicalmente, él abrió sus ojos a más no poder y gritó de alegría ante la noticia, olvidándose por completo de todo lo demás.
"¡Volveré a comer gemas! ¡Volveré a comer gemas!" Gritó Spike eufórico, luego abriendo su boca y dejando caer un delgado hilo de baba mientras fantaseaba con lo que comería. "Y no cualquier gema… ¡La princesa me envió rubíes 'corazón de fuego'!"
El estómago de Spike gruño de impaciencia mientras él se imaginaba a si mismo comiendo aquellos sabrosos rubíes, un especial tipo de rubí que solo se daba en la montañas de cristal del norte, tan escasos como sabrosos. Spike, tan infantil y hambriento de gemas como era, fácilmente se olvidó de que no podría ir a la gran gala, eso ya no le importaba, con gusto él hubiera regalado ese boleto con tal de conseguir un solo rubí, y ahora en cambio él había ganado un cofre entero, además él desde un principio no había querido ir a esa tonta gala, así que Spike no podía evitar sonreír a más no poder, al menos hasta que vio a Rarity y recordó que si él no iba, Rarity tampoco podría ir.
"¡Oh, Rarity! Yo… lo lamento, es solo que me emocioné al saber que comería…" Dijo Spike apenado, viendo con una triste expresión a Rarity.
"Ay, Spike, no te preocupes." Interrumpió Rarity, sonriendo luego de ver tan feliz al pequeño dragón. "Recuerda que te había dicho que yo tenía algunas cosas que hacer ese día, además nosotros podemos tener una linda velada sin necesidad de ir a la gala, de hecho, ¿Qué te parece si un día de estos hacemos un picnic en el parque?"
Ante el comentario de Rarity, Spike sonrió sonrojándose, sintiéndose como si flotara en las nubes, aún más feliz por ese premio doble que había conseguido, ya que ahora no solo tenía los rubíes, sino que también había conseguido una cita con Rarity sin tener que ir a esa aburrida gala. En tanto Rarity, no solo estaba feliz por ver feliz a Spike, sino que también estaba aliviada ya que ahora no tendría que ir a la gala con el pequeño dragón, ni tendría que explicar cualquier malentendido o rumor que esto generara, ya que ante la ley Rarity era una adulta y Spike solo un bebé, e ir como pareja a una fiesta de sociedad sería un gran problema.
"¿Y eso es todo lo que decía la carta?" Preguntó de repente Pinkie Pie, viendo de reojo el pergamino y pareciéndole que la carta continuaba.
Entonces Spike salió de sus ensoñaciones, estiró nuevamente el pergamino y continuó leyendo.
"Ya habiendo solucionado aquello, hablaré del boleto doble.
¡Aquel boleto era para Dusk! Pensé que él entendería que aquel boleto era para que él asistiera con una acompañante, incluso mandé a que le hicieran una invitación doble, ¡Esas invitaciones ni siquiera existen! ¡La pedí especialmente para dársela a Dusk y que así él entendiera la indirecta! Pero al parecer mi lindo alumno sigue siendo tan ingenuo como siempre, así que tendré que decirlo directamente:
Dale esto a Dusk y dile que es obligación que ambos asistan.
Se despide afectuosamente.
Princesa Celestia."
En cuanto Spike terminó de estirar el pergamino para terminar de leer la carta, cayeron del pergamino dos boletos dorados. Tanto las yeguas como Spike se quedaron viendo donde habían caído los boletos, hasta que Spike los levantó.
"Son… dos boletos individuales para la Gran Gala del Galope." Dijo Spike luego de verlos. "Parece que la princesa quiere que Dusk asista sí o sí, pero… no entiendo a quién va dirigido el segundo boleto…"
Entonces Spike puso los boletos en la mesa en la que estaban sentadas las cinco yeguas, quienes de inmediato acercaron sus cabezas para ver los boletos y leer lo que decían.
El primer boleto dorado era muy similar al que había tenido Spike antes, solo que este no decía 'Invitación doble', además, en la línea punteada para el nombre, ya aparecía escrito el nombre de 'Dusk Shine', mientras debajo del nombre decía en letras más chicas 'Título: Alumno personal de la Princesa Celestia'. Sin embargo la mirada de las yeguas cambió al leer el segundo boleto, el cual era idéntico al anterior, solo que en la línea punteada para el nombre, no aparecía ningún nombre, sin embargo debajo de esta si había algo escrito, un agregado con letras pequeñas que decía 'Título: Yegua especial de Dusk Shine'. Al leer lo que decía el segundo boleto, los ojos de las cinco yeguas se abrieron a más no poder mientras pareció como si el tiempo se hubiera detenido, Spike no lo había entendido, pero todas ellas sí entendieron a qué se refería el boleto con 'Yegua especial de Dusk Shine'. Una gran batalla estaba por comenzar.
# Fin del capítulo 23