Touhou Dierite: La Mascota De La Familia Scarlet Devil
Chapter 28: 28. Episodio 28 (Final)
Previous ChapterEpisodio 28: Tormenta de Girasoles.
Me había alejado de Ponyville para ponerme en una parte despejada del campo. Allí, empecé a atarle globos a una caja blanca que había llevado conmigo. Mientras lo hacía, escuché como alguien se acercaba. Me alegró saber que no era alguien indebido.
"¿Salty? ... ¿Que estás haciendo?" me dijo la inconfundible voz de Twilight Sparkle.
"Despedirme," dije sin dejar de atar los globos. Twilight trotó hasta ponerse a mi lado y sentarse en el suelo.
"Siempre estará dentro de ti, ¿Lo sabes?" me dijo con una sonrisa preocupada.
"Genial..."
Twilight no supo que mas decir. Terminé de atar los globos y me levanté sobre mis cuatro patas. Twilight hizo igual. Cerré los ojos y pegué un suspiro. Twilight me cruzó una de sus pezuñas por el cuello como gesto afectivo. Tras unos segundos así, solté la caja. La caja empezó a flotar por el aire, elevándose poco a poco hacia el cielo. Ambas nos quedamos mirando como la caja se alejaba poco a poco hasta que se perdió en el cielo. Twilight me dio un abrazo tras esto, el cual yo se lo devolví sin problemas.
"Se acabo... Ya nunca mas la volveré a ver..." Pensé en aquel momento.
Que ingenua era entonces...
Mis ojos se abrieron gradualmente y de forma natural. No sentía nada de nada. Llevaba mucho tiempo sin sentirme tan vacía como en aquel momento. Me incorporé sobre mis cuatro patas y le eché un vistazo a mi alrededor. Estaba en medio de un campo de girasoles junto a un cielo azul y despejado, a excepción de alguna que otra nube. Era el típico escenario hermoso a la vista y limpio a la respiración. Me hizo pensar en la cantidad de gente que conozco y que le gustaría ver algo así... Y sin embargo estaba yo aquí, la que no siente nada al ver algo así... La vida es así de hija de puta.
Miré a mi espalda. No vi a nadie. Me alegré, porque aquel era el típico momento en que una Gensokyana salía de la nada y me hablaba. Sin embargo no pasó nada de nada... Hice una mueca con aquello... Bueno, no podía estar ahí todo el día, así que empecé a trotar en línea recta. Aun así, iba mirando a mis lados por el camino por si veía algo. Por mucho que trotara, solo veía el cielo y girasoles por todos lados. Podía ver montañas difuminadas a lo lejos, pero no parecían acercarse por mucho que trotara. Así pasaron 20 minutos sin que pareciera que llegara a ninguna parte. Aun así todo me daba igual. No sentía nada ni salía sonido alguno de mi mente. Solo sabía que trotaba hacia delante expectante a que pasara algo, como si aquello se tratara de un videojuego lineal donde tenía que ir del Punto A, al Punto B. Aun así, tuve que parar a descansar un poco después de tanta caminata. Me senté en el suelo y cerré los ojos... Me sumergí en el sonido de los girasoles azotados por el viento... Era verdaderamente relajante...
Abrí los ojos tras un rato así. Escuchaba algo distinto proveniente del cielo. Miré hacia arriba y vi algo cayendo lentamente del cielo. No pude distinguir lo que era hasta que estaba cerca del suelo. Era una mujer de pelo verde y vestida de rojo con un parasol abierto sujeto con la mano derecha. La verdad es que parecía una reproducción en vivo de Mary Poppins. La mujer aterrizó en el suelo a pocos pasos de mí. Yo ni me molesté en levantarme; sabía perfectamente que aquella mujer me había visto. Me lo demostró a los pocos segundos, cuando caminó hacia mi y se detuvo a unos pasos de mi, sonriéndome con un toque siniestro.
"Que sorpresa verte. No he tenido invitados desde hace varios años."
"¿Y a mi que?"
"El vacío."
Si no le habéis visto sentido a lo que acabamos de decir, es porque no lo tiene. Estando tan vacía, solo me limitaba a escuchar y a contestar en consecuencia.
"¿Como te llamas?" me preguntó. Tras unos segundos de pensar cual de mis dos nombres le diría, respondí.
"Umi Sonoda."
"Salty Sea; un placer conocerte al fin."
"¿Y tu eres?"
"Yuuka Kazami; un placer conocerte," me dijo acomodando su parasol para que le cubriera la cara del sol.
"¿Donde estoy?" le pregunté.
"Estas en el Jardín del Sol. Mi casa esta cerca de aquí. Sígueme."
Yuuka dio la vuelta y dio unos pasos. Se detuvo al no oír los míos y me miró de reojo.
"No puedes salir de aquí por tu cuenta. Sígueme o muérete aquí."
La mujer siguió andando tras eso. Aunque era tentador esa opción de morirse allí mismo, me parecía una muerte algo aburrida. Hice un esfuerzo y me levanté. Después de seguirla un rato, su casa empezó a verse a lo lejos. Después de otro rato de seguirla, llegamos a su casa. Era una casa bastante ordinaria; blanca de pared, marrón de suelo y naranja de techo. Yuuka cerró su parasol y abrió la puerta, dejándome a mi entrar primero. Entré con la guardia alta al ver lo oscura que era la casa por dentro. Una melodía de un juego empezó a sonar en mi cabeza con aquel ambiente... ¿Por que tanta oscuridad? ...
La melodía se fue tan rápido como vino cuando Yuuka abrió las persianas y dejó entrar la luz del sol. La casa por dentro seguía siendo ordinaria; Cuatro ventanas, una mesa, una silla (aunque habían otras nueve amontonadas en una esquina), una estantería con libros, algunos armarios, una chimenea con leña puesta donde seguramente cocinaría sus cosas, y un único cuarto extra que diría que conduce al baño. Yuuka dejó el parasol apoyado cerca de la puerta y caminó hacia la mesa. Pensaba que iba a sentarse, pero no lo hizo. Yo me senté en el suelo sin saber que hacer ni decir... Estuvimos así un rato... Que silencio... Solo se oía el sonido del viento azotando los girasoles... Me podría dormir ahí... Pero el no fiarme de esa mujer me mantenía despierta.
"¿Que estamos haciendo?" le pregunté finalmente.
"Esperar," me dijo.
"¿A quien?"
"A mis compañeras."
"¿Para que?"
"Para que vean."
"¿Para que?" le pregunté nuevamente dándome cuenta de que no habían camas en aquella casa.
"Una de ellas es la que te trajo a este sitio. Querrá saber como estas," me respondió.
"Y supongo que sabiendo eso, te pareció una genial idea el dejarme en mitad del campo en vez de traerme aquí."
"Si hubiera hecho eso, no habrías entendido la naturaleza de este lugar."
"¿Y para que quiero yo saber eso?"
"El saber no ocupa lugar."
"¿Por que no me dices la verdad y me dices que lo hiciste para dejarme claro de que no puedo escapar de este sitio por mi cuenta?"
Hubo un silencio breve. La mujer se me quedó mirando un rato hasta que se terminó sentando en la silla y apoyando su hombro derecho en la mesa, y su cabeza sobre su puño derecho. Me miraba como si me deseara con un toque malévolo.
"Me encanta como funciona esa cabecita tuya," me dijo.
"Digamos que es un truco algo viejo," le dije.
"Siendo así, parece que no tengo nada que ocultar."
"Procede."
Yuuka se acomodó aun mas en su mesa. Parecía que intentaba seducirme con las poses que hacía en la mesa.
"Tenemos una nueva líder. Se ha fijado en ti y te puso a prueba. Después de pasarla, nos ordenó traerte aquí. Medicine lo hizo mas concretamente."
"¿Medicine?" le pregunté arqueando una ceja ante un nombre tan directo.
"Es una muñeca con vida propia. Ya la verás en breve."
Una muñeca... Aquello despertó un recuerdo en mi cabeza.
"Parece que este animal se ha encontrado con un destino horrible... ¿O tal vez no?"
Esa debía ser Medicine... ¿Será ella la que me ha extraído el veneno que iba a matarme?
"Es una muñeca fascinante. ¿Sabes que todo su cuerpo funciona con veneno? El veneno del Charco Envenenado es lo que le da vida. Es genial..."
Aquella mujer parecía tener un orgasmo pensando en aquella muñeca... ¿Que cojones le ocurre a esta en la cabeza? Estaría sorprendida si no estuviera tan vacía en aquel momento. Mi cara era plana, y no cambiaba de ahí.
"Salty Sea."
Me di la vuelta al oír aquella voz. Tuve que mirar hacia arriba al ver solo su ropa. Una mujer joven de ojos azules y pelo largo ondulado dividido en dos largas trenzas, se alzaba sobre mi. Vestía de zapatos negros, medias altas negras, minifalda negra y camisa roja por fuera. Tenía las manos en la cintura y me miraba con una sonrisa malévola. Aunque mi cara era plana, estaba disfrutando de aquella vista... Mas todavía cuando me senté sin dejar de mirarla a la cara.
"¿Tu eres?" le pregunté como si nada. La mujer se agachó y me acarició la cara.
"Que animal mas bonito," me dijo en plan mimos.
"No soy un animal en realidad," le dije.
"Lo se, pero eres igualmente mona." Vi como la mujer miraba a otro lado y su cara cambiaba a seria. "¡Déjate de reverencias y dime donde están las demás!"
"Llegarán de un momento a otro," dijo con un tono muy desvariado. Seguía pareciendo que tenía un orgasmo.
"Vaya una enferma..." La mujer me miró y volvió a sonreírme. "¿No piensas igual, eh cosita?"
"Supongo," le dije mientras me acariciaba la cabeza y el cuello. Mentiría si dijera que no me gustaba la sensación.
"Me llamo Bellatrix Fireheart, y soy la nueva líder de las Genociders," me dijo dejando de acariciarme, pero sin dejar de sonreírme. No sabía si tener su cara tan cerca de la mía me gustaba o no.
"Las Genociders..."
"¿Sabes quienes somos, no?"
"Claro que lo se..."
"Bien, pequeñina. Te explicaré de que va todo cuando lleguen todas, ¿Vale?"
"Vale."
La mujer se incorporó y pasó dentro de la casa. La seguí con la mirada. Caminaba recalcando el movimiento de sus caderas. Lo hacía a posta. Pretendía seducirme alzándose sobre mí, mimándome como a una niña chica, y caminando de esa forma; además de dejarme mirarla lo que quiera. Era un intento noble, pero no iba a conseguir nada con eso. Aun así tratándose de una Genocider, no tenía claro si lo hacía porque soy una mujer, o porque en el pasado fui un hombre. Tendré que analizarlo por mi cuenta; a no ser que ella me lo diga en algún momento. Bellatrix cogió una de las sillas amontonadas en la esquina de la casa, y la puso junto a la mesa, donde se sentó. Tras unos segundos, Bellatrix me sonrió nuevamente.
"Mira Salty; ahí llega mi mascota."
Me giré para verla... Me sorprendí; aquello sí que me sorprendió. Era una poni unicornio de piel amarilla vibrante, y de un pelaje de color amarillo huevo y un carmesí bastante vivido. Sus ojos eran verde azulados, y su Cutie Mark era un sol amarillo, rojo y blanco. Lo primero que pensé al ver su Cutie Mark era que su fuerte era controlar hechizos ígneos, pero aun así no estaba muy segura de que podría significar.
Por si acaso no sabéis lo que es una Cutie Mark, es un dibujo que sale en el flanco de los ponis que recalca de forma abstracta, el talento natural de este. Mi Cutie Mark son notas musicales, recalcando mi amor por la música y mi oído armónico... Dos dones bastante inútiles a mi parecer, pero la gente los valora bastante por alguna razón.
"Te presento a Sunset Shimmer," me dijo Bellatrix. La poni se arrodilló a modo de reverencia.
"Un placer conocerte," me dijo la poni. Tras unos segundos de impresión y de mi cerebro yendo a toda leche, me giré y miré seria a Bellatrix. Mi vacío empezaba a marcharse.
"¿Me lo explicas?" le pregunté.
"No eres la única que ha viajado a otro mundo," me dijo Bellatrix simplemente. Sunset no dijo nada... No me hizo falta saber mas. Mi vacío volvió tan rápido como se fue.
"Oh bueno," dije sin mas.
Tras ponerse Sunset a mi lado y sentarse en el suelo, la espera continuó. Tras 10 minutos de silencio, Bellatrix empezaba a impacientarse.
"¿Donde cojones están?" preguntó Bellatrix de repente.
"No lo se... Es raro. Me dijeron que no tardarían en volver," dijo Yuuka con un tono mas normal.
"Malditas ineptas," dijo Bellatrix apoyando su cabeza en la mesa. Sunset y yo nos miramos de reojo y por acto reflejo. Creo que ninguna de las dos queríamos estar ahí.
"¡¿DONDE ESTA?!" gritó una muy cabreada Sakuya.
"¡N-No lo se!" dijo una muy asustada Reisen.
"¡YA ESTA BIEN, SAKUYA!" gritó Remilia. Sakuya soltó a Reisen tras eso.
"D-de acuerdo Milady..."
Remilia, Sakuya, Patchouli, Koakuma, Meiling, Kogasa, Marisa y Reimu, estaban en Eientei. Llevaban un buen rato buscándome, pero no encontraron ni rastro. Todas estaban muy preocupadas, en especial Sakuya. Y ahora que se había enterado Reisen, ella también lo estaba. Eirin y Kaguya escucharon la mala noticia.
"Hmm... Dudo que haya desaparecido porque se haya perdido. Esa mujer no parecía ser precisamente despistada la ultima vez que la vimos," comentó Eirin.
"¿Pero por que se marchó?" preguntó Reisen.
"Pregúntaselo a la que viste de rojo y blanco," dijo Remilia cabreada.
"¡Oye ya esta bien con eso; no tienes por que restregárselo todo el rato por la cara!" dijo Marisa defendiendo a Reimu. Esta no dijo nada; solo miraba al suelo.
"Como esté muerta, nunca se lo perdonaré," dijo Remilia. Reimu hacía mucho esfuerzo por contener las lagrimas.
"No creo que así vayáis a solucionar nada." Kaguya se aclaró la voz tras decir eso. "Debemos organizarnos y buscarla por todo Gensokyo. Pensemos en lugares o en personas ideales para realizar secuestros."
"No creo que la hayan secuestrado..." dijo Reimu.
"¡Oh, ahora ella sa-"
"Quien se pica, ajos come," dijo Patchouli de repente.
Aquello hizo callar a Remilia. Esta odiaba esa frase por razones mas o menos obvias.
"A mi me convence la idea. Yo no sé vosotras, pero me voy a buscarla a sitios raros."
Y así, Kogasa se marchó flotando con su paraguas y dejándose llevar por el viento. Koakuma se rascó la cabeza.
"Que tía mas rara," dijo.
"Ya nos comentará. Organicemos un plan de búsqueda entonces," dijo Patchouli.
"De acuerdo," dijeron todas al unísono.
Y así comenzó su búsqueda exhaustiva mientras yo esperaba junto a las Genociders a que llegaran las demás del dicho grupo. No hay mucho mas que comentar sobre esto, así que hagamos el típico salto temporal de siempre.
"¡Siento llegar tarde!"
Una vampiresa rubia de ojos rojos apareció enérgicamente por la puerta. Con la expresión vacía, me quedé mirando a la vampiresa. La conocía de algo...
Déjate de misterios Salty; es la vampiresa que conociste en la Reunión de Mascotas.
"¿Por que no me sorprende que tu seas una Genocider?" le pregunté.
"¿Y tu quien eres?" me preguntó. Aquello me dijo muchas cosas.
"¡A BUENAS HORAS!" le dijo Bellatrix a la vampiresa.
"¡Pues cuando he podido!" dijo ella.
"Bah... A ver si viene Medicine y estaremos ya todas."
"Creía que erais mas," le dije.
"Muchas desaparecieron después de que la Hakurei derrotara a la antigua líder. No sabemos donde están ni si siguen vivas."
"Comprendo..."
"¿Por que coño esta este aquí?" preguntó la vampiresa.
"Es una mujer, y esta aquí porque así lo he querido yo," dijo Bellatrix con un tono tranquilo pero intimidante.
"Lo que sea..."
La vampiresa se cruzó de brazos y miró a otro lado. Me fije que tenía un anillo puesto en el dedo anular de su mano izquierda. Este era dorado con una gema amarilla resplandeciente que parecía tener el símbolo de un sol grabado. Era un anillo solar, sin duda alguna. Esa mujer seguía contándome cosas de ella misma sin decirme ni una sola palabra... Bueno, mas o menos.
"¿Lo oís?" dijo la vampiresa.
"No," dijeron todas.
"Porque sois Youkais, pero mi refinado oído escuchas los mecanismos de una muñeca," dijo la vampiresa con orgullo.
"¿Tu refinado oído te dice que esta plantada en la puerta?" le dije.
Todas miraron a la puerta y la vieron allí. Para ser una muñeca, parecía una niña normal. Era rubia, de ojos azules, y vestía por lo general de negro y de un rojo muy oscuro, con varias cruces rojas y negras plasmadas. Además de eso, una muñeca mas pequeña volaba sobre su hombro derecho... Bueno, mas bien flotaba. Ambas eran prácticamente iguales, con la diferencia del tamaño, el pelo que el de la muñeca pequeña era mas largo, y la cara... ¿De verdad eran muñecas?
"¿Como cojones...?" dijo la vampiresa cabreada.
"Hola," dijo la muñeca. Su voz de niña penetraba en mi mente cada vez que la oía... Sentía lastima.
"¡Al fin llegas, Medicine!" Bellatrix se levantó con un nuevo animo. "Al fin podemos empezar."
No hicieron falta mas palabras. Yuuka se levantó de la mesa, Medicine cerró la puerta, y la vampiresa cerró las ventanas y bajó las persianas. En poco rato, la casa se volvió tan oscura como cuando entré. Mi guardia se alzó en el momento en que la oscuridad penetró en mis ojos. Aunque no veía nada, miraba hacia todos lados. Mis oídos estaban atentos escuchando pasos, cosas moverse, y crujidos extraños.
"¿Estas mejor?" me dijo Medicine a mi derecha.
"Si. ¿Tu me salvaste?" le pregunté.
"Es una forma de verlo."
"No es que pueda ver mucho ahora mismo."
Fue curioso oír como Medicine no se rió con aquel chiste, pero Bellatrix si.
"No se que es la risa," me dijo Medicine después de que Bellatrix terminara de reír.
"Me lo imagino."
"¿Tu sabes que es el miedo?"
"Si."
"¿Lo sientes ahora?"
"No."
"¿Por que no?"
"Porque estoy vacía."
"¿Que es el vacío?"
"Lo que hay en tu cabeza." Bellatrix rió una vez mas; esta vez con mas fuerza. Esperé a que parara de reírse. "¿Por que estamos a oscuras?"
"¿Por que no huyes ahora que estamos a oscuras?"
"Por la misma razón por la que me dejáis huir."
Segundos de silencio.
"¿Por que te comportas como si estuvieras por encima de la situación?"
"No lo se ni me importa."
"¡¿Sabes que te quiero, pequeñina?!" dijo Bellatrix desde alguna parte.
"Supongo que por eso estoy aquí."
"¡ME ENCANTA ESTA TÍA!"
No quise hablar mas por el momento, ni Medicine tampoco por lo que noté. Unos segundos después de oscuridad total y silencio parcial, un foco de luz azul verdosa alumbró una parte del suelo donde había unas escaleras que bajaban a algún sitio. Tras ver eso, pensé que iba a descubrir donde estaban las camas de aquella casa.
"Bajemos compañeras," dijo Bellatrix de buen humor.
Y así bajaron todas de una en una. Sunset y Yo bajamos con un hechizo de teletransportación que Sunset realizó. Al llegar abajo, vi que estábamos en una sala espaciosa, con una alfombra roja en el suelo que llegaba hasta un trono rojo. El cuarto estaba alumbrado por unas cuantas antorchas, y una luz amarilla que hacia sombra a un ventilador que giraba con ritmo desde el techo. Detrás mía había una puerta, la cual se abrió y salieron las Genociders de ella. Bellatrix se sentó en su trono, Sunset se colocó a su derecha, la vampiresa a su izquierda, y Yuuka y Medicine se quedaron apoyadas en las paredes de los lados de la sala. Yo troté hacia el centro de la sala y me senté allí. Agradecí que la alfombra me acomodara la sentada.
"¿Te gusta?" me dijo Bellatrix contenta.
"Meeh..."
"¿Vas a explicárselo de una vez?" dijo la vampiresa sin paciencia. Bellatrix la miró harta de ella.
"Salty Sea..." Me miró recobrando la sonrisa. "Quiero que me respondas con toda sinceridad... ¿Eres una mujer, o un hombre?"
"Una mujer."
"Así lo demostraste, pero mi mascota aquí presente dice lo contrario."
"Mi cuerpo y voz antiguos eran de hombre, pero yo siempre he sentido que era una mujer. Ese nunca ha sido mi cuerpo y mi voz, y gracias a algún milagro de Gensokyo, ahora soy una mujer de verdad. Soy feliz."
Aunque tuvo su gracia que dijera eso ultimo sin expresión alguna, eran bastante ciertas algunas cosas que dije. Bellatrix sonrió malévolamente.
"Cuando llegué a Gensokyo junto a mi mascota, oímos muchos rumores sobre ti. Decían que venías del infierno, y que tu poder superaba al de la mismísima Yukari Yakumo. Eso me llamó muchísimo la atención... Aun así habían rumores que decían que eras un hombre, pero también los habían que decían que eras una mujer. Aquello me hizo dudar sobre si los rumores eran verdad o no... Entonces, decidí ponerte a prueba."
Bellatrix le hizo una señal a Sunset, y esta trotó hacia mi. Se detuvo al posicionarse delante mía.
"Debo cumplir las leyes de la narrativa, así que lo siguiente te lo mostraré. Colócate junto a Sunset, pequeñina."
Así hice. Al estar a su lado, Sunset invocó magia verdosa en su cuerno y apuntó a la única puerta del cuarto. De esta salió una especie de pantalla mágica que ocupaba gran parte de la pared. Las imágenes empezaron a verse.
Bellatrix y Sunset estaban en una especie de laboratorio. Un montón de hombres metidos en cápsulas acuáticas invadían el escenario; entre ellos estaba Fujita.
Las imágenes cambiaron.
El Jardín del Sol y la casa de Yuuka. Las Genociders estaban reunidas allí.
"¿Y como vamos a meter al robot dentro de la mansión?" dijo la vampiresa cruzada de brazos.
"Habrá que pensar en algo," dijo Bellatrix también cruzada de brazos.
"¿Señora?" dijo Sunset apareciendo por la puerta.
"¡Oh, Sunset! ¿Que se cuenta mi pequeña poni?" dijo Bellatrix contenta.
"Traigo la solución," Sunset trotó hacia su ama y le dio el trozo de papel que llevaba flotando con magia. Bellatrix lo cogió y lo leyó.
"Oooh..." La cámara empezó a girarse hacia la cara del papel. Era uno de los letreros que anunciaban que se buscaban nuevos miembros para la familia Scarlet Devil. "¡ESTO ES PERFECTO!"
"¿A que no adivinas como se las apaño Sunset para hacerse con el letrero sin que la vieran?" me dijo Bellatrix ilusionada.
"¿Transformándose en mi?" dije sin pensármelo mucho.
"BINGO~" gritó Bellatrix levantándose eufórica.
"Así que Fujita es cosa tuya," dije bastante aliviada de que no fuera cosa de Fany.
Entonces la FC... ¿Fireheart Corporation, quizá?
"Así es." Bellatrix se volvió a sentar en su trono. "Y joder si pasaste la prueba con creces. Me demostraste que eras toda una mujer pequeñina."
No paraba de recalcar la palabra 'pequeñina'. Estaba claro lo que pretendía, y una vez mas no lo conseguiría.
"No te molestes en buscar su base de datos; no encontrarás nada." Siguió diciendo Bellatrix. "El caso es que todo esto nos lleva a lo que realmente quiero de ti."
"A mi me gustaría saber por que te has explayado tanto con tantas tonterías en vez de ser directa y decirme que coño quieres," le dije claramente.
"¡EL TUYO!" Bellatrix puso cara de loca, aunque recuperó su cara normal en nada. "Ahora en serio; lo que quiero es que te unas a mi."
"¿Que me una a ti?" le pregunté arqueando una ceja.
"Si..." Bellatrix se levantó. "Tu también odias a los hombres, Salty." Empezó a caminar hacia mi lenta y seductivamente. "Con tu poder, podríamos deshacernos de todos los del universo." Bellatrix se alzó sobre mí al llegar a donde yo estaba. "Y tu trato aquí sería el mejor que has tenido nunca. Serás humana todo el rato; podrás ir a donde quieras." Bellatrix se agachó y me abrazó el cuello, pegando su cara con la mía. Sus ojos penetraban en los míos. "Y cuando quisieras... Podríamos jugar un poquito. Tu serías mi pequeñina, y yo tu diosa."
Esta lo flipa.
"No," le dije directamente. Bellatrix se levantó y dio la vuelta, caminando hacia su trono y enseñándome de todo.
"Sabía que te harías la dura." Bellatrix se sentó en su trono al llegar a el, cruzando las piernas. "Pero yo también se hacerme la dura."
Bellatrix pegó un chasquido con sus dedos, y dos manivelas aparecieron a los lados de Yuuka y Medicine. Ambas accionaron las manivelas y la pared de detrás del trono empezó a bajar. Yo miraba vacía como la pared bajaba expectante de cualquier cosa.
"¡¿DONDE ESTA?!" gritó una muy cabreada Sakuya.
"¡N-No lo se!" dijo una muy asustada Alice.
"¡YA ESTA BIEN, SAKUYA!" gritó Remilia. Sakuya soltó a Alice tras eso.
"D-de acuerdo Milady..."
"Así no vamos a ninguna parte," dijo Patchouli. Remilia suspiró.
"Lo se... Solo podemos esperar a que esa tsukumogami encuentre a Dierita," dijo Remilia.
"Ya..." dijo Sakuya deprimida.
"¿Pero que es lo que ha pasado?" preguntó Alice.
Por si alguno no sabe que es un/a Tsukumogami, es un espíritu que nace de un objeto. O sea, que estaban hablando de Kogasa.
La pared se bajó del todo y se vio a Sakuya y Kogasa atadas y colgadas del techo con la boca tapada con una venda. Además de eso, el suelo de donde colgaban era fuego. Si se caían de ahí, se quemarían en segundos.
"Yo que tu aceptaba pequeñina, o tus amigas pagaran el pato."
"Mis amigas no son ilusiones, y no."
Bellatrix agrandó los ojos, mirando a las chicas y después a mi.
"¿P-pero como cojones lo sabes?"
"Me lo acabas de decir."
Silencio incomodo. Bellatrix empezó a tener tics de psicópata en la cara. Mientras esto ocurría, Medicine y Yuuka accionaron de nuevo las manivelas cerrando la pared.
"¡SE ACABÓ; DESPÍDETE DEL MUNDO, ESTÚPIDO ANIMAL!"
La vampiresa alzó el vuelo y se lanzó hacia mi. Sunset se fue de mi lado usando un hechizo de teletransportación, y apareció junto a Bellatrix. Sin alterarme nada de nada, esperé a que se acercara y alcé una pezuña. Una onda expansiva salió de esta, haciendo rebotar a la vampiresa y chocándose contra la pared. Cayó estrepitosamente al suelo. Se levantó lentamente y gruñendo de dolor.
"Sería muy fácil cortarte la mano izquierda y hacer un hechizo luminoso," le dije con mi inmenso vacío. La vampiresa se tapó el anillo de su mano izquierda con mucha rabia.
"H-hija de puta..." dijo la vampiresa. Suspiré.
"Si soy tan poderosa como decís que soy, ¿Que os ha hecho pensar que me iba a unir a vosotras y que podríais acabar conmigo en el caso de que no aceptara?" les pregunté. Todas miraron a un lado excepto Bellatrix que sonreía como una chiflada.
"Si fuera por mi, habría acabado con todas ellas hace mucho. Todas son igual de inútiles, pero no tenía nada mejor aquí con lo que quedarme. Y entonces apareciste tu."
Bellatrix desapareció en una humareda negra, y apareció delante mía con otra humareda negra pero con el Collar Realista en las manos... ¿De donde lo había sacado?
"Mas poderosa que nadie; macrofilica; totalmente hermosa y atractiva; y encima odias a los hombres. Eres mi mujer perfecta."
Bellatrix me puso el collar y me transformé en humana. Pensé que iba a estar desnuda, pero aparecí con ropa interior negra. Fue curioso, la verdad. Entonces, Bellatrix pegó su cara con la mía, cogiendo gentilmente mi brazo derecho con una mano, y acariciándome la mejilla izquierda con la otra. Aquello me hizo sentir bien.
"Únete a mi Dierita... ¿Sabes las cosas que podríamos hacer juntas? ¡Seríamos las mas poderosas y las mas grandes! ¡Nos querríamos con fuerza y podríamos hacer lo que quisiéramos! ¿No te haría eso feliz? ¿No quieres vengarte de los hombres que han tratado mal a las mujeres por incontables años por su arrogancia y chulería? ¡Podrían ser nuestros esclavos! ¡Podríamos hacer lo que quisiéramos con ellos con nuestros poderes juntos!"
Bellatrix me besó. Me sentía como en aquel sueño donde Fany me besaba sin que yo pudiera hacer nada. Bellatrix dejó de besarme tras unos segundos y me miró pícaramente. Sus malditos ojos azules penetraban en los míos con fuerza a esa distancia de mi.
"¿No te maravilla esa idea? ¿No te pone esa idea?"
"No."
Bellatrix me miró seria. Acto seguido, empezó a golpear con furia mi pecho.
"¡¿QUE COÑO HAY QUE HACER PARA CONVENCERTE?! ¡QUIERO QUE ESTÉS A MI LADO!"
Bellatrix paró de golpearme. Tenía lagrimas en los ojos. Suspiré.
"¿Cuanto tiempo te llevó aprenderte esta actuación?" Bellatrix me miró sorprendida. "Tu lo sabes todo sobre mí, ¿Cierto? ¿Quien no lo sabe? Por eso estas haciendo todo esto. Te crees que atacando a lo que me hace infeliz te quedarás conmigo, y no es así."
Bellatrix dio unos pasos hacia atrás sin ser capaz de creer lo que oía.
"T-tu fuiste un hombre en el pasado... ¿C-como es que no caes en mis encantos? ¿Que clase de hombre eres tu?"
"No te quieres enterar, ¿Verdad?"
Pegué un suspiro y cerré los ojos. Bellatrix no dejaba de mirarme impresionada. Abrí los ojos.
"Yo solo tengo una diosa Bellatrix. Una asistenta de pelo plateado y mucho mas hermosa y atractiva de lo que tu serás nunca. Solo la quiero a ella, y la adoro a ella. Y con esto no me refiero a que la quiero en plan amor, no. El amor es algo que murió hace mucho dentro de mi. Ella es simplemente... Mi diosa... Y la quiero como mi diosa que es."
Bellatrix empezó a temblar. Una humareda negra se formó en su mano hasta aparecer un cuchillo. Cerré los ojos y esperé a que ocurriera lo que tuviera que ocurrir.
"¡TU ÚNICA DIOSA SOLO SERÉ YO!"
Bellatrix alzó el cuchillo en el aire y Bellatrix corrió hacia mi gritando. Iba a clavarme el cuchillo, y no me importaba. No le iba a hacer nada. La verdad era mi única arma, y ya la usé. El resto que fuera lo que el Dios Hakurei quisiera. Estaba preparada para recibir la puñalada, pero entonces oí como otra puñalada distinta ocurría, callando a Bellatrix. Abrí los ojos. Una daga estaba clavada en la frente de Bellatrix, y esta estaba tirada en el suelo con cara de sorpresa y sangre cubriendo el suelo y toda su cara. Miré al frente y vi al resto de las Genociders tiradas en el suelo y con una daga clavada en la frente. Me llamó la atención como a Medicine le salía veneno en vez de sangre. Estaba impresionada. Me di la vuelta y la vi. Sakuya estaba allí con mirada asesina y lagrimas en los ojos.
"D-dierita..." me dijo como podía.
"Sakuya..." le dije.
"¿E-es verdad todo lo que has dicho de mi?"
"Claro que si..."
Su cara cambió a una triste y empezó a llorar. Corrió hacia mi y me abrazó con mucha fuerza. Le devolví el abrazo con gusto. Me sentí muy bien abrazándola.
"P-perdóname Dierita... H-he sido una egoísta obligándote a confiar en mi y a quererme..."
"Perdóname a mi Sakuya por no ser capaz de confiar en ti al 100%... Hace muchísimo tiempo que perdí la capacidad de confiar en nada..."
"L-lo se, y tenía que haberlo entendido... P-perdóname..."
"Siempre te perdonaré mi diosa... Espero que tu me perdones a mi por ser tan oscura e imperfecta..."
"Pues claro que lo hago. Y-yo te quiero a rabiar Dierita. Nunca he querido a nadie tanto como a ti."
"Me alegra oír eso..."
Estuvimos abrazados un rato en silencio. Estábamos muy bien allí... Aunque aquel escenario tan sangriento nos cortó un poco el rollo. Dejamos de abrazarnos y nos sonreímos.
"Salgamos de aquí. Las demás nos esperan fuera."
"¿Por que solo has bajado tu?"
"Milady nos dijo que esto era algo que debía hacer yo sola... Y tenía razón."
Nos sonreímos. Salimos de aquel lugar, y efectivamente había muchísima gente afuera esperando que saliéramos. Todas me abrazaron y me preguntaron si estaba bien. Reimu, Marisa, mi familia, Reisen, Tewi, Eirin, Kaguya, la familia Yakumo, Alice, Kogasa, Yuyuko, Youmu... ¿Tantísima gente se había preocupado por mi? ... ¿De verdad? ... Bueno, eso es lo que parecía...
Han pasado tres días desde aquel incidente. Los cuerpos de las Genociders han sido enterrados cerca del sello de Mima, la última líder de las Genociders. La casa del Campo de Girasoles ha sido juzgada por las Yamas para ser aislada y clausurada por completo, y bueno... Todo vuelve a estar bien en Gensokyo. La armonía ha vuelto, y un prospero año (Esperemos) acababa de empezar hace nada. Y bueno, ¿Que estoy haciendo yo ahora? Pues disfrutar de mi segunda cita con Sakuya. Ambas bebíamos un vino buenísimo de nuestras copas, disfrutando de la luz de la luna y las estrellas desde el balcón del cuarto de Sakuya.
"¿Es sin alcohol?" le pregunté.
"Eso espero," me dijo.
Claramente que no era sin alcohol, pero era por hablar de algo. Después de aquella cita, y sin necesidad de amor romántico alguno, Sakuya y Yo empezamos una relación. Y bueno, no solo Remilia lo celebró bebiéndose toda una botella de sake, sino que Gensokyo no tardó ni medio segundo en enterarse de nuestra relación. Y bueno... Todo esta bien... ¿Soy feliz? No, ni quiero serlo. Pero... Estoy bien... Estoy bien a mi manera. Me gustaba como todo estaba yendo, y aunque sabía no iba a durar mucho ya que Gensokyo es propensa a los incidentes, me gustaba aquella vida. Todo iba bien, y mi vida por una vez iba como debería de haber ido siempre... Bueno, no siempre, pero ya me entendéis.
Y bueno... Humanos; Youkais; Fantasmas; Tsukumogamis; lo que seáis... Hemos llegado al final del trayecto. Ha sido muy divertido escribir este libro, y espero que os haya gustado y que os haya resuelto algunas dudas sobre mi y sobre los rumores que hay sobre mi. ¿Volveré a escribir otro libro? Es probable, pero por el momento creo que me merezco un buen descanso. Escribir cansa mas de lo que parece, pero es muy entretenido y se pasa bien. Así que bueno... Eso es todo... Nos veremos en la próxima, supongo...
A vivir como os de la gana ^_^