Login

My Little Pony: Sin Fronteras Acto 1 - La gema del espejo

by Gamerlan

Chapter 2: Confianza y voluntad

Previous Chapter Next Chapter

Capitulo 2: Confianza y voluntad

-¿Quién... quién está ahí? ¡Muéstrate! -Herbal oía como algo se movía a través de la oscuridad que lo rodeaba. Ante él, se mostraba un bosque frondoso y muy sombrío el cual no permitía ver más allá de 2 cascos delante de él. En respuesta a su pregunta, solo se escucho una perversa y maléfica risa. -¡Deja de reírte! ¿Qué es tan gracioso?

-Tú lo eres... -La risa maléfica de antes se convirtió ahora en un susurro de una voz masculina. El susurro se oía en todas las direcciones haciendo imposible determinar una posición concreta.

-¿Yo? ¿Qué quieres decir? ¿Quién eres? -El asustado unicornio miraba hacia todos lados, pero era inútil, no era capaz de ver a nadie, solo sentía una presencia en el lugar.

-Eres lamentable... -De repente, una fuerza mágica empezó a hacer surgir unas enredaderas a los cascos del pobre unicornio las cuales lo fueron alzando y apretando con rapidez.

Herbal solo podía gritar en busca de ayuda, pero nadie llegaba en su auxilio, cada vez le quedaban menos aire y fuerzas. -So... socorro... que alguien... me ayude... por... favor... -Las enredaderas seguían devorando su cuerpo ocultándolo entre ellas mientras el sentía como toda su fuerza se escapaba de su cuerpo.

-¿Herbal? ¡Herbal, reacciona! -Una voz empezaba a oírse a lo lejos, pero cada vez que repetía esas palabras, se empezaba a escuchar más cerca. Finalmente, el unicornio sintió un golpetazo en su cabeza.

-¡Au! ¡Eso duele! -Exclamó mientras tenía los ojos cerrados debido al dolor que sentía bajo su cuerno. -¿Quién eres? ¡Deja ya de esconderte! -Volvió a repetir cuando abrió sus ojos de nuevo, pero para su sorpresa, se encontraba en la cabaña de la cebra que se hacía llamar Zecora y la misma estaba frente a él con una cara que denotaba mucha preocupación.

-¿Quizás quieras contarme lo sucedido? Parecías completamente asustado y perdido. En mi vida había visto semejante sufrimiento y agonía, algo me dice que era una horrible pesadilla. -Deducía la cebra mientras esperaba la respuesta del unicornio el cual aun estaba mirando alrededor en busca de un resquicio de aquello que había visto instantes antes., pero mirase donde mirase, no parecía haber ocurrido nada raro.

-Yo... no séqué ha pasado... me acostéaquí... y cuando desperté, estaba perdido en un bosque muy siniestro. Algo me acechaba... se reía de mi... no entiendo nada de nada. -Se llevaba los cascos a su cabeza creyendo volverse loco.

-Una pesadilla desde luego, ninguna duda tengo de ello. Pero ahora tranquilo puedes estar, a fe mía que nadie te vendrá a molestar. -Intentaba calmarle con unas dulces caricias en su crin. -Si no es mucho molestar, quizás quieras compartir tu pesar. En tan vil pesadilla, ¿cuál era la verdadera agonía? -Tumbada a su lado, le miraba expectante.

-Pues... no lo sé muy bien... fue todo muy rápido. Primero, escuché una risa alrededor mío, pero no podía ver a nadie. Después, la risa se convirtió en una voz terrorífica que me dijo que era... como fue... ¿lamentable? Sí, eso fue. -Mientras narraba los acontecimientos, Zecora solo miraba atenta al unicornio, el cual aun mostraba confusión y cierto miedo. -Después, unas enredaderas me empezaron a sujetar y a apretar... notaba como mis fuerzas escapaban de mi cuerpo... como si fueran absorbidas por algo... Lo siguiente que recuerdo es escuchar una voz, y recibir un golpe en mi cabeza...

-Eso ultimo mi culpa es, estaba preocupada y no sabía qué hacer. Espero no haberte hecho mucho daño, garantizo que no pretendía darte ese golpetazo. -Se disculpaba la cebra. -Desde luego es una pesadilla terrible, quizás su origen sea aquel acontecimiento que me contaste.

-Es posible... -Miraba deprimido al suelo al recordar todo lo que paso el día anterior.

Con intención de animar y cambiar de tema, Zecora se levanto del sitio y empezó a caminar hacia otra sala. -Bueno, no merece ahora la pena pensar en ello. Espera un gran día por delante, así que ven a desayunar, no vaya a ser que te quedes con hambre.

En ese momento, Herbal miro hacia la ventana más cercana sorprendido. Había estado mirando en todas direcciones, pero no se había percatado de que ya era de día. Se levantó y miró a través de la pequeña ventana. Desde allí pudo ver el pequeño huerto que la cebra poseía, así como los trozos de cielo que se veían entre las copas de aquellos enormes arboles del Bosque ía sin poder creerse que estuviera en otro mundo diferente. Luego reparó en las preciosas flores que había cerca del huerto y empezó a sonreír. -Ojalá pudiera encontrar un lugar donde solo hubiera flores bonitas... donde nadie más pudiera molestarme... sería tan feliz... al menos nadie podría destrozarme mas...

En ese instante, la cebra entró en la habitación de nuevo. -Pero bueno, ¿es que no me oyes? El desayuno está servido, alimentarte bien debes. -El unicornio, que al oírla había vuelto a la tierra, se giró y asintió antes de ponerse en camino hacia la cocina junto a ella. Mientras tanto, el se preguntaba que le depararía aquel día en aquel bosque misterioso con aquella yegua misteriosa.

Tras desayunar, momento durante el cual no hubo ninguna conversación entre ellos salvo unas pocas preguntas que Zecora hacia a Herbal que este contestaba brevemente, ella empezó a preparar el caldero para hacer alguna mezcla, tal y como era habitual, entendió que era mejor dejarle tiempo para sí mismo. Sin embargo, fue en este momento cuando el unicornio empezó a observar lo que hacía movido por la curiosidad de saber que era exactamente lo que la cebra que la daba cobijo hacía en su día a día.

-¿Es curiosidad eso que siento? Tus ojos me dicen que estas perplejo. -Zecora, le había estado observando de reojo mientras el no quitaba ojo al caldero.

-Bueno... un poco... -Desvió su mirada rápidamente, pero al ver que no había una respuesta, volvió a mirar con un poco mas de confianza. -Esto... Zecora... -La cebra levantó la cabeza y le miró. -¿Puedo... ayudarte con algo...? Sé que mi actitud está siendo... difícil de tratar... pero no quiero sentirme un lastre.

Ante tal proposición, Zecora se quedo perpleja. No se esperaba que el poni tímido que había conocido el día anterior, se le ofreciese para ayudar. -Bueno... si ayudar es lo que quieres... recoger ingredientes por el bosque debes, aunque... -Le miro con cierta inseguridad. -¿Sabes acaso como hallar, las plantas y hongos que voy a necesitar?

Los ojos de Herbal se iluminaron al escuchar la palabra "plantas", parecía otro poni. -¡Por supuesto! Aunque no lo parezca, soy un gran conocedor de plantas y flores. Incluso puedo usar mi magia para modificar las propiedades naturales de las mismas. -Realmente se le veía entusiasmado por poder ayudar con algo que él sabía bien como hacer.

-Eso es sorprendente desde luego, aunque predecible según tu cutie mark veo. -Y era verdad, Herbal poseía una flor con pétalos azules como cutie mark. -No obstante... ¿Serás capaz de los hongos hallar?

-Bueno, no soy experto en hongos... pero si hay algo que pueda hacer, deseo hacerlo. Al menos... podre pagarte que me des cobijo... no tengo ni un solo bit... -Miro entonces a su cutie mark y con algo más de confianza... -Sí, definitivamente lograre hacerlo. -La cara de Herbal no lograba ocultar su nerviosismo, sin embargo a breves intervalos de tiempo, se podía apreciar entusiasmo y decisión.

-De acuerdo. Pero ante el menor atisbo de peligro o duda, quiero que vuelvas en busca de consejo o ayuda. No quiero que te sobre esfuerces en un lugar que no conoces. -Le pasó una lista. -Aquí están las plantas y hongos que necesito, ¿reconoces todas? ¿Requieres consejo?

Herbal repasó varias veces las plantas que necesitaba encontrar, parecía convencido de poder cumplir su pequeña tarea, aunque luego repaso la sección de hongos, y su expresión cambio considerablemente. -Conozco todas estas plantas, por suerte no son muy raras, no creo que tarde en encontrarlas, sin embargo... con respecto a los hongos... no tengo ni idea. je je...

Zecora soltó un gran suspiro y se giró para coger varios hongos. -Lo imaginaba... aquí tienes muestras de los hongos que necesito, llévatelas y búscalas con ahínco. -Le dio las muestras y le asintió con la cabeza.

-De acuerdo, no te fallaré. Prometo... hacer esta tarea bien... o eso espero... al menos... -Decía cada vez más en bajo mientras caminaba hacia la salida. Zecora se limito a desearle suerte y siguió con su caldero no sin antes soltar otro suspiro.

El día era inmejorable, por entre las copas de los arboles del bosque Verdur se filtraban rayos de sol que junto con las sombras que generaban algunos de los mismos, hacían la travesía por el bosque muy agradable, además, corría una brisilla que movía dulcemente las crines del unicornio.

-La verdad es que este lugar es muy tranquilo... quizás... este sea el lugar que necesito para olvidarme de todo mi pasado... aquí no hay una atmosfera cargada de dolor, sangre y sufrimiento... los árboles y plantas se ven tan vivos... y esa cebra me cuida a pesar de que no me conoce... realmente no sé si será de fiar... pero es innegable que presenta un aura de paz y completa tranquilidad...

Tanto tiempo pase en aquel lugar.
Frío, solitario, y lúgubre sin par.
No es extraño que ahora a mi parecer.
Todo lo que me rodea, sospechoso pueda ser.

Las flores crecen libres, no hay opresión.
Puede que sea esto, lo que más buscaba yo.
Aun no sé si en ellos podre confiar.
Pero es cierto que este sitio rebosa tranquilidad.

Es un lecho de paz.
Un lugar donde vivir sin nada que ocultar.
Es un lecho de paz.
El lugar perfecto para todo olvidar.

Sin miedo a mostrarte como eres.
Sin miedo a pensar ni a opinar.
En esta tierra que habitan estos ponis.
En este gran lecho de paz.

En este gran lecho de paz.

Mientras paseaba por el bosque alegre en busca de los ingredientes que Zecora le había encargado al tiempo que cantaba una canción, se percató de un rastro que brillaba en el suelo y que se adentraba entre unos arbustos bastante altos. Curioso, se acerco un poco a ellos.

-¿Qué es esto? -Lo olfateó. -Um, me suena este olor, no recuerdo donde ni cuando, pero me resulta familiar y reconfortante. -Guiado por un sentimiento muy agradable, decidió seguir el rastro hasta su origen.

El olor de aquel rastro se intensificaba con cada paso que daba, y cada vez se sentía más atrapado por él. Era una sensación tan agradable, tan familiar... simplemente cautivante para el unicornio. Parecía fascinado, hasta el punto en el cual parecía no saber a dónde iba.

De repente, de entre unos árboles, empezó a aparecer una criatura con forma de planta carnívora, y Herbal iba directo hacia ella, totalmente cautivado por el olor de aquel rastro que estaba persiguiendo.

-¿Papá? ¿Mamá? ¿Sois vosotros? -Al unicornio se le quedaron los ojos como platos. -¿Qué estáis... haciendo aquí...? -Estaba a punto de llorar.

Justo en ese instante, la criatura que había aparecido ante él, dirigió sus cepas lentamente hacia él con la firme intención de atraparlo.

-Os he echado tanto de menos... sí, volvamos juntos a casa... -El unicornio seguía cautivado en aquella ilusión, y caminaba hacia la planta sin detenerse mientras esta acercaba sus 2 cepas a él.

-¡Cuidado!, ¡Aléjate de ahí! -Gritó una voz al tiempo que se abalanzaba sobre Herbal con intención de alejarle de las cepas. -¡Tienes que despertar!, ¡Vamos!, ¡Reacciona! -Por mucho que gritase, el unicornio seguía sin hacer ni caso, seguía atrapado. -Mierda... no quería llegar a esto... perdóname... -Le propinó una gran bofetada con el casco provocando que Herbal finalmente volviera en sí.

-¿Eh?, ¿Qué está...? ¿Mamá? ¿Papá? -miraba a todos lados, pero no los veía, no se encontraba ni siquiera en el mismo lugar donde recordaba estar, y para colmo, tenía sobre si al mismo poni que le encontró el día anterior. -¡Tú! ¿Qué estas... haciendo?

-Ya hablaremos luego, ahora debemos alejarnos corriendo de aquí, esto es muy peligroso. -Se apresuró a decir Great Thrill. -Esa planta tiene intención de devorarnos. -Señalándole a herbal el lugar donde aquel ser había aparecido.

-¿De dónde ha salido eso? -Parecía aterrado ante aquel ser monstruoso.

-No lo sé, estaba paseando por el bosque cuando te he visto caminar directamente hacia ella, y luego te has puesto a hablar tu solo... ¿No veías el monstruo? -En ese momento la planta lanzó su cepa hacia la pata de Great Thrill a toda velocidad consiguiendo golpearle y hacerle una herida. -¡Ah! ¡Tenemos que irnos... ya!

-No... no puedes moverte, así no podemos huir. -Nervioso y alterado, Herbal estaba a punto de un ataque de nervios.

-No digas tonterías... esto no es nada... -Dijo Great Thrill mientras se levantaba y empezaba a caminar cojeando lejos de la planta. -¿Ves? Estoy genial... uf. -La planta disparó de nuevo su cepa hacia Great Thrill, que no estaba aun lo suficientemente lejos para evitarlo y no estaba mirando a la planta.

-¡Cuidado! -Herbal se lanzó en un impulso a interponerse entre la cepa y el poni terrestre, mientras iluminaba su cuerno para generar un escudo mágico. La cepa reboto en el escudo, dando tiempo a ambos ponis de alejarse de allí sin mayor problema.

-Ha estado cerca. Esas plantas son muy peligrosas... -Decía entre gemidos de dolor Great Thrill mientras se agarraba su pata trasera izquierda con los cascos delanteros.

-Pero... ¿De donde había salido? Yo encontré un rastro que desprendía un olor muy familiar, y después me encontré con mis padres... y después te vi a ti, y mis padres ya no estaban... y esa planta... ¿Qué ha sucedido?

-Ahora lo entiendo todo. Estabas atrapado en un hechizo. Una ilusión. Esas plantas carnívoras no son capaces de moverse del sitio, por lo tanto para atraer a sus presas, usan una sustancia que segregan con un poder mágico para hacer que el poni o criatura que lo huela sufra alucinaciones. De esa manera, estarían indefensos, y la planta podría devorarlos sin ninguna complicación. -Parecía convencido de lo que decía. Herbal estaba alucinando.

-Entonces... mis padres... -El unicornio parecía a punto de romper a llorar.

-En efecto. No están aquí. Lo que viste no era real, sino una ilusión. -Seguía retorciéndose de dolor. -Lo siento mucho.

-Gracias por salvarme... Muchas gracias... de verdad... -Decía un desilusionado y triste Herbal.

-No ha sido nada, todo ha salido bien. Además, como futuro guardia real, es mi deber proteger a los demás. -Reía amistosamente para calmar la situación, pero no tardo en volver a quejarse de dolor.

-¡Oh! Tu pata... déjame... ayudarte. Como compensación... -Dirigió su cuerno hacia la pata herida del poni terrestre y con un tenue brillo verde claro, empezó a tratar y a sanar la herida provocada por la vid de aquel monstruo.

-¿Esto es... magia de curación? -Great Thrill estaba patidifuso y con los ojos abiertos como platos. -¿Eres un sanador? No hay muchos ponis con ese tipo de magia por estas tierras.

-Sí, bueno... no, bueno... puede. Quiero decir... no sé si esta magia es rara o no, desde muy jovencito poseo este tipo de magia... además, no solo puedo curar heridas... sino que además... mi magia se especializa... en... bueno, es una tontería... -Estaba nervioso y algo avergonzado en ese momento, como si tuviera miedo de que se riera de él.

-Adelante, dilo sin miedo. -Great Thrill se mostraba atento y comprensivo.

-El trato con las plantas, sus aromas y los pólenes de las mismas. Incluso puedo hacer que las flores marchitas recuperen su color... a veces... -Agachaba su cabeza, para ocultar que estaba rojo como un tomate, pero no le sirvió de mucho.

-Guau... Eso es... sorprendente... -Great Thrill cada vez estaba más sorprendido con el curioso unicornio rayado que tenía enfrente. -Desde luego es una magia... diferente. No necesariamente mala o desagradable claro.

-¿Tu... crees? -Le miro con la cabeza agachada por la vergüenza.

-Sí, seguro que con esa magia eres capaz de traer mucha felicidad a los ponis. A mí al menos... me gusta como suena. -Concluyó sonriente el poni terrestre justo antes de probar a mover su pata trasera. -¡Mira, ya está curada! Eres realmente un grandioso sanador. Muchas gracias... esto... ¿Herbal te llamabas, no?

-Sí... así es... no tienes porque agradecerme... no ha sido nada... Esto... yo tenía una tarea que hacer... así que... me tengo que ir... -Se apresuro a decir y a levantarse.

-¡Espera! Déjame ayudarte por favor. Me has caído muy bien, y yo... quiero ser tu amigo. -Herbal se quedo sorprendido ante esa declaración mientras que el terrestre le sonreía con una de sus mejores y más sinceras sonrisas.

-Bueno... es un poco precipitado... aunque... si quieres ayudarme... puedes venir... -No estaba nada convencido sobre ese tema de ser su amigo, solo le recordaba a sus compañeros de la prisión y era justo lo que él quería olvidar. Puso una cara tristona.

-¿Sucede algo? ¿He dicho algo que no debía? Lo siento... no pretendía hacer daño. -Confesó honestamente Great Thrill.

-No pasa nada... acabemos con esto cuanto antes... por favor... -Comenzó a caminar cabizbajo, pero volviendo a prestar atención a las diferentes plantas y a los ingredientes que Zecora le había solicitado.

-Debemos recolectar todo lo que aparece en esa lista, ¿me equivoco? -Dedujo al ver sacar la lista. -Yo sé moverme bastante bien por este bosque, déjame ser tu guía. ¿Qué es lo que necesitamos? -Se puso a su lado y comenzó a guiarle por el bosque.

Al cabo de una larga hora, habían sido capaces de localizar y recolectar todos y cada uno de los ingredientes que aparecían en la lista y volvieron a la casa de viaje de camino a ella había sido bastante más silencioso de lo que cabria esperar entre dos ponis que estaban colaborando. Herbal fue el encargado de llamar a la puerta de la cebra.

-Herbal, amigo mío, veo que a pesar de la hora que es, has logrado el cometido. Temía que algo te sucediese, me alegro de sano y salvo verte. -Fue entonces cuando reparó en la presencia de su acompañante. -¿Es este poni tu amigo? Veo que las cosas mejor de lo esperado han ido.

-En efecto señorita Zecora, mi nombre es Great Thrill, conocí a Herbal en el bosque. -Dijo mientras se guardaba para sí mismo el encontronazo con la planta carnívora.

-Bueno... no sé si es demasiado precipitado considerar una amistad... -Volvía a mostrarse cabizbajo.

Zecora fue capaz de ver que algo más había sucedido con solo analizar las expresiones. -Bueno, es un placer conocerte, los... compañeros de Herbal bienvenidos son en mi casa siempre. Pasad dentro por favor, para recuperar fuerzas la comida debéis tomar mientras aun conserve el calor.

Los dos ponis pasaron dentro de la casa de la cebra y se sentaron en la mesa a comer en un sospechoso silencio. -Y bueno, ¿qué tal ha ido? ¿Muchos problemas habéis tenido? -Rompía el hielo Zecora.

Ambos ponis se cruzaron miradas esperando una respuesta del otro. -No... no ha habido... problemas... ¿verdad que no, Herbal? -Pregunto Great Thrill pasándole la bola al unicornio, el cual, sorprendido, se atraganto con las verduras que estaba comiendo.

-No suenas muy convencido... ¿me estáis ocultando lo sucedido? -Zecora empezaba a dudar seriamente de la credibilidad del terrestre.

-En realidad... él me salvo... de ser devorado... -murmuro Herbal acobardado, avergonzado y entristecido.

-¿Devorado has dicho? ¿Cuál fue el peligro de tan horrible desenlace? -Se mostraba muy preocupada la cebra. Herbal lo único que pudo hacer ante los gritos de preocupación de ella fue esconderse haciéndose una bola.

-Señorita Zecora, por favor, no se enfade. Yo se lo explicaré todo. -se apresuró a tranquilizar el ambiente Great Thrill. -Encontré a Herbal mientras seguía un rastro que al parecer encontró en el suelo. Ese rastro era un cebo de una planta carnívora del bosque, el había caído bajo su ilusión, y creyó ver a sus padres. No obstante, era la planta la cual generaba esa ilusión y justo cuando esta le iba a agarrar con sus cepas para devorarlo, yo intervine para salvarle.

-Menuda historia tan horrible... -no era capaz de ocultar su horror.

-No cabe la menor duda, señorita. -confirmo el poni terrestre. -Pero ya está todo en orden y es mejor no ahondar en problemas del pasado. Ahora Herbal y yo somos amigos, y eso es lo que de verdad importa.

-Yo aun no he dicho que sea tu amigo... -Corto de golpe el pequeño unicornio que seguía hecho una bola.

-Herbal... dame una oportunidad... te lo pido. Realmente me has caído bien... Los amigos se apoyan en necesidad... y creo que tú necesitas apoyo.

-Que sabrás tú de lo que necesito... -empezaba a enfadarse de nuevo.

-Haya paz compañeros, seguro que esto en paz resolver podemos. -Rimaba la cebra al ver el problema que había ante ella. No obstante, sonreía, veía la posibilidad perfecta justo ante ella. -Herbal, ¿por qué no cuentas a nuestro invitado tus problemas? Estoy segura de que a gusto sentirte puedas.

-No es de su incumbencia... quiero olvidarme de todo... ¡No quiero recordar! -Gritaba a pleno pulmón, mientras dejaba tras de sí un silencio sepulcral.

-Herbal... sé todo lo que te pasó... me lo contaste en el lago... y en su momento no tuve la ocasión de decirte... que te creo... que siento haber reaccionado así ante ti... Quiero ayudarte... a olvidar todo lo que has sufrido... te lo suplico, déjame ser tu amigo...

-El poni terrestre esta en lo cierto, para olvidar tu pasado y deshacerte de tus males, tu corazón abrir y vivir experiencias nuevas debes.

-Herbal, dame al menos una oportunidad... si después de ella, no estás convencido de que mi amistad te puede ayudar... no volveré a insistir. -Rogaba agachándose Great Thrill.

-Zecora... ¿estás convencida de que me puede beneficiar? -La miraba esperando su consentimiento y aprobación.

-Totalmente, querido amigo. -Asintió la cebra. -Y por favor, si no es mucho pedir, me gustaría que dejaras de consultarme estas cosas a mí. Por supuesto que podrás pedirme consejos, todos los que quieras, mas las respuestas importantes, por ti mismo hallar debes.

-Bueno... no estoy seguro de entender... pero... está bien... daré una oportunidad... a la amistad... -Se giró a Great Thrill. -Siento haber... reaccionado así...

-Entonces... ¿me aceptas como amigo? ¡Que alegría me das! -El poni terrestre no cabía en sí de gozo. -Puedes confiar en mí, te ayudare en cualquier cosa que necesites. Como futuro miembro de la guardia real, es mi deber ayudar a todo aquel que lo necesite. Más aun si son mis amigos. -Reía amigablemente mientras esbozaba una sonrisa.

-Gracias... hare lo mejor que pueda... para no decepcionar... -Decía en voz baja Herbal.

-¿De qué hablas? No vas a decepcionar a nadie. Escucha, una verdadera amistad se forja en base a la confianza y la voluntad. Siempre y cuando confiemos el uno en el otro, y tengamos la voluntad de cambiar y mantener la amistad, jamás nos podremos decepcionar. -Terminó su discurso con una sonrisa.

-Suenas... casi como ella... y me gusta cómo suena... -Esbozó Herbal una leve sonrisa. -Es muy pronto aún para decir nada... pero me salvaste... así que confiare en ti...

-Así es como debe ser, que la amistad que ante mí se ha forjado, por los siglos de los siglos dure. -Dijo Zecora mientras miraba a la curiosa pareja ante ella.

-Ya se, Herbal, ¿quieres que te muestre el resto del bosque? Sé donde hay flores muy bonitas. -Le sugirió Great Thrill con mucho entusiasmo, sugerencia a la cual Herbal reaccionó con igual entusiasmo. Cada vez que se hablaba de plantas y flores se emocionaba.

-¡Por supuesto! Adoro las flores. Guíame hacia ellas. -Sonreía con una cara inocente, pero dulce.

-Pasáoslo bien, y tened cuidado, no vaya a ser que se repita el acontecimiento. Yo estaré aquí el resto del día, volved si necesitas cualquier cosilla. -Les avisó la cebra, a lo cual ambos asintieron y después salieron de la casa.

Cuando se fueron, Zecora aprovecho para acercarse a la ventana que estaba más cerca de la cama, cogió un pequeño colgante y empezó a mirar al despejado cielo.

-Míralo... parece que ya ha encontrado una de las llaves que le curará... Estoy convencida de que te gustaría saberlo... seguiré vigilándolo...

Next Chapter: Nada que un dulce no pueda arreglar Estimated time remaining: 0 Minutes
Return to Story Description

Login

Facebook
Login with
Facebook:
FiMFetch