Arctic Ponies
Chapter 1
Load Full Story Next ChapterCapítulo 1: Un Truco Helado
Todos en Equestria conocemos la historia del Imperio de Cristal, el día que resurgió del manto de sombras y obscuridad que una vez el Rey Sombra uso para maldecir a los pobres y esclavizados habitantes, ese día no solo el Rey Sombra fue liberado, ya que en las gélidas afueras del imperio algo más despertó, pero no fue sino hasta mucho más tarde que empezó a actuar, a planificar su venganza, a idear una forma de destruir toda Equestria y rearmarla a su despiadada y retorcida imaginación: ese día Némesis volvió.
Se preguntaran quien es Némesis, habrá tiempo para contar quien es ella, pero primero creo que tendría que empezar por decir quién soy yo, la mayoría de los ponies me conocen como "La gran y poderosa Trixie", otros me llaman Trixie Lullamoon pero para mis amigos y compañeros soy solo Trixie, normalmente trabajo como una unicornio que realiza trucos de magia e ilusionismo para sorprender al público, desde mi último cruce con Twilight Sparkle aprendí a ser más amable con los demás ponies, a no menospreciarlos, insultarlos o a pensar que soy mejor que todos, ella me enseño los verdaderos valores de la amistad, y me prometí a mí misma volver a Ponyville algún día para agradecerle como es debido todo lo que ella me mostro y a considerarla una amiga. Tenía planeado ir a verla cuando volviera de dar uno de mis shows móviles en el Imperio de Cristal cuando a mitad de camino fui atacada por unos seres hechos de hielo, pero era un hielo muy extraño, su color era de un rojo sangre y emanaban un aura de pura maldad a su alrededor, su sola presencia me hizo dar nauseas e incluso sentía un miedo que nunca en mi vida había sentido, en el momento en que uno de ellos empezó a moverse hacia a mi hice lo único que se me ocurrió en ese momento: un simple acto de desaparición dejando atrás una falsa yo hecha de luces, fue lo suficientemente efectivo como para darme unos minutos de ventaja y correr por mi vida, desafortunadamente no conseguí llegar a por ayuda de los guardias de cristal o de cualquier otro pony cuando uno de esos monstruos de hielo consiguió darme caza y atraparme por una de mis patas traseras, el terror me invadió, patee, me sacudía e incluso tire hechizos para intentar zafarme de las heladas garras de mi captor, todo era en vano: las patadas no hicieron ni un rasguño en su cuerpo, mis sacudidas solo consiguieron darme un esguince y lo que más me sorprendió fue que los hechizos de fuego que aprendí para mis trucos no funcionaron, creo que solo hice que se enojara más conmigo. Era mi final, mis fuerzas se desvanecían, solo me quedaba esperar a que esos monstruos me devoraran, sola, sin alguien que pudiera salvarme, sin que alguien supiera que siquiera había muerto, solo encontrarían un charco de sangre y vísceras de lo que solía ser mi cuerpo, moriría sola y sin ningún amigo verdadero, sin poder decirle a Twilight lo agradecida que estaba de que me mostrara el buen camino, sola, sin ningún amigo verdadero, sin haberme enamorado siquiera…. O al menos eso creí en ese momento.
Justo antes de que el gigante helado me diera el primer mordisco su brazo fue pulverizado por un rayo de luz amarillo surgió de la nada, pero su mano aún seguía agarrándome, cuando mire en la dirección de la que provino esa luz salvadora pude ver a un grupo de cuatro ponies parados no muy lejos de donde aterrice, usaban unas mascaras para la nieve que nunca antes había visto, fueran quienes fueran ellos salvaron mi vida y estaría eternamente agradecidos con ellos. El agarre de la mano fría me hizo volver a la realidad de que aún no estaba a salvo, aún quedaban otros dos gigantes helados además de aquel al que le faltaba su brazo, hice un esfuerzo para poder arrastrarme hacia mis salvadores pero mis fuerzas hacia mucho habían dejado mi cuerpo y solo conseguí desplomarme en la nieve. Sentí los pasos de alguien que se acercó apresuradamente a mí y me levanto un poco con sus cascos.
-¿Estas bien? ¿Te hicieron daño?- fue lo que dijo aquel pony masculino.
Solo pude asentir suavemente, mi voz se había vuelto muy débil y quebradiza de tanto pedir ayuda anteriormente. Levante mi cabeza para intentar ver bien a aquel pony y pude notar dos cosas: la primera es que él era un unicornio de color blanco, distinguí un poco del color amarillo de sus ojos debido a que la máscara que usaba no me dejaba ver bien, el color de su crin era un negro con toques rojizos en las puntas; lo otro que pude notar es que en su mirada se veía una gran preocupación hacia mí, lo que hizo que me sintiera un tanto rara, nunca me habían visto con esos ojos con anterioridad. Aquel pony blanco me dio un abrazo y me susurro algo al oído:
- Que bueno que te encontramos a tiempo Trixie- acto seguido me abrazo con mucho cuidado y cariño. Eso hizo que me sonrojara un poco.
Mi preocupado salvador se levantó de mi lado y lanzo un rayo de su cuerno que libero mi pata trasera del agarre gélido de esa mano y pude ver como la blanca nieve se tornaba roja cuando el hielo rojo derretido se asentó en ella, primero pensé que mi pierna o mi pata estaban lastimadas y que era mi sangre aquello que veía pero no era así, el hielo estaba hecho de sangre, de ahí que tuviera ese color tan extraño. Iba a preguntarle al unicornio blanco si sabía que era eso cuando escucho a otro de los ponies llamarlo:
-¡Krinx! ¡Vuelve a la base con ella, luego te alcanzaremos!- grito el que parecía ser el líder del grupo- ¡Dangarooq, ayúdalo a cargarla en su lomo!- otro pony del grupo solo asintió y se acercó a nosotros.
-¿¡Pero qué hacemos con el resto de los Gigantes de Hielo!? – gritó una voz femenina que venia del lado derecho del líder.
-¡Podremos contenerlos hasta que Krinx vuelva de la base! ¡Quédate cerca mío Slavya y prepara las armas!
-¡Entendido!
Luego de esa pequeña charla que tuvo el equipo, Krinx, el unicornio blanco que me ayudo, empezó a galopar hacia la ubicación de la base de su equipo conmigo en su lomo mientras sus amigos parecían estar luchando con unas armas especiales cuyo brillo se lograba distinguir incluso en esa tormenta de nieve que se levantó mientras peleaban contra los gigantes de hielo. Yo solo podía mirar boquiabierta como ellos se movían de forma coordinada para derribar a uno de los gigantes (al que le faltaba un brazo).
-¡Increíbles! ¿Verdad?- gritó Krinx con una voz que denotaba una gran alegría y emoción ante aquella pelea que tenía lugar a nuestras espaldas- ¡Sujétate con fuerza Trixie, este camino no es muy bonito que digamos! ¡jajajajaja!
Luego de unos minutos llegamos a lo que parecía ser un abismo de miles de metros de altura, Krinx seguía a todo galope lo cual me preocupaba ya que se dirigía directo hacia el precipicio sin intenciones de frenar.
-¡ESPERA! ¡FRENA! ¡VAMOS A CAERNOS AL VACIO SI SIGUES ASI!- conseguí gritar con las pocas fuerzas que volvieron a mi cuerpo en ese momento de alta tensión
-¡Ese es el plan mi querida pasajera! ¡Aerolíneas Krinx está a su servicio! ¡¿Desea maní?!- grito el unicornio blanco cuya salud mental empezaba a dudar a cada segundo que pasaba.
-¡¿CÓMO PUEDES PENSAR EN BROMEAR EN UN MOMENTO COMO ESTE?! ¡VAMOS A CAER…!- fue lo último que alcance a decir antes de ver como el suelo debajo de nuestros cascos se desvanecía para dar lugar a un oscuro abismo.
Justo cuando esperaba sentir la falta de gravedad un destello de luz nos rodeó y aparecimos en una sala bien iluminada, el frio dejo de sentirse alrededor de mi cuerpo siendo reemplazado por el calor del ambiente en donde nos encontrábamos, lo que antes fue una cueva se había convertido en toda una base secreta escondida llena de mapas, monitores, una sala de estar con sillones en los cuales sentía unas ganas tremendas de tirarme y nunca más levantarme (o por lo menos levantarme a buscar algo de comer). Había muchas otras salas que no alcance a ver bien cuando sentí que Krinx disminuía su velocidad y me ayudo a bajar de su espalda levitándome un poco con su magia y depositándome en un sofá.
- Lamento no haberte podido cargar como una princesa o de poder darte un buen tour por nuestra cuevita, pero como sabes necesito volver a ayudar a mis amigos. Si te sientes bien puedes ver la acción en vivo y en directo por aquellos monitores- dijo Krinx señalando a unas pantallas que estaban en una pared un tanto alejada de donde yo me encontraba descansando- Oh y si tienes hambre o sed la cocina esta por la segunda puerta a la derecha, trata de no tocar las cosas de Slavya, se puso como una fiera el otro día cuando quise comerme su yogurt, jejeje, bueno espera con ansias mi regreso Trixie, quisiera charlar de un montón de cosas contigo.- dicho esto hizo un saludo y desapareció por esa entrada misteriosa. Sintiéndome por fin a salvo y contenta de vivir otro día mi cuerpo dio lugar al cansancio y me quede dormida, luego de lo que había pasado no quería hacer otra cosa más que descansar.
Tuve un sueño, o más bien una pesadilla sobre aquellos gigantes de hielo, sobre como nadie llego a salvarme, sobre como la oscuridad iba consumiendo cada parte de mi ser, como mi alma iba desapareciendo poco a poco. Me levante sobresaltada y sudando frio, tarde unos minutos en recomponerme y darme cuenta de que ya no estaba en el sofá, estaba en una habitación acostada en una cama, las luces de la habitación estaban apagadas, solo podía ver un pequeño rayo de luz viniendo de debajo del marco de la puerta. Escuche como alguien se acercaba a la puerta, al abrirla las luces me enceguecieron por unos segundos y pude ver que estaba en una habitación de color naranja, la cama donde me encontraba era una litera y yo estaba en la cama de abajo, las paredes tenían imágenes ¿mías?, eran afiches que había mandado a hacer hace cierto tiempo para firmar y entregar a algunos fanáticos de mis trucos cuando finalizaba mis shows.
-¡Vaya! Veo que despertaste, nos tenías muy preocupados Trixie, pensamos que no llegaríamos a tiempo para salvarte- dijo una voz femenina que había escuchado con anterioridad en la nieve, era una pony terrestre de color marrón, con una crin rubia y una coleta, sus ojos eran de color celeste, o por lo menos uno lo era, usaba un parche en su ojo izquierdo, usaba una especie de traje lleno de bolsillos de color azul con negro.
- Emm disculpa pero Trixie quisiera saber unas cuantas cosas: primero ¿dónde estoy? Segundo ¿qué eran esas cosas de ahí fuera? Tercero ¿cómo saben mi nombre? Y ¿por qué hay tantos afiches míos aquí?
- Bueno, en ese orden las respuestas serian: uno, estas en nuestra base, dos esas cosas de ahí fuera eran gigantes de hielo, por suerte solo eran los típicos descerebrados que solo saben gruñir, comer y romper pero no precisamente en ese orden o no por lo general, tres, sabemos tu nombre gracias a Krinx y eso también respondería la cuarta pregunta, todos esos afiches los junto él, y como dato extra: esta es su habitación. Te trajimos hasta aquí ya que dormir en un sofá no es precisamente la idea que tengo de descansar tranquila- dijo Slavya en un tono amable mientras respondía a mis preguntas.
- ¿Su base? Y ¿a qué se dedican? ¿Por qué la entrada es así? ¿Volverán esos monstruos? ¿Estamos a salvo aquí? ¿Y si…?
- Wow, wow, wow, bájale la espuma a tu chocolate amiga, todas esas preguntas serán respondidas a su debido tiempo, por ahora creo que es mejor que vayas a ver a nuestro líder, quiere hablar contigo pero quería esperar a que te pusieras mejor para poder charlar mejor, y además necesitamos liberar a Krinx de su cadena.
- ¿Cadena?- dije un tanto curiosa sobre el porque encadenarían al pony que cuido de mí.
- Sep, cadena, es tu fan número uno y tuve que encadenarlo para que no se hiciera ideas raras ya que estas durmiendo en su cama, oh y que no te deje engañar su apariencia heroica de hace unas horas, solo quiso lucirse un poco frente a ti- dijo Slavya
- ¿A qué te refieres con eso? ¿Cómo se comporta él normalmente?- pregunte
- Como un potrillo travieso que le gusta hacer bromas y chistes muchas veces ridículos- respondió Slavya de forma seca e inmediata (lo suponía desde hace un rato)- Si ya te sientes mejor sígueme, te llevare hasta Rex, es nuestro líder en caso de que quieras hacer más preguntas, además de que no conoces como está organizada la base.
- Esta bien, Trixie te seguirá, aunque aún me siento un tanto cansada.- dije levantándome de la cama y siguiendo a Slavya a través del sistema de túneles que hicieron en el interior de la cueva, la base era más grande por dentro de lo que me imaginaba. De camino hacia donde se encontraba el líder de este particular grupo cruzamos cerca de una especie de jardín zen, y en medio de ese jardín se encontraba otro pony terrestre de color marrón oscuro, con una crin naranja, sus ojos estaban cerrados como si estuviera meditando, hecho que me impidió ver el color de sus ojos.
- Ese de ahí es Dangarooq, él te ayudo a subirte a Krinx, normalmente no suele hablar mucho, es una especie de monje que vino a ayudarnos desde una parte lejana de Equestria, no lo parece a simple vista pero es un gran peleador, el solo podría agrietar una montaña si lo quisiera, y de hecho lo hizo un día, nos asustó bastante al ver la fuerza que el poseía, pero aun así es muy tranquilo tanto cuando está en reposo o combatiendo.- dijo Slavya. Lo que ella dijo me dejo boquiabierta, ¡este pony posee una fuerza tal como para agrietar una montaña con solo sus cascos!
Cuando llegamos a lo que parecía ser la sala de mando, vimos a Rex hablando con Krinx y parecía que estaban en una discusión.
- Por las barbas de Celestia ¡¿cuántas veces te dije que tengas cuidado con tus hechizos Krinx?! ¡Pudiste herir a Trixie con ese ataque tan descuidado!- gritaba Rex.
- Lo es y lo siento, pero tenía que hacer algo, no podía dejar que le hicieran daño a ella.- se defendía Krinx.
- Mira, se cuánto admiras a Trixie y se notó a leguas que intentabas impresionarla, solo te diré que cuando quieras jugar a ser el héroe nos des un aviso antes de soltar ataques.- dijo Rex en un tono más calmado pero aún molesto (y de hecho Krinx me impresiono en más de una forma hoy).
- Esta bien, para la próxima hare sonar una corneta de guerra antes de atacar, ¿te parece bien?- respondió Krinx en un tono de voz un tanto burlona.
- Hazlo si quieres Romeo, pero recuerda que no estás solo ahí fuera, estas junto al equipo, junto a tus amigos, ¿cómo quieres que reaccione cuando veo a mi mejor amigo poniendo su vida en juego sin antes tener un plan?- dijo Rex ahora con un tono de voz que denotaba preocupación.
- N-no lo había pensado, fue solo un reflejo el de protegerla antes de que algo malo le pasara, espero que ella no me vea como alguien impulsivo y un tanto irresponsable por haber hecho eso- se lamentaba Krinx.
-Bueno, creo que podrás preguntarle eso cara a cara ahora si quieres jejeje- respondió Rex ahora con un tono burlón al ver que Slavya y yo nos acercábamos
- ¡¿Q-q-q-q-q-q-q-que?! ¡¿E-e-e-e-e-ella está detrás de mí?!- tartamudeo Krinx mientras se ponía rojo como un tomate al notarme.
- Oh, qué gran y poderosa debe de ser Trixie si consiguió con solo su presencia reducirte solo a unas cuantas palabritas jajajajaja- se burlaba Rex- bueno, podrás charlar todo lo que quieras con ella más tarde, primero necesito hacer "eso" con ella.
- Espera, ¿eso quiere decir lo que creo que quiere decir?- pregunto Krinx un tanto incrédulo ante lo que dijo su mejor amigo.
- Solo si ella decide Kri, reza a los dioses para que suceda.- respondió Rex- mientras charlamos quiero que ayudes a Slavya en su taller, el carro de Trixie sufrió graves daños y necesitara ayuda para repararlo.
- Yo, reparando, ¡¿el carro de espectáculos de Trixie?! ¡Es como una segunda navidad!- dijo Krinx mientras saltaba por todos lados como un pequeño potrillo en su cumpleaños (fue un tanto tierno el verlo así).
Cuando Krinx y Slavya se fueron a reparar mi carro, Rex y yo nos quedamos a solas en la sala para discutir un tema de suma importancia. Él era un pegaso de color verde, una crin negra tirando hacia una tonalidad de rojo y ojos de colores distintos, uno era rojo y el otro celeste (heterocromia quizás) con una cicatriz que pasaba por su ojo izquierdo.
- Bueno, Trixie Lullamoon, esta es la cosa, quiero saber si te interesaría unirte a nuestro pequeño grupo de ponies para combatir y mantener a raya a esos gigantes de hielo que ya viste con anterioridad.- fueron las palabras de Rex quien fue directo al grano con su propuesta.
Mi primera reacción fue la de dejar caer mi boca en sorpresa a la propuesta que me estaban haciendo, yo, Trixie, ¿unirme a un grupo de ponies que acabo de conocer para luchar contra unos monstruos de hielo gigantes que casi me devoran hace unas horas?
- Antes de que digas algo déjame ponerte al tanto del peligro que estas criaturas representan, normalmente logramos destruirlos o ahuyentarlos antes de que cualquier pony pueda tener contacto directo con ellos, si supieran que aun luego de que el Imperio de Cristal obtuviera de nuevo el corazón de cristal corren peligro, seguramente se pondrían preocupados o tristes y eso restaría poder a la mayor arma defensiva que tienen, y eso empeoraría las cosas para todos. Estos gigantes de hielo color sangre no solían ser así, antes eran una tribu que vivía de forma tranquila lejos de la civilización pony o yak liderados por su jefe Ymir.
- P-pero si eran tranquilos ¿Por qué me atacaron?- alcance a preguntar interrumpiendo un poco a Rex.
- Bueno, cuando el Imperio resurgió hace ya un tiempo atrás no solo el Rey Sombra fue liberado ese día, alguien más terrible aun, un terror ancestral podría decirse se desato ese día también, esa alguien es la harpía de hielo Némesis, ella fue encerrada en el hielo miles de años antes que Sombra, incluso antes de que Celestia y Luna existieran.
- ¿Némesis? Nunca antes había escuchado su nombre, ni siquiera en los libros de leyendas, y ¿Qué es una harpía de hielo si puedo saber?- pregunte un tanto nerviosa.
- Podría explicarte toda la historia sobre esto, pero creo que es mejor que lees las copias que se hicieron en su momento, es un poco extenso y agotador tener que narrar todo lo sucedido- fue la respuesta de Rex, acto seguido saco unas carpetas de un escritorio y me las alcanzo. Las capetas estaban firmadas por Blaze Ageless.
Luego de leerme las carpetas que contenían la historia completa sobre las harpías de hielo, sobre Némesis y sobre la magia en la que ella se especializaba (magia de sangre), sobre la guerra de todas las especies para detenerla y la mención de una alicornio guerrera llamada Midnight Shine, eso llamo mi atención ya que no parecía haber mucha información sobre ella.
-¿Por qué no hay casi nada sobre esa Midnight Shine? ¿Qué paso con esa alicornio?- fue la duda que en lugar de dejar para mis adentros la dije en voz alta.
- Todo lo referente a Midnight Shine lo posee la princesa Luna, pero no puedo pedirle esa información si antes no respondes a mi pregunta- respondió Rex, con una mirada seria y un tono en su voz serio también- ¿te unirás a nuestro equipo?. Si la respuesta es si entonces podremos responderte todas las preguntas que quieras, y si es un no, puedes retirarte de esta base y olvidarte de que nosotros estamos aquí, nuestra existencia ha pasado desapercibida por los ponies del Imperio y preferimos que siga así. No te obligare a que te unas a nosotros, esa es una decisión muy difícil y no quiero que estés aquí en contra de tu voluntad, así que ¿cuál es tu respuesta?
Mi mente estaba indecisa, por un lado quería ayudar a estos ponies para combatir y mantener a raya a esos gigantes de hielo y también quería saber más sobre esa alicornio guerrera y cómo fue que detuvieron a Némesis en la antigüedad, en mi otro casco tenía la preocupación de que si me unía a ellos significaría poner mi propia vida y la de ellos en juego en esta misión casi mortal que enfrentaban.
- Em Trixie quisiera pensarlo un poco antes de decidir qué hacer, he pasado por mucho en tan poco tiempo, aún sigo asimilando todo lo que sucedió- respondí de forma un tanto tímida.
- Claro que puedes, cuando te sientas realmente lista para responderme solo avísame, estaré aquí terminando algunos papeles- dijo Rex, note algo en su voz que hizo sentirme más calmada, como si su liderazgo me estuviera inspirando o algo similar.
Con un poco de tiempo para aclarar mi mente decidí ver si podía encontrar el taller donde estaban reparando mi carro de espectáculos (que también era como mi casa rodante) y de paso relajarme en un lugar más familiar. Sin mucho esfuerzo logre hallar dicho lugar, solo tuve que seguir los gritos de Slavya hacia Krinx.
- Krinx por última vez ¡deja de husmear en las cosas de Trixie! ¡Y quítate su sombrero!- se escuchaba decir por los pasillos de la cueva… un momento, ¡¿Mi sombrero?!
- Oh vamos, déjame vivir mi sueño un momento ¿No crees que me queda genial? Casi parezco un verdadero ilusionista profesional- escuche decir a Krinx mientras me acercaba a la puerta sigilosamente y lo veía hacer poses con mi sombrero puesto, no se puso mi capa porque Slavya la tenía cerca de ella para posiblemente evitar que Krinx la use. Al ver esa escena tuve que aguantarme la risa para no delatar mi posición, algo que no logre ya que tanto Krinx como Slavya voltearon a verme cubriéndome detrás de la puerta.
- Bueno, al parecer la dueña vino a reclamar lo que por derecho es suyo Krinx, quítate su sombrero ya ¿quieres?- dijo Slavya señalando la cabeza del unicornio blanco.
- Oww no pude ni siquiera hacer un truco de ilusionismo en el nuevo y mejorado escenario móvil de combate- se lamentaba Krinx cabizbajo… ¡¿Escenario móvil de combate?!
- ¿U-u-u-ustedes h-h-h-hicieron de mi escenario una plataforma de combate? ¿En tan poco tiempo y sin mi permiso?- alcance a decir sorprendida de lo que acababa de escuchar, y ahí se iba mi plan de relajarme en un lugar familiar.
- Ya estas asustando a Trixie de nuevo ¿verdad? Estoy un 100% segura de que ni siquiera le advertiste sobre la ilusión del abismo de la entrada cuando la trajiste ¿no es así?- le reprochaba Slavya a Krinx- puedes estar tranquila de que lo de escenario móvil de combate es solo la forma de este despistado de decir que tu casa rodante-escenario móvil esta lista y como nueva.
Bueno eso me deja una duda menos para aclarar sobre esta base, en serio tendría que hablar con Krinx a solas tanto para agradecerle por poner su vida en peligro para rescatarme como para echarle en cara los sustos que me hizo y me está haciendo pegar.
- Y bien Trixie, ¿decidiste unirte a nosotros o tendremos que organizarte una fiesta de despedida?- pregunto Slavya, al instante note la cara de tristeza que Krinx puso cuando escucho esas palabras y como me miraba con unos ojos tristes (casi como un perrito rogando por comida, lo cual me pareció gracioso y un tanto lindo).
Sin mucho que decir les dije que aún estaba esperando a reacomodar mi mente ante tal propuesta y que tan pronto tuviera una respuesta Krinx sería el primero en tener una respuesta. Eso basto para que él brillara con alegría.
Luego de pedirles permiso para estar unos momentos a solas para reflexionar en mi camerino, me senté a mirarme frente al espejo unos momentos, tenía muchas cosas planeadas este día y ninguna involucraba el ataque de unos monstruos hechos de magia prohibida o el hecho de que casi pierdo mi vida en la nieve, tantas cosas en tan poco tiempo, creo que hoy me levante del lado equivocado de la cama.
Justo cuando me estaba viendo la pierna donde uno de los gigantes de hielo me había atrapado unas alarmas empezaron a sonar por toda la base, por unos altavoces escuche la voz de Rex llamando a todo el grupo hacia donde estaban los monitores, yo también fui a ver de qué se iban todas esas alarmas. Al llegar a la sala central donde los monitores se encontraban todo el mundo estaba reunido a su alrededor viendo lo que parecía ser una nueva presencia de gigantes de hielo en las cercanías del Imperio de Cristal, por algún motivo el mirarlos a través de esos monitores no producía esa sensación de inconformidad y terror que sentí cuando los vi en persona.
- ¡Maldición! Dos ataques en un solo día de nuevo, esto se está volviendo molesto, agarren sus máscaras y las armas equipo, el trabajo nos llama de nuevo- dijo Rex mientras corría a buscar sus cosas.
- ¡Si señor!- dijeron Slavya y Krinx al unísono, Dangarooq solo asintió con la cabeza.
Este pequeño grupo de ponies estaban organizados de tal forma que en menos de un minuto todos estaban usando esas máscaras para la nieve un tanto extrañas que vi antes. Justo antes de que salieran corriendo hacia la entrada alcance a preguntarle a Krinx para que servían las cosas que ellos usaban y que despertaron mi curiosidad desde el momento en que los vi.
- ¿No te lo dije? Bueno, las máscaras protegen no solo nuestros ojos de la nieve, sino que también sirven como una máscara antigás que evita que el aura de los gigantes de hielo corruptos nos afecte, sus efectos varían de pony a pony pero por lo general al inhalar el aire helado que los rodea uno puede sentir como un terror inimaginable los invade y se quedan paralizados del miedo, fue lo que sentiste cuando te rodearon hace unas horas.- me explico Krinx, bueno eso me dejo en claro por qué no pude reaccionar cuando los vi- Ahora que lo pienso el simple hecho de que pudieras moverte e incluso atacarlos fue sorprendente, hasta el momento ningún pony se había librado como tú lo hiciste, eso solo te hizo más genial en mi libro jajaja.
¿Nadie más que yo se ha librado de esos gigantes de hielo? Eso me pareció extraño pero al mismo tiempo me sentí muy agradecida por esa gran buena suerte que tuve. Luego de terminar su explicación Krinx me dijo que si quería ver un poco más de cerca las armas y máscaras que ellos poseían que revisara el taller de Slavya o si quería aprender el hechizo que él utilizo contra esos monstruos que revisara en su habitación y que viera su gran actuación estelar por medio de los monitores. Dicho eso salió corriendo detrás de sus compañeros y amigos.
De nuevo estaba sola en la cueva, aún si estaba a salvo en ese lugar una sensación de preocupación empezó a hacerse presente en mí. Recorría la base tratando de sacarme ese sentimiento de mi cabeza (¿o era de mi pecho?), decidí estudiarme ese hechizo que Krinx tenía para distraerme un poco, no era tan complicado como lo esperaba, era una ligera variación de mi hechizo de fuego pero mezclando otros elementos al mismo tiempo para lograr ese efecto explosivo que vi.
- Ayúdales- escuche decir a una voz en mi cabeza, mire para todos lados en la habitación pensando que era alguna mala broma de Krinx. Curiosamente no me asuste pero si me sorprendí por eso.
-Te necesitan- volví a escuchar, ahora si estaba preocupada, tal vez fuera el estrés que se estaba apoderando de mí el que comenzaba a hacerme escuchar voces.
-Ellos están en peligro- ¿Ellos? ¡Acaso!...
Corrí hacia la sala donde estaban los monitores, en ellos vi como el grupo de ponies que había arriesgado sus vidas todo este tiempo estaban siendo derrotados por alguien más que los gigantes de hielo, había alguien más ahí fuera, la figura era alta, de aspecto femenino y con alas que parecían tener carámbanos colgando de las mismas, era traslucida como el hielo mismo pero debido a los monitores transmitiendo las imágenes en blanco y negro no pude saber si su color era rojo como el de los gigantes, aunque suponía que lo era. Si no fuera imposible diría que estaba viendo a una harpía de hielo.
- ¡Sálvalos! - gritaba esa voz en mi cabeza. No tenía que pensármelo dos veces, sabía lo que tenía que hacer, busque una de esas máscaras en el taller y me puse mi típico atuendo de espectáculos y salí corriendo a todo galope para ayudar a esos ponies, se los debía y no podía dejarlos morir ahí fuera, no después de todo lo que habían hecho por mí.
Con una determinación y un valor que nunca antes había sentido llegue a la zona donde estaba teniendo lugar el combate y vi como los gigantes guiados por esa harpía carmesí atacaban a los ponies que me salvaron anteriormente, uno de esos monstruos agarro a Krinx por una de sus piernas traseras y lo arrastraba inconsciente hacia el grupo de cinco gigantes. Use el hechizo nuevo que aprendí para liberar a Krinx y destrozar a otros dos que se acercaron a él, me resultaba fácil atacarlos ahora que llevaba esta máscara especial puesta, podía mirarlos, podía luchar, podía ayudar. Rex no se dio vuelta a ver quién era que estaba ayudándolos en ese momento, él solo voló hacia su amigo caído y lo llevo a salvo hasta donde estaba yo, algo dentro mío me dijo que él supo que era yo desde el comienzo. Luego de dejar a Krinx cerca de mí voló hacia Slavya y Dangarooq que aún seguían de pie aunque muy mal heridos, a ella la hirieron en su costado, podía ver las marcas de garras, y a Dangarooq le habían congelado las piernas en el lugar, no podía liberarse por más que quisiera. Use el hechizo de Krinx para romper ese hielo, Dangarooq se sacudió un poco y salió corriendo de cara hacia los gigantes dándoles golpes solo con sus cascos y partiéndolos en miles de pedazos, era la primera vez que lo veía en acción y era algo muy asombroso.
La harpía de hielo quien solo estuvo observando todo este tiempo permaneció inmóvil mientras los gigantes eran destruidos tanto por Dangarooq como por mí. Cuando finalmente todos fueron acabados dio unos pasos hacia nosotros y dijo:
- Vaya, vaya, parece que los subestime un poco pequeños ponies, y yo que pensaba que después de miles de años de estar encerrada no podría divertirme como lo hice hace años jajaja, oh pero es una pena que con este cuerpo temporal no pueda seguir jugando con ustedes, tal vez la próxima vez puedan entretenerme como es debido JAJAJAJAJAJAjajaja…- se rio la harpía de hielo, no, mejor dicho Némesis antes de que su cuerpo se volviera una mancha roja en la nieve.
- La bruja carmesí ha vuelto- dijo Dangarooq.
Ya en la base, Rex estaba curando las heridas de Slavya, Dangarooq se fue hacia su jardín zen a descansar y Krinx seguía durmiendo en su cama. Me acerque a Rex para ayudarle a cambiar los vendajes de Slavya y revisar su estado, ella se encontraba consciente y adolorida pero bien en términos generales.
- Te agradezco tu ayuda Trixie, de no ser por ti habríamos muerto todos nosotros, todos te debemos una supongo- dijo Rex mientras le pasaba unas gasas y cinta.
- No es necesario agradecerme, Trixie hizo lo que cualquier otro pony hubiera hecho- les respondí dándoles una sonrisa sincera.
- Lo sabemos, pero aun así me sorprende el hecho de que te aprendieras el hechizo de Krinx en tan poco tiempo, el tardó una semana en lograr lo que tu hiciste ahí fuera, y ¿Cómo fue que supiste que estábamos en peligro? Si mal no recuerdo no estabas ni cerca de los monitores cuando nos fuimos- dijo Slavya.
- Bueno, no me llaman ¡"La gran y poderosa Trrrixie" por nada!, ese hechizo se parecía un poco a uno que ya tengo dominado, por eso no me resulto complicado aprenderlo- respondí con un poco de aires de grandeza tengo que admitir (como en los viejos tiempos)- y con respecto a lo último una voz en mi cabeza me dijo que tenía que ayudarlos, que ustedes estaban en peligro.
La mirada de Rex y Slavya hacia mí fue tanto de sorpresa como de incredulidad, y no los culparía, si alguien viniera hacia mi diciéndome que una voz en su cabeza le dijo que yo estaba en peligro lo hubiera internado en un manicomio en el acto. Pero fui yo la más sorprendida de todos cuando me dijeron que esa voz que oí no era producto de mi imaginación, sino la voz de una pony cuyo nombre ya conocía: Midnight Shine.
- El que ella pudiera comunicarse telepáticamente contigo no es raro, su poder le permite hacer mucho más y eso que está encerrada en el hielo- dijo Slavya.
-¿Encerrada en el hielo? Pero ¿Por qué?- pregunte. Rex solo se levantó y me dijo
- Recuerdas la conversación que tuvimos antes ¿verdad?- sabía a qué se refería con eso pero esta vez mi respuesta estaba clara, ahora estaba decidida.
- Si, la recuerdo y quiero que sepas que Trixie va a unírseles en su noble causa- fue la respuesta que le di.
- Nos alegra escuchar eso, ahora sí tienes privilegios de nivel 2 para saber más sobre Midnight Shine, solo tenemos que enviarle un mensaje a la princesa Luna y ella te alcanzara las copias que posee sobre su historia- contesto Rex. Espero que mi curiosidad no haya influenciado en mi decisión de unirme- Creo que cierto unicornio estará feliz de escuchar esta noticia no lo crees así ¿"Mist"?
- ¡Rex! ¡No digas mi verdadero nombre en público!- gritaba Slavya mientras se sonrojaba- ¡Sabes que eso me da vergüenza!
Un momento, ¿el verdadero nombre de Slavya era Mist? Ok ahora si me están confundiendo, aunque debo admitir que Slavya no suena para nada a un nombre que tendría una pony.
- Jajaja vamos, ahora que tenemos una nueva miembro creo que debe saber tu verdadero nombre además de tu apodo- se burlaba Rex, casi parecía una copia de Krinx- luego te invitare a cenar si quieres.
- ¿U-u-u-u-una c-c-c-cena s-s-s-solo p-p-p-para n-n-nosotros?- contesto Slavya nerviosa y roja como un tomate, una faceta que no creí que ella tenía (creo que vi una ligera sonrisa en su rostro antes de que se cubriera por la vergüenza).
Mi decisión de unirme a ellos no parecía tan mala al verlos comportarse de esa manera los unos con los otros, al saber cómo cuidaban del Imperio en secreto, seguramente si se supiera el nombre de este grupo seria para darles una medalla en reconocimiento por su valentía. Mmmm, ahora que lo pienso…
- ¿Cómo es el nombre de este grupo de ponies?- pregunte, me estaba uniendo a un grupo cuyo nombre no sabía, gran movimiento de mi parte.
- Oh es cierto, no te lo habíamos dicho- respondía Rex- oficialmente no tenemos un nombre, pero como eso nos parecía un tanto aburrido hicimos una votación para elegir un nombre, y le enviamos nuestros resultados a Shining Armor y a la princesa Cadance, nos hacemos llamar: "Arctic Ponies".