Querido diario
Chapter 4: charla
Previous ChapterLa oscuridad gobernaba el viejo cuarto y lo sumía en una tenebrosa penumbra, clic, crack, crash es escuchaban múltiples ruidos entre las sombras y cachivaches a montón que se apilaban en la habitación en la que apenas había espacio para siquiera moverse entre la rechinante madera del piso y la tintineante luz del foco que era la única esperanza de poder ver entre tanta oscuridad y aglomeración de objetos.
Entre los balanceos y parpadeos de la única fuente de luz se distinguían todo un arsenal de cosas y artilugios, mesas sobre mesas, pilas sobre pilas de cosas extrañas de aspecto lúgubre y amenazante cada uno mas tétrico que el anterior.
Botellas polvorientas, cajas y libros arrimados uno sobre otro. Un silencio incomodo gobernaba el sitio creando un vacío en sitio de nadie sin un solo poni que habitara el lugar. Bueno, a excepción de uno. De cuero marrón claro y una melena negra que acababa en puntas con copete. Con un barbilla y ojos esmeralda y unas cuantas ojeras. Chaqueta negra como la oscuridad que lo rodeaba y con una marca en forma de cámara fotográfica.
Cualquier poni normal se sentiría incomodo al estar en tan extraño lugar, pero el semental estaba demasiado determinado y sumergido en una de las tantas lecturas que había en tremendo desorden. El poni se veía hipnotizado mientras levantaba un pequeño diario viejo y demacrado, de color rosado con marcas de flores envuelto en polvo como si no lo hubieran abierto en años.
El poni estaba hipnotizado viendo el pequeño cuaderno mientras volteaba paginas y leía. Veía las palabras escritas infantilmente con lápices de colores y con dibujos coloridos que rodeaban los textos que repentinamente y de golpe, dejaron de existir. Y estas eran reemplazadas, secuestradas, por una sola frase que se repetía
Lo siento
hoja tras hoja se encontraba llena de esta frase escrita por toda la pagina. La frase solo hiba repitiéndose una y otra y otra vez "lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, hasta que:
ADIOS.
Tan solo volteo la pagina para ver que las siguientes paginas estaban en blanco, por un breve momento, y el semental solo veía intrigado el libro como un fan impaciente por saber lo que seguirá hasta que de la nada la respuesta llego, en cierta forma.
Todas esas cosas tiernas y coloridas que mostraban la inocencia de la infancia habían sido reemplazadas, o mas bien asesinadas, por grandes manchas de un color rojo intenso que cubrían las hojas y atravesaban el papel por varias hojas. El poni las veía intrigado dando vueltas y vueltas a las hojas, mientras las manchas se veían mas y mas pequeñas conforme pasaban las hojas y finalmente se desvanecieron, el diario había acabado.
-Sabes- dijo una voz femenina a las espaldas del poni que dio un salto de sorpresa y susto repentino que lo volteo de un solo movimiento.
-Hay ciertas reglas primordiales que uno debe de seguir si quiere continuar viviendo en este mundo- Dijo la yegua de voz desinteresada, sarcástica, calmada ... y algo ebria.
-Uno: no hagas vínculos con un muerto, ni intentes convivir con el.
Dos: no le compres nada a alguien que vista capucha en una tienda olvidada por Dios.
Tres: no revises las cosas de un desconocido sin su permiso, si esta en casa.
Cuatro:...No vallas a pisar esa caja.-
El poni miro abajo a un pequeño baúl cerrado de forma exagerada, ripidamente se aparto de dicho objeto. – Lo siento- dijo mientras miraba con nerviosismo a la yegua de mirada cruda.
Hubo un pequeño silencio mientras los dos se miraban, el semental no le quitaba la mirada de extrañes a la yegua. Miraba sus ojeras, su melena desmarañada y luego volteo a su alrededor. Veía todo el montón de cosas que había en ese sótano abotargado.
-¿y...todo esto es de ...sus...aventuras?- Pregunto el nervioso poni.
- Las aventuras son divertidas – respondió mientras se acercaba al joven y revisaba unas cosas del montón apilado - También son gratis - Ella bajo la cabeza, cerro los ojos y lanzo una suave carcajada susurrante.
-Entonces. ¿Es real?, ¿su historia?-
La poni se quedo mirando silenciosamente por un momento – Cuenta, lo que vio una potra de cinco años -
- Sabes? aun recuerdo su ultimo regalito. Una cosa curiosa, es que no acaba así como así. Siempre...quedan...residuos, o, yo que se, la realidad es muy burlona. Acabas demente, piensas que lo que no es, es. También recuerdo que le gustaba lo dulce, y la costura - Decía ella mientras miraba al suelo.- Imagínate mi cara tras ver esa pagina, aunque no fue tan dura como el golpe que atizo esa perra por la nuca. Despiertas, y lo primero que ves es el cráneo aplastado de tu padre debajo de ti. Madre, hermano cocidos a los muebles y abiertos, como si fueran peluches sin relleno y el martillo con el que aplastaste la cabeza de tu propio padre. Sollozas, pero no puedes llorar. Y entonces te das cuenta, que no estas solo en casa- Los ojos de la yegua se veía atormentados y su respiración se oía agitada. -La casa que conocías se vuelve desconocida mientras te escabulles por ella para salir, te paseas sin dejar de sentir que te esta viendo, riéndose con esa voz conocida, y entonces, ¿o habré sido yo?, he he he –
- Perdón ¿me decías?-
- Ohm. Señora Twilight...-
- No soy casada- Interrumpió al instante.
- Perdón señor..-
- No es que no quiera pero, bueno si le dices a alguien que te internaron desde niña , no es muy atractivo para ellos-
- Señorita Twilight..-
- No entiendo como aun así todos tengan esas wafus, wifuas, yo que se, que les gustan locas y psicóticas, pero diles que estuviste en rehabilitación y ..-
- Señorita Twilight-
- Perdón, te interrumpo-
- Yo soy-
-El pendejo de la novela que se la paso llamándome toda la semana, ¿y que fue lo que dije?
¡PUDRETE!-
-¿Me va a dejar hablar?-
-Por favor déjeme explicar. Cuando supe de usted y su historia sabia que debía conocerla algún día, que me daría respuestas-.
- Ve las noticias, los periódicos. Una loca drogo a una pequeña y mato a su familia. Es todo -.
-Eso no es cierto y lo sabe- Reclamo.
- Me internaron señor, mire mis expedientes, que voy a saber. No iré , por mas que me pague, y usted tampoco debería – Twilight exclamo.
-Pues usted me obligara-Respondió.
- No es eso lo que le voy a pedir. Entiendo lo horrible que fue lo que paso y que desea actuar como si no hubiera pasado, pero para usted paso, y necesito que lo comparta. Estoy seguro de que lo que necesito para mi libro, lo sabe usted. Vamos solo, déjelo ir.–
- Estas mejor sin saber de estas cosas – Sugirió la señorita y tras un largo suspiro dijo. – Pero, supongo que no es mala una entrevista. Subamos.- La yegua subió las escaleras del sótano hacia la puerta que tenia mas luz que todo el cuarto. Tras ella, el corcel le seguía el paso. Juntos, caminaron sobre los escalones rechinantes hasta la puerta.
Saliendo de ahí, un pasillo corto con dos extremos y paredes verdes con molduras blancas en la base. Mientras caminaban a la sala, pasaban entre fotos y fotos del pasado.
La pareja entro a un espacio abierto rodeado de fotos una gran mesa rodeada de sillas y en medio un ramo de flores y velas apagadas.
Los dos tomaron asiento y entonces Twilight inicio.
-Antes te recuerdo, yo no estoy segura de lo que vi. De la nada desperté en el hospital, pudo ser solo una alucinación por gas o no. Hasta donde yo se, pudo no haber pasado. Y bueno, ¿Cómo comenzamos?¿Que quieres saber?-
-Solo quiero que cuente lo que paso en Ponyville, desde el principio-
-Pues no seria ir muy lejos- La poni cerro los ojos y volteo hacia arriba tratando de hacer los recuerdos fluir, Después de un rato dijo-
-Y bien dime, ¿Te gustan los espantapájaros?-