Lo Que Somos Ahora
Chapter 27: Incierto
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Tras pasar la noche en una larga charla de acuerdos, las once chicas ocultas en el escondite subterráneo bajo la loma buscaron conciliar al menos un par de horas de sueño para relajar tanto el cuerpo y la mente aunque ya serían alrededor de las nueve de la mañana. De todos modos, Golden continuaba atenta con el auricular. Dado un momento, les dio ciertas buenas noticias a las chicas en el sentido que escuchaba que unos cuantos alumnos no habían hablado en su contra. Podría dar las ideas de quienes podrían ser, entre ellos nombrando a Flash Sentry y su grupo de amigos.
Había muda de ropa guardadas en unas maletas envueltas en plástico. Una en específico, Bonbon había dicho que le pertenece a ella y Golden.
Ropa simple como shorts y camisetas, y algunas batas blancas para dormir. El canal de agua subterráneo era aprovechado para el aseo. Todas lo habían usado y tenían puesta la ropa reservada.
En las cavidades que había cruzado ese angosto pasillo que más bien parecía una formación de cueva, se las arreglaron para acomodarse y compartir entre dos y tres el lugar donde descansarían.
Las chicas conservaban ese aspecto preocupado por la situación en la que estaban, así como apesadumbradas por la muerte de Sonata, teniendo una especial atención hacia Pinkie Pie, quien permanecía aun con su cabello lacio y rosa opaco. Tenía una mirada gastada y triste, suspirando mucho, como si así encontraría alivio por dentro.
-Bonbon- la había llamado al verla cruzar frente a la cavidad donde estaba. La joven se detuvo a raya y la miró -. ¿O Sweetie?
-Meh- se encogió de hombros -. ¿Qué quieres? Ya dije lo siento por tu cuello.
-Ah…- soltó pasándose una mano suavemente por cómo tenía su cuello tenso por la esfinge que le impedía moverlo sin que le doliera -. No es eso- acalaró sonriendo un poco nerviosa por su mirada -. Sólo querías saber si… ¿Quieres…compartir el lugar conmigo?
-…- enmudeció sin expresión, para sostener más fuerte su bolsa de dormir entre sus brazos y entrar. -. No veo por qué no- sinceró sin inmutarse y Pinkie sonrió lentamente.
La pelirosada estaba sentada sobre su bolsa de dormir viendo en silencio el cómo Bonbon acomodaba la suya a un extremo de ella.
-Gracias por lo que hiciste por mí- rompió el silencio Pinkie.
-No iba a dejar un monstruo rosa encerrado con nosotras- exclamó -. Si no funcionaba, la próxima vez no sólo te torcía el cuello, te lo rompía- concluyó mientras alzaba la cabeza hacia ella con ese semblante vacío pero elevó una pequeña sonrisa, mostrando que bromeaba.
Su sentido del humor aunque extraño, fue captado de inmediato por Pinkie y le devolvió una misma sonrisa aunque un poco incomodada.
-Nunca hemos tenido la oportunidad de hacernos más amigas.
-Y corres con suerte, Pie- suspiró para examinar ese rostro aun decaído -. Tu cabello…¿Se pone así según tu estado de ánimo?
-Sí…- contestó con voz fina empezando a acariciarse las puntas de su larga cabellera lacia pero sus ojos azules se vidriaban un poco de nuevo -. Aún me siento muy triste.
-Lo sé. La noticia está fresca. Pero tus amigas estuvieron dándote mucho ánimo.
-Sí y son las mejores- acordó sonriéndose pero sus labios temblaban para dejar de acariciarse el cabello y ver a Bonbon meterse dentro de la bolsa de dormir -. También perdiste a alguien, ¿cierto?
-Duérmete Pie- aconsejó secamente mientras cerraba los ojos ya acodada.
-Tú… ¿Perdiste a alguien en la misma condición?- hizo caso omiso -. ¿Te…sentiste como yo?
-¡Pinkie!- reclamó sentándose abruptamente con un ceño y mirada punzante sobre ella, lo que la hizo respingar y parpadear en reacción, profundizando sus cejas curvadas y mirada aguada y triste. Bonbon miró sus expresiones y bajó los hombros con un suspiro. - .Demonios…- se reclamó cuando sentía esa cosa para variar, sí, empatía.
Pinkie Pie era de las chicas que nunca, jamás, la vería deprimida por allí, siempre optimista, feliz, viendo el lado alegre de las cosas, brincando y sonriendo para todos. En broma pensaba que el día en que la viera triste, se congelaría el infierno pero esa realidad llegó y no se lo tomaba a broma. Además, aunque las circunstancias fueron diferentes, podía percibir una huella de ella misma en la situación actual de Pinkie.
-Mira- suspiró Bonbon suavizando la voz -. Sí, perdí a alguien, ¿Está bien? Fue a mi papá y se me jodió la existencia pero…- aclaró de inmediato mirando esos ojos cristalizados concentrados de Pie, que parecía haber retenido esas lágrimas que quería soltar -…seguí adelante y elegí esta vida mía, para limpiar la mugre que lo mató a él y así vengarlo. A mí me funciona, por eso te lo aconsejé- se volvió acostar dándole a espalda -. Ahora duérmete.
-Oh…- murmuró curvando las cejas mirando a un lado -…pero…no creo poder limpiar la mugre como…tú.
-Y no te aconsejé precisamente eso- se aclaró arrugando la frente dándole a cara de nuevo -. Pinkie, yo no conocí a Sonata y tú no conociste a mi padre. Yo sé lo que él quería y lo hago en homenaje a él. Ahora, tú que conoces a Sonata, haz lo que ella haría, en homenaje.
-Bueno…- pensó devolviéndole la mirada -…ella quería ayudar a los demás a guiarlos al bien…- no pudo evitar vidriarle más los ojos mientras descomponía el rostro -…y murió intentándolo…- forzó a salir su voz agudamente.
Bonbon desvió la mirada, realmente incómoda. ¿Por qué buscarla a ella precisamente para esto? debería dejarle en claro que no porque a consoló eran…ahm… ¿amigas? Bueno… no es que no le agrade pero…tampoco…AGH. Se rascó la cabeza mientras la regresaba la mirada con un gesto contrariado, sólo para encontrarse esos aguados y vidriosos ojos celestes de aspecto apesadumbrado. Bonbon suspiró con un gruñido resignado.
-Pues, Pinkie, podrías emplear su ejemplo. No lo sé- resopló pensativa -. ¿No fuiste tú quién ayudó a Sonata a conocer el bando bueno?- le hizo ver y Pinkie abrió más los ojos, dándose cuenta que sí -. Ella influenció eso en ti sin querer- meditó más amable -. Estoy segura que tu manera de limpiar la mugre que mató a Sonata, es más que suficiente para mantener la esencia de Sonata entre los mortales. Además…- murmuró con la mirada lejana, suavizada -. Las personas llegan a un tipo de inmortalidad cuando es querido. Por ser recordado. El alma guarda recuerdos que has creado y recibido, por eso una parte de ella se queda en los demás y de esa manera se mantendrán vivo. Estoy segura que Sonata, no será la excepción.
-…- calló con sus ojos completamente brillosos de las capas de lágrimas retenidas, no pudiendo contenerse más y saltó del suelo para que Bonbon torciera el gesto agrandando sus ojos cuando Pinkie Pie aterrizó sobre ella mientras le caían las lágrimas -. ¡Eres tan dulce!
-¡¿Qué?!- reclamó ella apretujada entre sus brazos.
-¡Oh, Bonbon!- lloriqueó - ¡Eres una gran amiga! ¡Gracias!
-…- enmudeció profundamente incómoda para fruncir el ceño y apartarla -. Ok. Ya vete a dormir algo, Pie- ordenó en queja mostrándole el ceño pero Pinkie Pie mantenía esa sincera sonrisa de agradecimiento con sus ojos aguados pasándose las manos a las mejillas.
-Seguro. Lo siento- asintió volviendo a gatas a su extremo.
Bonbon se aplastó a su bolsa de dormir.
No le sería fácil conciliar el sueño y estaba segura, que no sería la única.
Golden mantenía los ojos cerrados apoyada contra el muro, con un mano sobe el oído que mantenía el auricular. Había un poco de interferencia pero podía escuchar con claridad el intercambio de comunicaciones. Ella había escogido la cavidad más estrecha que, cuando se estaban organizando para compartirlas, sus sentidos se pusieron alerta cuando vio a Applejack caminar hacia ella.
"Ah, no".
-Tú vienes conmigo Lulamoon- ordenó Golden halando a Trixie que estaba de pie a pocos metros de ella para hacerla entrar a su lugar.
Así que sí, estaba compartiendo el espacio con Trixie Lulamoon, quien se había acomodado en la bolsa de dormir pero tenía los ojos bien abiertos, sumida en sus pensamientos. No podía dejar de tener en su mente a Sunset sin que sintiera que el corazón le era estrujado al igual que su estómago. Tenía la mirada concentrada sobre la cubierta de roca y tierra sobre ella, sintiendo cómo se impedía arrastrar por la ola de preocupación, queriendo mantener sus emociones controlados. Porque sentía que le falló a su amiga. Le falló de manera muy vergonzosa. ¿Qué hizo en el gimnasio? Se asustó, se puso a llorar. Fue una inútil y fácil prisionera, mientras las demás habían despertado su magia por el fuerte vínculo de amistad entre ellas y protección. ¿Y ella por qué no? ¿Por qué no encontró el valor de ayudar? ¿Por qué su magia no reaccionó? Aunque Rainbow era otra que no había reaccionado. Tal vez Mistery tenía razón. No por tener magia te definía el carácter para enfrentar todas esas olas que se les venían encima.
-¿Lulamoon?- la llamó Golden y sólo ahí, Trixie percibió las silenciosas y sigilosas lágrimas recorriendo por el rabillo de sus ojos, los cuales ardían al igual que su garganta en una lucha inconsciente por no llorar -. El miedo entorpece, Lulamoon- dijo sin aviso mientras Trixie sólo cubría sus ojos con sus manos -. Aunque un bien necesario. Sin miedo, el ser humano no habría sobrevivido a las amenazas que se les presente. Es una reacción de supervivencia.
-Sunset no es una amenaza- le replicó con voz seca y forzada.
-No temes de Sunset, sino por Sunset- exclamó ignorando su comentario, ganándose la atención de Trixie que apartó sus manos enseguida para mirar a Golden que permanecía aún con los ojos cerrados con la mano sobre un oído, dividiendo sin complicación la atención -. El miedo es limitador y beneficioso por igual. Causa de guerras. Causa de salvación. Es el cómo lo conduces, porque siempre lo sentirás. Las demás lo condujeron en su beneficio para usarlo para su supervivencia y el de los demás. Tú también hazlo. Condúcelo en beneficio si quieres realmente ayudar a Sunset en vez de usarlo de limitante como hoy en el gimnasio.
Trixie no le dijo nada, sólo la escuchó mientras regresaba su mirada hacia arriba. Aun sentía su corazón presionado y su estómago con un hueco, pero esas sensaciones bajaron de intensidad al empezar a asimilar esas palabras. Cerró los ojos con un suspiro. Antes sólo importaba ella. Solía pensar sólo en ella. Preocuparse por ella. Ahora, no podía dejar de pensar en una persona y las ganas de regresar a la felicidad que compartieron y tejió esa amistad que le cambió, sí, la vida.
Tan sólo quería liberarla, como Sunset la liberó a ella.
-Ahm…- murmuró Golden empezando a fruncir el ceño en dirección de Trixie, quien emanaba una clara luz azul en su cuerpo -. ¿Lula…?- decía pero tal como apareció, se desvaneció y Trixie miró a Golden que tenía sus ojos verdes inquisitivos sobre ella -. Acabas de…brillar…- comentó para que la ilusionista se sentara de golpe y empezara a pasearse la mirada por el cuerpo y tocarse por los brazos y torso.
-¿Qué? ¿Ya no? ¿No? ¿Y ahora? ¿Nada? ¿Y así? ¿Tampoco? - preguntaba abriendo y cerrando los ojos desquiciadamente mientras movía el cuerpo exageradamente. Golden le enarcó una ceja.
-Pareces gusarapo y no, ya no.
-¡Oooowww!- se quejó frustrada aun tocándose partes del cuerpo.
-Bueno…lo que sea que estabas haciendo, estaba funcionando…- exclamó para volver a reposar su cabeza al muro y cerrar los ojos.
Mientras tanto, kilómetros de distancias de la loma, una silueta se mantenía tranquila, con los ojos cerrados y el cuerpo inmóvil acomodado al encontrarse recostado de pie en el muro de piedra de la cueva en la que estaba, de una profundidad de unos 200 kilómetros que bien el sol que azotaba afuera no podía filtrarse al fondo, dejando una pesada oscuridad y un profundo silencio que se rompía por la simple respiración, pero más bien, por el vaivén del andar de unos pasos ansiosos.
Flame estaba iluminada como siempre, emanando esa incandescente luz de su cuerpo mientras su cabello se alzaba a los lados, dejando algunas minúsculas mechas que se extinguían rápido en el aire. Ella era quien rompía el silencio, haciendo escuchar el eco de sus pasos al estar caminando en círculos mientras mantenía los puños cerrados y ceño entre sus cejas. Movía sus dientes entre sí, respirando brusca. Se sentía desesperada, ansiosa hasta claustrofóbica, mirando de un lado a otro la cueva en la que estaba, haciendo un fuerte contraste con la relajada quietud del chico que si no estuviera de pie, bien parecía que estuviese dormido.
-Esperar…esperar…es lo única que dices…esperar- comenzó a decir Flame en una rabieta que veía venir el otro por su actitud volátil -. Sabes que no soy paciente. No puedo esperar. ¡Quiero actuar ahora!- se descargó en un grito pisando con fuerza al suelo mientras las llamas de sus cabellos se alzaban y brotaba fuego de sus manos, amenazándolo. Pero él ni su inmutó.
-Sshhh- se limitó en decirle para llevarse el dedo índice a la sien con un par de toques. Ella mostró los dientes, pues era la única respuesta que le daba sin intercambiarle ni una palabra.
-¡Has estado todas estas horas observando sus recuerdos cuando a poca distancia las tenemos a ellas, solitas, atrapadas todas como tontas ratas y bien pudiéramos…!
-Flame…- la interrumpió sereno sin mover ni un músculo ni abrir los ojos -. Tú has tenido más libertad que yo. Déjame ponerme al día.
-Pero…
-…a diferencia de ti…- continuó hablando -…me tomo la molestia de conocer los defectos y virtudes de quien poseyó este cuerpo todos estos años…
-¡Yo lo hice también!
-A medias- inhaló mientras abría sus ojos directamente hacia ella -¿Y qué tan bien te fue, que ella volvía a manejar el control y te refundía?- encaró sonriéndose con cierta diversión de ver esa expresión frustrada en su rostro y su ceño fuerte al restregarle sus fallidos intentos -. Por eso, es bueno conocerlo a él finalmente como se debe. Formalmente- se explicaba con voz moderada y paciente -. Lo que odia…lo que le duele…lo que ama y sabe…- entrecerró los ojos con una especial sonrisa perdiendo la mirada hacia sí mismo y amplió la sonrisa para mirarla con mayor atención -…como lo hice contigo. Conozco tus debilidades… como también conozco tus virtudes…- profundizó su voz con regodeo ladeando su cara con simpleza, lo que ella captó, con una sonrisa de lado que se alzó lentamente mientras levantaba la barbilla y sus ojos cyan parecían captar de forma sedienta los suyos, compartiendo las miradas y el silencio con él, en una conversación que con sólo verse, sabían lo que decían. -. El ataque relámpago se te da bien, muy bien. Te domina- comentó apartándose del muro de la cueva para caminar hacia ella sin apartar ni un momento esa profunda y cómplice mirada que se habían compartido-. Por eso, ya sé cómo saciar esa…ansiedad tuya- decía ya frente a ella mientras levantaba una mano a un lado de su frente, empezándola a deslizar lentamente a lo largo del rostro mientras recorría la mirada al movimiento de su mano en la piel tersa de ese rostro que se encendía e intrigaba por lo que decía -…y a la vez, aprendas la lección- agregó con voz severa e irritada para terminar el paseo por su cara bajo su barbilla y se la alzara con brusquedad, mientras le concentraba la mirada sobre la quijada para alzar los ojos sobre los cyan con su semblante enseriado y conminatorio -. Flame, quiero que dejes un mensaje mostrando la belleza de lo que está hecho tu fuego- exclamó con su voz elocuentemente profunda para que ella deshiciera esa intriga para empezar a esbozar una sonrisa ilusionada a la vez que marcaba un entrecejo malicioso por lo que escucharía.
…
Había pasado un par de horas, casi mediodía. Twilight mantenía su mirada en la unicornio Trixie Lulamoon, quien se hallaba aun inconsciente en la cama. El que Shadow se haya hecho para atrás, la hizo aterrizar mal, causándole una contusión a Trixie por el fuerte impacto contra el piso de cristal, provocándole hasta un edema leve. La alicornio sentía una profunda angustia por la unicornio. ¿Ese era el plan de Shadow? ¿Qué si la vuelven a llamar, va a lastimar el cuerpo de Trixie? Twilight se pasó un casco por los ojos con mucha frustración.
-No. No voy a permitir que la lastimes- se dijo con decisión y un ceño fuerte entre sus cejas apartando de golpe el casco de sus ojos -. Trixie Lulamoon no tiene que pagar por ti, que estás enferma de odio- se dijo tomando el amuleto entre sus cascos que reposaba en la mesita junto a la cama. -. Regresarás al rubí- se decidió concentrando su mirada al amuleto.
-¿Twi…Twilight?- preguntó una voz arrastrando las sílabas. La voz era de Trixie.
La alicornio apartó el amuleto para ver con alivio cómo la unicornio empezó a parpadear mientras se removía en la cama, volviendo en sí. Gesticuló de dolor, llevándose un casco a la cabeza, sintiendo punzadas que se expandía en toda su cabeza, lo que la hizo abrir los ojos enormemente con la respiración agitada a la par que se sentaba violenta de la cama.
-Trixie, Trixie, tranquila- la trataba de calmar la voz de Twilight tomándola enseguida de los hombros.
-¿Qué…qué pasó? ¿Por qué Trixie está…? ¡Auch!- se quejó torciendo el gesto mientras cerraba los ojos y se llevaba un casco a la cabeza.
-Shadow estaba muy enojada…- le contó inmediato -…le propuse el plan de devolverle su magia atrapado del amuleto para que sea libre a cambio de la información, pero sólo se enfureció, dijo "adiós" y se lanzó hacia atrás haciéndote aterrizar de cabeza- frunció el ceño -. Te atacó Trixie. Tengo que sacarla de allí por tu seguridad- anunció enseguida y Trixie abrió los ojos como platos.
-Pero si la quitas de Trixie no podrá decirnos…
-Igual no lo hará- le cortó el habla tomando al amuleto entre sus cascos de nuevo -. Y no voy arriesgar tu vida por culpa de esa enferma de odio- agregó para cerrar los ojos e iluminar su cuerno.
-¡No, espera, Twilight!- le interrumpió con rapidez para que la alicornio abriera los ojos hacia ella. -. Trixie puede hacerlo- le dijo, haciendo que Twilight le frunciera suave el ceño -. Dale a Trixie la oportunidad para convencerla.
-No te quedarás más tiempo con esa alma- le replicó -. No es de confiar. Ella sólo sabe odiar. Impone el odio sobre todo lo que una vez amo. No estás segura con ella allí.
-Pero Twilight, sin ella no sabremos la información que la Princesa Celestia te advirtió.
-Lo sé, Trixie, pero Shadow Light no va a colaborar, al menos no ahora contigo estando herida, no quiero ponerte en más riesgo. Está enferma de odio y no voy a permitir que tú cargues con esa responsabilidad que no te corresponde.
-¡Por supuesto que le corresponde a Trixie!- le replicó defensiva parar gesticular de dolor.
-Trixie, reposa…- le aconsejó haciéndola acostar lentamente de nuevo sobre la almohada mientras la unicornio hablaba.
-Shadow está en Trixie…por Trixie- le aclaró con voz bien clara mientras sus ojos se vidriaban un poco -. Twilight, mi egoísmo y sed de venganza hacia ti, hizo que usara el amuleto. Por eso Shadow está en mi cuerpo. Trixie se lo buscó y se lo ganó por todos los errores que cometió.
-Trixie…- le llamó la atención ceñuda dejando a un lado el amuleto -. Estás completamente equivocada si piensas tomar esta situación como un castigo.
-Es un castigo- le aseguró con firmeza -. Es un castigo que el destino le ha sentenciado a Trixie y Trixie está dispuesta a recibirlo.
-Yo no voy…
-¡No me interesa!- sinceró con una seca risa y le caí unas lágrimas -. No me importa. Pero yo, le haré hablar, cueste lo que me cueste, suceda lo que suceda.
-No- negó Twilight con pesadez.
-No me importa, ya Trixie te dijo.
-Al menos si la encierro en el rubí sé que tú estarás bien.
-Trixie está bien mientras no le cedo aparecer. Mientras tanto no sabe nada del exterior si no la invoco. Trixie tiene el control de su cuerpo sobre ella, porque no es el suyo.
-Pero recuerda que salió por sí misma cuando se encontró con Sunset- le hizo ver con seriedad.
-Pero no por ahora.
-Trixie…
-¿No entiendes?- preguntó frunciendo el ceño ya frustrada -. Trixie debe compensar sus errores y lo hará haciendo hasta el último intento de hacer hablar a Shadow. Ella es más de lo que la Princesa Celestia y tú pudieron presenciar en sus actuales momentos. Es un ser muy deprimido que está aplastado por el peso de su pasado- sentenció ganándose el silencio de Twilight para dejarla hablar -. Y Trixie, sabe muy bien de eso. No creas que le fue fácil salir adelante, porque no lo es, Trixie siente vergüenza y culpa aunque haya tenido su perdón- sacudió la cabeza -. Shadow, ha estado cientos y cientos de años, sola, encerrada, sin saber nada del exterior. Sólo tiene su pasado, nunca tuvo un presente, mucho menos un futuro, y por eso se ha consumido en ello- entrecerró sus ojos -. Trixie no le desearía ese castigo tan severo ni su peor enemigo. No sé lo que hizo pero…suena muy cruel su vida, en el rubí y no la culpo si ahora, sólo sabe odiar- concluyó con la voz fina, muy empática, apartando la mirada de la reina para mirar a un lado, ensimismándose y llevándose un casco al pecho.
Twilight se mantuvo de pie con la mirada admirada y hasta con respeto hacia ella, a quien veía un semblante nunca visto en la unicornio; uno piadoso. Trixie Lulamoon se compadecía de Shadow Light.
-Valoro mucho tu percepción hacia esa alicornio, Trixie- le dijo manteniéndose firme -. Yo también pienso que Shadow es una criatura que se asustó y cometió aquellos errores, sean cual sean estos. Pero ella misma aró su destino. No puedo hacerme la vista gorda de que en la actualidad no presenta más que una misántropa visión de todo y que tal como lo dijiste, el castigo que recibió Shadow fue severo, y ciertamente cruel, pero, la Princesa Celestia tendría sus sólidos motivos para haberlo hecho. Algo terrible debió haber hecho Shadow.
Trixie le mantuvo la mirada por un momento hasta bajarla, pensativa.
Por mucho que le doliera admitirlo, Twilight tenía razón. Se llevó un casco a la barbilla, tratando de ignorar el dolor punzante de su cabeza mientras pensaba la situación.
-Pero la solución no va ser sacarla de Trixie- rompió el silencio la unicornio, haciendo que Twilight regresara su atención en ella -. Lo que dices no cambian las cosas. Deja a Trixie intentarlo de todos modos.
Twilight la veía tan segura, comprometida y valiente. La reina abrió la boca para contestar pero golpearon la puerta. Suspiró cerrando los ojos.
-Adelante.
-Majestad- exclamó enseguida un guardia asomándose a la puerta -, en el salón principal la aguarda una pony que pide desesperadamente una audiencia con usted.
-En este momento no puedo atender una audiencia- le recordó con cierto enojo -. Estoy trabajando en la investigación. Ustedes ya saben qué decir lo que tenemos hasta ahora.
-Lo sabemos, Majestad. Pero se negó a irse sin hablar con usted, mencionando que sólo usted sabría dónde está su hijo en las condiciones que pasa Equestria.
-¿Qué rayos?- dudó torciendo el gesto intercambiando una mirada con Trixie, quien se expresó sorprendida también -. ¿Qué hijo?- preguntó a la par que caminaba hacia la puerta pero se detuvo en seco para darse la vuelta hacia la unicornio -. No hables con Shadow hasta que quedemos en un acuerdo.
-Sí, sí, lo que digas- contestó con voz vacía para verla irse y desviar su mirada hacia el amuleto. Entrecerró los ojos -. Lo que digas…
Twilight caminó con cierto afán hacia el salón principal para aclarar cualquier confusión y regresar al trabajo. Cuando empezó a acercarse a las escaleras, se torció de ojos e iluminó su cuerno para teletransportarse directamente al salón, haciendo respingar por su abrupta aparición a una pegaso crema de ojos azules y melena café, que estaba rodeada de tres guardias, que apenas vio a la reina, se apresuró en acercarse, con los guardias tratando de retenerla.
-¡Su Majestad!- la llamó apresurada entre su voz suplicante -. Por favor, recíbame, estoy desesperada. Soy Speed Power…
-¿Speed Power?- repitió Twilight, sonándole familiar el nombre, asegurando haberlo escuchado en algún lado mientras movía el casco en señal que la dejaran acercar nomás.
-Sí…soy Speed Power- afirmó la pegaso con el rostro descompuesto en una profunda preocupación y angustia -. Soy la madre de Moon White.
La cabeza de Twilight hizo "clic" al recordarla, a la vez que explotaba su mente.
En serio, la pila de dominó no dejaba de caer uno, tras otro, tras otro.
La alicornio permaneció ahí de pie, tragando saliva, sin perder la compostura en su porte firme mirando las cejas curvadas y ojos ansiosos de la pegaso, que se veía años menor que su propia madre, y eso que Moon White le daba de ventaja cuatro años.
-¿Por qué busca a su hijo conmigo?- fue lo que se le ocurrió preguntar.
-Apenas supe lo que sucedía con todos los unicornios, me dirigí a Canterlot- contó con la voz acelerada -. Yo vivo en Cloudsdale y me hice el viaje de inmediato. Pero no estaba en su casa, tampoco en el hospital ni en la lista de unicornios de Canterlot llevados a diferentes ciudades a ser atendidos. He pasado toda la noche y mañana buscando pero nadie me da señales de mi hijo- tomó aire mientras le expandía una carta -. Encontré esta misiva en la puerta de su casa. Está escrita por…- cerró los ojos con pena -…por nuestra reciente fallecida Princesa Celestia- al decir aquello, Twilight no pudo evitar mirarla con más atención, tomando con magia la carta que Celestia le había dado a Luna para que le lleve a Moon White para hacerlo cruzar al espejo y hacer regresar a Twilight y Sunset del baile, pero ella nunca logró dársela personalmente. Twilight se puso a leerla mientras Speed seguía hablando -. No entendí del todo lo que le pedía a Moon White, pero decía que se dirigiera al Castillo de la Amistad para buscarla a usted. Por eso estoy aquí, reina- exclamó aterrizando en el piso aún con la mirada llena de angustia -. Tal parece, usted fue la última en saber de él. Pueda saber hacia dónde fue o no sé- sacudió la cabeza con los ojos vidriosos -. Es un adulto, lo sé, pero no importa la edad que tenga, soy su madre y siempre me preocuparé por él, más ahora. Él…no es un unicornio del todo saludable y si esa neblina que ha desmejorado físicamente a todos los de su raza, lo empeora y está solo…yo…yo…- se calló cerrando con fuerza los ojos, derramando algunas lágrimas -. Lo siento…- jadeó pasando los cascos a las mejillas.
Twilight bajó la carta de su rostro y sintió que era estrangulada al mirar con los ojos realmente asediados el cuadro de la pegaso que mantenía una mirada esperanzadora, como si fuese la última gota agua en el desierto mientras luchaba por no llorar en su presencia.
¿Qué era más cruel? ¿Dejarle en angustia en una búsqueda inútil buscando a su hijo diciendo que no sabía nada de él, o contarle la verdad que aún buscaba respuestas en un objetivo incierto que desconocía hasta ahora? Ambas eran duras, pero más duro sería decirle una mentira que ocultar la realidad. No era partidaria de esas salidas fáciles a costa de otro pony. Entonces… ¿Cómo decirle a una madre, que su hijo, de una manera que no sabría explicar, estaba involucrado del mal que azotaba no sólo Equestria, sino un mundo adverso que ella, con el resto, ignoraba su existencia?
Sentía que como tal, merecía saber la verdad pero, al mismo tiempo, se le iluminó idea, una que podría ayudarla entre su búsqueda aún oscura.
-Sígame- se limitó en decirle Twilight a la par que se daba la vuelta en dirección a las escaleras.
Speed no tardó en levantar sus alas y seguir enseguida a Twilight en un vuelo a pocos metros del suelo. La alicornio la hizo pasar a la sala donde reposaba el ahora inservible espejo mágico.
Twilight devolvió la mirada hacia la pegaso, quien miraba extrañada y confundida en donde estaba, en especial al espejo, además, del enigmático silencio y seriedad de la reina.
Twilight caminó hacia el espejo y una vez frente a él, lo señaló.
-Allí está su hijo- empezó.
…
Había pasado más del mediodía y un par de horas desde que las chicas se pusieron de pie. Tuvieron muy pocas horas de sueño que la verdad, no todas las chicas pudieron conciliarlo y otras sí pero despertaron sintiéndose igual de cansadas con aún muy perceptible el peso que cargaban. Se cambiaron las batas por shorts y camisetas, y comían algunas galletas y barras de cereales como desayuno de los alimentos no perecibles, todas reunidas en el espacio con muebles cuando distrajeron su concentración en cuanto Golden y Bonbon se aparecieron cruzando frente a ellas, quedando todas quietas mirándolas.
-Por un…demonio…- soltó Rainbow Dash que al igual a las demás, vio a ambas chicas usando unos atuendos totalmente diferentes del que ellas usaban.
Bonbon estaba usando un top deportivo con una licra larga pegada a sus piernas mientras Golden usaba una camiseta licrada de mangas finas y un short. Pero lo que quedaban viendo en sí ellas, era la línea marcada de su abdomen plano tal moneda de cintura fina, piernas largas y torneadas.
Mistery dejó a un lado la barra de cereal. Hasta el apetito se le quitó sintiendo que se rellenaba como un elefante, como se comparaba al estar cerca de ellas. Con las caras del resto, parecía no ser la única.
-Haberlo sabido antes las habría tomado de modelos de mis prendas- comentó Rarity para sí misma.
-El 21% de grasa corporal exactos- sonrió petulante Golden sabiendo lo que pensaban, dando la vuelta para el mal de las demás. Applejack alcanzó a torcerle los ojos, no sólo ella, sino la propia Bonbon.
-Calla, Golden- resopló su compañera mientras estiraba los brazos hacia su cabeza para sujetar su larga cabellera bicolor en un moño y veía a las demás -. Lo que vamos hacer, es enseñarle un combate de cuerpo a cuerpo. Sé que tienen magia, pero primero, vamos a hacer que reconozcan los movimientos de técnicas de ataques para que puedan predecir lo que podrían usar en su contra la Agencia en el más probable caso que tocara enfrentar su intervención cuando Sunset aparezca de nuevo- terminó dejándose una alta cola de caballo y se llevó cierto mechones tras sus orejas, paseando la mirada en ellas y al chocarse con los ojos de Cherry, no pudo evitar sentirse ahora sí, demasiado expuesta, no sólo por cómo vestía, sino porque no se habían dirigido la palabra. No importa si eran ex, sentía la necesidad de aclarar sobre su identidad pero en solo pensarlo le embargo una sensación extraña en todo su cuerpo. Aclaró la garganta -. ¡¿Alguna duda?!- preguntó para ver cómo Lyra levantaba la mano enseguida como si estuviese en clases, cosa que hizo sonreír a Bonbon relajándola de nuevo y se llevó las manos a la cintura mientras la señalaba levantando la barbilla. -. Habla, Lyra.
-¿Entonces lo que tenemos que hacer es verlas pelear?
-Por ahora- respondió Golden -. Verán la pelea tal cual para que después no anden de nenitas asustándose al verlas cuando llegue la hora- exclamó para ganarse caras ofendidas de algunas -. Igual, se acostumbren a la violencia. Después explicaremos las técnicas y como contrarrestarlas, directamente aprovechando con la magia porque seamos sinceras- sonrió levantando ambas cejas en obviedad -. No van a salir de aquí sabiendo lo que nosotras aprendimos en seis años de entrenamiento pero sí algunas técnicas acondicionadas con su magia para una mejor reacción y sincronización. Así que…- unió sus palmas con fuerza haciendo un sonido sordo haciéndolas respingar por el eco que hizo en el lugar-…elijan bandos si quieren, apuesten- exclamó para mirar a Bonbon y ella le levantara una ceja con una lenta sonrisa de reto -. Esto es cuerpo a cuerpo, y una saldrá por partes. Alerta de spoiler…- las miró con sonrisa confiada -…no voy a ser yo.
…
La unicornio Trixie estaba recostada en la cama, con la mirada fija a un punto vacío en el tumbado de la habitación. Había estado meditando, pensando, mirando de vez en vez el amuleto, hasta llegar a su propia conclusión. Miró la puerta y sospechaba que Twilight tardaría.
Suspiró.
-Lo siento, Sparkle- se dijo a sí misma -. Pero este juego lo domina mejor Trixie- concluyó cerrando sus ojos para entrar en esa concentración y llamar a Shadow.
"Shadow" la llamó de manera tranquila en su mente "Sé que estás ahí" decía sin escuchar respuesta, pero sí aquella sensación extraña de cuando la tenía presente para poder comunicarse. Trixie suspiró. "De acuerdo. No digas nada. Sólo escucha" aclaró para ordenar bien lo que diría "¿Sabes qué? Estoy harta de todo esto. ¡Harta de tener que aguantar a la realeza en la nuca de Trixie por causa tuya!" se quejó hastiada. "Gracias a ti y tú ataque, ahora Sparkle tiene a Trixie prisionera".
"¡¿Qué?!" se asombró Shadow, consternadísima "¡¿Qué hizo qué?!"
"¿Ahora sí apareces no?" interrogó con mala actitud "Pues lo que oyes. Trixie despertó en una celda después de que me dejaras inconsciente y la reina dijo que no me dejaría salir de allí hasta hacerte hablar"
"¿Prisioneras? ¿Es en serio?" reclamó colérica "Esa novata, ¿Nos encerró?"
"¡Injustamente!"
"¡No!" reaccionó con un gruñido "¡La historia no se repetirá! ¡Nadie va encerrarme injustamente de nuevo! ¡NO!"
Trixie respiraba lentamente, maquinando sus intenciones ahora que la tenía donde quería.
"Hace días atrás, después de encontrarnos con Sunset Shimmer y jugaras con sus sentimientos provocando que atacara el cuerpo de Trixie, tú mostraste empatía por Trixie. Dijiste que después de estar sola en el rubí, sentías alivio de interactuar con la primera pony después de tanto tiempo y por si lo olvidas, Trixie ofreció su amistad" mantuvo un pequeño silencio para que lo asimilara "Shadow, no sé qué errores habrás cometido que mereciste este castigo y ni me importa. Pero déjame decirte que sea lo que sea, nadie merece lo que te han hecho. Es una injusticia que ahora Trixie está pasando. Estoy encerrada, sola, en una oscura habitación y apartado de todos. Tal como tú lo has estado".
"Maldita reina" farfulló con pesadez "Esto lo hace por mí. Lo sé. Quiere presionarme ¡Pero no caeré en su juego!".
"¡Twilight Sparkle me enferma, Shadow! ¡Humilló a Trixie para convertirla en el hazmerreír de todo un pueblo! ¡Trixie sólo quería demostrar que podría ser tan buena y hasta mejor que ella, pero se burló de mí con sus amigas, humillándome frente a todo el mundo! ¡De ti cuando usé el Amuleto del Alicornio! ¡Ahora, como es la reina, se regodea con gusto en encerrarla como una criminal! ¡A ambas! ¡Trixie sólo quiere salir de aquí y no dejarse intimidar por ese chiste llamándose reina!"
"Tú no eres tan diferente a mí" exclamó con voz profunda "Como ella no es tan diferente a Celestia de injusta" agregó dejándose llevar por el desquite y discurso colérico de Trixie, inevitablemente identificada "¡Si ella hubiera dejado cumplir con mi trabajo, lo que le sucede en mis tierras no estaría pasando!" gruñó "¡Nada, nada de lo que han tenido que atravesar! ¡Yo era la guardiana de estas tierras y sus criaturas!¡Yo no hice nada más que mi trabajo, para lo que estaba hecha y Celestia rompió con ese orden natural por…por…!" calló abruptamente, a lo que Trixie frunció levemente el ceño extrañada cuando…
"-¡Celestia!- gritaba una voz horrorizada -. ¡Celestia, el día se hizo noche!
-¡Lo sé!- jadeó asustada una alicornio blanca de melena rosa que volaba hacia ella para mirarla con su rostro más joven, angustiado entre la anormal oscuridad de los cielos. Celestia tendría el tamaño que tiene Cadance.
-¡Esto es tu culpa!- la acusó con furia -. ¡Todo esto es tu culpa! ¡Tú rompiste mi barrera con tu luz y dejaste que esos ponies encontraran nuestras tierras!
-¡Iban a morir congelados, Shadow! ¡Es lo menos que podía hacer por tu crimen! ¡¿Cómo pudiste maldecirlos con los Windigos para acabar con inocentes vidas?! ¡Destruiste sus hogares, sus medios de alimentación y de a poco sus vidas! ¡Te desconozco!
-¡Ellos morirían por su propio casco! Los Windigos sólo se forman con el odio.
-¡Necesitan odio porque fueron creados por el odio dentro de ti!
-¡Y no es mi culpa que ellos estén llenos de él al odiarse entre sí! ¡No voy a dejar que esa plaga arrastre sus defectos hasta aquí!
-¡Tú no eres tan perfecta que ellos! ¡Nadie lo es!
-¡Y tú muchos menos, tonta! ¡Por tu interrupción no sólo a ellos hiciste encontrar las tierras mágicas! ¡Has blasfemado mi deber de ocultarla!
-¡Shadow!- decía la joven alicornio mientras cerraba sus ojos llorosos -. ¡Yo sólo hice lo que mi instinto y corazón me dictaron!- se defendió.
-¡Pues mi instinto me dice que no voy a dejarlos ensuciar mi tierra! ¡Y mi corazón que si yo no tengo futuro por el de ellos, no me importa atravesar sobre ti para destruirles el suyo como destruiste mi corazón!- vociferó para abalanzársele encima".
Trixie quedó con la boca desencajada, con sus ojos rosas sumamente abiertos, horrorizada y sorprendida ante aquel recuerdo que le hizo ver.
"¿Lo ves?" encaró Shadow rabiosa, haciéndola respingar por la fuerza de su gruesa voz retumbarse en su cabeza "¡Su perfecta y adorada Celestia, condenó estas tierras al dejarlas visibles! ¡Yo no hice nada malo! ¡Yo hice lo que tenía que hacer como guardiana! ¡Ella es la culpable de lo que sucede! ¡Por eso la muy cobarde les ocultaba la verdad hasta su propia hermana! ¡Nunca reveló a nadie mi existencia, ni el por qué su Equestria siempre está amenazada de peligros! ¡Porque siempre fue su culpa! ¡No importa cuán valiente y sabia se mostraba, en el fondo, era alguien que ocultaba las verdades como le convenía!" se descargó violenta mientras Trixie se mantenía callada, realmente inquieta y sin salir del asombro.
Shadow iba a cometer un genocidio al hacer morir a miles de ponies de la hipotermia... ¿Por su rol de guardiana?
¿Qué nadie merecía el castigo que tenía Shadow? No. Ella definitivamente se lo merecía. No era muy diferente de las otras amenazas que había tenido Equestria.
Su corazón latía afanoso y sentía los cascos un poco fríos, dándole la completa razón a Twilight de su recelo y tildarla de enferma de odio, que eso mismo, correría en su contra. Tragó saliva y retomó su concentración de nuevo. Ya se había metido en el juego sucio que ella empezó la primera partida.
"Shadow. Tenemos un enemigo en común" le hizo ver "Tenemos que unir alianzas para que ambas saquemos provecho la situación. Tú no eres nada sin Trixie y Trixie no es nada sin el poder del alicornio en el Amuleto. Así que no te sirve nada irte en mi contra si somos una".
"¿A dónde quieres llegar?"
"Es obvio, Shadow. Tú quieres de vuelta tus tierras y yo quiero vengarme de Sparkle. Ambas podemos tener lo que queremos si trabajamos juntas. Yo sí tengo lo que quieres y puedo dártelo, sólo si tú me das lo necesario para ejecutar nuestro propósito para obtener lo que queremos" sentenció con determinación ", y es hacer caer a la reina".
…
Twilight Sparkle sólo podía contemplar la negación entre el llanto de la pegaso tras contarle la realidad de los hechos. Speed le tiraba una mirada asesina con un profundo ceño, lanzando varias exclamaciones mientras agitaba desbocadamente sus alas, sólo para sentir que era agarrada de su collar y tiraban de ella.
-¡Escúcheme!- bramó la pegaso intimidante sosteniéndola entre un casco a pocos centímetros de su rostro-. ¡Me importa un rábano si me manda al Tártaro, pero usted no va a hablar así de mi hijo en semejantes calumnias frente a mí sin esperar que me den ganas de arrojármela encima y sacarle los ojos!- elevó la voz entre su respiración agitada, soltándola con violencia -. ¡¿Qué tonterías está diciendo?! ¡Se nota qué poco conoce a mi hijo! ¡Él jamás haría tales cosas!
-De forma consciente su hijo no- le recordó con voz suave y comprensiva sin perder la compostura. -. Es esa magia. No está conscien…
-No, me niego a creerle- le interrumpió mientras sacudía la cabeza sin que sus ojos den tregua a las lágrimas -. Él no puede hacer lo que hizo…él, él no puede ni con su propia magia ¡Así que no le creo!
-Señora…- cerró los ojos con el rostro suavizado de la pena mientras aguantaba sus propias lágrimas -…acepte los hechos. Colabore conmigo en ese sentido porque todo mi tiempo se consumirá de lleno para proteger Equestria- abrió los ojos, dejándolos ver cristalizados pero manteniendo la firmeza en un temple por su compromiso -. Para que regrese a salvo, con usted y conmigo- agregó cayéndosele una sola lágrima, pero brillante y gruesa que rodó por su mejilla hasta su mentón. -. No busco perjudicarlo, todo lo contrario. Quiero salvarlo. A él y una amiga que se encuentra en las mismas circunstancias y…- hizo una pequeña pausa, desprendiéndole una observación -…usted, la conoce- agregó haciendo que Speed la mirara con desconfianza -. Sunset Shimmer- le recordó y la pegaso concentró más su ceño, incrédula, abriendo un poco la boca.
-Esa unicornio…- sacudió la cabeza -…cuando era potrilla era un amor aunque un poco egocéntrica, sin embargo fue cuando fue creciendo que …- calló con la mirada ausente tensando la barbilla -…ella se convirtió en alguien demasiado codicioso y narcisista y…cruel…
-Por eso le pido que me ayude- le interrumpió acelerada, acercándose un poco más a ella, haciendo a Speed retroceder un poco -. Usted puede decirme qué accidente tuvo Moon White.
-¿Lo sabe?- preguntó asombrada -. Él no se lo decía a nadie.
-Pues me lo dijo a mí- aseguró -. Pero no qué fue el accidente en sí. Y sé, que desde ese momento, él no pudo usar la magia libremente como antes y que su relación con Sunset terminó allí- sacudió la cabeza remojándose los labios -. ¿Acaso no le resulta familiar lo que están pasando los unicornios? Están débiles, no pueden usar su magia, tal como su hijo; pero a diferencia de él, no se recuperan tras reservar energía… ¡Siguen debilitados! Quiere hacer probar al resto, lo que era vivir "envenenado", como él mismo lo dijo, y debilitó a toda la raza unicornio. Él fue el primer unicornio en mostrarse en esa rara condición de que la magia le hacía daño- decía mirando el rostro de la pegaso asimilando y juntando las piezas, pero aún, sacudía la cabeza en negación.
-No…
-No se niegue más si quiere ayudar a su hijo- le dijo con mayor seriedad y precisión -. Dígame lo que le pasó. Ese accidente que lo debilitó y qué tuvo que ver Sunset hasta terminar odiándose. Deme una pista porque estoy trabajando a tientas- agregó para tomarle un casco y levantarlo entre ellas. Speed le prestó atención a su semblante y mirada con esa intranquilidad e incredulidad, como bloqueo, un semblante que para Twilight le fue familiar y le fue inevitable sonreírse de manera cálida con los ojos suavizados, muy melancólica -. Ya veo de dónde sacó él lo terco- comentó con voz fina y delicada. Los ojos azules de la pegaso quedaron tiesos sobre ella, sintiendo realmente sus palabras, endureciendo más su cuerpo al empezar en creerle. Apretó los dientes soltándole el casco.
-Por Celestia…- farfulló resignada y dejó caer los hombros, curvando las cejas -. De acuerdo. Le voy a creer. Pero si miente o le hace algo…- empezó amenazar poniéndose tensa de nuevo pero sola se interrumpió para suspirar y sacudir la cabeza vidriándole los ojos, sintiéndose ya tonta de su negativa -. Sólo…ya perdí a mi esposo- dijo con esfuerzo cerrando los ojos inflando su pecho en esfuerzo -. No quiero… perderlo a él, ¿Sí?
-Ya somos dos- le aseguró bajando la cabeza para ver su rostro y Speed abrió sus ojos para verla, realmente brillosos por las capas de lágrimas como atenta por lo que dijo.
-No era muy tarde- empezó a hablar sin preámbulo -. Ni medianoche. Mi esposo High Line y yo aún estábamos despiertos. Moon White se había ido acostar hace rato. Tenía once años y empezó a ponerle seguro a la puerta porque "no era un potrillo y quería privacidad"- contó con una muy corta y efímera sonrisa que desapareció al segundo mientras levantaba la cabeza y su rostro cambió rotundamente -. Escuchamos una explosión. Una pequeña. Venía de su cuarto. High y yo salimos corriendo. Yo llegué primero pues no perdí tiempo y volé rápido pero como dije, Moon White ponía seguro a la puerta y la encontré cerrada. Empecé a golpearla. Estaba muy asustada pues lo llamaba y él no contestaba. High llegó levitando las llaves. Abrimos la puerta y…- suspiró a la par que cerraba los ojos, pasando un casco por su frente mientras gesticulaba de angustia, como si reviviera todo -. Lo encontramos en el suelo. Bocarriba. Tenía….tenía su cuerno negro de quemadura y…y…
Su voz se volvía aguda empezando a sentir las lágrimas de nuevo. Twilight la escuchaba con concentración pero se acercó a pasarle un casco sobre sus hombros. No estaba segura pero, siendo madre, no debe ser fácil encontrar a su hijo de esa forma y el recuerdo no era agradable, si ni para el propio Moon White lo era.
-No se movía pero su pecho subía y baja desesperado- continuó la pegaso -. Además, había conseguido su Cutie Mark- agregó asombrada -. Creí que lo estaba viendo morir. Yo entré en pánico y empecé a llorar, sólo pudiendo llamarlo, pero High Line fue más despejado y lo levitó a su lomo para gritarme angustiado que debíamos llevarlo al hospital- hizo una pausa para respirar, con la mirada ausente retrocediendo en el tiempo -. Estuvo inconsciente por casi un día y no podía respirar por sí mismo. Sus defensas eran bajas. Le hacían estudios pero no había nada que dijera realmente qué tenía y cuando al fin despertó, resulta que no recordaba lo que había pasado. Fueron días terribles. Desmejoraba. Si no era una cosa, era otra. Se desesperaba del malestar que no parecía darle tregua y sólo pedía ver a Sunny- sacudió la cabeza -. Sunset. A Sunset Shimmer. Ella y él eran…tan unidos y él la quería mucho- tragó saliva cerrando los ojos -. La situación era que, High Line fue a buscar a Sunset al orfanato para darle la noticia de cómo se encontraba su amigo y ella, se había ido a Canterlot- contó para ver el rostro absorto de Twilight -. Lo que le ocurrió a Moon White, fue a pocos días de la fecha de las pruebas para ingresar a la Escuela de Magia para Unicornios Superdotados. Sunset ya se había ido para instalarse y prepararse a la prueba…sin siquiera haber avisado o despedirse de Moon White. Eso me desconcertó mucho sabiendo lo unidos que eran y cuando le conté a mi hijo, él quedó igual de sorprendido pero la justificó diciendo que a lo mejor había sido a última hora y que tal vez le escribiría una carta explicándole lo que ocurrió, Pasaron los días…- mantuvo una expresión vacía
-Y nunca llegó la carta...-se aventuró a decir a Twilight.
-Así es. Nunca llegó- asintió con un peso en el pecho que la hacía encorvar -. Él me pidió una dirección a donde enviar una carta para escribirle. Fui al orfanato y me entero que Sunset fue admitida a la escuela. Entre su esmirriado aspecto, el rostro de Moon White brilló de felicidad y orgullo de que Sunset haya podido llegar a su cometido y enseguida le escribió a la dirección de la escuela del cuarto que se quedaba para felicitarla y explicarle por qué él no había ido. Pasaban los días y nunca recibió una carta en respuesta. Moon White estaba muy débil. No comía. Le dolía el cuerpo. Tenía migrañas. El cuerpo se le vencía. Cada día que pasaba era peor que el anterior. Hasta que el médico nos dijo que no había nada más qué hacer y tuvimos que llevárnoslo a casa a…esperar- sacudió la cabeza cerrando fuertemente los ojos -. Lo llevábamos a toda clase de curación, hasta un anciano unicornio trataba de examinar su magia usando la suya pero era demasiado doloroso para Moon White el método y no quería torturarlo más. Él fue el primero en lanzar la idea de que lo que le hacía mal, era la propia magia- sinceró.
Aquello le hizo recordar a Twilight cuando ella intentó devolver la magia que él entregó para salvarla a ella y a Luna cuando se metieron a una pesadilla de Sunset, y no pudo hacerlo. Su cabeza empezaba a teorizar y deducir mientras la pegaso mantenía una información que estaba considerando valiosa.
…
Golden le alargó una furiosa patada lateral que, de no haber dado con presteza un salto hacia atrás, es probable que la hubiera lanzado de azote al suelo. Bonbon entonces había impulsado sus piernas viendo la oportunidad que con el giro que dio para evadir el golpe, aspiró de responder una patada con otra que se dirigía a la mandíbula. Golden lo esquivó moviendo la mitad de su cuerpo a un lado y levantó su propia pierna para encontrarse con la de Bonbon, enganchándola con la suya cosa que al aterrizarla al suelo, quedaba torcida pero Bonbon no daba tregua ni oportunidad a lamentar el dolor para darle tiempo suficiente para un contraataque, y estiró su mano derecha para tomarle la izquierda, levantarla deslizando su mano a la muñeca y hacérsela para atrás mientras con la otra le aterrizaba el puño en el objetivo principal, la quijada, y Golden respondía con un cabezazo que aprovechó Bonbon en mover su pierna atrapada y hacerle perder el equilibrio y con el codo buscar enterrárselo de un golpe a un lado de su cuerpo.
-¡Ok, ok, ya entendimos!- chilló Fluttershy poniéndose de pie abruptamente muy nerviosa.
-¡Ssshhh!- chitaron con fuerza Rainbow y Mistery, que estaban juntas en el suelo con los ojos clavados en la pelea, agarrándose las manos que casi parecían rompérselas. Habían sido las únicas que habían apostado.
El resto miraban absortas e inquietas por aquel vaivén de golpes y movimientos que eran tan rápidos y ágiles que un parpadeo.
La pelea continuaba, robando aspiraciones como despertar la incomodidad de presenciar esa violencia sin tregua, en serio lastimándose una a la otra en demostración, pero era fascinante a la vez ver su sincronización, confianza y concentración. Era casi como una danza en el que improvisaban movimientos y acciones. Sus gestos eran intimidantes, agresivos, sus ojos contraídos y fríos mirándose como oponentes, metiéndose bien en su papel.
Pero aquello fue demasiado. Al menos para una persona.
Cherry se levantó abruptamente de la silla para salir acelerada de allí hacia el angosto pasillo del resto de cavidades. No miró a nadie cuando lo hizo. Sólo se precipitó a huir de ahí antes de que alguna la escuchara lanzar un quejido que obstruyó tapándose la boca y cerrando los ojos fuerza, soltando las lágrimas. Le temblaban los brazos y piernas. Su corazón ardía y su estómago estaba revuelto. Empezó a llorar mientras se adentraba más y se entró a una cavidad, pegó la espalda al muro de roca y se dejó caer para encogerse las piernas y pegar su frente sobre las rodillas.
Apenas asomado a la entrada del pasillo, se podía apreciar el suave lamento de un llanto que salía por más quería amortiguarlo. Las chicas se habían reunido allí y se miraron intercambiándose una mirada.
-Voy a verla- anunció Mistery.
-¡Espera!- la retuvo Golden, que ella con Bonbon, se habían quedado donde estaban en la sala. Ambas respiraban agitadamente por el esfuerzo de la pelea. La pelinaranja desvió la mirada de Mint para ver a su compañera que tenía la vista clavada hacia ese pasillo. -. Drops, tienes que hablar con ella.
-¿Y qué digo?- soltó dándose la vuelta para darle la cara -. No voy a disculparme por quien soy.
-Nadie pide eso- aclaró suavizando un ceño -. Sweetie, yo no tengo qué perder revelando quién soy yo. Me da igual. No pasa nada. Mi mundo no cambia. Porque no tengo a nadie a quien le importe. Pero en cambio en el tuyo sí.
-Ella terminó conmigo- recordó levantando ambas cejas -. Ya la perdí. No tiene por qué importarme…
-Pero te importa- le interrumpió con obviedad y resoplar mientras meneaba la cabeza -. Vamos, Drops. No es momento para dramas. Arriesgamos mucho y tú sigues con tu cantaleta. Por una vez en tu vida sé tú la que busque- soltó una risa parpadeando rápido -. No sé cómo con tu actitud has logrado que al menos, pocas personas encontraran tu centro cálido y no quieren perderte y te buscan cada que hay una pelea que inicialmente es provocado por ti y tu…especial forma de ser. Pero tú nunca lo haces. Nunca das el primer paso. Antes de que llegue el día en que nos maten deberías hacerlo con Cherry- chasqueó los dedos en su dirección -. Se lo debes.
-Aaaaagh- expresó con molestia por el efecto de sus palabras para regresar su mirada hacia la entrada del pasillo, con un peso en su pecho.
Cherry se mantenía en aquella posición cuando escuchó los pasos de alguien acercarse. Supuso encontrarse con Mistery pero la sorpresa que se llevó al ver a Bonbon parada a poca distancia de ella. Cherry le apartó la mirada, con los ojos hacia a un lado, para escuchar un suspiro y que se sentaba también en el suelo.
-Lo que tengas que decir, dilo de una vez para volver- escuchó decir directamente. Cherry infló el pecho cerrando los ojos mientras sacudía la cabeza.
-No tienes que ser así- dijo pasando las manos a sus mejillas y regresarle la mirada, viendo su ceño marcado.
-Esto es lo que soy, Cherry. Te guste, o no te guste.
-No me refiero a…tu vida- aclaró arrugando la frente -. Me refiero a que por una vez, tengas consideración de mí- exclamó, ganándose una mirada confusa de Bonbon. Ella parpadeó bajando la mirada -. Me duele que no te importe como me sienta. Me duele no reconocerte. Me duele pensar qué tan real fue todo lo que pasamos. Me duele sentir y creer, que una vez más, mi pareja se burle de mí.
-Yo no me burlé de ti- replicó enseguida acentuando su ceño. Cherry la miró con sus ojos vidriosos.
-Bonbon, no eres muy diferente de mis otras parejas- soltó y Bonbon sintió que le cortaban el aliento, ahora sí callándola. -. Las tres me engañaron a su manera. Me mintieron. Me ocultaron la verdad. Y yo…- sacudió la cabeza con un semblante triste -. Siempre entrego de más. Yo…- resopló con ojos aguados y rostro descompuesto -…si no hubiera terminado contigo ayer, de todos modos lo hubiera hecho ahora, porque no merezco esto. Tu indiferencia, que no te importe cómo me afecta ni lo que siente y piense- se mordió el labio inferior en una manera de resistir otro llanto para poder hablar -. Golden dice que en serio intentaste quererme y ser feliz conmigo pero…tú nunca te entregaste como me entregué yo y por lo visto no tenías intensiones de hacerlo. Es decir, ayer se te salió decir "Sweetie Drops" y pudiste decirme pero…no. Y aceptaste terminar. Eres…eres egoísta por no pensar en mí- para esas alturas, sus lágrimas recorrían sus mejillas de nuevo mientras sus ojos dorados contemplaban el rostro de Bonbon, de barbilla tiesa y pronunciada, rostro ovalado, con ese entrecejo marcado en medio de sus cejas encorvadas sobre sus ojos grandes, con su color celeste suavizados, haciendo contraste con la expresión entre defensiva e incrédula, con sus labios entreabiertos mientras dejaba expulsar un pequeña exhalación y su vientre se respingaba por el aire expulsado, viéndose particularmente diferente al tener ese peinado alto. Cherry sentía el corazón dolerle por contemplar su peculiar belleza -. Eres una chica realmente hermosa- farfulló con voz aguda temblándole los labios al sonreír -. Emanas un irresistible dulce calor aunque no quieras, y eres independiente, lista, tan interesante pero…-negó con la cabeza -…no voy a caer, no de nuevo. Me propuse ser la chica hermosa, inteligente y fuerte, y eso es lo que haré. No te exijo. Te dejaré tranquila solo…lamento haber huido de su demostración pero, aun te estoy sacando del cora...- decía pero unos labios sostuvieron los suyos abruptamente, moviéndose entre ellos pero Cherry levantó las manos a sus hombros y la separó -. No. Terminamos- aclaró enseguida con sus cejas curvadas viendo el rostro ingenuo de Bonbon.
-Pero ahora sabes quién soy y aún me quieres- se aventuró a decir sintiendo un fuerte nudo en la garganta y sus mejillas encenderse en un calor que le hacía saber cuán ruborizadas estaban -. Y y-yo…
-Las cosas no cambian- sinceró negando la cabeza sin desprenderle la mirada -. No cambian el hecho que…ya no confío en ti como pareja y si no hay confianza, no importa cuánto te quiera- se extinguió su voz mientras veía los ojos cristalizados de Bonbon abriéndose más, sólo para endurecer su rostro y volver a fruncir las cejas.
-Bien- aceptó con sequedad poniéndose de pie y Cherry la siguió con la mirada para levantarse también -. Está bien. Entonces, ¿Aclarado? ¿Todo en orden? Porque en serio no quiero que vuelvas a interrumpirnos.
-Bonbon…
-Sweetie Drops, Cherry. ¡Mi nombre es Sweetie Drops!- aclaró con voz pesada y seria con los ojos punzantes sobre ella. Cherry entonces empezó a asentir con una serena seriedad.
-Okey. Lo siento.
-Okey- asintió una vez para darse la vuelta -. Entonces vamos.
-En serio lo siento.
-¡Dije que vamos!- aclaró con fuerza empezando a caminar aceleradamente por el pasillo, mientras sentía su espíritu caer de rodillas al suelo en un baño de lágrimas sosteniendo su muy dañado corazón; sólo para divisar al pie de la entrada a Golden, que le mantenía esa mirada reprendedora. Bonbon se la quedó mirando empezando a curvar las cejas y rechinando los dientes, se volteó para ver a Cherry fuera de la cavidad también -. Lo siento- dijo con sequedad para suavizar un ceño -. Lo siento- repitió con más serenidad y torcer la boca en frustación. -. No sé qué me pasa contigo. La verdad, no sé por qué soy así contigo y…me incomodas y…- resopló sacudiendo la cabeza -. No sé qué me pasa contigo- repitió con frustración.
-Tal vez…- dijo caminando hacia ella -…Tienes tanto cariño que dar…que no sabes cómo entregar tanto…- pensó viendo cómo Bonbon cerraba los ojos y bajaba la cabeza. -. Oye…- la llamó levantando su rostro tomándole la barbilla -…somos jóvenes, inmaduras y no sabemos lidiar ni con nosotras mismas- sinceró -. Te quiero, me quieres; pero como dices, no dejamos ser lo que somos, y lo que somos, no nos ayuda a ser una buena pareja para cada una, porque tenemos cosas que lidiar y solo nosotras podemos solucionar porque juntas, lastimamos a la otra.
-Cherry…- la llamó con la mirada suavizada y vidriosa, admirando aquel rostro que aunque melancólico, mantenía un semblante seguro, decidido, hasta aliviado de aclarar por fin, las cosas como son. Bonbon lo sabía, al menos en los últimos días. Su Cherry estaba cambiando. Se estaba siendo más fuerte, más objetiva, como decidida. No era que no le gustara, sólo que siendo así…la desnudaba más, la incomodaba, porque ella no quería ser más crédula de que las cosas siempre irán bien mientras no se hable de lo que está mal -…realmente te quise…- se limitó en decir con la voz estrangulada.
-Y yo a ti…Sweetie…- murmuró con voz fina abrazándola y Bonbon respondió al abrazo.
Golden les mantenía la mirada con una pena ajena. Al menos dieron este pequeño gran paso. Suspiró para darse a vuelta sin inmutarse a la presencia de Applejack.
-¿Se te perdió algo, Manzanas?
-Fue interesante lo que le dijiste a Bonbon- sinceró levantándola ambas cejas -. Tú no tienes qué perder porque no tienes a nadie quien le importe.
-¿Quieres equilibrar las cosas escuchando lo que no te importa?
-Sólo estaba lo suficientemente cerca y atenta. Y al contrario. Me importa- aclaró para que Golden tirara una risa sin humor se diera a vuelta para empezar a caminar. -. Es irónico que aconsejes cosas que no pones en práctica.
-No te metas en lo que no te importa- le repitió dándose la vuelta para darle la cara mientras caminaba de retro con una sonrisa audaz -. O declararé vivir conmigo una pesadilla.
-Creí que ya se lo había declarado- lanzó levantándole la ceja mientras se cruzaba de brazos -. Sólo seré la amiga que no quieres ni necesitas, como tú- dio el jaque con una confiada sonrisa llevándose las manos a la cadera, para dejar a Golden tiesa saboreando agridulce sus mismas palabras que le dio en el baile.
-La odio. En serio. La odio.
…
-Yo ya no quería enviarle las cartas que le escribía a Sunset- continuaba relatando Speed Power con una pata delantera de Twilight sobre sus hombros -, pues se me rompía el corazón que jamás le contestaba y cada día tenía él los ojos en esperanza que la famosa carta llegara o ella cruzara la puerta. Al final, mi esposo estaba tan desesperado del estado de nuestro hijo que…pidió ayuda a su familia. Su familia no, no nos quiere y tenía como diez años sin hablarse con ellos pero decidió hacer eso a un lado para tener ayuda económica pues había oído de medicinas mágicas que eran estudio en Canterlot pero por ser eso, estudios y pruebas, eran muy caras por su exclusividad. Él hizo ese viaje sin consultármelo. Sólo regresó y me dijo que nos mudaríamos a la capital de Equestria y me contó todo lo que hizo.
Resopló.
-Ni bien oyó Canterlot, Moon White quería visitar a Sunset al fin. La idea de la mudanza le maravilló, porque estaría cerca de ella, de nuevo. Nos mudamos. Hicimos las citas y los estudios pero la insistencia de los ruegos que nos hacía Moon White nos hizo que después de una cita, fuéramos a visitar a Sunset. Para esas alturas, yo estaba realmente enfadada y reacia con Sunset- aportó frunciendo el ceño.
-¿Y Moon White? ¿No pensaba mal de ella ni un momento?
-No- contestó con un profundo suspiro -. Él creía ciegamente en ella - arrugó la frente -. Desde que la conoció no podía desprenderse de ella y ella de él. Se veían tan... lindos juntos. Eran diferentes pero...de alguna forma se complementaban- dijo pero con voz vacía para fruncir el ceño -. Pero eso cambió rotundamente con lo que le platico. Dígale sentido maternal o lo que sea, pero no me olía nada bien la actitud de ella y no quería que la fuera a ver. Tenía un muy mal presentimiento pero su insistencia y deseo era tal, que lo llevamos. Fuimos a su cuarto y ahí estaba ella, que apenas lo vio, se puso a llorar. Lo abrazó diciendo que estaba asustada. Que había leído las cartas pero tenía miedo de verlo enfermo, de que si moría y por eso no se atrevía a hacerse presente. Moon White parecía tan aliviado y feliz de volverla a ver y escucharla, que la perdonó ahí mismo.
Twilight dejó salir un suspiro mientras bajaba los hombros, captando que sería una de las tantas manipulaciones que hizo Sunset en ese entonces.
-Pensamos que tras esta aclaración y reconciliación, veríamos más seguido a Sunset- continuó Speed -. Pero no. Siempre ella estaba ocupada, sea estudiando, practicando, y la verdad, sentía que encaraba de manera indirecta, que ella iba a la escuela y él no en sus cartas. Era muy presumida y hablaba sólo de ella. Pero Moon White la seguía justificando diciendo que ella siempre había sido así y sólo está muy feliz de cumplir una de sus metas. Mientras tanto, la medicina no parecía darle efecto en su malestar, en cambio una especial rehabilitación de ejercicios para usar su magia parecía estarle ayudando, como si su cuerpo se estaba acostumbrando. Se estaba sintiendo mejor, recuperando el peso perdido porque ánimo nunca le faltó. Con ayuda de un médico unicornio que hasta de adulto lo atiende, empezó a descubrir cómo ejecutar hechizos sin que recaiga de salud de manera peligrosa. Pues él mantenía su sueño de ser hechicero y enseñar todo lo que descubriría, junto a Sunset, pues ambos habían construido un futuro- tiró una risa seca – de que ella sería la próxima Princesa Alicornio y él su casco derecho y Hechicero Real.
"Ouh" pensó Twilight curvando las cejas mientras Speed sacudía la cabeza con rostro tensó del humor que cambiaba a malhumorado.
-Entonces, él de manera confiada, le pregunta a Sunset para tener toda la información que necesita para las fechas de las nuevas pruebas y al fin ingresar a la escuela, y ella se los da. Él pasó semanas practicando y ejercitando para demostrar que podría estar a la altura de los demás sin importar que tanto le costara más que a ellos. Cuando llegó el día, no encontró a nadie. La fecha que le había dado Sunset era cuando anunciaban a los nuevos, habiendo sido las pruebas hace dos semanas atrás.
Para esas alturas tenía marcado un ceño de cólera e indignación mientras Twilight se mantenía callada, asimilando toda esa realidad que ignoraba entre la relación de ambos unicornios, uniendo cabos con la actualidad
-¡Por Celestia! ¡Cómo Moon White creía y defendía a Sunset!- se descargó frustrada -. Quería pensar que se equivocó pero ni él ya se creía sus excusas. Era demasiada coincidencia y él sólo fue a buscarla en clases a reclamarle. No le alargaré más la historia. Igual, él nunca me dijo a ciencia cierta lo que Sunset le dijo, pero lo que sí, es que ella admitió haberlo hecho apropósito porque no estaba a la altura de la escuela y que ya no compartiría su sueño con el suyo- comentó rabiosa.
-Ya veo...- comentó profundizando su ceño -. ¿Ella...lo abandonó por su estado?- preguntó con amargura.
-Sí...qué gran amiga, ¿eh?- comentó con acidez -. Eso lo destrozó. Viniendo de ella, de Sunny, lo partió por dentro. Se deprimió. Dejó de buscarla y su autoestima cayó a los suelos. Por primera vez, se empezó a abandonar. Pero nosotros no dejamos que pisoteara sus sueños. High Line y yo lo incentivamos a seguir poniendo de su parte en la rehabilitación y entrenamiento para que en las nuevas pruebas, pueda aprobarlas, que debiera al menos intentarlo. Él al final oyó nuestro aliento y decidió demostrarle a Sunset que podía alcanzarla y volvieran a tener lo de antes. Pasó se cumplió más de un año de rehabilitación y se había recuperado maravillosamente. Para lo que estaba, claro, porque aún tenía ese esfuerzo doble de ejecutar hechizos que si abusaba, su cuerpo se ponía débil. Pero era tan firme y seguro de sí mismo que podía ejecutar hechizos complicados y creó uno en especial para sorprender a los maestros que juzgarían sus resultados. Pero no sé qué hizo Sunset, en serio que no, que cuando Moon White regresó a casa después de la prueba…era otro. Sí, había pasado la prueba. Entró a la escuela. Pero…cambió.
Las orejas de Twilight se levantaron agudizándose abriendo un poco más los ojos entre sus cejas curvadas, mirando la melancólica mirada de la pegaso mientras seguía hablando con los ojos vacíos hacia esos tiempos.
-Sólo se limitó en decir que Sunset había logrado lo que tanto había querido desde el principio y que se curó de ella y de perdonarla cada que lo defraudaba. Se volvió alguien escéptico, hermético, ácido…- tensó la barbilla -…poco tiempo después murió su padre. Yo…pasé un muy mal momento con la viudez y regresé a Cloudsdale y él se quedó en el internado de la escuela a seguir estudiando. Cumplió su sueño, de alguna forma, pero…sé que podría ser más feliz de lo que era y…y al fin sentí que lo estaba siendo- concluyó para concentrar su mirada en Twilight -. No sé qué le hizo, pero sea lo que sea, gracias- sonrió cortamente pero mostrándose muy afectada por todo. Twilight sólo le mantuvo la mirada con muchas cosas cruzando por su cabeza mientras la pegaso sentía que se le venían las lágrimas de nuevo descomponiendo el rostro en sólo recordar en todo lo que pasaba, pero manteniendo la mirada a Twilight -. Él me escribió una carta- cambió de pronto su voz saliéndosele muy frágil y fina -, diciendo que creía que estaba enamorado…- agregó para ver a Twilight concentrar su mirada en ella con los ojos aguados -…y de la Princesa más joven…le dije que estaba loco…- soltó cayéndoseles nuevas lágrimas -. Y aún lo creo…pero lo mismo me dijeron cuando me enamoré de mi esposo- farfulló para quebrar en nuevo llanto -…no es amor si se está cuerdo- dijo mirando los profundos ojos afectados de Twilight.
-¿Por qué no es amor si se está cuerdo?
-El…amor tiene que ser algo espontáneo- respondió con voz fina -, que rompe con la "normalidad" o de los elementos de control que sujetan a los involucrados para que nazca. Por ende, se pierde un poco de cordura para llamarlo "amor"- sacudió la cabeza como si en voz alta sonara una tontería -. Al menos en mi experiencia es como lo veo yo- sinceró encogiéndose de hombros con una sombra amigable hacia la alicornio. -. Espero haberla ayuda, Majestad. Lamento haber sido ruda. Sé…que es una buena pony.
-Me dio mi primera pista- le aseguró Twilight y simplemente la envolvió con su otro casco para completar el abrazo en confortación como agradecimiento, sintiendo un casco de la pegaso sobre una pata delantera. -. Y dígame Twilight- pidió mientras Speed sonreía con confortación devolviendo el abrazo.
Después del abrazo, la pegaso anunció su retirada para no quitarle más tiempo en su deber. Para no perder el juicio, según ella, se anotaría de voluntaria para ayudar a los unicornios. Ya tenía experiencia cuidando a uno con estos achaques así que no vería nada que no haya visto antes.
La pegaso cruzó la puerta dejando a Twilight mirando su partida y resonando sus palabras. Sacudió la cabeza.
-¡Guardias!- llamó dándose la vuelta dirigiéndose hacia las escaleras, donde estaban parados firmes dos pares de guardias en cada extremo y se acercaron a ella. -. Necesito que ubiquen en qué lugar está siendo atendida la unicornio Minuette con urgencia.
-¡Sí, Majestad!- corearon para retirarse a acatar la orden mientras Twilight se precipitaba a las escaleras.
-¿Spike? ¿Spike?- llamaba entre los pasillos y se entró al cuarto donde reposaba Trixie. -. ¿Está aquí Spike?
-Sparkle. Spike está visitando a Rarity, ¿Recuerdas?
-Oh, cierto- recordó para acercarse a ella -. Trixie. Tal vez no sea el poder de la magia en sí que corrompe a Moon White y Sunset Shimmer- se aceleró en decir, haciendo a la unicornio parpadear para concentrarse -. La magia no es el problema. Por eso no me hemos encontrado nada, porque hemos estado buscando equivocadamente. He estado hablando con la madre de Moon White y él como Sunset no podrían ser que causara todo esto. Creo que un alma está en ellos, como tú tienes a Shadow.
-¿Ah sí?- preguntó suavizando un ceño.
-Me parece demasiada coincidencia que cuando él tenga un "accidente" que desmejorara su uso de magia, es porque algo se lo impedía, y a la vez Sunset se haya vuelta la ambiciosa y manipuladora pony que al final se convirtió en ese demonio. Por lo que me es imposible dejar de comparar con las semejanzas de tu caso con Shadow.
-Espera, espera. ¿Por qué dices eso?
-Cuando fuiste a Ponyville usando el Amuleto del Alicornio, hiciste cosas que al libertarte de ella, caíste en cuenta de que estuvieron mal, fuiste consciente de lo que hiciste y sentiste arrepentimiento, porque fuiste más allá de lo que eres- le curvó las cejas -. Tú eras egoísta y narcisista pero, no alguien cruel como lo fuiste en ese momento y todo por la influencia de Shadow dentro del amuleto con su magia que sin ella, Shadow es una simple alma dentro de ti que tú tienes el control total de tu cuerpo. Ahora, ciertamente Sunset Shimmer pasó lo mismo cuando se transformó en la escuela. Tras que yo y las contrapartes de mis amigas la liberamos con la magia de la corona, volvió en sí y cayó en cuenta de lo que hizo y recuperó el control de su mente y cuerpo, pero ha tenido problemas de mantener el control.- se explicó -. Ahora, tal parece que Moon White pasó con algo similar como a ti en su infancia de ser atacado por algo dentro de él. Pero lo que no sé cómo fue ese "accidente". Ni por qué recién ahora reacciona cuando Sunset fue mucho años antes- resopló frustrada -. Él es curioso y siempre andaba practicando hechizos de potro y le ayudaba a Sunset Shimmer a ejecutarlos. Tal vez, no sé, intentó uno sin saber las consecuencias ni qué despertó en él y de alguna manera también afectó a Sunset, pues eran muy unidos.
-Entonces no estás segura- dedujo con cierto recelo.
-Tal vez, pero por eso necesito visitar ese recuerdo. No más de Sunset sino de él para saber qué hizo cuan…¡Maldición!- se quejó frustradísima -. Necesito encontrar a Minuette para que me indique cómo hacer la poción de ver el recuerdo pero necesitaré la melena de Moon White. ¡¿Cómo voy a dar con su melena?! ¡Espera!- se interrumpía hablando más bien ya para sí misma, lo que respingaba a cada rato a Trixie con un gesto al ver lo ansiosa y sí, neurótica que se estaba poniendo -. ¡Su casa! ¡Puedo ir hasta su casa, tomar algún cepillo y tomar restos de su melena!- celebró frotándose entre sí los cascos con una sonrisa ancha, para sentir un casco sobre su hombro en suaves golpecitos.
-Ok, Sparkle. No pierdas la cordura.
-Ya la perdí.
-¿Eh?
-Debo ir a Canterlot- seguía hablando acelerada -. Pero entonces retardaría mi encuentro con Minuette. Mejor enviaré a alguien. ¡Sí, a alguien!- exclamó y estiró un casco para señalar a la unicornio presionando su nariz, provocándole un scrunchy face -. ¡Preparé un carruaje para que vayan de inmediato, indicaré a la dirección para que tomen el cepillo! Podré hacer la poción, observar lo que le ocurrió, el hechizo que usó. Todo este tiempo debí saber su pasado más que el de Sunset y…¡Aahhhh!- se alteró incomodando más a Trixie -. ¡También necesito una lágrima!- se agitó descomponiendo el rostro ahora sí -. ¿Cómo voy a sacarle una lágrima?
-Pero Twilight… no quiero poner otra nube negra sobre ti pero…si había saltos en el tiempo que te impedía ver los recuerdos de Sunset, si Moon White pasa por lo mismo, ¿No tendrás la misma dificultad?- preguntó, lo que hizo que Twilight descendiera la sonrisa y sus orejas bajaran.
-Tienes…razón…- exclamó -. Entonces no es en sí la magia que impide saber el pasado, si no esa otra alma…- pensó para gruñir con un fuerte entrecejo -. ¡Ay, torpe y curioso unicornio! ¡¿Qué rayos hiciste por meter las narices en donde no te llaman?!- se descargó sacudiendo sus cascos -. ¡En serio, apenas lo tenga en frente cuando lo recupere, lo primero que haré es golpearlo y decirle que es un tonto!- aceleró decir en amenaza con su pecho agitado llevando de adelante y hacia atrás sus cascos como si hiciera que sacudiera a alguien, sólo para curvar las cejas en un inevitable vidriar de sus ojos-. Cuando lo recupere…- repitió suavizando un ceño con la amarga sensación de incierto pero esperanza a la vez.
-Ok, ok, cálmate- pidió Trixie mientras Twilight se pasaba sus cascos a la cara -. Reina y todo no dejas de ser la neurótica Twilight Sparkle- dijo para que la alicornio la mirara fijo, recordando de pronto lo que dejó pendiente con ella y se puso seria.
-Respecto a lo de Shadow. Lo siento, pero no voy a arriesgar tu bienestar dejándola dentro de ti. Es definitivo.
-Twilight…- la nombró dándole una sonrisa -…Trixie tiene todo bajo control- aseguró con cierto tono petulante mientras Twilight la miraba con incredulidad -. Tú juegas limpio, Sparkle. Deja los juegos sucios para Trixie.
-¿Qué…? ¿Por qué…?- decía para agrandar los ojos -. ¡Hablaste con ella! Te dije que no lo hicieras.
-¿Qué acabo de decir, Sparkle?- obvió -. Trixie juega sucio. No te hizo caso.
-¡Trixie!
-No te quejes que conseguí que empezara a escupir los frijoles- dio la noticia levantando una ceja petulante y disfrutar el tartamudeo de la alicornio.
-Pe-pero… ¿Cómo?
-Encanto de Trixie- se limitó en decir -. Ahora. Hay un "pero".
-¡Era demasiado bueno para ser verdad!- se quejó con un ceño -. ¿Qué es lo que quiere?
-La verdad, no tienes que hacer nada- contestó -. Sólo que Shadow te odia y no quiere interactuar contigo.
-¿Entonces có…?
-Shadow va a contarle a Trixie lo que sabe y Trixie te dirá a ti- se explicó enseguida.
-¿Cómo dices?- preguntó con mucha incredulidad.
-Bueno…ella acepta tu trato. De colaborar y al final la dejaras libre con el poder de alicornio.
-Pero…- comentó.
-Pero…- agregó con voz fina -…es una artimaña para ti que ideó Trixie.
-Espera…me perdí.
-Le dije a Shadow que haga como si aceptara el trato cuando en realidad Trixie verá la forma de deshacer el hechizo que ejecutaste al amuleto para usarlo y así matarte y tener la corona, deshacerse de los ponies y recuperar su tierra- sonrió anchamente y Twilight dejó desencajada la boca.
-¡¿Qué ideaste qué?!
-Como lo dijiste- aclaró -. Shadow está enferma de odio y fue demasiado tentador unir alianzas con Trixie. Así que ella y Trixie están uniendo alianzas para juntas salvar por nuestro lado Equestria sólo para deshacernos de todos y dejar su tierra como antes, y para eso, ella debe empezar a hablar conmigo su pasado cuando en realidad te diré todo a ti. ¿Ahora entiendes?
-¡Pero Trixie, en qué lío te has metido!- la acusó -. La has engañado.
-¡Era la única forma, Sparkle!
-Trixie si ella te hace algo…
-No subestimes a Trixie- le aclaró con seriedad -. Ya vamos por buen camino. Te aseguro la información que necesitas.
-Trixie…- suspiró con preocupación e imposibilitada, sólo para sorprenderla con un abrazo -. Ten cuidado.
-Bah, Sparkle. Tú como siempre sentimental- farfulló pero sonrió y devolvió el abrazo. -. Ahora, debo contarte lo que ella me hizo ver…
…
Pinkie Pie, Rainbow Dash y Fluttershy estaban camino al Castillo de la Amistad tras pasar toda la mañana buscando entre los libros del antiguo Castillo de las Dos Hermanas.
-En serio estoy muriendo de hambre- decía Pinkie Pie mientras cruzaban por las calles de Ponyville -. No puedo continuar una búsqueda de archivos si mi barriga hace brrruuuuu.
-De todas formas nos quedamos un par de horas extras- mencionó Rainbow -. Twilight dijo que en la hora del almuerzo regresáramos al castillo para detallarle lo que hemos avanzado pero nos quedamos más tiempo.
-Lo cual no es mucho que digamos- lamentó Fluttershy con sus cejas bien curvadas.
-Espero que ella haya tenido mejor suerte con esa Shadow Light- opinaba Pinkie Pie cuando una sombra pasó rápida sobre ellas en picada, para frenar a raya al ver a un pegaso desplomarse a pocos metros frente a ellas.
-¡Oh, no!- corearon las ponies para precipitarse enseguida hacia el pegaso caído.
El pegaso era de color naranja y tenía los ojos y melena azules. Usaba la armadura y cascos de color dorado, lo que comprobaba que era un guardia solar. Pero lo que les quitó el aliento a las ponies, era las quemaduras que tenía en su piel expuesta, como moretones y golpes, y una ala había perdido varias plumas, mostrándose con quemaduras, presentando todo el esfuerzo indescriptible que tuvo que hacer para llegar hasta Ponyville. El corcel respiraba agitadamente con su pecho violento subir y bajar, siendo rodeado con intención de ser auxiliado por las ponies, que él alcanzó a reconocerlas entre su visión desgastada, que eran las mismas ponies que siempre estaban con la Princesa Twilight Sparkle, actual soberana de Equestria, y sin perder tiempo, empezó a hablar:
-E-el Imperio… - jadeaba entre el dolor de sus heridas y cansancio del viaje -. El Imperio de Cristal… ¡Ha sido atacado!- comunicó con mucha preocupación mientras las ponies abrían de más los ojos en pánico.
…
Uy, ¿me pregunto qué pegaso de la guardia solar que permanece en el Imperio de Cristal será? xD
Pero bueno. Aquí les dejo este capítulo que empieza a desglosar información que unirá cabos aunque dejando en misterio en otros, como dejará en suspenso lo que ocurrió en el Imperio de Cristal mientras pasaba toda la mañana y parte de la tarde.
Recuerden que funcionan con cartas allí y para enterarse de lo que ocurra en otro extremo del pueblo con el Imperio, deben pasar horas viajes. Alguien debería crear los celulares xD
So, gracias por leer, dejen review y…
¡Sunny Honey, fuera!