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Lo Que Somos Ahora

by Sunny Honey

Chapter 10: ¡Ahora es Cuando!

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¡FELIZ NAVIDAD!

De esta manera recibo a mis lectores, deseándoles una muy feliz y cálida navidad, de todo corazón :) y como navidad, me debatía si subir doble capítulo como, ya saben, ¡regalo! Pero me decidí en hacerlo uno solo pero es mi segundo capítulo más extenso. El primero fue el último capítulo de "Canterlot High Tales", pero bueno, considero que realmente vale la pena darse un tiempo para leerla ya que algunos andan reclamando qué sucedió con Applejack, Pinkamena a flote, el cruce del portal y etc, so...¡FELIZ NAVIDAD! Y de paso ¡UN MUY FELIZ AÑO NUEVO! Así que el próximo capítulo ya estamos 2016 xD Sin más qué agregar, los dejo leer.


¡Ahora es cuando!

-Es tu culpa por hacerte la difícil- dijo Carrot Top para abrir la puerta junto al bebedero, que era el cuarto del conserje y la hizo entrar, levantándola para colocarla dentro de una carretilla de lona con vestuario del Club de Teatro-. Yo le habría golpeado tras la nuca- dijo al escuchar pasos tras ella.

-Es mi amiga….no lo haría…

-¿Y dormirla contra su voluntad fue más humano, Sweetie Drops?- preguntó dándose vuelta con una sonrisa de lado, mirando a Bonbon, que posaba con una peculiar pistola roja a un lado de su rostro y su mochila colgando en un hombro, mirándola entrecerrando los ojos.

-Se supone que sólo en la Academia nos llamamos con nuestros verdaderos nombres… Golden Harvest- recalcó bajando el arma terminando de entrar al cuarto y cerrar la puerta.

-Pero somos parejas de misión por orden superior y estamos en una ahora- comentó con el afán de torearla mientras se llevaba las manos a los botones de su blusa.

-Por favor… ¡Esta no es una misión!- se quejó quitándose la mochila y estirarla a ella, Golden la recibió, dejando la blusa abierta, mostrando su plano y duro vientre -. Es una estupidez tuya a la que me vi obligada a involucrarme porque conozco el objetivo; tú no eres piadosa y ella es desbocada, así que era una mala combinación y estoy aquí para que no te pases de lista.

-Sabes que no puedo decirle "no" a una misión, cualquiera que sea- se divirtió.

-¡Thunderlane te pidió celarla!- gruñó -. ¡Esa no es una misión!

-Sí para Golden. Date vuelta- pidió y Bonbon se abrazó a sí misma, obedeciéndola -. Cualquier cosa que me ayude a prepararme para mi futuro como profesional del espionaje… ¡Bienvenida sea!- agregó, bajándole el cierre.

-Es obvio que él no sabía en lo que se metía- murmuró para sí dejando caer el vestido, dejándose en ropa interior de encaje de delicados diseños florales.

En realidad, sus cuerpos no se diferenciaban mucho. Ambas tenían casi las mismas medidas pequeñas de pechos. Tenían un tronco largo, esbelto, de estómago plano e igual de duro y marcado. Su cintura, eran curvas bien definidas y de delicadas caderas. Una espalda de rara postura recta para el humano promedio, con una línea marcada que se dibujaba hasta la parte baja de esta, y sus piernas eran delgadas pero de músculos firmes, en realidad, todo su cuerpo tenía esa primera impresión. Un cuerpo esculpido para ser ágil. Para resistir. Para pelear.

Todo esto fruto de un estricto entrenamiento que iniciaron a los trece años. Y véanse como se veían, eran dos jóvenes que a simple vista ya eran consideradas muy bonitas. Si se arreglaran y usaran ropa más tipo Rarity, era más que seguro que llamarían la atención de los varones y lo populares que se volverían. Pero Golden había adoptado el personaje de una tierna hija de agricultores, usando ropas conservadoras y dulces; más provocando ternura que atracción; y Bonbon, era Bonbon. No adaptó ningún personaje como Golden, sólo era ella misma. Seria, fría, y huraña que usaba vestidos con toques elegantes, y siendo ella misma, alejaba a muchos, sólo se quedaban los que realmente se interesaban en conocerla. Los valientes, por así decirlo.

-No pierdo la oportunidad de práctica- se defendió Carrot sonriéndose y quitándose su blusa. -. Entre más rango subas, más dinero recibes, porque más arriesgado es, aunque… ¿Te imaginas cuánto ganaríamos si reveláramos los acontecimientos mágicos de Canterlot High?

Bonbon giró con brusquedad para mirarla con profunda seriedad, amenazante e intimidante, que cualquiera se echaría para atrás sintiendo puñaladas con esa simple mirada, pero Carrot no, ella se sonrió como si acabara de escuchar un buen chiste.

-Tranquila. Tú eres mi pareja, nos cuidamos las espaldas entre ambas y eres amiga de ellas, al menos más con Lulamoon, la nueva involucrada en sus líos mágicos- dijo con serenidad bajándose la falda -. ¿Lo ves? No todo se trata de dinero, agente.

-Aún no somos agentes, Golden- dijo cansada, no era la primera vez que se consideraba como tal, aunque eran catalogadas como agentes juveniles, estaban en entrenamiento, no profesionales -. No hasta cumplir la mayoría de edad- se recordó acomodando algunas prendas livianas sobre Applejack para ocultarla. "aunque nos falta un nada", se recordó para resoplar -. Acabemos esto de una vez- suspiró sacudiendo la cabeza -. Me incomoda tener a alguien que conozco en esto, en especial por algo tan estúpido. ¿Cómo le explicarás a Thunderlane que…?

-Drops…- le interrumpió relajada, tomando la mochila de Bonbon para abrir el cierre -. Ya lo estudiamos. Sólo se confundirá y nada más. Es un objetivo demasiado blando y fácil. No hay riesgos.

-Has lo que quieras. Ya es tu problema y acordamos en que no menciones que te ayudé- refunfuñó mirándola sacar prendas de su bolso-. Detesto cuando usas la doble identidad para tu beneficio.

-Si hicieras lo mismo que yo…- le dijo lanzándole un conjunto gris -…hace rato sabrías lo que pasa con las personas que te rodean. Como Lyra.

-Golden…- suspiró, impaciente, mientras la mencionada se colocaba el pantalón -…deja de hablar tonterías y apresurémonos de una vez- se quejó sacudiendo la blusa de botones -. Antes de que se nos termine el tiempo.

-Tenemos el suficiente, ¿Lo olvidas? La dosis de la droga la mezclamos para tres horas y eso solo dormida…- sonrió abrochándose la prenda, mirando la carretilla -. ¿Verdad, Applejack?- dijo con un tono malicioso que hizo a los oídos de Bonbon agudizarse mientras Carrot se inclinaba rápidamente hacia la izquierda, levantó la pierna para doblarla con la intención de dar una patada lateral (técnica de artes marciales) hacia la carretilla, pero apenas estiró la pierna para ejecutarla, una mano la interrumpió, agarrándola del tobillo, apretándoselo y girándoselo un poco para evitar devolver la pierna y la haló hacia adelante, con una mano sobre la rodilla en presión, para dejar tensa la pierna. El movimiento era doloroso, pero la pelinaranja se dejó hacer y ni se inmutó, encarando con seriedad a Bonbon.

-¡Golden!- se quejó ceñuda con la blusa entreabierta para regañarla con la mirada sosteniendo la inmovilización. -. Más te vale controlarte, ¿Oíste?- exclamó enojada tirando su pierna para devolverla al suelo -. Él no te quiere, la quiere a ella, lo sabes y por eso lo ayudas, aunque te conozco demasiado y más lo haces para joder a Applejack. Por eso me metí en esta payasada.

-Yo la hubiera soñado con un tubo- la ignoró, apretando los puños, mirando con coraje la carretilla, como si tuviera visión de rayos equis -. No sé qué le ve Thunderlane…- dijo entredientes.

-No sé qué le ven ustedes dos a Thunderlane- sinceró, abotonándose la blusa.

-Es tierno- decía con una sonrisa para escuchar el sonido de la perilla de la puerta girar.

-¿Ustedes que…?- preguntaba repentinamente el conserje abriendo la puerta para callarse de hecho y caer hacia adelante.

"Sweetie…" le llamó la atención su Superior, colocándose tras de ella para rodear sus manos a la posición que tenía el arma, apuntando en el hombro derecho, para corregir dónde apuntaba para hacerlo en la cabeza "Estás usando una pistola cargada de balas, ya no de dardos" le corrigió "Allí se apunta. Un solo disparo, un estorbo menos y rápido" agregó "Ahora, ¿… qué haces si tienes un descuido, Drops? " preguntó y ella remojó sus labios, concentrando su mirada en la cabeza del blanco, apretó las manos en la pistola y su corazón dio un brusco vuelco a la par que soltaba el gatillo y agujeraba la cabeza del maniquí, que dejó chispear sesos de utilería. Debía acostumbrarse".

-Disparas- farfulló Bonbon en respuesta al recuerdo, con sus ojos celestes duros, y el arma roja bien sujeta entre sus manos firmes, que tomó a una velocidad casi invisible, en prácticamente en instinto, aun apuntando donde había estado el hombre, y ahora estaba inconsciente por el dardo que disparó en su hombro derecho. Bonbon bajó el arma y pasó por encima de él, cuidando de no pisarlo y cerró la puerta para revisar la perilla. -. El seguro de la puerta está dañado- avisó.

-Espero y piense que tuvo un sueño erótico con dos chicas a medio vestir en su cuarto de limpieza cuando se escapaba un rato de sus tareas para una siesta- sonrió Golden cortamente de lado. -. Al menos eso nos encargaremos de que lo crea… ¿verdad, Sweetie?- agregó para mirar a Bonbon apretar el dije del delicado collar que colgaba en su cuello y Carrot expandió la sonrisa, realmente emocionada. -. El medallón hipnótico de tu padre…- murmuró complacida -. Dime lo que quieras, Sweetie…pero también aprendiste a amar este trabajo…

-Nunca dije lo contrario- aclaró, sacándose la cadena y contemplar el medallón de plata para mirar luego al conserje -. La sangre es más espesa que el agua. No se puede corregir lo que heredas.

-Esto no me agrada- sinceró Cadence frente a sus tías en la Sala de Tronos con un baúl abierto lleno de pergaminos enrollados.

-¿Y tú crees que a mí sí, sobrina?- preguntó Celestia con las cejas curvadas. -. Una reunión de Princesas sin citar a Twilight, me hace sentir que le estoy dando la espalda.

-¿Y no se la estamos dando?- preguntó Luna con seriedad levitando unos pergaminos -. Rainbow Dash soltó algo que sin querer, nos hizo pensar en una posible razón de lo que ocurre con Sunset Shimmer.

-Twilight es la Princesa de la Amistad y quiere mucho a Sunset- habló Cadence, ayudando a Luna a buscar algo en los pergaminos -. Pero eso mismo la está limitando a ayudarla. Involucrar los sentimientos hace difícil mantenerse imparcial.

-Sabes que si acertamos en lo que teorizamos, tendremos que decirle a Twilight la verdad que le hemos estado ocultando- conversó Luna desprendiendo la mirada de su lectura y miró a Celestia -. O más bien tú.

-Luna…- murmuró, incomodada.

-Será mejor que me quede aquí el tiempo suficiente- aclaró Cadence -. Shinning puede gobernar sin mí el Imperio de Cristal hasta que yo…

-Cadence- le interrumpió Celestia -. Por favor. Estás en cinta. Es suficiente preocupación la que tienes con tu pueblo como para que…

-No soy una inútil- se quejó ceñuda. -. Y Twilight es mi cuñada, mi hermana, y entiendo cuán confundida puede estar si se le dirá la verdadera razón de su…

-Sé que no es sencillo- interrumpió Celestia.

-¡Claro que no!- levantó un poco la voz, pero la fue alzando mientras hablaba: -. Un día eres una pegaso viviendo tranquila con un pueblo que la quiere y al siguiente, tengo una magia guardada que detectaste, me haces tú estudiante sin revelarme que tus intenciones era descubrir si tenía la magia alicornio hasta que despertó y me convertí en uno. Sabías lo asustada que estaba, lo confundida y tan desorientada. Me dejaste marchar del castillo, después volví, aún así nada ¡Nada! ¡Sin decirme nada de todo hasta el día en que recuperamos el Imperio de Cristal!- concluyó asentando con fuerza sus cascos delanteros al suelo.

Para al terminar de hablar, había levantado lo suficiente la voz para que la última letra retumbara en toda la espaciosa sala. Cadence estaba mirando enojada y ceñuda a la alicornio blanca, agitada del mismo mal humor y reproche, hasta que se dio cuenta de su arranque y suavizó el rostro, tratando de calmarse porque no debía tener este tipo de enojos en su periodo de gestación, llevándose un casco hacia su vientre, como disculpándose con su bebé, mientras sentía el casco de Luna rodearla en un abrazo.

-Y por eso no te quiero aquí- habló Celestia con serenidad y pausadamente -. Es demasiado y no queremos que pases malestares. Mereces un embarazo tranquilo.

-Tía, yo…lo sien…

-Está bien- le interrumpió.

-No lo está. Yo lo siento mucho. En serio- le dijo apartándose de Luna para acercarse a Celestia. -. Lo lamento. Ya lo habíamos dejado atrás, yo…

-Cadence- emitió con mucho cariño sonriéndose y la recibió con sus alas, abrazándola. No importaba si ya era una adulta, si era una gobernante, si tenía un esposo y pronto sería madre. Siempre, la vería cómo la dulce pegaso rosa que invocó con su magia al ganar su Cutie Mark de amor -. Entiendo si aún estás enojada- le dijo maternalmente, arropándola con sus grandes y suaves alas y Cadence se dejó, apoyándose en su pecho.

-Sólo…quiero estar aquí. Por Twilight.

-Lo sé.

-Yo no tuve a nadie que entendiera mi posición…pero ella sí, me tendrá a mí porque pasé por lo mismo, bueno casi lo mismo. Pero soy su caso más cercano.

-Tienes tanto amor, Cadence- aludió apartando la cabeza que había posado sobre la de su sobrina para mirarla -. Es un amor puro y limpio el que tienes por todos, en este caso, tu cuñada. Pero no puedes descuidar tu salud con más preocupaciones. Ella no estará sola. Tendrá la ayuda que necesita. Estoy yo, Luna, Las manes, ahora Moon White- al mencionar a este último, no evitó crispar un poco el rostro.

-Ja. ¡Cómo olvidarlo!- soltó Luna rodando los ojos, burlándose de su hermana, rompiendo el momento que compartía con su sobrina. Clásico de su hermana menor buscando cómo molestarla -, ése casi te hace soltar la sopa, Cely.

-No me lo recuerdes- murmuró con un gesto de reproche.

-Cómo olvidar el día en que en serio acorralaron a la Princesa Celestia, bueno, una de algunas, otra fue cuando desapareció Sunset y descubrió el espejo. Ese tipo con sus buenas preguntas te hicieron sudar. ¡Y era un alumno de último curso de tu Escuela!

-Insisto-farfulló mirando con cierta molestia a Luna, quien disfrutaba verla irritada mientras Cadence salía de sus alas y se erguía para escucharlas -. No me lo recuerdes, hermanita.

-Debo recordártelo. Ya que por eso, desconfiana tanto de la Corona y nos tiraba la puerta en la cara cuando descubrí su mejor hechizo en sueños.

-E irónicamente e amigo de Twilight ahora- pensó pero entonces dudó -. Y Twilight pertenece a la Corona.

-Pero Twilight…no es como nosotras, admítelo- exclamó para murmurar -. Para empezar, no oculta cosas.

-Pero eso no quita que pertenece a la Familia Real, que es su Princesa. Es una y él desconfía de las Princesas.

-Insisto- exclamó Luna mientras se daba vuelta y levitaba los pergaminos -. Ella no es como nosotras. Tiene un modo de sobrellevar su cargo de forma distinta a la nuestra. Eso la hace diferente, y fue lo que lo convenció.

-Y yo insisto- continuó Celestia mientras Cadence escuchaba con atención ambas partes -. Sea como sobrelleve su status de Princesa, Twilight pertenece a la Corona y él me dejó claro aquella vez que jamás se inclinaría ante las Princesas y rompió el compromiso de lealtad ante nosotras, por eso nos trataba sin el respeto protocolario que normalmente los súbditos nos ofrece y, pues, nos echaba de su casa y debíamos retener a los guardias ante su indignación del trato que nos daba.

-Ay, hermana…- suspiró Luna con paciencia -. Era un adolescente haciendo un berrinche porque no contestaste sus preguntas para su tesis. Además, creí que confiabas en las decisiones de Twilight como Princesa, entre ellas confiar en Moon White, pero veo que aún lo recelas, ¿cierto?

-¿Y por qué tú no y pareces defenderlo tanto?

-Para empezar, salvó de que mi magia alicornio vagara por allí el día en que crucé el portal en mi estado en magia y de que me dejara con la insuficiente para cumplir mi rol como Princesa de la Noche y Guardiana de los Sueños que como tal, créeme- comentó con una suave sonrisa -, él no tiene malas intenciones con Twilight.

-¿Sueña con ella?- dudó arrugando la frente.

-En realidad no. Cada pony tiene un mundo onírico al que puedo acceder para protegerlos y aconsejarlos ante las pesadillas- recordó -. El de Moon White, siempre ha tenido sueños que involucren cosas que pasó durante el día que su subconciente recepta como importante o bueno, y ahí es cuando entre sueños descubre algo que no percató despierto. Como últimamente ha pasado tiempo con ella, soñaba recuerdos que había pasado durante el día con Twilight y créeme, no hay nada malo allí. Se han vuelto buenos amigos. Por eso te digo que Twilight es diferente.

-Al menos para él- murmuró Cadence.

-¿Dónde está ese pergamino?- se quejó Luna.

-Si no lo encontramos, sólo tendré mis recuerdos- avisó Celestia -. Pero me gustaría tener el pergamino en mis cascos. Son casi más de 2000 años que ocurrió, tendría al menos la edad de Twilight, aún tenía mi crin rosa y descubría la magia que crecía en Equestria mucho antes de que lo poblaran las tres razas de ponies. Mi memoria no conserva tan frescos esos hechos.

-La edad pesa hasta en los inmortales- se burló Luna. -. En especial a ti, Cely, que eres la más vieja de entre todas. El hijo de Cadence en vez de "tía" deberá decirte "abuela".

-¿Te encanta fastidiarme, cierto?- preguntó ceñuda.

-Tú sabes que sí- le sonrió en juego y Celestia le rodó los ojos para revolver su melena con mucho cariño, como si fuera una potrilla otra vez mientras Luna se dejaba, cerrando los ojos con una liviana risa.

"En serio me alegra haberte encontrado esa noche en la orilla del lago" pensó para sí misma la alicornio blanca, sonriendo con infinito amor a su hermanita, amor que percibió Cadence con una sonrisa.

Cheese estaba tranquilo, demasiado tranquilo y normal en su vida… ¡Odiaba que estuviera tan tranquilo! Verlo ahí sentado, en una banca de la zona de descanso, conversando con Caramel. ¿Por qué estaba tan tranquilo y ella tan intranquila? Movía los dedos en ansiedad, y hacía un tic en la comisura derecha de su boca, levantándola cada tanto, taladrándolo con la mirada fría. Siempre le había gustado su cabello. Su esponjoso, loco y café cabello. Era muy hermoso, debía ser muy suave al tacto, pero nunca lo sabría. Pero en este momento, ¡Lo odiaba! Odiaba tanto ese cabello. Era horrible. Espantoso. No debía estar en su cabeza. Así que abrió su mochila y sacó unas tijeras. Sonrió anchamente, con una aguda risita profunda mientras se ponía en pie y caminaba donde el joven estaba sentado, dándole la espalda. Su risa empezó a ser más profunda. La sonrisa se alzó bastante y sus ojos se abrieron más mientras con unos imposibles movimientos rápidos con sus manos, le dio unas tijereteadas, haciendo que todos sus rizos locos cayeran al piso, Caramel quedara pálido y boquiabierto a un extrañado Cheese, que sentía frío en su cabeza…ahora calva.

El chico se llevó las manos a su pelada, abrió los ojos en pánico y lanzó un grito mientras Pinkie Pie se carcajeaba a todo pulmón con los brazos hacia arriba durante un fondo negro donde se estrellaban rayos y relámpagos.

-Me siento demasiado observado- comentó Cheese a Caramel mientras se rascaba el cuello.

-¿Sabes? Yo también- le dio la razón y ambos voltearon, para ver a una extraña Pinkie Pie de cabello lacio de rosado opaco, sentada en una banca de atrás, riéndose sola, abriendo y cerrando unas tijeras en su dirección. -. Rayos, ¿eso es normal? Aunque bueno, hablamos de Pinkie Pie y nada de ella es normal- comentó para mirar a un ceñudo Cheese, desaprobando el comentario -. Quiero decir…eso es parte de su encanto, ¿cierto?- quiso reparar el daño con una sonrisa tensa.

-Oye, Pinkie- llamó Rarity caminando hacia ella.

-¡¿Qué?!- gruñó ceñuda y la boca estirada, mirándola con sus ojos bien abiertos mientras lanzaba aun tijereteadas. Rarity parpadeó, quieta.

-Oookey, querida- exclamó quitándole las tijeras con cuidado -. ¿Está todo bien? Digo, has estado muy callada y si hablas, es para ti y entredientes. ¿Algo te molesta?

-¿Molestarme? Nada podría molestarme, ¿Verdad, Señor Nabo?- preguntó sacando dicha verdura de su cabello para hacerlo hablar mientras lo movía de un lado a otro: -"Oh, claro que no, es decir, mañana es el último día de clases, el último para dejar listo todo para el baile e iremos a comprar los vestidos. ¿Por qué deberías estar enojada?"- ¡Exacto, Señor Nabo!- dijo ella lanzándolo por allí y se escuchó a alguien jadear del dolor -. ¡Yo siempre estoy feliz a vísperas del baile! ¡Mírame que feliz estoy!

-Emmm...- dudó la modista, incomodada -, no estoy segura de eso…

-¡Pues te lo aseguro!- chilló con forzada sonrisa, saltando de la banca juntando las manos- ¡Mira como nos reímos Rocky y yo!- exclamó mostrando en sus manos una pila de piedras montadas una sobre otra, para acercar su cara a ellas -. ¡JAJAJAJAJAJAJA!- soltó ruidosamente para dejar caer la pila y congelar la mueca para hacer el tic de la boca.

-Aaaahh…claro…oye, ¿Has visto a Applejack?

-No lo sé.

-Nadie la ha visto después de salir del examen.

-A lo mejor la secuestraron.

-¡Pinkie! No digas eso ni en juego.

-No estoy jugando. Apuesto que la durmieron y la llevan en un carrito.

-En serio estás mal.

-Apuesto todos mis dulces que fue Carrot Top que en secreto es una espía- sentenció segura cruzándose de brazos y asintiendo una vez…pero Rarity tenía una mirada escéptica con la boca entreabierta.

-Okey. Oficialmente perdiste un tornillo- exclamó incrédula tomándola de la mano para llevársela -. Vamos a la Enfermería a que te recuestes. El estrés de los exámenes y la organización de la fiesta ya te tiene mal- comentó para hacer sonar la boca y murmurar para sí -. Carrot Top…como si esa dulce chica tuviera hielo en las venas para esas cosas…esa sí que estuvo buena…

-¿Qué tal saliste en el examen?- preguntó Brawley acercándose a Mistery, quien estaba sentada en el suelo por un pasillo. La guitarrista andaba con un cuaderno abierto sobre sus piernas.

-Creo…supongo…quizás…tal vez…

-Buenos sinónimos- se burló con una sonrisa para sentarse a su lado e inclinar su cabeza hacia el cuaderno.

-No creí que nos tomaría preguntas además de dibujar- se quejó sin desprender la mirada del cuaderno y señaló un párrafo, torciendo el gesto -. Sólo que en la cuarta pregunta puse la respuesta equivocada.

-¿En serio? ¡Era la más fácil!

-Para ti, Cabeza de Tambor…- sonrió levantando la mirada hacia él y la cercanía de sus rostros congeló las palabras a salir, concentrando su mirada en sus ojos.

-¡Así se miraban mi hermana y su novio y ahora ella debe mandar arreglar por tercera vez su vestido de graduación por su loca panza de embazarada!

-¿Qué rayos?- exclamaron ceñudos y miraron pasar a su lado a dos mujeres de mantenimiento.

Una era rubia de cabello recogido en un alto moño y de flequillo algo desarreglado de los propios quehaceres, de ojos lilas con sutiles pecas regadas por su rostro, de labios rosa claro, moviendo la cabeza rítmicamente por los audífonos que usaba, cantando con voz baja pero aguda la estrofa de una canción moviendo las caderas en una actitud muy divertida y despreocupada; la otra, la que tiró el comentario, tenía el cabello corto café desmarañado, ojos cerezas y rostro enseriado como aburrida mordiéndose el labio inferior, apoyada contra la agarradera de una carretilla, lanzándoles una mirada de pocos amigos.

-No se hagan…- farfulló ella con molestia mientras continuaba su andar -…se puede oler sus hormonas desde un kilómetro de distancia…

-¿Quién se cree?- se quejó Mistery ceñuda.

-Ya sabes cómo es esa trabajadora…- le murmuró Brawley. -. Déjala.

-Pero se pasa ya- farfulló cruzándose de brazos.

-You say I'm crazy…I got you crazy…You're nothing but a… Womanizer…- coreó la canción la más alegre con una amplia sonrisa para continuar su marcha con su baile de caderas.

-Odio a Britney- se quejó la otra torciendo los ojos. -. Sólo quería que lo supieras.

-Brawly…- lo llamó Mistery.

-¿Sí?- preguntó con la mirada clavada en el baile de la rubia, para sentir un golpe tras su cabeza. -. ¡Auch, Mistery!- se quejó ceñudo regresando la mirada en ella, también con su entrecejo.

-¡Deja de verle el trasero!

-¿Ah, qué? ¡No es mi culpa! Lo mueve muy bien.

-¡¿Qué?!- se indignó.

-¡Que lo mueve muy bien!

-¡Y lo repites!

-Tú preguntaste.

-Eres un idiota- se quejó tomando su cuaderno y se levantó de allí para irse.

-¿Y tú cuando miras embobada a un chico?

-¿Qué? Yo no hago eso- se defendió continuando su caminata.

-¡Lo haces con Fla…!- gritaba pero se interrumpió a tiempo, mirando por el pasillo que había alumnos por allí, ya habiendo pasado un buen rato del primer examen. Mistery paró su andar y lo miró sobre el hombro. No le dijo nada, sólo regresó su mirada enfrente y continuó caminando -. Lo haces con él- se repitió para él mismo, mirando a un lado, incomodado.

-¿En serio?- se quejó la mujer de cabello corto hacia la rubia, metros más adelante -. ¿Britney Spears?- preguntó ladeando la cabeza hacia ella señalándole los audífonos y la otra le sonrió de lado, entrecerrándole los ojos, con suspicacia.

-I'm addicted to you. ¿Don't you know that you're toxic?- cantó una misma del repertorio de esa cantante y su compañera dibujó una sonrisa entre su semblante serio captando la referencia espía de esa canción, para detenerse en una puerta que llevaba a las escaleras que dirigía hacia la azotea de la escuela. Apenas ingresaron y se vieron solas, resopló -. ¿En serio acabo de sacudir el trasero frente a Brawley?- preguntó rompiendo su chispeante actitud por una mucho más seria. Una muy característica de cierta chica.

-Así es, Drop- se burló la otra. -. ¿Qué? ¿Aún no se lo sacudes a Cherry?

Bonbon torció la boca ceñuda con un gruñido.

-Eres insoportable.

-Por cierto- interrumpió subiendo con cuidado la carretilla por las escaleras -. ¿Cherry sabe tu verdadera identidad?

-No…

-No se lo has dicho.

-Debo mantenerlo bajo perfil, ¿Lo olvidas?

-Como se lo dijiste a Lyra.

-Y ves cómo resultó todo. Así que aprendí mi lección y es un error que no volveré a cometer.

-¿Entonces no confías en Cherry lo sufi…?

-Bueno, ¿A ti qué te importa? Limítate en subir a Applejack, Golden- refunfuñó con entrecejo.

-…- dudó mirándola de reojo.

*Flashback*

-"Aquí tienes, querida niña- sonrió el vendedor de la tienda estirando la bolsa de compra.

-Gracias- exclamó la joven sonriéndole -. Que tenga buena noche.

-Cuídate, dulzura.

La tienda del que salió quedaba a tres cuadras de su casa. La pelinaranja salió de allí de buen humor y sonrisa en el rostro. No pasaba de las cinco y se podía ver gente caminando por la calle de enfrente del que ella caminaba, que en un pestañeo, no se habrían dado cuenta del rápido movimiento de algo rodear fuerte la muñeca de la joven, para ser halada con violencia, obligándola entrar a una casa. Su agresor la lanzó al suelo, haciendo que los productos que tenía en la bolsa se dispersaran y antes de que pudiera reaccionar del golpe, se abalanzó sobre ella. Pero la joven logró levantar la rodilla para golpearle el estómago y aterrizar un puño, pero no se comparaba con la fuerza de su atacante. Éste le agarró la blusa y de un solo halón le rompió la línea de botones, abriendo la prenda, pero ella estaba toda fajada, por lo que no estaba descubierta del todo. Golden no dejaba de moverse, aterrizar cuántos golpes recordaba de su primeros entrenamientos, pero sólo lograba cansarse y dejarse dominar por la fuerza de los golpes del otro mientras lograba arrancarle la falda hasta dominarla y voltearla, quitando los corchetes de la faja con los brazos mal ubicados sobre su cabeza. Sólo en brasier y bragas, la arrinconó en la pared presionando las muñecas, apretándose a ella y respirándole sobre la cara. La garganta de la joven estallaba y sus lágrimales querían reventar, mirando a los ojos a su atacante.

-Te falta pensar más rápido ante situaciones como estas.

Golden dejó de curvar las cejas y destensó el cuerpo al reconocer la voz de su Superior. No lo había reconocido. La ropa, las facciones, el color de ojos y cabello…estaba muy bien disfrazado.

-Mostraste inseguridad al querer atacarme- dijo negando con la cabeza -. No puedes asustarte, entrar en pánico, te vuelve tonta, devuelve los golpes con torpeza. Te voy a ser sincero. Dudo de ti siempre. Si no apruebas hasta el entrenamiento final, quedas fuera de integrar al… ¿Estás llorando?- se interrumpió al ver a Golden descomponer el rostro y bajar la cara -. Hice una pregunta. Contesta a tu Superior.

-Usted…

-¿Yo qué?

-…es muy duro…

Golden mantenía la cabeza gacha, realmente empezando a llorando desconsolada, por un lado, lo hacía más de alivio. Alivio porque el ataque de violación sólo era un simulacro. Ya estaba advertida de ellos. Los famosos simulacros ante cualquier situación de riesgo. Hoy tuvo el primero y falló redondamente. Sabía que no debía llorar, pero no pudo evitar hacerlo. Empezó a hipar y jadear, ahogándose en sus lágrimas cuando sintió unas manos posarse a los lados de su rostro, levantándoselo y ver ese cara desconocida pero esa mirada en esos falsos ojos cafés, y voz, reconocía que era de su Superior.

-Novedad, Harvest- le dijo calmadamente, secándole las lágrimas con sus manos, sin ninguna malicia en tenerla acorralada en ropa interior -. El mundo tiene gente buena y gente mala que lo hace duro y es a la que vas a enfrentar. Esa es la parte del mundo que nadie quiere conocer, que no admiten que existe que cuando sale a la luz, se horrorizan y tiemblan, como tú ahora; ese es nuestro campo de trabajo, nuestra misión;r al menos reducir esa parte del mundo para que no exista y tú estás entrenando para eso. Debes conocer todo ese lado, por eso el entrenamiento a tu edad, para cuando sean adultos, conozcan todo ese lado del mundo y tener idea de lo que se van encontrar. Empecé por algo suave, un ataque de violación. Y créeme, con mis años de experiencia, que no has visto nada aún. ¿Entendido?

-S-sí, mi Superior.

-Ya debió pasar el minuto así que basta de lágrimas, ¿Entiendo?

-Entendido, mi Superior.

-El mundo es duro- le suspiró - y tú debes ser más dura que él. No puedes confiar en los demás. Tu pareja, Sweetie Drops. A ella le di este simulacro en la mañana y respondió mejor que tú, me dio buena pelea, pensó más rápido y aunque estaba asustada, eso no la detuvo. Aunque terminó en la misma situación que tú pero al menos no lloró, no fue más débil. Pero debes entender algo. En las parejas, una no puede ser mejor que la otra. Deben estar igualadas. Pensar, moverse y respirar al mismo tiempo. Predecir sus movimientos, como si fueran una sola persona. La una no puede detener lo que hace por salvarle el pellejo a la otra. Por su incompetencia. Las parejas son sólo herramientas de misión, Harvest. No son amigos así que más vale la alcances porque si te jodes, te jodes sola. Ahora vístete, coge tus compras y sal de aquí. Te veo a primera hora a entrenar para fortalecer tus falencias.

Golden secó sus lágrimas y obedeció. Mientras caminaba hacia su casa, empezó a refunfuñar la comparación que le hizo con Drops. No sólo pelearía por llegar a su nivel, sino hasta por el respeto y admiración de su Superior. De una forma si Sweetie se jode y ella no, le daría cierto gusto. El mundo era duro. No tenía tiempo para salvarla sino salvarse, aunque en el proceso estuviera salvando a los demás. A medida que llegaba a su cuadra, increíblemente divisó que una silueta familiar la aguardaba en las escalinatas hacia la entrada de su casa. Era Sweetie Drops, quien levantó la mirada apenas se puso frente a ella. La joven de cabello bicolor contempló esos ojos llorosos y rostro pálido, entonces se levantó y no dijo nada, sólo la abrazó.

-A mí me lo hizo esta mañana- se aclaró. -. Me asusté, Golden, mucho y yo…no tengo a nadie con quién hablar con esto. Sólo tú.

Hace unos minutos, su Superior encaró la fuerza de su pareja, hasta hacerle tener rabia y prácticamente tenerla de su competencia, rival, pero esa misma, era la que ahora la abraza con voz temblorosa. No era de hierro, tenía miedo, quería consuelo, igual que ella. No eran tan diferentes, como lo creía su Superior. Después de todo…

en algo estaban igualadas.

Harvest dejó caer la bolsa, vidriando de golpe los ojos y rompió de nuevo en llanto, apretando a su pareja en el abrazo.

-Lo sé. Yo también- balbuceó.

-Es muy duro.

-Lo sé también.

-Pero es…la vida que elegimos.

-Lo sé. El mundo es duro.

-No somos jóvenes normales.

-No…- jadeó, ocultando su rostro en su cuello.

-Pero vamos a ser más duras que él, juntas, apoyándonos las espaldas. Sólo querías que lo supieras, tú…no eres una herramienta, nos cuidaremos una la otra. ¿Está bien? Nos tenemos a nosotras, no será tan duro con nosotras contra el mundo- acordó y Golden quedó asombrada, esta sería la parte buena del mundo…dentro del lado duro, y realmente se sentía aliviada. No tenía a nadie a quien contarle todo la dureza que debía pasar y ahora, que tenía la bienvenida de Drops, al fin tendría a alguien a quien calmar el dolor. -. Será, nuestro secreto.

-Haremos…nuestras propias reglas…- exclamó aferrándose más al abrazo.

-Empezando… por ser amigas".

-No sólo somos pareja, Drops- exclamó Golden en contestación a su comentario defensivo, rompiendo el recuerdo para verla -. Me importa porque también somos amigas, ¿Lo olvidas? Tal vez no sea la misma Golden de hace cinco años, como tú no eres la misma Sweetie, aunque siempre fuiste de temperamento fuerte, pero, mantenemos la misma promesa. ¿Entiendes lo que digo?

-Sí- contestó, sin mirarla pero suavizando la mirada -. Porque nuestra amistad es la única parte buena del mundo…

-…en su parte más dura- le completó.

-Lo siento, Golden. Por contestar como lo hice.

-Descuida- le sonrió, llegando frente a la puerta de la azotea -. No tenemos la culpa de ser como somos- y dio una patada lateral al que abrió de golpe la puerta y recibió de golpe la brisa, haciendo danzar su falso cabello café. -. Porque es necesario.

Twilight sonreía, viendo con mucha dulzura al par de potrillos frente al campo de flores en un nuevo recuerdo de Sunset Shimmer. Mientras la unicornio había salido con Rarity, Twilight había aprovechado a dar nuevos vistazos en su pasado. De nuevo, vio su amargada rutina diaria; sin embargo, hubo un cambio. Ya que la potrilla empezaba a tachar los días para que llegara el sábado. Esto, porque empezaría recibir clase por Moon White. El sábado pasado no habían podido avanzar porque faltaba "algunas cosas", según el potrillo, y en vez de eso, le conversó las cosas que hacía en los cursos intensivos de magia por las tardes después de la escuela, de milagro, sin hacerle tantas preguntas. Twilight sabía lo que tramaba. Trataba de convencer a Sunset de asistir a esos cursos.

Twilight se reía de Sunset viéndola con su lazo rojo en su cuello, caminando en círculos ansiosa hasta que su cuidadora abrió la puerta para avisar la salida al parque y ella corriera fuera.

Apenas aterrizó al césped, caminó de prisa mirando hacia ambos lados, buscándolo con la mirada.

-¡Sunny!- la llamó desde el campo de flores agitando un casco, con una emocionada sonrisa y cargaba una alforja en su lomo

Sunset dejó salir una sonrisa igual de emoción pero la escondió dibujando un entrecejo mientras se quejaba que no la llamara así.

-Sí, sí, también me da gusto verte- sonrió el unicornio mientras la veía acercarse -. ¿Lista?

-Lista desde ya.

-Esto es genial. Eres mi primera estudiante- celebró aplaudiendo un poco. -. Así que no seas tan dura conmigo, que es mi primera vez como maestro.

-¿Estás consciente que sólo te pedí que me enseñaras un hechizo, cierto?

-Sip- contestó iluminando su cuerno para quitarse la alforja para ponerla delante de él, abrirla y sacar unas cosas, todo con su magia. Sunset abrió los ojos elevando la sonrisa.

-¡Ya puedes levitar!- le celebró pero se mordió la lengua -. Quiero decir. Pues ya era hora, ¿no? Es decir, yo hace mucho sé levitar objetos, además yo me…

-"levito entera"- repitió rodando los ojos mirándolo un poco molesto -. Eres algo presumida, ¿cierto?

-¿Y tú algo irritable, cierto?

-Decías un cumplido y te interrumpiste para alabarte a ti misma.

-Sí, ¿y?

-Sunset…- se quejó Twilight.

-Y…que haces mal.

-¿Disculpa?- se quejó ceñuda. -. No eres nadie para corregirme. Como si fueras tan mayor, ¿Qué edad tienes?

-Cumpliré nueve el siguiente mes.

-…- evitó contestar y él se sonrió.

-Eres menor que yo, ¿cierto?

-N-no- se quejó, cruzándose las patas delanteras.

-Awww- se burló pellizcándole un cachete -. Pues respeta a tus mayores.

-¡Sólo cumples años seis meses antes que yo!- se defendió apartándole el casco -. No es mucha la diferencia así que…

-Ya, ya, Sunny.

-¡Que no me dig…!

-¿Empezamos?- preguntó levantándole la ceja.

-De nueva la ceja levantada, ¿Cómo haces eso?

-¿Cómo? ¿Tú no puedes?

-¡Claro que puedo!- se defendió para mirar a un lado y murmurar -. Sólo que la otra ceja se pone celosa y se levanta también.

-¡Jajajaja!- se rió Moon White con ganas -. Eres…eres muy divertida. Jajajaja. La otra se pone celosa y se levanta también- recordó para reírse más y Sunset, que estaba escéptica, se sonrió mirándolo con mejor humor y soltó unas cortas risas para acabar expandiendo la sonrisa y liberar más cómoda las carcajadas, mezclándolas con las de él.

Twilight le pareció tierno y hasta graciosa la escena y también se puso a reír, cerrándosele los ojos pero entonces escuchó unos golpes que la desconcentró y al abrir los ojos, se encontró de nuevo en su habitación en el castillo.

-Buuu- refunfuñó arrugando la frente, escuchando que los golpes eran de su puerta -. Ya voy- avisó para acercarse y abrirla girando la perilla con su magia -. Cadence.

-Hola, Twilight- le sonrió -. Shinning y yo ya nos vamos.

-¿Ya?

-Así es. No podemos tener abandonado por tanto tiempo el Imperio de Cristal. Me hubiera gustado mucho quedarme más tiempo para ayudar pero…

-Lo sé- le interrumpió acercándola para un abrazo -. Tienes un Imperio que dirigir y además…- dijo apartándose para sonreír anchamente con los cascos juntos mirando hacia su vientre -. Un futuro sobrino que cuidar desde adentro. No debes esforzarte con tantas actividades y preocupaciones a la vez. Lo tengo bajo control y no estoy sola.

-Lo mismo dijo mi tía Celestia- comentó con una sonrisa -. Ven, despídenos en la salida del castillo. Shinning está esperándote.

-Claro- asintió saliendo del cuarto y a empezar a caminar por el pasillo con su cuñada.

-Y Twilight…

-¿Sí?

-Cualquiera cosa, si necesitas hablar con alguien sobre algo, por lo que estás buscando y todo eso, puedes escribirme enseguida o visitarme, o yo vendré enseguida. ¿Entendiste?

-Entiendo- aseguró -. En serio te ves más preocupada que yo, Cadence. Relájate. Por tu hijo.

-Lo sé, sólo te quiero mucho- le dijo rodeando una pata hacia ella -. Eres mi familia y me preocupo por ti.

-Estoy bien. Soy fuerte. Podré con esto.

-Lo sé- murmuró, juntándola más. -. ¿Hasta ahora cómo va el avance?

-Algo lento debo admitir pero estoy segura que la convivencia con las demás mejorarán a Sunset. Es decir, incendió esas páginas porque habría tenido un breve roce con Applejack mientras le hacía compañía en su lectura. Después de la pelea que tuve con Applejack, Sunset se distanció un poco de mí. Creo que quiso darme mi espacio para solucionar mis conflictos con mis amigas.

-Ya que ella es la discordia.

-Cadence…

-Pues lo es, Twilight.

-Tal vez pero por eso mismo pasará tiempo con ellas, para que no exista más esa discordia. Pasará la tarde con Rarity y me da tiempo para continuar según lo planeado. Además, puede que algo encuentre Moon White.

-¿Por qué? ¿Qué hará él?

-En un par de horas estará en Ponyville para cruzar el espe…- se interrumpió al ver que Cadence paró el andar para mirarla.

-¿En serio? ¿Lo dejarás cruzar?

-Sí… ¿Por qué reaccionas así?

-Bueno…no es por nada malo, sólo que…debes confiar ciegamente en él como para hacerlo cruzar a una dimensión distinta que es secreto de estado.

-Tal vez…digo, puedo confiar en el pony que entregó parte de su magia para salvar a Luna y a mí por mal usar su hechizo y que sea la razón por la que no tiene el control de su magia ahora.

-Oh, bueno - acordó mientras retornaban su caminar.

-Además, resultó ser un buen pony, algo terco y orgulloso, pero al final, un buen amigo- agregó continuando el andar para soltar una risa, risueña, pero arrugó la frente al sentir el fuerte calor de una mirada y levantó la cabeza para ver a Cadence, quien la miraba divertida con una sonrisa -. ¿Qué?

-…- calló devolviendo la mirada enfrente.

-¡¿Qué?!

-Nada, cuñada, nada- murmuró sacudiendo la cabeza bajando las escaleras hacia el salón principal. -. ¡Shinning, aquí la traigo!- avisó a su esposo que estaba al final de los escalones, quien expandió sus patas delanteras para recibir a su hermanita en un abrazo de despedida, haciéndola girar entre ambas risas y Cadence sonreía muy enternecida, en especial mirando a Twilight.

-No está nada mal- comentó Sassy Saddles, la esbelta unicornio de crin naranja con franjas amarillas, ojos naranjas brillantes y pelaje azul persa. La gerente de Carrusel Canterlot miraba junto a Rarity a Sunset Shimmer levitar un sombrero purpura decorada con una orquídea a un lado, sobre el maniquí con un conjunto que ella combinó. -. Ha sabido captar el estilo del Carrusel Canterlot.

-Demasiado…- coincidió intrigada -. Sunset- la llamó acercándose a ella.

-Oh, lo siento, ¿No te gusta?- se disculpó quitando el sombrero.

-No, no es eso, es sólo que…las prendas que elegiste y las combinaciones, cumplen con la visión de nuestra boutique y me da curiosidad cómo captaste nuestro estilo si, ya sabes, es la primera vez que lo visitas.

-Ahm…bueno, para ser justas, mi Rarity tiene tus gustos- se explicó, regresando el sombrero a la cabeza del maniquí -. Y pues, yo solía modelar para ella ya que al resto no les gustaba servirles de modelo. Así pasábamos la tarde entre charla y charla, bromas y risas- sonrió con nostalgia, mirando su obra terminada -. Cuando me dijiste que ayude a vestir los maniquís, me pregunté: ¿Qué le gustaría ver a mi Rarity? Y pues, salió esto.

-¿"Mi Rarity"?- dudó Sassy hacia la modista, quien se limitó en darle unas risitas cuando vieron por las vitrinas del local, a varios ponies correr en cierta dirección.

-¿Qué sucede?- preguntó Rarity.

-Ah, debe haber llegado para su función- sonrió la gerente animadamente -. Es una unicornio que está de paso en Canterlot esta semana. Viene a esta hora por esta calle a dar actos de ilusión en su tarima que tiene en su carreta. Pero más que nada es para los potrillos y les pinta caras.

-¿Ilusión?- corearon Rarity y Sunset, mirándose mutuamente para salir de la boutique inmediatamente.

-Por Celestia…no pensé que les gustaba tanto las ilusiones- comentó para sí la unicornio azul.

Tanto Sunset como Rarity galoparon siguiendo a los ponies que ya con sonrisa en el rostro, se acercaban al colorido escenario de una carreta, en donde varios potrillos ya estaban sentados, aguardando con emoción la función cuando una voz empezó a hablar:

-No se desesperen más. Ya vino por quien demandan, y vino para deleitarlos con su magia y los mejores cuentos que ha escuchado en cada paso que ha dado por Equestria y otras lejanas tierras. Siéntanse afortunados de estar en primera fila para admirar los fabulosos y encantados dotes de…- y una enorme cortina de humo rosa se expandió por el escenario, seguido de varios fuegos artificiales reventarse sobre las cabezas de los presentes mientras aparecía la dueña de la voz en pleno centro del pequeño escenario -. ¡La Gran y Poderosa Trixie!- vociferó la unicornio azulada con sonrisa ancha y ceño firme, con su sombrero de punta y capa purpuras de estrellas, iluminando su cuerno y haciendo aparecer tallos de flores que lanzó hacia el público infantil, quienes elevaron sus cascos y celebraban su aparición con los adultos sonriéndose con su carismática actuación.

-Trixie…- dijo Rarity, para mirar a Sunset, quien tenía los ojos agrandados, mirando la contraparte pony de su mejor amiga.

Pinkie Pie andaba un poco ansiosa durante el almuerzo. Movía un pie frenéticamente y enrollándose con el dedo índice un mechón de su lacio y rosado cabello mientras con la mano libre hacía chocar su cuchara contra el borde de su vaso de jugo, haciendo un sonido delicado pero que ya empezaba a ser molesto. Sus amigas tenían diferentes caras de hastío mientras trataban de comer su almuerzo.

-Pinkie Pie…-resopló Rarity acariciándose la sien -…si quieres ir al baño, hazlo.

-No…quiero ir al baño- respondió aun con esos movimientos de ansiedad con la frente bien arrugada y la mirada hacia algún lado de la Cafetería.

-¡¿Entonces qué rayos te ocurre?!- se sulfuró Rainbow Dash colocando los codos sobre la mesa y agarrarse sus cabellos, desesperada -. ¡Me tienes con los nervios de puntas! ¡¿Y dónde diablos se metió Applejack?!- preguntó señalando el asiento que usualmente usa la vaquera, ahora vacío junto con el que fue el de Sunset.

-¡Yo soy quien está con los nervios de puntas!- exclamó ceñuda Pinkie desviando la mirada hacia ella.

-Pero…emm… ¿Por qué?- preguntó Fluttershy con cuidado y Pinkie Pie le tiró una mirada asesina deteniendo el choque de la cuchara.

-¿Por qué? ¡¿Por qué?!- chilló inclinándose hacia ella -. ¡¿Me estás preguntando por qué?!- rugió más fuerte abriendo más los ojos amenazándola con la cuchara, como si fuese un cuchillo.

-Ehh…- dudó intimidada y asintió lentamente.

-¡PUES PORQUE CHEESE ES UN IDIOTA!- chilló en un grito desesperado que hizo eco en toda la Cafetería.

-Te llaman- se burló Caramel hacia su amigo de cabello rizado café en su mesa, quien se atragantó al escuchar el grito.

-No la culpo- opinó Flash dándole palmadas en la espalda de Cheese para que se recuperara del ahogo. -. Tú y ella se gritan que se gustan con la mirada desde hace meses y no han hecho nada. Tú no has hecho nada.

-Teme arruinar las cosas- habló Soarin moviendo el contenido de su vaso en círculos y miró de reojo la mesa de Las Rainbooms, donde las chicas trataban de calmar a Pinkie Pie…pero sus ojos se posaron en Rainbow Dash. -. Teme arruinar algo genial.

-¿Y porque ese miedo a arruinarlo?- preguntó Flash. -. Digo, no puedes estar peor que Thunderlane. El pobre chico intenta por todos los medios llamar la atención de Applejack que se saltó el almuerzo, y ustedes se tienen tan en sus narices, tan compatibles y comparten un envidiable química que estás desperdiciando en una tonta inseguridad.

Cheese se lo quedó mirando una vez que se recuperó del atragantamiento y levantó la cabeza cuanto escuchó el sonido de una silla arrastrarse que provenía de la mesa de Las Rainbooms. Pinkie Pie se levantó de su asiento con un celular y caminó hacia la salida de la Cafetería.

"Me gusta y no me daré por vencido, al menos haré el intento de demostrarle cuánto me importa" recordó las palabras de Thunderlane durante la sesión de estudio. Entonces se puso de pie.

-¿Sonata?- contestó Pinkie apenas sintió la vibración de su celular mientras salía de la Cafetería.

-¡No era tu energía!

-¿Ah?- dudó.

-Lo que sentí. No era por tu amor por Cheese. No era tuya, era de otro. ¿Sabes de quién? ¡No vas a creerlo! No te lo dije antes porque quise pasar tiempo con él a ver qué cambios ha tenido y es tan lindo y genial, ade…

-Sonata…seré sincera y por ahora no puedo concentrarme en lo que quieras decirme. Te llamo después y prometo escucharte, ¿Sí?

-¿Está todo bien?- preguntó con preocupación -. Te escuchas triste. ¿Estás triste? No estés triste ¡Me pongo triste si tú lo estás!

-Es sólo que…- suspiró, apoyándose en la pared -. No eres la única que no entiende del amor.

-Tú sabes lo que es eso. Lo sientes por Cheese, ¿O no?

-Sí pero…no entiendo cómo lidiar con esto. Es una sensación divertida, genial y que hace feliz.

-Sí…sí…

-Tu corazón brilla y esa felicidad cubre todo tu cuerpo.

-Ajám.

-Pero… ¿Entonces por qué me siento tan triste?- murmuró -. ¿Por qué el amor me pone muy triste, Sonata? Cada que me encuentro con Cheese para organizar el baile y eso…me siento muy molesta.

-Se supone que amor es felicidad…- pensó en voz alta.

-Sí…

-Y estás triste y enojada.

-Sí.

-¿Entonces…ya no lo quieres?- dudó.

Pinkie Pie abrió la boca para contestar pero entonces unos pasos le hicieron levantar la cabeza, para mirar a Cheese acercarse a ella.

-Sí lo quiero…- contestó, sintiendo ese cambio en su cuerpo cuando él estaba cerca pero se puso ceñuda -…pero me enoja…

-¿Lo quieres pero te enoja? Pero el amor es felicidad, no tienes por qué enojarte ¡Estoy confundida! Nunca voy a entender el amor- se frustró, decepcionada.

-Te llamaré después de clase.

-Bien- y colgó.

-Pinkie Pie, lo siento- exclamó enseguida apenas la vio colgar. -. Te he lastimado, ¿cierto?

-No… no sé de qué hablas.

-Acabas de gritar frente a toda la Cafetería que soy un idiota.

-Ah…eso…sí, eso hice…- curvó las cejas -…y lo siento pero es que me siento muy confundida y preocupada y molesta y triste y…

-Es porque no te he invitado al baile, ¿cierto?

-…

-Pinkie…- empezó -…soy estudiante de intercambio y me voy el domin…

-Lo sé- le interrumpió desviando la cabeza.

-Yo…- se interrumpió tragando saliva -…te quiero…

-Yo también- murmuró en voz baja, aun sin mirarlo.

-Sí pero…te quiero de forma especial…

Pinkie tenía la mirada a un lado y cabeza gacha, pero sintió una mano posarse a un lado de su rostro que se lo movió para que lo vea de frente.

-Me gustas- se declaró, acariciando su mejilla ahora sonrojada mientras de golpe su cabello volvía a ponerse del color rosa fuerte y se esponjaba con sus locos risos-. Me gustas mucho…desde siempre- continuaba. posando su frente con la suya -. Eres la chica que más me hace feliz, la única que le ha dado a mi corazón una clase diferente de felicidad…pero nunca tuve el valor de declararme porque…

-…te ibas a ir de todas formas…- le adivinó. -. Te ibas pero yo me quedo…

-Sí. Creí que si estábamos juntos y después me iba…debíamos romper y arruinaría la hermosa amistad que creamos. No quería perderte…me daba y aún me da mucho miedo pensar la idea de perderte, pero entonces alguien dijo sobre demostrar cuánto le importas a alguien y tú, Pinkie, me importas demasiado y, al menos quiero que sepas que eres la chica más dulce y divertida, con los más bonitos ojos celestes, en realidad, hasta tú forma de decir que soy un idiota es bonita.

-Cheese…- sonrió suavemente -…aunque te vayas…tú no me perderás…- y se le abalanzó en un abrazo, pegando a un lado de su rostro sobre su pecho -. Porque también te quiero de forma especial.

Cheese le devolvió el abrazo, aliviado, posando sus manos sobre su cabeza para acariciar su suave y esponjado cabello.

-Lamento mucho hacerte enojar- le susurró -, si te lastimé, pero quería evitarnos un sufrimiento cuando sólo quiero hacerte sonreír.

-Tú me haces feliz- aseguró apartando su rostro de su pecho para mirarlo de frente.

-Y tú a mí- elevó la sonrisa.

-Entonces…vale la pena intentarlo… ¿No lo crees?

-Y mucho- sonrió apretándola más, con el corazón latiéndole más fuerte que nunca -. ¿Sabes qué me haría más feliz en estos momentos?

-¡¿Un cupcake?!- quiso adivinar sacando el postre de la cabellera de él.

-Además de eso- sonrió divertido -. Que seas mi pareja en el baile.

-¡Eso es mejor que un cupcake!- chilló tirando el postre tras de ella y se colgó de su cuello -. ¡Sí, claro que iré contigo! ¡Y desharé el plan de entrar a tu cuarto por la madrugada para dejarte calvo y hacer cupcakes con tu cabello y hacértelos comer!

-¿Eh?- dudó.

-¡Que te quiero muchísimo!- apaciguó el comentario para besarle la mejilla y mirarlo de frente, compartirse una mirada tierna con ambos sintiendo el calor de sus mejillas sonrojadas.

Había pasado demasiado tiempo desde la última vez que había viajado a Ponyville. Bueno, Moon White no contaba como "visita" cuando fue traído por Discord para llevarse el buen susto de su vida al ver a la Princesa Luna y Twilight descomponerse mientras perdían el control del hechizo, y con él, su magia.

Estaba sentado en una de las acolchonadas sillas en un vagón del tren, mirando hacia la ventana mientras terminaban de ingresar los pasajeros. Parpadeó lentamente. Le había entrado ganas de cerrar los ojos y hundirse en un profundo sueño. Tenía su cabeza apoyada en un casco, mirando hacia la ventana cuando levantó un poco la cabeza arrugando la frente al reconocer a alguien. Miró a ese alguien extrañado pero aun así le ofreció una sonrisa y saludó sacudiendo un casco. Apartó la mirada de la ventana para apuntar los ojos hacia la entrada del vagón, en el que poco rato vio ingresar a Twilight.

-¿Qué haces aquí?- le preguntó el unicornio.

-Pues, debo ir a Ponyville para cruzar el espejo contigo mientras Sunset pasa la tarde con Rarity- obvió mientras se acercaba para sentarse frente a él.

-Sí, sí, lo sé, pero eres una Princesa.

-¿Y?

-Estás usando el tren público.

-Aún no entiendo por dónde quieres llegar.

-Pues como tal debes tener tu carroza alada por pegasos respaldada por guardias, o el mismo tren exclusivo de la realeza, igual de asegurado y tú…- se interrumpió mirando a los lados y tras de ella -. Vienes sin guardias. En realidad, siempre vienes sin guardias. Por eso es que siempre olvido que eres Princesa. No eres nada protocolaria. Además no usas tu corona y accesorios como las demás.

-Bueno, no me agrada del todo tener guardias siguiéndome donde quiera que vaya y usar esos privilegios, si bien puedo usar el tren como cualquier otro pony. Tampoco eso de andar con las tradicionales joyas de la Corona. Apenas y me acostumbro al castillo.

-El cual ese sí debe estar respaldado por guardias.

-Bueno…- dudó con una sonrisita y él frunció el ceño con ojos sorprendidos.

-¡Twilight!- se quejó.

-¡¿Qué?!

-¿Cómo puedes ser tan imprudente?

-¿Disculpa?- arrugó la frente llevándose un casco a su pecho.

-¿Un castillo sin defensa? ¿Es en serio? Cualquiera podría entrar y…

-Pues es el Castillo de la Amistad- le interrumpió, firme -. Y cualquier pony puede entrar. Hasta la biblioteca está abierta para todo aquel que quiera estudiar o averiguar algo, por eso Spike se quedó para atender y dar la bienvenida a quienes ingresan mientras no estoy.

-Pero cualquier envidioso o lunático podría entrar y ¡Yo qué sé! ¿Robar tu corona tal vez y trasladarlo a otro mundo? ¡Oh, sí! ¡Eso ya pasó!

Twilight se lo quedó mirando cortando de hecho lo que tenía pensado decir. Eso fue un ataque a Sunset…aunque torció gesto reconociendo que tenía razón en cierto punto. Pero aparte de eso, lo veía expresarse alterado, como indignado, hasta se sentía...¿Sermoneada?

-¿Qué clase de guardias tienen ustedes?- se quejó, ceñudo -. Estabas en el Imperio de Cristal cuando sucedió eso. Al menos no te lastimó pero mira en el embrollo en el que te metió, las consecuencias de haber llevado un elemento de armonía que es por la misma razón por la que me pides cruzar el portal- sacudió la cabeza para señalarla con un casco -. No puedes andar por allí sin guardia- continuó el unicornio hablando, más que enojado, parecía preocupado -. Un día de estos estás dando un paseo y querrán secuestrarte, o abusar de tu magia o de tus poderes que tienes como Princesa de Equestria o…

-Con razón Minuette te apodó Señor Preocupón, ¿Te estás escuchando?- le interrumpió con paciencia.

-Sí, lo estoy- le respondió, mirándola, pero entonces la vio mejor, con ese porte firme, seguro, mostrando templanza que la hacía ver alguien fuerte, recordando que no hablaba de cualquier pony. Hablaba de ella precisamente. -. Sí, me estoy escuchando…y estoy equivocado- suspiró recostándose en el espaldar de su silla mirando hacia la ventana mientras el tren empezaba a marchar -. Tú no necesitas que te protejan. Has atravesado peligros más de una vez, uno peor que el otro y estás aquí, sana y salva, y Equestria también.

-Pero…- le incitó y él le devolvió la mirada arrugando la frente -. Siento que hay un "pero" atravesado allí.

Él la miró un momento para sacudir la cabeza y regresar la mirada en la ventana.

-Pero eso no evita que los demás dejen de preocuparse por ti.

-¿Hoy es el día de "preocúpense por Twilight"?- quiso hacer chiste -. Cadence también mostró preocupación por, bueno, tener bajo mi tutela a Sunset.

-No la culpa- murmuró entredientes para aclarar la garganta y verla mejor -. ¿Cómo vas con los recuerdos?

Twilight contó los saltos en los recuerdos como la información del Bosque Everfree donde fue abandonada Sunset y podría haber algo que delate alguna magia oscura por lo impredecible que es. Sin embargo, su voz fue bajando de intensidad de información al ver que el unicornio frente suyo empezaba a cabecear y parpadear de forma lenta.

-¿Mala noche?- se interrumpió y él respingó un poco.

-No, no, lo siento, perdón- balbuceó restregándose los ojos para abrirlos y cerrarlos varias veces dándose leves golpes en la cara para despertarse -. Continúa.

-¿Entonces te duermes en los viajes?

-La verdad…

-Entonces…- arrugó la frente -. ¿Aún sigues afectado por lo que te ocurrió ayer? ¡Moon White!- reprochó -. Me dijiste que te sentías bien.

-¡Lo estoy, en serio! No me dejaste terminar de hablar. Viajar me hace dormitar. Es todo. Punto. Pero no me voy a dormir- y se estiró los párpados -. Tienes mi atención.

-Te ves realmente cansado. Te hubieras quedado dormido hace rato si no fuera porque estuviera hablando.

-No me dormiré.

-Te vas a quedar dormido.

-No lo haré- aseguró con firmeza.

-Aish- suspiró pero con una sonrisa -. No seas terco. Aprovecha y duerme hasta llegar a Ponyville.

-Puedo estar despierto y apuesto por eso. ¿Qué es lo que más te gusta?

-¿Eh?

-¿Qué te gusta?- insistió.

-Ahm…- dudó pensando rápido -. ¿El helado de vainilla?

-¡Pues bien! Si me quedo dormido, cosa que no pasará, te debo por todo un año saciar tus ganas de helado de vainilla. No importa si vivo en Canterlot y tú en Ponyville, vendré expresamente a cumplir y sólo es una hora de viaje.

-¿Es en serio?- se burló sonriendo de lado.

-Muy en serio, porque sé que no me quedaré dormido- confirmó cruzándose de cascos. -. Ahora, sigue hablando.

-No.

-¿Qué?

-Te has mantenido despierto porque estoy hablando, pero si estoy callada, te vas arrullar más y quiero ver cómo pierdes lo que tú mismo apostaste.

-No va hacer así- la retó con la mirada y ella también lo hizo cruzándose de cascos.

-Es un reto entonces.

No pasó ni quince minutos y mientras miraba absorto el paisaje ya acercándose a Ponyville, Moon White comenzó a cabecear. Twilight se contenía, haciendo el menos ruido posible para verlo perder. Veía sus ojos cansados parpadear con lentitud, su rostro suavizado y somnoliento, y cómo de a poco, se abandonaba hasta cerrar los ojos e inconscientemente se acomodaba de su posición y quedarse quieto, dormido, con la respiración tranquila inflando su pecho para salir suave de su nariz, envolviéndolo una serenidad que la alicornio contempló por un momento.

-Terco- murmuró ella, sonriéndose, y levitó un libro para entretenerse.

-Doce y cuarenta y cinco. Pasillos despejados. Hora de almuerzo. ¿Posiciones?- preguntó Carrot con su apariencia habitual de siempre en la azotea de la escuela.

Desde debajo de las escaleras del campo de futbol, Bonbon asintió tocándose el audífono de su oreja, escuchando claro.

-Conserje dormido e hipnotizado. Mujeres de mantenimiento dormidas e hipnotizadas. Cámaras encendidas. Excelente señal- avisó -. ¿Audio?

-Claro y sin ruido- corearon ambas.

-Ya está subiendo las escaleras- avisó Bonbon viendo la pantalla de la laptop frente a ella.

-Lo oigo- aseguró para darse vuelta con una sonrisa orgullosa mientras la puerta apenas se abría y aparecía Thunderlane -. Misión cumplida- anunció.

-¿En serio?- se maravilló acercándose a ella -. ¿Mi plan de celar a Applejack funcionó?

-Técnicamente, sí- contestó sonriendo con su segunda para hacerse a un lado y….

-¡¿Está muerta?!- reventó el chico al ver desmayada a Applejack, atada de brazos y piernas en una silla y Carrot se carcajeó. Su gesto entumecido y pálido valía oro.

-No seas tonto. Claro que no- le dijo para sonreírse de lado con malicia -…aún…

-¿Qué?

-¿En serio creías que hacer como que me gustaras la convencería de considerarte buen partido?- preguntó enseguida, incrédula -. ¿Ese era tu brillante plan?- se sonrió para decir con broma personal: -. Al menos ese plan funcionó para MI plan.

-¡¿Qué le hiciste?!

-Mirémoslo de la siguiente manera: La única forma de que Applejack salga contigo es que te conviertas en un tirano rey y la secuestraras…lo primero nunca sucederá y lo segundo, ya está hecho.

-¿Qué quieres…?

-Pues dime dónde dejarla para que le dé el síndrome de Estocolmo y termine siendo tuya hasta el final- se burló con una sonrisa.

-¡Carrot, ¿Cómo pudiste?!- se quejó Thunderlane. -. ¡Eres Carrot…la tierna y dulce Carrot Top!

-Esto se pone bueno-escuchó Carrot la voz de Bonbon a través de un auricular prácticamente invisible en su oído.

-Y se pondrá mejor- le contestó para volver con Thunderlane -. ¿Dónde la quieres a la final para que puedas pagarme e irme?

-¿Hay dinero de por medio?- dudó Bonbon.

-¿En serio crees que voy a pagarte después de semejante tontería?- se quejó el chico.

-Eh…sí- obvió ella.

-Pues fíjate que no lo haré. ¡Es una locura lo que acabas de cometer!

-Hazlo hablar- avisó Bonbon en el auricular.

-¿Por qué, Thunderlane?- le preguntó Carrot parpadeando con ingenuidad y tierna apariencia -. Creí que es lo que querías.

-¡No me pongas esa cara de agricultora dulce!- se quejó -. ¡Planeaste secuestrar a Applejack! ¡Estás loca!

-Tiene un punto- se burló Bonbon y Carrot la insultaba en su cabeza sin salirse de su papel.

-¿De qué te quejas?-le preguntó al chico. -. Le haremos ceder a la fuerza- sonrió tirando unos buenos ganchos.

-Te pedí hacer que Applejack sienta celos para que se admita que le gusto ¿Pero qué hiciste? ¡La traes inconsciente y con la idea que la secuestre! ¿En la azotea? ¡¿Qué tienes en la cabeza?!

-Pues nadie sube aquí y sólo hasta el baile…no tiene que ser toda la vida- sonrió con malicia -, a menos que…

-¡No! Y punto. No te pagaré.

Carrot le frunció el ceño y levantó una pierna para empujarlo sobre la boca del estómago, haciéndolo rebotar de espalda contra la pared donde estaba la puerta y ella se lanzara sobre él, presionando su cuello con su brazo, cortándole de hecho la respiración.

-Muy bien, amigo- amenazó Carrot-, o me pagas o te daré verdaderos motivos para creer que la dulce y tierna Carrot Top se ha ido.

Thunderlane la miró intimidado y ella soltó una sonrisa, apartándole el brazo haciendo que recupera la respiración.

-Bromeo…si no estás satisfecho con el servicio entonces es gratis- comentó.

-¿Quién… eres… tú?- jadeó -. ¿Y dónde está la dulce Carrot que todos se derriten de ternura al verla?

-Justo aquí- sonrió con ternura parpadeando, aguantando la risa de Bonbon en su oído. -. Y tranquilo…sólo estoy ayudando…

-¿Eso…significa que le explicarás a Applejack que todo fue un malentendido?- se aventuró a decir con una sonrisa torcida sobándose el cuello.

-Hasta aquí llega mi trabajo- avisó -. Ya el resto es problema tuyo cuando despierte.

-¡¿Qué?! ¡Me va a odiar por el resto de su vida!

-Y es mi problema porque…- jugó.

-¡Porque ese no era mi plan sino el tuyo!

-Lo hice para ayudarte…- comentó jugando con su cabello -. Lo único que puedo ofrecerte es ir al baile conmigo si la vaquera te odia- ofreció.

-No quiero ir al baile contigo.

-Nadie debería ir al baile contigo- comentó Bonbon a Carrot.

-¡¿En serio me dejarás solo en esto?!- le gritó Thunderlane para ya suspirar resignando -. Ella no va creerme que fuiste tú…ni yo me creería si alguien me dice que Carrot Top…¡Carrot Top! Hizo esto- se lamentó mirando a la inconsciente Applejack en la silla. -. No importa lo que haga, siempre terminaré haciendo tonterías… nunca la convenceré de que soy una buena opción…estoy demasiado abajo…

-Thunderlane…- lo llamó Carrot colocando una mano sobre su hombro, con sincera preocupación -. No seas tan duro contigo mismo. En serio creo que no eres tan mal partido.

-Porque lo investigaste- le dijo Bonbon y Carrot se hastío de sus comentarios y lanzó el audífono para no escucharla.

-Me hiciste rubia… y bailarle a Brawly… ¿Y ahora me ignoras?- se quejó Bonbon frunciendo los labios.

-¿Y si le mentimos?- propuso Carrot y él arrugó la frente viéndola -. Ya sabes. Para que ninguno de los dos salga perjudicado.

-Dudo que puedas idear algo para salir de esta. Además, no quiero mentirle… ¿Cómo mirarla a los ojos y decir una mentira?- preguntó ceñudo y sacudiéndose -. Que me odie por decir la verdad a salvarme con una mentira.

-Pues es maduro de tu parte.

Thunderlane se congeló, dejó de respirar, tragando con dificultad la saliva para alzar la cabeza y ver a Applejack despierta. Pero lo más extraño, era que no parecía enojada. Tenía una sonrisa de lado y lo miraba de forma agradable…pero después desvió la mirada en Carrot y transformó el rostro en un fuerte entrecejo, furiosa.

-¡¿Qué mal pasa contigo?!- rugió. -. ¡Y esta vez lo pregunto en serio, Zanahorias!

-Después arreglamos eso, Manzanas- devolvió el golpe con una sonrisa de astucia mientras la vaquera la asesinaba con la mirada -. Por ahora ustedes dos tienen que hablar. Escúchalo por una vez en tu vida, terca mula.

-¡Oye, tú, no te…!- se quejaba tratando de desamarrarse pero Carrot se limitó en ignorarla y darse vuelta para salir de la azotea. -. Y se fue…- murmuró cesando su lucha.

-Lo lamento mucho- exclamó Thunderlane para arrugar la frente y parpadear -. Un momento… ¿Escuchaste todo?

-Supongo que lo necesario- admitió para hacer un gesto de confusión -…aún no entiendo qué pasó, sólo recuerdo que hablaba con ella y despierto aquí…- torció el gesto -…en realidad desperté pero no podía moverme ni hablar…sólo escuchar hasta que al fin recuperé el control de mi cuerpo- explicó para fruncir el ceño -. Ya la cazaré- amenazó para verlo -. ¿Me ayudarás a salir de aquí o no?

-¡Sí, claro!- exclamó acercándose para desamarrarla.

Una vez afuera, Applejack se pasó las manos para arreglarse el cabello y ver a Thunderlane inclinarse donde había resbalado su sombrero pero no se lo dio enseguida, se lo quedó mirando aun con cara frustrada. Applejack le sonrió.

-Pese el riesgo de ganarte el desprecio de alguien… - le dijo llamando su atención -…conservaste decir la verdad ante todo. Así que descuida. Oí lo suficiente para saber que no tienes la culpa y tu postura correcta en todo momento.

-¿Y si no hubieras oído?- preguntó mirándola -. ¿Me habrías creído?

-Sí- expandió la sonrisa -. Lo hubiera hecho.

Él le mantuvo la mirada, estirándole el sombrero. Applejack se acercó un poco y lo tomó del otro extremo.

-Me gustas mucho.

La vaquera mantuvo la mano en ese lado del sombrero, sosteniéndolo con Thunderlane aun manteniendo su mano en el otro extremo. Ella no dijo nada, sólo quedó mirando ambas manos, separadas, pero sosteniendo algo en común que tenían, algo que no querían soltar y no le molestaba aferrarse en él. Arrugó la frente. Ya no hablaba del sombrero.

-¿Me escuchaste?- le preguntó Thunderlane.

-Te oí- contestó a media voz para levantar la mirada -. Suéltalo.

-¿Qué?

-El sombrero- aclaró y él lo miró, bien agarrado entre los dos -. Tienes que soltarlo.

-¿Y qué si no quiero?- se aventuró en preguntar -. ¿Qué si me agrada sostenerlo…contigo?- preguntó levantando la mirada y ver sus ojos verdes impresionados. -. ¿Qué si quiero quedarme…a sostener lo que tengo?- haló un poco el sombrero hacia sí, obligando que ella cediera al movimiento, rompiendo un poco la distancia -. ¿A sostener lo que tenemos tan de frente, en plena mano, tan obvio?

-Pues…lo siento, pero…debes dejarlo ir.

-¿Por qué?

-Porque tú quieres quedarte…-y haló su sombrero de golpe, arrebatándoselo -. Y yo me quiero ir.

-¿Y si quiero ir tras de ti?

-No lo hagas- suplicó mirando a un lado y abrazando el sombrero contra su pecho.

-¿Por qué, Applejack? Dame una buena razón porque sabes que no hablamos del sombrero.

-Porque no tengo tiempo para esto.

-¿Y qué es "esto"?

-No lo sé.

-¿Entonces si tuvieras el tiempo…las cosas fueran diferentes?

-No lo sé.

-Entonces sí quieres darme la oportunidad.

-¿Qué?- dudó, frunciendo el ceño.

-¿Qué te lo impide?- preguntó para bajar los hombros -. ¿Es por cómo soy? Estoy muy abajo, ¿cierto?

-¡No!- bramó ceñuda vidriándole los ojos. -. Eso oí también. Por supuesto que no estás abajo.

-¿Entonces por qué me rechazas?

-¡Por Sunset!- escupió, apretando el sombrero -. Por Sunset…- murmuró desviando la cara. -. No tengo tiempo…porque ella nos necesitará…en cualquier momento y debo estar pendiente. Hay una magia rara quitándome a mi amiga ¡No tengo tiempo para esto! ¿Cómo estar tranquila, feliz pensando en un tonto muchacho o tonto baile cuando mi amiga la está pasando muy mal, Thunderlane? En serio no sé qué hacer con todos los gestos que haces por mal que te salgan…lo haces por mí y eso me…me… ¡Me lo haces más difícil!- reclamó fuertemente ceñuda resistiéndose a llorar pero se llenó de coraje al ver que él se sonreía mirándola con expresión divertida -. ¿Te burlas de mí?

-No me burlo de ti es que…- sonrió más hasta soltar una sola risa, sacudiendo la cabeza -. Me parece graciosamente irónico…pues Sunset…para mí, siempre supo que se iría a…donde pertenece, y pocos días antes de en verdad irse, ella fue a verme en el restaurante familiar a hablar conmigo expresamente de ti, a comprobar qué intenciones tenía contigo, si era la persona correcta para ti… y a decirme que con lenguaje corporal…bueno…expresabas que gustabas de mí… y que no me diera por vencido por más terca te pusieras.

Ella quedó tiesa. Parpadeó tres veces seguida con la quijada hacia adelante, sorprendida.

-¿Por qué…hizo eso…?- preguntó con la garganta hecha nudo.

-Yo le pregunté lo mismo…y me dijo que lo hacía por la amistad que alguna vez tuvieron y pese que no es la misma Sunset de en ese entonces…igual consideraba que merecías ser feliz porque le parecía tonto que dos personas que… se gustan… no estén juntas porque nadie cede.

Applejack mantuvo la mirada a él y de a poco, dejó dibujar una sonrisa, muy conmovida, con los ojos fuertemente vidriosos.

-Fue una entrometida- comentó con una pequeña risa. -. La mataré apenas ponga un pie en este mundo.

-No dudo eso- le hizo el dúo y ella elevó la sonrisa -. Applejack…tienes que relajarte.

-Thunderlane…-suspiró.

-Te preocupas demasiado y haces demasiado. Entre la escuela, la granja, tus amigas y el asunto de la magia. Mereces relajarte porque te estás agotando.

Ella se mantuvo callada. Odiándolo por tener razón.

-Y…bueno…- jadeó Thunderlane rascándose a un lado del brazo -…si tú…ya sabes… ¡Hip!

-¿En serio? ¿El hipo? – se burló -. ¿Estás nervioso después de todo esto?

-¡Hip! Lo sé ¡Hip! ¡Hasta yo pienso que es tonto! ¡Hip!- se frustró y Applejack soltó una risa -. Estoy ner ¡Hip! Nervioso porque…- retuvo la respiración y exclamó: -. ¿Quieres ir al ¡Hip! Baile conmigo? ¡Hip!- y miró el rostro de ella sorprendido, deteniendo la risa -. Sólo como amigos ¡Hip! Pero te aseguro que haré que sea ¡Hip! Muy divertido, que te relajarás y puedas estar tranquila. ¡Hip! Por favor…ignora el ¡Hip! Hipo.

La vaquera de a poco suavizó el rostro, sonriéndose. Ya no le vidriaron más los ojos. En realidad, estaba más tranquila y cómoda, aunque no era de asombrarse tanto, así se sentía con él cerca, pero ahora aún más, entrándole cierta agradable vergüenza. El saber que Sunset lo empujó a que ceda… hacía las cosas diferentes. Su amiga quería que fuera feliz.

Ya le tocaba ceder a ella.

-De acuerdo- aceptó y Thunderlane agrandó los ojos, boquiabierto.

-¿En serio?

-Sí…pero sólo como amigos- aclaró.

-Entonces… ¿Irás al baile?

-Sí.

-Conmigo.

-Sí.

-¿Segura?

-Emm, sí, Thunderlane.

-Porque no es obligación.

-Lo sé.

-Y…se me fue el hipo.

-Ya me di cuenta- dijo divertida empujando una suave sonrisa que hizo al joven mirar con mayor atención la nueva expresión de su rostro, con aquella curva a un lado que hacían sus labios con sus ojos verdes más brillantes y risueños, mirándolo fijamente, como si le tomara una fotografía para tenerlo grabado el resto del día.

Ya estaba aprendiendo a captar sus señales…y en tan sólo verla allí, contemplarla feliz, sentía el calor de su corazón esparcirse el resto de su cuerpo. Le dieron ganas de levantar las manos hacia sus mejillas pecosas, que recordaba tan tiernas al tacto, y se le despertaron los labios, con ganas de acercarlos a los finos suyos para acariciarlos con los suyos y hundirse en esa confusa pero poderosa sensación de perderse en un beso, haciendo que su corazón se desbocara por completo.

Pero no. No lo haría. Un paso a la vez. Sería paciente, comprensivo, hacerla sentir cómoda más que nada. Se sonrió al comprobar, qué tanto podría cambiarte la persona correcta.

-Applejack…sea como terminen las cosas…me has dado la motivación para ser mejor, para escalar hacia la punta y contemplar las grandes cosas que me esperan…y si tengo suerte, encontrarte para al fin ser tan digno de ti.

Applejack apretó los dientes, ardiéndole el pecho y conteniendo el sonrojo, pero se relajó, asimilando sus palabras.

-¿Sabes?…- dijo ella sin dejar de contemplarlo -. Yo también estoy escalando hacia allá…aún me falta para llegar y de alguna forma…nuestros caminos se cruzaron y ahora estamos escalando juntos…- admitió y él le sonrió en acuerdo. Ella resopló sacudiendo la cabeza, rompiendo ese ambiente sentimental y se colocó el sombrero -. Advierto de una vez que no te pases de listo – amenazó sonriendo ruda con los puños alrededor de su cintura. -. No conseguirás nada esa noche.

-Tú tampoco te aproveches de mí- exclamó para susurrarle como top secret -. Podría serte irresistible en terno.

-Jajajaja. Más vale que no o mi hermano montará a toro tras de ti jajajaja.

-Estaba hablando en serio- aclaró arrugando la frente.

-¿Y qué te hace pensar que yo no, Dulzura? Es mi primer baile con una pareja, así que más vale estés preparado a su actitud protectora con su hermanita-rió guiñando un ojo y él sonrió, uniéndose a su risa.

-¿Ves?- le dijo Carrot Top a Bonbon, ambas bajo las gradas de campo de fútbol, viendo en streaming la escena de ambos en la azotea por la laptop -. Nada de esto pasaría si no fuese por mí.

-Claaaaaro- rodó los ojos con una sonrisa -. Debo admitir que fue divertido instalar mi equipo de vigilancia allí- dijo abriendo una lata de soda y se la ofreció mientras bebía un poco de la suya.

-Te dije que tenía todo fríamente calculado- exclamó aceptando la lata y abrió una carpeta con el perfil de Applejack -. Se tiene ventaja el haber estudiado a los estudiantes desde mi llegada. Fue fácil predecir cómo terminarían reaccionando ambos. Applejack puede ser prudente y sensata…pero desbocada al mismo tiempo. Y la razón por lo que lo alejaba, era porque no resistía contener sus verdaderos sentimientos. Es terca…oh sí, muy terca. Así que…no hubo opción que dormirla con una suave droga que la paralizaría los próximos veinte minutos para que escuche a Thunderlane…porque no le daba la oportunidad de hacerlo y por eso lo hice hablar…Thunderlane es tierno- admitió con una sonrisa, esta vez sacando una carpeta con el perfil de él y ojearlo mientras tomaba un sorbo de su lata -. Sabía que terminaría aceptando la responsabilidad solo- comentó, -. Es un chico peculiar…pero ha demostrado ser leal y honesto. Fiel en lo que cree. – torció el gesto -. Rayos…realmente me hubiera gustado ir al baile con él después de espiarlo. No es tan mal partido.

-Pero todo terminó como lo planeado- comentó satisfecha.

-Siempre hemos sido un buen equipo- exclamó levantando la mirada hacia ella.

-Y pensar que nos emparejaron porque fuimos las únicas en reclamar el nombre de cambio de identidad- sonrió de lado arrugando la frente -. ¿"Bonbon"?- levantó una ceja, desaprobándolo.

-¿"Carrot Top"?- torció el gesto, desaprobando igual.

-¿Por qué tenía que ser alusivo a la comida?- corearon para reírse en unísono y chocar las latas entre sí, en celebración.

-¡Destino a Ponyville!- avisaron en el vagón del tren mientras se detenía en la parada y aquella voz fue que hizo a Moon White despertar.

La siesta le había sentado bien. Se despertó con más energía. Se removió un poco, restregándose los ojos mientras soltaba un bostezo y movía su cabeza hacia la alicornio morada que lo miraba con su segunda, ocultando una risa tras su casco. Él arrugó la frente, sin entender el motivo de la gracia cuando abrió los ojos de golpe aspirando de sorpresa.

-¡Perdí mi propia apuesta por terco!- exclamó y fue suficiente para que Twilight soltara varias carcajadas -. No te rías. ¿Sabes que es venir a Ponyville para saciar el antojo de helado de vainilla a su Majestad?- preguntó contrariado pasando un casco a la cara pero a la vez en broma, soltando una sonrisa, negando con la cabeza -. Me paso de tonto.

-Recoge tu alforja y salgamos- exclamó bajando de su silla de buen humor y caminando por el pasillo con otros pasajeros.

Siendo Ponyville un pueblo pequeño, galopando nomás, llegaban hacia el castillo. Moon White aprovechaba en ver cuánto había cambiado el pueblo que no visitaba desde potrillo, comentando con nostalgia que donde ahora había un local de verduras, solía ser una fuente de sodas, o que en el parque había un pegaso que hacía de mimo llamado Silence Noisy (Silencio Ruidoso). Twilight arrugó la frente ante la ironía del nombre y él asintió con sonrisa de lado, diciendo que por eso era gracioso recordarlo y además el pony era muy bueno, ya que de alguna forma, en serio lograba encerrar a los demás en cajas y halarlos con una cuerda invisible. Twilight por su lado le habló que eso no era nada a comparación de las acciones imposibles de su amiga Pinkie Pie.

-Ni me lo recuerdes- rió él -. Aun craneo cómo rayos Globitos entró a mi casa aquel día que nos conocimos, cuando yo tenía bloqueadas todas las entradas con un hechizo. Y cómo encontró utensilios de repostería ¡Yo no hago postres, no los tenía en mi cocina!

Con una Cutie Mark no se discute, acordaron.

-¡Twilight!- celebró Spike desde un balcón del castillo viéndola acercarse a la entrada.

-¡Spike!- sonrió emocionada también acelerando su galope a la puerta, que la abrió con su magia para recibir al dragón en un abrazo. Ella frotándole la cabeza y Spike riéndose.

Moon White miró el encuentro con una mezcla de sentimientos. "Debe ser lindo llegar con alguien esperándote en casa" pensó al pie de la entrada del castillo.

-Hey, pasa- le rompió el pensamiento Twilight.

-Claro- exclamó caminando lentamente, mirando los alrededores del castillo; su decoración de cristal y su extensión que parecía muy espacioso -. Es…muy hermoso.

-Gracias, ¿Recuerdas a Spike?- preguntó sonriente señalando al dragón.

-Claro que sí- sonrió estirando un casco hacia él -. El fiel asistente- exclamó, más que nada recordando al dragón llorándole en desesperación por ayudar a Twilight noches atrás. El pequeño sí que supo sacudirle el corazón.

-Ah, sí, hola- saludó Spike algo contrariado, estrechando su casco. -. Creo que iré a ver si está todo en orden el salón donde está el espejo- se excusó mientras iba retrocediendo de espaldas hasta darse vuelta y correr hacia allá.

-¿Qué le pasa al pequeño?- dudó Moon White mirando con Twilight la actuación del dragón.

-Ahm…tal vez esté incomodado, ya sabes, por haberte llorado y todo eso- pensó para llevarse un casco a la barbilla -. O porque esa vez que te hicimos esa visita a tu casa para convencerte a enseñarme el hechizo, llamaste la atención de Rarity, ya sabes a lo que me refiero, y él tiene ese amor platónico hacia ella - exclamó para mirarlo y verlo reflexivo, hasta levantar una ceja y una sonrisa de lado, mostrándose interesado y halagado. Twilight aclaró la garganta -. Pero entonces ella conoció cómo eras realmente e hiciste que se le acabara todo. Fin- agregó y él arrugó la frente deshaciendo ese semblante, hizo la cabeza hacia atrás para mirarla con una risa.

-Por Celestia, tú sí que sabes subir mi autoestima, ¿no?- lanzó el sarcasmo. -. Disfrutas molestarme, ¿cierto?

-Lo que disfrutaré es el helado gratis por todo un año- exclamó con gracia galopando en donde desapareció Spike -. Ven, vamos al salón.

-Tomaré ese comentario como un "sí"- se dijo a sí mismo siguiéndole el paso.

Dentro del salón, el unicornio caminó con lento andar, contemplando casi como flashback la última vez que estuvo en el salón, bajando la mirada hacia el lugar del suelo en que encontró los cuerpos de Luna y Twilight; el pánico de esos jadeos y aspiraciones, viendo el inútil intento de Rarity de traspasarle de su magia a su amiga. Sintió un escalofrío recorrer todo su cuerpo y levantó la mirada para verla parada cerca del espejo y se encaminó hacia ella.

-Aquí estamos- exclamó Twilight reflejándose frente al espejo para mirar el reflejo de Moon White posarse a su lado, mirando el espejo muy intrigado.

-Sí, al fin- suspiró cerrando los ojos para abrirlos con gesto de mayor seriedad y determinación. Twilight rodó los ojos.

-Vamos, sé que te estás conteniendo la emoción.

-No- contestó mirándola con firmeza -. Esta vez, no, claro que… ¡Meh! ¡Es cierto! Ya me conoces- celebró agrandando los ojos y anchando la sonrisa llevándose ambos cascos a los lados de la cara. -. ¿Ya te agradecí por autorizarme? Si no es así, gracias, gracias, graci…

-Silencio, Profesor Moon- lo calló colocándole un casco en su boca y él le frunció el ceño.

-¡Que te guardes los recuerdos para ti!- recordó apartándole el casco. -. Y sí, estoy muy emocionado pero sé el enfoque que debo tener para mí investigación- aclaró llevándose un casco a su pecho con decisión pero a la vez saliéndose esa sonrisa de emoción.

-Ahora. Repasemos- avisó Twilight y brilló su cuerno para hacer aparecer una lista.

-Argh- reclamaron tanto el unicornio como Spike mirándose mutuamente y al hacerlo, se compartieron una sonrisa por la divertida similitud de sus reacciones, destensando ese incómodo ambiente entre ellos.

-Punto Uno; cruzaremos. Punto dos; ayudarte a mantener la calma para que asimiles tu cuerpo. Punto tres; la bofetada si es necesario.

-¿Acaso dijo bofetada?

-Punto cuatro; presentación a las contrapartes de las ponies que conoces- continuó la alicornio -. Punto cinco; me iré. Punto seis; dejaré a cargo a Spike para que se mantenga atento al espejo para cuando cruces de vuelta. Punto siete; regreso a Canterlot.

-¿Punto ocho?- preguntó Moon White.

-Mmm. No hay punto ocho- aclaró haciendo desaparecer la libreta.

-¿Ya podemos cruzar, por favor?- reclamó con cierta ansiedad trotando en un mismo sitio.

-Sí, sólo deja que…

-¡Twilight!- reclamó ceñudo. -. Deja de ser tan meticulosa.

-Y tú tan ansioso. Todo debe salir bien según la organización que yo…- decía mientras él se llevaba un casco a su cara, impaciente.

-Bienvenido a mi mundo- le murmuró Spike mientras ella se perdía en su monólogo.

-Pues tú mundo es horrible- bromeó en susurro.

-No la has visto neurótica, ahí sí que mi mundo es horrible…literal…

-¿Estás bromeando? He tenido que lidiar con esta entrometida desde que golpearon mi puerta. Alteró mi mundo.

-¡Los escuché!- reclamó Twilight brillando su cuerno para iluminar a ambos y acercarlos a su ceño, Spike sonriendo en tensión y Moon White divertido.

-Claro, aprovéchate del dañado unicornio que no puede responder a tu magia- comentó resoplando en son de chiste, pero Twilight no se lo tomó así, rompiendo el hechizo.

-¿Cuántas veces debo repetirlo? No me gusta que te dirijas así hacia ti, al menos no frente a mí.

-¿Nos iremos hoy?- preguntó restándole importancia.

Ella parpadeó lanzando un suspiro y se dio la vuelta para encender el espejo.

-¿Cómo haces que funcione sin que pasen las treinta lunas?- preguntó intrigado viendo bombillos y cables funcionar y brillar, para ver que el campo de energía que hacía trabajar todo, venía de un libro -. Magia y tecnología…- murmuró sorprendido -. Es algo complicado aunque no imposible, pero la magia no viene de ti sino directo de un objeto, en este caso el libro.

-Pues…se me ocurrió esta llave, por así decirlo, de abrir el portal basándome en el intervalo entre dos puntos que se define como la raíz cuadrada…

-…de la suma de los cuadrados de separación en los puntos a lo largo de tres dimensiones espaciales- concluyó Moon White mientras abría bastante los ojos. -. Por supuesto, es de las teorías de Star Swirl sobre las dimensiones a base del portal de los breezies y tú lo pusiste en práctica aquí…Wow…- decía con admiración devolviendo la mirada de vuelta al espejo-. Tú eres demasiado lista- aludió admirando el portal.

-Jejeje, sí, algo- respondió avergonzada rascándose tras el cuello para aclarar la garganta y mirar a Spike -. Muy bien, Spike, sabes cuál es tu papel mientras no estamos.

-¡Así es!- confirmó haciendo un saludo militar y elevó sus piernas para erguirse con su corta pero resistente cola de dragón.

-Aquí vamos- avisó poniéndose junto al unicornio, quien sacudió la cabeza para concentrarse y la miró.

-Aquí vamos- acordó, aspirando por la boca y retener el aire con las mejillas infladas. Twilight se sonrió.

-No vas a zambullirte a un lago. No tienes que retener la respiración- avisó y él rodó los ojos soltando el aire mirando directo al portal. -¿Listo?

-¡Listo!

-A la de tres- avisó -. Uno, dos…

-¡Tres!- exclamó cerrando los ojos y saltó en un brinco hacia el portal. Twilight enseguida fue tras él.

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Giros, giros, giros y más giros.

Aunque ya había cruzado como cuatros veces, aún se mareaba un poco cuando cruzaba. Al llegar al final del túnel, Twilight logró retener la violenta fuerza con la que siempre era impulsada en ese loco cruce hacia el mundo humano. Ahora, con sus pies en esos zapatos negros con largas medias moradas, frenó a raya con toda su fuerza para no salir chispeada por allí como las primeras veces. Pero se quedó aun parada, inmovilizada, digiriendo el hecho de ver a la apariencia humana de Moon White.

Un chico, aparentemente de su edad, siendo humana, claro, estaba echado al suelo un par de metros de ella, obviamente, había salido disparado de allí con violencia como le sucedió a ella las primeras veces. No dijo nada, mirando cómo de forma lenta, aquel joven se movía del suelo, irguiéndose poniéndose de rodillas y posaba sus manos al piso, colocándose en cuatro, como fuerza de la costumbre, pero eso mismo lo hizo respingar y aspirar de asombro, para levantar hacia su rostro lo que antes eran cascos, ahora manos con extremidades más largas. Twilight no podía ver la reacción de su rostro, ya que estaba ubicada tras de él, y por una razón, ella se sentía algo recelosa, incomodada de verlo en su forma humana, como si no fuera él mismo. Empezó a acercarse con pasos lentos mientras Moon White se dejaba sentar, como tratando de mantener la calma y estiraba sus brazos y piernas, moviendo precipitadamente los dedos y después sus pies. Se llevó las manos a la cabeza, para tocarse el cabello y después pasó sus dedos a su frente, sin sentir su cuerno y luego a su rostro para comprobar que no tenía hocico y su nariz era pequeña, aspirando de sorpresa varias veces.

Una cosa era que se lo contara Twilight y otra, comprobarla él mismo.

Cuando ella se puso frente a él, sus ojos violetas quedaron quietos, mirando con mucha curiosidad al joven que levantó los suyos grises hacia ella apenas la percibió.

Tenía el cabello negro azabache peinado como hacia abajo y un cerquillo a un lado, vestía una camisa gris claro con unas delicadas líneas blancas casi imperceptibles, de mangas largas pero estaban recogidas hasta unos cinco centímetros bajo los codos. Sobre esta, usaba un chaleco ajustado tan negro como su cabello, y del lado derecho tenía grabado su Cutie Mark del eclipse solar semiparcial, terminando el conjunto con un pantalón de mezclilla color terracota y zapatos de cuero negro.

-¿Twilight?- preguntó él, entre incredulidad y sorpresa, mirándola de la misma forma como ella lo miraba a él.

Al escuchar su voz y ver la expresión de sus ojos grises, ella pudo realmente sentir que se trataba del mismo Moon White que conocía, relajándola.

-Soy yo- le confirmó acuclillándose frente a él con una sonrisa como para relajarlo, estirándole la mano para ayudarlo a ponerse en pie. Él dejó salir la suya en forma lenta, muy emocionado e impresionado de verla en ese extraño cuerpo y posó su mano en forma de puño sobre la suya. Ella tiró una risita elevando la sonrisa, mirándolo risueña.

-Estira los dedos, Moon White.

-Oh- murmuró, con cierta vergüenza y estiró despacio los dedos para tener abierta la palma, mirando su mano sobre la de ella, juntas, tan rara y extraña forma de lo que eran esas cosas a comparación de sus usuales cascos y se le salió una sonrisa divertida, para mirarla de nuevo al rostro, y ella se mostró igual de entretenida y divertida también, viendo cada una de sus reacciones.

Él la vio comprobando que también estaba sin su cuerno, tenía nariz pequeña y esas nuevas facciones en su rostro, pero sin embargo, era ella, sin ser ella, aunque sonara sin sentido, le parecía lógico. Y eran sus ojos lo que más expresaban que definitivamente, era Twilight, esa siempre gentileza como seguridad que emanaban, sólo que vestía esa falda morada con su Cutie Mark a un lado, blusa celeste de mangas cortas bombachas y lazo rosa en el cuello. Bajó la mirada por donde su cabello morado de franja rosa reposaba sobre sus hombros, pero entonces sus ojos se detuvieron de la bajada para concentrarse en cierta zona y arrugó la frente, borrándosele la sonrisa y entreabrió un poco la boca, mostrándose desconcertado y apartó su mano de la suya.

-¡Twilight!- exclamó, casi en un grito.

-¡¿Qué?!- se asustó ella y él señaló con ese puño cerrado, desacostumbrado de tener los dedos, cierta parte de su cuerpo, impresionado, ya que él no las tenía.

Y ella prefirió evitar por comentárselo antes.

-¡¿Qué son esos dos bultos redondeados que sobresalen de tu pecho?!

...

¡Debía concluirla así! xD jajajaja

"los puntos que puse en vertical fue para un modo de "chan chan..CHAN" jajajaja meh, me divertí haciéndolo, ¡No me juzguen! *se hace bolita en una esquina* Meh xP

Bien, aquí pasó mucho de todo un poco(?)

¡Y sí! ¡Applejack le dijo un "sí" a Thunderlane! ¡Con razón llovió en mi ciudad! jajaja (Literal, LLOVIÓ xD) apoyó la noción de Golden, Thunderlane es tierno... :3 tonto...pero tierno.

Debo admitir que amé las escenas de Pinkamena, no pude explotarla más como quería, pues cuestiones de tiempo y complicaba más la trama que ando desarrollando y todo eso, pero aún así me gustó lo que resultó.

So...¿Qué les pareció las agentes juveniles Golden Harvest y Sweetie Drops? ¿Alguna escena que más les gustó de ellas? (Sí, Golden es un tanto rara con su lógica, y no la culpo xP no se diferencia mucho de Bonbon, ¡ojo! mucho, pues sí tienen sus diferencias, que se verá más adelante)

¿De qué hablarían las tres princesas?

¡Brawley le vio el trasero a Bonbon sin saberlo! xD

Hasta que al fin Moon White cruzó el espejo, y con qué buena pregunta inició, ¿no? xD ¡Amé escribir esa escena de cuando cruzaron! xD

Y debo admitirlo...en serio Twilight debería tener una escolta de guardias...aunque viendo que son inútiles, más bien está mejor sola xD Lo que va, ¿Cómo ven su amistad con Moon White?

¡Y la contraprte de Trixie pony! xD ¡Tenía salir, ¿no lo creen?! *ya tardaba* ¡Shh! Silencio, una cosa a la vez y tengo friamente calculado, como Carrot, Golden...¡Ustedes me entienden! xP

¡Pero bueno!

Ya saben, dejen review, comenten lo que piensan o sospechan, pasen unas hermosas festividades y...

¡Sunny Honey, fuera!

Next Chapter: Usted Está Saliendo de Equestria Estimated time remaining: 0 Minutes
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