Login

Descontrol en La Realeza

by Pinkisita Pie

Chapter 3: 3. Sin Escape Parte I

Previous Chapter Next Chapter

Sentí algo frio líquido comenzando a caer en mi rostro. Traté de abrir los ojos, pero eso mismo me lo impedía.

-Despiértate de una vez!- la voz de mi hermana retumbaba en mi cabeza, mientras el líquido frio seguía cayendo a mis ojos, mi nariz y mi boca, ni hablar de lo mojado que sentía mi cabello.

Tomé unas fuerzas sobrenaturales y me levanté de un salto de la cama y abrí los ojos para encontrarme con mi hermana con una jarra en la mano.

-Zoe!- grité -¿Pero qué me estabas haciendo?-

Me miré al espejo y descubrí mi cabello completamente mojado, el maquillaje de la noche anterior desparramado en todo mi rostro – ¡Santo cielo!- pegué un salto hacia atrás asustada por lo que veía – ¡Mira cómo me dejaste!-

-Tenía que despertarte de alguna forma Rainbow, pase casi una hora llamándote y ni siquiera te moviste-

-¿No bastaban unas gotas? Mírame, estoy empapada y parezco un monstruo-

-No seas exagerada- rió –Será mejor que vayas a cambiarte antes de que papá y mamá lleguen, ya estaban demasiado enojados contigo como para que se enteren que has dormido hasta las 4 de la tarde-

-¿Las cuatro?- -Si, las cuatro, ve a bañarte mientras yo preparo tu ropa- me lanzó una toalla por los aires y me empujó hasta el baño de mi habitación.

Zoe era mi hermana mayor y la única por suerte. Tenía 24 años y se había casado hace uno con el "hombre de su vida" según ella decía, y convenientemente, socio de mi padre. Edwin Fly , tenía seis años más que ella, pero no lo aparentaba. Debo admitir que era una persona agradable y estaba feliz por ellos.

El único problema que había con ese matrimonio, era que Ed viajaba demasiado por negocios, siendo el representante de la empresa de mi padre en unos 10 países europeos. Zoe, que aún estaba en la universidad, no podía acompañarlo y se quedaba con nosotros cuando él no estaba, lamentándose no haber acabado sus estudios para poder acompañarlo.

Me deshice de mi ropa y me metí en la ducha abriendo la canilla de agua fría, para refrescar mi cuerpo y quitarme el maldito dolor de cabeza por culpa de la resaca.

Intenté hacer memoria para acordarme de los acontecimientos de la noche anterior. Comencé a recitar en forma de lista todo lo que recordaba.

1. Discusión con papá.-

2. -Escapada por la ventana. Soarin me dijo que estaba gorda. Tonto, me las vas a pagar por esa. Oh, no, le dije que estaba débil y flaco. -Reí al recordar su tonta expresión.

3. –Llegamos al club y comencé a beber, mi perdición-

4. –Bailé con ese cerdo que luego recibió una llamada de su esposa. Cerdo, cerdo, cerdo- repetí.

5. –Busqué a Soarin, que estaba en su coche con la rubia con mechoones naranjas , repugnante esa que nunca puedo recordar su nombre-

6. –Llegamos a casa, y oh oh, papá nos descubrió-

Salí del baño envuelta en una toalla.

-¿Qué es eso?- pregunté al ver el patético atuendo que mi hermana había elegido para mí. –Es horrible-

-Mamá llamó y dijo que te vistieras decente, iremos a cenar al palacio- por cómo conocía a mi hermana, pude deducir por su expresión que había algo más que decir que me estaba ocultando.

-¿Y por qué tengo que vestirme así? Cómo si el rey y la reina no me conocieran-

-Órdenes de mamá, por favor Dash hazle caso una vez en tu vida, ya demasiados problemas tienes con ellos como para empeorarlo-

-Bien, no me sermonees tu también, me pondré esto- tomé la ropa que me había separado y comencé a cambiarme.

El atuendo consistía en un vestido color amarillo pastel con un lazo color crema que cruzaba en mi cintura y se ataba en la espalda con un moño. Un escote redondo separado a tan solo unos cinco centímetros de mi cuello y unos zapatos de plataforma y taco aguja del mismo color que el lazo.

-¿contenta?- di una vuelta sobre mis talones para que Zoe viera lo ridícula que me veía.

-Estas hermosa, mírate te pareces a mi hermana, antes de que…- -No empieces con eso- le advertí. –Me gusta como soy ahora, estoy perfecta así, no entiendo como insisten en cambiarme-

-No te enojes Rainbow, ponte estos, combinan perfecto con todo- me entregó unos pendientes en forma de corazón.

-Recuerdo estos- dije – Los compramos para el día que Ed te propuso matrimonio-

-Sí, así que cuídalos, me traen muy hermosos recuerdos- otra vez empezaba con su cara de tonta enamorada.

-Si tranquila, muero de hambre ¿Bajamos a desayunar?-

-¿Desayunar?- soltó una carcajada –Pero si son las cinco y media de la tarde-

-¿Y? Es temprano aún- comencé a caminar en dirección a la cocina.

Después de comer cereales con leche hasta cansarme y sentir que mi estómago iba a explotar de lleno, busqué el teléfono para llamar a Soar y disculparme por hacer que mi padre lo regañara la noche anterior.

Era normal entre nosotros, discutíamos todo el tiempo, peleábamos hacíamos cosas como las de anoche, pero al otro día o a las pocas horas, si no era uno era el otro el que llamaba para disculparse.

Por algo, éramos mejores amigos ¿No?

Marque su número y esperé que respondiera.

-Ahora no Rain , no puedo hablar- dijo al otro lado de la comunicación.

-¿Estás bien? Solo llamaba para disculparmeSoar, no me porté muy bien esta mañana-

-Olvidado, más tarde hablamos ¿sí?-

-Bien, adiós, muuua!- corté.

Raro, seguro estaba discutiendo con su padre o su madre. –Solo espero que no haya sido por mi culpa- pensé, al recordar que Zoe dijo que los míos habían ido al palacio esta mañana.

Eran las seis treinta y cinco, cuando mi madre irrumpió en mi cuarto, con su pose de superioridad y su elegante postura al pararse frente a mi cama, donde yo me encontraba sentada mientras leía los últimos comentarios sobre mí en las principales revistas de chimentos.

-¿Qué ocurre madre?- dije sin levantar la vista del ordenador.

-Salimos para el palacio en quince minutos, ponte de pie, así puedo verte-

Le hice caso, solo para no comenzar una discusión. Pero odiaba que me diera órdenes, odiaba que cualquiera lo hiciera.

-Zoe eligió esta ropa, si no te gusta le reclamas a ella- di media vuelta sobre mis talones nuevamente para que pudiera verme.

-Es más que obvio que la eligió ella, tu jamás podrías vestirte decentemente- puse los ojos en blanco ante su comentario - Así estás bien, vamos abajo, no hagamos esperar a tu padre-

Una media hora después nos estábamos bajando de la limusina en la puerta de entrada del palacio.

-¿Sabes de qué se trata todo esto?- le pregunté disimuladamente a Zoe mientras subíamos las interminables escaleras para llegar a la entrada.

-Para nada- mintió con una sonrisa en su rostro.

-Mentirosa, te conozco, en cuanto se trate de una emboscada, te juro hermana que me las vas a pagar- me adelanté dejándola caminar sola.

El rey y la reina, junto a sus hijos estaban esperándonos en la puerta.

- Rainbow, pero que hermosa luces hoy- dijo Arlet, la reina.

-Gracias mi lady, usted luce tan bella como siempre- fingí una sonrisa.

-Yo creo que estás terrible, ¿Por qué estás vestida así?- dijo Whit.

-¡Whitney por favor!- la regañó su madre.

-Te pareces a tu madre- me susurró cuando me acerqué a ella, en el momento en que nuestros padres se saludaban.

-Primero muerta antes de que parecerme a ella Whit, me obligaron a vestirme así-

-¿Y desde cuando le haces caso?- intervino Anabelle.

-Tenía demasiada resaca como para discutir con ellos, hablando de eso ¿Dónde está Soarin?- lo busqué en los alrededores, hasta que lo vi parado al otro lado de nosotras mirando hacia un punto fijo en el horizonte.

Me acerqué a él y lo observé por unos segundo ¡Ni siquiera se daba cuenta de mi presencia!

-¿Qué pasa contigo hoy?- le hablé y se sobresaltó al oírme. -¿Te descompuso acostarte con esa rubia teñida con mechones naranjas anoche?- crucé los brazos en mi pecho.

-Solo pensaba Rain ¿Tú cómo estás? ¿Has hablado con tus padres?- metió las manos en los bolsillos delanteros de su pantalón.

-No ¿Por qué? ¿Debería? Zoe dijo que estuvieron aquí esta mañana ¿Hay algo que debería saber?-

-Supongo que te enteraras en la cena, vamos están entrando- puso una mano en mi espalda y me empujo suavemente para que comenzara a caminar.

-¿Ya no estás enojado conmigo?- intenté cambiar de tema, sabiendo que no iba a sacarle nada a él al igual que fallé con mi hermana.

-¿Por qué debería estar enojado?- habló nuevamente con una voz serena y dulce.

-¿Pero estás mal de la memoria? Y yo que creía que había tomado demasiado anoche, tú estás peor- levanté un poco la voz, lo que hizo que algunos de los guardias de que había en el hall de entrada del palacio, se quedaran mirándonos.

-Te dije esta tarde cuando hablamos por teléfono que estaba todo bien ¿Recuerdas?-

-¿Pero qué pasa contigo entonces? ¿Por qué estás actuando de esa forma?-

-¿Actuando cómo?- sonrió.

-¡Así!- grité ya histérica –Ni siquiera te has burlado de cómo estoy vestida, ni me has dicho nada sobre la marca que le dejé a tu coche anoche ¿Por qué estás tan molestamente amable conmigo? ¡Ya despiértate!-

-Rainbow baja la voz- mi padre habló con su voz gruesa que dejaba de piedra a todo el que lo escuchara.

-Lo siento padre- respondí fulminando con la mirada a Soarin y sentí como el color y el calor subían a mis mejillas producto de que mi padre acaba de dejarme completamente en ridículo frente a un montón de personas.

-Déjala Cesar- dijo Ewen, el rey –Ellos se entienden de esa forma, estamos acostumbrados a los gritos de tu hija- me guiñó un ojo –Tiene un carácter muy difícil, pero es bueno que sea así- terminó de decir para continuar caminando hacia el comedor principal.

-Lo odio ¿Cómo se atreve a gritarme de esa forma frente a todos?- murmuré.

-Tranquila, pronto no tendrás que aguantarlo más- me susurró mi hermana que apareció detrás nuestro.

-Ya no empieces con tus enigmas Zoe-

-Pero si no es ningún enigma Rain ¿Cierto Soarin?- le sonrió.

Pero él no se la devolvió, sino, todo lo contrario, le dedicó una mirada casi asesina, podría decir. Afortunadamente en ese momento llegamos al comedor y mi queridísima y molesta hermana se fue a ubicar a su lugar, ya designado, al lado de la reina y Anabelle. Lejos de mí y el príncipe, que oportunamente estábamos ubicados uno al lado del otro.

-Mira nos tocó juntos- le señalé a Soar–Que raro ¿No?

Nunca nos sentaban juntos, debido a que siempre terminábamos en una guerra de comida o causando algún revuelo que "arruinaba", según nuestros padres, toda la velada. Aunque a diferencia de ellos, nosotros solo creíamos animarla, provocando la risa y diversión de todos los invitados. O al menos, la gran parte.

Nos sentamos y enseguida, llego la entrada formada por una cazuela de mariscos y algo de color verde arriba, que le daban un aspecto asqueroso.

No pude negarme a lo que sirvieran en mi plato, pero tampoco me molesté en probarlo, el solo verlo me revolvía el estómago.

-Bueno saber que no soy la única que cree que esto es nauseabundo observé que mi compañero tampoco había probado bocado.

-No tengo hambre, me siento enfermo- contestó serio.

-¿No te has recuperado de anoche? ¿Tanto bebiste? No parecías ebrio-

-No es eso-

-¿Y entonces qué es? No me digas, es mi perfume, Zoe me hizo ponerme uno de los de mamá es tan…-

-Ya cierra la boca Rain , lo empeoras, me estas mareando.- puso una mano en su frente.

-¿Tienes fiebre? ¿Quieres que te acompañe a tu habitación? Podemos llamar a un doctor, tal vez te envenenaron-

-No- sonrió –Pero si no dejas de hablar a la que voy envenenar es a ti-

-Pero puedes fingir, así nos salimos de esta aburrida cena- continué haciendo caso omiso a sus palabras.

-No hay forma de que podamos escapar de esta cena- se recostó sobre el respaldar de la silla y estiró el cuello hacia atrás.

Cuando llegó el plato principal, me di por vencida, esta noche no cenaría, al menos no aquí. Sea lo que fuera eso que nos servían, tenía peor aspecto que el anterior plato y además, tenía un aroma espantoso.

La comida autóctona de Sourmun, tenía ese defecto. La mayoría, tenía un sabor exquisito, pero antes de probarlo, había que pasar el obstáculo que significaba, animarse a probarlo ignorando cómo se veía y como olía.

Todos platicaron plenamente durante toda la velada. Debido al estado en que se encontraba Soar, decidí charlar con Whit que estaba a mi lado.

-Bueno, yo creo que ya es hora de hablar de lo que verdaderamente pretendíamos con esta tan agradable reunión- Ewen se puso de pie y todos escucharon atentamente, especialmente yo, que no aguantaba más la intriga. – Rainbow, te pido por favor que me dejes terminar antes de comenzar con tus gritos- me apuntó.

-¿Por qué piensa que voy a gritar?-

-Te conozco demasiado bien, pequeña demonio- bromeó. –Bueno, ahora sí- exhaló –Hemos tus padres y nosotros, hemos pensado en esto por un tiempo, y estamos de acuerdo, de que es momento que tanto tú como mi hijo, maduren de una buena vez y asuman sus responsabilidades-

-¿Qué responsabilidades? Papá prometiste que me dejarías tomarme este año libre para decidirme que carrera elegir- me puse de pie, pero Soarin me tiró del brazo e hizo que me sentara nuevamente.

-Por eso, - continuó mi padre – Ustedes dos, van a comprometerse y en menos de seis meses, contraer matrimonio

Comencé a reír efusivamente, pero al notar que nadie más lo hacía, me detuve y observé uno por uno el rostro de los presentes.

-¿No era una broma?- pregunté.

-Pero por supuesto que no- dijo mi madre.

-Están locos, dementes y enfermos- esta vez si me puse de pie y corrí la silla a un lado. -¿Cómo se les puede ocurrir que voy a casarme con él? –

-Pensé que estarías feliz Rainbow, es tu amigo, no es un desconocido- escuché decir a Zoe.

-Ese es el punto, es mi amigo, como un hermano ¿Soarin no vas a decir nada? Vamos diles que no lo vas a hacer- le grité.

-Lo siento Rainbow , no puedo, si no lo hago me desheredaran del trono- se puso de pie y se me acercó -Y a ti, te harán lo mismo tus padres, me lo dijiste anoche, no podemos escapar de esta- susurró las últimas palabras.

-Pero Soarin… aaaaaaaaaaaaaaaaa! –Volví a gritar –Son unos malditos ¿Por qué se empeñan en arruinarnos la vida? ¿Tanto nos odian?-

-Rainbow te lo advierto, mas te vale que te calles, o sino…- mi padre caminó envuelto en furia hasta pararse frente a mí, tan cerca y con una mirada tan aterrador que hizo que, por primera vez, sintiera miedo de él.

-¿O si no que padre? – no dejé que lo notara. -¿Qué vas a hacer?-

-Ya basta – intervino el príncipe. –Déjeme hablar con ella señor- me apartó a un lado.

-Está bien, ve practicando cómo controlarla, tal vez tu logres lo que nosotros no pudimos en diecinueve años- dijo antes de retirarse y calmadamente ubicarse en su puesto en la mesa.

-Yo la llevaré a su casa, no se preocupen por nosotros- terminó y de un tirón me hizo caminar hasta si habitación.

Next Chapter: 4. Sin Escape Parte II Estimated time remaining: 3 Hours, 14 Minutes
Return to Story Description

Login

Facebook
Login with
Facebook:
FiMFetch