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The Legend of Celestia: Twilight Princess

by Mr.E's-pen

Chapter 18

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El Twilight, el verdadero desafío final

El grupo cabalgaba valientemente a través de Ponyville, el cual se veía casi igual que siempre; pero con un tono gris y deprimente que lo envolvía todo. Era algo horrible.

—Tanto gris creo que me hará enfermar — dijo Rarity. — Hasta mi bello pelaje blanco se ve tan gris y horrible y deprimente y… y yo creo que me siento mal de sólo verlo.

—Es mi hogar niña mimada — regañó Midna. — Eso por un lado, y por el otro agradece que aún conservas tu forma. Cuando un ser del Mundo de la Luz entra al Twilight se transforma de inmediato en un espíritu el cual no tiene ni idea de lo que ocurre a su alrededor; sólo se siente deprimido y o asustado. Es algo horrible para todos.

—Si eso es verdad, ¿por qué nosotras no somos espíritus deprimidos? — Preguntó Pinkie Pie imaginándose que volvería a su estado de Pinkamena si ese fuera el caso.

—Porque ustedes tienen el Poder de la Luz dentro de ustedes. Algo así como Link, por eso fui capaz de identificarlo como la reencarnación del Héroe elegido por los Dioses, porque en lugar de transformarse en espíritu, el poder de la Luz que lleva dentro de él lo protegió y lo transformó en la Bestia de los Ojos azules. Ya saben, su forma de cachorrito.

—Pues di lo que quieras, no me miro nada mal como lobo — dijo Link.

—A mí me parece que me caes mejor como lobo de cualquier modo, señor héroe importante — siguió picando Midna. — Eres simpático y fácil de montar y cabalgar.

Link no pudo sino contener un gruñido; y siguió avanzando a la cabeza del grupo, hasta que llegó al lindero del bosque Everfree.

—Bien, a partir de aquí que nos guíen los locales — dijo Midna bajando de Sweet Fog. — Y por lo tupido del bosque lo mejor será ir a pie, aunque gracias por el último paseo Sweet.

—Cuando quieras Midna — dijo el semental. — Ahora vamos, mientras más rápido acabemos con esto mucho que mejor.

Link le quitó a Epona su alforja equipada con todo, y tras intercambiar una pequeña mirada de entendimiento, se adentró en el bosque junto a ella; con las chicas a la cabeza.

—Bien, el Palacio de las Princesas está en esta dirección — dijo Twilight. Señalando hacia el norte. — Sigamos recto y… ¡uf! Cómo me gustaría volver a tener mi cuerno, así podría iluminarnos el camino; esto sí es muy molesto.

—De eso me encargo yo — dijo Link tomando su linterna y avanzando con todos.

Al final penetraron en el horrible bosque Everfree, ahora mucho más oscuro y con una sensación de opresión mucho más fuerte que antes. Link incluso llevó su mano a la Master Sword sólo por precaución, cuando el suelo comenzó a ceder bajo sus pies y cascos y todos cayeron sin remedio.

—¡Precipicio! ¡Demonios y en esta forma no podemos hacer nada! — Gritó Rainbow extrañando sus alas y tratando desesperadamente de no resbalar sus cascos en esa caída, pero fue tarde. Todos cayeron sin remedio hacia lo que parecía una muerte segura.

Midna entonces usó su magia de Twily y la caída se hizo suave y delicada; permitiéndoles a todos aterrizar con elegancia y suavidad en el mullido suelo.

—Empezamos bien — ironizó la Princesa del Twilight. — ¿Ahora qué, más precipicios?

—Sólo uno pero mucho más adelante — dijo Rainbow, — y ese vamos a tener que bajarlo. No, ahora lo que me preocupa es… que lo del precipicio ya nos pasó una vez, así que ahora nos tocaría…

—¡MANTÍCORA! — Gritó Twilight de improviso, haciendo que todas saltaran de la impresión.

—Sí, eso mismo — respondió Rainbow. — ¿Todavía te acuerdas, eh?

—No, en serio… ¡MANTÍCORAS!

El grupo entero vio hacia donde señalaba Twilight, mostrando no una sino tres horribles mantícoras parecidas a las que conocían; pero sus cuerpos eran ahora negros cubiertos por una serie de símbolos extraños (que Midna y Link reconocieron como runas del Twilight) y sus ojos y colmillos estaban mucho más desarrollados que antes, mostrándose realmente amenazadoras. Las cosas horribles movieron su cola, la cual arrojó sus aguijones contra el grupo esperando atinarle a una de ellas. Link se cubrió a tiempo con su escudo Hylian y Midna por su parte detuvo otra con su Espejo del Twilight. Por su parte el tercer aguijón quedó clavado en un árbol, que de inmediato comenzó a marchitarse ante el impacto.

—Déjame adivinar, esas cosas tienen veneno — dijo Midna con una gotita en la sien.

—Sí, para pre-digestión — dijo Fluttershy tragando saliva.

—Todo lo que necesitaba saber — murmuró Midna. — Fi, Link, hay una por cabeza… ¿pero podrían empezar sin mí? Tengo un pésimo presentimiento sobre esto.

Los dos asintieron y se lanzaron contra la criatura. Las respectivas mantícoras hicieron crecer nuevamente sus aguijones y comenzaron a dispararlos contra los guerreros temerarios; Link era un hábil espadachín y a veces se cubría y otras veces cortaba los proyectiles con su espada. Por su parte Fi bailaba elegantemente alrededor de sus atacantes; pateando con sus poderosas piernas para dejarlos sin sentido hasta que finalmente se transformó ella misma en espada y cortó la cabeza de la criatura con facilidad; lo mismo Link, quien tras memorizar el patrón de ataque pudo hábilmente saltar y ensartar su espada en el corazón de la criatura.

—Oh no… — dijo Fluttershy apartando la mirada, dejando escapar una gruesa lágrima de sus nuevos ojos.

Pero la tercera mantícora, aún en pie, rugió con todas sus fuerzas y las dos recién muertas se levantaron de nuevo; preparando sus colas contra aquellos insolentes.

—Tenía que ser — dijo Link.

—Sí, me lo temía — dijo Midna. — Siempre nos toca algo así.

Entonces ya los tres atacaron y acabaron con la amenaza.

—Qué recuerdos, y qué fastidio siempre que ocurría — dijo Link.

—Y que lo digas viejo — dijo Midna. — Tener que matar dos o tres veces al mismo grupo de criaturas porque no lograste acabar de un golpe con todos a la primera… en serio como una broma de mal gusto.

Link asintió y tras limpiar la hoja de la Master Sword en el pasto, se volvió hacia las amigas.

—Bien niñas, el show acabó. ¿Ahora por dónde?

Fluttershy seguía hecha un manojo de nervios.

—¿Qué? — Preguntó Midna fastidiada.

—¡Ustedes se atrevieron a matar una criaturita inocente! ¡Ellas sólo querían comer algo!

—Sí, a nosotros — dijo Midna indiferente. — Es matar o morir niñita, acostúmbrate. Además matamos muchos monstruos durante nuestra travesía en los templos y no escuché quejas cada vez que te salvaba la vida.

—¡Pero eso es diferente! Algo en mí me decía que no eran verdaderos, y luego Rare-Rare nos confirmó que sólo eran manifestaciones de su poder. Estos son animales reales mezclados con el poder del Twilight.

—Pues mira el lado bueno, con algo de suerte esta será la última vez que nos veremos las caras — terminó Midna indiferente.

La caballo amarilla lloró, pero la Princesa del Twilight la ignoró y siguió su marcha ante la mirada reprobatoria de las chicas.

—No tenían que hacerlo — dijo Applejack al cabo de un rato.

—Este es el Twilight, no Equestria — respondió Epona. — Así son las cosas Applejack. Aunque yo misma tengo mis cascos limpios, no cuestiono a Link y a Epona; muchas veces es la única solución.

Era otra vez esa misma discusión, pero ellas habían decidido que no querían tenerla; así pues siguieron avanzando, hasta una parte del bosque en que los árboles estaban tan tupidos que eran aterradores.

—De poder hacer un face-hoof sin perder el equilibrio en esta forma lo hago — dijo Rainbow Dash.

—¿A qué te refieres? — Preguntó Epona.

—A todo esto, estamos repitiendo el trayecto de nuestra primera vez aquí — respondió Twilight. — Pero esta vez presiento que algo peligroso en verdad nos saldrá adelante.

Un ruido casi imperceptible entre los árboles llamó la atención de Link; y de pronto, sin decir nada a nadie, tomó su arco y disparó.

Un rugido, seguido de un gemido y una bandada de horribles insectos gigantes los rodearon.

—¡Qué asco, qué asco! — Comenzó a gritar Rarity corriendo en círculos, cuando Epona tacleó para que se calmara y ella misma se echó.

Todas captaron el mensaje y se echaron mientras la nube de criaturas seguía molestando a los héroes. Fi tuvo que usar una de sus poderosas canciones que los inmovilizó a todos y luego pudo dar una poderosa vuelta pateando y girando a la vez eliminando a parte del enjambre. Link usó el boomerang de las tormentas para marearlos y Midna los aplastó con las manos de piedra de su Espejo de Sombras.

—Esto me está fastidiando cada vez más — dijo Midna.

—Ya qué, movámonos y nos olvidamos de todo esto — dijo Link.

Avanzaron a través del bosque, siempre con los héroes alerta a cualquier movimiento; hasta que salieron a un río en calma. Demasiada calma; y a lo lejos se veía una especie de llamarada azul flotando en la nada.

—¡Ug! ¿Qué es eso? — Preguntó Pinkie Pie asustada.

—Un espíritu, lo que le sucede a aquellos del Mundo de la Luz que entran al Twilight — explicó Midna usando su magia para que todas pudieran apreciar al espíritu en sí.

Era una serpiente marina color violeta, llorando en silencio mientras observaba la luna. Steven Magnet se sentía desconsolado y triste sin saber por qué. Sólo era un enorme peso en su corazón; ni siquiera entendía por qué era que todo estaba tan frío y sin vida, empeorando así su estado de ánimo.

—No puede percibirnos en este estado, pero por algo les dije que los evacuaran a todos — dijo Midna con calma. — ¿Seguimos avanzando?

Link usó el Spinner para cortar un grueso roble y usar su tronco como puente, así pues pasaron no sin antes dirigirle una mirada de pena a la serpiente.

Finalmente el último tramo, la larga bajado hasta el Árbol de la Armonía.

—Aquí está, y nos está llamando — dijo Twilight sintiendo ese pequeño peso en su corazón. — Tenemos que ir a recargarlo.

Y aunque les hubiera gustado trotar, el lugar estaba resbaloso y cualquier movimiento en falso significaría una horrible caída para todos. Así pues bajaron poco a poco, menos los héroes. Ellos se quedaron en la retaguardia esperando a que bajaran.

—¿Listos para presumir? — Se rio Midna.

—Maestra, ¿no es lo que hemos estado haciendo desde el inicio de esta aventura? — Preguntó Fi.

—En serio que me estás empezando a sacar de quicio — dijo Midna. — Deja de llamarme así por Hylia.

—Ya déjalo Midna, recuerda que Fi es… honestamente no sé qué sea ella pero nos ha echado una manita, o una capa; lo que sea que tenga. Ahora, presumamos.

Entonces el joven Hylian se soltó al abismo al tiempo que activaba sus Clawshots para una caída certera. Justo en el momento del impacto la garra se aferró a una roca y Link cayó limpiamente ante las ponis.

—Presumido — dijo Epona.

—No me diga, señorita yo sé usar el Spinner mejor que Link — la provocó el chico de verde.

Epona le sacó la lengua al tiempo que Fi y Midna bajaban flotando. Ante ellas el Árbol de la Armonía brillaba con todo su poder llamando a las Portadoras.

—Bien, vamos — dijo Twilight galopando.

Las otras la siguieron, no así Link y Midna que prepararon sus armas pues sabían que les quedaba el obstáculo final. Las ponis llegaron al Árbol y comenzaron a brillar con todo su poder mientras que nuevos retoños de frutos de Armonía nacieron de éste. Las chicas sonrieron y soltaron más poder, pero en ese instante algo sacudió la tierra.

El desafío final; no un monstruo como los que habían enfrentado hasta ahora sino una enorme planta carnívora de tres cabezas cubierta de una especie de capa protectora tan dura como el metal; y grandes tentáculos con los que amenazaba a tomar a las ponis y hacerlas pedazos. Link y Midna corrieron hacia la criatura (Maharantala; el enemigo que más odio de Hyrule Warriors); pero notaron que ésta no se movía.

—Algo aquí no anda bien — dijo Link. — Está como esperando algo.

Efectivamente las ponis recuperaron de súbito sus formas originales, incluidos Sweet Fog y Epona.

—¿Ahora qué? — Gritó Sweet.

—¡Link, el Spinner! — Gritó Epona.

Link arrojó la gigantesca arma y Epona se montó justo a tiempo; pues en esos momentos una de las enormes cabezas de Maharantala se arrojó contra Applejack; y Epona le dio justo con la afilada punta del Spinner. El monstruo rugió y comenzó a bailar por todo el lugar, al tiempo que su cuerpo estiraba sus hojas; largas y afiladas como cuchillas, y comenzaba a girar a gran velocidad listo para rebanar a cualquier idiota que se acercara.

Y como no se acercaban, ella se acercó a ella; las Portadoras estaban atrapadas por la Luz que emitía el Árbol de la Armonía y no podían eludir el ataque aquel de la planta gigantesca.

Los guerreros acudieron al rescate; con Link blandiendo el escudo Hylian para resistir los cortes de esa criatura, aunque no pudo evitar cortarse los brazos.

—¡Demonios esta cosa es peligrosa! — Se quejó.

—No veo su punto débil — gritó Midna tratando de usar su Espejo de Sombras para golpear a esa cosa.

—¡Pero no comprendo! Los Titanes dijeron que pasamos la prueba, ¿por qué nació esta criatura? — Gritó Twilight.

La imagen de los seis Titanes de la Armonía se proyectó en el grisáceo cielo del Twilight.

—Portadoras, están ante el peligro final de su travesía. Este ser ha nacido no de nosotras; sino de los residuos de las semillas que en otro tiempo el Señor del Caos y la Desarmonía utilizó contra el Árbol. Con el poder del Twilight, ha nacido para evitar que logren su objetivo.

—Sí, otra que se veía venir — dijeron Link y Midna protegiéndose cada quién a su manera de los ataques filosos de la Maharantala.

—Oh guerreros de Hyrule, tenemos una última petición; ustedes tendrán que proteger a las Portadoras del enemigo mientras recargan el Árbol. ¿Podrán hacerlo?

—Como si nos dejaran opción — dijo Midna molesta.

La enorme planta se había aburrido de tratar de cortarlo y extendió sus dos horribles cabezas con las cuales comenzó a atacar con una lluvia de semillas contra los guerreros. Los cinco se separaron; pero esa cosa tenía suficientes cabezas para mantenerlos bastante ocupados, y por suerte ellos estaban distrayéndola de las chicas.

—Me gustaría poder ayudarlos — dijo Pinkie Pie. — Ellos ya han luchado mucho por nosotras.

—Luego buscaremos la forma de agradecerles — dijo Twilight. — ¡Ahora concéntrense! ¡Mientras más rápido recarguemos esta cosa más rápido podremos ir a ayudarlos!

Mientras tanto las Princesas, en el lindero del bosque, sintieron una súbita energía oscura que venía de éste.

—Discord — dijo Celestia frunciendo el entrecejo.

—¿Sí? ¿Me llamaban? — Sonrió el draconequino apareciendo ante ellas.

—¿Hiciste algo dentro del Bosque Everfree últimamente? — Preguntó Luna molesta.

—¿Yo? Pero claro que no, ¡vaya acusaciones Princesas! ¿Además han visto el bosque últimamente? Está hecho todo un desastre, ni yo me metería con semejante oscuridad.

Era cierto, pero de todos modos siguieron observando el bosque, algo estaba sucediendo. Discord cerró los ojos y al rato les dio la razón.

—Efectivamente algo con mi energía viene de allá, pero es vieja, ¿recuerdan mis semillas de plantas oscuras?

—No nos lo recuerdes — amenazó Luna.

Discord se rio y guiándose por sus creaciones, creó una ventana. En ella pudieron ver la escena, las chicas recargando el Árbol de la Armonía… y la horrible monstruosidad nacida de las semillas.

—Les juro que yo no lo hice — dijo Discord. — ¿Y esos al fondo no son nuestros amigos los Titanes? Vaya, qué interesante… oh no, las chicas.

Justo en ese momento vieron cómo Link rechazaba otro ataque de la Maharantala con su escudo, un ataque dirigido especialmente contra Fluttershy.

—¡Fluttershy! — Gritó Discord desde su observatorio. — Y oigan, ¿quién es esa criatura de verde que la salvó?

En esos momentos la Maharantala soltó otro ataque de semillas contra los héroes; que Midna respondió haciendo aparecer un enorme cañón de piedra con el cual disparó cientos de ataques contra la cosa, haciéndola retroceder.

—No hay forma de hacerle daño — dijo Midna.

—Bien, si nos topamos con el Señor del caos una vez acabemos con esto, recuérdame darle una muerte horrible como lo hicimos con Ganondorf y Zant — dijo Link secándose el sudor.

—Recuérdame ayudarte — dijo Midna. — Demonios, ¿qué se supone que debemos hacer.

La cosa volvió a extender sus horribles cabezas lista para disparar sus ataques de semillas; y en su desesperación Link hizo lo último que se le ocurrió: lanzar el boomerang de las tormentas.

El golpazo le dio en las tres cabezas a la vez a la Maharantala; e increíblemente se desmayó abriéndose en forma de una flor revelando un centro que se veía vulnerable.

—¿Qué? — Preguntó Link.

—¿Qué importa? ¡AHORA!

Link, Midna, Epona, Sweet Fog y Fi corrieron y clavaron sus respectivas armas (daga, spinner, cañonazo de Sombras, Master Sword y ella misma transformada en espada) sobre la criatura.

Maharantala se sacudió del dolor y los lanzó a todos lejos, preparándose para el contraataque.

—Oh, ni creas — gritó Link soltando otro ataque de boomerang.

Maharantala volvió a recibir el impacto, abriéndose nuevamente.

—Esto se acaba PORQUE LO DIGO YO — Gritó Link corriendo y haciendo el giro más poderoso que conocía.

Midna sonrió y con toda la energía del Twilight lanzó dos enormes ataques oscuros contra Maharantala. La planta se sacudió del dolor; mas no por eso Fi tuvo piedad al transformarse en espada y cortarla a la mitad.

Las partes agonizantes de la planta soltaron un líquido maloliente; que a todos desagradó y sólo hizo que Epona muy molesta tomara uno de los tallos de la cabeza y le pusiera en la boca su solución favorita a las cosas: una bomba:

—Kaboom — se despidió Epona.

La planta estalló en pedazos, al menos una de sus cabezas.

—Oigan, si nos topamos con el tal dios del caos ya tienen una idea a considerar — se rio Epona.

—Y una excelente — dijo Link imitándola.

Midna sonrió y miró al aire.

—Puedo sentir tu magia de visión cosa rara… así que te lo diré sólo una vez: así tratamos en Hyrule y el Twilight a las amenazas, así que reza porque no te encontremos.

Dicho esto; hizo lo propio con el tercer tallo de Maharantala.

Discord acabó la transmisión, sobra decir que estaba blanco como la cera.

—Creo que dejé algo en el horno, si me disculpan…

Y desapareció. Las Princesas suspiraron, vaya con esta gente; pero por suerte ya todo había acabado; pues en ese mismo momento el Árbol de la Armonía se sacudió con todo y brilló con todas sus fuerzas iluminando a los guerreros y al lugar. Una luz muy poderosa sacudió todo y pronto la luz regresó al Bosque Everfree; terminando todo por condensarse en un espejo, que Twilight regresó.

—¿Y esta cosa qué es? — Preguntó Twilight.

—Esto, Princesa Twilight, es el Espejo del Twilight; la conexión entre tu mundo y el mío — dijo la Princesa del Twilight.

Desde el cielo, los Titanes sonrieron satisfechos.

—Esta, guerreros, es la salida de regreso a su hogar. Ahora, tengo entendido héroe Link, que has decidido quedarte con Midna.

Link sonrió.

—Siempre y cuando ella me quiera cerca.

Midna le sonrió y lo besó en la mejilla.

—Sí, te quiero cerca. Es divertido tener a la mano a alguien de quién burlarse.

Link entrelazó su mano con la de ella.

—Y ustedes, jóvenes Epona y Sweet Fog; tengo entendido que se quedarán en Equestria — siguieron.

Epona se abrazó de Applejack y Sweet sonrió y sólo asintió.

—Si ese es el caso, sólo abriremos una puerta a Hyrule durante algunos momentos; ya saben, porque tienen algo que devolver y ciertas despedidas que hacer. Fi, tu vives en la espada, pues eres un espíritu como nosotros; ¿no es así?

La criatura azul se inclinó.

—Y mi trabajo ha terminado. Por ahora regresaré a mi sueño, pero hasta que la Master Sword regrese a su respectivo lugar.

Entonces los Titanes activaron su poder, este era el final.

Tarde en la noche, en el mismísimo centro del Bosque Perdido; entre las ruinas del antiguo Templo del Tiempo, la Princesa Zelda de Hyrule observaba el pedestal de la Master Sword, la legendaria arma que destruye el Mal. Sintió cómo era removida hacía varios días atrás y de inmediato se puso a localizar al peligro que hiciera que el Héroe Link la tomara, pero luego de días y días de buscar, nada. Ni Link ni la Master Sword ni nada.

Y ahí estaba ella, acampando junto al pedestal esperando respuestas; pues en sus sueños se le había advertido que llegarían a ella en ese mismo lugar.

—Sí, lo único que me preocupa es cuánto tiempo me tengo que quedar aquí sin hacer nada — dijo Zelda medio fastidiada.

—¿Decía, su Majestad? — Preguntó la joven campesina que la acompañaba. Illa había llegado poco tiempo después, preocupada por no saber ni de Link ni de Epona en mucho tiempo, pues aproximadamente cada dos días regresaban a Ordon por provisiones.

—Nada joven Illa, me perdí en mis pensamientos — respondió Zelda con calma.

Entonces un brillo naranja y negro inundó la habitación y ambas retrocedieron. Zelda frunció el entrecejo y desenvainó su Rappier de Luz lista para el combate, pero se calmó al reconocer a la alta figura que la saludaba.

—Midna, cuánto tiempo Princesa del Twilight.

—Lo mismo digo Princesa de Hyrule — dijo Midna. — Y permíteme ofrecerle una explicación: durante los últimos días he tenido muchos problemas en mi Reino por culpa de la influencia de un hechicero oscuro; que causó la expansión del Twilight.

—¿Qué? — Se escandalizó Zelda. — Pero Hyrule…

—Hyrule no fue el Reino afectado — dijo de pronto una pequeña poni alicornio que les pareció adorable a Illa y a Zelda; pues la cosita ni siquiera les pasaba de las rodillas. — Sino Equestria, tierra de todos los ponis. Midna tuvo la gentileza de prestarnos su ayuda y solucionar el daño que su mundo causaba en nuestro Reino.

Zelda levantó una ceja.

—Bien… ahora tengo muchas más preguntas que antes, pero por lo menos ahora sé qué pasó con la Master Sword y con el héroe Link. ¿De casualidad no está contigo?

Link sonrió apareciendo detrás de Midna, acompañado de una pequeña poni terrestre. Illa al principio no la reconoció, pero cuando vio los ojos, aquellos ojos azules…

—¡Un minuto! ¡¿Epona?!

—¿Qué hubo Illa? Digamos que nuestra pequeña aventura en Equestria afectó mi aspecto un poquitín. Ahora soy una poni igual que mis amigas.

Illa no podía estar más maravillada.

—¡Y hablas!

—Oye, claro que hablo; siempre he hablado, sólo que antes no me entendías. Digo, Link te lo tuvo que haber contado cuando terminó todo el asunto del Twilight, ¿no? Bueno, ya qué. Aquí estoy, hablándote como cortesía de los Titanes de la Armonía, en serio no preguntes, y de paso despidiéndome. Hasta pronto amiga Illa, tú eras mi segunda humana favorita después de Link.

—Sí, de hecho yo también vine a despedirme y a regresar esto — dijo Link desenvainando la Master Sword y avanzando a través del portal creado por los Titanes. — Princesa Zelda, me disculpo por haber tomado la mayor defensa de Hyrule sin consultarla, pero mi amiga necesitaba ayuda. Ahora la retorno y espero en Hylia que no volvamos a necesitarla.

Zelda sonrió.

—Sí, yo también amigo Link. ¿Entonces es el final de tu aventura? ¿Reconsiderarás mi oferta de unirte a la Guardia de Hyrule y enseñar a los otros soldados tu valor?

Link sonrió pero negó con la cabeza.

—Princesa Zelda, dije que vine a despedirme también — dijo inclinándose. — Verá… en esta aventura he encontrado un enorme tesoro. Un tesoro que tuve por mucho tiempo entre mi sombra pero me negué a verlo. Yo, la verdad…

Midna ofreció su mano graciosamente y él entrelazó sus dedos con los de ella.

—Link y yo digamos que nos descubrimos el uno al otro — sonrió Midna. — Y a partir de ahora partiremos hacia el Twilight. Así pues adiós Princesa Zelda, o mejor hasta luego. Nunca se sabe qué pueda suceder.

Zelda estaba sorprendida, sorprendida pero al final sonrió amablemente y los abrazó a ambos.

—Tienen razón, nunca se sabe. Hasta pronto héroe Link, Princesa del Twilight. Siempre pensaré en ustedes como viejos amigos.

Midna correspondió incómodamente el abrazo y también sonrió, por su parte Link lo devolvió con fuerza y entusiasmo; y lo mismo con Illa.

—Illa, yo… lamento mucho que lo nuestro no funcionara pero,

—Sí, yo entiendo, tu alma gemela es otra — dijo Illa tomando ambas manos de su amigo. — Y estoy feliz por ti Link, de veras que sí; siempre serás mi pequeño amigo de la infancia, problemático y todo pero simpático hasta el fin. Sólo prométeme que cuidarás de Epona como siempre lo has hecho, ¿de acuerdo?

—Pues… con ese asunto — dijo Epona apartándose dejando pasar a Applejack. — Yo tampoco me quedaré con Link. También descubrí un lugar a dónde pertenecer, y con quién compartirlo. Illa, te presento a mi…

—Su novia — sonrió Applejack. — Me llamo Applejack, y cuidaré mucho de Epona. Lo prometo, palabra de granjera.

Illa se sorprendió un poco y luego abrazó a ambas yeguas con dulzura. Twilight asintió feliz y luego extendió sus alas.

—Bien, se nos acaba el tiempo y todavía tenemos cosas que hacer. Será mejor que ya todos se despidan.

Efectivamente, la Master Sword brilló y Fi salió inclinándose ante todos.

—Por mi parte retornaré a mi largo sueño. Fue un honor servirles en esta nueva aventura, Maestros. Ahora esperaré el tiempo a que la Master Sword vuelva a ser tomada por el nuevo héroe. Digamos que igual que siempre, me invade la felicidad. Hasta pronto, Maestros.

—Que dejes de llamarme así — gimió Midna con paciencia. — Pero en fin, ten una buena vida Fi. Pensaremos en ti.

—Y quién sabe, tal vez necesitemos de ti una vez más.

Fi se inclinó y entonces todos cruzaron la puerta. El círculo estaba cerrado por fin, en Hyrule. La Princesa Zelda colocó la Master Sword donde le correspondía y tras desearle en silencio lo mejor a Link y a Midna, se fue majestuosamente. Lo mismo Illa, que sólo dedicó una triste sonrisa al pedestal y se fue de regreso a Ordon.

Del otro lado, en Equestria, las cuatro Princesas se habían reunido alrededor de la puerta creada por los Titanes para que todos pudieran despedirse debidamente. Las chicas abrazaron tiernamente a los guerreros de Hyrule.

—Son algo extremos, pero gracias a ustedes salvamos nuestro hogar. Estaremos eternamente agradecidas — dijo Twilight.

Link sonrió presumidamente.

—No hay de qué, y ya saben, cuando necesiten un héroe…

—…se tendrán que conformar contigo — dijo Midna.

Link la miró molesto y ella le correspondió con una sonrisa juguetona, y al final todos rieron. Ambos dieron la espalda y se dirigieron a Twilight, para que activara el Espejo.

—¿Y ustedes no van también? — Preguntó amablemente Luna.

—Náh, me gusta donde estoy — dijo Epona, — digamos que ya encontré mi lugar aquí. ¿No les molesta que me quede, verdad?

—Por supuesto que no Epona, eres libre de quedarte en Equestria si ese es tu deseo — sonrió la Princesa Celestia. — ¿Estás segura?

Epona intercambió una mirada con Applejack y sonrió.

—Más que segura.

Celestia dio una cabezada.

—Bien, me aseguraré de ingresarte en el registro civil, ¿cuál es tu apellido Epona?

La yegua pareció considerarlo unos momentos.

—Ordon, como la aldea en donde crecí. Pero bueno, ya estamos.

—¿Y has pensado qué hacer para vivir? — Preguntó Luna.

Epona se quedó callada un rato, pero al instante sacó el regalo que le dejó su amigo Link: el Spinner.

—¿Tienen lugar para un soldado más? Porque pelear es lo mío.

Se rieron, por lo menos ahora todo estaba bien.

A estas alturas Midna ya se había alejado un buen trecho y con su poder comenzó a emitir ondas poderosas de color negro y naranja.

—¿Estás lista, Princesa Twilight?— Gritó.

—Lista, Princesa del Twilight — Gritó de regreso la alicornio morada.

Entonces ambas activaron ell Espejo del Twilight.

—Será mejor que guardes eso Twilight Sparkle, nunca se sabe cuándo veremos de regreso a los Guerreros de Hyrule — dijo Luna señalando el Espejo.

—De acuerdo — dijo la joven alicornio. — Al final me alegro que todo haya salido bien.

Sonrieron, sí, todo había salido bien. Habían salvado Equestria y hecho nuevos vínculos de amistad.

Del otro lado del Espejo, dentro del Twilight, Link miraba con tristeza hacia Equestria.

—Adiós vieja amiga, hasta la próxima crisis.

Midna le dio un codazo amistoso.

—No es un adiós, es un hasta luego y lo sabes Link. Además, ¿hasta la próxima crisis? ¿Pero qué te esperas tú que pase de aquí en adelante?

Link pareció considerarlo unos instantes.

—Yo que sé, ¿una crisis infinita?

Se rieron, todo estaba bien. De lo más bien.


Bien, primero NOTA IMPORTANTE: oficialmente cambiaré la categoría de esta historia a Crossover, así que no se asusten si no les aparece en el listado de My Little Pony.

Segundo, un final dejando en claro la participación de los guerreros de Hyrule en Crisis Infinita. De hecho, para poder avanzar en esa historia tuve que darme prisa en esta; pero con todo y la corredera espero que les haya gustado el resultado.

Sin más me despido con mi:

Chao; nos leemos!

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