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The Legend of Celestia: Twilight Princess

by Mr.E's-pen

Chapter 11

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La batalla de Daring Do

Había sólo dos caminos por el templo: la parte de arriba, donde Ahuizotl había escapado, y la parte de abajo; en donde estaban todos. En ambos casos el pasillo seguía hacia delante, pero estaba demasiado oscuro para ver con claridad a dónde se dirigía por lo que tenían que seguir adelante. El equipo de Fi, Midna y Link habían sido rápidos escogiendo su camino, Midna subió al piso superior levitando junto con Fi y Link tomó su clawshot para subir y salir en persecución del gato. A Daring no le hizo mucha gracia.

—Estos tipos raros, ¿se atreven a enfrentarse a Ahuiztol? No, él es mi rival y me corresponde a mí recuperar esa maldita joya.

—Daring Do, aunque la recuperes no podremos dejar que te quedes con ella — dijo Twilight. — Esa joya es muy importante para Equestria, Rainbow Dash la necesita para superar la prueba que le espera en este templo. De momento hemos logrado que el tiempo se ponga a nuestro favor pero no podemos perder esa ventaja.

—Y por mucho que no nos agrade la situación, tenemos que ser eficientes; y Link y Midna podrán encargase rápido de Ahuizotl, hemos visto lo que pueden hacer y no será problema — aseguró Pinkie Pie.

Daring suspiró fastidiada, no le agradaba la idea pero no podía contradecir lo que decía una Princesa. Al final en lugar de molestarse se encogió de hombros.

—Ya qué, por lo menos esto figurará como algo interesante en mi próxima novela. ¿Qué demonios pasa aquí? Ya que me voy a quedar sin el botín mínimo necesito saber qué es lo que está pasando.

—¡Es cierto Daring, permíteme! — Comenzó Dash. — Todo comenzó cuando al pueblo llegó una banda de tipos raros: dos ponis y dos cosas raras que…

—¿Les molesta si avanzamos mientras le cuentas? — Dijo Epona. — Necesitamos movernos, ¿O no que no querían perder la ventaja que hemos ganado?

—¡Sigamos a Epona! — Fue el veredicto de todos, mientras se posicionaban con Epona al frente del grupo y a Sweet Fog detrás.

Al final del pasillo había una puerta, que Epona se disponía a abrir cuando Daring la detuvo parando el relato de Dash en la parte en que encontraron el primer templo.

—¡Alto! Nadie en su sano juicio entra a una habitación en unas ruinas usando las puertas. Puede que haya monstruos o algo peor esperándote; hay que evaluar si hay un ducto de ventilación o algo que nos permita pasar a salvo…

—Te preocupas demasiado — fue la respuesta de Fog, que preparó su daga mientras que Epona abría la puerta.

Daring Do retrocedió asustada colocando un casco sobre su látigo, ya había divisado el ducto de ventilación pero ya era tarde y Epona había abierto la puerta evitando así un salvoconducto y llamando a todos los monstruos a la redonda. Efectivamente el cuarto estaba lleno de cráneos con alas rodeados de una extraña llama azulada, los mismos que en el templo de la Honestidad. Sin temor, Epona rodó hacia ellos con el spinner destrozándolos a todos con gran habilidad. El barullo llamó la atención de varios Keese que estaban en el techo y se soltaron atacando al equipo, pero esta vez Twilight estaba preparada y lanzó varios hechizos contra ellos para noquearlos, al tiempo que Fog los despachaba con su daga y Daring no tuvo más remedio que sacar su látigo y unirse a la acción. Al final todos los Bubble y Keese fueron eliminados mientras Epona saltaba de su spinner y miraba a todos lados.

—Bien, creo que despejado. ¿O queda algún monstruo en pie?

Daring Do la sacudió violentamente.

—¿Pero te volviste loca o qué? ¿Qué clase de forma de entrar a las mazmorras es esa? Lo primero es el sigilo, los monstruos son una cosa pero cazadores de tesoros rivales pueden saber que estás aquí con semejante escándalo.

—Nunca nos hemos topado con rivales, nadie más que Link está tan loco para meterse a los templos allá de regreso a casa — dijo Epona. — Y una regla básica que hemos aprendido es que si quieres encontrar lo más valioso en una habitación de una mazmorra, busca a las criaturas más peligrosas y los acertijos más complicados.

Daring no podía creerlo, pero bufó fastidiada y se puso a buscar mejor el acertijo; ahora que Epona lo mencionaba era algo a tomar en cuenta eso del acertijo. Epona se uso a buscar por un rincón y ella por el otro; acompañada de Rainbow Dash.

—¿Te encuentras bien, Daring Do?

—No muy bien, llevo años de experiencia en mazmorras y no permito que nadie me dé lecciones, ¿quién se cree que es ella para venir y cuestionar mi experiencia en la materia?

Ajena a esto, Epona se puso a examinar la habitación; como todo Clousdale era una plataforma elevada que se componía casi exclusivamente de nubes; pero también había una estructura sólida que las nubes cubrían y sobre ésta tenía que estar la respuesta. Buscó en su alforja y tomó el boomerang de las tormentas.

—¿Y qué pretendes con esa cosa? — Se burló Daring. — ¿Lanzarla a las paredes en busca de algo interesante? Estamos haciendo trabajo de aventuras niña, no podemos detenernos con jueguitos tontos y…

Epona la ignoró y arrojó el boomerang, que creó un pequeño tornado que apartó las nubes de la pared mostrando un diseño en bajo relieve que representaba una nube de tormenta y un relámpago hecho en cristal.

—¿Qué demonios? — Dijo Daring.

—Años de experiencia y objetos recolectados a lo largo de múltiples templos — dijo Epona. — Por lo que hemos visto mis amigos y yo todos los templos funcionan igual: lo importante es encontrar el mapa, la llave que te conduce al jefe de todos los monstruos y el objeto que te ayudará a vencerlo y que puedes quedarte como recuerdo para futuras aventuras.

Daring no dijo nada, pero sacó de su alforja un mapa.

—De hecho el mapa lo tengo yo; fue poco antes que Ahuizotl me capturara, no pude hacerme con la joya que ya tenía pero sí con esto.

Rainbow le sonrió presumidamente a Epona.

—¡Já! ¿Entonces quién es la mejor aventurera aquí, guerrera de Hyrule?

—Te diría que Midna pero no me parece que estemos para andar compitiendo por tonterías — dijo Epona. — Tenemos una misión, ¿recuerdas? Salvar el Twilight y Equestria.

Rainbow hizo un puchero pero Applejack se rio por lo bajo, lograron cerrarle la boca; un logro para Epona. Mientras, Daring, Sweet Fog y Twilight examinaban el mapa; en donde Daring Do ya había marcado un par de cuartos con una X roja; y otros tanto con una X blanca; pero en su mayoría estaban completamente

—Las blancas representan donde ya he estado, en algunas Ahuizotl ya las había saqueado con su equipo de torpes pero son las menos. Las rojas, ¡Ug! Un maldito acertijo difícil sólo para toparme con una bolsa de bits, ¿a quién se le ocurre?

—¿Verdad que es un fastidio? — Preguntó Rarity. — Cuando nos pasó en el primer templo casi me da un ataque de ira, tanto tiempo perdido por…

—En serio que si se quejan de los bits yo me los quedo con mucho gusto — dijo Applejack.

Daring entonces miró el mapa calculando desde la entrada y señaló un punto:
—Bien, se supone que estamos en este cuarto, tenemos que dirigirnos hacia…

—El centro — dijo Rainbow Dash, pues en el mapa efectivamente estaba señalado un relámpago multicolor como lo era su Cutie Mark. — Tenemos que localizar la Llave del Jefe, o ver si Link y Midna no la consiguieron ya para llegar aquí, donde me enfrentaré a mi Titán de la Armonía. ¡Apuesto que será asombrosa!

Daring asintió pensativa.

—Ah, claro, el asunto de los titanes y los Templos y todo eso. ¿Qué pasó luego Rainbow Dash? No terminaste de contarme.

Muy orgullosa, Rainbow siguió contándole su aventura a Daring Do, que parecía estar muy interesada en todo el relato.

—¿Entonces tenemos aliens de otra dimensión luchando por Equestria gracias a un problema que viene de su lado? — Dijo la aventurera sin poderlo creer.

—Técnicamente el problema fue Sombra, pero no contaba con que la Princesa del Reino que afectó no le gustara lo que hizo — razonó Twilight. — Un error que pagó con su vida.

Todas se estremecieron ante el recuerdo de aquello. Daring Do tragó saliva.

—¿No será posible que… ya saben, Ahuizotl…

—No creo — dijo rápidamente Epona. — No vale la pena, es sólo un ladrón; y Link es más listo que eso. Él no tomaría una vida a la ligera, sólo lo hizo en esas ocasiones porque era la única forma, pero jamás se atrevería si hay opción.

Daring tenía sus dudas pero le tomó la palabra. Entonces Fluttershy se adelantó.

—¿Y usted cómo terminó aquí, señorita Daring Do?

La aventurera miró al vacío.

—Es lo más raro de todo, niña, todo lo que sé es que me levanté en la mañana con la certeza que este era el lugar en donde debía estar en estos momentos; pero nada más. El resto, bueno, era de imaginarse: siempre que voy a una aventura ese fastidio azul tiene que seguirme.

—¿Llegaste aquí por pura corazonada? — Preguntó Pinkie Pie. — ¡Suena de locos!
—Pero es la verdad — dijo la aventurera. — ¿Por qué? ¿Creen que sea algo malo?

Nadie dijo nada, pero ahí efectivamente había algo raro aunque no podían definer qué. Pero ya lo averiguarían, ahora tenían que salir de un templo y tenían que comenzar con el acertijo de aquella habitación. Epona observó de cerca las paredes, cubiertas por enormes nubes que se movían suavemente alrededor del grupo; sería sospechoso de no ser porque estaban en una ciudad de nubes.

—¿Se te ocurrió algo, compañera? — Sonrió Applejack.

Epona asintió despacio estudiando el cuarto.

—Simplemente no me queda claro, ¿este lugar está solamente recubierto de nubes o es enteramente de ellas?

Rainbow sonrió.

—La estructura básica se de ladrillo, pero muy delgado; así es como está hecha Cloudsdale, la forma, fuerza y todo lo demás se los dan las nubes.

—Todo lo que quería saber — dijo Epona sacando el boomerang de las tormentas y lanzándolo con todas sus fuerzas.

—¿Y eso de qué demonios sirve, aventurera experimentada? — Soltó Daring insolentemente, pero de pronto un poderoso viento de tornado en miniatura apartó las nubes, revelando un extraño diseño en bajorrelieve sobre la pared.

Epona sonrió, había una parte del diseño más abultada en ciertos sitios que en otros.

—¡Bingo! — Dijo ella apretando uno de los botones de piedra.

Sabiendo que en este tipo de trampas si no escogías el botón correcto un monstruo te saldría a dar la bienvenida, Fog y Daring sacaron sus armas.

—Esto no me gusta — dijo Daring Do. — Mi estilo es jugar a lo seguro, no ignorar las trampas y monstruos a mi alrededor.

—Por eso voy armada hasta los dientes — dijo Epona apretando el primer botón pétreo.

El suelo tembló y de éste una especie de macetas en las cuales habían varias plantas carnívoras enormes; que soltaron un gas venenoso alrededor suyo y trataban de atrapar entre sus temibles fauces al primer incauto que se acercara.

—Deku Babas, y con veneno — dijo Epona. — ¡Genial! No podemos acercarnos.

—¡Esto es culpa tuya — dijo Daring usando sus alas para ventilar el veneno; pero estaba desesperada y si no pasaba algo pronto esto iba a terminar mal para todos.

Epona usó el Boomerang de las Tormentas otra vez pero el veneno seguía viniendo.

—Recuerdo que Midna decía que en la Batalla de las Eras Cruzadas lo que hacía era usar flechas contra esas cosas pero…

—A falta de flechas otra cosa — dijo Rarity lanzando un poderoso hechizo contra la planta más cercana, quemándola en segundos. Suspiró y lanzó varios.

—¡Vaya Rarity! ¡Jamás pensé que fueras dada a hechizos de ataque! — Se maravilló Twlight.

—No lo soy, para mí la jardinería se me da tan bien como a Sweetie Belle la cocina — suspiró Rarity. — Era un hechizo fertilizante.

Todas tenían una gotita en la sien, sería mejor no sacar conclusiones. Entonces Epona empujó el segundo botón, esta vez sí abriendo la puerta.

—Sólo esperemos que Ahuizotl no haya tomado ya su famosa "Llave del Jefe" como lo hizo con la Joya esa que necesitan para vencer al Titán — dijo Daring Do.

—No te preocupes, si eso pasa, Link y Midna se encargarán — sonrió Sweet Fog. — Y honestamente espero que ya lo tenga; porque si no nos espera algo de lo más difícil.

Ahizotl corría a través del templo suspendido en el aire como podía; simplemente no le entraba en la cabeza no sólo que no pudo acabar con su odiada enemiga Daring Do; sino que tuviera que huir por su vida. ¿Esos sujetos que acabaron como si nada con tantos dragones acorazados de dónde demonios habían salido?

Ahuizotl sonrió, ya había recorrido una buena parte del templo y sabía que a la habitación a la que se dirigía no sería fácil seguirlo; aún con la habilidad de volar como tenían dos de ellos. Era un calabozo simple; en donde el techo se desplomaba sin piedad al pasar siquiera por aquel lugar, tenían que conocerse bien los recovecos en donde se estaría a salvo en algún agujero para que el techo no los aplastara sin piedad, y ya les tenía ventaja a ellos al haber pasado ya antes por ahí, así que siguió a su velocidad.

Link corría encabezando el grupo, pues Midna y Fi sólo flotaban suavemente y se deslizaban grácilmente pero no con la velocidad suficiente para alcanzar siquiera a Link o a Ahizotl. Esto se estaba haciendo muy cansado.

—La ventaja que tiene el maldito es que anda en cuatro patas — dijo Midna. — Link, si te transformara en lobo y a mí en Imp podríamos atraparlo con facilidad.

—Maestro, tiene razón, el peso de Midna cambia de…

Midna le tapó la boca.

—En serio, eres una chica, ¿no se supone que sabes que jamás, PERO JAMÁS, debes mencionar el peso de una chica? Pedazo de…

Fi se inclinó ligeramente.

—Mis disculpas, Maestra.

—¿Maestra? — Quiso saber Midna.

—Así es: Maestra. A como van las cosas calculo una posibilidad del 65.43% que usted y el Maestro…

Midna le tapó la boca con una venita de irritación.

—Ya entendí, no digas más, por Hylia que cierra esa bocota.

Pero por suerte Link no había llegado a escuchar nada, sólo levantó su arco (la única arma que no le había prestado a Epona pues sabía que ella no podía manejarla) y apuntó listo para dar el golpe maestro.

—Tengo una idea — anunció sin perder de vista al gato azul que se alejaba más y más de escena. — No hay necesidad que nos transformemos a formas que no nos gusten, esto será rápido y el tipo aquel perderá su ventaja.

Ahuizotl ya había salido de la habitación del techo movedizo; cuando escuchó un zumbido en el aire que no le gustó nada. Corrió más rápido, pero más rápida fue la flecha que atravesó su pata trasera izquierda. Gritó de dolor al tiempo que caía de bruces. Midna se rio bastante fuerte.

—¡Buena esa! ¿Qué te pasa gato torpe? ¿Pensaste que éramos tan blandos como los habitantes de este mundo de colores? Te equivocaste.

Ahizotl comenzó a arrastrarse lejos, pero a mucha menos velocidad; así que hasta Fi sonrió:

—Maestros, hay una probabilidad del 45.08% que tengamos la oportunidad de atravesar esta habitación en calma y no lo perdamos.

Link y Midna (pese a la irritación de ésta ante la insistencia de Fi) sonrieron y avanzaron, siempre vigilando las sombras para que el techo no les aplastar y finalmente llegar ante el aterrorizado Ahuizotl que trataba inútilmente de retroceder pero estaba atrapado; finalmente los guerreros de Hyrule prevalecerían. Link levantó la Master Sword y dijo firmemente:

—/)/)%&/)/)/=

—La Joya — Tradujo Midna con una sonrisa retorcida.

Ahizotl gritó, llamando así a sus acompañantes que eran ponis musculosos especializados en carga y peleas cuerpo a cuerpo; pero dudaron ante la apariencia de los guerreros de Hyurle; que tronaron sus cuellos y atacaron. Eran ponis, así que no usaron toda su fuerza, de hecho bastó con que una buena parte de ellos fuera aplastada con las manos de piedra del Espejo de Sombras de Midna para que los demás se paralizaran del terror y retrocedieran. Midna torció más su sonrisa y convocó el extraño cañón, que destrozó un pilar del templo y luego lo apuntó a los aliados del gato azul.

—¿Ya se lo pensaron mejor? — Dijo ella sonriente.

Retrocedieron horrorizados, entonces Link exigió de nuevo la joya, y al saber lo que él pedía; Ahuizotl la entregó temblando. Los guerreros de Hurule asintieron y se fueron, todos menos Fi que no dejaba de ver al gato.

—¿Qué haces Fi? Ya ha terminado, estos tipos de este mundo son unos blandos — dijo aburridamente Midna. — Nadie se espera que hayamos gente como nosotros dispuestos a hacer lo necesario.

Los ojos de Midna no mostraban duda, sólo gran seriedad. Fi por su parte no dejaba de ver a Ahuiztol y éste se ponía cada vez más nervioso ante el rostro inexpresivo como de muñeca que tenía el Espírito de la Espada.

—Calculo las probabilidades Maestros, este sujeto volverá por nosotros apenas tenga la oportunidad; tal vez las probabilidades de volver a este mundo luego que solucionemos el percance con el Reino conocido como el Twilight sean del 6.78906% o menos, pero de cualquier manera no podemos hacer las cosas a la ligera, este sujeto volverá por nosotros.

Ahuizotl retrocedió horrorizado, de veras que planeaba ir por ellos pero a como sonaban las cosas ellos casi parecían dispuestos a…

Link le puso una mano en el hombro a Fi.

—Tal vez Fi, pero como dijiste hay pocas probabilidades que regresemos aquí, además la idea no nos entusiasma ni a mí ni a Midna, ¿o me equivoco?

—No, tienes razón — dijo aburridamente la Imp. — Y en todo caso este tipo es problema de las seis chicas que ayudamos y la aventurera rara que nos topamos a la entrada del Templo; no nuestro.

—Sugiero por lo menos noquearlo — dijo Fi.

—Eso es más fácil — dijo Link golpeando al gato azul con el mando de su Master Sword. —¿Lo ves Fi? Nada demasiado difícil, oponentes como él no valen la pena.

Caminaron tranquilamente con la joya entre las manos charlando entre sí como buenos amigos; o por lo menos Link y Midna porque Fi estaba en ese estado robótico irritante para Midna pero relajante para Link. Entonces escucharon varios rugidos y chillidos seguidos por un golpe seco de un gran peso cayendo al suelo seguido de chillidos enfurecidos.

—¿Lizalfos? — Preguntó Link.

—Aerolfos — corrigió Midna. — ¡Demonios, vamos!

Corrieron rápidamente ignorando a la bandada de Keese que los atacó para entrar rápidametne a una sala, en donde encontraron a la otra mitad del grupo luchando como podían contra una gran banda de Aerolfos; casi la misma escena con la que se toparon en la entrada. Y al igual que la última vez, todo se paralizó cuando uno de los lagartos cayó víctima de una espada en el cuello. Todos se volvieron; el grupo de Link, Midna y Fi había llegado.

—¡A tiempo! — Saludó Epona.

Link notó el cuerpo del Aerolfo caído y el Spinner sucio de Epona y asintió orgulloso, Epona sonrió también y siguieron peleando. Fue justo como en la entrada, no tuvieron problemas y los dragones acorazados habían caído en pocos minutos.

—¿Soy yo o el que esto ya no nos afecte es pésima señal? — Dijo Twilight.

—Luego nos preocupamos de eso — dijo Dash, — algo está apareciendo.

Efectivamente, el suelo tembló y al igual que las Deku Babas; un enorme cofre del tesoro apareció frente a todos.

—¡Genial! — Dijo Rainbow.

—Ojalá no sea dinero — gruñó Daring, que estuvo varias veces a punto de ser la cena de un Aerolfo y le debía su salvación a Epona; a quien consideraba una especie de rival.

—¡Es una llave! — Celebró Dash exhibiendo la llave con una joya en forma de calavera.

—La Llave del Jefe — dijo Midna. — Bien, podemos seguir avanzando antes que las cosas se pongan feas.

Nadie lo discutió y se pusieron en marcha a la habitación central; a la cual no tuvieron problemas para entrar y se pusieron a examinarlo todo en busca de su nuevo enemigo, el Titán de la Lealtad. Ya habían llegado al centro de la habitación cuando Dash se volteó.

—¡Vamos Daring! ¡La aventura está a punto de llegar a la mejor parte!

—No puedo estar más de acuerdo Rainbow Dash — dijo Daring de pronto, con una voz cavernosa y extraña; que en absoluto era la suya.

—¿Daring Do? — Preguntó Rainbow

La aventurera se adelantó, tenía los ojos vidriosos y perdidos; entonces levantó su látigo el cual cubrió con una energía arcoíris extraña y lanzó un ataque de éste contra Dash, que apenas si lo eludió a tiempo.

—¿Daring Do?

—Casi, tomé su cuerpo desde esta mañana para ponerte a prueba Rainbow Dash. ¿Qué a nadie se le pareció raro que ella viniera hasta acá por una corazonada? Esa corazonada era yo.

—¿Tomaste el cuerpo de Daring Do? — Quiso saber Twilight. — ¡Pero no tiene sentido! ¡Se supone que cada uno de ustedes se enfrenta a nosotros en persona!
—Eh, no, cada uno es diferente y actúa a su manera Elemento de la Magia — dijo Daring Do volviendo a restallar su látigo. — Yo soy Dasher, Titánide de la Honestidad y hoy serás puesta a prueba Rainbow Dash. ¿Estás lista?

La pegaso cian asintió aunque dudosa.

—De acuerdo, pero no lastimes a Daring Do.

—Eso depende de ti.

Comenzó la batalla.


Bueno, hoy lo corté cuando apareció el enemigo principal. Lamento si querían más de Daring Do pero honestamente es un personaje con el cual no me familiarizo mucho y tal vez lo explore pero no hoy ni mañana; si lo usé fue porque quería cambiar un poco la mecánica de los templos para no hacerme monótono. ¿Les gustó? Espero que sí, próximo cap el Templo de la Amabilidad. Espero les guste.

Chao; nos leemos!

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