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The Legend of Celestia: Twilight Princess

by Mr.E's-pen

Chapter 1

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Y… ya decía yo que iba a terminar borrando la versión de Legend of Celestia que hice ponificando el juego de OOT para crear un crossover propiamente dicho, de hecho publiqué el primero con eso en mente. Pero en fin, les presento mi nuevo proyecto; el cual está lleno de Spoilers del juego de Twilight Princess y Hyrule Warriors así que media vez estén de acuerdo con eso, por favor pasen y lean un poco.

Y por cierto, dejando en claro que ella no me paga nada por publicidad por favor si pueden pasen a ver el fic Caballeros del Silencio de mi amiga Cyandel25. Ahora sí, empecemos:

El héroe del Twilight

Era ya noche cerrada, en donde el joven descansaba tranquilamente entre las ruinas perdidas en algún lugar de ese bosque perdido en el tiempo, irónicamente llamado el Bosque Perdido. Estaba cerca de su hogar la Villa de Ordon, pero por alguna razón no quería regresar ahí. No después de todo lo que había pasado durante su pequeña aventura salvando el mundo.

Había intentado hacerlo, de veras que sí… pero simplemente no pudo acoplarse de nuevo a la vida de granjero de cabras, aún si tenía a su amiga Illa como compañía. Por mucho tiempo creía que ella le gustaba, que era la indicada para él; un sentimiento que Illa correspondía pero al final no funcionó. Y a estas alturas el joven Link no sabía si extrañaba algo o más bien a alguien.

Por eso se pasaba últimamente tanto tiempo en las cercanías de lo que quedaba del Templo del Tiempo, rondando la Master Sword pero hasta ahora no había señales de actividad.

Reitero, hasta ahora, pues justo en esos momentos cuando estaba perdido en sus pensamientos un relincho llamó su atención.

—¡Epona! — Gritó. — ¿Qué te pasa amiga? — Preguntó acariciando el hocico de su caballo.

La yegua siguió relinchando, pero no inquieta. Más bien parecía querer llamar la atención de su dueño, y con un ligero empujón con el hocico le señaló hacia el interior del templo. Un brillo dorado y blanco lo llamaba. Link se quedó paralizado.

—No puede ser…

Epona ni lenta ni perezosa comenzó a empujarlo con el hocico hacia aquel brillo, y el pobre Link más bien se dejaba llevar. ¿Qué ocurría? Tal como lo supuso la que lo llamaba no era otra que el arma que destruye el Mal, la Master Sword.

Link corrió hacia la espada, pero se detuvo a medio camino con dudas. Tanto tiempo esperando, era obvio que algo no estaba bien. Intercambió una significativa mirada con Epona, que asintió leyendo la mente de su amo. Ambos, yegua y amo, comenzaron a rondar la Master Sword intentando entender.

Entonces una voz conocida por ambos retumbó por todo el lugar:

"En serio, no es que quiera ser una molestia señor héroe importante y compañía; pero me sería de mucha ayuda si tomas esa espada de una buena vez. No tienes ni idea de cuánto poder estoy utilizando para comunicar nuestros mundos ahora que no existe el Espejo del Twilight"

Link levantó la vista buscando, lo mismo Epona.

—¡Midna! — Gritó él.

Epona sólo relinchó.

"Luego nos saludamos como es debido, héroe. Me urge que tomes la maldita cosa si es que estás dispuesto a ayudarme otra vez"

Link no lo pensó, con una sonrisa que no tenía desde que tuvo que despedirse de Midna, tomó la espada con una mano y colocó la otra en la nariz de Epona, que se acurrucó contra él y juntos desaparecieron en un haz de luz.

Cuando abrieron los ojos se toparon con un extraño y desolado paraje bastante opaco y siniestro, pero Link no temía. Ahora que todo había vuelto a como debía de ser, ese no era un sitio amenazador sino el hogar de una de sus mejores amigas; quien estaba seguro que reinaría lo mejor posible por su gente. Una amiga que por cierto se encontraba de rodillas en el suelo respirando con dificultad.

—¡Midna! — Gritó Link corriendo hacia la bella muchacha de piel azulada y cabellos naranja brillante.

—Ey Link, ¿cuánto tiempo ha pasado viejo amigo? Me sorprende que hayas llegado tan rápido ante el llamado de la espada.

Link se sonrojó ligeramente.

—Este… digamos que he… no me he separado de las ruinas del Templo del Tiempo. No sé, algo me ata por ahí.

Midna sonrió y se levantó con dificultad, su caballo gris oscuro se acercó y la ayudó a levantarse. La pobre estaba agotada por haber utilizado tanta energía mágica en re-conectar el Twilight con Hyrule, aunque fuera sólo por unos instantes; pero gracias a que Link se encontraba en el lugar indicado en el momento indicado gastó mucha menos de la que había calculado.

—Me alegro de verte viejo amigo.

—Lo mismo digo, Midna…

Se abrazaron, o más bien Link la abrazó a ella, que seguía débil pero todavía tenía algo de fuerza como para montar de regreso su caballo y hacerle una señal a Link que montara el suyo.

—Ven, te llevo al castillo mientras te explico lo que ha sucedido. Si es que puedo contar con tu ayuda claro; ¿o todo el asunto de ser héroe se te subió a la cabeza?

Link sonrió ante la broma de Midna, por lo visto seguía con su mismo cínico sentido del humor; así pues montó en Epona y comenzó a andar detrás de Midna, quien se dejaba llevar por el caballo que aparentemente conocía el camino de memoria y no quería causarle a Midna demasiadas molestias.

—¿Y qué pasa? — Preguntó Link por fin. — ¿Algo malo?

—Ese es el problema Link, no tengo ni la menor idea — dijo Midna mordiéndose el labio. — ¿Recuerdas lo que ocurrió con Zant?

El rostro de Link se ensombreció, que si recordaba… por supuesto que sí. Él y su amo Ganondorf se las habían arreglado para crear un desastre mayor en un intento desesperado por apoderarse de dos Reinos, Hyrule y el Twilight. Por suerte las diosas estaban preparadas, mandando al Héroe justo a tiempo, Héroe que por azares del destino resultó ser él.

—El Twilight se expande Link, y no encuentro razón o responsable alguno.

—Pero Hyrule parece estar a salvo…

—No es a Hyrule a donde se está expandiendo, amigo, de hecho no sé nada sobre el Reino al cual está cubriendo ahora. Créeme que he buscado toda la información que he podido, he hecho de todo menos… explorarlo. Llámalo presentimiento o tal vez con todo lo que vivimos juntos me siento apegada a ti, Héroe del Twilight; pero no creo que deba comenzar sin ti. Además si es cierto que has estado acampando cerca de ese templo es que te hace falta algo de emoción, ¿o me equivoco?

Link sonrió acariciando la hoja de la Master Sword, para luego guiñarle un ojo a su amiga. Por supuesto que no le importaría volver a las andadas, más teniendo en cuenta que era lo que anhelaba desde… ¿a quién engañaba? Era lo que quería desde que todo el asunto entre Zant y Ganondorf se solucionó por fin. Ya no era un granjero de cabras, era un guerrero y todo su ser clamaba por la aventura.

—¡Genial! ¿Cuándo nos vamos?

—Mañana en la mañana cuando recupere mis fuerzas. Como verás, el hechizo para conectar ambos mundos me dejó muy cansada, nada que una buena comida y una noche de sueño para recuperarme. Y te aconsejo que tomes el mismo tratamiento, por mucho que tu complejo de héroe te de la urgencia de actuar acelerado.

A Link no le importó, así pues siguió a Midna hacia su Palacio. Vaya que había cambiado desde que Zant era el que reinaba en el Twilight, se miraba un poco más colorido que antes y cientos de amables sirvientes (piel azulada y cabellos de brillantes colores) se apresuraron a ayudar a los viajeros, todo lo que sabían era que su Princesa iba a traer a un amigo importante a cenar y tenían que estar preparados para complacerlos.

Le removieron amablemente a Epona las alforjas con el equipo de Link y lo guardaron amablemente en la habitación que Midna le había preparado.

No fue demasiada extravagancia para la noche, tan sólo una buena cena y una cama confortable para el héroe del Twilight. Era algo a lo que Link ya se había acostumbrado cuando vivía con Illa, no tan elegante pero sí bastante parecido. No le agradaba esa existencia tan relajada pero se aferraba a la esperanza que el mundo al cual se estaba expandiendo el Twilight le trajera más emociones.

Sin pensarlo demasiado se durmió tranquilamente para despertar a primera hora del día siguiente. Los preparativos fueron rápidos, únicamente se le colocó a Epona su equipo, mientras él se colgó la Master Sword en la espalda junto con su viejo y confiable escudo Hylian.

Midna igualmente se había preparado llevando lo que parecía ser el Espejo del Twilight pero más pequeño y portátil.

—¿Y eso qué rayos es?

—Es el Espejo de las Sombras, mi arma personal — dijo Midna. — Durante la Batalla de las Eras Cruzadas, en serio no preguntes, tuve que ayudar al ejército Hylian para derrotar a la demente hechicera Cia y esta fue el arma que se me ocurrió tener. Es bastante buena.

—Te creo — dijo Link. — ¿En marcha?

—En marcha — concedió Midna.

Ambos montaron sus caballos, que por cierto el caballo gris de Midna se llamaba Sweet Fog; y comenzaron a andar hacia aquella parte del Twilight que se estaba expandiendo. Midna conocía bien su Reino y sabía que había ciertos paisajes que no se supone deberían estar ahí; y tal cual era el lindero de aquel bosque que se extendía ante ellos.

—Estamos justo donde se supone que debería terminar el Twilight, el bosque aquel es nuevo. Más allá puedo ver la división entre el mundo de la luz y el Twilight, ¿estás listo, héroe?

—¿Y tú por qué crees que estaba acampando cerca de la Master Sword, eh?

—Porque te hace falta una novia… o al menos una vida. ¿Qué hay de esa chica, Illa? Creo que le gustabas…

—No hablemos de eso, ¿sí? ¿Quieres mi ayuda o no?

Midna no pudo evitar sonreír, luego de su pequeña aventura el muchacho Hylian parecía tener más confianza en sí mismo, pero claro; después de vencer a Ganondorf y a Zant a cualquiera se le subían las cosas a la cabeza. Sin más, avanzaron hacia la división aquella del Twilight y el Mundo de la luz, teletransportándose hacia su nueva aventura.

Cuando se materializaron a este nuevo mundo, Link observó aliviado que no había cambiado, tampoco Midna. A ella le hubiera gustado volver a ocultarse en la sombra de Link pero de haber hecho eso se hubiera traído el Espejo de las Sombras para nada. Además presentía que lo iba a necesitar.

Entonces ambos sintieron que algo no andaba bien, ¿y sus caballos? Miraron para todas partes y al ver hacia abajo, ahí estaban ellos (por suerte no les habían caído encima). Eran más bien pequeñitos, no les llegaban más allá que a la cintura como mucho; y sus rostros en lugar del típico rostro del caballo común se miraba más bien tierno y expresivo, con enormes ojos que mostraban confusión y una naricilla graciosa que sobresalía. Además tenían pelaje incluso sobre sus cascos, y parte de éste (en la cadera) se había convertido en una especie de tatuaje. En el caso de Epona la Trifuerza; y en el caso de Sweet Fog el símbolo de la familia real del Twilight.

Los dos caballos se miraron confundidos por sus nuevas formas, incluso a Fog le habían crecido dos enormes alas, como reptilianas nervudas y amenazadoras; incluso sus ojos se habían tornado dorados y extraños, como los de un felino. Aunque ellos no podían saberlo en esos momentos, el caballo de Midna había tomado la forma de un Thersthal o poni nocturno.

(Nota del autor: si alguien mira Luna Eclipsada háganse una idea, son los dos pegasos que tiran del caballo de Luna. O busquen en Google los soldados de la Princesa Luna)

—Bien… esto es inesperado — dijo Link.

—Sí, — confirmó Midna viendo primero a Link y luego a los dos ponis, — ¿están bien ustedes dos?

Los dos caballos asintieron.

—¿Quieren que les ayudemos a llevar nuestras cosas? Son algo pesadas…

Fog asintió y Midna tomó su alforja; no así Epona que ahora tenía toda la fuerza de un poni terrestre y se sentía mucho mejor que en su forma normal de caballo percherón. Entonces comenzaron a caminar por aquel bosque, que parecía muy tupido y oscuro; pero en lo absoluto aterrador.

—Ojalá encontremos civilización pronto — dijo Link golpeando un árbol, que se sacudió y dejó caer unas rupias igual que siempre. Las recogió y siguió su camino.

Midna no dijo nada, ella trataba de concentrarse buscando algo de magia, lo que fuera que indicara que lo que estaba afectando al Twilight estaba en ese lado. Era muy débil pero la magia del estado salvaje del bosque no la dejaba concentrarse del todo, tenían que salir de ahí a como diera lugar.

Entonces escucharon un grito. Tras intercambiar una mirada rápida, los cuatro héroes corrieron a ver qué ocurría.

Lo que vieron los dejó sin aliento, no el enorme lobo hecho de madera y hojas que amenazaba; sino más bien la víctima, una poni unicornio color verde menta.

—Wow… — murmuró Epona, — simplemente wow…

—Sí, tampoco puedo creerlo — replicó Fog igualmente sorprendido.

Midna asintió dándoles la razón; no así Link quien sólo escuchaba relinchos pero a estas alturas tenía una excelente comunicación con su yegua así que no necesitaba mucho esfuerzo para entender el mensaje crucial. De todos modos no era el tiempo de sorprenderse con la poni, sino de salvarla; así pues Link levantó su espada, pero se lo pensó mejor y extendió su mano.

—¡Epona, bombas y los Clawshots!

Epona entendió el mensaje y sacó de su alforja los objetos deseados. Equipándose rápidamente, Link corrió a la acción. Accionó el primero de sus clawshots.

El Timerwolf estaba a punto de darse un festín con la unicornio Lyra Heartstrings, todo era cuestión de tiempo… pero entonces el sonido de un objeto clavándose en el roble más cercano, seguido al de una cadena contrayéndose a toda velocidad atrajo su atención. Levantó la vista rugiendo, sólo para obtener de lleno en la boca una especie de bola de metal color negro con una llamita en la punta. La criatura la destrozó de una dentellada… gran equivocación, apenas sus fauces aplicaron presión sobre el objeto éste estalló literalmente destrozándolo en segundos.

Link sonrió, las bombas de Barnes eran igual de poderosas que siempre. Pero nunca podía tomar suficientes precauciones, tenía que deshacerse de esa cosa ahora que veía que se estaba armando de regreso. Con gran habilidad tomó más bombas y comenzó a arrojarlas sobre el lobo. Pronto pasó de un montón de troncos a un montón de cenizas y astillas.

Link sonrió, esto fue divertido.

Midna tenía una gotita en la sien.

—¿Tenías que ir tan lejos? Se nota que te hacía falta luchar, héroe.

Link se encogió de hombros.

—La última vez le compré demasiadas a Malo. Como no acepta devoluciones me quedé con bombas y flechas de más.

Midna no dijo nada, ese pequeño comerciante tenía algo… pero bueno, miró hacia la unicornio que parecía estar en shock. Ni siquiera hablaba, sólo los miraba.

—Este… Link, creo que para que todo este asunto funcione tendremos que comunicarnos con la población local y viendo que son equinos creo que lo mejor será que…

Midna entonces sacó un cristal oscuro que hizo que Link soltara un gemido de exasperación, pero asintió. Era el precio de ser un héroe.

—Está bien.

—Si te es más cómodo de esta forma, tomaré mi forma de Imp — dijo Midna. — Es lo menos que puedo hacer por ti viejo amigo.

Link sonrió y aceptó el trato. Entonces Midna se transformó a sí misma en una especie de duendecillo negro y azul con una especie de casco de piedra en la cabeza sobre el cual sobresalía la punta de su cabello naranja que recordaba a una mano… y transformó a Link en una especie de lobo de ojos azules. Miraron a Lyra.

—Este, es un gusto. ¿Estás bien? Mi nombre es Link y…

Lyra soltó un gritito alegre.

—¡No puede ser! ¡Humanos, verdaderos humanos que usan magia!


Y lo dejo en puntos suspensivos, me encanta Lyra y aunque este es un fic genérico de los míos, otro típico crossover, no veo por qué no darle un papel más relevante. Además tomaré mucho del estilo de Zelda para hacer este fic y agregar más elementos del mundo de MLP es justo lo que necesito para hacer un gran crossover.

Espero les haya gustado y como siempre:
Chao; nos leemos!

Next Chapter: Chapter 2 Estimated time remaining: 0 Minutes
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