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Equestria Girls: El fin de la Armonía (Armonía Quebrada)

by Anonimol

Chapter 82: Luz propia

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NA: El siguiente capitulo es un flashback que terminara de aclarar las dudas relacionadas con uno de los tantos personajes que participan en esta torcida historia, la mayor parte por no decir todo será un flashback pero mantiene continuidad con los hechos ocurridos hasta ahora en el fic.

80. Luz propia.

Flashback:

Hace miles de años, en un mundo habitado por seres humanos con distintas pigmentaciones en sus pieles, era un época en la que el hombre vivía en permanente conexión con la fuente de energía de su creación, donde predominaba un antiguo arte arcano conocido como magia, la cual le daba a sus usuarios habilidad que ni los mas grandes guerreros podían igualar, un arte que era capaz de convertir el conocimiento en poder ilimitado y que muchos no supieron como manejar, dos entidades abstractas de gran poder emergieron a raíz de toda esta locura y caos que se había formado por el mal uso de la magia arcana, uno de ellos era bondad y orden puro y el otro estaba hecho de maldad y caos, muchos magos tomaron el control de las energías armoniosas y la responsabilidad de encontrar la forma de poder apaciguar la mente de sus compañeros quienes habían caídos victimas de las energías destructivas y enloquecedoras, desgraciadamente los magos negros no tenían escrúpulos a la hora de experimentar aun si eso significaba sacrificarse a ellos mismos en busca de una forma de energía mas placentera y por lo tanto sus avances sobrepasaron a los demás. Al cabo de muchos años consiguieron lo que querían, el deseo de sus corrompidas mentes fue traído directo al plano material, la oscuridad misma emergió en la forma de un demonio de gran poder, una criatura que no solo era temida por la gran destrucción que podía dejar a su paso si no por la influencia que tenía en las mentes de todos aquellos cuyas existencias le eran reveladas, nadie podía escapar de su influencia, no era humano, era un demonio con la habilidad de absorber todo rastro de esperanza, la tierra no tardo en caer en una oscuridad que se pensó sería eterna, bajo la influencia de Nightmare. Finalmente unos hechiceros muy poderosos y sabios lograron crear un artefacto capaz de hacerle frente a la oscuridad, un cristal que se nutría de las esperanzas y las energías de sus poseedores, una energía pura en su totalidad y lo usaron para levantarse en contra del demonio Nightmare, después de una gran batalla finalmente los hechiceros junto con todos aquellos seres que lograron salvar de su locura hicieron un ultimo gran esfuerzo para sellar a Nightmare hasta que después de mucho tiempo pudieron volver a ver salir el sol y purificar al resto del mundo dejando solo una espada negra y un casco oxidado que fue todo lo que quedo de la criatura hecha de oscuridad, por temor a que una catástrofe similar pudiera ocurrir los hechiceros decidieron pactar con unos espíritus muy poderosos conocidos como genios para pedirles un deseo muy especial, abolir la magia arcana en ese mundo, para que nunca mas pueda emerger un mal parecido al que tuvieron que enfrentar, entonces los genios tomaron la piedra de cristal que habían creado y la enterraron en una ubicación en especial de la cual broto un gran árbol de cristal como nunca antes habían visto y les dijeron, "a partir de ahora toda la magia de este mundo a excepción de la que proviene de los espíritus elementales permanece sellada en las raíces de este árbol, nadie será capaz de acceder a él puesto que lo esconderemos fuera del alcance de la vista de cualquier mortal", los hechiceros se retiraron satisfechos sabiendo que habían hecho un gran sacrificio al no contar con la magia para vivir su día a día aun cuando toda la sociedad que habían construido por generaciones dependía de ella pero que era algo necesario para evitar que ocurra una catástrofe similar en el futuro.

¡BROOOM!

El sonido de un trueno retumbo en el ambiente de una pequeña habitación ubicada en un gran castillo, eran poco mas de mil años en el pasado, era medieval de ese mundo, un joven de aproximadamente 20 años de piel blanca y cabello dorado como el sol se levantaba de una silla mientras dejaba un libro cerrado en la mesa.

- ¿Eso es todo? - preguntó un niño de aproximadamente 10 años de piel gris y cabello oscuro como la noche, estaba echado en una cama, la habitación era bastante rustica, normal para la época y era iluminada por velas.

- Si, eso es todo.

- Caelus, ni siquiera ibas a mitad del libro cuando terminaste de leer, no soy tonto.

- Son suficientes leyendas raras para una noche Noctis - Caelus guardo el libro en un estante lleno de libros - además mañana debemos levantarnos mas temprano que de costumbre, vendrán invitados de otros reinos y ya sabes lo que eso significa, ahora eres joven y se que todo esto te puede resultar muy aburrido, yo era igual a tu edad pero mas adelante también tendrás que tomar parte de la responsabilidad del reino.

- El reino solo puede tener un rey, para eso estas tú Caelus, eres el heredero al trono después de todo.

- Si algo me llega a pasar tu serás quien tome el lugar - apagó la ultima vela - eres un príncipe, no lo olvides.

- Oye - Caelus estaba a punto de salir pero se detuvo al escucharlo - ¿la magia existe? - el príncipe de cabello dorado no pudo evitar soltar una risa al escuchar eso.

- Vamos Noctis, se que eres mas listo que eso, solo son historias.

- Bueno, estuve leyendo algunas cosas y hay fuentes confiables de gran antigüedad que hablan sobre esos temas.

- ¿Has estado hablando de nuevo con esos mercaderes ambulantes? - Noctis aparto la mirada.

- Un poco.

- Esos extranjeros te dirán cualquier cosa con tal de que compres su mercancía, no dejes que se aprovechen de ti.

- ¡Vamos! ellos ni siquiera saben que soy de la realeza.

- Da igual, se lo dicen a todo el mundo, son comerciantes Noctis, cuando crezcas entenderás a lo que me refiero - salio cerrando la puerta detrás suyo.

- No soy tan tonto - apenas se quedo solo Noctis se levantó de la cama, encendió una vela y debajo de su cama saco un viejo libro de color crema sin portada alguna, al abrirlo noto que estaba completamente en blanco cosa que le hizo lanzar un corto suspiro - ¿por que ahora no dices nada? ¡vamos! - lo sacudió varias veces - ¿que fue lo que mi hermano leyó en esta cosa como para ordenarme tirarlo de nuevo en esa cueva? ¿ah? - finalmente sintió como el libro de agitaba por su cuenta y al revisar la primera pagina había algo escrito en ella en letras grandes - ¿Libro de Cuentos? eso es lo que decía la primera ves que lo encontré, ¿así es como se llama? - continuo revisando pagina tras pagina hasta que noto como en una de ellas algo aparecía en letras rojas - un libro que se escribe solo, si esto no es magia no se que cosa es, lo sabía - cuando termino de escribirse pudo leerlo en voz alta - "la esencia del oscuro aguarda, dormida, bajo los restos de su antiguo imperio"... esto se pone cada ves mas interesante - corrió una pagina mas y las letras rojas comenzaron a formar nuevas palabras pero esta ves a medida que las iba leyendo la sonrisa de su rostro iba desapareciendo reemplazada por una mirada confundida - "Dos hermanos y un solo Destino, mata a tu hermano porque así lo mando yo, el Libro de Cuentos, no tienes elección, la historia se tuerce y el Destino canta y baila al compás de la creación y grita a los cuatro vientos ¡ARMONÍA QUEBRADA! ¡MATA A TU HERMANO O MUERE EN SU LUGAR! Todo y todos son parte del cuento y el tablero, lo que vaya a pasar con sus vidas depende solamente de mi, no hay escapatoria, depende solamente de mi, ¡ARMONÍA QUEBRADA! ¡MATA A TU HERMANO O MUERE EN SU LUGAR! - cerró el Libro sorprendido y volvió a esconderlo debajo de su cama - de acuerdo, Caelus tenía razón, suficientes historias raras por una noche - apago la vela - olvidare que leí eso, tengo cosas mas importantes por las que preocuparme.

Pasaron cinco años después de que Noctis leyera por ultima ves el Libro de Cuentos, ya hasta había olvidado donde lo guardo por ultima ves, ahora el joven de piel gris y cabello negro cabalgaba por el reino siendo saludado por varios de los aldeanos quienes lograban reconocerlo a pesar de vestir ropa común y no tratar de lucir exactamente como un príncipe, estaba a punto de abandonar el reino para internarse en el bosque pero notó que por el camino llano se acercaba una gran caravana de gente con carretas llenas de objetos extraños.

- ¿Los mercaderes ambulantes? que raro verlos por aquí en esta época del año - continuo con su camino y fue directo al bosque. Al cabo de unas horas regresó y no pudo evitar sentir curiosidad por los extraños que habían instalado sus tiendas en una parte de la ciudad por lo que decidió dejar su caballo a cargo de un guardia e ir a curiosear entre los comerciantes, noto que la mayoría de ellos vendían armas y piezas de armaduras entre otras cosas, se acerco a uno de ellos aprovechando que eran completos desconocidos para tener una charla normal sin la necesidad de ser tratado como un miembro de la realeza - disculpe, ¿puedo hacerle una pregunta?

- Si no vas a comprar nada entonces vete - respondió de mala gana el hombre que se mantenía sentado dándole la espalda mientras limpiaba una espada.

- Esa no es una buena forma de atraer clientes, además no pareces estar haciendo nada importante.

- Si estos objetos se llegaran a oxidar por la humedad de este lugar entonces perderían su valor y mi negocio quebraría.

- Sin clientes también quebraras - se acerco mas - oye, si vas a tratar a la gente así por lo menos atrévete a verles la car... - no pudo terminar la frase porque el hombre se dio la vuelta viéndolo de frente y revelando que todo su rostro había sido desfigurado por graves quemaduras, era completamente irreconocible - diablos.

- Así es... diablos, entonces ¿vas a comprar algo o que?

- Lo haré, pero antes me gustaría preguntarte algo, sabes... siempre vienen comerciantes extranjeros en primavera pero es raro verlos faltando tan poco para el invierno, ademas ¿por que traen tantos instrumentos de guerra? son muy difíciles de conseguir.

- Veníamos de otro reino pero nuestra caravana fue asaltada por unos bandidos que nos quitaron prácticamente todo, pensábamos volver a casa por mas mercancía pero tomamos un pequeño desvío en el camino y nos encontramos con un tremendo botín, todo lo que ves en este y en los otros puestos son reliquias que encontramos en una ciudad que yacía en ruinas, aparentemente ningún otro viajero tuvo la suerte de encontrarse con ella, vinimos aquí porque nos dijeron que no tenían buenos herreros y estamos apresurados por vender estas cosas, ¿sabes algo? algunos de los comerciantes que ves aquí son muy supersticiosos.

- ¿Piensan que estas cosas tengan algún tipo de maldición? - dijo Noctis mientras revisaba algunos de los artefactos.

- Yo no creo en la magia pero debo de admitir que la escena era bastante desastrosa y extraña, habían esqueletos de soldados por todas partes pero por alguna razón sus armaduras se mantenían en buen estado, era como si en algún momento de la historia se hubiera congelado el tiempo en ese lugar, ¿te interesan estas cosas?

- Siempre estoy abierto a escuchar cosas interesante, de acuerdo - esbozo una pequeña sonrisa y saco un medallón de oro perteneciente solo a los miembros mas honorables de la corte real, algo de gran valor que sorprendió bastante al comerciante de rostro deforme - no te quedes con la boca abierta y muéstrame lo mas raro y valioso que hayas encontrado en ese lugar, algo que valga lo mismo que esta medalla de oro.

- Muy bien, tengo algo que definitivamente va con lo que estas pidiendo - se metió dentro de la carpa y al salir estaba cargando una caja cerrada, al abrirla Noctis vio lo que parecía ser una espada negra como el vacío, jamas había visto un metal tan oscuro y junto a esta una especie de yelmo de color azul oscuro con una media luna en la frente - querías lo mas raro y valioso que se haya encontrado en esas ruinas, pues déjame contarte sobre estas cosas, como dije todo el lugar estaba lleno de restos de soldados con armaduras en buen estado pero todos los cadáveres estaban rodeando un lugar en especial, en el centro de toda esa masacre había un trono y encima de ese trono no había cadáver alguno, solo esta espada y este yelmo - Noctis tomo el yelmo y empezó a mirarlo minuciosamente - como te dije hace un rato, la mayoría de mis compañeros son muy supersticiosos y no se atrevieron a tocarlo.

- Pero usted si.

- Así es, y aquí los tienes ¿que te parecen?

- Me parece perfecto, este casco va de maravilla con el resto de mi armadura y ni hablar de la espada.

- ¿Eres un caballero de la corte o algo parecido?

- Algo así - el mercader se quedo mirándolo un rato en silencio, debido a sus quemaduras era imposible descifrar la expresión de su rostro pero no parecía estar de buen humor.

- No me tomes por tonto, eres demasiado joven para ser un caballero de la corte, ¿eres un príncipe? - entrecerró los ojos - ¿o un bandido?

- ¡¿Importa?! - respondió Noctis de manera cortante y tenaz.

- En realidad no - tomó el medallón y le entrego la caja cerrada a Noctis - gracias por su compra - volvió a la carpa.

- De nada... supongo - se retiró cargando la caja, fue por su caballo y cabalgó de regreso al castillo.

(...)

Una ves dentro de su habitación y solo abrió la caja y tomó la espada admirando su diseño, notando que en el filo habían unas runas extrañas.

- Que extraño, antes era completamente negra - esbozo una pequeña sonrisa mientras la agitaba en el aire probando su peso - es jodidamente ligera, como si fuera de cartón, veamos - bajo la espada sobre la caja de madera logrando un corte perfecto - corta muy bien - cada ves mas emocionado decidió probarla sobre otra cosa pero en un descuido termino enterrando la espada en la pared de piedra, para sorpresa suya la espada paso la dura roca como si se tratara de papel y pudo sacarla sin hacer mucho esfuerzo - no conozco de acero que sea capaz de atravesar una roca de esta forma, esto se pone cada ves mejor - guardo la espada y saco el yelmo admirando su diseño - me pregunto a quien habrá pertenecido esto - se lo coloco rápidamente notando que le quedaba bastante grande - parece que tendré que esperar algunos años para usarlo... ¡ah! - increíblemente el yelmo se comprimió ajustándose a su cabeza, Noctis empezó a retorcerse como si estuviera sufriendo mientras sentía como todo a su alrededor se convertía en oscuridad total - ¿que ocurre? ¿como llegue aquí? - un silencio abismal envolvió el lugar y al cabo de unos segundos se podía escuchar unos pasos acercarse pero no veía a nadie a su alrededor - ¿quien esta ahí?

- Sangre real - dijo una voz siniestra entre la oscuridad - sangre con un sabor y una pureza incomparable.

- ¿De que estas hablando? - tomo la espada negra que curiosamente también había sido transportada a ese lugar - ¡muéstrate!

- ¿Que me muestre? ¿Acaso no te das cuenta que estoy en frente tuyo? - Noctis razono las extrañas palabras y dejo caer la espada llevándose ambas manos a la cabeza notando que aun tenía puesto el yelmo - e esperado por mucho tiempo por alguien como tu para despertarme.

- ¡Aléjate! - intentó quitarse el casco pero le era imposible.

- Las emociones son fuertes en tí, puedo sentirlas, saborearlas, estas lleno de temores, dudas y remordimientos, de soledad, angustia y sobretodo... ira - la fuerza con la que Noctis intentaba quitarse el casco empezaba a lastimarlo, su cuello y su frente sangraban debido a la presión que ejercía para liberarse - no intentes ser algo que no eres, deja de hacerte el fuerte, se razonable y acepta tu destino.

- No se de que me estas hablando.

- Hablo de tu condición, puedes sentir amor pero no puedes ser realmente amado, ¿que le puede preparar el destino a alguien como tu? solo dolor y miseria, en cambio, yo te ofrezco una salida, yo te ofrezco... ¡PODER!

- ¡CÁLLATE! - finalmente logro quitarse el casco y hacerlo volar contra la pared, cuando abrió los ojos nuevamente estaba en su cuarto en el castillo pero no tenía ninguna herida - fue solo una alucinación - respiraba agitadamente - así es... solo una alucinación.

Pasaron cinco años mas después de ese incidente y la condición mental y emocional de Noctis cada ves se deterioraba mas, ahora con veinte años de edad tenía la energía de un anciano, pasaba la mayor parte de su tiempo en la biblioteca aislado de todo aquello que lo rodeaba y esto empezaba a hacerse notar por sus familiares.

- Noctis - un hombre de piel blanca y cabello dorado entro a la biblioteca y vio al joven sentado con la mirada baja y el cuerpo decaído dando la impresión de estar muerto - soy yo, Caelus, oye, ¿que te ocurre?

- Nada... solo me he sentido algo... cansado, últimamente.

- Los reyes y el resto de la corte están preocupados por ti, y yo también - puso una mano en su hombro - sabes que cuentas conmigo para todo, como en los viejos tiempos.

- Eres bastante considerado - levantó un poco la mirada - pero, no creo que tengas la solución para todo, a veces siento que veo el mundo con otros ojos, lo que no se es si lo que veo es real o solo una trampa de mi mente - efectivamente en esa habitación habían cosas que pasaban de ser percibidas por Caelus pero ante los ojos de Noctis no, extrañas sombras que tomaban formas distintas y se movían en direcciones erráticas susurrando palabras que no era capaz de entender pero que lo llenaban de un sentimiento amargo, sin embargo cuando el príncipe Caelus se acercaba, todas ellas mantenían distancia de él.

- Tal ves no tenga la solución a todos los problemas, pero como dice nuestro padre, hacemos lo que podemos con lo que tenemos - le tendió la mano y esbozo una pequeña sonrisa - necesitas salir de aquí y hacer algo de ejercicio.

- Creí que estabas demasiado ocupado.

- Siempre tengo tiempo para la familia - lo ayudo a levantarse y salieron de la biblioteca pero antes de cerrar la puerta Noctis notó como las sombras monstruosas volvían al lugar.

(...)

A la semana siguiente Noctis decidió salir a cabalgar de nuevo pero por alguna razón cada ves que intentaba subirse al caballo este relinchaba y se paraba en dos patas como si intentara defenderse, como si le tuviera miedo.

- ¿Que diablos pasa con este animal? - finalmente después de hacer un gran esfuerzo logro calmar al caballo y montarlo pero cuando dio la orden de que avance este volvió a pararse en dos patas haciendo caer a Noctis para luego huir del establo a toda velocidad - malditos animales - dijo de mala gana mientras se sacudía la ropa - me hará bien caminar un rato - empezó a caminar por la zona comercial del reino pero en todas partes veía a las extrañas sombras monstruosas volar en el ambiente, algunas de ellas se acercaban a la gente y susurraban las mismas cosas inentendibles, de repente todos aquellos que eran influenciados por estos susurros empezaban algún pleito o discusión y las sombras crecían en tamaño y empezaban a tomar formas extrañas, casi físicas, Noctis ya estaba acostumbrado a ver eso y trataba de que no le afectara pero a veces era imposible mantenerse cuerdo ante tanta energía emocional que desprendían las extrañas entidades que aparentemente siempre existieron ocultas al ojo humano pero no a los del príncipe - ya nada es como antes, ahora todo se ve tan gris - llegó a una fuente y vio su rostro en el agua - es como si ya no pudiera ver las cosas bellas de la vida, como si mis ojos solo pudieran reconocer la maldad ¿como llegue a esto? ¿fue por ese maldito yelmo?

- ¡AAAHHH! - un grito se escucho entre la multitud, un hombre había asesinado a otro y luego se había suicidado, el sitio había sido rodeado por guardias pero cuando Noctis se acerco vio como de el cuchillo que había usado para ambos crímenes brotaba una gran cantidad de humo negro que luego se materializo en la forma de un dragón tipo serpiente, sin alas pero con un cuerpo muy alargado y pares de garras delanteras y traseras, no era completamente visible pero por su estructura parecía estar hecho de una sustancia acuosa, rápidamente noto la presencia de Noctis y se fue acercando lentamente hacia él sin que nadie pudiera verlo - no puede ser - dijo para si mismo mientras se alejaba corriendo - hasta ahora nunca habían tomado atención en mi - a medida que pasaba por varios lugares y presenciaba pleitos y conflictos cada ves mas sombras se materializaban en formas extrañas y demoniacas, algunos tomaban la forma de bebes horribles que también reían y gateaban cuando veían a Noctis y otros en seres mucho mas complejos como criaturas hechas de cuchillos, reptiles deformes, perros con rostros de humanos entre otras cosas que parecían sacadas de las peores pesadillas de una mente atormentada, todo seguían a Noctis quien no paraba de correr, paso por la salida del reino siendo visto por sus guardias quienes no intentaron detenerlo.

- ¿Acaso ese no es el príncipe Noctis? - pudo escuchar a uno de ellos a pesar de que ya se había alejado bastante - ¿no es peligroso que salga al bosque sin protección?

- ¿A quien le importa? - respondió el otro - él no ocupa ningún papel en el gobierno, e oído de otros guardias que se a convertido en todo un estorbo, dicen que se ha vuelto loco, sería mejor si muriera - Noctis siguió corriendo viendo como todos los demonios deformes pasaban por la salida del reino frente a los guardias sin que estos pudieran verlos.

- Es una locura, ¡todo esto es una locura! - dijo para si mismo hasta que finalmente se adentró en el bosque e intentó refugiarse pero las criaturas que no pertenecían a ese plano atravesaban los arboles y la maleza con el objetivo de alcanzarlo - maldita sea... ¡aléjense de mi! - finalmente tropezó y cayo por un pequeño barranco, para cuando se levantó era muy tarde, todos lo habían alcanzado y estaban a pocos metros de distancia, retrocedió arrastrándose solo para chocar contra una roca y cubrirse los ojos esperando lo peor, pero nada ocurrió, cuando los abrió aun temblando del miedo noto para sorpresa suya que todos los monstruos se arrodillaban ante él como si fuera una especie de reverencia, entonces empezó a reír descontroladamente presa de la confusión y el terror - es una pesadilla, todo debe de ser una maldita broma cruel, esto no esta pasando - se llevo ambas manos a la cara recordando las palabras que habían brotado del casco "yo te ofrezco una salida, yo te ofrezco poder" - maldita sea... siento que voy a enloquecer si no hago algo - se puso de pie frente a todas las criaturas que aún permanecían en posición de reverencia y grito a todo pulmón - ¡QUE DIABLOS QUIEREN DE MI! - su grito fue tan profundo que hizo volar a los pájaros que descansaban en las copas de los arboles, se retiro de ese lugar cubriéndose el rostro para no ver nada mas, tratando de ignorar su condición, su soledad.

Diario de Noctis:

"Han pasado ya casi diez años desde ese día en que salí del castillo a la ciudad y le compre un extraño y antiguo yelmo azul a un misterioso comerciante, diez años desde que me puse ese artefacto maldito, desde entonces mi vida no volvió a ser la misma, he empezado a tener extrañas visiones que a este punto no han hecho mas que empeorar, trato de convencerme a mi mismo que nada de eso es real, que estoy enfermo, trato de mantener la cordura con todas mis fuerzas, haciendo uso del intelecto que Dios me ha dado pero a este punto siento que en cualquier momento perderé todo el control de mis emociones y eso es porque no puedo luchar contra la simple lógica de un solo argumento. La voz tiene razón en una cosa, la miseria en la que estoy ahora no es por culpa de las visiones, siempre estuve así, tenía la estúpida idea de que si me volvía mas inteligente, mas fuerte, podría hacerle frente a mi soledad, podría suprimir mis emociones, pero la verdad es que solo he estado tratando de ser algo que no soy en realidad y ahora esa misma idea errada es la que me destruirá. La oscuridad se aprovecha de mis emociones y mis carencias, me tienta a ser mas y siento que en cualquier momento voy a caer, me tienta a destruir todo lo demás, a conquistar, pero mientras haya una parte de razón en mi ser, mientras pueda pensar claramente seré consciente de que ese no es el camino correcto, soy consciente y espero serlo hasta el fin de mis días en este mundo.

(...)

Las alucinaciones solo empeoran, ya no soy capaz de mantenerme emocionalmente estable, hoy intente matar a mi hermano Caelus mientras entrenábamos, no se porque lo hice, simplemente llegue a odiarlo demasiado durante un instante, se me ha retirado toda responsabilidad sobre el reino y me lo merezco, ya no estoy en condiciones de ayudar, pero el hambre emocional crece, el hambre de poder, es un verdadero infierno, pero debo de mantenerme cuerdo, usare todo mi intelecto para no dejarme llevar por estas sensaciones, necesito sobrevivir a esto.

(...)

Ya no puedo controlarlo mas, tal ves esta sea la ultima cosa que escriba, estoy viviendo un infierno, las emociones me están destruyendo por dentro, la oscuridad me susurra a cada momento que tome el control, que acabe con mi sufrimiento a cambio de la paz de los demás, ¿vale la pena sacrificar la paz de todo un reino a cambio de mi deseo enfermo? aun soy lo suficientemente cuerdo como para darme cuenta de que esto no es así, pero siento que estoy gastando mis últimos segundos de cordura para escribir estas notas. Perdón por todo lo que voy a hacer, perdón por todo el caos y el sufrimiento que puedo llegar a desatar, si tan solo pudiera suprimir mis emociones, tal ves... solo tal ves podría hacerle frente a esta oscuridad, solo tal ves podría ser una persona distinta y no haber tenido que enfrentar una soledad tan oscura, por favor, alguien detengame, matenme si es necesario pero no permitan que haga mas daño... por favor."

Los años pasaron y el reino se dividió, luego de la muerte del rey el príncipe Noctis se revelo ante su hermano Caelus y reunió a la peor parte del reino formando su propio ejercito bajo una política anarquista, los dos hermanos se enfrentaron a muerte pero una fuerza sobrenatural le dio una gran ventaja a los soldados de Noctis los cuales parecían ser inmortales ante los ataques siendo la decapitación la única forma de detenerlos, el príncipe Caelus y lo que quedaba de su ejercito fue destinado a vagar por el desierto donde este finalmente encontró la muerte luego de enterrar al ultimo de sus soldados, empezando así el gobierno del Emperador Nightmare Moon, hasta la llegada del Cuentista y el retorno del príncipe del sol, quien gracias a su astucia y el poder de la Bitácora de Viajes logro tenderle una trampa a la bestia y enviar al caballero de la desesperación al centro de la luna asumiendo así su muerte instantánea.

Sin embargo, un año después del combate, en la superficie del único satélite natural de la tierra, el duro y frío suelo de la luna se empezaba a romper como si algo estuviera tratando de salir de él, finalmente estallo en una gran explosión y una ves que se apartó el humo se vio a un hombre de piel gris y cabello negro que portaba una gran armadura negra con un yelmo azul oscuro, caminaba de forma errática hasta caer de rodillas en la superficie lunar.

- Malditos, mi especie no necesita oxigeno para sobrevivir, solo necesito sangre - tosió un par de veces cayendo al suelo completamente fuera de combate, levantó la cabeza un poco para ver la tierra y lanzar una gran carcajada - en serio lo hizo, ese infeliz me mando a la luna, voy a matarlo - su mirada se llenaba de ira - definitivamente lo matare y a ese anciano también - lentamente su piel se iba secando por la falta de sangre - definitivamente los matare, los matare a todos, así es - su cabello se fue tornando blanco y reseco, poco a poco iba adquiriendo la apariencia de un cadáver - morirán, pero antes sufrirán tal como yo he... sufrido - finalmente se seco por completo perdiendo la movilidad y quedando en una especie de coma que podría durar eternamente hasta que obtenga la sangre suficiente como para recuperarse.

(...)

"Desconozco cuantos años han pasado... ¿Cuantas estrellas hay en el cielo? tampoco lo se, aparentemente todas están muy bien acompañadas, pero la verdad es que si las miramos de cerca todas están muy alejadas, a cientos a veces miles de años luz de distancia, miles de años luz de soledad, pero siguen brillando, porque tienen la capacidad de emitir su propia luz y con esta alimentar a los astros que las rodean, generando vida en ellos y nutriendolos constantemente manteniendolos a su lado, pero la luna no es capaz de emitir su propia luz, la luna gira en torno a la tierra la cual tampoco puede emitir su propia luz, a causa de esto hay una cara que siempre esta en oscuridad total, nunca recibió luz y nunca la recibirá, es donde me encuentro en este mismo momento, la cara oscura de la luna, no se si hay otros a mi alrededor, si los hay no puedo verlos y ellos tampoco me pueden ver a mi, pero en el fondo, deseo ayudarlos, no quiero que nadie tenga que pasar por este tipo de dolor, no quiero que nadie se consuma en la misma oscuridad que me termine consumiendo, porque ahora lo entiendo, aquellos que tienen un gran vacío en el corazón se vuelven malvados y arrogantes para evitar sentir ese vacío, pero los arrogantes solo reciben desesperación, y la oscuridad también se ha vuelto arrogante a causa de su naturaleza, porque todo aquello que es dependiente y solitario al mismo tiempo esta destinado a morir, no quiero morir y tampoco quiero vivir como un monstruo, nadie se merece ese destino, soy capaz de entender la maldad porque ella forma parte de mi, y estoy dispuesto a terminar con ello a través de la misericordia."

Un par de lagrimas salieron de los ojos secos y cerrados de Noctis, misteriosamente al ser absorbidas su cuerpo recupero su tono gris natural, lo que antes era una cascara seca fue recuperando su fertilidad hasta que finalmente la vida volvió a los ojos húmedos del príncipe.

- ¡AAAAAAHHHHH! - se levantó pegando un gran grito al cielo oscuro y vacío, lagrimas caían sin para de sus ojos mientras él caía de rodillas, su cabello que se había vuelto reseco y frágil ahora había recuperado su vitalidad pero en ves de volver a ser negro como era naturalmente mantuvo el color blanco, miro sus manos y se dio cuenta de que había sido bendecido con un estado de cordura temporal luego de tantos años sumergido en la locura de su ambición - ¿que he hecho?

- Esa no es la pregunta correcta - dijo una voz detrás suyo y al voltear se encontró con la imagen de su hermano quien ahora vestía un saco marrón largo, una prenda que nunca había visto en su vida - la pregunta correcta es, ¿que harás ahora?

- ¿Como es que estas aquí?

- Puedo hacer muchas cosas ahora - saco las manos de los bolsillos y notó que tenía dos brazaletes de espinas - he esperado un largo tiempo a que despiertes, lamento como terminaron las cosas.

- Esta bien, hiciste lo correcto, lo entiendo perfectamente... ahora entiendo muchas cosas ¡ah! - su cabello iba recobrando poco a poco su color negro - no puede ser, otra ves siento que voy a volverme loco... ¡matame!

- No espere tantos años a que despiertes para matarte de nuevo - puso su mano en la frente de Noctis - voy a quedarme con todos aquellos recuerdos que te atormentan, algún día los recuperaras, cuando aprendas a controlar ese poder que posees ahora mismo - el brazalete de espinas empezó a brillar - muchos irán detrás de ti y tengo mucha curiosidad por saber en que te convertirás mas adelante, pero por ahora voy a suprimir tus emociones y el resto de tus memorias y te enviare a un lugar en el que estarás seguro tanto de ti mismo como de aquellos que te buscan - levantó su otra mano en la cual apareció un libro azul con espirales y estrellas en la portada - ¡Resurrección Maldita!

Fin Flashback.

En una habitación blanca en la cual solo había un escritorio con varios libros y una pluma roja en un tintero de cristal, un hombre de cabello dorado se despertaba notando que se había quedado dormido en el sillón hasta que escucho a alguien tocar la puerta de forma insistente.

- Adelante - la puerta se abrió y entró un hombre que usaba un curioso sombrero de ala corta negro quien se sentó y dejo un maletín sobre la mesa - Observador numero 77, ¿que lo trae por aquí?

- Esa pregunta es sarcástica ¿cierto? - dijo con tono divertido mientras habría la maleta - para uno de los hombres que lo sabe todo de todo.

- Ya te dije que dejes de decir esas cosas, ¿sabes algo? uno nunca sabe lo que le prepara el futuro, en realidad solo podemos especular.

- ¿Y que hay de los horaculos? ¿Acaso no los usan para eso? - dejo unos cuantos papeles sobre su mesa y Caelus empezó a revisarlos.

- El futuro puede cambiar y quien sabe, hasta el pasado también, ¿no lo cree? - el Observador hizo un gesto de confusión al escuchar eso - solo estoy bromeando, ya sabes que no soy como el resto de las Espinas, no te lo tomes en serio.

- Lo raro con usted es que nunca se cuando dice las cosas en broma o en serio - Caelus se sorprendió al ver algo entre los documentos - ¿pasa algo?

- Nada, solo que hay algunos miembros del personal aquí que no recuerdo haber enlistado - dejo los papeles sobre la mesa - ¿lo ves? yo también necesito que me recuerden las cosas.

- Creo que esto es todo, me retiro por el momento - estuvo a punto de salir pero antes de abrir la puerta se dio la vuelta mirando a Caelus de forma confusa y curiosa - ¿sabe algo? perdón por lo rara que puede resultar esta pregunta pero... últimamente e tenido recuerdos extraños, recuerdos en los que esta usted.

- Muchos creen que soy estricto incluso me llegan a ver en sus pesadillas - volvió a reír - no me parece extraño.

- No se si son sueños o no, pero para ser mas exacto, recuerdo haber sido asesinado por usted.

- Ya veo - Caelus se levantó de su asiento - es un curiosa interrogante, sobretodo si viene de ti.

- Lamento haber sido tan directo pero ya se puede hacer una idea de lo intrigado que me tiene ese asunto.

- No te preocupes - caminó hasta la puerta poniéndose a su lado - desgraciadamente no tengo una respuesta para eso, lo único que puedo hacer es darte mi palabra de que jamas te voy a disparar o algo parecido - el Observador lo miro con un poco de desconfianza para luego sonreír.

- Esta bien, al contrario perdóneme por haberlo molestado con semejante estupidez.

- Los temores no son nunca una estupidez y no deben de ser subestimados, es mas si recuerdas mas cosas, creo que sería bueno que las tomes en cuenta... mejor vamos afuera yo también necesito salir un poco - abrió la puerta y al salir se reveló que la habitación blanca era en realidad una casa en medio de un paisaje paradisíaco frente al mar.

- Si que tuviste suerte con el traslado - dijo el Observador en tono divertido.

- Voy a estar aquí solo esta semana, en este mundo solo habitan especies naturales, nada de humanos ni alguna otra criatura con la costumbre de destruir su propio habitad, y no quiero ser el primero - miro al mar y noto que en la orilla había un joven de cabello gris que en una mano sostenía un curioso sombrero de vaquero, se mantenía parado mirando el sol ponerse mientras el ir y venir de las olas mojaba sus pies - veo que viniste con tu aprendiz.

- Si, es un chico muy especial y cuando supe donde estaba tu oficina me pareció buena idea que venga aunque sea por unos minutos, te deje sus papeles junto con los otros... por cierto, sobre el asunto de Corazón Mecánico.

- No te preocupes por eso, ya lo arregle con el resto de las Espinas, su nombre esta fuera de la lista buscados por el Sector de Recuperación y ya debe de estar de regreso en su misión anterior.

- Gracias, estaba preocupado por eso - miro su reloj de bolsillo - parece que se me acaba el tiempo, en un rato vamos a desaparecer así que mejor me despido de una vez - levantó la maleta - nos vemos.

- Eso espero - el Observador se dio la vuelta y empezó a caminar rumbo a la orilla junto con el joven los cuales al cabo de unos segundos desaparecieron sin dejar rastro - vaya - dijo para si mismo Caelus mientras veía la puesta del sol - creí que no volvería a ver a ese chico, por un tiempo yo también pensé que sabía como terminarían todas las cosas, pero sigo siendo humano y no se me paran de escapar algunos detalles, sobretodo después de la intervención de Resplandor Crepuscular, aunque ya había previsto eso - bajo la mirada - tanto los agentes que elegimos como las portadoras y todos aquellos que se han involucrado en esto son seres de lo mas interesantes - miró al cielo - supongo que solo podemos esperar que nos sigan sorprendiendo ¿no es así? maestro Star Swirl o mejor dicho... Cuentista, ¿no es emocionante saber que cualquier cosa puede ocurrir en realidad? - rió mientras entraba de regreso a su oficina y ordenaba los papeles que había dejado el Observador 77, en uno de los cuales estaba la foto de un joven sonriente que usaba un sombrero de vaquero y debajo de ella estaba escrito el nombre, Luz entra la Oscuridad.

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NA: Este fue uno de los capítulos mas profundos y reveladores ya que aquí se ha expuesto de una ves algo que se iba a ir descifrando poco a poco en lo que queda de la historia, pero creo que ya es hora de avanzar un poco mas rápido e ir directo a lo emocionante, gracias por leer y recuerden dejar sus criticas y comentarios en la casilla de reviews que de eso vivimos los escritores. Saludos.

Next Chapter: Sonrisa melancólica Estimated time remaining: 0 Minutes
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