El Legado de Star Swirl
Chapter 6: Capitulo 5: La Ayuda de una Cebra
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Capitulo 5.
Hola a la hermosa gente que aun lee esta historia. Lo lamento por la descomunal tardanza, pero les seré honesto, la mayoría de la semana me la pase escribiendo otra historia, la cual se esta subiendo actualmente, y lo que me comió mas el tiempo, un videojuego llamado "Dark Souls"… pero vasta de excusas, vinieron a leer esto. Así que, que lo disfruten.
En los oscuros y tenebrosos caminos del bosque Everfree, Twilight, la princesa de la amistad corría a toda prisa, con su fiel asistente montado en su lomo. Mirando constantemente a los lados, concentrándose en seguir el camino a la perfección, pues los inmensos arboles de Everfree no dejaban entrar la luz del sol, dando una ilusión de que siempre era de noche. Mientras el pequeño dragón abrazaba su lomo con fuerza, temeroso de los ocasionales ruidos que se escuchaban.
Spike - ¿Por que tenemos que estar en este aterrador bosque Twilight? -
Twilight – No podemos ir a otro lugar, la única que nos puede ayudar es Zecora, al menos hasta que descubra como parar esto -
Spike – ¿Pero por que tenemos que huir?, ¿Por que no le pedimos ayuda a Celestia o a Luna? -
Twilight – No lo entiendes Spike – Dijo, recordando la mirada de profunda tristeza de Celestia – Celestia no nos puede ayudar, Equestria esta en peligro… estamos solos en esto -
Spike – No puedo entender si no me dices – Dijo, sorprendiendo a Twilight – No sé que pasa, y porque tenemos que huir, solo me dijiste que el Reino Grifo te busca, ¿Dime que paso? -
Twilight - "Suspiro" Esta bien, también estas metido en esto – Dijo, deteniéndose un momento - ¿Recuerdas el libro que encontramos en el viejo castillo de Celestia y Luna? -
Spike – Como lo podría olvidar, ¿Que tiene que ver? -
Twilight – Al parecer hay una ley que rige los tres reinos, la cual acabamos de romper -
Spike – ¿Pe-Pero de que ley hablas? -
Twilight – Hace mucho, muchos años había cuatro reinos, en lugar de solo tres – Comenzó a contar – Como ya sabes Spike, hay tres reinos, Equestria, el Reino Grifo y el Reino Dragón, pero antes había un cuarto, el Reino de los Minotauros, los cuales también podíanusar magia como los unicornios. Los Minotauros crearon una maquina, la cual funcionaba con magia, esa maquina podía crear portales a otros mundos. Pero… algo salio mal. Al principio todo iba bien, pero el ultimo planeta que visitaron tenia como habitantes a unas criaturas extrañas y malignas. Celestia no me dijo muy bien que era, solo me dijo que destruyeron el Reino Minotauro. Después de eso los reinos se separaron. Las princesas tardaron en volver a hacer la paz con ellos. Y así nació "La promesa de los tres reinos" una ley que prohíbe, en cualquiera de los tres reinos abra un portal a otro planeta. Por eso nos buscan, por romper la ley mas importante de todas -
Spike – Pe-Pero no sabíamos nada de esa ley… -
Twilight – Lo sé Spike, pero… eso no quita el hecho de que la rompimos, solo nos queda saber como evitar que nos ejecuten -
Spike - ¡Nos van a ejecutar! - Dijo, con su rostro lleno de terror.
Twilight - "Suspiro" Mejor nos apresuramos a llegar a la casa de Zecora, estoy segura de que ella nos ayudara -
Y sin perder mas tiempo siguió su camino hacia la casa de Zecora, la única que podía ayudar a Twilight en una situación tan grabe.
Twilight dejo de trotar unos metros cerca de la casa de Zecora. Respirando pesadamente por haber corrido por todo Everfree, pero al fin había llegado. La cansada princesa se acerco a la entrada de la casa golpeo la puerta con su casco. El sonido de unas pisadas se escucharon por unos segundos, antes de que la puerta se abriera. Era nada mas y nada menos que Zecora.
Zecora - Oh Twilight, Spike, Su visita es inesperada, pero para nada indeseada, vamos, pasa sin temor, y compartamos un momento de esplendor.
Twilight - Claro Zecora, gracias -
Twilight y Spike entraron a la casa de Zecora, la cual los recibió calurosamente. Zecora noto algo cuando Twilight entro a la cabaña, pues la princesa se veía nerviosa y algo preocupada. Aunque lo intentara ocultar.
La misteriosa cebra tomo dos tazas de barro y con un movimiento de su casco apareció té verde en su interior.
Zecora - Sabes que me gusta tenerlos de visita, pero veo que tienes un problemita - Dijo, colocando el té en una bandeja para después llevarlo a sus invitados.
Twilight - No te puedo ocultar nada, ¿ciento Zecora?
Spike - ¿Es tan obvio? -
Zecora - Los conozco desde hace algunos años, eso no hay duda, así que dejen que les brinde mi ayuda -
Twilight - La verdad es que... eres la única a la que podemos recurrir – Dijo, tomado las dos tazas y dándole una a Spike – La historia es algo larga -
Zecora – No es ningún inconveniente, pues mi ayuda parece prudente – Dijo, tomando asiento frente a Twilight y Spike.
Twilight – Todo comenzó hace algunos meses, en el viejo castillo de la princesa Celestia y la princesa Luna – Comenzó a contar – Yo había decidido ir al castillo a reescribir los antiguos libros, ya sabes, para que ese valioso conocimiento no se perdiera, como sea, yo y Spike fuimos a la biblioteca del castillo y comenzamos a trabajar, pero luego de un rato la garra de Spike no aguando mas, así que fue a descansar a una habitación que había en la biblioteca, pero, justo en esa habitación apareció un extraño libro, uno que ni yo ni Spike colocamos ahí, ese libro fue escrito por Star Swirl, el cual escribió un hechizo para viajar a otros mundos… y pues… no pude evitarlo y probé si el hechizo funcionaba, lo que no me imaginaba era que al hacer ese hechizo rompería la ley mas importante de los tres reinos – Termino de contar.
Zecora dio un sorbo al té, mientras analizaba la grave situación en la que se había metido Twilight.
Zecora – La situación es mala sin dudar, pues con muchos problemas te acabas de encontrar, pero no te debes de preocupar, que tu amiga Zecora te va a ayudar -
Twilight – Gracias Zecora, me acabas de quitar un peso del lomo -
Zecora - Preocupada no debes de estar, pues en mi casa te puedes quedar, en el sótano te puedes refugiar, para que tu vida deje de peligrar – Dijo, con una cálida sonrisa.
Twilight – Ya que tenemos un lugar donde refugiarnos, entonces debemos comenzar cuanto antes Spike -
Zecora - Entonces no tienes tiempo que perder, ¿Ahora que vas a hacer? -
Twilight – Pues… abriré el portal otra vez, tal vez esa criatura me pueda ayudar -
Zecora – Con mi ayuda puedes contar, para que tus pasos puedas camuflar, plantas iré a recolectar, para así poderte ayudar – Dijo, mientras se alejaba de Twilgiht y Spike, para tomar una alforja.
Twilight – Siento que te tomas muchas molestias Zecora -
Spike – Si, fue suficiente con dejarnos quedar en tu casa -
Zecora – Por mi no te debes de preocupar, que en unos momentos voy a regresar – Dijo, para después salir de su casa.
Twilight – Bueno, mejor empezamos Spike, que tenemos el tiempo contado -
El pequeño asistente solo asintió, y comenzaron a trabajar.
La Tierra. Cinco días después.
6:33 P.M.
Una relajante luz anaranjada se filtro por las ventanas de la sala se Andrew. El muchacho veía series en su laptop, pues hoy era un día para no hacer nada.
Una segunda pestaña se abrió sin avisar. Era su Skype, estaba recibiendo una video-llamada. El muchacho le pauso lo que estaba viendo y contesto.
Andrew – Hola Maria, ¿Como estas? -
Maria – Bien, pero un poco sola – Dijo, inflando las mejillas – Es que Ana se va a quedar a dormir con una amiga de la Universidad -
Andrew – Tienes mas de treinta y todavía te da miedo estar sola –
Maria - ¡No es eso!… solo no me gusta -
Andrew – Jeje, si tú lo dices, ¿Y supongo que quieres hablar un poco para no sentirte sola? -
Maria – Pensaba mas en… ya sabes… salir al cine o algo así, después de todo no es muy tarde -
Andrew lo pensó por un momento, pues le agradaba la idea de salir con Maria, pero, dentro de él sabía que, si seguía pasando tiempo con ella, terminaría por enamorarse de ella.
Andrew – Claro, por que no – Cedió al fin.
Maria – ¡Que bien! - Dijo, casi saltando de la cilla – Estaré ahí en unos minutos – Dijo, segundos después de finalizar la llamada.
Andrew - "Suspiro" Debo conseguirme una novia de mi edad – Dijo, algo frustrado por la situación.
Sin mucho que poder hacer. Andrew apago su computadora, se ducho y se puso ropa mas casual. En lo que tardo en ducharse y cambiarse, Maria ya estaba a unos pocos metros del edificio.
Medía hora mas tarde.
Maria caminaba a paso veloz por las concurridas calles. En su rostro se podía una pequeña sonrisa. Aunque se hubiera propuesto dejar de ver al muchacho. Simplemente le era imposible, y mas aun cuando cada vez estaban pasando mas tiempo juntos.
Maria comenzó a subir por las escaleras el edificio departamental, hacia el tercer piso, donde viva Andrew. Mientras su mente no dejaba de pensar en las cosas que podrían hacer, los lugares a los que podrían ir, y cosas como esas.
Mientras tanto.
Andrew esperaba pacientemente en el sofá de la sala a que Maria llamara a la puerta, con un libro en las manos, para que su espera fuera menos aburrida. No tuvo que esperar mucho, pues unos pequeños golpes en la puerta le indicaron que ya había llegado. El muchacho dejo el libro en el sofá y se dirigió a la puerta.
En efecto era ella. La doctora tenia puesto un vestido corto, color morado, con zapatos de piso negro.
Maria - ¡Hola Andrew! - Saludo, con bastante alegría – Gracias por no dejarme sola hoy -
Andrew – No hay problema, ademas, yo tampoco tenia algo importante que hacer hoy -
Maria – ¡Que bien! Así podremos hacernos compañía -
Andrew – Jeje, tienes razón – Dijo, mientras salia del departamento – Por cierto, ¿A donde quieres ir? -
Maria – Mmmm… no se… Son las 7:13 – Dijo, mirando su reloj – Que tal al cine, luego… podemos ir a ese nuevo circo que esta en la ciudad -
Andrew – Buena idea – Y sin decir mas ambos se dirigieron al cine mas cercano.
Después de decidir como iban a pasar el rato. Ambos salieron del edificio, con dirección al cine.
El intenso sol de la tarde calentaba a las personas que paseaban por las calles. Unos paseando a sus mascotas, otros se divertían con amigos, y otros saliendo con sus parejas.
En un extremo de la calle dos personas caminaban tranquilamente, con paso tranquilo. Esas personas no eran otra que Andrew y Maria. Ambos caminaban, con un silencio a su alrededor, un silencio tranquilo, en lugar de uno de incomodidad, pues, aunque no tuvieran muchos temas de conversación, ambos disfrutaban de la compañía del otro.
Mientras caminaban hacía el cine, Maria no podía evitar estar muy feliz, ademas de estar agradecida con Ana, la cual se estaba en casa de una amiga, y eso le había dado la oportunidad de salir con Andrew. Pero la felicidad no solo incluía a Maria. El joven Andrew tampoco podía evitar estar feliz por estar paseando su tiempo libre junto a Maria, eso hacía que Andrew la quisiera mas.
Luego de caminar por unos minutos, al fin llegaron al cine, el cual estaba algo concurrido ese día.
Andrew – Muy bien, ¿Quieres ver una película en especial? - Pregunto, mientras le echaba un vistazo a la cartelera.
Maria – Mmm… Que tal… esa – Dijo, apuntando a la película que tenia frente a ella.
Andrew - "Tal vez es para siempre"… no se, se ve muy cursi -
Maria – ¡Vamos! -
Andrew - "Suspiro" Por que no… vamos – Dijo, al fin cediendo.
Y sin perder mas tiempo, ambos se dirigieron a comprar los boletos.
En el cine.
En la oscura sala del cine, la película estaba a la mitad y la trama se estaba desarrollando. La película había hecho pensar a Andrew acerca de lo que sentía. Algo que había decidido olvidar.
[¿Que es lo que debería hacer?, ya había conseguido olvidarme de Maria, y ahora me tengo que volver a preguntar lo mismo… tal vez… debería intentarlo]
Andrew la miro de reojo. Estaba completamente concentrada en la película, mientras le daba un sorbo a su bebida. Maria era bastante linda, amable, cariñosa y divertida. Por eso había comenzado a gustarle, por eso no podía olvidar lo que sentía.
Maria dejo la bebida en el porta vasos de su lugar y recargo el brazo en la orilla. Cuando Andrew lo noto, no lo pudo resistir, era la oportunidad perfecta para sostener su mano. Con algo de nervios la acerco al respaldo, donde descansaba la de Maria, y gentilmente la coloco sobre ella.
Maria volteo rápidamente al sentir la delicada sensación de una mano al contacto con la suya. Su rostros se puso totalmente rojo al descubrir de quien pertenecía. Su corazón comenzó a latir fuertemente, mientras un escalofrió recorría su espalda. Los fuertes latidos de su corazón y el intenso color rojo de su rostro era opacado por al oscura sala de cine, y el sonido de la película.
La mente de Maria se puso en blanco y con un movimiento involuntario, recargo su cabeza en el hombro de Andrew.
Al finalizar la película, todas las personas comenzaron a abandonar la sala. Eso incluía a Andrew y Maria. Ambos se dirigían a la salida del cine, algo nerviosos por la situación que se había generado dentro de la sala. Pero el silencio fue demasiado para los dos, y Maria tuvo que romperlo.
Maria – Y… ¿Vamos al circo o ya tienes sueño? - Dijo, con un pequeño tono de burla.
Andrew – Jeje, ¿Cuantos años crees que tengo? -
Maria – Supongo que eso es un si -
Y sin añadir algo mas, ambos se encaminaron al circo.
Cuarenta minutos mas tarde.
El circo que había legado a la ciudad hace unos meses, exhibía su ultimo show. Las gradas estaban repletas de personas, esperando a que la función comenzara.
Maria y Andrew estaban sentados en la parte mas alta, disfrutando de los bocadillos que vendían. Por poco y no alcanzaban a entrar, pues habían comprado los últimos dos boletos.
Andrew – Casi no entramos – Dijo – Me sorprende que hallamos comprado los últimos boletos -
Maria – Lo sé y me han dicho cosas muy buenas sobre este circo, así que no me sorprende que se hayan agotado -
Andrew – Tienes razón -
Después de eso, la función comenzó y el circo empezó a presentar sus diferentes actos.
Después de la función.
Andrew y Maria caminaban por las oscuras calles de su ciudad, iluminadas por la luz de la luna. La función había terminado y los dos se dirigían a sus casa. Ambos disfrutaban de los pocos minutos de compañía que les quedaban.
Maria – El circo fue increíble, me divertí mucho -
Andrew – Si, valió la pena -
Maria – Gracias… por acompañarme este día -
Andrew – No tienes que agradecer, ambos nos divertirnos – Dijo, dedicándole una sonrisa.
Mientras caminaban, Andrew no pudo evitar sentir el impulso de abrazarla. Era algo que aun no entendía del todo, pero esa extraña sensación seguía ahí.
Andrew, sin pensarlo dos veces deslizo delicadamente su brazo por la cintura de Maria. Cuando ella sintió el brazo de Andrew abrazarla tiernamente, su corazón no soporto tanta ternura. La doctora, dejándose llevar por el momento, correspondió el abrazo, mientras seguían caminando.
Después de eso continuaron caminando, mientras disfrutaban de la compañía del otro, con la delicada luz de la luna iluminándolos.
Gracias por leerlo ye espero que haya sido de su agrado. Intentare no distraerme tanto y escribir mucho, para los que siguen esta historia. Aprovecho para comentarles que las visitas bajaron drásticamente, sospecho por la extraña relación entre Andrew y Maria. Hasta un amigo me confeso que si era raro, así que, por favor díganme si les parece extraño. Y para los amantes de las peleas, en el capitulo… siete, si mis cálculos no me fallan, habrá una gran pelea. Entre Andrew y…. alguien, muy fuerte. Sin mas que decir, les agardeceria que dejaran sus Reviews. Nos leemos luego.