El Legado de Star Swirl
Chapter 17: Capitulo 16: El final y un comienzo
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Capitulo 16
Saludos a todos los pacientes fans de esta historia… Si, termine el ultimo capitulo, con la gran cantidad de seis mil palabras ._. …. Muy raro, pero quería terminar la historia. Y pues ya casi, el siguiente sera el epilogo. Algún años después. Bueno, no los interrumpo más así que. Que disfruten el capitulo.
La delicada brisa del bosque mecía la vegetación que crecía en ese misterioso lugar, mientras pequeños rayos de luz se escapaban de entre las enormes ramas de los arboles e iluminaban una pequeña porción de ese enorme sitió.
El tranquilo silencio del bosque era ocasionalmente interrumpido por unos pesados pasos; al mismo tiempo un rastro de sangre manchaba la maleza y formaba un pequeño camino. No muy lejos de ese rastro caminaba una adolorida criatura, la cual llevaba a cuestas a una alicornio herida.
Andrew se arrodillo estrepitosamente, mientras su pesado aliento cubría gran parte del lugar. La herida le dolía, su cabeza daba vueltas y su cuerpo poco a poco se quedaba sin fuerzas. El adolorido muchacho apretó los dientes y siguió su camino. Tenia que llegar donde Zecora lo más rápido posible, y el hecho de que Twilight se hubiera desmayado no ayudaba. Y no era para menos, pues su herida era bastante profunda, y el dolor había podido con ella.
El joven apretó los puños y apresuro más su paso, pues su nublada mirada lograba divisar la casa de Zecora. A duras penas el muchacho logro llegar a la entrada, y con sus ultimas fuerzas abrió la puerta y se dejo caer en la entrada de la cabaña, ganándose un mar de preocupadas voces.
Canterlot, Catillo.
Celestia - … No se que pasa… La presencia de Twilight... desapareció -
Cadance – ¿Lo perdiste?, se supone que hiciste ese hechizo para encontrar a Twilight -
Celestia – Si… Pero algo bloquea mi hechizo… Una magia extraña… -
Cadance – Si no la encontramos… No quiero imaginarme que le pasara al reino – Dijo, mientras le dedicaba una mirada de preocupación a Celestia – Por cierto, ¿Pudiste contactar con el reino Dragon? -
Celestia - "Suspiro" Se han mantenido muy al margen. Prohibieron el paso de la mayoría de las otras razas… Los grifos piensan que ahí se esconde Twilight, pero es el reino con mas poder -
Cadance – ¿Entonces solo podemos esperar? -
Celestia – Si… A lo mucho nos queda tres días de paz con el reino Grifo -
Cadance – En ese caso… Tendré que preparar al ejercito del Imperio de Cristal… -
Celestia – Me hubiera gustado no involucrarte… Pero como están las cosas… -
Cadance – Descuida, no podría dejarte sola -
Ambas princesas, sin muchas opciones comenzaron los preparativos para la gran batalla; alistando a los soldados y llamando a los comandantes. Los más fuertes y experimentados del reino. Pues no solo necesitarían fuerza y magia, también un plan de ataque y retirada.
Reino grifo.
Las cosas dentro del castillo del reino Grifo estaba más que agitadas. Pues soldados iban de ahí para haya, cargando armas y todo lo que se necesitaría para el día que pensaron que no volvería a llegar.
Rey Markles – Arcos, ballestas, lanza, bombas aéreas… Armaduras… ¿Falta algo? -
Soldado – Aun falta terminar de alistar los botiquines -
Rey Markles - ¿Y los Lanza arpones? -
Soldado – Con el poco tiempo que tenemos solo tendremos tres máximo -
Rey Markles – No serán suficientes… Pero es mejor que nada -
Reino Dragón.
Al igual que en los dos reinos. El hogar de los dragones estaba preparando todo lo necesario para asegurar, no solo el éxito del Reino dragón, también la seguridad del la princesa Twilight y el humano.
Soldado – Los arqueros están listos. Aun estamos alistando a los Dragones Montaña. Y los veteranos ya están preparando a los soldados, como usted lo ordeno -
Solare Scales - ¿Ya reunieron todas las Piedras curativas? -
Soldado – Aun estamos verificando cuantas tenemos -
Solare Scales – Son vitales para la seguridad de los solados -
Soldado – Muy bien Rey -
Solare Scales – Retirate. Asegurate que todo este en orden -
El dragón hizo una reverencia al rey y se retiro.
Lunar Crows – ¿Que pasa querido? - Dijo, pues noto que su esposo estaba gruñendo de la desesperación.
Solare Scales – Ya se porque Papa parecía tan frustrado en ese entonces -
Lunar Crows - "Suspiro" Además los ciudadanos están comenzando a preocuparse por el repentino despliegue de la guardia -
Solare Scales - ¿Ya intentaste apaciguar su temor? -
Lunar Crows - Si… Pero no creo que permanezcan tranquilos por mucho tiempo -
Solare Scales – Pase lo que pase tenemos que proteger el reino -
Un día después
Un nuevo y soleado día cubría los tres reinos, los cuales seguían con las preparaciones para la inevitable guerra, la cual estaba casi a la vuelta.
Los pesados parpados de Andrew comenzaron a abrirse lentamente, mientras su borrosa vista intentaba identificar el lugar en donde se encontraba. No tardo mucho para recordar el trágico suceso de ayer.
Andrew se levanto de golpe, mientras la preocupación lo invadía. Pues recordaba perfectamente que Twilight tenia una gran y profunda herida.
Antes de que pudiera levantarse noto una venda, la cual cubría su ojo. Las yemas de sus dedos acariciaron la venda, mientras su mente recordaba la acalorada batalla contra los soldados.
Zecora - Andrew si que me has asustado, pues de la nada te has desplomado – Dijo, al ver al humano sentado en la orilla de la cama.
Andrew – Zecora… ¿Como esta Twilight? - La preocupación se notaba en su voz.
Zecora – Su herida es profunda, y necesita de ayuda, pero no te debes preocupar, que bien ella va a estar -
Andrew - "Suspiro" Que alegría -
Zecora – Aunque su herida no es de alarmar, tu ojo no lo pude tratar -
Andrew - ¿Tratar? -
Zecora – Esa herida, te acompañara el resto de tu vida – Su voz sonaba algo apenada.
Andrew – Tranquila Zecora, estoy seguro que hiciste todo lo que pudiste – Dijo, al mismo tiempo que acariciaba su melena.
Zecora – Tu tranquilidad es de admirar, aunque hay un problema por tratar -
Andrew – ¿Problema? - Andrew noto como el semblante de Zecora cambiaba a uno mas serio.
Zecora – El desastre se acerca, y la maldad se no espera – Dijo, mientras le entregaba un pergamino al humano.
El muchacho termino de entender cuando comenzó a leer la carta, al parecer enviada por los reyes del reino dragón. En pocas palabras, la gran guerra seria mañana en el lugar donde se presencio la primer gran guerra de los cuatro reinos.
Andrew - "Suspiro" Parece que el tiempo se nos ha agotado -
Al día siguiente.
La helada brisa matutina acariciaba a Andrew y Twilight, los cuales eran transportados por una enorme dragona, encargada de llevarlos al campo de batalla. La mirada de Twilight estaba perdida en la gran extensión de bosque que recorrían, sin poder evitar sentirse inútil por no poder evitar lo que ella había ocasionado.
Andrew al notarlo la rodeo tiernamente, mientras acariciaba su melena. Aunque no podía hacer algo para alejar esos pensamientos, al menos podía apoyarla.
Twilight – Todo es mi culpa – Hablo, con la mirada sumida en el remordimiento – Mi sed por conocimiento me llevo a romper una importante ley entre los reinos -
Andrew – No es toda tu culpa. No conocías dicha ley, además el tiempo siempre estuvo en nuestra contra. Tarde o temprano la guerra daría inicio -
Twilight – Lo se… Pero no puedo evitar penar… Que pude haber hecho más -
Andrew – Hiciste lo que pudiste, en el tiempo que tenias, solo queda afrontar todo esto y esperar lo mejor -
Twilight - "Suspiro" Si… Supongo que tienes razón -
Andrew – Además, no es como si estuvieras sola. No solo tienes a todo el reino dragón, también estoy yo para apoyarte – Dijo, al mismo tiempo que le dedicaba una cálida sonrisa.
Twilight – Peor aun. Metí a alguien que no tenía nada que ver a una peligrosa lucha -
Andrew – Me pediste miles de veces que me fuera, que no luchara si no quisiera. Pero no puedo simplemente darme la vuelta y fingir que no hay un reino en peligro. Que una amiga no me necesita -
Twilight – ¿Porque?… ¿Porque no te importa lo que pase?, tienes a esa linda mujer esperándote, ¿No temes no poder volver? -
Andrew – Claro que si. Después de todo tarde años en aceptar mis sentimientos por ella. Pero, por alguna razón no puedo dejarte sola. Me preocupas mucho… No se si sea por el hechizo que usaste para contactarme. Pero no me perdonaría si te dejo atrás y descubro que te paso algo horrible -
Dragona – Princesa Twilight, señor Andrew, casi llegamos – Hablo la enorme dragona de escamas grises.
Twilight – ¿Recuerdas los hechizos que te enseñe? -
Andrew – Fuerza, resistencia, agilidad, velocidad, levitación, control de elementos… Rayos mágicos… y algunos otros hechizos que encontré en los libros de Zecora -
Twilight - ¿Zecora tiene libros de magia? - El rostro de Twilight decía con claridad que no sabia nada sobre dichos libros.
Andrew – Creí que lo sabrías… En cualquier caso me dijo que no los usara; a no ser de que fuera totalmente necesario – Dijo, para tranquilizar un poco a Twilight.
Twilight – En cualquier caso. Nueve de los diez anillos hacen que tengas la misma cantidad de magia que la miá, el ultimo absorbe magia de la naturaleza para que no se te agote -
Andrew – Más o menos… ¿Como la magia de los unicornios?… -
Twilight – Solo que nuestro cuerpo recupera la magia naturalmente. Sera un poco más lento que el de un unicornio, pero te sera útil -
El tiempo de charlar se había agotado más rápido de lo que a ambos les gustaría, pues en seguida ya estaban en las cercanías del campo de batalla, junto con miles de soldados dragones.
La gran dragona aterrizo frente a los imponentes rayes, los cuales portaban armaduras plateadas.
Solare Scales – Me alegro que ambos llegaran a salvo – Hablo el enorme Rey, portando su armadura plateada y un enorme garrote de metal.
Lunar Claws – Espero que no estén muy asustados, después de todo es la primera guerra que sufren desde hace siglos – Dijo la hermosa reina, portando una elegante y muy segura armadura. Mientras sostenía un enorme escudo con forma de lagrima y un estoque plateado.
Andrew – Jeje, un poco. Pero no podía simplemente huir – Hablo algo nervioso.
Solare Scales - ¡Jaja, ese es el espíritu! Solo procura no emocionarte -
Lunar Claws – Princesa Twilight, me gustaría que se quedara a nuestro lado, al menos mientras las cosas no se pongan muy serias -
Twilight – Claro Reina -
Andrew – Reyes, cuando todos los reinos se layan reunido, me gustaría decir algo -
Lunar Claws – Claro joven guerrero, ¿Puedo saber el motivo? -
Andrew – Me siento un poco responsable por todo esto… Así que… quiero al menos intentar solucionar todo esto sin lastimar a nadie… Aunque como están las cosas… -
Solare Scales – No pierdas la esperanza muchacho. Nosotros te cubriremos. Esperemos que esto se solucione sin tener que derramar sangre – Dijo, con una gran sonrisa, la cual se borro en pocos segundos – Pero tengo que decirte que, si no funciona, tendrás que estar preparado para luchar por tu vida, por que tu enemigo hará lo mismo -
Andrew - "Suspiro" Lo se, gracias Rey -
La platica fue interrumpida por un gran dragón alado, el cual se aterrizo rápidamente frente a los reyes.
Dragón – Los equestrianos vienen por el sur, y los grifos por el noreste -
Lunar Clows – Sera mejor que partamos -
Y con aun miedo y algo de duda en su interior. Andrew y Twilight marcharon junto con los dragones hacia el campo de batalla.
El lugar donde se había originado la primer gran guerra, y el lugar que seria testigo de la segunda gran guerra era peor de lo que se imaginaba. Cráteres, espadas, armas y armaduras por todo el lugar, y lo más aterrador, manchas de sangre, casi borradas por los siglos.
Andrew – Wow… -
Solare Scales – Si, desde que finalizo la guerra, nadie quiso pisar ese lugar. Lo que vez no esta lejos de como se vio en ese tiempo -
No paso mucho tiempo para que, a lo lejos se pudiera divisar a cada uno de los reinos. Un gran numero de ponys y grifos marchando hacia, lo que parecía ser el ultimo lugar que verían.
Ya todos estaban reunidos. Los dirigentes de cada reino, vestidos con sus respectivas armaduras y portando armas. Al fondo se podía ver a la princesa Celestia y Luna, al igual que Shining Armor, junto con un gran numero de soldados de cristal. Las miradas de dolor y amargura los invadieron al ver quien estaba frente a ellos, y en la situación en la que se encontraban.
De lado de Equestra.
Celestia – Siento que tengas que estar aquí Shining Armor – El dolor se podía sentir en su voz.
Shining – Alguien tenia que venir Princesa, y nunca le pediría a Cadance que peleara con Twilight -
Luna - ¿No hay nada que podamos hacer tía? -
Celestia – Si lo hubiera… No estaríamos aquí -
En pocos segundos el silencio invadió por completo el campo de batalla. Cada bando esperando a que alguien dijera algo o hiciera el primer movimiento.
Los dos reinos se pusieron en guardia al ver que, el que había hecho el primer movimiento había sido una criatura casi tan alta como un minotauro, delgado y portando una armadura que no dejaba ver su rostro.
Al llegar al centro del lugar Andrew se retiro lentamente el casco, revelando para los dos reinos que, uno de sus oponentes era una criatura nunca antes vista. Sabia que lo que diría se podía malinterpretar de muchas maneras, pero si no decía algo, todo seria mucho peor.
Andrew - ¡Aun me sorprende lo estúpido que puede llegar a ser el reino Grifo! - Grito a todo pulmón, provocando rabia en los soldados – Causar todo este alboroto solo por una ley que, en primer lugar dicho reino saco de contexto. Si, es ilegal hacer o investigar el contacto a otros mundos, y hubiera aceptado si la criatura que salio de ese experimento hubiera sido una hostil y llena de rabia; o que al menos hubiera provocado una destrucción digna de ser escrita. Pero lo único que hizo el reno Grifo es hacer un enorme berrinche y darle caza a una princesa la cual apenas estaba aprendiendo y estudiando las leyes que ella debía encargarse, no solo de seguir, sino de ver que se siguieran. Y resulta que a nadie se le ocurrió decirle a dicha princesa "Hey, hay una ley secreta, la cual dice que no se puede inventar con portales a otros mundos, te encargo que tengas cautela ¡Por si… no se… te quieren cortar la cabeza si lo haces!" - Grito con rabia – Ahora escuchen reino grifo. Yo personalmente nunca he matado a nadie, ni siquiera paso los treinta años – Andrew desenfundo su espada, la cubrió de una intensa aura roja y lanzo un corte que dividió la arena completamente – Si deciden no tragarse su orgullo y seguir avanzando, yo me encargare de que le pidan disculpas a la Princesa Twilight por todo los problemas que le causaron -
Toda la arena se quedo en silencio. Los Equestrianos estaban sorprendidos por la actitud que había tomado la extraña criatura ante el asunto de la guerra. Mas aun las princesas, que veían que sus soldados caerían ante el reino dragón junto con la extraña criatura.
Andrew – No tengo nada contra usted princesa Celestia, Princesa Luna – El tono de voz había cambiado a uno más tranquilo y amable – Twilight me contó maravillas de ustedes. Lo mucho que las quiere y respeta, y se que hicieron todo lo posible para evitar esto; al igual que ella. No es necesario que se derrame sangre de su gente, así que, puede quedarse y luchar a lado del reino Dragón, o puede seguir con esta masacre si sentido. Cualquier decisión que tome, estará bien para mi -
Luna- Tía… Nuestro reino fue orillado a esta batalla por culpa del reino Grifo y su arrogancia -
Celestia – Lo se Luna… Pero… No quiero tener de enemigo a ese reino -
Luna - ¿Pero prefieres tener como enemigo a ambos? -
Las palabras de su pequeña hermana tenían mucho sentido. Aunque prefería no dañar a ningún ser vivo. No veía otra alternativa.
Celestia – Tal parece que solo se puede arreglar esto derramando sangre... - Dijo, algo decepcionada - ¡Sus palabras cargan mucha sabiduría joven guerrero! ¡Esta bien, prefiero a alguien amable y justo como aliado, que uno arrogante y orgulloso! -
De lado del reino Grifo.
Anciano Fuego – ¡No podemos permitir dicho insulto y traición! -
Anciano Agua – Si analizamos la situación… Claramente tenemos las de perder -
Anciano Tierra – Que sean muchos no significa nada. Además, en la primera guerra, los antepasados que controlaban los elementos hicieron temblar a los reinos -
Anciano Aire – Pero eran jóvenes, como nuestro reino. Seremos de ayuda, pero no se si seamos la pieza clave -
Rey Markles – El niño tiene razón. Pero al aceptar el cargo de rey jure que haría cumplir las leyes impuestas, no solo por mi reino, también por por los otros. Además el reino de Equestria a elegido un lado, eso es una clara declaración de Guerra -
El rey de los grifos levanto su garra y sin decir nada la bajo con rapidez. En segundos un gran numero de grifos con arcos comenzaron a lanzar un sinnúmero de flechas.
Andrew concentro magia y levanto un domo mágico, al mismo tiempo que se hincaba para cubrirse con el escudo. Las flechas volaron a una gran velocidad y chocaron con el escudo mágico, la mayoría rebotaron, pero unas pocas, increíblemente atravesaron el domo. Era obvio que, si los grifos pensaban pelear contra la magia de los ponys, tenían que tener algún método de defensa contra sus ataques.
Sobre él se alzaron una gran cantidad de dragones, los cuales expulsaron una fuerte llamarada, quemando las flechas por completo e hiriendo a algunos grifos.
El escudo se desvaneció y Andrew se levanto, solo para ver que una gran cantidad de soldados grifos corrían hacia él.
El chico alzo su espada y escudo y corrió hacia ellos. Se le haría difícil pelear con tantos, pero confiaba en sus habilidades y en su armadura para aligerar el daño.
Sin mucho problema el chico bloqueo los primeros dos fuertes ataques, propinados por las afiladas espadas de sus oponentes. Andrew dio un fuerte golpe con el escudo, lo cual hizo que sus armas salieran volando, y aprovechando eso atravesó a uno con su espada y golpeo al otro en el rostro con su escudo.
Por una fracción de segundo se quedo paralizado. Viendo el inerte cuerpo del grifo al que le había quitado la vida. No se sentía bien, después de todo era un ser vivió. Su mente fue devuelta a la realidad por dos flechas las cuales pasaron rosando su rostro y dieron a dos enemigos apunto de atacarlo. Sacudo su cabeza para alejar eso pensamientos de su mente, no podía distraerse, estaba en medió de una feroz batalla.
Andrew, usando su escudo y espada bloqueo una gran cantidad de espadas y afiladas garras, las cuales iban con la intención de acabar con el. Ese pequeño momento de duda había hecho que los grifos lo rodearan, colocando a Andrew en una peligrosa situación.
Una aura casi trasparente cubrió el escudo y la espada de Andrew y con un solo empujón una honda expansiva hizo retroceder a los soldados. El muchacho se coloco rápidamente el escudo en la espada, y sujetando su espada con las dos manos, dio un corte giratorio. La hoja de la espada desprendió un aura roja que atravesó a los soldados.
Mientras el muchacho daba saltos y esquivaba peligroso ataques. Del lado de los ponys, miles de soldados luchaban con los grifos, mientras las princesas se enfrentaban con el numeroso ejercito.
Laso cosas se veían muy mal para el reino grifo, pues, aunque sus soldados fueran fuertes y valientes, los dragones y los ponys comenzaban a acercarse más y más.
Sin esperar ni un segundo, los ancianos extendieron sus alas y se unieron a la batalla.
Andrew, el cual estaba comenzando a ser rodeado por una gran cantidad de enemigos. Cubrió sus pies con un aura azul y sin previo aviso dio un enorme salto. El muchacho se levanto un momento la mascara del casco y acerco una pequeña flama a su mejilla, mientras una mueca de dolor aparecía en su rostro. El control de los elementos que tenia se basaba en una cosa, dicho elemento tenía que estar en contacto con el, y como la parte más fácil de retirar de la armadura era el casco, solo le quedaba quemarse la mejilla.
Andrew guardo el encendedor que sostenía y apunto su mano al suelo. Los guantes, hechos con los huesos y las escamas de un dragón comenzaron a arder intensamente y de ellos salio una ardiente flama que cubrió gran parte del lugar. Usando las llamas en ambas manos logro aterrizar ileso, mientras veía como muchos soldados grifos gritaban de dolor.
El cuerpo de Andrew fue cubierto por una enorme sombra, y segundos después una enorme roca choco contra el, mandándolo varios metros a volar.
Su cicatriz de la pelea con los soldados ponys había hecho efecto. Pues al tener solo un ojo su vista se había reducido a la mitad.
Andrew, sin pensarlo dos veces se levanto y dio un salto hacia un lado, evadiendo otra roca que iba directo a él.
Frente al muchacho estaba el Anciano Tierra, con un rostro totalmente serio. La mitad de su cuerpo estaba hecho de roca pura, mientras que el otro conservaba su forma normal.
El muchacho coloco su espada a dos manos y dio un rápido corte, logrando partir la roca a la mitad.
Sin previo aviso, y aprovechando de su punto ciego, un sinnúmero de afilados látigos de agua golpearon todo su cuerpo, haciendo finos rasguños a la armadura.
Andrew comenzó a dar saltos y a esquivar los ataques de ambos enemigos, mientras intentaba aprovechar cualquier momento para atacar, los cuales no eran muchos.
Aunque las cosas parecían que no podían ponerse peor, un gran tornado lo cubrió. El filoso aire que corría dentro provoco más y más cortes en la armadura. Andrew solo pudo cubrirse la cara con las manos, mientras veía como filosas cuchillas de piedra y hielo se unían al ataque.
El muchacho levanto la mirada, solo para ver como una enorme bola de fuego entraba por encima del tornado y le daba de lleno.
Unos segundos después el múltiple ataque propinado por los ancianos paro, los cuatro esperando que su oponente no hubiera sobrevivido a semejante paliza.
Mientras los segundos pasaban y la nube de tierra y vapor se disipaba, se podía notar una figura, aun parada y formando una "X" con las manos para cubrirse el rostro.
La armadura de Andrew había resistido el monstruoso golpe, apenas. Pues finas lineas de sangre corrían por diversas partes de su cuerpo. La única parte que estaba severamente lastimada era su mano izquierda, la cual estaba empapada de sangre, ya que no tenia su guante puesto.
De la mano de Andrew se cayo una ensangrentada roca, la cual se hizo polvo al contacto con el suelo. En unos segundos los pies de Andrew se volvieron de roca y fue engullido por el suelo.
El monstruoso ataque le había dado la oportunidad que buscaba, pues en toda la conmoción logro absorber los cuatro elementos.
La tierra comenzó a temblar, mientras un montículo de roca comenzaba a levantarse. Los Ancianos retrocedieron, solo para notar como una figura enorme emergía del suelo. Del lado izquierdo de lo que parecía ser el dorso de una persona salio un gigantesco brazo de fuego, mientras que del el lado derecho un brazo de agua se formaba lentamente. Lentamente el coloso comenzó a levantarse con unas unas enormes piernas de roca, las cuales en segundos ardieron en llamas. En lo mas arriba una cabeza hecha de roca, fuego agua y suspendida en el aire apareció. De dos grandes huecos en la cabeza aparecieron ardientes llamas.
El campo se quedo totalmente mudo al ver la gigantesca criatura, la cual había emergido del la tierra. Mientras que, los Anciano habían quedado paralizados, mientras pensaban en una forma de vencer a una criatura como esa.
Mientras dentro de la criatura Andrew descansaba. Con su brazo izquierdo hecho de fuego, el derecho de agua, sus piernas de roca encendida y su rostro una combinación de todas. Solo con ese hechizo había gastado la mitad de la magia, pero tenia que vencerlos como diera lugar.
El enorme golem dio un un fuerte puñetazo al suelo, y de este salieron cráteres de fuego, los cuales iban directo a sus cuatro enemigos. Los Ancianos alzaron vuelo e hicieron todo lo posible para esquivar el ataque de la criatura.
Pero en ese momento el suelo fue cubierto por una gruesa capa de hielo y de ella salieron un sinnúmero de navajas.
Los Ancianos usaron sus elementos para cubrirse, pero Aire y Agua no pudieron contenerlo y salieron heridos. Antes de que alguno pudiera reaccionar un puño de hielo impacto a Tierra y uno un puño de roca a Fuego. Ambos salieron disparados al cielo y cayeron estrepitosamente al suelo, heridos y muy cansados.
De la nada una filosa ráfaga de aire golpeo al golem, abriendo una grieta en el pecho. Agua estaba listo para lanzar un ataque, a la grieta, la cual atravesaba por completo al golem, pero su sorpresa fue notar que el muchacho no estaba en el pecho.
De la nada una gigantesca mano hecha de roca en llamas atrapo a Agua y lo estampo contra el suelo. Mientras usaba su brazo de hielo para atacar a Aire, el cual esquivaba, con esfuerzo los rápidos ataque de Andrew.
El muchacho no era tonto. Pues el lugar mas obvio para estar era el pecho, y hubiera sido un suicido colocarse ahí, además podía moverse a cualquier parte del cuerpo de golem, mientras este estuviera hecha de hielo o roca.
El rostro del los reyes y de Twilight, al igual de los soldados dragones era de total asombro, al ver como ese pequeño ser se había convertido en una monstruosa criatura, la cual le hacia pelea a los cuatro Ancianos.
Pero de todos Twilight sabía que la cantidad de magiá que había usado para hacer al golem, y la que usaba para mantenerlo era mucha.
Twilight - ¡Reyes, no creo que Andrew resista mucho! -
Solare Scales – En ese caso tendremos que ayudarlo – Dijo, mientras el rey, acompañado con algunos soldados alzaban el vuelo.
La batalla se había vuelto ya una masacre para el reino grifo, pues el rey veía como dos de los cuatro ancianos habían perecido a manos de ese muchacho.
Aunque Markles pocas veces era impulsivo, en ese momento sentía unas enormes ganas de terminar con la vida de ese sujeto que había desafiado al reino Grifo.
Los Dragones sobrevolaban el campo de batalla, luchando y ayudando a Andrew como a los ponys en peligro. Al muchacho ya no le quedaba mucho tiempo, y el que más le daba problemas era Fuego, el cual era el ultimo en pie y no se rendía.
El rey Markles estaba harto. Ya ni siquira le importaba usar toda su fuerza para derrotar al muchacho. El rey alzo su garra con furia, mientras de esta emanaba un humo rojo, y con toda sus fuerzas lanzo un poderoso ataque. Tres enormes navajas hechas de la energía del rey volaron y dieron de lleno al golem, el cual fue partido por el monstruoso ataque.
La mano derecha, la cual era de hielo se partió mientras la sangre comenzaba a manchar el frio hielo. La suerte de Andrew había hecho que el ataque le alcanzara a rebanar el brazo izquierdo al muchacho.
Twilight balanceaba una alabarda con su magia, atacando a sus enemigos sin piedad, pues Andrew necesitaba toda la ayuda posible. Pero en un instante sus oídos fueron inundados por un desgarrador grito, en ese momento la sangre se le heló, pues reconocía ese grito.
Twilight - ¡Andrew! - Grito, mientras volteaba hacia donde se suponía que estaba Andrew controlando el golem.
Pero lo único que vio fue la figura del muchacho, desplomándose al suelo, y aun peor, sin un brazo.
Sin pensarlo Twilight concentro magia en su cuerno y atrapo al muchacho en el aire, para después transportarlo hacía ella. Al tenerlo cerca pudo notar su grave situación. Su brazo había sido cortado a la altura del hombro. La mirada de Twilight subió había el rostro de Andrew, el cual estaba hundido en dolor, mientras poco a poco todo se nublaba.
Twilight – ¡Andrew, reacciona! -
Mientras lentamente la mente de Andrew se perdía podía notar como los soldados se acercaban lentamente a ellos. Si no hacía algo terminarían matando a Twilight.
En ese intenta recordó un hechizo que Zecora le había mostrado, uno que le prohibió usar, a menos de que no tuviera otra alternativa, y si ese caso llegara, tenia que pensarlo muy bien. Pero no había mucho que pensar. Twilight estaba en peligro y el apunto de morir desangrado.
El hechizo era una combinación de magia y rezos a un dios, el cual concedía poder a cambio de una cosa, podía ser magia, en ese caso, pero si no tenias, podía tomar un objeto que le interesara, o alguna parte del cuerpo de la persona que se atreviera a rezarle a ese misterioso y casi olvidado dios.
"Dios Manus, tu que le otorgas poder a cualquiera. Dame un poco de tu fuerza para salvar mi vida, la de mis amigos y los que me dieron la mano"
Filosas armas se acercaban a Twilight, las cuales estaban a centímetros de dar en su objetivo, pero en ese instante el tiempo se paro. Del cuerpo del muchacho un humo rojo oscuro; casi negro comenzó a dotarlo de una fuerza que jamas imagino que tendría. El extraño dios había tomado la energía que le quedaba a los anillos y le había dado parte de su fuerza a Andrew.
El tiempo volvió a la normalidad y del cuerpo de Andrew salio una onda de choque, hecha de ese extraño humo. El sangrado, al igual que el dolor que sentía su cuerpo se habían esfumado, pero a cambio sentía un abrumador poder.
Fuego, al notar la extraña energía que emanaba de él, lanzo una gran bola de fuego, cosa que no surgió efecto, pues sin mucho esfuerzo había desviado su ataque.
Estiro su mano y de ella salio una penetrante aura, la cual tomo forma de una mano y atrapo a Fuego, y sin que pudiera hacer algo para liberarse, Andrew lo lanzo contra el suelo, formando un pequeño cráter.
El rey Markles, al igual que Andrew corrieron a una velocidad abrumadora y chocaron sus poderosos puños, creando una pequeña onda de choque.
Markles – No permitiré que mi reino sea ridiculizado – Hablo con gran furia, mientras se paraba en sus dos patas y comenzaba a dar múltiples golpes.
El rostro de Twilight era una mezcla de impresión y miedo, al ver a lo que parecía se Andrew, emanando ese extraño y enorme poder.
Twilight – Andrew… - No entendía nada, ella no sabía de un hechizo que te diera al poder.
Mientras los dragones y los ponys sometían a los pocos soldados grifos que quedaban, un sinnúmero de golpes volaban entre el rey y Andrew, aunque en el interior el intentaba usar ese poder sin volverse loco, pero era difícil.
Luego de muchos golpes al fin el muchacho pudo conectar uno, justo en la mandíbula del rey, pero Markles también había alcanzado golpearle el estomago. Ambos salieron disparados. El cuerpo de Andrew choco con los restos de su golem. Su armadura había quedado con cinco marcas de garras, las cuales alcanzaron a perforar, pero aun seguía bien. Pero el rey no podía decir lo mismo, pues apenas había logrado mover su misteriosa aura para amortiguar el golpe, pero había faltado poco para que le destrozara el cráneo.
Andrew se levanto lentamente, su mente se estaba nublando y apenas podía mantenerse consciente. Antes de que su mente sucumbiera, una preocupada voz invadió su oscurecido mundo.
Twilight ya no aguantaba ver un segundo más como Andrew usaba más y más ese extraño poder. Le aterraba el no saber que le pasaría después.
Twilight – ¡Andrew! - La preocupada princesa se lanzo a él y lo rodeo con sus cálidos cascos - ¡Deja de usar esa extraña energía! ¡Por favor… ya todo acabo! -
Usando su magia Twilight removió el casco de Andrew revelando como una mancha negra cubría gran parte de su rostro. Un ojo negro y un rostro carente de emociones.
Twilight – Por favor… -
La extraña mancha comenzó a evaporarse, y con ella toda la fuerza que Andrew había ganado. Lo ultimo que Andrew vio fue el preocupado rostro de Twilight. Después, nada.
Castillo de la Princesa Twilight.
Tres días después de la guerra.
Las cosas se habían calmado bastante luego de la muerte del rey Markles, y aunque el reino perdió a su gobernante, al igual que a la mayoría de sus soldados. La princesa Luna paso a ser la gobernante temporal del reino, mientras, aunque se estaba negociando con el reino para que Luna fuera la gobernante, pues el rey no había tenido familia o esposa.
El reino Dragón paso a ser lo que siempre fue. Un reino alejado de cualquier otro poder, viviendo por sus propios méritos, aunque gracias a la princesa Twilight, los reinos estaban un poco más unidos.
Por otra parte Andrew descansaba en el castillo de Twilight. La conmoción que se formo cuando ella llego, y más aun para sus amigas había sido sorprendente. Y aunque Pinkie había querido hacer una fiesta, las celebraciones tenían que esperar, al menos hasta que viera que Andrew estaba bien.
Al muchacho le habían hecho una gran cantidad de estudios, para ver si podían descubrir que ocasiono tal estallido de poder, pero lo único diferente en él era una marca en su pecho. Una dibujo de un agujero en forma de espiral, justo en su corazón. Nada señalaba que fuera peligroso, pero sin duda ella sabía que esa cosa había aparecido durante la guerra.
La curiosidad que habían manifestado sus amigas era algo obvia, pues frente a ellas estaba una extraña y de cierta forma exótica criatura, y luego de contarles la larga historia de como lo conoció, las ansias de preguntarle cosas crecieron.
Los parpados de Andrew se abrieron lentamente, mientras un pequeño pero constante dolor lo invadía. Sus ojos tardaron un poco en despejarse y ver donde se encontraba. Una muy rara habitación, hecha de, al parecer cristal o diamante.
Intento llevar su mano izquierda a su rostro, pero no ocurrió nada. Sus ojos viajaron lentamente hacia su brazo izquierdo, solo para notas que su brazo había sido completamente cercenado.
Un sonoro grito invadió el cuarto y parte del castillo, y no era para menos, pues al despertar vio que no tenia brazo y que una extraña mara había aparecido en su pecho.
Los borrosos y vagos recuerdo lo invadieron. Twilight, una guerra, dragones, sangre y oscuridad.
La puerta se abrió violentamente y de ella emergió una preocupada Twilight, con lo que parecía ser una tostada con mermelada en la boca.
Twilight - ¡Andrew, estas bien! - Grito de alegría al verlo consciente – Espera… ¿Porque gritaste?… ¿Ocurrió algo? -
Andrew - ¿Twilight?… Estoy… Estoy bien. Me sorprendió un poco despertar en un lugar raro y sin brazo -
Twilight – Oh… Eso… Intente todo, pero fue imposible devolverte tu brazo – Hablo, con un tono algo triste en su voz – Pero al menos estas a salvo -
Andrew – ¿Que paso?… Recuerdo poco… - Dijo, mientras se sentaba en la orilla de la cama.
Twilight – Luchamos con el reino grifo, ¿Recuerdas?… Vencimos a ejercito y tu.. Irradiaste una energía muy extraña y lo venciste -
Andrew – Recuerdo eso… ¿Y que paso con el reino Dragón? -
Twilight – Los reyes vinieron ayer a ver como estabas. Les agradecí por ayudarnos y se fueron -
Andrew – ¿Y tu cabeza… esa a salvo? -
Twilight – Jajaja, totalmente. Las cosas se solucionaron. El rey de los grifos murió y una de las princesas de Equestria lo remplaza -
Andrew – Bueno, me alegro que estés bien -
Twilight – ¡Es lo que yo debería decir! ¡Has estado inconsciente tres días! -
Andrew - ¿Tres días? -
Twilight – Me tenias muerta de los nervios – Hablo, muy enojada – Pero me alegro que estés bien -
Los cascos de Twilight envolvieron con ternura a Andrew. Sin duda el verlo despierto y a salvo le llenaba de felicidad.
Twilight – Muchas, muchas gracias por no abandonarme. Gracias por estar ahí y llegar tan lejos, si no hubieras estado … quien sabe que hubiera sucedido -
Andrew – No digas eso. Suena como si me debieras una. Lo hice por que quise – Le dijo, con una cálida sonrisa.
El muchacho le devolvió el abrazo a Twilight, mientras acariciaba tiernamente su crin. Sin duda había estado muy preocupada por él, lo menos que podía hacer era consolarla un poco.
Andrew no pudo evitar recordar todo lo que había sucedido desde que había oído esa extraña voz salir del espejo de sus padres. Como esa criatura había hecho que aceptara el amor que le tenía a María, aunque era casi como su madre. Y aunque había perdido cosas durante esa extraña aventura, también había conocido un lugar nuevo, lleno de magia y armonía. Y por supuesto había conocido a Twilight, alguien que, por alguna razón le causaba felicidad al estar junto a ella, casi como una hermana.
Wow una lucha intensa. El prota perdió el brazo, un ojo y Manus lo trasformo en un hueco :v (Chiste y referencia a Dark souls). Si quieren saber como es el dios que le dio ese poder oscuro, solo pongan Manus en google imágenes. Por si se lo preguntan, en el epilogo se mostrara la relación de Andrew y Maria mucho mas profunda, al igual que la de Spike y Applejack (No me he olvidado de ellos), en cualquier caso me emocione con este capitulo, pero me alegro que este a un capitulo de terminar otra historia. En fin, gracias por leer este larguísimo capitulo. Bueno, nos leemos luego.