Continuemos con Roxas.

Capitulo 2: Un único amigo

---

Dejaremos claro.
— Dialogo. —
"pensamientos" —
— ...susurro... —

---

— Señores. Por favor retírense. — Dijo el comandante. Los soldados de las celdas abandonaron sus puestos. Este señor abriendo la celda entra y se sienta en una silla que dejaron dentro de la celda de Roxas. — Hola ¿has descansado bien?
—creo que no.
— ¿por que?
—Bueno. Estoy preocupado. E estado mas de una semana aquí. Aun no me han dicho que pasara conmigo.
— Para ser exactos van a preparar un juicio.
—¿un juicio? ¿por que?
— Van a discutir si eres o no una amenaza para todos. Tres chicas quieren testificar a tu favor. Tienes suerte de que las chicas de los elementos de la armonía quieran defenderte. Aun que solamente sean simples chicas no creo que sus argumentos sirvan de mucho.
—¿por que?
— Bueno. La corte y los jueces y todo lo demás son bastantes concordadores. Nada mas que la autorización de la princesa aria que cambiaran de opinión.

Roxas baja su mirada con lo que le dice. — Entonces estoy solo.
— Bueno es hora de retirarme. Pasare aquí mas tarde si no te molesta.
—espera ¿por que vienes aquí?
— Hay algo que me intriga y solo tu puedes responderme.
—¿que es?
— Es algo que me responderás tarde o temprano. Hasta luego Roxas.
—Espera ¿como te llamas?
— ¿eso importa?
—Pues a mi si.
— Mi nombre es Almastar
—Pues... Gracias Almastar. Gracias por los favores.
— No hay de que. — Dijo el serio comandante.

Tras quedarse solo en aquella celda Roxas paso el tiempo recordando aquellos momentos que paso con su madre y el poco tiempo que tuvo con sus abuelos. Pero había algo que lo intrigaba. Aquel malo que era de color amarillo y de crin mostaza. Aquel tipo que le quería llevar lejos. Aquel que estuvo contra su madre y su familia. — ¿por que tuvo que ser así? me iba a mudar a la casa de mis abuelos. Iba a tener una buena vida con mi mamá y mis abuelos. — Roxas recostado en su catre empieza a extrañar la luz del sol. Nada mas en donde estaba era un lugar sin luz solar. Era todo iluminado por antorchas.

Tras un par de horas el comandante Almastar llega de nuevo hasta la celda con lo que le dice al muchacho. — Hola otra vez Roxas. —
— Hola comandante Almastar.
—Yo no soy tu comandante.
— Lo se. Pero es un titulo de bastante honor.
—El honor no me sirve de nada. Hay gente mas valerosa la cual no tienen nada mas que el honor. A un joven que pasa hambre en las calles que decide no robar aun que eso le cueste la vida no tiene el mismo honor que el comerciante mas grande el cual vive con los lujos que obtiene al vender objetos que resultan dañinos a la gente. El honor no es mas que una palabra que pone alguna excusa para no hacer ciertas acciones. Como la caída de Lord Darkness y la caída de su reino.
— ¿Quien es Lord Darkness?
—El único rey capas que fue capas de unir las cuatro especies de ponys y lograr la gran armonía. Su existencia es irrelevante y las ruinas de sus tierras también. Lo único que se es que tuvo un solo aprendiz el cual se transformo en el sabio y barbudo. Ese sabio eligió a un par de alicornios como princesas al lograr mover el sol y la luna.
— Espera ¿no hablaras de?
—¿Celestia y Luna?
— ¿por que me dices esas cosas?
—¿pensaba que tenias curiosidad de saber algunas cosas?
— Creo que esas cosas están fuera de mi comprensión.
—Bueno. Solo quería ver si te interesaba.
— Aun así fue una buena historia.
—Gracias. Aun que tengo algunas dudas sobre ti.
— ¿Cuales?
—Roxas... ¿que te motiva a sonreír?

El serio comandante Almastar observa al muchacho el cual no sabia como responder aquella pregunta. — Creo que no sabes. — Dij el. Roxas con cabeza baja le dice. — Lo siento... ni yo se el motivo de esas preguntas. Ni tampoco como es eso de los sentimientos. —
— Parece que después de todo eres un changueling muy especial.
—¿por que lo dices?
— Para que hayas evocado la emoción primitiva de la ira hacia mi hace unos días fue algo de lo mas llamativo. Sin haber ninguna emoción en el ambiente has logrado tener la mas primitiva de las emociones y eso quiere decir que a diferencia de los otros changueling tu no tienes la necesidad de absorber sentimientos. Algo que me deja muy impresionado.
—¿entonces soy un material de estudios?
— No Roxas. Esas son mis observaciones. Por el momento nadie te quiere estudiar. Pero si hay rumores de que te van a hacer muchos experimentos.
—cielos... Entonces. Nunca mas veré a mi mamá
— Roxas. Nada de esto es decisión mía. Mis superiores me hablan y yo obedezco. De hecho una de mis ordenes fue matarte. Pero no lo hice.
—¿matarme? ¿en que momento?
— Cuando te vi junto a esa chica. Una de las instrucciones que seguía mi equipo era de eliminar toda amenaza. Uno de mis chicos iba a por ti pero le ordene que no lo hiciera.
—¿supongo que tengo que decir gracias o algo así?
— No debes dar gracias. No aun.
—¿como dices?
— Solo te digo que confíes en mi.
—Esta bien... comandante.
— Bien es hora de irme. Si necesitas algo dímelo.
—¡Comandante!
— ¿que?
—¿cree usted que pueda ver el sol? Aun que sea por ultima vez
— Roxas... Mañana al atardecer sera tu juicio.
—creí que eso iba a ser dentro de un tiempo.
— Bueno ese tiempo se cambio. Creo que tienen prisa por decidir que va a pasar contigo muchacho.
—eso... — Dijo Roxas. El muchacho se puso triste al enterarse de esa noticia.
"increíble. A evocado otro sentimiento. Esa tristeza que se percibe" Bien muchacho. Creo que puedes salir. Aun que sea por un rato.
—¿En serio?
— No veo por que no.
Tan pronto que dijo eso la cara del muchacho empezó a formar una sonrisa. El comandante Almastar al verlo sonreír cambia su seriedad a una gran imprecion al verlo. — Soldados. Hablad a la guardia de los muros. Decidles que estén alerta. Roxas. No te acerques a los muros. Si te acercas estos guardias alertaran a todos y puede que te lleven a otras celdas y en esas celdas yo no estaré a cargo.
Con bastantes ánimos el muchacho le responde— Si comandante. — El comandante escolta al muchacho por una gran infinidad de pasillos y escaleras. Completamente vigilado por guardias. Desde el cielo los pegasos empezaron a vigilar sus movimientos. Los guardias de los muros empezaron a mantener su vigía hacia solo un muchacho. Roxas teniendo bastante atención llega hasta afuera del palacio. El patio de la real del cual solo veía en cuadros de los dibujos de los libros que leía antes. aquellas esculturas de cuyos mitos y promesas cumplidas por ciertos caballeros. Al poder estar afuera. Roxas va hacia el comandante diciéndole una cosa. — Gracias Almastar. — El cual le responde. — Aun no me des las gracias. — Dijo con una sonrisa en la cara.

— Luna ¿que estas observando?
—Celestia ¿que haces aquí?
— Estoy al tanto de una noticia que me inquieta.
—¿Te refieres a ese chico?
— Roxas le llaman. Ese changueling
—Mañana es el juicio. Sabias que el es parecido a Writheart.
— Luna el es solo un changueling. Se puede parecer a todo el mundo.
—Lo siento Celestia pero ese chico es muy querido.
— Sabes que no puedes participar en el juicio.
—Estoy al tanto de eso. Solo te digo que muchas hablaran en su defensa.
— Los changuelings ¿por que tienes interés en ellos?
—No es un interés en general. Solo es en uno.
— ¿que tiene de especial el chico?
—Lo tienes enfrente y no lo ves.
— Lo veo. Esta junto al comandante de la quinta caballería, Almastar. El muchacho esta sonriendo. Debe de ser el sentimiento de Almastar.
—¿Que no lo ves Celestia? Almastar siempre a estado serio. El muchacho esta sonriendo por cuenta propia.
— Eso es difícil de creer. Un changueling que sonría por su cuenta.
—Celestia. Cree en lo que te digo. Ese pequeño es especial.
— De cualquier pequeño puedes decir eso. Pero de un changueling.
—¿Entonces sera tu ultima palabra celestia?

Celestia se retira de la torre en la cual se encontraba Luna. Ella triste cierra los ojos. Al cargar su magia esta empieza hacer su trabajo. Moviendo el sol esta hace aparecer la luna en toda equetria. La Princesa de la noche entra al castillo con lo que entra a su habitación. Al estar recostada en su cama dice. — Espero que estés bien Writheart. Si solo te quitaras el collar del soñador. —

---

Fin del capitulo 2
Continuaremos con Writheart