Dos Historias Combinadas
Chapter 1: 1. Capitulo 1 Roxas
Load Full Story Next ChapterEsta historia viene después de "Diario de Writheart" y "Mi historia y la de Mi Roxas" Ahora seguiremos con Roxas. Para el próximo capitulo seguiremos con Writheart. Ahora los capítulos se separaran. Uno con El querido changueling y luego seguiremos con. Un pequeño en la Mane York.
Ahora
Debo de recordarles que para entender esta historia deben de haber leído los dos títulos anteriormente nombrados si no la historia no tendrá ningún sentido hasta que llegue a la mitad
Roxas el querido Changueling.
Capitulo 1: Las cárceles de Canterlot.
— Roxas. Hey Roxas. Levanta. — Dijo el comandante que le llevo del pueblo a la ciudad. — Tienes que despertar ¿estas mejor? — Dijo el comandante. Este abriendo la celda entra hacia donde estaba el chico. — Señor ¿no cree que sera peligroso que entre ahí solo? — Dijo el soldado. El comandante le mira y le dice con cierta molestia. — Estas exagerando demasiado. Es solo un chico, tu eres idiota ¿quieres que te degrade?
— Eh... No señor.
—Entonces guarda tu lengua donde debe de estar. Dejenme solo con el muchacho. Hay cosas que quiero preguntarle.
— ya hicieron un interrogatorio. No respondió a nada.
—¿Cual es tu nombre?
— Cloraser Speans.
—Bien Cloraser Speans. Ahora trabajaras a las afueras del palacio. A todo sol y ya que estamos en verano. Ya muévete. — Dijo El comandante. El soldado se retira y le deja solo con el muchacho en las celdas.
— Bien hijo, Dime ¿que buscas en equestria?
—jamas e buscado algo en equestria.
— Ah sabes hablar. Entonces ¿que buscabas en el pueblo?
—a nadie.
— Entonces. ¿que hacías ahí?
Roxas se desanimaba con lo que baja la cabeza. El comandante serio le dice al muchacho. — Esa tristeza que refleja tu rostro ¿es real? —
— por favor déjeme solo. — Dijo el pequeño changueling.
—Bien. Es real. Mañana pasare de nuevo.
Como el había dicho a la mañana siguiente este comandante vuelve a las celdas. Entrando a la celda del muchacho este dice. — Soldados. Dejenme solo con el chico. — Los soldados se retiraron del lugar con lo que el comandante se quita el casco. — Ahora dime Roxas ¿te doy miedo? — Roxas al verlo de frente nota que es un pegaso de color anaranjado y de crin verde. — No señor. —
— ¿que te hace diferente chico?
—Creo que nada señor. Yo no soy nadie especial.
— Vamos chico ¿quien era esa chica que te estaba hablando hace unos días cuando te estábamos llevando?
—No era nadie.
— ¿Estas negando a tu familia?
—No la conozco.
— Hijo. Yo no diré nada.
—Lo siento pero yo no puedo confiar en ti... y creo que ahora en nadie.
— Hijo. A mi me da igual la especie que seas o de donde quieras que vengas. Seré comandante pero a la se cuando alguien tiene miedo.
—Sabes que no puedo sentir nada.
El comandante de forma violenta empuja al muchacho al suelo y se pone encima de el. Poniendo sus cascos sobre el cuello del muchacho este dice. — ¿Ahora me temes? — Con lo que el chico le responde de forma seria. — No... No tengo miedo a morir.
Dicho eso el comandante lo suelta. Al levantarse este solo dice. — Debes de ser muy valiente o ya no tienes nada por el que vivir.
Roxas solo se levanta y sube al catre donde estaba durmiendo. — Ahora si quieres puedes adelantar sea lo que hayan planeado para mi. — Dijo Roxas. El comandante serio le dice. — y si llevo a interrogar aquella chica. Esa blanca de ojos azules y pelo rosado. Quizás hable mas que tu. —
— ...Dejala...— Dijo en voz baja. El comandante se dio vuelta con lo que dice. — ¿Que has dicho?
—Que le dejes en paz.
— Puede que hable mas cuando este encerrada en el cuarto de interrogación. Una pócima de la verdad podría hacer que se le afloje la boca.
— ¡NO! — Grito el changueling. El cual estaba molesto con el comandante. Yendo hacia el intenta de golpearlo. El comandante sin moverse siente los suaves golpes del chico. — Con que sientes enojo. Sabia que tenias algo diferente para ser changueling ¿como puedes sentir ira?
—No... lo se
— Bien. Hijo. No tengas miedo, te prometo no le pasara nada a esa chica.
—No es solo cualquier chica. Ella... es mi madre.
— Con que es tu madre ¿es una changueling?
—No... solo yo... Ella solo me adopto.
— Bien. Confió en ti.
—¿Que dice?
— Confió en tu palabra. Nos veremos mañana para hablar. — Dijo el comandante. — Espera... ¿quien eres tu? ¿como se que puedo confiar en ti y que no le pasara nada a mi madre?
— solo confía en mi. — Dijo el serio comandante.
Roxas se recostó sobre el catre a esperar al día siguiente.
— Hora de comer monstruo. — Dijo el soldado. El cual pasa la charola bajo la reja de la celda.
Al día siguiente el comandante llega a las celdas de los prisioneros. — ¿Como esta Roxas ahora?
— Ese pequeño monstruo no a comido nada desde ayer.
—No le llames monstruo ¿te gustaria que te llamara escoria?
— Eh... no señor.
—Ese chico tiene sentimientos.
— Pero es un changueling.
—Siendo un changueling tiene derecho al respeto.
— Si comandante.
—Bien. Ahora anda a la celda de castigo y quédate dentro durante una hora pensando en lo que hiciste.
— Si señor. — Dijo el soldado. El cual se retira.
— Hora del almuerzo. — Dijo el del encargado de la cocina. — ¿que hay para comer?
—¿para los prisioneros?
— Si.
—Bueno creo que engrudo. No le podemos dar lujos.
— Mira. Tendrás algunas monedas extra si traes dos platos de comida decente. — Pasando al cocinero de los prisioneros una bolsa de dinero
Llegando a la celda del muchacho con dos charolas de comida bastante decente: Una barra de pan fresco, un plato de avena, un jugo de naranja y algo de ensalada. Con eso llegaba el comandante. — Señores retírense. — Los soldados dejaron al comandante solo con el prisionero de aquella celda.
— Hola Roxas ¿Tienes hambre? — Dijo el comandante. Entrando a la celda este comenta. — Espero que te guste la avena. —
—Eh... Gracias ¿Por que es tan amable conmigo?
— ¿Te molesta?
—Un poco. Es que se me hacer sospechoso.
— Bueno tienes derecho a dudar.
—Lo siento... Se me hace tan raro en que usted sea buena persona conmigo.
— Despues de todo somos iguales chico.
—Espera ¿que dijo?
— Que somos iguales.
—Eh... bueno en el fondo todos somos iguales
— Eso tu lo has dicho. Roxas. Come. Creo que ahora tienes hambre.
—Gracias comandante. — Dijo el muchacho, dando una sonrisa al comandante.
— ¿Esa sonrisa es real?
—eh... no lo se. — Dijo el muchacho
— Ya come tranquilo muchacho. — Dijo el comandante. El cual empieza a comer del pan.
Roxas mirando al comandante comer este se siente algo a gusto. Comiendo junto a el tranquilo. Pensando que aquel comandante como alguien bueno y no como los demás soldados
Proximo capitulo con Writheart
Espero que les haya gustado el capitulo.