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Rainbow Dodge the Love

by glarecaster

Chapter 4: Recuerdos tormentosos

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4.-Recuerdos tormentosos

Era un nuevo día para Dodge en Ponyville. Estaba desayunando un plato de ensalada mientras pensaba como ocupar el día, se le ocurrió usarlo para darse un paseo por el pueblo y conocer mejor el lugar, si iba a vivir aquí era mejor conocer los lugares de interés. Termino su ensalada, salió de la casa y bajo hacia el piso para seguir su paseo a trote, si se memorizaba el pueblo al nivel del suelo seria pan comido encontrar un lugar volando.

Andaba a trote lento por las calles de Ponyville, miraba a todas partes para ver las tiendas y sitios de interés. Ponyville era un pueblo pequeño y rustico comparado con la ciudad de Cloudsdale, pero si uno buscaba bien podía encontrar de todo. Estaba el ya conocido distrito comercial, una tienda de disfraces que tenia un escaparate con trajes coloridos, un establecimiento que vendía solo plumas y sofás ("Que extraña selección de artículos para vender"), una extravagante tienda de artículos para fiestas y bromas ("Aquí debe de abastecerse Pinkie para sus fiestas"). También llego a ver otros sitios, pero no eran de gran interés para Dodge, como una sala de spa o un árbol que había sido transformado en una librería ("¿Libros? Eso es para cerebritos").

Siguió caminando y dio con gran parque arbolado, era un sitio muy tranquilo donde los ponis celebraban picnics en el pasto y los potrillos jugaban a las escondidas. Dodge encontró un banco vacío y se sentó, había llegado a la conclusión de que el pueblo era un lugar tranquilo, diría que hasta cierto punto era un pueblo aburrido si no fuera por los acontecimientos de los días pasado, así que lo dejo en que el pueblo puede llegar a dar ciertas sorpresas (agradables o desagradables). Se recostó en el banco y empezó a cabecear, en el lugar soplaba una fresca brisa y se sentía una intensa calma en el lugar así que aprovecho para tomar una pequeña siesta y después seguir el paseo con más energía.

Se quedo dormido por no se cuanto tiempo, habrán sido 15 minutos o casi una hora, lo importante fue cuando despertó y abrió los ojos. Una poni lo estaba viendo directamente a los ojos con curiosidad. Eso no hubiera sido un gran problema si estuviera viéndolo de lejos o incluso a un metro de distancia, el problema era que la poni tenía la cara solo despegada de la de Dodge por cinco centímetros y lo estaba viendo con unos grandes ojos. Dodge se paniqueo al ver a la poni y casi se cae del banco de la sorpresa, pero logro mantener la calma y pudo articular una simple pregunta

–¿Se te ofrece algo?

La poni alejo la cara y se puso nerviosa, parecía que quería preguntar algo pero su timidez se lo impedía. Por fin parecía que la timidez le daba permiso de hablar y dijo.

–Este… disculpa yo… quería sabe si de por casualidad me podrías decir tu nombre… si no es mucha molestia –la voz de la poni era apenas audible pero como estaba junto a Dodge pudo oírla claramente.

"Esta chica no conoce el espacio personal, luego se pone tímida y ahora hace una pregunta muy directa, tal vez este un poco zafada" Por regla general uno no debe de dar información personal a un extraño (recuerden eso niños y niñas) pero esa poni no se veía como una amenaza y a Dodge esa poni le daba un cierto aire de familiaridad.

–Mi nombre es Rainbow Dodge pero puedes llamarme Dodge.

Al escuchar el nombre el rostro de la poni se lleno de felicidad. No se pudo contener de la emoción y se abalanzó contra Dodge dándole un gran abrazo.

–Sabia que eras tú –dijo la poni con gran alegría –por un momento dude pero con esa melena multicolor tenias que serlo.

Dodge se sentía incomodo porque no lograba recordar a esa yegua, se le hacia familiar y era obvio que ella si se acordaba de el. Era mejor hacer la pregunta en directo y lo antes posible. Al fin y al cabo ella lo había hecho de la misma manera.

–Si, soy yo. El único e inigualable Dodge. Ahora ¿Podrías decirme tu nombre por favor?

–¿No te acuerdas de mi? Soy yo, Fluttershy. Jugábamos e íbamos a la escuela juntos cuando éramos unos potrancos.

"Fluttershy… Fluttershy mmmm… ¡Claro! Ya me acuerdo" Empezaron a reproducirse varios recuerdos viejos en su cabeza. En uno se apreciaba un Dodge pequeñito volando en una de las esquinas de la ciudad de Cloudsdale tratando de practicar unos trucos que se le ocurrieron mientras no prestaba atención en clases y allí, parada en las nubes, estaba una potranca de pelaje amarillo y patas larguiruchas animando a Dodge. Otros varios en los que jugaban en el parque de la colonia (vivían en la misma acera) y uno en el que Dodge defendía a Fluttershy de los bravucones de la escuela. Era necesario que Fluttershy no se molestara o se entristeciera o si no… "¿O si no que?" Trato de recordar por que no era bueno que Fluttershy se enojara, se enfoco mejor para ver si llegaban más recuerdos y lo que encontró no le gusto para nada. Eran recuerdos borrosos y entrecortados, pero lo poco que podía ver era muy desalentador. En una se veía a Dodge tirado en el piso con Fluttershy encima de el, podría decirse que estaban jugando, si no fuera por la cara de pánico de Dodge y una sonrisa maliciosa dibujada en la potranca. En otra se veía un Dodge triste con un cono de nieve en la cabeza y una Fluttershy con cara de pocos amigos y el recuerdo más traumante de todos era uno en el que Dodge estaba tirado en el piso con los cascos pegados en la entrepata y el rostro expresando un agudo dolor, a un lado suyo estaba Fluttershy, miraba a Dodge con cara ensombrecida y unos ojos llorosos y decía –A ver si así no se te olvida mi cumpleaños –y se marchaba del lugar llorando.

–Dodge ¿Estas bien? Estas un poco ido –le acerco una pata para tratar de hacerlo salir del trance.

Dodge, al sentir la pata de la yegua tocar su hombro, le dio un sobresalto y cayo de espaldas aterrado. Lo habían agarrado con la guardia baja, cabeceo para tratar de aclarar la mente y volteo a ver a Fluttershy. La yegua estaba asustada por la reacción de Dodge, así que se levanto rápidamente y se sacudió la tierra.

–Pero claro que me acuerdo de ti Fluttershy. Pero solo mírate como has crecido, no me extraña no haberte reconocido a la primera –y estaba en lo correcto. Aquella niña larguirucha con el fleco tapándole la mitad del rostro había desaparecido por completo y en su lugar había surgido una esplendida yegua: sus patas ya no eran mas grandes que su cuerpo lo que le daba una perfecta simetría a su figura, partes especificas del cuerpo se habían desarrollado para crear una silueta femenina y su melena ahora caía por un lado de su cabeza dejando ver un rostro mono y bondadoso.

Era especialmente esa mirada llena de bondad y ternura la que hacia que Dodge dudara de los malos recuerdos que tenia sobre Fluttershy, aquella yegua se parecía mas a la Fluttershy que lo alentaba en sus acrobacias y se divertía al estar a su lado.

–¡Ay Dodge! Estoy tan feliz de volver a verte. Hay tantas cosas que quiero contarte… si no es mucha molestia.

–Para nada. Que tal si caminamos mientras me cuentas tu historia.

–Bueno. Estaba caminando hacia mi casa ¿Te gustaría acompañarme a tomar un café?

–Claro, por que no.

Empezaron a caminar mientras Fluttershy le contaba todo lo que había vivido después de mudarse de Cloudsdale. Como había estado cambiando de ciudad en ciudad por el trabajo de su padre, así que no tenia mucho tiempo de acoplarse y no pudo hacer amigos en ningún lado (Dodge supuso que también podría ser por su carácter introvertido). Pero cuando se mudaron a Ponyville por fin se había encontrado con cuatro grandes amigas y, cuando su padre decidió mudarse del pueblo, Fluttershy ya tenía la edad suficiente para vivir sola y se quedo en la casa donde vivían. La casa la transformo en un refugio de animales y ahora se encargaba del cuidado y tratamiento de los animales y mascotas de Ponyville.

Fluttershy estaba muy feliz contándole su historia. Dodge por otro lado, estaba entre prestando atención a Fluttershy y metido en sus pensamientos. No noto las miradas de asombro que ponían los ponis al verlos pasar juntos platicando. Dodge estaba meditando un plan para descubrir si Fluttershy le estaba escondiendo algo. Esos recuerdos no podían ser meras invenciones. Tal vez cuando Fluttershy perdía los estribos los perdía en serio.

–Y ahora Dodge, Por que no me cuentas que es lo que haz estado haciendo en estos últimos diez años y que te trae por Ponyville… No es que te este presionando para que me cuentes.

–Mi vida no fue tan ajetreada como la tuya Flutter. Estuve viviendo todo este tiempo en Cloudsdale, termine la escuela de clima y cuando se abrió una vacante de coordinador de control del clima en Ponyville un maestro me recomendó para el trabajo y heme aquí.

Trayendo a su mente los recuerdos de la escuela. A Dodge se le ocurrió una idea para tratar de sacar alguna mala emoción de Fluttershy. En este caso que mostrara un poco de malicia al escuchar el destino de tres ponis conocido.

–Sabes, me acabo de acordar de algo gracioso ¿Te acuerdas de Hoops, Dumb-Bell y Score?

–¿Los compañeros de escuela que siempre nos molestaban? ¿Qué pasa con ellos?

–Ellos también entraron a la escuela de clima pero eran tan idiotas que tronaron todas las materias del primer semestre –soltó una pequeña carcajada de victoria, sintiéndose superior porque el si termino la escuela y ese trió de gandules no –Ahora los tres trabajan en la fabrica de arcoíris como obreros. Y peor le va a hoops que además tiene que mantener a su mujer e hijo ¿No te parece divertido?

Pero Fluttershy no estaba alegre de escuchar lo mal que la estaban pasando los bravucones de su infancia. Mas bien parecía decepcionada, específicamente estaba decepcionada del comentario de Dodge.

–Ay Dodge. No deberías alegrarte de las desgracias de los demás.

"¿Que que?" –Pero si ese trió se lo merecía, es justicia divina.

–Aun así –dijo Fluttershy cortante –No me voy a rebajar a su nivel riéndome de sus desgracias y tú tampoco deberías –dejo de ver a Dodge y miro al cielo con tristeza –Pobrecitos, deben de estar pasándola difícil. Solo espero que sus vidas mejoren pronto.

Dodge se quedo perplejo con las palabras de Fluttershy. No solo no se alegraba de lo mal que lo estaban pasando los tres ponis mas molestos de Cloudsdale sino que sentía pena por ellos y les deseaba lo mejor.

Se despabiló y siguió con el plan b para hacer perder los estribos a Fluttershy.

–Sabes Fluttershy, he notado que tus alas están muy delgadas y débiles, además de que esta un poco llenita ¿No crees que necesitas un poco de dieta y ejercicio?

Toda mujer reacciona mal cuando se habla mal de su figura y con un comentario tan descarado como ese solo había dos reacciones posibles: O se enojaba y le metía una bofetada por tal insolencia, o se ponía melancólica y se iba llorando. Era una jugada arriesgada pero Fluttershy había demostrado se un hueso duro de roer.

Lo impresionante fue que Fluttershy no reacciono de ninguna de las dos posibilidades, en cambio, empezó a ver sus alas y su cuerpo y dijo –Tal vez tengas razón. Necesito un poco de ejercicio –De pronto sus ojos se abrieron y se le formo una sonrisa en el rostro, parecía que una idea brillante se le había ocurrido en la cabeza –Dodge ¿tu sigues practicando tus acrobacias verdad? Podría entrenar contigo, no creo poder seguir tu paso pero estaría cerca de ti mientras te apoyo, como en los viejos tiempos.

La boca de Dodge se abrió por completo. Estaba preparado para recibir la bofetada o perseguir a Fluttershy y pedirle disculpas, pero no estaba preparado para esto. Definitivamente Fluttershy era una yegua de otro mundo, un mundo donde los malos sentimientos y pensamientos no existían.

La última parte de su cerebro que se resistía a darse por vencido le recordó una lección que le había enseñado su padre:


Hijo, si una mujer se porta muy amable es por que esta ocultando alguna mala intención.

¿Y porque hacen eso? –dijo el pequeño Dodge intrigado.

Para que uno se confié y… -pero antes de terminar la explicación, del cuarto de los padres de Dodge se escucho una voz suave y dulce que incitaba al papa de Dodge a ir para allá en ese mismo instante.

El papá de Dodge trago saliva y empezó a murmurar –Santo cielo, ya se ha de haber enterado que ayer fui a jugar cartas –luego se dirigió a su hijo con resignación –Dodge, hazme el favor de poner una almohada y un cobertor en el sofá que lo voy a necesitar –y empezó a caminar hacia el cuarto como un sentenciado camina hacia la guillotina.

El pequeño Dodge no necesito volver a preguntar del tema .Ya se estaba haciendo una buena idea del por que lo hacían.


"Lo siento papá pero parece que Fluttershy es la excepción a esa regla" Esos malos recuerdos debían ser producto de su imaginación, o incluso podrían ser sueños viejos que se colaron en la carpeta de "recuerdos de la infancia". Así que dejo de prestarles atención y se dedico a disfrutar su caminata al lado de su vieja amiga.

Siguieron caminando mientras Dodge le platicaba algunas anécdotas de la escuela y, cuando apenas iba a contar todo lo que le ocurrió en sus primeros días en el pueblo, ya estaban enfrenten de la casa de Fluttershy.

¡Oh cielos! Ya llegamos a mi casa –dijo Fluttershy interrumpiendo la platica mientras señalaba una cabaña construida en las afueras del bosque Everfree. Todo el exterior e incluso el techo de la cabaña estaban cubiertos de césped. Había pajareras colgadas por todo el alrededor de la cabaña y tenía madrigueras por todo el patio.

–¡Guau! –Dodge se sorprendió al ver toda la fauna que mantenía Fluttershy en su casa. Tenía pájaros de todos los colores volando por encima del techo y roedores de diferentes tamaños merodeando por el césped -No sabia que te gustaran tanto los animales Flutter.

–Bueno, es que en Cloudsdale solo llegaban los pájaros. No fue hasta la primera vez que visite la superficie que descubrí mi talento con los animales –camino hacia la casa y abrió la puerta –Pasa Dodge, siéntete como en tu casa.

Dodge pasó delante de Fluttershy. Adentro también colgaban varias pajareras y había construido unas pequeñas escaleras en toda la sala para que los roedores entraran y salieran por varios agujeros en las paredes. Unos cuantos animalitos estaban comiendo felizmente encima de la alfombra "Les da mucha libertad adentro de la casa".

–Sabes Fluttershy, me alegro mucho de haberme topado contigo. Es bueno encontrar un viejo amigo –se acerco a un conejo que estaba muy ocupado comiendo de un plato mientras se escucho la puerta cerrarse atrás de el. Trato de acariciar al conejo pero este salió corriendo así como todos los animales del cuarto, que se escondieron en los agujeros de las paredes y en las pajareras, era como sintieran la presencia de un depredador acechando.

"Tal vez sienten miedo de los extraños" Pero no era el quien les infundía miedo. Dodge sintió como la atmósfera del cuarto se hacia pesada y una sombra se poso sobre el. Se dio la vuelta y se encontró con lo que parecía ser Fluttershy, pero ella no podía ser la misma. Toda su aura de bondad había desaparecido y fue remplazada por una de frialdad, su rostro no mostraba la timidez característica de ella, en cambio, sus ojos eran lóbregos y su expresión exhibía indiferencia. Por segunda vez en el día, Dodge quedo tumbado en el piso de espaldas asustado.

–Flutter ¿Qué tienes? Por que estas…

–Dodge –lo interrumpió Fluttershy –¿Por qué nunca recibí una carta de ti? – Su voz tenía un tono de apatía.

–¿C-c-como? – No sabía que era a lo que se refería, pero entendía que esta conversación no iba a terminar bien.

–Me prometiste antes de que me mudara de Cloudsdale que nos mantendríamos en contacto.

La promesa a la que se refería Fluttershy ocurrió el día anterior a su partida de Cloudsdale. Los dos estaban sentados en el sitio donde Dodge practicaba sus acrobacias, el sol se estaba poniendo y el cielo tenía un tinte anaranjado. Habían quedado en que se enviarían cartas mensualmente para mantener la amistad. Fluttershy saco una hoja y se la dio a Dodge diciéndole que esa era la dirección donde iba a mudarse, que era solo de que lo escribiera en el sobre como destinatario y los carteros llevarían la carta hasta su nueva casa. Dodge guardo la hoja entre una ala y se recostó en la nube, dijo que no importaba si los dos hacían nuevos amigos porque ellos siempre serian buenos amigos. En la cara de Fluttershy se formo una sonrisa desdibujada y sus ojos se pusieron lagrimosos, se seco los ojos con los cascos, se recostó a un lado de Dodge y los dos se quedaron juntos viendo el atardecer.

Dodge no recordaba a pleno detalle aquella tarde, pero parecía que Fluttershy había guardado ese momento con gran cariño, aunque después hiciera que sintiera un profundo dolor.

–Te envié una carta y estuve esperando tu respuesta por más de seis meses. Pero tu carta nunca llego.

–Pero yo me acuerdo que te envié varias cartas –lo dijo con total honestidad –y al no recibir ninguna respuesta deje de enviar.

En total Dodge envió cuatro cartas. El problema fue que Dodge solo leyó una vez la hoja que le dio Fluttershy y después la perdió, logro memorizarse el número y la calle de la casa pero con la ciudad hubo un pequeño problema. Fluttershy se había mudado a la ciudad de Baltimare y cuando Dodge escribía el destinatario en las carta ponía Baltimane. Era solo una letra de diferencia y un buen trabajador de la oficina de correo podría pasarlo por alto, si no fuera por el inconveniente de que si existía un pequeño poblado al extremo oeste de Equestria llamado Baltimane. Cada mes durante cuatro meses un anciano poni recibió la carta de un potranco llamado Dodge que vivía en Cloudsdale.

La única carta que envió Fluttershy tuvo un destino más simple. Cierta cartera rubia encargada de llevar la correspondencia a Cloudsdale confundió la dirección de la carta y la deposito en otra casa. El señor que vivía allí, Un poni gruñón y con poca paciencia, agarro el fajo de sobres que estaba en el cajón, leyó las tres primeras y al ver que eran deudas, metió todas a la trituradora sin preocupación.

–Dodge, ese no es el punto –"Pero tu fuiste el que empezó con lo de las cartas" Dodge no entendía que una yegua siempre empieza una discusión por una cosa (generalmente por una pequeñez), pero en el fondo siempre es por otra (generalmente por algo mas complejo e indescifrable para la mente de un potro) –El punto es que me lastimaste, y mucho.

–¿Qué culpa tengo yo que las cartas se perdieran?

Fluttershy no le puso atención a esa simple pero acertada excusa. Dio un paso firme al frente seguido de otro y Dodge reacciono gateando de espaldas para mantener la distancia. Celestia sabe que podría hacerle si se acercaba lo suficiente. Aquella Fluttershy le aterraba más que Applejack y sus tijeras

–Cada mes que pasaba el dolor dentro de mi se hacia mas fuerte. No podía pensar en otra cosa que no fuera en porque no me contestabas. ¿Era porque tenías nuevos amigos? Amigos que no necesitaban que los protegieras. Amigos que no se asustaban por cualquier tontería. Amigos que no te castigaban cuando no los podías defender o herías sus sentimientos

Ese ultimo comentario hizo que le diera un escalofrío –¿A que te refieres c-con eso de "c-c-castigar"?

–¿no te acuerdas lo que hacia la pequeña Fluttershy cuando no podía protegerla el pequeño Dodge?

–N-no ¿Que?

–Se desahogaba con el pequeño Dodge.

Todo empezó a tener sentido. Los malos recuerdos habían sucedido en realidad, pero ahora los podía ver con mayor claridad. El primer recuerdo era de cuando estaban jugando en carrusel del parque, Dodge se emociono y le dio vueltas muy fuerte y rápido, como el estaba disfrutando de la velocidad del juego no se dio cuenta que Fluttershy estaba aterrada y mareada. Como castigo Fluttershy se sentó encima de Dodge y le empezó a arrancar las pluma de una en una mientras decía –Verdad que no es divertido cuando uno esta disfrutando y el otro esta aterrado –lo del cono de nieve en la cabeza sucedió porque Fluttershy se topo con los bravucones que empezaron a molestarla y después, cuando se encontró a Dodge, el estaba muy a gusto comiéndose un helado sin saber lo que había pasado. Al verla le sonrió y le acerco el cono para convidarle, ella respondió estampándole el cono en la cabeza. El último recuerdo fue, como ya había dicho la pequeña Fluttershy, porque Dodge no asistió a su fiesta de cumpleaños.

Dodge comenzó a gatear rápido pero el espacio se le acabo al toparse con la pared. Ya no tenía a donde escapar; estaba acorralado.

–¿Qué piensas hacer?

Fluttershy, que nunca mostró un cambio en su expresión, dijo –Estuve pensando en varios castigos en esos seis meses que espere tu carta, solo para aliviar un poco el dolor que sentía. Tal vez sea hora de ponerlos en práctica –Ya solo quedaba un paso de distancia entere Dodge y Fluttershy.

–Pero… pero yo… las cartas… el café… espera no, no ¡Noooooo!...

30 minutos después

La puerta se abrió de lleno y de las sombras del interior surgió una linda pegaso celeste. Tenía unas grandes cejas postizas y estaba propiamente maquillada por lo que no se le veía la vergüenza plasmada en el rostro. Un vestido ajustado le proporcionaba una silueta femenina a su cuerpo delgado. Incluso a plena luz de día, nadie notaria que esa poni en realidad se trataba de Dodge.

–Fue un placer recibir tu visita Dodge –Fluttershy también salió de las sombras con una plena sonrisa y se detuvo en el marco de la puerta –Deberíamos juntarnos de nuevo, ya sabes, como en los viejos tiempos… O, por cierto. Si no haces el recorrido de dos horas por Ponyville como estas. Créeme que lo sabré… Adiós Dodge –y sin mas que decir, cerro la puerta dejando a Dodge en la intemperie disfrazado como una yegua.

Aquel día Dodge sufrió la más grande vergüenza de su vida (hasta ese día). Lo bueno fue que nadie se entero quien era en realidad, pero tuvo que soportar muchos piropos y unos cuantos potros que se acercaban a coquetearle. En total, el hospital de Ponyville recibió ese día seis potros con diferentes laceraciones como quijadas dislocadas, narices aplastadas, costillas rotas o un insoportable dolor e hinchazón en la entrepata (algunos tenían varios de esos síntomas).

Un golpe bajo y Dodge cae directo a la lona. Bajo la guardia contra una vieja amiga con doble personalidad y eso le costo una dura embestida a su masculinidad. ¡Aguanta Dodge! Que ya solo falta una adversaria más, pero no hay que subestimarla por ser una "cerebrito" pues puede llegar a dar ciertas sorpresas. Ultimo capitulo de la temporada "Teorías y fantasías"

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