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Buscando al Kirin

by Kolbjorn

Chapter 16: Pequeño Milagro

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Rarity esperaba pacientemente sentada en una banca para su cita semanal, cita que no habia tenido en muchas semanas. Fluttershy siempre era un poco impuntual, resultado del hecho de dedicarse en cuerpo y alma al cuidado de sus animales. La unicornio se sentía feliz de haberla convencido hacia ya varios años de acompañarla al spa por lo menos una vez a la semana. Inicialmente ella misma se había sorprendido ante la facilidad con la que la pegaso aceptó, pero ahora que conocía el estatus social de la familia de su amiga era de suponer que Fluttershy ya estaba acostumbrada a un tratamiento similar desde pequeña.

Finalmente la vio aparecer por el camino que llevaba a las afueras de Ponyville, sin embargo la unicornio se sintió un poco sorprendida ante el cambio de la escena que habia visto cientos de veces antes. Normalmente Fluttershy aparecía con un ligero trote y una mirada apenada, lista para disculparse profusamente por su impuntualidad.

Ahora se acercaba tranquilamente, un par de alforjas en sus costados y lo más importante de todo, empujando una carriola con su boca. En cuanto llegó a un lado de su amiga ambas yeguas frotaron sus cabezas.

"Siento llegar tarde, pero estaba cambiando a Apple Dessert."

Como si deseara confirmar la disculpa de su madre la pequeña dejó escapar una suave risa. Rarity se acercó a la carriola y se encontró con la mirada curiosa de la bebé. Apple Dessert la miró por unos segundos antes de sonreír.

"Es muy lista, creo que ya reconoce a todos los que estaban presentes cuando nació." Comentó Fluttershy al mismo tiempo que se colocaba a un lado de Rarity.

La unicornio asintió mientras usaba su magia para agitar suavemente en frente de la potrilla uno de los juguetes que Apple Bloom había fabricado para su sobrina. Ambas yeguas se encaminaron al spa mientras Fluttershy narraba todo lo que había sucedido en las dos semanas de vida de su hija, Rarity ayudándola con su magia a mover la carriola.

La sesión en el spa fue más corta de lo que Rarity hubiera deseado y la atención de su acompañante se centró más en Apple Dessert. La unicornio disfruto de un tratamiento especial destinado a evitar que el embarazo dejara marcas en su vientre, Fluttershy se pasó la mayor parte del tiempo en un baño relajante con su hija descansando sobre su pecho y el sauna definitivamente quedó fuera del programa.

De camino a la boutique Rarity no dejaba de pensar en lo que Fluttershy le habia dicho al despedirse. La pegaso estaba muy preocupada por sus animales, a los cuales había descuidado desde el nacimiento de la bebé. La unicornio se acarició el vientre al mismo tiempo que abría la puerta de su negocio.

La vida de Fluttershy había cambiado, inclusive Pinkie había bajado el número de fiestas y reuniones que organizaba cuando nacieron las trillizas, y aunque gradualmente aumentaban en número aún estaban lejos de alcanzar la magnitud que tenían durante los años de soltería de la pony rosada.

A lo largo de los años Rarity ya se había acostumbrado a un estilo de vida: trabajo duro durante la semana y disfrutar de eventos sociales en el fin de semana, y aun incluso esto último podía considerarse parte de su trabajo. Al casarse realizó cambios, haciendo espacios en su agenda siempre que era posible para disfrutar de los pocos momentos en los que Spike no tenía algún deber en Canterlot.

Aunque eran pocas las veces en las que había sido llamado por medio de los sobres negros siempre habia una ceremonia, entrenamiento o algo que lo llevaba lejos. Justo en esos momentos se encontraba en algún lugar en los bosques alrededor de Fillydelphia entrenando con los nuevos miembros del escuadrón.

Aun antes de confirmar su embarazo Rarity sabía que tendría que realizar cambios a ese estilo de vida tan elegante, sofisticado y sobretodo organizado que le gustaba llevar, pero no se había detenido a pensar cuan grandes serian esos cambios.

Por un momento, mientras revisaba sus diseños y seleccionaba la tela más apropiada, jugó con la idea de contratar una niñera y no cambiar su forma de vida. Después de todo Fluttershy le habia contado que así fue su infancia, y que solo veía a sus padres al anochecer, momento en el que ambos se deshacían en cariños y mimos y su madre le cantaba esa canción de cuna que a la pegaso le gustaba tanto.

Desechó inmediatamente la idea. Estaba segura de que los padres de Fluttershy amaban a su hija profundamente y habían optado por esa decisión solo porque no tenían más remedio, pero ella podría hacer un esfuerzo. Además aunque Fluttershy era una de las ponies más encantadoras que habia tenido el placer de conocer en su vida no podía dejar de preguntarse si la inseguridad de su amiga no se debía en parte a la forma en que creció.

Ese pensamiento le llevo rápidamente a otro. Muchos años atrás, cuando sus padres le pedían cuidar de su hermanita Rarity perdía la paciencia con suma facilidad. Aunque lentamente mejoraron en ese aspecto la unicornio se preguntó por unos momentos si estaría lista para criar un babé de tiempo completo y como resultaría el carácter de este.

Definitivamente sabía que ella y Spike le darían todo lo mejor, pero tampoco quería que fuera como uno de esos potros malcriados que tantas veces habia visto en las reuniones sociales. Se consoló un poco en el hecho de que Pinkie había resultado ser una madre realmente competente para sorpresa de todos, tal vez ella también tenía un instinto materno muy fuerte que le ayudaría en esas situaciones.

La unicornio se concentró por completo en su trabajo, utilizando su magia para colocar con suma precisión unas hojas labradas oro en un vestido para una pony terrestre de Manehattan. La unicornio se dio cuenta que necesitaba corroborar si la segunda tela que pensaba usar para el chal contrastaba de manera correcta con los adornos y utilizó su magia para desenrollar una muestra, como tantas veces lo habia hecho antes.

Repentinamente se sintió mareada y trastabilló, trató de sujetarse de su mesa de trabajo mientras el mundo daba vueltas a su alrededor. Finalmente sus patas no pudieron sostenerla por más tiempo y se derrumbó mientras la oscuridad se cerraba sobre ella.

Rarity abrió los ojos y se encontró con un techo blanco y una lámpara cuya luz fallaba por momentos. Recordaba vagamente haber estado en el spa con Fluttershy y después estar trabajando pero los detalles más específicos se escapaban de su mente. Había también sonidos a su alrededor, sonidos que lentamente se convirtieron en voces y finalmente en palabras.

"… un caso de agotamiento mágico, no hay peligro para ella ni para el bebé. Sin embargo me gustaría…"

"¡Esta despierta!"

Sweetie Belle apareció en su campo de visión y la miró con ojos llenos de miedo y preocupación. Rápidamente sus padres y sus amigas aparecieron también. Eventualmente le informaron que Sweetie había ido a la boutique para pedirle una opinión acerca del nuevo vestuario que ella y sus compañeras del trió pensaban usar en su siguiente presentación y la había encontrado inconsciente en el taller.

De eso habían pasado ya casi cinco horas y no sabían cuanto tiempo había estado en el suelo antes de que su hermana la encontrara. No habían podido comunicarse con Spike ya que se encontraba demasiado lejos como para que la magia de Twilight pudiera hacerle llegar una carta. El diagnostico era sencillo, un agotamiento mágico al igual que le habia sucedido las dos veces que se había enfrentado al mago carnero. Sin embargo el doctor se mostró preocupado cuando Rarity le confirmó que no había realizado ningún esfuerzo extraordinario.

Rarity se quedó en observación un par de días más y todo parecía tranquilo, sin embargo los mareos no cesaban y ahora se veían acompañados de un gran apetito y un sensación general de debilidad. Finalmente un día el doctor que la atendía se acercó a ella, para su sorpresa Twilight también estaba ahí.

El médico, un unicornio de color azul y crin negra que se llamaba Feel Good, se aclaró la garganta antes de hablar con ambas yeguas.

"Bien señora y señorita, creo que he descubierto la razón del cansancio y del hambre pero no del agotamiento mágico. Por eso creo que necesito la ayuda de la señorita Twilight, después de todo ella es la mayor experta en… la especie del padre."

Twilight y Rarity se miraron confundidas pero no dijeron nada, el doctor continuo.

"Bien lady Draco, de acuerdo al reporte usted tuvo un chequeo dos días antes del incidente, ¿cierto?, eso sería unos hace unos cinco días. Bien, en ese pequeño espacio de tiempo el producto a aumentado su tamaño en una cuarta parte."

Rarity lo miró confundida.

"¿El bebé está creciendo?, eso es bueno, ¿no?, aparentemente era demasiado pequeño."

Twilight tragó saliva y colocó una pezuña sobre el hombro de su amiga.

"Es muchísimo más rápido de lo normal Rarity."

El doctor asintió.

"Por eso se siente agotada y tiene hambre. El bebé está… consumiendo sus recursos a una velocidad asombrosa."

Los ojos de Twilight se iluminaron.

"¡Un momento!"

La unicornio desapareció en un resplandor y después de unos minutos reapareció de la misma forma, Traía consigo un pergamino un poco maltratado, el cual procedió a leer.

"'Entonces Denébola me dijo que los huevos de dragón se empollan con una llama especial, dijo que cualquier fuente de magia lo suficientemente fuerte servía también, pero lo mejor es la llama.', ¡eso es lo que está pasando!, así como yo empollé el huevo de Spike con una explosión de magia el bebé esta consumiendo la magia de Rarity."

El doctor inclinó la cabeza.

"¿Los dragones completan su desarrollo con magia?, si… si… ¡tiene sentido!, después de todo el bebé es en parte dragón o un dragón por completo."

Esa última frase golpeó a Rarity con la fuerza de un tren a máxima velocidad. Twilight y el doctor hablaban animadamente creando y derrumbando teorías en cuestión de segundos, pero Rarity solo podía pensar en una cosa.

Un dragón por completo. Hasta ese momento no lo había considerado de ninguna manera. ¿Qué es lo que haría ella si eso fuera cierto? Si no sabía mucho de criar potros sabía mucho menos de criar dragones. Spike no sabía nada tampoco y aunque sin duda Twilight tenía muchos consejos que ofrecer al respecto definitivamente la crianza de Spike había tenido sus dificultades, como el incidente del cumpleaños. Siempre podían recurrir a Denébola, pero Rarity rápidamente recordó que la probable madre de su esposo consideraba todos los comportamientos agresivos y codiciosos de los dragones como algo de lo más normal y que debería ser alentado.

Rarity comenzó a respirar rápidamente y mirar a sus alrededores.

"¿Dónde está Spike?"

Twilight y el doctor la miraron.

"Rarity, sabes que Spike está algo lejos. Ya le mande un mensaje pero aun así tardara algún tiempo en…"

"Por favor, quiero a mi esposo aquí, quiero a Spike aquí. Tengo miedo."

Lágrimas comenzaron a brotar de los ojos de Rarity. El doctor se le acercó.

"No se preocupe Lady Draco, podemos encargarnos de que tanto usted como el producto no sufran de malnutrición… y le pediré a alguno de mis colegas expertos en esa área que se encarguen de que su magia no sea…"

Rarity negó con la cabeza.

"Por favor, Spike. Lo necesito."

"Está bien Rarity, veré que puedo hacer, pero trata de calmarte ¿de acuerdo?"

Rarity asintió y trato de controlar sus emociones pero no pudo evitar romper en llanto. Twilight la abrazo hasta que se calmó, el cansancio tanto físico como emocional la vencieron y cerró los ojos. La unicornio púrpura deposito con cuidado la cabeza de su amiga en la almohada y miró al doctor.

"No se preocupe Lady Twilight, esos cambios de humor son normales en las yeguas embarazadas. Si me disculpa tengo que ir a ordenar un tratamiento para prevenir la falta de nutrientes y verificar que se puede hacer respecto a lo de la magia."

Twilight asintió y regresó su mirada a su amiga, dejando escapar un largo y profundo suspiro.

Rarity despertó de nuevo cuando ya era noche, observó la habitación con curiosidad y se percató de que había un pony durmiendo en el sillón que había en su habitación, aunque no pudo distinguir quién era. Enfocó su mirada en el techo tratando de organizar sus pensamientos sin que las emociones la dominaran de nuevo. Apenas estaba meditando sobre las implicaciones de lo que dijo el médico cuando sintió algo.

Dentro de su vientre el bebe se movió, era la primera vez que lo hacía, o más correctamente ya era lo suficientemente grande como para que lo notara. Rarity se llevó una pezuña al vientre y esperó. Ahí estaba de nuevo, su hijo trataba de encontrar una posición más cómoda, o tal vez estaba jugando, o quizá se sentía inquieto por alguna razón.

Las dudas desaparecieron de la mente de Rarity, se acaricio el vientre y murmuró en voz baja.

"No importa si eres un pony, un dragón o un kirin. Eres mi tesoro más preciado, mi joya más hermosa y te amare para siempre y estaré ahí para ti sin importar lo que pase, mi pequeño regalo del cielo."

El bebé se movió una vez mas y Rarity sintió que se presionaba contra el punto exacto donde ella tenía su pezuña. Las lágrimas volvieron a los ojos de la unicornio, pero esta vez estaban acompañadas de una sonrisa.

La luz del sol entró por la ventana de la habitación y despertó a Twilight, la unicornio púrpura se sintió un poco desorientada por unos segundos hasta que unos ruidos de fricción y constantes quejas llenaron el ambiente.

Buscó la fuente de los ruidos y se encontró con una Rarity que trataba de tomar un abundante desayuno usando solo sus pezuñas. La modista levantó la vista y le sonrío a su amiga.

"Mil disculpas por haberte despertado querida, pero no hacía esto desde que era una potrilla. Por cierto, muchas gracias por pasar la noche con migo, lo aprecio mucho."

"Rarity ¿por qué…? ¿Por qué estas comiendo así?"

"Bueno querida, si el bebé necesita de mi magia para desarrollarse bien entonces debo ahorrarla lo más posible ¿cierto? Y respecto al volumen de mi desayuno, el médico dijo que es lo más indicado debido a la velocidad a la que crece el bebé. Solo desearía que el hospital contratara un chef, esta comida está desastrosamente insípida."

Rarity continuó luchando con los cubiertos pero se detuvo de improviso, le hizo señas a Twilight para que se acercara. En cuanto llegó a su lado Rarity le tomó una pezuña a su amiga y se la colocó en el vientre. Twilight pudo sentir los movimientos un poco rápidos del bebé.

"Es tu sobrino, querida."

En el rostro de Twilight se dibujó una enorme sonrisa y asintió rápidamente. El bebé continúo por unos cuantos segundos más antes de detenerse. Twilight miró a Rarity a los ojos y esta le devolvió la sonrisa.

"Lo hizo una vez anoche y de nuevo cuando me desperté. Eso quiere decir que por lo menos no heredó la pereza de Spike."

Twilight rio y asintió.

"Si, es una suerte. Bien Rarity, veré que puedo encontrar sobre curas al agotamiento mágico en mi biblioteca, nos vemos."

Cinco días más pasaron y Twilight seguía realizando sus investigaciones en conjunto con el doctor de Rarity. En ese periodo de tiempo el agotamiento físico de la unicornio disminuyo, pero el bebé continúo creciendo a un ritmo acelerado drenándola casi por completo de magia.

La unicornio púrpura se encontraba en la biblioteca cuando escuchó un potente aleteo y algo pesado que tocaba el suelo, inmediatamente salió corriendo de la biblioteca y se encontró con Spike.

"Hola Twilight, ¿sabes donde esta Rarity?, no la encontré ni en la casa ni la boutique."

"¡Spike!, ¿Por qué llegaste hasta ahora?, ¿No recibiste mi mensaje?"

El dragón inclinó la cabeza.

"No, el área de entrenamiento del escuadrón es secreta. Cualquier mensaje que nos manden cuando estamos ahí se queda en los cuarteles de la guardia nocturna en Canterlot, pero yo vine directamente para acá, ¿pasa algo?"

"Spike, Rarity está en el hospital, pero no es nada grave, te explicare en el camino."

En el hospital Spike se asomaba por la ventana del cuarto de Rarity y se disculpaba profusamente con su esposa a pesar de que esta le aseguraba que no estaba enojada con él y entendía la situación.

Mientras tanto Twilight hablaba con el médico.

"Bien señorita Twilight, todos los tratamientos en el caso de agotamiento mágico se enfocan solo en aliviar los síntomas y esperar que las reservas del unicornio se recuperan naturalmente, así que no serian efectivas en este caso."

"¿Qué hay de una transferencia mágica?, yo misma vi a mi cuñada hacer una con mi hermano el día de su boda."

"Es buena idea, pero tiene sus riesgos. Si no se hace con cuidado el bebé puede drenar también al donante y acelerar su crecimiento de manera peligrosa. "

"No hay problema doctor, ya practique un par de veces con mi inquilina."

Rarity intervino.

"¿Harías eso por nosotros Twilight?"

"¡Por supuesto!, sabes que no tienes que preguntarlo."

El doctor asintió.

"Bien, tendré que hacer algunos analizas y podre programar las sesiones de transfusión."

El tratamiento inicio al día siguiente. Pero aun con las transfusiones de Twilight y la dieta especial Rarity tuvo que pasar el resto de su embarazo en cama. El bebé en su vientre crecía rápidamente y era muy difícil para los médicos practicar exámenes en Rarity con magia.

Los médicos decidieron que lo mejor sería practicar una cesárea cuando el bebé alcanzara un determinado tamaño. Cuando la unicornio tenía apenas siete meses de embarazo la cirugía fue programada.

Rarity reingreso al hospital en una silla de ruedas, acompañada de su familia y sus amigas. Justo en la entrada de este se detuvo y miro a Spike, de pie afuera del edificio. El dragón le sonrió y se despidió con la mano.

"Te amo Rarity. Los veré dentro de unas horas a ti y al bebé, ¿de acuerdo?"

La unicornio asintió y todos los ponies entraron, excepto Twilight, quien se quedo atrás y frotó su cabeza contra Spike.

"Tranquilo hermanito, los médicos saben lo que hacen. Han hecho esto cientos de veces."

"Pero nunca con un bebé en parte dragón, ¿Por qué demonios soy tan grande?, ni siquiera disminuyendo al máximo mi tamaño puedo entrar, debería de estar ahí adentro con ella."

"Está en buenas pezuñas Spike, y las chicas y yo estaremos ahí, ten fe. Ahora voy a entrar con los demás, ¿está bien?"

Spike asintió y la miró alejarse. Cuando se quedo solo comenzó a murmurar en voz baja.

"Escucha, se que estas ahí, y sé que ya te debo un favor muy grande cuando nos concediste al bebé y que no debes de estar muy contento conmigo porque rechazo muchas de las cosas que hacen sentirse orgullosos a los dragones. Pero por favor, por lo que más quieras, cuida a mi esposa y a mi hijo."

En cuanto Rarity ya no pudo ver a Spike comenzó a sentirse angustiada y desprotegida. Su respiración se aceleró y miró nerviosamente a los lados. Cuando estaba a punto de de llorar nuevamente sintió una pezuña en el hombro.

Se giro y vio a Fluttershy, que le sonreía ampliamente.

"Todo estará bien Rarity, ten confianza y ten fe."

Applejack le guiño el ojo.

"Así es compañera. Esto será como un paseo por el parque comparado con todo lo que hemos hecho antes."

Rainbow Dash se llevo una pezuña al pecho.

"Y si necesitas algo mas estaremos ahí para ti, no te dejaremos sola."

Pinkie pie comenzó a brincar, emocionada

"¡Y cuando nazca tu bebé lo reuniremos con Apple Dessert y mis trillizas y haremos una fiesta de hijos de las mejores amigas!"

Twilight le sonrió e hizo un gesto amplio con las pezuñas.

"Además las estadísticas demuestran que esta cirugía tiene un nivel de riesgo muy bajo, y los médicos son profesionales entrenados."

Rarity asintió y sonrió, atrás de sus amigas pudo ver a sus padres y a su hermana, e inclusive un poco más atrás a Apple Bloom y Scootaloo.

"¿esta lista, Lady Draco?"

El doctor Feel Good y sus colegas ya le estaban esperando.

"Si doctor, podemos comenzar."

"Excelente, comenzaremos con los preparativos preoperatorios entonces."

El doctor se dirigió a los demás ponies "Nos la llevaremos ahora, en cuanto todo termine les notificaremos."

Rarity despertó de la anestesia, se encontraba en un cuarto con un balcón grande, justo como lo habia pedido antes de la operación. Las cortinas estaban cerradas pero la luz del sol se colaba un poco por la ventana.

La unicornio trató de acomodarse y sintió un pequeño dolor en el vientre. Observó los alrededores y notó que se encontraba ella sola. Empezaba a impacientarse cuando la puerta del cuarto se abrió y una enfermera entró. La pony terrestre se acercó sin pronunciar palabra y le revisó el pulso y la presión. Rarity estaba a punto de hablar cuando le ganaron la palabra.

"¿Cómo se siente Lady Draco?"

"Bien, me duele un poco el vientre."

"Eso es normal, dentro de unos cuantos días las molestias desaparecerán por completo."

Rarity asintió.

"¿Y mi…?"

"Tendrá que descansar un par de horas más antes de que sus familiares y amigos puedan pasar a verla." Le dijo la enfermera mientras salía de la habitación.

Rarity parpadeó un par de veces, ya comenzaba a sentirse molesta cuando la puerta se abrió de nuevo. La enfermera entró empujando con sus pezuñas un carrito.

"Hay alguien muy especial que quiere conocerla, Lady Rarity."

La enfermera le acercó el carrito y le entregó a su bebé.

"Está en perfecto estado de salud, y es una potrilla."

Rarity extendió los brazos y rápidamente la destapó, la examino sin decir una sola palabra mientras su hija le regresaba la mirada. Rarity acaricio la cabeza de la pequeña mientras sus ojos se llenaban de lágrimas.

La bebé era blanca con una abundante crin de color rojo encendido que le recorría toda la espalda hasta la larga y flexible cola. Tenía el cuerpo de un pony pero sus extremidades terminaban en tres cortas garras. Un pequeño cuerno, similar al de los unicornios, adornaba su frente y sus ojos azules eran vagamente felinos.

Rarity le acarició la crin y le besó la frente.

"Eres un pequeño milagro, ¿lo sabías? El milagro más pequeño y maravilloso de todo el mundo."

La bebé bostezó, Rarity dejó escapar unas ligera risa y se acomodó en la cama con su hija sobre el pecho. Acarició a la pequeña y se dejó arrullar por la respiración de esta. Perdió la noción del tiempo, sumergida en un estado en el que su mente no estaba completamente despierta.

La puerta se abrió lentamente y la enfermera asomó.

"Ya pasó el tiempo para su recuperación inicial. ¿Desea ver a su familia?"

La unicornio asintió y la enfermera se retiró. Las cinco amigas entraron una por una en la habitación de Rarity, evitando repetir lo que sucedió en la casa de los Apple, seguidas por los padres de Rarity y su hermana. Rarity se encontraba con su atención centrada en la bebé. Cuando sus amigas y su familia se acercaron la descubrió.

"Es una potrilla, aun no he hablado con Spike respecto al nombre."

En cuanto vio a su nieta el padre de Rarity comenzó a llorar y recargo su cabeza en el hombro de su esposa. Sweetie belle se acerco a la pequeña y la observó sin decir palabras durante unos segundos, finalmente sonrió y abrazó a Rarity.

"Felicidades hermana mayor."

La pequeña unicornio dio un par de pasos hacia atrás para permitir a los demás ponies acercarse y se colocó a un lado de sus dos compañeras.

"Bien, ahora que Apple Bloom y yo somos tías, solo faltas tú Scootaloo."

La unicornio y la pony terrestre miraron con una sonrisa burlona a su amiga pegaso.

"Si, solo faltó yo." Comento esta y miró a Rainbow Dash, quien retrocedió con una expresión asustada.

"Que no se te metan ideas locas en la cabeza, ya tengo suficiente contigo… por el momento."

Mientras tanto las demás ponies felicitaban a Rarity y admiraban a la bebé hasta que se escuchó una voz que venía desde la ventana.

"¡Hey!, ¿Qué está pasando ahí adentro?, ¿Cómo está Rarity?, ¿Cómo está el bebé?"

Rarity pudo observar la silueta de Spike en las cortinas.

"Un momento mi amor. ¿Podrían ayudarme por favor?"

Inmediatamente todos los ponies ayudaron a Rarity a sentarse en una silla de ruedas. Twilight empujo la silla al balcón y el resto de los presentes la siguieron. Asomándose sobre el balcón se encontraba Spike, quien movía nerviosamente su cola de un lado a otro. Rarity extendió los brazos y le mostro a la pequeña.

"Es una niña. Creo que tendrás que esperar por tu soldado, Spikey."

El dragón sonrió ampliamente y acercó su gran cabeza a la bebé.

"¿Estas bromeando?… es… ¡es perfecta!"

"Necesita un nombre querido."

Spike pasó la punta de su garra por la crin de la pequeña, el color rápidamente le recordó algo que era muy significativo para él y su esposa.

"¿Qué te parece Rubi?… Rubi…"

"¿Rubi Heart?" terminó la unicornio.

"¡Exacto!, ¡Escuchen todos!, esta es mi hija ¡Lady Rubi Heart Draco!"

Rarity rio y le acercó más a la bebé.

"¿Quieres cargarla querido?"

Los ojos de Spike se abrieron enormemente y asintió. Rarity le colocó a la pequeña en las palmas de las garras, que Spike mantenía juntas. Se quedó mirando a su hija durante varios minutos sin decir nada.

"Lo siento Rarity, pero creo que hay alguien que comparte contigo el título de 'la yegua más hermosa del mundo.'"

"No hay problema cielo."

Spike bajó su nariz y aspiró profundamente el aroma de su hija, grabándoselo para siempre en la memoria, un aroma dulce diferente a cualquiera que hubiera olfateado antes pero que le pareció el perfume mas fragante del mundo. Los ojos del dragón comenzaron a humedecerse.

"Es… es tan pequeña. Es tan… tan… hermosa. No… por las princesas y los titanes… yo… no…"

Spike cerró los ojos y espiro profundamente, trató de hablar un par de veces más pero no pudo encontrar palabras. Finalmente abrió su boca una vez más.

El sonido era grave, lento pero potente. Rarity se llevó las pezuñas a la boca mientras sus ojos se llenaban de lágrimas, los demás ponies presentes se miraron confundidos y maravillados entre ellos, asombrado ante la gama los sonidos que brotaban de Spike, que miraba fijamente a su pequeño tesoro.

La canción del dragón se extendió por todo Ponyville, llenándolo de armoniosos sonidos que los ponies no comprendían pero en cierta forma entendían el mensaje. Amor, gratitud, esperanzas.

Spike continuaba expresando lo que su alma sentía, mirando alternadamente a Rubi Heart y a Rarity. Finalmente los últimos acordes de su canción brotaron de su garganta. Parpadeo un par de veces y sonrió.

"Spikey, eso fue lo más hermoso que he escuchado en toda mi vida, ¿Cómo pudiste…? ¿Cómo pudiste crear una canción para tu hija de la nada?"

Spike se encogió de hombros.

"No se… solo… solo hice lo que sentía que tenía que hacer. Pero la canción también es para ti."

Spike regresó su atención a Rubi Heart, que se habia quedado dormida en sus garras, lentamente las bajó y Rarity la tomó primero mediante su magia y después con sus brazos. Spike acaricio la cabeza de su esposa y le dio un pequeño beso en los labios.

Loa días pasaron rápidamente y antes de que Spike y Rarity se dieran cuanta Rubi Heart cumplió un mes de nacida. Spike se encontraba en la sala de su casa tumbado en el suelo mirando a su hija gatear y escalar sobre sus enormes garras.

"… Y entonces yo cabalgue sobre tu tía Twilight y dirigí una arriesgada misión de rescate para librar a tu mamá de las terribles garras de los diamond dogs, pero tu mamá es tan asombrosa que cuando llegamos ya tenía la situación bajo control."

Rarity se asomó por la puerta de la sala.

"Lamento interrumpir querido, pero es hora del baño."

Spike tomó a Rubi Heart y la colocó sobre su cabeza mientras elevaba su enorme cuerpo.

"Ya oíste a mamá. Mañana te contare de la vez que tu tía Fluttershy hizo llorar al dragón que vivía antes aquí."

Rubi Heart rio mientras se balanceaba al ritmo del caminar de Spike, que seguía a Rarity por los pasillos de la cueva hasta que llegaron a un lago subterráneo alimentado por una cascada, el cual había sido habilitado como cuarto de baño.

Spike agachó la cabeza y Rarity tomo a la bebé con su magia, después el dragón se introdujo en el agua. Pasados unos segundos el gran reptil sonrió.

"Listo."

Rarity entro al agua llevando consigo a Rubi Heart, dejo escapar un suspiro de satisfacción.

"Temperatura perfecta como siempre, Spikey."

Rarity bañó a su hija y si misma mientras Spike observaba todo el proceso. El dragón no pudo evitar cuestionar el último paso.

"¿Por qué le pones perfume y a ti también?, no vamos a ir a ninguna parte"

"Tú mismo lo dijiste Spikey, ella es Lady Rubi Heart Draco. Y una dama debe estar presentable en toda ocasión."

Spike se encogió de hombros mientras seguía a su esposa a la habitación principal. Al llegar ahí Rarity le puso el pañal a su hija con su magia.

"Spikey, ¿podrías pasarme el biberón por favor?"

El dragón tomó la botella y furtivamente la presiono para que un chorro de leche saliera disparado hacia su boca.

"Spikey, ¿estás tomando la leche de la bebé de nuevo?"

"No es mi culpa. La endulzas con miel de abeja."

Rarity tomó la botella con su magia y alimento a la pequeña mientras la cargara con sus brazos.

"Lo hago porque Twilight y el doctor me lo recomendaron."

Spike se acostó sobre su montón de joyas y le sonrió sarcásticamente a su esposa.

"¿Y también te recomendaron que fuera de la jalea real más cara que se pueda conseguir en toda Equestria?"

Rarity suspiró, se colocó a Rubi Heart sobre el hombro y le dio un par de golpecitos en la espalda, la bebé eructó dejando escapar una pequeña llama de un brillante color rojo.

"Solo lo mejor para nuestra princesa, querido."

"Eso sí, tiene a la mejor mamá del mundo. Y por si fuera poco al papá mas asombrosamente bien parecido también."

Rarity rio mientras acostaba a la bebé en su cuna, entre la cama de ella y el tesoro de su esposo.

"Querido, ¿podrías por favor?"

"Sera un placer."

Spike se llevó una garra al pecho con un gesto teatral.

"Esta pieza está dedicada a las dos más hermosas ponies en toda Equestria, damas de lo más refinadas, elegantes y encantadoras."

Spike comenzó a cantar, lo cual provocó que la pequeña estallara en carcajadas. El sonido potenciado por sus enormes pulmones se extendió rápidamente sobre Ponyville, donde ya se habia vuelto una costumbre detenerse a escuchar la melodía.

En Sweet Apple Acres la mayoría de los trabajadores regresaban al dormitorio después de otro duro día de trabajo. Strong Hoof se encamino en una dirección diferente, al camino que llevaba al bosque de Everfree, y mientras lo hacía reflexionaba sobre todo lo que le habia pasado en los diez meses que llevaba en el pueblo.

Tal vez Ponyville era un pueblo lleno de ponies muy extraños, pero esos ponies tenían alguna clase de encanto o magia que hacían de ese lugar algo más que un poblado, lo convertían en un hogar. Sonrió y revisó una última vez el pequeño ramo de flores la señora Fluttershy le habia hecho el favor de comprar en la mañana y siguió su camino, meneando su cola al ritmo de las notas del dragón.

En la vieja casa de la familia Apple Big Macintosh y Applejack entraron en la cocina mientras Apple Bloom ponía la mesa y Fluttershy le daba los últimos toques a la cena antes de servirla. Desde su corralito Apple Dessert lanzó un pequeño grito de alegría al ver llegar a su padre.

Big Macintosh se acercó a su hija y la cargó para después sentarla en su silla a un lado del lugar de Fluttershy y de paso besar a esta en la frente. La familia Apple se sentó a la mesa a cenar y Big Macintosh tomó la palabra

"Damos gracias los titanes que nos cuidan desde las planicies eternas porque sin ellos esta comida no sería posible. Madre de la luz, protege nuestros pasos. Emperador de las estrellas, guiamos hasta que llegue la hora de reunirnos contigo. Permitan que sus nobles hijas conduzcan nuestro amado país con sabiduría y justicia. Así sea"

La familia procedió a disfrutar de la cena, comentando los incidentes del día, acompañados por la suave y distante melodía del dragón. Al finalizar cada miembro de la familia se retiró a su habitación. Fluttershy y Big Macintosh subieron a su cuarto y acostaron a la pequeña Apple Dessert en la cuna justo cuando sonaban los últimos acordes de la canción de Spike. Fluttershy se acomodó la crin.

"Spike canta muy bien, ¿verdad Macky?"

"Eyup." Respondió el corcel mientras le daba su tradicional pase de lista diario a su colección de juguetes. Se acercó a Fluttershy y le besó la frente de nuevo.

"Pero estoy seguro que nuestra manzanita te prefiere a ti."

Fluttershy se sonrojó y acercó a la vieja cuna de la familia, la misma cuna donde la abuela Smith había acostado al padre de Big Mac y donde la madre de este había acomodado a los tres hermanos Apple en su momento.

La pequeña pegaso se aclaró la garganta y cantó la vieja canción de cuna que su madre le cantaba durante su infancia, al finalizar la canción cobijó a la pequeña que ya se habia quedado dormida. Se dio vuelta para descubrir que el cansancio ya había vencido a su esposo y se encontraba profundamente dormido.

Fluttershy dejó escapar una pequeña risita y se acostó a un lado de él, lo abrazó y le besó la frente.

"Buenas noches mi amor."

Twilight se encontraba en la pequeña terraza de la biblioteca que hacía de observatorio, esparcidos alrededor suyo se encontraban los apuntes de Spike, sus propias notas de los estudios del dragón y el viejo libro que la princesa le había mandado hacía ya varios años. La unicornio escuchaba con atención la canción de su hermano y revisaba con curiosidad todo lo relacionado con el sistema respiratorio de los dragones cuando sintió la presencia de Trixie a sus espaldas.

"¿No es asombroso?, ya sabía que sus pulmones tenían una gran potencia pero poder generar sonidos que se escuchen en todo Ponyville con esa claridad es realmente sorprendente."

Twilight tomó pequeño cuaderno de apuntes y se lo mostro a Trixie.

"Mira, hice este diagrama de cómo era en teoría el sistema respiratorio de un dragón, pero creo que debo cambiarlo porque no tome en cuenta…"

Trixie tomó el cuaderno con su magia, lo cerró y golpeo ligeramente a Twilight en la cabeza con él. Después, ante la mirada atónita y molesta de la unicornio púrpura, recogió todos los papeles con su magia y los metió a la biblioteca antes de sentarse a un lado de ella.

"Te dirrré una cosa Twilight, de vez en cuando uno tiene que dejarrr de prrreguntarse como funcionan los pequeños milagrrros de la vida y simplemente disfrrrutarlos."

Twilight estuvo a punto de abrir la boca para decir algo pero guardo silencio unos segundos, finalmente habló.

"Tienes razón Trixie, gracias."

Ambas unicornios se quedaron en silencio, mirando a la silueta de la montaña desde donde venia la canción a medida que el sol se ocultaba sobre el horizonte y las estrellas se encendían en el cielo.

En las colinas que rodean Ponyville un grupo de veinte lobos escuchaban con atención los últimos acordes de la canción de Spike, al finalizar esta un lobo gris, cubierto con una piel de oso y casi del tamaño de un pony se levantó y miro a sus compañeros.

"Bien muchachos se acabo el espectáculo y ese lugar llamado Canterlot aún está lejos."

Uno de los lobos se acercó y miró pensativo las luces del pueblo que se encendían.

"Miren a esos ponies, acaban de pasar por una guerra y solo tienen a unos cuantos soldados cuidando este lugar. Apuesto a que podríamos bajar y saquear todo el pueblo antes de que se den cuenta que demonios está pasando."

Un enorme pony terrestre, envuelto en un gran manto marrón que solo dejaba al descubierto su cabeza, gris y con una crin y barba pelirrojas se acercó.

"Me prometieron que no lastimarían a ningún pony."

El lobo con la piel de oso levantó una pata.

"Tranquilo Sleipnir. Thorkel hijo de Thorfin, jefe guerrero de los Jomsulfur, siempre cumple su palabra. Aunque tengo curiosidad de saber quién es tu misterioso jefe y porque contrato a unos lobos mercenarios."

En la casa-cueva de la montaña Spike terminó su canción y miró sonriente a Rubi Heart, que se habia quedado dormida profundamente.

"Maravilloso como siempre Spikey."

El dragón sonrió y se acerco a su esposa.

"Sabes, los artistas de mi calibre no ofrecen conciertos gratis, hay un precio."

Rarity se llevó una pezuña a la boca para que su risa no despertara a la bebé.

"¿En serio?, ¿y cuál sería ese precio?"

"Que te quedes conmigo para siempre." Le contestó Spike mientras se acercaba más.

"Hasta que se apaguen todas esas estrellas que te gustan tanto, querido."

Spike sonrió.

"Hasta que se apaguen las estrellas entonces."

Los labios de Spike se encontraron con los de Rarity en un beso sencillo pero cargado de sentimientos. La pareja sonrió y se acomodaron en sus respectivos lechos para dormir, acompañados por el suave sonido de la respiración de su hija.

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