Enemigos Siniestros
Chapter 13: Posibles Aliados
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"Posibles aliados"
Era una mañana hermosa en Ulthuan, la isla de los Altos Elfos. El cielo era de un color azul muy intenso, los campos y colinas rebosaban de vida, algo que no se veía en la isla desde hace milenios, de hecho ningún elfo recordaba tanta paz en Ulthuan. Sentado en su trono estaba el Rey Fénix Teclis y a su lado la Reina Eterna, su esposa Vidrian, estaban deseosos de la llegada de sus aliados para discutir sobre asuntos muy importantes de la guerra. Después de todo Mazdamundi se había comunicado con él a través de sus poderes psíquicos solicitando este Consejo, se había perdido todo un milenio de vida y tenían que explicarle todo lo que había pasado y debía pasar.
Después de la derrota del Caos en el Viejo Mundo, los Altos Elfos y los Hombres Lagarto lideraron un enorme ejército a las tierras de Naggaroth dónde libraron una feroz guerra contra los ejércitos de Elfos Oscuros, comandados por el Rey Brujo Malekith. Esta guerra duró un siglo, en dónde el odio y la crueldad alcanzaron niveles desenfrenados entre ambos bandos, finalmente el Rey Brujo fue derrotado en la batalla de Naggarond pero el Rey Fénix Finubar había muerto durante la batalla y la Reina Eterna había sido asesinada por un asesino Elfo Oscuro. Todo fue un plan de Morathi, la madre de Malekith y la creadora del culto al placer. Morathi, Malekith y los principales líderes de los Elfos Oscuros fueron llevados ante el Consejo de la Alianza del Orden, tras un exhaustivo juicio todos los prisioneros fueron condenados a muerte.
Cuándo las ejecuciones fueron llevadas a cabo, los Aliados dieron por terminada esta guerra y los Altos Elfos regresaron a su hogar para recuperarse de las heridas y expandir sus dominios por Naggaroth, pero se necesitaba un Rey Fénix que los liderara y muchos creían que el elegido seria Tyrion, el mayor héroe de Ulthuan, pero Tyrion rechazó ese honor, él vivía para luchar por Ulthuan y ser coronado Rey Fénix le impediría estar en el campo de batalla por lo que le pasó el honor de la prueba a su hermano Teclis, el más grande mago élfico. Teclis era todo lo contrario a su hermano, Tyrion era valiente, robusto, experto en las artes bélicas y la estrategia mientras que Teclis era flaco, pálido, a veces considerado un cobarde y sin ningún talento para dirigir ejércitos, pero era muy inteligente, paciente y capaz de dominar todos los saberes de la magia conocidos. Cuándo Teclis tuvo que pasar por la flama de Asuryan (un ritual en dónde el candidato a Rey Fénix debe atravesar un fuego mágico y sobrevivir a él como si se tratase de un fénix), tuvo bastante miedo de no ser aceptado y quedar marcado como Malekith (lleno de quemaduras que podrían causarle una muerte horrible) pero su ansia de superarse a sí mismo venció a su miedo y reuniendo valor entró al fuego y al atravesarlo lo hizo como Rey Fénix de Ulthuan. Una semana después contrajo matrimonio con Vidrian, la princesa guerrera de la provincia de Yvresse coronándola como la nueva Reina Eterna. El reinado de Teclis trajo una nueva época de riqueza, paz y poder a los Altos Elfos que no se veía desde el reinado de Caledor I, una paz que duraría varios siglos hasta que el Gran Rey enano Orgrim declaró la guerra a los Elfos y Hombres Lagarto.
La Guerra de elfos y hombres lagarto contra los humanos y los enanos no estaba progresando, ya se habían perdido miles de vidas en esta guerra que estaba resultando tan devastadora como las guerras libradas contra el Caos. Las antaño densas selvas de los hombres lagarto fueron taladas por los enanos, los hombres se internaban muy a menudo en Athel Loren, hogar de los Elfos Silvanos, obligándolos a trabar batallas que estaban mermando sus números. Los Hombres Lagarto se habían desquitado de la peor forma con los enanos, enviando expediciones a las montañas del Fin del Mundo con el fin de arrasar con los asentamientos y minas enanas, otras tenían el objetivo de atraer a los Pieles Verdes hacia los territorios de Karaz–Ankor. Miles de enanos murieron y el éxito que Thorgrim había conseguido recuperando algunas fortalezas perdidas, se perdió durante esta guerra de odio que el Gran Rey Orgrim había provocado quién siempre trataba de reunir un ejército para atacar Zlatlan pero le era imposible.
Los Altos Elfos, siempre estaban apoyando a sus primos del bosque. Todos los días, los Barcos Dragón surcaban el Gran Océano llevando tropas y suministros al exhausto reino de Orión, que desembarcaban en la capturada ciudad de Bordelaux y eran llevadas hasta el Claro del Rey. Los Altos Elfos también llevaban la guerra al Imperio atacando las poblaciones costeras de Nordland, sus flotas trababan sangrientos combates contra la Armada Imperial y la Armada Bretoniana saliendo victoriosos de casi todos los combates, además llevaban un asedio de veinte años sobre Marienburgo, la ciudad más rica del Viejo Mundo.
Cuándo Mazdamundi despertó de su levitación, solicitó a uno de sus generales de mayor confianza llamado Kroq-Gar (Un guerrero Saurio tan viejo como el mundo mismo), que alistara algunos preparativos para partir de inmediato a Ulthuan y llevar a cabo una reunión entre Elfos y Hombres Lagarto.
Lustria aún no era víctima de ataques ya que algunos Slann habían creado una barrera de protección mágica alrededor de su tierra natal y cada vez que el Imperio o Bretonia enviaban ejércitos a través del Gran Océano, la barrera provocaba tormentas o despertaba a los temibles monstruos marinos que acechan los mares de Lustria. En su Cámara de las Estrellas, en lo alto de la pirámide de Hexoatl Mazdamundi se comunicó telepáticamente con sus hermanos para informarles de la reunión, dejando a cargo al Slann Tepec-Inzi otro de los grandes héroes de la guerra contra el Caos y los Elfos Oscuros. Después montó a su Estegadón Zlaaq y se encaminó a Ulthuan escoltado por un ejército completo de Guardia del Templo, Kroxigors, Eslizones, el mismísimo Kroq-Gar a lomos de su Carnosaurio Grymloq y el poderoso Gor-Rok. A pesar de que Lustria ya no estaba bajo la amenaza de los Skavens del clan Pestilens, siempre ha estado en guerra contra los Orcos Salvajes y la sagrada tierra selvática estaba infestada de estos nocivos seres vivos, afortunadamente ninguna tribu se interpuso entre el camino de este ejército hasta su destino en las costas cercanas a Xlahuanpec, ahí Mazdamundi usó su poder para despertar a los dragones marinos los cuáles dejaron que el ejército del Slann subiera en sus lomos y los llevaron hasta Ulthuan, que les tomaría más de un mes en llegar.
Mientras tanto, los Elfos Silvanos estaban en un aprieto, una nueva intrusión de soldados imperiales acompañados por matadores enanos había provocado otra gran batalla en Athel Loren que Orión apenas pudo ganar gracias a la intervención de Durthu y sus hombres árbol.
Mientras los Elfos Silvanos recogían a sus muertos, Orión estaba curándose una herida que había recibido en un brazo, producto de una bala de arcabuz cuándo el imponente Durthu se acercó a el
- Durthu, el Claro del Rey está en deuda contigo amigo mío.
Durthu que no entendía bien el lenguaje humano, solo se pudo comunicar a través de él con el lenguaje élfico.
- Aiya Orión, eksetay bediyaneht? (Hola Orión, ¿Estás bien?)
- Sólo es un rasguño, viviré.
- Orión, enomentuvalve iroht ayem Ulthuan (Orión, debemos ir a Ulthuan)
- No podemos abandonar el bosque ahora, hay demasiados enemigos tratando de entrar.
- Lyem hekroman Naestra dim Arahan ceskamin Athel Loren. (Las hermanas Naestra y Arhan cuidarán Athel Loren)
- Muy bien, me reuniré con Ariel y te veré en Arwylon, de ahí partiremos a Bordelaux, espero que los Elfos de Ulthuan ayuden en la defensa del bosque mientras no estamos.
El anciano hombre árbol le dio una palmada en la espalda a Orión para tratar de calmarlo, pero casi logró romperle el hombro. Al cabo de dos días, Orión, su esposa Ariel y Durthu estaban juntos y se dispusieron a partir hacia Bordelaux con algunos miembros de la Guardia Eterna, en dónde un barco de los Altos Elfos los estaría esperando para llevarlos a Ulthuan en el camino se les uniría el príncipe Tyrion para escoltarlos personalmente junto a un ejército de arqueros y lanceros.
Afortunadamente no había tropas bretonianas por la zona y el ejército de Altos Elfos que se unió a la escolta era increíblemente grande y muy disciplinado, Tyrion les dijo que estas tropas volverían a Athel Loren una vez que estuviesen a bordo del barco para ayudar a los Elfos Silvanos mientras sus líderes estuvieran fuera del bosque.
Pasaron varios días de marcha, en los que Orión y Durthu se sintieron muy raros ya que no acostumbraban a aventurarse tan lejos del bosque y finalmente llegaron al puerto de la ciudad de Bordelaux que desde su caída desde hace tres años a manos de Teclis, estaba siendo reconstruida como una colonia élfica. Las tropas abordaron la nave "El fénix Caledor", un barco dragón de color blanco, como una nube, su casco estaba majestuosamente tallado a mano, tenía dibujos de dragones atacando a demonios del Caos y sus velas eran de color azul cielo con el emblema de Ulthuan en el medio. Esta nave llevaba siglos surcando los mares y había derrotado a todo tipo de naves en su historia, simplemente se encontraban quizá ante la mejor nave de todo el Viejo Mundo. Los elfos abordaron y se aventuraron a Ulthuan, pero tras dos días de viaje, la nave se encontró frente a un galeón imperial "El grifo de Nuln" que obstruía el paso entre el barco dragón y su destino.
- ¡Barco a la vista!
- ¡Capitán Garidion! Armas del barco en línea y listos para repeler abordaje.
- ¡A la orden príncipe Tyrion!
- Orión, te necesitaré en esta batalla junto a Durthu y a la Guardia Eterna.
- Claro, te ayudaremos, ¿Cuál es el plan de ataque?
- Usar las Espadas Dragón contra el navío enemigo para destrozarlo, pero para embestirlo debemos acercarnos y ellos tienen mayor poder de fuego que nosotros con esos tubos de hierro que llaman cañones.
- Pero tienes artillería en este buque.
- Son lanza virotes de repetición, no tienen tanto alcance como los cañones y menos penetración. Serán útiles para matar a los marineros enemigos, pero nuestra mejor alternativa es usar las Espadas Dragón y partir la nave en dos, después nos enfrentaremos a los marineros enemigos que nos aborden. Prepárate.
A la distancia, "El grifo de Nuln" se estaba acercando peligrosamente al barco élfico y a bordo de él, algunos marineros estaban cargando los cañones del barco, otros aseguraban la carga o sacaban las armas de la armería y se las entregaban a sus compañeros. El capitán de este barco era Maximilian Von Der Decken, un capitán que había ganado mucha fama en la Armada Imperial por haber hundido a muchos Armatoztez orcos durante su carrera y estaba deseoso de añadir un barco dragón a su lista.
El galeón viró a estribor apuntando sus cañones de ese lado al barco élfico que surcaba las olas, sin miedo, en dirección hacia su enemigo, los segundos parecían horas mientras que ambas tripulaciones se preparaban para luchar o rezaban a sus dioses respectivos y finalmente el galeón disparó una salva de cañonazos contra el barco élfico, afortunadamente aún estaban fuera del alcance de los cañones y la ventaja del barco dragón es que es mucho más rápido y maniobrable que los barcos imperiales, Tyrion lo sabía, por ello ordenó al capitán que persiguiera los piques (los impactos fallidos) para acercarse al galeón y reducir las probabilidades de recibir un impacto. La estrategia funcionó, los marineros imperiales fueron incapaces de asestar un solo tiro al veloz buque y el lento proceso de recarga de los cañones ayudaba a los elfos a acercarse más y cuándo estuvieron a veinte metros de distancia los lanza virotes entraron en acción disparando enormes virotes contra los mástiles, otra batería comenzó a usar munición de dispersión sobre la cubierta matando a varios tripulantes. Faltaban menos de diez metros para impactar al galeón y entonces los arqueros elfos lanzaron una lluvia de flechas sobre el barco pero a su vez, los tripulantes del galeón les dispararon con ballestas y arcabuces matando a algunos elfos y de repente una bala de cañón golpeó en plena cubierta al Barco Dragón, matando al capitán y a otros siete elfos, pero su muerte no sería en vano. Dos segundos después las Espadas Dragón golpearon el casco del galeón y lo atravesaron como un cuchillo caliente a la mantequilla y en menos de diez segundos el poderoso "Grifo de Nuln" se hundió bajo las olas llevándose a más de la mitad de los marineros y al capitán con él. Pero varios tripulantes lograron abordar al barco dragón y se enfrentaron a los tripulantes élficos en violento combate cuerpo a cuerpo, pero los marineros no se enfrentaban a guerreros elfos normales, estos eran soldados de la Guardia del Mar de Lothern, tropas acostumbradas al combate naval ya sea contra monstruos marinos o los letales corsarios de los extintos Elfos Oscuros, por lo que simples humanos no eran nada del otro mundo. Diez minutos después, solo quedaban doce marineros del galeón y estaban rodeados por el contingente élfico, de inmediato se rindieron ante ellos. Tyrion los encerró en la prisión de la nave pero los trató con delicadeza y con honor, tal vez sean enemigos pero antaño, los humanos, elfos, enanos y hombres lagarto, pelearon codo con codo contra las hordas del Caos y eso es algo que nunca será olvidado.
Tras varias semanas de navegación, el barco atracó en el puerto de Lothern en donde Teclis y Mazdamundi ya los estaban esperando. Orión se quedó mirando la hermosa ciudad, con su estatua de bronce en honor al Rey Fénix, la Torre Resplandeciente y la imponente Puerta Esmeralda, llena de arqueros y lanceros elfos. Entonces Orión recordó el tiempo en que vivió aquí, antes de irse a vivir a las colonias élficas en el Viejo Mundo, hace más de cuatro mil años.
- ¡Bienvenidos sean a Ulthuan!, sé que hubo problemas en el viaje, así que nos reuniremos mañana en los jardines del palacio para discutir sobre la guerra y un mensaje que Mazdamundi quiere darnos.
- Gracias Rey Fénix, si no le molesta, mi amigo, mi esposa mis tropas y yo nos quedaremos en los bosques cercanos a la ciudad, no estamos acostumbrados a este ambiente.
- Les recomendaría no hacerlo, es peligroso estar en los bosques de noche.
- Descuide, si hemos sobrevivido cuatro mil años en el Bosque de Athel Loren, dudo que vayamos a morir en un bosque de Ulthuan por una noche.
- Está bien pero antes, acompáñennos en el banquete de bienvenida de esta noche.
- Será todo un honor.
El banquete estaba pensado para recibir a los líderes de la Alianza Ancestral y por ello, se habían preparado banquetes de cada reino, para los Elfos Silvanos comida sacada de los bosques, tales como carne asada de siervo, codorniz, jabalí y una gran variedad de raíces, los Altos Elfos por su parte habían preparado una gran variedad de platillos que en su mayoría eran vegetales raros y que según Teclis eran endémicos de la isla, así como exquisitos vinos. Para los Hombres Lagarto, fue un poco difícil encontrar sus alimentos ya que son depredadores en su tierra natal, pero lo compensaron con carne cruda de todo tipo de especies provenientes del Viejo Mundo y una gran variedad de peces y frutas exóticas.
Acompañados de bella música, tocada por los mejores músicos de la isla se pudo decir que fue una noche en la que las penas y la guerra quedaron en segundo plano. Al día siguiente, Teclis, su esposa y Tyrion se dirigieron muy temprano hacia los jardines reales para reunirse con los aliados, al llegar vieron a la delegación de los Elfos Silvanos esperándolos y a la de los Hombres Lagarto. Al llegar, Teclis se sentó en un trono que le trajeron sus leales sirvientes al lado de Vidrian mientras que Tyrion se quedaba de pie, Orión y Ariel se sentaron en unos bancos hechos de mármol que había en el jardín, Durthu se quedó de pie, Mazdamundi estaba sobre su palanquín mientras que Kroq-Gar y Gor-Rok estaban a su lado de pie.
- Es hora de discutir los puntos necesarios sobre esta guerra, Tyrion ¿cuál es la situación?
Usando su magia, Teclis hizo aparecer un mapa del Viejo Mundo.
- Marienburgo resiste, pero nuestras fuerzas se mantienen firmes con el asedio, en las tierras de Bretonia el Rey Philip Argent dirige un ejército hacia Bordelaux con la intención de recuperarla, pero he reforzado las defensas con tropas de la Guardia del Fénix y varios Yelmos Plateados. El Emperador Gustav Reinderhof está ocupado con una invasión de orcos que está devastando Hochland y Stirland, pero el verdadero peligro son los Von Carstein, están reforzando sus ejércitos en Sylvania, se preparan para entrar en la guerra.
- Gracias por tu información hermano, Kroq-Gar, ¿Sabes algo de las Tierras del Sur?
- Enanos atacan sagradas selvas, muchos saurios defienden y mueren por su hogar, en la Jungla Maldita, envenenaron los pozos de desove. Y los esqueletos de Nehekara se han lanzado contra Zlatlan, el Slann Ixtlimandi defenderá ciudad hasta el final. Pieles Verdes atacan todo el tiempo nuestro hogar, pero hemos luchado con ferocidad y estamos conducido a una tribu en camino a capital enana. Pagarán por envenenar ese pozo.
- Lamento oír eso, no esperaba que Khemri se uniera a los enanos. Tenía fe en que serían neutrales. Tendré que enviar refuerzos a las Tierras del Sur, ¿Quieres añadir algo Orión?
- Nada, pero mi pueblo ya no resistirá más, la última batalla dejó a muy pocos Asrai para luchar en defensa del bosque, así que debo decirles algo.
- ¿Qué es?
- Si quería asegurar la supervivencia de mi pueblo debía buscar más ayuda, así que acordé una alianza entre la Luna Torzida y El Claro del Rey.
Por un momento todos se quedaron estupefactos, el escuchar que Orión se había aliado con los Goblins Nocturnos de la Luna Torzida era considerada una locura. Skarsnik es quizá el Goblin Nocturno más artero, cruel y despiadado que haya existido además de ser el Kaudillo de la tribu, su fama es muy bien reconocida por haber derrotado al Clan Mors en la Batalla del Gran Valle, dentro de la fortaleza enana de Karak-Ocho-Picos y haberlos obligado a huir. Después atacó a un maltrecho ejército de enanos liderados por Belegar Martillo de Hierro en la Batalla de la Ciudadela, tras un asedio de cincuenta y cinco días, Skarsnik y sus Goblins atravesaron las defensas y masacraron a todas las tropas enemigas, después retó a duelo al rey enano, Belegar estaba tan furioso por la derrota que sin pensarlo con claridad se lanzó contra él, pero el tramposo Goblin le arrojó su mascota Gobbla, un feroz garrapato que devoró a Belegar de unos cuántos mordiscos, dejando únicamente su barba y su yelmo que fueron tomados como trofeo por el Kaudillo. Desde entonces, los enanos no han vuelto a tratar de recuperar su fortaleza mientras Skarsnik esté al mando.
Orión les explicó a sus aliados que no fue una decisión fácil, pero los enanos le tienen tanto miedo a Skarsnik que está convencido de que no atacarán el bosque cuándo se enteren de su alianza con el Kaudillo.
- Orión, sé que estás desesperado por proteger tu hogar, pero aliarte con esos parásitos es caer muy bajo.
- No tuve opción Teclis, mi gente está sufriendo más que cualquiera en esta guerra, si quiero que los míos sobrevivan debo tomar medidas drásticas. Además no podrás enviar ejércitos todo el tiempo a Athel Loren, el Goblin prometió enviar un ejército durante el invierno y proteger el bosque por mí.
- ¿A cambio de qué? – Le preguntó Mazdamundi.
- Vino élfico, solo eso quieren.
- Orión – Tyrion se levantó de su asiento y le dijo claramente – Si esa rata verde te traiciona y apuesto mi espada a que lo hará, te recomiendo que estés listo, será una guerra que lamentarás el resto de tu vida y lo que habías jurado proteger será arrasado.
- Basta Tyrion, si Orión decidió confiar en Skarsnik es su decisión, pero en cuanto al resto de nosotros, no veremos a esas pestes como aliados. No son mejores que los humanos. Ahora debemos concentrarnos en ganar esta guerra antes de que empecemos a debilitarnos, enviaré refuerzos a las Tierras del Sur para apoyar a Ixtlimandi y trataremos de someter al reino de Khemri antes de que se fortalezcan, necesitaré ayuda de tus tropas Kroq-Gar.
- Mis saurios, luchar a tu lado. Yo igual Rey Fénix.
- Orión, solo me queda esperar a que tu "alianza" resulte y dure lo suficiente mientras tratamos de ganar este conflicto. Pero voy a necesitar un favor tuyo.
- ¿Cuál será Teclis?
- Debes ir a las Montañas de los Lamentos y contactar a los ogros.
- ¿Seguro? No hemos sabido de ellos desde la Gran Purga que llevaron los enanos hace doscientos años.
- Ellos son hijos de los Ancestrales – Mazdamundi había comenzado a hablar nuevamente – No están extintos, pero si aislados. En lo más profundo de la Ruta del Marfil. Sigue el camino y encontrarás a la raza, diles que Teclis los necesita y si nos ayudan, un trato digno de reyes les daremos.
- ¿Y si se niegan?
- Usa esto.
Mazdamundi le dio una tablilla de roca, que tenía una inscripción escrita con letras de oro.
- Te devolverá a tu hogar solo con desearlo.
- Gracias, en cuánto vuelva partiré de inmediato.
- Ahora que sabemos lo que hay que hacer, Mazdamundi nos citó también para expresar algo que vio mientras meditaba. Adelante gran Slann.
- Desde que el Caos se fue, medité sobre si esto era lo que querían los Ancestrales y resulta que estaban destinados a no estar aquí para siempre.
- Eso es bueno ¿No? – Le preguntó Ariel.
- No Reina, el Caos se reorganiza, en un mundo ajeno a este. Un mundo que hasta hace poco era virgen y ahora está corrompiéndose en una guerra brutal, si ese mundo cae, nos enfrentaremos a la aniquilación total.
- Imposible Slann, destruimos a todos los seres que adoraban al Caos, nos aseguramos de ello.
- Pero los Hombres y los Enanos tenían la responsabilidad de eliminar a los Skaven – Les recordó Teclis – Es probable que algunos hubiesen escapado.
- Su sabiduría es grande Rey Fénix, algunos Skaven huyeron del mundo a través de un portal de Disformidad y así llegaron a otro, libre de enemigos. Si las fuerzas que defienden ese mundo son derrotadas, los Skaven volverán y no podremos detenerlos esta vez.
- Entonces debemos prepararnos para volver a librar otra guerra.
- O podríamos evitarla.
- ¿Huac ticza? (¿Cómo?) Le preguntó Durthu
- Podríamos ayudar a esos defensores en su guerra y destruir al Caos de una buena vez.
- Imposible, no tenemos los conocimientos mágicos para llevar a cabo un ritual como ese, los enanos y los hombres no nos van ayudar. Aun cuando firmemos la paz, además no hay muchos vientos de la Magia desde que el Vortex se desintegró. No hay forma de ayudarlos.
- Entonces debo contactar con ellos.
- Gran Mazdamundi ¿Cuál es su plan? – Le preguntó Gor-Rok que no había hablado en toda la reunión.
- La líder de esa tierra tiene mucho poder mágico, si logro comunicarme con ella telepáticamente, tal vez pueda guiarla para que pueda ganar esa guerra, pero necesitaré a algunos de sus mejores hechiceros, una conexión como esa sería mortal para mí, pero con ayuda podré llevar a cabo el rito sin arriesgar a nadie.
- Señor, hay un error con su predicción, los Skaven no adoran a los Dioses del Caos, así que no hay riesgo de que sus fuerzas vuelvan.
- En ese mundo, los Skaven están cometiendo actos de maldad inenarrables, la población se está desesperando y recurrirán a cualquier medida con tal de salvarse. Puedo ver que hay un traidor dentro del círculo de confianza dela gobernante que planea servir a los Dioses Oscuros. Si la traición se lleva a cabo, no creo que tengan oportunidad de sobrevivir.
- Mazdamundi, podemos ayudarlo, mis mejores magos están a su servicio para evitar una nueva catástrofe. – Le exclamó Teclis que había escuchado cada palabra atentamente.
- Yo también lo ayudaré – Ariel se había levantado y se arrodilló ante él – No permitiré que el Cyanathair vuelva, si puedo evitar su renacimiento daré mi vida.
- Gracias Reina, bajo mi tutela me aseguraré de que alcancen un nivel de conocimiento tan grande como el de mis hermanos. Seremos la salvación de este mundo y el que está más allá.
- Entonces así se hará, Mazdamundi traeré a mis magos en un momento para que empiecen a entrenar. ¿Dónde lo harán?
- En Hexoatl, la magia de ese lugar los dotara del poder necesario para su entrenamiento.
- Entonces les deseo la mejor de las suertes. Doy por terminada la sesión, antes de irse tenemos otro banquete esperando, en un momento los llamaré. – Teclis se dio la vuelta, tomó a su esposa y entró a su palacio.
De repente Mazdamundi cerró los ojos repentinamente y pudo ver unas imágenes alarmantes, un castillo de cristal ardiendo en llamas, un Skaven embutido en una armadura roja llena de cráneos que sostenía el cadáver de lo que parecía ser un unicornio alado de color negro, en otra se veía a un unicornio robando un libro de una especie de calabozo, otra imagen reveló a ese mismo unicornio apuñalando a uno idéntico al que había muerto a manos del Skaven y la más perturbadora imagen de todas, el renacimiento de Lord Skrolk, su archienemigo.
Debía darse prisa en contactar a los habitantes de ese mundo, claramente el plan de los Dioses del Caos para volver al Viejo Mundo había comenzado.
Perdón por la tardanza pero aquí está el nuevo episodio, en el siguiente volveremos a Equestria pero algunos de estos personajes también lo harán, cuídense y espero les guste.