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Enemigos Siniestros

Enemigos Siniestros

by gorkomorko88


Chapters


  • 1. Introducción
  • 2. Advenimiento
  • 3. Las llamas de la Tragedia
  • 4. Invierno Trágico
  • 5. Sangre en Equestria
  • 6. La Historia de Discord
  • 7. Declaración de Guerra
  • 8. El Señor de las Alimañas: Vermalanx
  • 9. La bienvenida del Clan Moulder
  • 10. Situación Crítica
  • 11. Un nuevo asalto
  • 12. Tiempos Oscuros en el Viejo Mundo
  • 13. Posibles Aliados
  • 14. La Caída del Escudo
  • 15. La Corrupción de Starlight
  • 16. La Batalla por el Castillo de la Amistad
  • 1. Introducción

    Introducción

    El Fin de los Tiempos, la guerra que se supone haría caer al Imperio, Karaz–Ankor, Bretonia, Lustria y a los reinos élficos de Ulthuan y Athel Loren se ha perdido, un brutal error que cometieron los dioses oscuros fue confiar en los Skaven quiénes se negaron a obedecer sus órdenes y también el inesperado ataque de Grimgor sobre Archaon y sus tropas ha provocado que las fuerzas del Caos tuvieran que replegarse hasta las heladas Tierras de Norsca, pero no terminó ahí. El emperador Karl Franz se reunió con los principales líderes de las fuerzas del Orden en la devastada ciudad de Altdorf:

    * El Gran Rey de los Enanos, Thorgrim Custodio de Agravios.

    * El Rey de Bretonia, Louen Leoncoeur

    * El Rey Fénix de Ulthuan, Finubar el Navegante

    * El Líder de los Elfos de Athel Loren, Orión

    * El Saurio Marcado por los Ancestrales, Gor-Rok

    Por primera vez en la historia del Viejo Mundo, los líderes de las fuerzas del Orden se habían reunido en un concejo para luchar juntos contra el cáncer del Caos. Finalmente se decidió que El Imperio, Karaz-Ankor, Athel Loren, Bretonia y Ulthuan atacarían a las fuerzas del Caos en un enorme ejército que marcharía sobre Norsca y eliminaría hasta el último herético y paladín que sirviera al Caos. Mientras los habitantes de Lustria depurarían sus sagradas Tierras de los asquerosos Skaven del clan Pestilens y una vez eliminados los Skaven ayudarían a los Altos Elfos a atacar Naggaroth hogar de los Elfos Oscuros. El plan resultó ser todo un éxito y a pesar de la feroz y sangrienta resistencia que ofrecían los monstruosos seres del Caos y las tribus de bárbaros, su exterminio se concretó en menos de quince años de campaña. La eterna guerra contra el Caos que se había disputado desde hace varios milenios por fin había terminado, millones de vidas se habían perdido a manos de los Dioses Oscuros, ahora todo se había terminado. Al menos una parte.

    Tras la exitosa campaña en el Norte las fuerzas del Orden se encargaron de eliminar a los hombres bestia, con ayuda de los No Muertos comenzaron los ataques contra las madrigueras de los Skaven y los Hombres Lagarto comenzaron la invasión de Naggaroth con ayuda de los Altos Elfos para poner fin a la guerra civil élfica.

    A pesar de que los Skaven tenían ejércitos gigantescos y dotados de terribles armas y monstruosas aberraciones poco podían hacer por detener a las hordas de No Muertos que se internaban en sus hogares, millones de vidas Skaven fueron masacradas por legiones de zombis, guerreros esqueleto y necrófagos. Los clanes Skaven que eran varias docenas fueron cazados sistemáticamente y uno por uno fueron desapareciendo tanto por los No Muertos cómo por los Enanos, deseosos de saldar los agravios que los Skaven les habían infligido por más de cuatro mil años de guerra, posteriormente las tribus de Pieles Verdes comenzaron a atacar Plagaskaven hasta finalmente invadirla y quemarla hasta los cimientos. Sólo el clan Moulder, el clan Pestilens, el clan Rictus y el clan Skyre lograron sobrevivir a la exterminación dirigidos por dos de terribles líderes:

    *Queek "El coleccionista de cabezas" del clan Moulder

    * Ikit Claw del clan Skyre

    Estos cuatro clanes se unieron en un desesperado intento por sobrevivir y se atrincheraron las ruinas de Karak-Kadal, un antiguo bastión enano abandonado. La situación era desfavorable, pero no había tiempo que perder. Ikit quería abrir un portal a través de la disformidad y llegar a otro mundo para corromperlo y prosperar de nuevo, mientras que Queek quería echar raíces en la fortaleza y atacar a las ciudades humanas aprovechando que la mayor parte de sus ejércitos estaban muy reducidos tras haber estado luchando contra el Caos y el resto de los clanes. Pero Ikit al ser uno de los mejores ingenieros brujo de su clan logró convencer a Queek de que lo mejor que podían hacer, era dejar el Viejo Mundo para siempre ya que estaban librando una guerra prácticamente perdida.

    Sin perder tiempo, miles de esclavos Skaven comenzaron a construir el portal bajo las terribles miradas de sus capataces y de los brujos ingenieros. Construir el portal con la maquinaria Skaven tomaría años, pero dado a la situación a la que se enfrentaban los hombres rata, todos los miembros del clan aportaron mano de obra (esclavos) para acelerar la construcción del portal. Gracias a esta "contribución", el portal estuvo listo en sólo un par de meses. Sólo se necesitaba emplear la magia y desde luego una considerable cantidad de piedra de bruja (una roca de color verde esmeralda muy poderosa y muy apreciada por los Skaven) para poder activarlo. Sin embargo entre todos los clanes no reunían la cantidad necesaria para poder activarlo por lo que era necesario bajar un cometa de Morslieb La luna del Caos. Esto suponía un terrible peligro ya que bajar un cometa de Morslieb no era una acción sencilla y además revelaría su posición tanto a los enanos cómo al Imperio, pero Queek aceptó correr ese riesgo, además no lo llamaban el coleccionista de cabezas por nada.

    Ikit y más de cien brujos usaron sus poderes para crear un rayo de energía que salió disparado hacia la enorme Luna de color verde que orbitaba el Viejo Mundo y esta al recibir un impacto desprendió un cometa que se proyectó y cayó muy cerca del Paso del Fuego Negro. Sin tiempo que perder, los Skaven trajeron legiones enteras de esclavos y comenzaron a extraer el valioso mineral, por varios días los asesinos Skaven eliminaron a varios exploradores enanos que se aventuraban por el área y desde luego varios regimientos de tropas estatales del Imperio fueron emboscados y sistemáticamente eliminados. Pero cada vez venían más y muy pronto un enorme ejército de soldados Imperiales y Enanos se acercaba al Paso del Fuego Negro dirigidos por Karl Franz y el Rey Matador Ungrim. Afortunadamente Ikit ya había reunido demasiada Piedra de Bruja para hacer funcionar el portal dos veces por lo que ordenó iniciar su escape, sin embargo dejaron atrás a muchos esclavos que fueron masacrados por las tropas aliadas y algunos para intentar salvar su miserable existencia revelaron la ubicación de su madriguera antes de ser degollados.

    Usando poderosa magia del Caos y la piedra de bruja, el portal comenzó a abrirse, estaba hecho de metales podridos u oxidados pero la imaginación del clan Skyre no conocía un límite. Finalmente el gran poder de Ikit y sus brujos dio fruto. Una masa que parecía un fuego de color morado se había abierto, los Skaven chillaban de alegría pero ninguno se atrevía a entrar en él, corrían el riesgo de quedar atrapados en la disformidad para siempre. Pero Ikit y Queek sabían que si sus ratas no querían ir pues los obligarían. La sociedad de los Skaven estaba basada en la traición y la crueldad tanto frente a sus enemigos cómo a su propia especie. Así qué Ikit obligó a más de mil esclavos a cruzar el portal y para asegurarse que no escaparan en caso de que el este funcionara los sometió con una cadena mágica, si la cadena se deshacía significaba que el portal era inseguro y si la cadena se tornaba de rojo sería seguro.

    A punta de espada y varios golpes de látigo, los esclavos fueron empujados hacia el portal y lo cruzaron.

    Cada vez que un esclavo cruzaba el portal este desprendía un aura morada, Ikit y Queek esperaban que esto funcionara ya que afuera de Karak-Kadal enanos y hombres comenzaban a tomar posiciones frente a la fortaleza. Eran muchos, no tantos cómo los Skaven pero estos eran soldados profesionales no cómo los hombres rata que apenas disponían de algunas miles de Alimañas para enfrentarse a los Grandes Espaderos del Imperio o los Martilladores enanos. La mayoría de las fuerzas Skaven estaban compuestas por Guerreros del Clan y esclavos, desde luego había varios monstruos y aberraciones del clan Moulder, el clan Pestilens era famoso por sus conocidos Monjes de la Plaga y su afición a lanzar maldiciones basadas en veneno o enfermedades mortales a sus enemigos y el clan Skyre tenía un vasto arsenal que ellos mismos habían creado o robado, mientras que el clan Rictus tenía a los mejores asesinos. Queek deseaba presentar la batalla pero Ikit más cauteloso le recomendó que lo mejor era esperar al resultado final. No había terminado de decir eso cuándo la cadena se tornó de color rojo y los capataces comenzaban a dar jalones a las cadenas, evidenciando que el portal era seguro. Los dos Skaven se vieron fijamente y chillaron dando la señal a las demás ratas que podían entrar, en tropel cientos de miles de Skaven comenzaron a correr hacia el portal, los más débiles como los esclavos eran aplastados o acuchillados y los más fuertes entraban sin problemas.

    Monstruos, armas, equipo, ratas de todos los tamaños y formas entraban al portal, justo a tiempo ya que de repente los muros de la fortaleza comenzaron a temblar y se escuchaban gritos de guerra en las afueras. Se acababa el tiempo, Queek seguido de su "Guardia Carmesí" entró al portal. Ikit no podía permitir que sus enemigos encontraran el portal o de lo contrario irían en su persecución, tomando su báculo vio hacia atrás para comprobar cuántos Skaven quedaban fuera. Afortunadamente los rezagados en su mayoría eran esclavos y guerreros, toda la maquinaria, hembras y piedra de bruja ya se había introducido y sin más Ikit entró al portal cerrándolo tras de sí dejando atrás a muchos aterrorizados Skaven que se enfrentaban a una muerte segura. El viaje a través del portal fue rápido pero muy agotador, al salir se encontró en lo que parecían ser las ruinas de un viejo castillo, todo estaba casi cubierto de maleza, pero aún podían verse antiguos tapices que tenían la forma de un unicornio con alas lo cual le resultaba muy extraño ya que en el Viejo Mundo no existía nada parecido.

    - ¡Ikit! ¿Qué lugar es éste? – Un furioso Queek apartaba a las ratas que tenía en frente para llegar a él.

    - ¿Crees que por que pertenezco al clan Skyre tengo todas las respuestas? Se nota que los miembros del clan Moulder tienen más músculo que cerebro.

    - ¡Eres un…! – Queek en ese momento sacaba su famosa "Degolladora de Enanos" y se lanzaba contra Ikit quién lo detuvo en el aire con su báculo, pero de repente este se apagó.

    - ¿¡Qué!? – Ikit trató de usar más magia pero su báculo apenas le respondía.

    Queek también lo notaba y se extrañó mucho, llamó a sus propios Ingenieros Brujo y les ordenó hacer su magia pero al igual que Ikit sus báculos no respondían.

    - ¿Qué le pasa a los Brujos? ¿Por qué no pueden usar la magia?-

    - Queek, espera – Dijo Ikit, parecía tratar de concentrarse. – Esto no es bueno, pero podría ser peor.

    - ¿A qué te refieres?

    - Apenas puedo sentir magia en el aire, podría atreverme a decir que en este lugar no existen los Vientos de la Magia. -

    - ¡Excelente! Nos trajiste a un lugar desconocido en dónde no hay magia.

    - ¡La hay! Rata estúpida, pero no en la misma forma que en el Viejo Mundo. Puedo sentir seres mágicos en esta tierra y en grandes cantidades. Podremos tener magia y siento que mucho más poderosa.

    - Entonces que haremos, necesito luchar.

    - Haremos la guerra en este mundo Queek, pero no ahora, sólo mira a tu alrededor.

    Las ratas estaban amontonados en enormes grupos muchas ya se estaban peleando entre ellas, mientras que los esclavos eran reunidos en una enorme masa, los monstruos afortunadamente estaban dormidos (al parecer el viaje había tenido efectos más negativos en ellos) y la maquinaria de guerra y científica estaba arrumbada por todas partes.

    - Estamos muy desorganizados y me temo que una vez que tus "mascotas" despierten se pondrán de mal humor y tendremos que calmarlas con algunos esclavos, será mejor que reconstruyamos el Imperio Subterráneo y hagamos de estas ruinas nuestra capital.

    - ¿Y la magia? ¿Cuándo la conseguiremos? -

    - Una vez que terminemos aquí y volvamos a estar preparados, el clan Rictus comenzará a cazar a esas criaturas mágicas e inventaré una nueva máquina.

    - ¿Para robarles la magia?

    - No, crearemos nuestros propios Vientos de la Magia a costa de la vida de esas criaturas.

    - ¡Oigan miren esto! - les decía un miembro de los Guardias Carmesí. – Encontré un mapa de este nuevo mundo.

    Ikit usando su garra mecánica y empleando los lentes de su máscara comenzó a revisar el mapa, al parecer la escritura era idéntica a la de los humanos.

    - Vaya, vaya. – Ikit arrugaba el mapa y comenzaba a formar una terrible sonrisa en su malvado rostro – Entonces al parecer no hay hombres, enanos o esas escorias de elfos en este mundo Queek.

    - Ikit, ¿Qué mundo es éste?

    - Hemos llegado al mundo de Equestria.

    Nota: Si eres Brony o Pegasister te recomiendo que antes de continuar con la historia y no conoces nada de esto te recomiendo que leas un poco sobre el el universo de Warhammer Fantasy ya que la historia tendrá muchas referencias al Lore de los Skavens. Y si eres un Warhamero espero que no ofender a ningún fan o mofarme de este unirverso ya que me encanta y sólo quise hacer un choque entre estos dos universos que me fascinan. Sin más un saludo a todos los lectores de lo que espero sea una gran historia.

    Esta historia se retomará una vez se termine The End of Friendship

    2. Advenimiento

    Capítulo 1

    "Advenimiento"

    Desde hace más de veinte años que Equestria estaba pasando por uno de sus peores momentos en su historia, de todas partes del Reino llegaban informes de desapariciones de todo tipo de ponis pero en su mayoría eran sobre unicornios, se reportaban que los pueblos granjeros cada vez producían menos alimentos ya que los árboles de frutas y las verduras que se cultivaban eran víctimas de extrañas enfermedades que las volvían venenosas o simplemente incomibles, los animales mostraban comportamientos cada vez más agresivos y salvajes, por no decir que lo más alarmante era también el número creciente de homicidios que había azotado a cada una de las ciudades equestres. Las princesas de Equestria siempre se mostraban con una actitud de desafío ante esta adversidad afirmando que todo esto era obra de la reina Chrysalis y una vez que se fuese capturada conociera el poder de la justicia.

    Celestia sin embargo era la única princesa que opinaba que todo el mal que azotaba a su querida nación no era causada por un enemigo común, tenía el presentimiento de que esto era causado por una extraña fuerza llena de oscuridad y maldad cómo ninguna otra fuerza que Equestria hubiera visto nunca.

    El tiempo siguió su curso y cuándo llegó el otoño Celestia tuvo que convocar a las princesas a Canterlot, ya que había que tratar un asunto de máxima urgencia.

    - Luna, Cadence y Twilight, me alegra verlas a todas.

    - ¿Cómo estás Celestia? – le preguntó cariñosamente Cadence.

    - Hermana, me alegro volver a verte.

    - ¡Princesa Celestia! – Respondió Twilight y corrió a abrazar a su mentora – Que bueno es verlas a todas.

    - Me alegro que todas estén bien, ya habrá momento para hablar de temas más personales, tomen asiento por favor.

    Las princesas se miraron con preocupación ya que Celestia sólo tomaba esa actitud cuándo algo muy malo podía llegar a ocurrir.

    - Princesas de Equestria, las he convocado en este consejo debido a un tema de máxima urgencia, me temo que la escasa producción de comida en este año ha llegado a niveles críticos, no podremos alimentar a toda la población de Equestria en invierno.

    - ¿Qué? – Respondieron las tres princesas al unísono.

    - Ya lo oyeron, pero no desesperen espero que juntas podamos solucionarlo, Cadence ¿crees poder suministrarnos bayas del Imperio de Cristal?

    - Desde luego, la producción ha sido muy eficiente, podré suministrarte varias toneladas que estaré enviando mediante el expreso de cristal.

    - Gracias Cadence, Luna ¿Qué tal van las relaciones con los yaks? ¿Crees que quieran comerciar su comida con nosotros?

    - Será difícil, pero no te preocupes hermana buscaré la forma de cerrar un tratado para poder comerciar alimentos y hablaré también con los grifos.

    - Princesa Twilight, en Ponyville se encuentra Sweet Apple Acres ¿verdad?

    - Correcto princesa.

    - ¿La producción de manzanas no se ha visto afectada?

    - Lo lamento princesa, pero en este año más de la mitad de los manzanos de la granja Apple murieron o empezaron a producir manzanas infectadas, además por primera vez en la historia de Ponyville no llegó la temporada de sidra, ni la de Zapamanzanas. Apenas podemos alimentar a Ponyville y Sugar Cake Corner no puede aumentar su producción, de hecho creo que nuestra reserva de alimentos apenas podrá sustentarnos este invierno si dividimos las raciones a la mitad.

    - Son terribles noticias Twilight, pero no te preocupes no dejaré que Ponyville ni ningún pueblo de Equestria pase hambre este invierno, he destinado fondos para la producción de alimentos enlatados en Canterlot pero aun así no sería suficiente para alimentar a mi nación, por eso les he pedido ayuda.

    - Tranquila Celestia – la consoló Cadence – Te aseguro que no pasará a mayores.

    - Bueno hermana, me retiro si queremos firmar esos tratados con los yaks y grifos antes de que lleguen las nevadas debo partir ahora ya que Yakyakiztán no está cerca y mucho menos Griffinstone.

    - Con cuidado Luna – Tras despedirse, Luna salió del salón.

    - Y ¿dónde está Flurry Heart?

    - Se quedó en el Imperio de Cristal, con su padre vigilando las fronteras necesitaba de alguien que estuviera al mando mientras estoy aquí.

    - Debiste traerla Cadence, ya es tiempo de que empiece a involucrarse en los asuntos reales.

    - Muy bien, haré que Sunburst suspenda sus clases de magia con ella y comenzaré a inculcarla en los deberes de una princesa.

    - Muy bien Cadence, ahora si quieres quedarte en el castillo esta noche puedo ordenar que te preparen una habitación.

    - Muchas gracias te lo agradezco, iré a decirles a mis guardias que partiremos mañana – Diciendo esto salió también del salón.

    - Lamento no poder ayudar en esto princesa – le respondió Twilight muy dolida una vez se hubieran quedado solas ella y Celestia.

    - Esto no es tu culpa Twilight.

    - Claro que no, es culpa de Chrysalis, quiere dejarnos débiles para poder invadirnos.

    - No lo sabemos, así que no saquemos conclusiones, escucha Twilight voy a necesitar que me hagas un favor.

    - Será un honor princesa.

    - Necesito que envíes a Starlight y a Trixie al reino Changling a hablar con Thorax, pídanle suministros y que los envíen a Canterlot. Y Twilight ¿Cómo van tus investigaciones para encontrar el antídoto para nuestras fuentes de comida?

    - Van demasiado lentas, he intentado docenas de hechizos pero ninguno da resultado y cada vez que consigo un avance, lo que sea que haya contaminado las plantas muta haciéndolo aún más letal.

    - De acurdo Twilight espero que tus amigas puedan seguir ayudándote.

    - Gracias princesa, volveré a Ponyville esta noche pero antes voy a visitar a mis padres. Debo seguir atendiendo los casos de ataques de animales salvajes del Bosque Everfree.

    - Creía que la magia del Árbol de la Armonía los mantenía bajo control.

    - Parece que ya no princesa el último ataque se cobró la vida de una potrilla, así que no puedo bajar la guardia, regresaré en una semana para entregarle un reporte de mi investigación.

    - De acuerdo princesa, le asignaré unos escoltas para su regreso a Ponyville.

    - Descuide iré en tren.

    - ¿Estás segura?

    - Totalmente princesa, no debe preocuparse por mí.

    - Muy bien con cuidado

    Ambas alicornios se dieron un gran abrazo, era evidente que a pesar de todas estas adversidades aún existía la suficiente cantidad de esperanza en Equestria de que todo se solucionaría. Por desgracia ninguna de las dos pudo ver a una rata de ojos rojos que había estado espiando toda la conversación.

    El roedor que era un poco más grande para una rata común, se metió por un agujero y se escabulló por varios recovecos y túneles por debajo de Canterlot hasta llegar a un túnel excesivamente grande, iluminado por antorchas y en estos túneles hechos de madera y muy mal trabajados corrían en tropel cientos de miles de ratas pero no ratas ordinarias, estas eran mucho más grandes y estaban embutidas en armaduras oxidadas y lanzaban terribles chillidos mientras corrían a toda velocidad al parecer a una zona en especial.

    Varios kilómetros adelante, en un valle subterráneo que habían lleno de rocas las cuáles habían sido talladas para aparentar a una rata gigante con cuernos se encontraba una enorme multitud de Skavens rodeando el centro del valle en dónde dos de ellos resaltaban, uno tenía una mano mecánica, mientras que el otro estaba embutido en una armadura roja cuyo casco tenía cómo trofeo una cabeza empalada de un poni terrestre. El Skaven de la mano mecánica se levantó y tomó un báculo que tenía a su lado y golpeó el suelo tres veces calmando a la enorme masa reunida y con una voz chillona pero que sin duda terrorífica habló.

    - ¡Hijos del Nuevo Imperio Subterráneo! ¡La espera muy pronto terminará! ¡Durante veinte años, hemos estado ocultos, haciéndonos fuertes y afectando a esos ponis destruyéndolos desde el interior! ¡En unos meses, la superficie se verá azotada por una guerra! ¡Una guerra que sin duda será ganada! ¡El enemigo es débil! ¡No son rivales! ¡Nunca creerán el terrible cataclismo que se avecina! ¡Ahora nuestra gran Rata quiere ser alimentada y nosotros la vamos a satisfacer!

    Al terminar el discurso una enorme hoguera se encendió detrás suyo revelando un horrible tótem hecho con huesos y piel de poni asemejando a la rata tallada en las rocas y los Skaven comenzaron a chillar en señal de regocijo al ver a varios carceleros que sacaban a latigazos a una docena ponis de un túnel, todos estaban cubiertos de cortes, marcas de tortura y sobre todo de golpes. Los ponis fueron llevados ante Ikit Claw quién sólo veía a sus pobres víctimas con asco y una terrible expresión de maldad en sus ojos. Los carceleros tras propinarles algunos latigazos más los arrodillaron ante él, los ponis estaban temblando de miedo y algunos estaban casi al borde de las lágrimas.

    - Estos doce prisioneros trataron de huir anoche, pero la Guardia Carmesí de Queek logró detenerlos, cómo todos en este lugar saben – Ikit levantó una garra y los carceleros se pusieron detrás de los ponis – Cuándo un esclavo se fuga ya no sirve para nada – Los carceleros sacaron unas dagas deformes y las alzaron sobre sus rehenes – Y cuándo un esclavo no sirve para nada entonces es alimento para nosotros y para la Gran Rata Cornuda – Ikit bajó su garra y con ella las doce dagas se hundieron en los cuellos de los ponis.

    La enorme cantidad de sangre derramada tiñó de rojo el altar y después los carceleros arrojaron los cadáveres al suelo, docenas de Skaven se abalanzaron sobre ellos y comenzaron a devorar los cuerpos cómo si se tratasen de animales.

    Ikit veía a los Skavens con orgullo y entonces dio una suave cabeceada, se escucharon sonidos atronadores y los Skaven que estaban en el frenesí alimenticio habían muerto acribillados por sus propios compañeros.

    - Les dije que serían nuestro alimento, pero primero debían esperar a que la Gran Rata aceptara la ofrenda ahora le ofreceremos a estos idiotas. Vuelvan a sus madrigueras, nos reuniremos para atacar la superficie cuándo pasen las nevadas.

    Así los Skaven volvieron entrar en sus túneles mientras Ikit y Queek se quedaban solos en medio del altar y la carnicería que estaba a sus pies.

    - Ikit, tenemos la información necesaria para atacar a nuestros enemigos, ¿Por qué no de una vez?

    - Sé que hemos esperado mucho pero recuerda que si Lord Skimanx no hubiera tratado de derrocarnos habríamos atacado hace años. Esa guerra civil nos costó muchas vidas, pero creo que Skimanx no volverá darnos problemas ¿Cierto?

    - Sí, pero me arrepentí de tomar su cabeza como trofeo, apenas lo había decapitado y estaba emanando un olor sumamente desagradable. Pero Blistrox es más leal, él no nos fallará o mi degolladora le dará su merecido.

    - Bien, ¡Ahh Snikch! ¿Crees que el clan Rictus está a tu altura?

    Un Skaven ataviado en una capa oscura cuyos ojos de color rojo rubí se reveló saliendo del techo y cayendo con una agilidad sorprendente se postró ante Ikit.

    - Mi señor le agradezco por conferirme a los Skaven del clan Rictus, a pesar de que Kratch hizo un buen trabajo entrenando a sus guerreros en capturar enemigos, sus asesinos no están al nivel del clan Eshin, pero sé que si puedo mostrarles lo que aprendí con los míos podremos desestabilizar al gobierno de Equestria en una noche.

    - Así se habla Snikch, pero dime una cosa ¿Que noticias traen tus espías de Canterlot?

    - Mi señor, puedo decirle que las princesas están resintiendo la falta de alimentos, muchas de sus ciudades no tienen reservas de comida suficiente para aguantar en el invierno. Pero esta misma tarde la líder alicornio llamada Celestia las convocó a un consejo en dónde su hermana llamada Luna buscará firmar tratados con los Yaks y los Grifos para comerciar comida y otra de las princesas llamada Cadence suministrará comida desde un tal Imperio de Cristal. Además parece que una de las princesas enviará emisarias a buscar ese tal Thorax.

    - De acuerdo Snikch, la Gran Rata Cornuda está orgullosa de ti, ahora necesito que vayas hacia los túneles de Arabia Equina y contactes con Blistrox para que comience a lanzar sus plagas contra los ponis de esas tierras. Después reúne a un grupo de avanzada para explorar el Norte, debemos encontrar las tierras de los Yaks y el Imperio de Cristal, hay que corromperlos y dile a tus mejores acechantes nocturnos que vigilen las vías de tren que conectan a Canterlot y ataquen a todos los trenes que lleven alimentos, ¡Sin prisioneros, ni testigos! – Exclamó Ikit lleno de ira.

    Snikch asintió y salió del reciento escondiéndose en la misma oscuridad de dónde había salido.

    - Queek, ¿quieres acción?

    - Sabes perfectamente bien que vivo para la guerra.

    - Entonces dile a tu Guardia Carmesí que tome sus armas y pula sus armaduras, es hora de convertir la colmena de los simuladores en el nuevo Pozo Infernal, usa todas las armas y medios necesarios para conseguirlo.

    - Será un placer Ikit.

    Queek se guardó su temible espada y lanzó un chillido que se pudo oír perfectamente el eco a través de los túneles, a su señal se escucharon los gritos de cientos de Alimañas que pertenecían a tan terrible regimiento que había asesinado a miles de enanos y goblins en el Viejo Mundo y ahora volvería a bañarse en sangre.

    Las sombras de las tropas de Queek so movían apresuradamente tomando posiciones sólo a la espera de que su amo les diera la orden.

    - Sólo un último detalle Queek – Le dijo Ikit antes de que Queek saliese de su vista – Quiero a Thorax vivo, recuerda que si queremos ganar esta guerra necesitaremos los vientos de la magia y él será la clave para crearlos. Haz lo que quieras con los queden con vida si es que dejas alguno vivo.

    - Considéralo hecho Ikit – le contestó Queek con una tétrica sonrisa en su rostro.

    3. Las llamas de la Tragedia

    Capítulo 2

    "Las Llamas de la Tragedia"

    Sólo habían pasado trece días desde que Celestia se había reunido con el resto de las princesas cuándo nuevamente las llamó a Consejo, al parecer nuevas crisis se estaban presentando y era mucho peores que la vez anterior.

    - ¡Celestia! ¿Está todo bien?

    - Cadence, ¿dónde está Twilight?

    - Debe venir en camino ¿Qué es lo que pasa?

    - Cuándo estemos todas reunidas se los diré, me alegra que hayas venido Flurry Heart.

    Flurry Heart salió detrás de su madre, ya tenía veinte años y sin embargo aún no conseguía su cutie-mark, con su pelaje rosa claro y su hermosa melena morada con un toque azul se había presentado a la reunión, pero parecía estar de mal humor.

    Posteriormente Luna arribó al salón con un aire decaído pero sin quebrantarse y al final llegó Twilight mediante un hechizo de tele transporte.

    - ¡Lo siento! ¡Lo siento! ¡El tren no avanzaba y decidí usar mi magia! ¡Por favor no me castiguen!

    - Tomen asiento princesas – Les ordenó Celestia

    Las alicornios sin discutir se sentaron en sus tronos respectivos y después Celestia comenzó a hablar:

    - Primero lo primero, Luna ¿Pudiste cerrar los tratados con los yaks y los grifos?

    - Hermana, los yaks accedieron a comerciar sus alimentos a cambio de armas, pero los grifos no accedieron a comerciar.

    - Sabía que sería difícil que las relaciones con los grifos fueran exitosas pero me alegra que los yaks no pidieran mucho a cambio. Cadence gracias por la comida que nos enviaste, ¿No afectará tus reservas verdad?

    - Desde luego que no, las bayas del Imperio de Cristal de cristal se cultivan todo el año así que aunque llegue el invierno te seguiré enviando comida.

    - Canterlot agradece mucho tu ayuda Cadence, Twilight ¿Tienes algún avance con respecto a tus investigaciones?

    - He logrado que el patógeno que afecta nuestros alimentos se vuelva débil y con un sencillo hechizo de anti-plagas desaparece, pero sólo funciona con las manzanas, he enviado mis resultados a todos los pueblos afectados.

    - Parece que la crisis alimentaria pasará sin problemas hermana, ¿Pero qué es lo que te preocupa?

    - Es Arabia Equina y la Tierra de las Cebras. Una extraña enfermedad se ha aparecido diezmando a sus poblaciones, el Sultán Star-Mohed y su esposa fallecieron debido a esta enfermedad y me temo que el Rey Celsor Segundo también ha enfermado, esta enfermedad provoca úlceras verdes en la piel causando dolores insoportables para derivar en una agonizante muerte, hasta el momento no sabemos cómo se transmite pero debemos cerrar las fronteras tanto con Arabia cómo con las Cebras por precaución.

    - Hermana no podemos hacerlo – Protestó Luna inmediatamente – Arabia Equina y La Tierra de las Cebras son nuestros aliados más antiguos, el dejarlos solos en un momento de crisis como este significaría romper la alianza.

    - ¿Y qué quieres que hagamos Luna?, no tenemos recursos suficientes para ayudarlos, apenas sobreviviremos el invierno y ¿Quieres destinar ayuda a una causa perdida? ¿Quieres condenar a miles de nuestros ciudadanos a morir de hambre o que la infección llegué a nuestras ciudades?

    Luna se quedó callada pero tenía los ojos empañados en lágrimas, sin embargó no se retiró.

    - Celestia por favor cálmate – Le respondió Cadence.

    - ¡Modera tu tono Cadence, soy tu tía y merezco respeto!

    - Flurry, quiero que salgas de aquí y me esperes en el tren.

    - Pero mamá me dijiste que…

    - ¡Ahora!

    Flurry se levantó de su asiento y salió del salón trotando, al cerrarse la puerta, Cadence vio a Celestia con un profundo enojo.

    - Celestia, no sé por qué estás enojada de esa manera, si es por esto de las fronteras, admito que son temas muy rigurosos y cansados pero no tienes que desquitarte con nosotras.

    - Cadence no te hagas la víctima ahora. No sólo me estresa el asunto de nuestros aliados es también tu escaso compromiso con Canterlot y conmigo.

    - ¿Qué quieres decir?

    - Cadence en estas semanas, todos los trenes que has estado enviando han llegado con cargamento podrido o enfermo y sin maquinistas, es una suerte que nadie saliera herido.

    - ¡Imposible! Yo misma superviso el almacenamiento del producto que te envío y me aseguro que esté en buen estado.

    - Si estás tan segura demuéstralo.

    - Muy bien Celestia, el próximo tren llegará en tres días y estará escoltado por cincuenta de mis mejores guardias.

    - Ojalá sea cierto sobrina, Twilight ¿Starlight Glimmer ya contactó con Thorax?

    - Princesa…verá…es qué…

    - ¿Qué pasa Twilight?

    - Starlight enfermó, hubo un accidente en el laboratorio y se contagió con las muestras del patógeno que infecta a las plantas, de algún modo mutó y la contagió. Ahora está en el hospital de Ponyville, en el área de cuarentena y no podrá salir en varias semanas.

    - Excelente, ahora no puedo pedirte ni un simple favor ¿verdad? Debí saber que no podía confiar en ninguna de ustedes. Fuera de mi vista.

    Tras decir estas palabras, las princesas salieron del salón dejando a Celestia sola. Es imposible encontrar las palabras para describir la profunda decepción y sobre todo la falta de compromiso tanto por su propia familia como de su mejor estudiante, ahora debía encontrar los medios para poder solventar a sus súbditos con comida con sólo unas pocas semanas antes de que llegará el invierno.

    Mientras Celestia se engullía en su propia ira, su hermana la princesa Luna, convocó a sus compañeras a otra sesión pero esta vez en el Expreso Cristal alejadas de Celestia.

    - Cadence, lamento mucho lo que pasó no sé por qué está actuando de esa forma.

    - Luna, no hablemos de eso mejor centrémonos en cómo podemos ayudar a la población de Equestria y a nuestros aliados.

    - Bueno tengo planeado poder compartir mis investigaciones con las cebras y Arabia, pero me imagino que para cuándo llegue, Celestia ya habrá cerrado las fronteras.

    - Tienes razón Twilight, Celestia tiene más poder y autoridad que nosotras cuatro juntas, no podremos anular su orden de cerrar la frontera, me temo que perderemos estas importantes alianzas.

    - Es muy lamentable que la actitud de mi hermana nos lleve a esto, ahora debemos saber si podremos seguirnos apoyando.

    - Luna, haré que la producción de bayas del Imperio de Cristal se triplique y después de este tren, el próximo tendrá el cinco veces más carga que los anteriores y yo misma lo escoltaré.

    - No Cadence, lo haré yo.

    - ¿Qué dices Twilight? – Le preguntó Cadence muy extrañada.

    - Yo escoltaré el tren, así que iré contigo al Imperio de Cristal y cuándo lo envíes me aseguraré de que nada malo pase.

    - Quiero ir contigo tía Twilight.

    - ¿Qué dices Flurry Heart?

    - Ya me oíste, déjame ir contigo, he pasado casi toda mi vida en el Imperio de Cristal y salir en viajes como este es justo lo que necesito para poder descubrir mi talento.

    - No Flurry, no te dejaré ir, puede tornarse peligroso y no me perdonaría si algo malo te pasara.

    - Pero tía ya tengo veinte años, debo empezar a tomar mis propias decisiones.

    - Está bien Flurry – Le dijo Twilight – Yo te doy mi permiso pero tu madre tiene la última palabra.

    Cadence, no mostraba ni enojo o preocupación en su rostro, solo veía a su hija con lágrimas de orgullo o tristeza.

    - Flurry, puedes ir pero por favor no te expongas al peligro, solo espero no arrepentirme después.

    Diciendo esto le dio un gran abrazo a su hija y Twilight no pudo evitar soltar una lágrima.

    - Bueno está decidido hablaré con Celestia y espero poder tranquilizarla mientras creo que deberíamos…

    De repente sus palabras se opacaron por una explosión ocurrida en el sector medio de Canterlot dónde se podía ver una gigantesca nube de humo que estaba aumentando.

    - ¡Es la fábrica de alimentos!

    - ¡Deprisa debemos ayudar!

    - ¡Flurry quiero que emitas un mensaje a los Wonderbolts y te quedes en el tren! ¡Guardias vamos a ayudar a esos ponis!

    Las tres princesas salieron volando en dirección al siniestro mientras la Guardia de Cristal marchaba tras ellas. Al llegar al incendio se percataron de que el fuego ya se había expandido hacia otros edificios y seguía su camino hacia las bodegas de comida de Canterlot.

    - Rápido debemos controlarlo – Twilight voló y usando su magia comenzó a controlar el fuego para impedir su expansión.

    Luna se hizo un hechizo en su piel y entró entre las llamas de la fábrica y comenzó a sacar supervivientes, Cadence usaba su magia para curar a los heridos mientras llegaban al lugar ponis bomberos y médicos seguidos de varios regimientos de la Guardia Real y desde luego los Wonderbolts quiénes comenzaron a socorrer a Twilight con el fuego. Por más de cuatro horas los ponis lucharon contra las llamas hasta que finalmente lograron extinguirlas, sin embargo no hubo aplausos o risas, solo se oían llantos y lamentos.

    Celestia arribó unos minutos después de que los cuerpos de emergencia hubiesen dominado al incendio, al ver los destrozos se notaba que estaba sumamente desconcertada. Cadence estaba curando algunas quemaduras que Luna se había hecho mientras salvaba a los ponis atrapados y Twilight estaba ayudando a encontrar a los que fallecieron.

    - ¿Dónde estabas Celestia? – Le preguntó Luna muy enojada.

    - Esta no fue la única explosión, hubo más de una decena en todo Canterlot, mis fábricas de alimentos fueron destruidas y si no aparecí es por qué traté de socorrer lo más que pude en el resto de incendios, ¿cuál es el reporte de este?

    - Hay más de veintitrés muertos y cerca de treinta heridos, dos de gravedad eso sin contar que la fábrica fue destruida en su totalidad y alrededor de una docena de edificios dañados.

    - ¿Cómo es posible que pasara esto? Me aseguré de tener las más estrictas medidas de seguridad y también traje a los mejores ingenieros y arquitectos de Equestria.

    - Yo tampoco me lo explico – le contestó Luna, más calmada – Yo misma supervisé la construcción de esta misma fábrica.

    - ¡Princesas miren esto! – Les gritó una miembro de los Wonderbolts que Twilight reconoció al instante.

    - ¡Rainbow Dash!

    - ¡Twilight!

    Ambas ponis se abrazaron y estaban llorando de alegría al volver a verse.

    - ¿Cuánto tiempo ha pasado Rainbow?

    - Tres años Twilight.

    - Veo que ahora eres capitana – le dijo Twilight señalando una insignia de oro en su pechera.

    - Así es, ahora tengo mi propio escuadrón, El Rainbow Squad y ellos son mis Wonderbolts – Le dijo Rainbow señalando a cinco pegasos que estaba aterrizando cerca de ella

    - Ella es Sissy Flimore muy inteligente pero un poco cobarde – una pegaso amarilla y cabello rojo – Esa otra es Cloud Storm, poco cerebro pero muy entusiasta – una pegaso azul cielo y cabellera negra – El de allá es Thunder Gun, un verdadero maestro del combate cercano – Señalaba a un pegaso café y melena blanca, uno de sus ojos era de color blanco – Ese otro es Ritter Shaw, es un comelón pero es muy veloz – Este pegaso era más robusto que sus compañeros con un pelaje verde pasto y una melena azul marino – y esa última es Glitter Force, sin duda mi mejor Wonderbolt y mi segunda al mando – Esta última tenía pelaje blanco perla y su melena era negra carbón, estaba llena de cicatrices.

    - ¡Capitana Dash! Si ya terminó de hablar con la princesa Twilight Sparkle, espero pueda mostrarnos lo que nos debía enseñar.

    - ¡Ah! Sí perdón princesa, miren lo que encontró mi escuadrón – Levantando su casco derecho les enseñó lo que parecía ser los restos de una bomba.

    - ¿Qué demonios es esto? – Preguntó Celestia mientras analizaba el objeto con su magia.

    - No soy experta princesa pero tal vez sea un tipo de explosivo – Le dijo Sissy.

    - ¿Explosivos? ¿Fuegos artificiales?

    - Tal vez alguien manipuló la pólvora de los fuegos artificiales para poder crearlo y sabotear las fábricas.

    - ¡Chrysalis! Estoy segura que fue ella, debemos apresarla cuanto antes, ¡Capitana Dash!

    - ¡Sí, princesa Luna!

    - Vuelva al cuartel general de los Wonderbolts y dígale a la coronel Spitfire que despliegue a todos los escuadrones posibles con orden de capturar a Chrysalis, después usted y su escuadrón regresen a Ponyville, únanse a la Guardia del Crepúsculo, a partir de ahora sirven a la princesa Twilight.

    - A la orden princesa Luna, nos veremos después Twilight, ¡Rainbow Squad! ¡En formación diamante ahora!

    Tras gritar las órdenes, los pegasos formaron y despegaron en perfecta sincronía hasta perderse de vista.

    - Muy bien será mejor irnos, Twilight ¿aún quieres ayudar con la escolta?

    - Así es, Luna estás a cargo de mi castillo hasta mi retorno.

    - De acuerdo, vayan con cuidado.

    - Cuídense me aseguraré de reunir lo que pueda de comida para el invierno.

    Unas horas después Cadence, Twilight y Flurry Heart partían en el Expreso de Cristal en dirección al hogar de Cadence dejando a Celestia y a Luna en Canterlot.

    Al llegar al Imperio de Cristal, los ponis fueron a recibir a las princesas con una lluvia de flores, al parecer no toleraban estar lejos de su gobernante. Al descender del tren, Twilight pudo ver a su hermano Shinning Armor quién al verla corrió y le dio un fuerte abrazo.

    - ¡Twili! Que gusto verte hermanita.

    - Me da gusto verte hermano.

    - Hola amor, ¿Qué tal el viaje?

    - Bien, gracias cariño.

    - Hola papá

    - Hola hija, ¿Cómo te fue en tu primera negociación?

    - No pude hacer mucho papá, Celestia estaba de mal humor y me pidieron salir de la sala, después hubo un accidente en Canterlot.

    - ¿Flurry por qué no vas con Twilight al castillo y le muestras su habitación? – Le preguntó Cadence con timidez y nerviosismo.

    - Pero se supone que iría a ver a los herreros para mi…

    - ¡Obedece!

    Flurry Heart no se atrevió a contradecir a su madre y comenzó a caminar hacia el castillo con Twilight siguiéndola de cerca.

    - ¿Cómo que un accidente en Canterlot?

    - Shinning, parece que la reina Chrysalis estuvo en Canterlot cómo una infiltrada y colocó explosivos en las fábricas de comida que construyó Celestia. Las detonó el día de hoy y muchos ponis perdieron la vida.

    - ¡Cielos! Duplicaré los guardias por todo el Imperio de Cristal, para evitar algo semejante aquí.

    - Cielo, también hay problemas con los trenes de comida, Celestia está muy alterada me dijo que estamos enviando comida podrida a propósito y los trenes llegan sin conductor a la estación, me temo que tal vez los simuladores de Chrysalis están detrás de esto. Escucha, mañana saldrá un tren más pero necesito que le asignes escolta armada, el siguiente tendrá cinco veces más carga que los anteriores, tu hermana se ofreció a protegerlo y Flurry quiere ir con ella.

    - ¿Qué? ¿En que estabas pensando Cadence? Ocurre una explosión en Canterlot y todavía dejas que mi hija y mi hermana actúen de escoltas.

    - Fue antes de la explosión Shinning, además no puedes impedirle a tu hermana hacer esto. Es una princesa y está en total libertad de tomar sus decisiones, la única que puede revocar su palabra es Celestia y lo sabes.

    - Lo sé, pero hablaré con Flurry Heart, no quiero que vaya.

    - Sabes muy bien que no le gusta que alguien falte a su palabra, yo se lo prometí.

    - Pero Cadence, no podemos permitirlo, suena muy peligroso.

    - Por eso quiero que Flash Sentry y todo un regimiento de soldados de élite vayan con ellas, los simuladores no se atreverán a atacar el tren al verlo tan protegido.

    - No estoy seguro, creo que lo mejor es vaya con ellas.

    - Shinning te necesito aquí conmigo vigilando los alrededores del Imperio, varios súbditos han estado afirmando que han visto intrusos rondando por los valles, así que te necesito aquí.

    - De acuerdo, sólo espero que no les pase nada, iré hacia los barracones para asignar la escolta del tren que partirá. Te veo después.

    Durante varios días, hubo poca actividad en el Imperio de Cristal ya que la princesa Cadence había decretado toque de queda después del atardecer, debido a que los avistamientos de los intrusos habían aumentado desde que ella había regresado de Canterlot.

    Mientras tanto, Shinning Armor parecía encontrarse al borde de un colapso nervioso a medida que se acercaba el día en que Twilight y Flurry Heart se embarcarían en la escolta del próximo tren con provisiones. Flash Sentry había sido promovido a guardaespaldas personal de la princesa Flurry Heart, pero eso no le impedía estar con Twilight, Flurry estaba cada vez más ansiosa y había persuadido a Sunburst de que le enseñara magia de combate avanzada, algo en lo que sin duda se volvió muy buena pero eso no le hizo ganar su cutie-mark haciendo que decayera un poco su ánimo, pero se recuperó al día siguiente cuándo sus padres le entregaron una hermosa armadura hecha de diamantes. Twilight se encargaba de repasar los hechizos que había aprendido a lo largo de su vida, desde Ponyville la princesa Luna le había enviado su armadura hecha a base de hierro laminado y bañada en oro con una joya idéntica a su cutie-mark en el centro de la pechera, con ella venía una espada, su empuñadura tenía varios rubíes y la hoja estaba majestuosamente trabajada. Twilight se ponía nerviosa con sólo ver la armadura, había visto una guerra en carne propia y pensar que podría empezar una no la tenía nada contenta.

    Finalmente llegó el día de la partida. Twilight, Flurry y Flash se calzaron sus respectivas armaduras y salieron hacia el balcón del castillo en dónde Cadence y Shinning los estaban esperando, iban vestidos con los atuendos ceremoniales del Imperio de Cristal. Al asomarse vieron a todos los soldados que iban a acompañarlos que eran al menos trescientos ponis guerreros. Al ver a sus líderes comenzaron a golpear sus lanzas contra el suelo componiendo un ritmo de marcha. Shinning alzó su casco y los golpes callaron.

    - ¡Tropas del Imperio de Cristal! Escúchenme, esta misión no es de combate, quiero que protejan este cargamento de provisiones que se dirige a Canterlot, además tienen a dos princesas a su cargo cuídenlas con sus vidas. Creemos que Chrysalis ha logrado establecer una nueva colmena y ha estado atacando nuestros trenes de suministro que van hacia Canterlot, el anterior logró llegar intacto, pero este es un blanco más atractivo. Lleva cinco veces más cargamento que los anteriores y es mucho más grande, así que podemos suponer que trataran de apoderarse de él, son nuestros mejores soldados y sé que cumplirán sus órdenes, retírense y que Celestia esté con ustedes.

    Los ponis dieron media vuelta y comenzaron a abordar el enorme tren, mientras tanto en el palco Flash se despidió de Shinning Armor con un clásico saludo militar y de Cadence con una reverencia, se dio la vuelta y voló hasta el tren.

    - Bueno creo que ya nos vamos.

    - Por favor cuídense, Flurry por favor hazle caso a Twilight y no hagas nada imprudente.

    - Claro madre, no pasará nada.

    - Escuchen chicas, como este tren es un poco más grande y lleva más peso, irá mucho más lento de lo acostumbrado. Tardarán al menos tres días en llegar a Canterlot.

    - Descuida hermano mayor, con la protección que lleva el tren no tendremos ningún problema, oye ¿Desde cuándo hay ratas en el Imperio de Cristal? – Le preguntó Twilight viendo cómo una rata los miraba desde una viga en el techo.

    - No lo sé, de hecho es la primera – Le contesto Shinning tras haber ahuyentado al roedor – Me aseguraré de que no haya más. Adiós hermanita.

    Ambos hermanos se abrazaron fuertemente y después sonó el silbato del tren dando la última llamada para abordarlo, Twilight y Flurry Heart se despidieron por última vez de Shinning y Cadence y volaron al tren que comenzaba a salir de la estación y perderse de vista en el horizonte tras las montañas.

    Mientras tanto, Canterlot había cambiado, Celestia había implementado nuevas y estrictas medidas de seguridad para evitar nuevos desastres en la ciudad e incluso había establecido toque de queda obligatorio y también se había comenzado a racionar los alimentos dado que el invierno ya había empezado y ese mismo día había una feroz tormenta.

    - Coronel Spitfire ¿Dónde está el tren del Imperio de Cristal? Debió llegar el día de ayer.

    - No lo sé princesa Celestia, no puedo enviar a nadie con esta tormenta, a lo mejor no puede avanzar con tanta nieve.

    - Imposible, Twilight y la princesa Flurry Heart van él, tienen unicornios dentro de ese tren, pueden usar la magia para quitar la nieve de las vías. Necesito un escuadrón ahora.

    - Yo iré princesa.

    La puerta de los aposentos de la princesa Celestia acababa de abrirse y frente a Spitfire estaba Rainbow Dash cubierta de nieve pero decidida a emprender la misión.

    - Capitana Dash, creía que estaba en Ponyville.

    - Me envía la princesa Luna, el Rainbow Squad acepta esta misión princesa.

    - ¿Está segura capitana? El clima es muy hostil y el vuelo por emprender es indefinido.

    - Mi amiga está allá afuera no puedo abandonarla.

    - De acuerdo capitana, que su escuadrón se prepare, saldrán al atardecer.

    Justo a la puesta de sol, Celestia estaba en una de las torres de su castillo despidiendo al escuadrón de Rainbow, los integrantes se notaban nerviosos excepto Glitter Force y obviamente Rainbow. A la señal de Celestia el escuadrón despegó bajo la furia de la tormenta hasta perderse de vista.

    Era horrible volar bajo esas condiciones, pero Rainbow nunca había fallado en ninguna misión y esta no sería la excepción, no podía fallar.

    Tras dos días de luchar contra el viento y la nieve finalmente el clima se había apaciguado así que el tiempo perdido fue recuperado, sin embargo había surgido otro problema: La nieve había cubierto las vías del tren.

    Afortunadamente Sissy había traído un detector de metales con ella y pudieron rastrear las vías con mayor facilidad. Al anochecer del cuarto día de partida localizaron el tren o lo que quedaba de él.

    Casi sepultada por la nieve se apreciaba la locomotora totalmente destruida, los vagones estaban volcados y cerca de ellos estaba el cargamento casi congelado, se podían apreciar muchos cráteres y algunos incendios. Rainbow estaba muy asustada, no sólo por la destrucción, sino por qué se podían apreciar manchas de color rojo en la nieve.

    - ¡Busquen sobrevivientes ahora! – Le ordenó Rainbow al escuadrón y bajaron en picado.

    Al aterrizar Rainbow pudo comprobar que sin lugar a dudas hubo una batalla, había espadas, lanzas y escudos en la nieve, las manchas resultaron ser sangre y mientras Rainbow iba caminando, tropezó con un bulto sepultado y al remover la nieve vio con horror que era el cadáver de Flash Sentry, totalmente deformado y casi imposible de reconocer de no ser por su armadura púrpura y dorada. El escuadrón siguió buscando al resto de la tropa pero en especial a Twilight y a Flurry Heart. No parecía que hubiese sobrevivido nadie, había muchos cadáveres en la zona central del tren, casi todos estaban congelados y estos presentaban diversos tipos de heridas que ningún pony o incluso los simuladores podrían provocar. Rainbow se estaba desesperando y no era para extrañarse, una de sus mejores amigas podría no haber sobrevivido y su mayor temor era encontrarla igual que a Flash Sentry.

    Casi al atardecer Rainbow estaba al borde de las lágrimas, no estaba dispuesta a descansar hasta dar con Twilight.

    De pronto una pequeña luz se asomó de entre un montículo de escombros, Rainbow y compañía se acercaron y comenzaron a removerlos. Tras seis angustiosos minutos, dieron con Flurry Heart, estaba entumida por el frío pero se aferraba fuertemente a Twilight que estaba desmayada, pero tenía una herida muy profunda en su pecho.

    - Ra…Rainbow, ¿eres t…tú?

    - Tranquila Flurry Heart, las sacaremos de aquí.

    - Vámonos de aquí, van a volver.

    - Tranquila, nos aseguraremos que no pase nada malo.

    - No lo entiendes, están por todas partes, nos escuchan, nos ven, nos huelen.

    - ¿Quiénes son Flurry?

    - Monstruos… - Y sin decir más Flurry se desmayó.

    4. Invierno Trágico

    Capítulo 3

    "Invierno Trágico"

    La noticia del ataque contra las princesas Twilight y Flurry Heart dejó a Equestria en un estado de shock. Afortunadamente ninguna de ellas había muerto, pero Twilight había sufrido una herida muy grave que la había puesto en coma, Flurry Heart no había sufrido más que unos cuántos golpes y quemaduras pero padecía un trauma muy fuerte que le impedía relatar lo sucedido y extrañamente había desarrollado una fobia incontrolable hacia las ratas.

    Por desgracia Shinning Armor no había tomado muy bien la noticia del ataque y culpaba de ello tanto a Celestia cómo a su esposa Cadence minando las relaciones entre el Imperio de Cristal y Canterlot.

    Pero esos no eran los únicos problemas, las nevadas de ese invierno pudieron compararse a las que sufrieron los ponys durante el ataque de los Wendigos, Celestia voló personalmente hasta Cloudsdale para exigir una respuesta, por qué los pegasos estaban enviando esta tormenta pero la alcaldesa le comentó a la princesa que unos vientos color azul alcanzaron a la ciudad y los controles de clima fallaron, lo que llevó a que el invierno llegará antes de tiempo y la tormenta tuviera esta intensidad, este no era el único problema, la falta de comida se resentía en toda Equestria, docenas de ponys murieron de hambre en su mayoría potros y viejos. Varios más perecieron a consecuencia del frío y tuvo severas repercusiones en las ciudades grandes en dónde hubo disturbios y saqueos en los almacenes de comida reduciendo mucho las reservas provocando más hambruna.

    Celestia estaba desesperada, la nación que tanto amaba se estaba destruyendo así misma con la misma pasión con la que había nacido y esto la había llevado a un estado depresivo. Luna y Cadence seguían unidas tanto por Twilight y Flurry cómo su deseo de comprobar que Chrysalis era la culpable. Luna se haría cargo de Ponyville hasta que Twilight se recuperara, después volvería a Canterlot y Cadence continuaba gobernando el Imperio de Cristal sin embargo su distanciamiento con su marido la había vuelto un poco irascible y malhumorada.

    Las medidas tomadas tanto por Celestia cómo por Cadence y Luna para conservar el orden eran muy infructuosas, para empeorar la situación la tasa de asesinatos y desapariciones comenzó a aumentar de manera drástica y por ello los disturbios aumentaron.

    Tras tres terribles e interminables semanas de crudo invierno, Celestia solicitó una reunión tanto con su hermana y Cadence cómo con los principales líderes de Estado en Trottingham.

    Sólo había unos seres que no resentían ningún tipo de problemas, al contrario, los estaban disfrutando. Los Skaven.

    Ikit Claw y Queek habían estado causando severos daños a las ciudades equestres todos estos meses, enviando a sus asesinos a las más grandes ciudades cómo Manehattan, Yeguadelfia y muchas más desde dónde asesinaban ponys importantes o saboteando redes de comunicación o los almacenes que albergan la poca comida restante. Pero sin duda alguna, preferían secuestrar a los ponys ya que el Imperio Subterráneo estaba siempre necesitado de esclavos.

    - Dime Snikch, ¿Ya eliminaste al alcalde de Las Pegasus?

    - No se preocupe mi señor Ikit, no será un estorbo para la invasión. – Le respondió Snikch limpiando sangre de su daga con su lengua.

    - Excelentes noticias, al parecer la tormenta mágica desatada tras el sacrificio de Thorax ha afectado la ciudad de los pegasos desde dónde sale el clima provocando esta feroz tormenta, lo que nos permite lanzar incursiones rápidas sin que nadie pueda detenernos.

    - ¿El nuevo Pozo Infernal ya está listo?

    - Sí, la primera dotación de bestias está lista para el ataque, pero Blistrox quiere que le suministre más guerreros. Se lo concederé, pero no especificó que guerreros quiere, le enviaré esclavos. Snikch quiero que prepares al clan Rictus para la ofensiva contra Corcel York, captura a tantos como sea posible y dile a Blistrox que organice al clan Pestilens para atacar Trottingham conmigo. Queek se encargará de Griffinstone, el resto de tropas de nuestros clanes debe subir a la superficie y corromper la tierra, los dejaré sembrar el terror para que disfruten del botín de guerra, al final nos uniremos para atacar las ciudades de los pegasos y las fortalezas de Canterlot y el Imperio de Cristal.

    - Lo haré mi señor, organizaré a mis mejores guerreros para el asalto, después de todo se reunirán las princesas restantes en Trottingham quizás sea nuestra mejor oportunidad para eliminarlas.

    - Sí, tienes razón, haz lo que te ordené pero infíltrate en la ciudad con una decena de tus mejores acechantes nocturnos, mantenme comunicado para que el día en que ellas se reúnan lancemos el ataque.

    - Sí señor Ikit – Antes de que Snikch se retirara de la presencia de Ikit, otro Skaven muy diferente a Ikit o a Snikch apareció. Estaba lleno pústulas y heridas gangrenadas que no parecían importarle en lo absoluto y emanaba un olor a carne podrida.

    - ¿Quién eres? Asqueroso ser de Nurgle

    - Soy Ugglanitch, esclavista del clan Pestilens señor Ikit Claw. Tengo noticias muy alarmantes señor. Parece ser que la alicornio Luna, organizó una expedición armada que se dirige al Pozo Infernal, al parecer quieren comunicarse con la colmena de los simuladores.

    - No se han dado cuenta de que la colmena cayó hace días, ve al Pozo y dile a Queek que prepare una fuerza para interceptar la expedición. No podemos permitir que nos descubran, no aún.

    - Sí señor. – Al terminar de recibir las instrucciones Ugglanitch se metió por un túnel y desapareció.

    - Odio al clan Pestilens, de todos los que debieron ser exterminados por las lagartijas, no esperaba que ellos sobrevivieran, pero al menos Nurglitch murió durante el asalto de Itza. Ve Snikch, prepárate para la guerra.

    El Skaven le dedicó una reverencia a Ikit y se metió por otro túnel dónde desapareció.

    Mientras tanto, la Princesa Celestia se preparaba para su reunión en Trottingham que ocurriría una vez que el clima apaciguara o los pegasos recuperaran el control de Cloudsdale, Cadence había accedido a reunirse con ella, Shinning Armor también había accedido a ir a la reunión y Luna no había contestado la carta. Flurry no tenía ningún interés en salir de la seguridad del Imperio de Cristal, de hecho, según Sunburst era probable que no se recuperara del todo. Starlight Glimmer (que acababa de recuperarse) también había sido convocada para ocupar el lugar de Twilight junto con el resto de sus amigas, la coronel Spitfire también fue invitada a la reunión, varios consejeros de Celestia también debían asistir y por último también Discord fue invitado.

    Los días pasaban y llegó el día de celebrar la Noche los Corazones Cálidos, que en vez de ser una celebración feliz fue recibida con una amarga tristeza en Equestria ya que las malas noticias no paraban de llegar, lo único que le hacía ilusión a Celestia era la reunión de Trottingham a la que Luna había decidido asistir y había dejado Ponyville en los cascos de Starlight y sus amigas para volver a Canterlot de inmediato.

    Finalmente pasaron dos de los tres meses de invierno. Y las nevadas habían menguado pero no habían desaparecido en su totalidad, sin embargo presentaba las condiciones óptimas para poder viajar y de inmediato Celestia envío mensajes para anunciar la fecha de la reunión planeada para dentro de cinco días.

    No contaba que una vez más, los Skavens estaban al pendiente de sus movimientos y habían interceptado el mensaje enviado a través de su magia.

    Lejos de ahí, en un castillo de cristal, ubicado en Ponyville en una cama de cristal, se encontraba inconsciente una alicornio de color morado y sentada en una silla estaba una unicornio de color rosa claro y una melena púrpura con una franja verde agua, le leía un libro de Daring Doo en voz alta, parecía albergar la esperanza de verla despertar de un momento a otro. De repente la puerta la habitación se abrió aparecieron cinco yeguas:

    Rarity

    Applejack

    Fluttershy

    Pinkie Pie

    Rainbow Dash

    A pesar que habían pasado veinte largos años, no habían envejecido ni un poco, ya que sus heroicos actos a lo largo de los años, fueron recompensados por la Princesa Celestia otorgándoles el don de la Vida Eterna para estar siempre cerca de Twilight y seguir llevando Amistad y Armonía.

    - Hola Starlight, ¿Interrumpimos algo querida?

    - ¡Oh! Hola Rarity – le respondió Starlight, cerrando el libro – No te preocupes, no era nada importante.

    - ¡Ay terroncito de azúcar! Llevas más de un mes leyéndole a Twilight y no da ninguna señal de que despertará pronto.

    - Pero puede despertar de un momento a otro, no puede quedarse así para siempre.

    - Starlight créeme, ninguna de nosotras dio crédito a las palabras de los médicos, pero cuándo la encontré me sorprendió que siguiera viva, así que debemos estar agradecidas a que no haya muerto. Pero juro encontrar al que la puso así y va a sentir mi ira. – Expresó Rainbow llena de furia.

    De pronto en el arco de la puerta apareció Spike, era un poco más grande que hace veinte años, pero seguía siendo el mismo dragón de siempre.

    - ¡Chicas! – Estaba jadeando y tenía un pergamino en la mano derecha – Tengan, es de la princesa Celestia.

    Starlight tomó el pergamino con su magia, lo desenrolló y comenzó a leerlo en silencio, dos minutos después, dejó de lado el pergamino y les dio el mensaje.

    - Bueno tenemos que ir a una reunión, chicas.

    - ¡Wii! ¡Una fiesta!

    - No Pinkie Pie, no es una fiesta – Le dijo Rainbow.

    - Así es, debemos ir a Trottingham, la princesa Celestia ordenó que todas debemos estar presentes ya que hay un asunto de máxima urgencia que se tiene que aclarar.

    - ¿Qué crees que sea Starlight? – Le preguntó Fluttershy.

    - No lo sé, a lo mejor es para hablar sobre la crisis actual, debemos partir pero no podemos dejar a Twilight sola.

    - No se preocupen, yo me quedaré y voy a cuidarla bien.

    - Gracias Spikey-Wickey, pero será mejor que alguien más venga a ayudarte.

    - Sí, le pediré a Trixie que te ayude, un par de cascos extras nunca vienen mal.

    - Gracias Starlight, les ayudaré a empacar.

    Unas horas después, las chicas habían reunido lo necesario para viajar y Spike las llevó personalmente hasta la estación de tren que gracias a la reducción de la tormenta por fin podría salir pero sólo se haría el viaje exclusivo para las chicas y llevarlas a Trottingham. En el Imperio de Cristal, Sunburst se quedaría a cargo del Imperio de Cristal mientras Cadence y Shinning Armor se dirigían a la reunión en el Expreso de Cristal.

    El camino pudo haber sido tranquilo de no ser por las paradas repentinas del tren debido a que en ocasiones paraba repentinamente para despejar los montones de nieve o descongelar las vías. El viaje duró tres días para Starlight y sus amigas quiénes al llegar a Trottingham fueron recibidas por un gran contingente de soldados de la Guardia Solar y algunos más de la Guardia Lunar, de inmediato y sin vacilar las llevaron a uno de los mejores hoteles de la ciudad que se había convertido en la sede de la reunión.

    - ¡Oh por Celestia! ¡Estamos en el Royal Alicorn Palace! – Exclamó Rarity con los ojos abiertos como platos.

    - ¡Por mis establos! Esto es más lujoso que el mismo castillo de Canterlot.

    - Sí, sólo miren los pilares – Exclamó Starlight – Están hechos de mármol y adornados con oro y diamantes.

    - Es obvio querida, Trottingham es una de las ciudades más ricas de toda Equestria.

    - Bueno, creo que debemos buscar nuestras habitaciones.

    - Sí es verdad, estoy un poco cansada. Deberíamos ir a dormir de seguro tendremos algo que hacer mañana.

    - ¡AHHH!

    - ¡¿Rarity?! ¿Qué sucede? – Le preguntaron sus amigas al unísono.

    - ¡Una rata!, ¡Una asquerosa rata paso corriendo por mi casco! ¿Dónde está el gerente? ¡Cómo pueden tener semejante plaga en este divino lugar! – Rarity dio media vuelta muy ofendida y se dirigió hacia la recepción.

    - No quiero estar aquí cuando comiencen las quejas de Rarity, voy a dormir un poco – Rainbow se dirigió a un trabajador que estaba aguardando en el ascensor y este les entregó a las chicas, las llaves de sus habitaciones correspondientes y media docena de trabajadores las ayudaron con su equipaje.

    En cuánto Starlight llegó a su suite en el hotel se quedó mirándola con aire alicaído, en vez de estar ahí esperando a una reunión a la que no tenía interés alguno en asistir, preferiría estar en el castillo de Ponyville, cerca de Twilight, cerca de su mejor amiga.

    Al día siguiente había dejado de nevar por fin y por primera vez, los ponys estaban disfrutando de la nieve. Casi al mediodía, arribó al hotel la Princesa Celestia y la princesa Luna, ambas custodiadas por un gran número de guardias dirigidos personalmente por Spitfire. Al ver a las princesas todos los que estaban en la recepción el hotel les dedicaron una reverencia y Celestia explicó que Cadence y Shinning Armor estaban arribando a la estación junto a varios delegados más. Sólo faltaba Discord quién se apareció en frente de la multitud haciendo sus clásicas bromas y sandeces que esta vez no consiguieron arrancar ni una sonrisa.

    - Gracias por venir todos, en serio, se los agradezco de todo corazón, cómo sé que desean volver a sus hogares cuánto antes, la reunión se celebrará de inmediato en el salón principal…

    - ¿No falta el delegado de Manehattan y el de Balticrin? – Le espetó furiosamente Shinning Armor irrumpiendo en la entrada seguido de Cadence.

    - No llegaran – Al escucharla todos miraron a Celestia desconcertados – Al parecer el tren en el que viajaban sufrió un accidente, nadie sobrevivió.

    Todos los presentes se miraron horrorizados y sin decir una pregunta más entraron al salón siguiendo a las dos hermanas.

    - ¡Fluttershy! ¿Cómo estás mi querida amiga?

    - ¡Oh! – La pequeña pegaso amarilla había estado muy pegada a una pared durante el discurso de Celestia - Hola Discord, he tenido mejores días.

    - ¿Qué haces con esa rata? – Le preguntó al ver al roedor entre la melena de su amiga.

    - La estaba ocultando de Rarity, es que pidió que viniera un exterminador y quiero ponerla a salvo, pero la reunión ya va a comenzar.

    - Dámela.

    - Toma, procura no lastimarla.

    Discord tomó a la rata en su garra de águila, en cuánto la vio puso una cara de desconcierto y asco.

    La rata secretaba una asquerosa sustancia de color verde, sus ojos de color rojo lo miraban con profundo odio y sobre su espalda aparecía una marca extraña. Un rombo cruzado por un hueso y una flecha.

    - Siento ver esta marca hace muchos milenios – Pensó Discord.

    - ¿Te ocurre algo Discord?

    - ¡Oh! Lo siento Fluttershy, tranquila la regresaré con los suyos – Dando un chasqueo la rata desapareció.

    - Bueno, debemos entrar ¿No?

    - Sí, buena idea Fluttershy, buena idea.

    Muy abajo, en una de las alcantarillas de la ciudad, bajo los cascos de muchos ponys que disfrutaban por fin de un hermoso día de invierno. Miles de letales guerreros Skaven tomaban posiciones, preparados para lanzar el ataque una vez se diera la señal.

    - ¡Blistrox! Quiero a tus Monjes preparados para la acometida, les daré apoyo con mis lanzallamas de disformidad y mis guerreros. – Le gritó Ikit a un Skaven que estaba orando y al verse interrumpido se dio la vuelta.

    Blistrox era un Sacerdote de la Plaga muy poderoso del clan Pestilens, era demasiado grande para ser un Skaven normal, sin embargo gozaba de una fuerza y agilidad sorprendentes, pero era muy extremista y terriblemente sádico, a pesar de ello, su saber de la Magia de la Plaga era muy valorada por Ikit al igual que su lealtad que le expresaba por darle el control del clan Pestilens tras la muerte de lord Skimanx después del fallido intento de derrocar a Ikit y a Queek.

    - Estaba orando Ikit – Le respondió tratando de ocultar la ira en su voz.

    - Lo sé, pero la batalla va empezar dentro de poco y no sólo aquí, lo sabes, necesito que te retires de aquí y dejes a tus Monjes bajo mis órdenes. Quiero que supervises a nuestra artillería para comenzar el bombardeo y ayudes en el ataque frontal.

    - Sí, Ikit. Sólo una cosa te pido a cambio.

    - ¿Cuál será?

    - Dame el control de los Diablos de Asalto.

    - Sabes que no están en condiciones de luchar aún, pero podrás usar unos regalos, la última camada que salió del Pozo Infernal, me han dicho que mataron a casi todos sus domadores desde que nacieron.

    Blistrox sonrió con sus colmillos podridos y seguido por sus Alimañas se marchó por una de las cloacas.

    Ikit, se quedó rodeado de varios guerreros que seguían preparándose para pelear mientras algunos de ellos traían ratas del tamaño de perros amarrados con cadenas que no paraban de gruñir y mostrar sus afilados dientes, de repente una rata de color verde llegó por la cloaca y se subió al hombro de Ikit y comenzó a chillarle al oído de forma silenciosa.

    - Sí, sí, pequeña – Ikit tomó a la rata con su garra mecánica y comenzó a pasearla entre los dedos – Al parecer, todos han llegado a la reunión – Ikit sujeto a la rata con su garra y a ejercer presión sobre ella – Entonces, ya es hora, ¡El fin de los ponys ha llegado hermanos! – Ikit chilló y los Skavens del túnel lo imitaron mientras el devoraba la cabeza de la rata.

    5. Sangre en Equestria

    Capítulo 4

    "Sangre en Equestria"

    - Queridos delegados de Equestria, amigos míos, miembros de la realeza y del Alto Mando, estamos reunidos para discutir sobre el recuento de daños y pérdidas sufridas durante las nevadas, también para dar un aviso muy importante.

    - ¿Y qué será? – Le respondió Shinning muy enojado.

    - ¡Silencio! – Le gritó Luna.

    - Tranquilos, los dos. Ahora para empezar quiero que cada uno me dé un recuento de lo que padeció. Delegada Silver Air ¿Su informe por favor?

    - Bueno, Corcel York experimentó daños en múltiples depósitos de comida y suministros debido a los saqueos, al menos tres edificios fueron incendiados y estimamos un aproximado de al menos ciento treinta y cuatro ponys heridos y al menos sesenta y ocho muertos debido al frío y a la falta de comida.

    - De acuerdo, ahora por favor Delegado Thunder Horse, su informe sobre Las Pegasus.

    Durante varias horas los delegados de todo el reino estuvieron exponiendo los padecimientos que habían sufrido en este atroz invierno y cada vez que mencionaban el número de ponys fallecidos a Celestia se le empañaban los ojos en lágrimas y al escuchar la cantidad de ponys fallecidos en Yeguadelfia (seiscientos muertos) no pudo evitar derramar una lágrima, pero siguió escuchando a los delegados hasta el final. Cuándo escuchó el reporte de Luna sobre Ponyville que no fue tan grave (sólo tres muertos) concedió quince minutos de descanso para darles el anuncio y concluir la reunión.

    - Cielos, no puedo creer que todo esto haya pasado en sólo dos meses de invierno en Equestria.

    - Es terrible, casi dos mil ponys muertos – Pinkie había salido de la reunión con su melena desinflada y claramente se le notaba muy triste. - ¿Cómo es que nuestro reino ha caído así?

    - Pronto lo sabremos Pinkie – La confortó Rainbow dándole palmaditas con su ala sobre la espalda.

    - Vayamos por un poco de agua.

    El resto del tiempo las chicas trataron de mejorar sus ánimos contando chistes o tratando de reírse de los disparates que causaba Discord pero lo dicho en la reunión las había afectado.

    Pasados los quince minutos, Celestia volvió a llamarlos pero a medida que los Delegados entraban, empezaban a ocurrir cosas extrañas en la ciudad. Por la ventana se podían ver una cantidad increíble de ratas por los tejados o saliendo de los recovecos y vapores de color verde emanaban de las cloacas.

    Celestia comenzó a preocuparse pero Luna no le veía mucha importancia a estos sucesos.

    - Hermana debemos terminar la sesión, ¿Qué miras?

    - La ciudad, nunca había visto tantas ratas saliendo de sus escondites al mismo tiempo, algo extraño está sucediendo.

    - ¡Asqueroso! Ordenaré a los exterminadores acabar con la plaga una vez terminemos la reunión.

    - ¡Hermana escúchame! Se acerca algo muy peligroso, puedo sentirlo.

    - Sí, es cierto – Luna comenzaba a mostrarse muy nerviosa – Puedo sentir energías oscuras, pero ninguna que hayamos enfrentado se le acerca.

    - ¿Aún crees que Chrysalis es la culpable?

    - Debemos salir de Trottingham, todos.

    Pero antes de que Celestia y Luna entraran a la sala sonó la alarma de emergencias, los ponys que estaban en la calle no entendían lo que pasaba y un guardia que no había entrado miró extrañado a las princesas pero se preparó para luchar.

    - ¡Sargento Terbron High! Lidere un escuadrón de nuestros guardias y averigüe lo que está pasan…

    Saliendo del techo y con apenas tiempo para reaccionar, un cuchillo salió disparado contra el cuello de Celestia quién usó un escudo para bloquearlo, y de la nada diez figuras encapuchadas descendieron de las vigas del techo.

    No eran muy grandes, apenas del tamaño de un pony normal pero a Celestia se le erizaban el pelaje con sólo verlos.

    - ¡Princesas entren al salón! ¡Guardias!

    - No podrán venir tonto. – Le habló el sujeto que iba en medio y dando una cabeceada a uno de sus colegas se dirigió a la puerta, la abrió y de ella cayeron los cadáveres de los guardias.

    - ¡¿Qué?! ¿Quiénes son?

    - Lo último que verá – Tras pronunciar sus palabras los enemigos se lanzaron contra Celestia y Luna pero un terrible rugido los hizo detenerse.

    La puerta del salón se abrió de golpe y de ella salió Discord, pero ya no presentaba su clásica actitud de bufón, parecía un dragón enfurecido. Discord lanzó un torrente de su magia contra los hostiles pero ellos simplemente los esquivaron con gracia y agilidad, detrás de Discord llegó Cadence, Shinning Armor, Starlight y sus amigas.

    Al verse superados en número, los asesinos se envolvieron en sus capas y huyeron a través de las ventanas sin que el resto pudiese detenerlos. Pero cuándo el último de ellos se fue, comenzaron a escucharse explosiones en la ciudad y los ponys comenzaban a huir desesperados por la calle.

    - Tenemos que irnos ahora, usen su magia para tele portarse a la estación de tren.

    - ¡Princesas, al parecer quedan cuarenta guardias vivos! Se reportan al resto muertos.

    - ¡Oh no!, Sargento asegúrese de evacuar a la población civil con ayuda de la policía, debemos…

    ¡BOOOM!

    Una alcantarilla acababa de explotar, de ella cientos de gigantescas ratas comenzaron a salir blandiendo lanzas y espadas, algunas llevaban armaduras y otras iban con andrajos, varias más iban envueltas en túnicas de color verde, unas pocas llevaban un gigantesco tubo en las manos y un segundo en la espalda tenía lo que parecía ser una especie de caldera.

    Celestia horrorizada sólo veía como estos seres se lanzaban desenfrenadamente contra los ponys que estaban en las calles y los mataban sin compasión, unos pocos momentos después el resto de las alcantarillas comenzaron a explotar y de ellas salían más guerreros ratas.

    - ¡Debemos ayudarlos! – Celestia trató de usar su magia para bloquear las alcantarillas pero su cuerno no le respondía.

    - ¡Qué es esto! ¡No tengo magia!

    - ¡Yo tampoco! – Le contestó Luna al tratar de hacer el mismo hechizo que Celestia.

    - ¡Nadie tiene magia!

    - Se olvidan de mí. – Anunció Discord y chasqueó los dedos. En un parpadeo todos los que estaban a su alrededor se vieron rodeados por un gigantesco escudo mágico.

    - Debemos irnos ahora, no quería hacer un escudo pero lo que les impida hacer magia, también está afectando mi poder, así que no creo que el escudo dure para siempre.

    - No podemos dejar a los civiles a su suerte, ¡Los están masacrando Discord! – Le gritaba Celestia.

    - Princesa, no puedo salvar a todos, debemos irnos, y dado a que en estos momentos ir por la calle es suicidio debemos irnos volando. Los que tengan alas deben llevar a alguien encima.

    De inmediato Celestia y Luna se pusieron sobre sus espaldas a dos ponys cada una, Rainbow sujeto a Rarity y Pinkie, el resto de delegados pegaso se pusieron a un pony sobre ellos a excepción de Starlight quién se negó a subirse a lomo de alguien más, pero al final Cadence fue quién la cargo, pero había un problema, Shinning Armor no podía ir con nadie y Discord ya llevaba demasiado peso (cinco ponys más Fluttershy quién al estar asustada no podía volar) por lo que decidió abrirse paso luchando con los guardias que quedaban y salvar a tantos civiles cómo pudiera.

    - ¡No Shinning! ¡Es peligroso! Por favor, no lo hagas.

    - Cadence, no puedo ir con nadie, entiende esa parte, además soy capitán de la Guardia Real debo ayudar a mis tropas y rescatar a la población civil.

    - Gracias Shinning Armor.

    - Es mi trabajo Princesa Luna, si no llego en quince minutos a la estación váyanse.

    Sin aviso, Discord y el resto comenzaron a salir volando por la ventana, protegidos por el escudo de Discord, mientras sobrevolaban la ciudad Celestia, Luna y Cadence contemplaban horrorizadas la carnicería que se estaba perpetrando.

    Las calles estaban empapadas de sangre y la nieve se había tornado de un color rojo intenso, había cadáveres por todas partes y se apreciaban a muchos ponys huyendo de estas aberraciones, varios edificios estaban incendiados y en algunas zonas se veían unos pocos combates en dónde unos cuántos ponys trataban de resistirse frente a una horda inagotable de ratas guerreras para finalmente ser brutalmente asesinados.

    Mientras Celestia y el resto de los funcionarios huían hacia la estación del tren, Shinning Armor y los guardias restantes, se abrían paso hasta la estación luchando contra los hostiles. A pesar de la superioridad numérica, estos enemigos eran muy indisciplinados y en cuánto los Guardias Reales los atacaron, huyeron despavoridos, pero volvían al poco tiempo más enfurecidos y decididos, pero eso no impidió que Shinning logrará llegar a la comisaría en dónde vio cómo algunos policías trataban de ayudar los civiles mientras la horda de ratas seguía empujando sin ofrecer misericordia.

    - ¿Quién está a cargo? – Le preguntó Shinning a los policías restantes una vez lograron entrar a la estación de policía.

    - ¡Usted señor! – le respondió una de las oficiales.

    - ¿Dónde está el alguacil?

    - Esas cosas acaban de asesinarlo, estamos indefensos, no podemos defender Trottingham más tiempo.

    Shinning vio alrededor suyo y tenía una horrible visión de la realidad, de los cuarenta guardias que salieron con él, al menos una docena ya no estaba, tenía a más de decena de policías que estaban dispuestos a seguir peleando pero estaban agotados y más de treinta ponys civiles se habían refugiado con ellos.

    - ¡Escúchenme! Debemos irnos a la estación de tren, las princesas nos estarán esperando y podremos huir de la ciudad.

    - ¡No! No abandonaremos a los demás civiles, hay más de doce mil ponys viviendo aquí, abandonarlos significaría su muerte.

    - Escuchen, pueden quedarse a luchar y morir en vano o venir con nosotros para seguir luchando un día más.

    Los Guardias dieron un paso al frente mostrando su apoyo a su capitán, de los civiles que estaban ahí ocho dieron un paso al frente y solo tres policías decidieron ir con ellos.

    - ¡Saldremos por el sótano! – Los ponys a su cargo se adelantaron y Shinning sólo se quedó viendo a los que no habían querido acompañarlo – Qué Celestia esté siempre con ustedes – Y sin decir más siguió a los suyos a través del sótano.

    Mientras tanto, las Princesas y los delegados habían logrado llegar a tiempo a la estación para asegurar el Expreso de Cristal, el único que aún funcionaba ya que cuando llegaron había guerreros enemigos destrozando los trenes y sólo huyeron debido a la presencia intimidante de Discord.

    - ¡Los conductores están muertos!

    - ¿Alguno sabe conducir un tren? – Le pregunto Cadence a los demás, pero todos negaron.

    - Debemos hacer algo y pronto, hay más de esas cosas tras nosotros.

    En las afueras de la ciudad, otro ejército de Skavens bombardeaba Trottingham sin piedad con sus piezas de artillería que iban desde mortales cañones que disparaban rayos de energía a catapultas que lanzaban rocas en llamas.

    Blistrox, contemplaba el ataque con una malvada sonrisa y el oír los gritos de los ponys pidiendo ayuda lo disfrutaba. Atrás de él había una nueva horda de guerreros rata, ansiosos por ir al combate de una buena vez, todos llevando el estandarte del clan Pestilens y el clan Skyrre.

    - Mi señor, estamos listos para atacar, esperamos su orden.

    - Sí, lo sé. Que las grandes vayan al frente junto con los esclavos. Los guerreros y las alimañas van detrás. Quiero que los morteros les den soporte y envíen a los corredores a la estación de tren en caso de que los guerreros no hayan podido completar su objetivo y que las ratas los ayuden, capturen a tantos como puedan.

    - En seguida pasaré el mensaje. ¡Todos en formación!

    Unos pocos minutos después la horda se había formado con los Esclavos al frente de la acometida y varios Skavens provistos de látigos estaban entre ellos así como unas gigantescas jaulas desde dónde salían rugidos aterradores. Atrás de ellos había Guerreros del Clan y Alimañas preparados para atacar y cerca había Morteros de la Plaga.

    - ¡Ataquen! – Ordenó Blistrox a su horda quién se lanzó contra la ciudad en llamas y las jaulas se abrían de par en par dando paso a aterradores monstruos.

    Celestia estaba muy alarmada, una de sus ciudades estaba siendo conquistada por una horda de criaturas bárbaras que nunca en su vida había visto y usaban armas y magia totalmente desconocidas para ella.

    - ¡Discord! ¿Puedes usar tu magia para crear otro escudo para poder irnos de aquí?

    - Lo siento princesa Celestia, pero ya no tengo control sobre mi magia, creo que lo que las afectó a ustedes terminó por afectarme a mí también.

    - ¿Ahora qué? ¿Este es nuestro fin?

    - Podríamos irnos volando.

    - Imposible esas cosas nos derribarían y sin magia somos vulnerables.

    - Estamos atrapados, me temo que no lograremos salir de esta.

    - ¡Oigan! Miren lo que encontré entre el carbón de la locomotora – Exclamó Pinkie.

    Pinkie, toda sucia de hollín traía a rastras a un pony de color canela y melena rubia, también muy sucio.

    - ¡Déjame pequeña loca! ¡Que me sueltes!

    - Oky Doki Loki – Y Pinkie lo soltó.

    - ¿Quién eres?

    - ¡Princesa Cadence! – El pony le dedicó una reverencia – Me llamó Rail Troud y soy un conductor de tren.

    - Joven, necesito que prepare este tren para partir dentro de cinco minutos, debemos salir de aquí ya.

    - Pero princesa, no puedo encender la máquina sin alertar a esas cosas y no tengo interés alguno en morir el día de hoy.

    - Nadie tiene la intención de morir joven pony, pero me apena decir que están falleciendo muchos de mis queridos súbditos en este instante y no puedo permitir que mueran más, te ordeno que enciendas la locomotora y te prepares para partir de inmediato.

    Rail, dudó por un instante pero al final se metió en la locomotora y comenzó a prepararla para partir de inmediato.

    - ¡Princesa Celestia! – Le gritaba un grupo de ponys que corrían desesperados hacia ella.

    - ¿Quiénes son?

    - Perdónenos princesa, pero queremos irnos con usted. Somos civiles de la ciudad, estábamos en la alcaldía cuándo comenzó el ataque.

    - Adelante, suban al tren. Arrancaremos en cuánto de la orden.

    El pequeño grupo de ponys que habían llegado lo componían tres unicornios, seis ponys terrestres y un pegaso, dos miembros del grupo eran potrillos.

    - ¡Princesa, todo listo para irnos!

    - Gracias, Rail, ahora solo nos queda esperar al capitán de mi Guardia después nos iremos.

    - ¡Celestia por allá! – Le gritaba Cadence muy alarmada y señalando los edificios.

    Celestia se dirigió la vista hacia los edificios y pudo ver una horda de ratas que iba directo hacia ellas, seguidas de ágiles guerreros. Era una incontable cantidad de enemigos y sin magia no tenían oportunidad alguna de defenderse.

    - Celestia, debemos irnos ahora.

    - ¡No! ¡Mi esposo está allá afuera! ¡Debemos esperarlo!

    - ¡Cadence no podemos esperar más tiempo!

    - ¡Alto! ¡Estamos aquí!

    Las princesas se asomaron hacia la dirección desde dónde provenía el grito y pudieron ver a Shinning conduciendo lo que quedaba del pequeño destacamento que había salido de la estación de policía y algunos pocos sobrevivientes más que se le habían unido.

    Sin tiempo que perder los pocos Guardias que seguían vivos alzaron los escudos y encararon a la amenaza que se cernía sobre ellos de modo que los guerreros rata que iban tras ellos se enzarzaron en feroz combate desigual contra los soldados. Shinning se unió a la escaramuza luchando con valor y una increíble destreza, mientras Starlight, Cadence y Rainbow Dash subían a los civiles al tren.

    - ¡Sube! ¡Sube rápido! – Le gritaba Cadence al último pony que faltaba.

    - ¡Ese era el último! ¡Debemos irnos!

    - ¡Shinning Armor vámonos!

    A unos pocos metros, doce Guardias continuaban combatiendo mientras otros tres eran jalados hacia la horda de enemigos contra la que combatían y los acuchillaban sin piedad. Shinning resistía sin mostrar una pizca de miedo pero sabía que no podía irse sin abandonar a sus tropas.

    - ¡Capitán! ¡Largo de aquí!

    - ¡No, no los abandonaré!

    - ¡Estamos perdidos señor! ¡No deje que nuestra muerte sea en vano!

    - Pero…

    - ¡Ahora! – Uno de los Guardias le propinó una fuerte patada a Shinning en el estómago lanzándolo hacia el tren.

    - ¡Vámonos! – Le gritó Rainbow a Rail quién puso la locomotora en marcha y comenzó a alejarse lentamente de la estación agarrando más velocidad cada segundo.

    Celestia solo pudo asomarse por la ventana para contemplar le heroica pero inútil resistencia de sus Guardias que fueron sobrepasados unos pocos segundos después. Al alzar la vista pudo ver al gigantesco ejército que estaba invadiendo la ciudad que estaba en llamas, escuchando las explosiones y los gritos de terror de sus súbditos que había dejado atrás.

    A la distancia, en el tejado de uno de los rascacielos de la ciudad, Ikit Claw observaba furioso el tren de Cristal que se alejaba de la batalla aceptando que ahora debería librar una guerra total contra Equestria.

    6. La Historia de Discord

    Capítulo 5

    "La Historia de Discord"

    - ¡Oh cielos! ¡Oh cielos!

    - ¿Pero que eran esas cosas?

    - Sean lo que sean, debieron de atacar a los soldados que envíe a buscar a Thorax.

    - ¡Tomaron la ciudad en menos de una hora!

    - ¡Debemos aislar Trottingham y enviar a nuestras fuerzas a recuperarla!

    - ¡Basta!

    Ya llevaban al menos una media hora recorriendo el camino de vuelta a Canterlot y durante ese tiempo todos los asistentes de la reunión, se habían encerrado en la sala de conferencias del Expreso tratando de controlar sus nervios y alejar sus pensamientos de lo que habían vivido.

    Celestia, no había hablado en esos minutos pero, tanto ruido la había alterado de más. Todos estaban consternados y Celestia solo quería tranquilizarse para poder aclarar sus pensamientos.

    - Sé que esto es terrible, pero el discutir no ayuda en nada. Coronel Spitfire, ¿Cuánto tiempo tomará lanzar un contraataque?

    - Si me da su autorización ahora princesa, no más de dos días.

    - ¡Solicito permiso para que el Rainbow Squad se una!

    - Negativo Rainbow Dash, ahora eres un soldado de la Guardia del Crepúsculo, depende de la princesa Twilight el permiso de unirte a la fuerza de ataque. Pero debido a su estado médico actual esa responsabilidad recae en Starlight Glimmer.

    - No Rainbow, debemos proteger Ponyville.

    - Escúchenme, si queremos lanzar el contraataque, antes debo dirigirme a Equestria para declarar el estado de… de…

    - ¿Guerra? – Le preguntó Applejack la princesa Celestia.

    - Así es Applejack – Todos intercambiaron miradas muy tensas y algunas yeguas cómo Rarity se habían desmayado de la impresión.

    - Celestia, ahora más que nunca debemos hacer más sólida nuestra Alianza. No podemos dejar que nuestras diferencias nos separen.

    - Cierto Cadence, lamento haberte inculpado de enviar alimento en mal estado, si hubiera habido una señal del ataque.

    - ¿Princesa? Tengo algo que añadir. – Les habló Discord, poniéndose de pie.

    - ¿Qué es Discord? – Le preguntó Celestia amablemente.

    - Todos ustedes saben que yo soy un dios del Caos, mi magia es totalmente diferente a la de cualquier pony o ser mágico en Equestria. Las criaturas contra las que combatimos temo saber quiénes son y a quiénes sirven.

    - ¿Podrías decirnos cómo se hacen llamar?

    - Se hacen llamar Skavens y sirven a los Poderes Ruinosos de las Fuerzas del Caos.

    Todos los presentes se quedaron en desconcierto.

    ¿Poderes Ruinosos? ¿Skavens? ¿El Caos?

    Durante los milenios en que Celestia y Luna habían vivido en Equestria, jamás en sus vidas habían escuchado hablar de esos Poderes y desde luego no se había tenido noticia alguna de la presencia de Skavens en Equestria.

    - ¿Cómo es que sabes esto Discord?

    - Ya se los había dicho, yo era un Dios del Caos. Muchos siglos antes de que yo viniese a Equestria yo solía vivir en el Reino del Caos, un lugar lleno de maldad y miseria en dónde gobernaba en compañía de mis hermanos: Khorne el Dios de la Sangre, Nurgle Dios de la Pestilencia, Tzeentch Dios de la Magia y Slaanesh el Dios de los Abusos y la Lujuria. Había muchos más dioses, pero mis cuatro hermanos son las más poderosos de todos y se encargaron de destruir a los menores, sólo unos cuántos sobrevivieron cómo Hashut el Dios de la Oscuridad y la Gran Rata Cornuda el Dios de los Skaven. Mis hermanos tienen el terrible deseo de controlar y corromper los mundos de las especies mortales a cualquier costo, he visto los terribles actos que sus seguidores han hecho en su nombre para recibir sus dones y yo jamás compartí esos gustos. Mi magia del Caos no es para el uso del mal sino más bien para causar alboroto y diversión, nunca la habría usado para hacer lo que haría Khorne o Nurgle. Estas diferencias me llevaron a una guerra contra ellos, na cabe decir que fui derrotado ya que mis adoradores nunca fueron numerosos, sin embargo he sido siempre el favorito y protegido de mi hermano Tzeentch quién convenció a Khorne, Nurgle y Slaanesh de dejarme vivir a cambio de no volver a pisar el Reino del Caos por el resto de la Eternidad. Antes de partir a mi exilio pude escuchar a Khorne estar sumamente furioso con la Gran Rata Cornuda ya que al parecer se había revelado contra ellos y había amansado un enorme ejército de hombres rata llamados Skavens para enfrentarse a las legiones de Demonios de los cuatro dioses y apoderarse del mundo que mis hermanos trataban de conquistar llamado "El Viejo Mundo". Después me exiliaron a la Disformidad y anduve a la deriva de esa energía durante décadas hasta que finalmente logré escapar de ella y terminé aquí, el resto de la historia ya la conocen.

    Durante todo el tiempo en que Discord contó la historia de su pasado y sobre el Reino del Caos nadie lo había interrumpido, todos habían guardado silencio y estaban muy impresionados por su anécdota.

    - ¿Ya sabías de la existencia de estas cosas? – Le preguntó Celestia son una voz que reflejaba ira.

    - Sí princesa, sabía de su existencia.

    - ¿Y nunca nos lo dijiste? ¡¿Tienes idea de cuántas vidas pudimos haber salvado?!

    - Princesa, sé lo que va a decir pero no podía estar seguro si los Skaven habían llegado a Equestria y no me explico cómo pudieron hacerlo.

    - Discord, necesitamos ayuda y no creo que los Yaks y los grifos estén muy deseosos de ayudarnos.

    - Hermana, recuerda que los Yaks son nuestros aliados y no dudarán en venir en nuestra ayuda. Sólo dudo de los grifos ya que a menos que vean un beneficio no entraran en esta guerra.

    - Si me permiten un momento – Interrumpió Fluttershy – Creo que Discord debe buscar más ayuda.

    - ¿Cómo quieres que consiga ayuda querida? – Le preguntó su amigo.

    - ¿Podrías volver al Reino del Caos y pedirle ayuda a tu hermano Tzeentch?

    - ¡¿Qué?! ¡Perdiste la cabeza! ¿No oíste todo lo que te hablé sobre ellos?

    - Pero si dices que eres el favorito de Tzeentch creo que podrá venir a ayudarnos con los Skaven.

    - ¡Sí lo hará! ¡Y después traerá a sus legiones de demonios e invitará a Nurgle, Khorne y Slaanesh a invadir su mundo!

    - Pero puedes convencerlo de sólo ayudarnos.

    - No lo entiendes Fluttershy, tal vez sea el protegido de Tzeentch, pero no por nada lo llaman "El Gran Mentiroso", no confío en él y además estoy exiliado. No puedo volver al Reino del Caos así como así.

    - Entonces ¿Qué haremos? – Le preguntó Celestia a los dignatarios.

    - Propongo que contengamos a los Skaven en Trottingham y a la vez debemos reunir un enorme ejército. Después atacamos y evitamos que se propaguen. Acabaremos con el enemigo rápidamente.

    - No creo que los Skaven sean tan estúpidos para atacar una sola ciudad, deben haber más.

    - ¡Es imposible! Si esas ratas hubiesen atacado más localidades me habrían llegado los mensajes y no he recibido nada en lo absoluto.

    - Ya llegamos.

    El tren comenzó a bajar la marcha y la ciudad de Canterlot se hizo visible. El tren finalmente llegó a la estación pero había algo muy raro, ya que la estación estaba concurrida de ponys de todas las clases.

    7. Declaración de Guerra

    Capítulo 6

    "Declaración de Guerra"

    - ¿Qué sucede? – Se preguntó Cadence abrazando a Shinning que estaba despertando de su percance ocurrido en la batalla.

    - Lo que sea, no pueden ser buenas noticias – Le dijo Celestia a su sobrina y salió del vagón.

    Al verla, todos los ponys se le acercaron implorando respuestas para lo que estaba sucediendo, otros pedían alimentos, agua o medicinas. Celestia estaba temiendo que Discord hubiera tenido razón y que ahora su nación hubiera sufrido más de un ataque pero se mantuvo firme y llegó hasta su palacio en dónde un grupo de Guardias Reales la escoltó a ella y al resto a la sala del Trono.

    - ¿Por qué habrá tantos ponys?

    - Necesito respuestas ahora.

    - ¡Princesas! ¡Gracias al Sol que están a salvo! – Una de las puertas del salón se abrió y entró corriendo un pony vestido de mayordomo, traía una alforja a rebosar de pergaminos.

    - ¡¿Qué noticias nos traes?!

    - Me temo que no son nada buenas sus majestades – El pony abrió la alforja y le entregó casi un centenar de pergaminos a Celestia quién estaba atónita y empezaba a sudar por los nervios.

    Celestia tomó uno de los pergaminos, desenrolló y apenas comenzaba a leerlo cuándo lo dejó caer al suelo.

    - ¡Hermana! ¿Qué te pasa? – Le preguntó Luna.

    - No sólo fue Trottingham. Corcel York, Appleloosa, Dodge Junction, Stratusburg y Yeguatania han caído. Junto a decenas de aldeas y pueblos pequeños. Es peor de lo que pensaba.

    - También Griffinstone fue invadido – Dijo una voz a sus espaldas.

    Todos voltearon y pudieron ver a una grifo que era conocida para Rainbow.

    - ¡Gilda! – Rainbow se acercó corriendo a su amiga y le dio un fuerte abrazo que ella le devolvió - ¡Qué bueno es volver a verte!

    - ¡También me da gusto volver a verte Dash!

    - Señorita Gilda – Las interrumpió Celestia – Dijo que Griffinstone ¿Fue invadido?

    - Así es princesa – Gilda le hizo una breve reverencia y la miró a los ojos – Eran miles, salieron de todas partes y nos tomaron por sorpresa, a pesar de que luchamos no pudimos detenerlos. Sólo unos pocos conseguimos huir y solicitamos asilo en Equestria.

    - Si no me equivoco, ustedes se negaron a firmar un acuerdo comercial con nosotros y eso provocó una enorme crisis alimentaria por la que fallecieron muchos de mis súbditos.

    - Sí princesa pero el grifo con el que firmó el acuerdo llamado Nargal era un traidor.

    - ¿Qué dijo?

    - Cómo lo oyó, Nargal trabajaba para esas ratas y parece que le pagaron su traición con oro y un cuchillo en la espalda. Pero los que quedamos estamos dispuestos a luchar y morir por usted.

    - Gracias joven Gilda, tienen mi permiso para instalarse en la ciudad de Cloudsdale pero si es necesario que tomen las armas deben estar dispuestos a acceder.

    - Sí princesa, en nombre de todos los grifos que quedan en Equestria, acepto sus condiciones.

    - Entonces sean bienvenidos a su nuevo hogar, puedes retirarte.

    Sin decir una sola palabra más Gilda se retiró no sin dedicarle una sonrisa a Rainbow y a Pinkie Pie. Cuándo volvieron a estar a solas, Celestia volvió a levitar los pergaminos y volvió a leerlos todos, tratando de encontrar algo en específico.

    - ¿Ocurre algo princesa? – Le preguntó Starlight.

    - Sí, ¡Rogue Clean! – El pony mayordomo se acercó a la princesa - ¿Cuántos fallecieron?

    - No hay cifra definitiva su alteza, pero si consideramos que la población de los grifos fue casi exterminada y varias de nuestras provincias fueron invadidas podríamos hablar de casi cien mil muertos y desaparecidos.

    ¿Cien mil muertos y desaparecidos? ¿En sólo unas horas? Celestia estaba consternada, no sólo había perdido mucho de su territorio, si no que miles de sus súbditos habían muerto o estaban atrapados. Luna también se quedó unos segundos paralizada de la impresión al escuchar esa noticia por no decir que el resto de los que estaban ahí estaban devastados.

    - ¡Juro que esto no quedará sin castigo! Hermana, Cadence. Voy a declarar la guerra a los Skavens y necesito que estén presentes. Starlight Glimmer, dado que Twilight sigue en Ponyville voy a necesitar que ocupes su lugar una vez más.

    - Yo…yo no puedo, no puedo ocupar el lugar de mi mentora.

    - Hazlo, por ella y por el bien de toda Equestria.

    - De acuerdo.

    - Entonces vengan conmigo, debemos redactar la declaración – Y sin decir más Celestia abrió una puerta y las cuatro ponys entraron en la habitación.

    - Saben ¿debemos saber si Ponyville está bien?

    - Le escribiré a Spike – Dijo Rarity y de inmediato pidió una pluma y un pergamino.

    - ¿Qué será de nuestras hermanas? – Se preguntaba Applejack.

    - Espero que estén bien. Desde que fundaron la asociación de "Una Cutie-Mark, una sonrisa" han estado viajando por toda Equestria ayudando a los costados en blanco, solo espero que no estuvieran en alguno de los lugares que invadieron.

    - Bueno yo me retiro – Anunció Spitfire encaminándose a la salida.

    - ¿A dónde va coronel?

    - ¿Qué cree usted capitana Dash? Organizaré a las tropas que pueda y comenzaremos a reclutar soldados tan rápido como podamos. Le recomiendo que vuelva a Ponyville y prepare a su escuadrón. Ya que hasta que la princesa de la Amistad despierte del coma, está bajo el mando de Starlight Glimmer – Spitfire le dedicó un saludo militar a Rainbow Dash y salió volando.

    - ¿Ahora que haremos? – Le preguntaba Pinkie Pie a sus amigas.

    - Debemos mantener la calma terroncito, después de que Starlight salga de la reunión volveremos inmediatamente a Ponyville.

    Las horas pasaron, casi al anochecer Celestia salió de la sala junto a Luna, Cadence y Starlight. Traían un pequeño pergamino y de inmediato se encaminaron al balcón en dónde una gran multitud estaba reunida esperando respuestas de su gobernante.

    Al verlas, los ponis empezaron a pedir una respuesta a gritos sobre lo sucedido en sus ciudades y pueblos, sobre quiénes eran los invasores y desde luego querían saber cómo respondería Celestia ante esta situación. Celestia levantó el casco derecho pidiendo silencio, cuándo los ruidos cesaron Celestia amplió el sonido de su voz con un hechizó y comenzó a leer el pergamino.

    - ¡Ciudadanos de Equestria! Hoy a las nueve de la mañana, en la ciudad de Trottingham, mi hermana, mi sobrina, su esposo, mis amigos y los delegados fuimos atacados por un enemigo de naturaleza desconocida. A pesar de la resistencia ofrecida por los cuerpos policiacos y el contingente de guardias que estaban presentes, nada se pudo hacer para poder detenerlos. Al cabo de una hora solo unos pocos logramos escapar dejando a miles de ponis atrás, sé que debí quedarme a luchar, pero no era el momento, el enemigo tiene armas nunca antes vistas, además de la capacidad de bloquear la magia de los alicornios y unicornios, son veloces, muy peligrosos y poseen tecnología nunca antes vista. Creía que solo Trottingham había sido atacada, pero me veo agobiada al ver que más de un centenar de localidades fueron invadidas. Ahora, tras una larga sesión entre las princesas y la alumna de Twilight Sparkle, hemos decidido declarar la guerra total contra nuestros enemigos llamados Skavens. A partir de este día queridos súbditos, la vida en Equestria no volverá a ser la misma. ¡Obtendremos la victoria y Equestria saldrá de ella como la nación fuerte y próspera que siempre ha sido!

    Al finalizar su discurso se escucharon gritos y golpes de cascos que no podían significar nada más que aceptación, pero Celestia también pudo apreciar a algunos ponis que no estaban muy felices con esta guerra y uno de esos ponis estaba en el castillo.

    - Luna, necesito que reúnas a los herreros de todo el reino y que comiencen a fabricar armas y armaduras nuevas para las tropas, Starlight quiero que tú y tus amigas regresen a Ponyville mañana a primera hora y comiencen a preparar una defensa en caso de que los Skaven ataquen, quiero que ustedes delegados comiencen a organizar a sus ciudades para esta guerra, reúnan comida y preparen guarniciones en caso de ataque, Cadence voy a necesitar que también regreses al Imperio de Cristal junto con Shinning Armor y contacten al príncipe Rutherford en Yakyakiztán para que envíe ayuda militar de inmediato, también necesitaremos de la ayuda del Imperio de Cristal. Yo me encargaré de liderar a las tropas junto con la coronel Spitfire a la batalla una vez que reunamos un ejército lo suficientemente grande. Discord, voy a necesitar un último favor tuyo y después espero que nos ayudes a averiguar cómo conservar la magia frente a los Skavens.

    Todos los presentes asintieron y comenzaron a retirarse dejando a Discord y a Celestia solos.

    - ¿Cuál es ese último favor princesa?

    - Si vamos a enfrentarnos al Caos Discord, quiero saber todo acerca de él.

    - ¿Cómo dice?

    - Ya lo oíste – Celestia comenzó a cerrar las puertas del salón con su magia para asegurarse de que nadie más la oyera – Necesito saber todo lo necesario sobre los poderes de nuestros enemigos.

    - Princesa, no es buena idea, es demasiado peligroso y me temo que yo no puedo decirle todo sobre Las Fuerzas del Caos. Sólo puedo entregárselas.

    Dando un chasquido y con un destello de luz apareció un enorme libro con la portada de color verde esmeralda y en el centro la marca de los Dioses Oscuros (Un círculo pequeño, rodeado de uno más grande y con ocho flechas apuntando a los puntos cardinales).

    - Si quiere saber todo sobre el Caos, este libro le dará las respuestas, pero si comienza a leerlo, es mi deber advertirle que condenará a Equestria a la ruina, muerte y perdición. Ahora me retiraré princesa, espero cumpla con su deber.

    Al terminar, Discord volvió a chasquear los dedos y se desapareció, dejando a Celestia con el libro del Caos frente a ella.

    La tentación a abrirlo era gigantesca, el libro llamaba a Celestia, era como si trataran de ponerla en trance. Discord tenía razón, ese libro no era la solución.

    Celestia tomó el libro y lo llevó a las mazamorras del castillo y tras poner todos los hechizos defensivos que conocía lo encerró en un cofre de piedra, pero mientras Celestia encerraba este libro y planeaba su destrucción no pudo ver que alguien la había estado espiando.

    Lejos de ahí, en las humeantes ruinas de Trottingham, los Skaven celebraban su victoria, habían cumplido su primera parte de la invasión de forma exitosa y para celebrarlo estaban celebrando rituales en honor a la Gran Rata Cornuda. Habían saqueado todo lo que pudieron y lo que para ellos era "inútil" lo habían quemado o destruido, tales como antiguos pergaminos de la era de Star Swirl, tapices de miles de años de antigüedad que eran anteriores a la fundación de Equestria, incluso habían derribado a base de cañonazos la estatua de Celestia y Luna en el centro de la ciudad convirtiéndola en una pila de polvo y grava.

    Sentado en lo que antes era un carruaje de gala a modo de trono estaba Ikit acariciando a una rata gigante como si tratara de un perro, a su lado estaba Snickh lamiéndose una herida en su brazo. Después, por uno de los agujeros desde donde habían comenzado a salir los Skaven salió Queek y algunos miembros de la Guardia Carmesí, traían cabezas de grifos empaladas en sus alabardas.

    - ¡Queek!, creí que seguías cazando pajarracos en Griffinstone.

    - Ya no Ikit – Le respondió su colega con su armadura empapada en sangre y plumas de águila – Matamos hasta hartarnos y tendremos un buen suministro de carne por varios meses para todos nuestros clanes.

    - Me complace saberlo, ¿Ya tuviste noticias sobre el clan Rictus?

    - Corcel York no resistió nada, eso me informó Lokch, ese tonto que Snickh dejó a cargo del ataque, al parecer no dejaron escapar a casi nadie. El resto de aldeas y ciudades invadidas por nuestras tropas no ofrecieron mucha resistencia a excepción de Ponyville que no pudimos tomar ya que había un ejército apostado ahí, así que logró detener nuestra ofensiva. – Queek al parecer estaba furioso ya que una vez que dio su informe sacó su Degolladora y cercenó la cabeza de un esclavo que estaba cerca de él.

    - Tranquilo, liderarás la nueva ofensiva contra Ponyville mañana, los demás continuaremos con el resto de los ataques planeados.

    - Quiero unirme a ese ataque señor Ikit – Le pidió Blistrox.

    Queek al ver a Blistrox no pudo evitar hacer una mueca de asco, ya que estaba empapado en heces de rata y envuelto en las entrañas de los ponis prisioneros que había estado sacrificando.

    - Adelante, pero quiero que comiences a corromper este lugar ahora.

    - Sí lo deseas adelante Blistrox, solo hazme el favor de mantenerte alejado de mí si vas a seguir con estos asquerosos rituales. – Le respondió Queek frunciendo su nariz.

    - ¡Cállate! – Blistrox le dedico una reverencia a Ikit y se dirigió hacia una potranca que estaba encadenada.

    - ¡No, por favor! ¡No me haga daño! ¡Se lo ruego señor! – La pequeña estaba llorando de miedo al ver al imponente Sacerdote mientras este la levantaba por el cuello, sacó un cuchillo oxidado y se lo clavó en el estómago, retorciéndolo con toda la intención de hacerla sufrir mientras la pequeña gritaba de dolor.

    Ikit seguía apreciando este horrible ritual con fascinación y cuándo Blistrox comenzó a leer lo que parecía un pergamino podrido, unas nubes de color verde comenzaron a formarse, una vez que Blistrox sacó el cuchillo del cuerpo de la potranca, lo alzó al cielo y gritó.

    - ¡La Gran Rata Nos Guía!

    Blistrox golpeó el suelo con su cuchillo y una onda de magia se expandió por el suelo y todo lo que esta onda mágica tocaba comenzaba a cambiarlo.

    La tierra verde y fértil se tornó gris, los ríos se convirtieron en lava, los árboles se marchitaron adoptando grotescas formas al igual que las rocas mientras el cielo se tornaba de color naranja.

    La corrupción del Caos había llegado a Equestria.

    Un saludo a los lectores de esta historia, antes que nada les agradezco su apoyo, sus sugerencias son bienvenidas, sin embargo algunos de ustedes me han pedido que incluya a los Hombres Bestia en esta historia y por ello vuelvo a informar que ellos no van a aparecer.

    En primer lugar es muy agotador sacar las ideas para escribir la historia, ya que el universo de Warhammer y el de My Little Pony son muy distintos. El segundo punto es que ya tengo mis ideas para llevar la línea argumental e incluir a los Hombres Bestia es cambiar abruptamente la historia y me retrasaría indefinidamenete. El tercer punto es que también llevo una segunda historia a parte de esta y por ello debo atender ambas lo cuál es más trabajo, además de que estoy planeando una tercera que está ambientada en el universo de Warhammer 40k.

    Unos más me han pedido que escriba un fic idéntico a este solo que en vez de los Skavens sean los Hombres Bestia y yo no le veo mucho sentido ya que todo Warhamero sabe que la raza de los Hombres Bestia no tiene la tecnología ni los conocimientos mágicos necesarios para abrir un portal a través de la Disformidad. Así que lamento decepcionarlos, pero no escribiré nada sobre los Hombres Bestia, pero si alguno desea hacerlo con mucho gusto me ofrezco para ayudarlo.

    No crean que estoy enojado con estas personas, solo quiero darles mis puntos de vista y darles a entender el por que no puedo hacerlo, espero me perdonen.

    Sin más que decir me despido de todos ustedes, nos veremos en el siguiente capítulo ¡Sangre Para el Dios de la Sangre!

    8. El Señor de las Alimañas: Vermalanx

    Capítulo 7

    "El Señor de las Alimañas: Vermalanx"

    Aún no amanecía, no habían pasado más que unas cuantas horas desde que Celestia anunció la guerra contra los Skavens y Canterlot estaba a rebosar de soldados. Muchas forjas se encontraban encendidas desde donde emanaban grandes columnas de humo, en otras zonas de la ciudad se estaban construyendo máquinas de guerra y desde luego se empezaban a tomar preparativos para llevar a cabo planes de contingencia para repeler una posible invasión.

    Celestia estaba al pendiente de todo lo que pasaba en las zonas que aún no sufrían un ataque, pero le preocupaba no saber nada de Ponyville.

    El miedo la consumía y también lo era la intención de leer el libro que Discord le había dado, pero la advertencia era clara y ella no le traería la ruina a su pueblo. Luna estaba a su lado, contemplando Canterlot que se estaba preparando para la guerra. Repentinamente el silencio de los aposentos de Celestia se interrumpió cuándo apareció Rainbow Dash en el umbral de la puerta.

    - ¿Qué sucede Rainbow?

    - ¡Princesa! ¡Debemos volver a Ponyville de inmediato!

    - ¿Por qué? ¿No puedes esperar a que amanezca?

    - ¡Hubo un ataque en Ponyville! ¡Trixie nos envió el mensaje y debemos volver ya!

    - ¡No puede ser! Está bien capitana Dash, despierte a sus amigas, hare que un tren las lleve hasta allá y prepararé algunas tropas para reforzar la guarnición de Ponyville.

    - Gracias princesa – Rainbow salió de inmediato de los aposentos de las princesas hacia los cuartos de sus amigas en el castillo.

    Luna activó su magia y llamó a un guardia. Al entrar a la habitación les dedicó una reverencia.

    - Majestades, ¿Cuál es su orden?

    - Soldado, quiero que prepare un tren para salir de inmediato a Ponyville y reúna a todos los guardias disponibles. Me temo que debemos presentar batalla antes de lo previsto.

    - Sí su alteza.

    El guardia les dedicó otra reverencia y salió rápidamente de la habitación.

    Cinco minutos más tarde, las amigas de Rainbow se encontraban en el vestíbulo, con aspecto de estar desveladas pero sus rostros reflejaban preocupación. Rarity no dejaba de temblar al igual que Pinkie y Fluttershy.

    - Jovencitas – Celestia entraba al vestíbulo con paso firme – Lamento tener que privarlas de su sueño, pero las actuales circunstancias me obligan a tomar estas medidas. La capitana Dash me acaba de entregar una carta de la amiga de Starlight Glimmer, Trixie, quién afirma que Ponyville también fue atacado por nuestro enemigo, sin embargo debido a la presencia de la Guardia del Crepúsculo lograron evitar que la ciudad cayera. Las enviaré de regreso a Ponyville para ayudar a evacuar a los civiles que no pueden luchar. Y también las acompañarán mil de mis guardias.

    La puerta principal del vestíbulo se abrió y apareció un gran contingente de Guardias Reales. Todos estaban armados con lanzas, espadas y arcos.

    Celestia puso a cargo de las tropas a Rainbow quién estaba muy impresionada ya que hasta el momento solo comandaba un escuadrón de Wonderbolts, pero garantizó a la princesa que defenderían con éxito a Ponyville.

    Rainbow y sus amigas se colocaron frente a las tropas quiénes marcharon tras ellas hasta la estación de tren en dónde al menos cinco enormes trenes de aspecto militar, estaban listos para partir. A pesar de que las nevadas habían vuelto, había una misión que cumplir y siguiendo las instrucciones de Celestia, Rainbow y los otros subieron a los trenes y partieron hacia Ponyville.

    El enorme convoy salió de Canterlot sin ningún preparativo en específico y fue de forma muy apresurada por lo que nadie había ido a despedirlos. El camino duraría al menos cinco horas y había posibilidades de una emboscada por parte de los Skaven y por ello se necesitaba que los pegasos volaran por delante de la locomotora guía para reconocer el terreno.

    - ¿Creen que Ponyville esté bien? – Le preguntó Fluttershy a sus amigas cuándo ya llevaban casi tres horas en el tren.

    - No lo sé cariño, ojalá no esté igual que Trottingham.

    - No digan esas cosas – Starlight estaba muy nerviosa desde que habían recibido el mensaje de Trixie – Todo estará bien en Ponyville, no será nada grave.

    - Si no fuera tan grave caramelo, la princesa no habría enviado tantos soldados.

    - Applejack a veces no debes ser tan negativa – Pinkie había estado viendo a través de la ventana todo el camino y apenas se metía en la plática – Debemos creer que nuestros amigos y familiares se encuentran a salvo. Y una vez que lleguemos salvaremos nuestro hogar.

    Las chicas se quedaron mudas por unos segundos, ya que por lo general, Pinkie prefería hablar de cosas sin sentido y hacer bromas. Pero ahora no, parecía que la guerra presente ya había empezado a hacer un cambio en ella.

    Mientras las chicas platicaban en el tren principal, Rainbow volaba al frente de la locomotora, junto con otros tres pegasos que llevaban arcos y flechas, estaban vigilantes a las vías y a posibles zonas en dónde podría presentarse la oportunidad de una emboscada.

    - ¡Capitana! Esas rocas parecen muy sospechosas, ¿Quiere que les eche un vistazo?

    - No, no son una amenaza, debes calmarte más Silver Night, cuando en realidad veas algo extraño me avisas, mientras tanto sigue vigilando.

    - Con todo respeto capitana Dash, ¿Cómo sabe que ese montículo de rocas no representa un peligro para el convoy?

    - He memorizado el camino de Canterlot hasta Ponyville, conozco toda roca y árbol que está en el recorrido.

    - Si usted lo dice capitana… ¡Cuidado!

    Un enorme rayo de energía color verde esmeralda salió disparado desde uno de los acantilados, y después otro tras otro. Todos iban contra la locomotora.

    - ¡Detengan el tren!

    Demasiado tarde.

    Los rayos de energía golpearon la locomotora, haciéndola explotar, volcándola y provocando un gigantesco choque.

    - ¡Nooo! ¡Busquen sobrevivientes y bajen la cabeza!

    Siguiendo las órdenes de Rainbow, los pegasos bajaron de altitud y se dirigieron hacia los trenes estrellados. Había metal por todas partes y había una gran cantidad de incendios, y los cañones de los Skaven seguían disparando hacia los vagones tratando de hacerlos volar en pedazos.

    - ¡Chicas! ¡¿En dónde están?! – Rainbow estaba buscando en el vagón dónde estaban sus amigas.

    - ¡Cúbranse!, ¡Cuidado!, ¡Asuman posiciones de batalla!

    Algunos grupos de soldados que habían salido ilesos del accidente, comenzaban a formarse para enfrentarse a los Skaven que empezaban a emerger de una colina adyacente. Rainbow se elevó un poco para poder analizar la situación que no era nada favorable.

    Más de diez mil guerreros rata se asomaron por la colina blandiendo el estandarte del clan Pestilens, los ponys solo eran apenas un centenar, pero eran guerreros de profesión, dispuestos a morir por el bienestar de Equestria. Se acababa el tiempo para encontrar a sus amigas.

    Rainbow volvió a centrar su atención en el vagón, y comenzó a remover tantos escombros como fuese posible, aún se oían los gritos frenéticos de los Skaven, dentro de poco comenzaría la batalla.

    De repente un trozo gigante de hierro salió volando, llenas de cortes y rasguños salieron Pinkie, Rarity, Applejack y Starlight quién llevaba a Fluttershy sobre su lomo ya que una de sus patas estaba rota.

    - ¡Amigas! – Rainbow se acercó a ellas y les dio un fuerte abrazo - ¿No están heridas?

    - Sólo Fluttershy, pero las demás estamos listas para pelear – Le respondió Applejack, mientras sacaba su sombrero del vagón.

    - ¿Qué paso?

    Rarity apenas terminaba de preguntar, cuándo el vagón recibió un impacto de los cañones y explotó en mil pedazos.

    El fuego que envolvió a Rainbow y a sus amigas fue terriblemente abrazador, el poder de la explosión tuvo el poder suficiente para haberlas matado al instante de no ser por qué Starlight había creado una barrera protectora antes de que el rayo golpeara el tren. Pero eso no las salvó de salir volando por la fuerza de la explosión.

    Miradas distorsionadas, un terrible dolor en la cabeza y un silbido molesto, fueron las secuelas de la explosión, pero afortunadamente eso no impediría a las chicas unirse a la refriega.

    - ¡Pinkie quédate con Fluttershy y busca más heridos! ¡Las demás debemos ir con los soldados!

    Unos pocos metros más adelante los ponys se habían alineado para luchar frente a la horda que gritaba frenéticamente, deseosa de matar.

    - ¡¿Listos amigos?!

    - ¡Capitana Dash!

    - ¿Qué creen que hacen?

    - Tomando posición para luchar.

    - Pero no aquí, ellos nos superaran en este lugar, vayan ahí.

    Rainbow señaló a unos vagones que formaban un cuadro, ideal para una formación compacta.

    - Fórmense en un cuadro ahí.

    - Pero no habrá posibilidades de retirada capitana.

    - Eso es lo de menos, lo que importa es que no podrán usar su superioridad numérica contra nosotros. ¡Fórmense ya!

    Las tropas de inmediato se movilizaron hacia los vagones y siguiendo las órdenes de Rainbow formaron en falange.

    En la cima de la colina, los Skaven seguían esperando la señal de su líder:

    • Vermalanx

    Vermalanx fue antaño, uno de los más terribles y sádicos Señores de las Alimañas, su dedicación a la Gran Rata Cornuda lo había corrompido tanto que ya no parecía un Skaven, era tan grande como un minotauro, la corrupción del Caos en su cuerpo era notoria ya que estaba repleto de marcas, de su cabeza emanaban tentáculos y en sus garras llevaba dos guadañas que chorreaban veneno. En el Viejo Mundo, sus ejércitos arrasaron con muchas Ciudades – Templo de los Hombres Lagarto que vivían en las Tierras del Sur, invadió y profanó múltiples fortalezas enanas de Las Tierras Yermas, masacrando a todos los que se enfrentaron a él y también llevo la ruina, la peste y la guerra a Arabia durante el Fin de los Tiempos. Ahora, bajo el yugo de Lord Blistrox, comandaba una enorme legión de guerreros que solo esperaba su orden para satisfacer su instinto asesino.

    - Gran Señor de las Alimañas, nuestro enemigo se ha acorralado a sí mismo. Las tropas esperan su señal.

    Vermalanx estaba parado al borde de un acantilado desde dónde tenía una gran vista del campo de batalla.

    - Retírense

    - ¿Qué dijo?

    - Retira a las tropas, reúnanse con Lord Blistrox en Ponyville. No puedo deshonrar la victoria así de fácil.

    - Pero las órdenes de Queek eran evitar la llegada de refuerzos enemigos a la ciudad.

    Vermalanx furioso, agarró al Skaven por el cuello y lo acercó a su deforme rostro.

    - ¡Yo no obedezco a esa estúpida rata! Solo a Blistrox, ¡Retíralos ahora! Los mataremos a todos en Ponyville. Tenemos una sorpresa esperándolos.

    Debajo del acantilado, Rainbow solo observaba a los Skaven que seguían parados, pero de repente se dieron la vuelta y se marcharon, después los cañones pararon de bombardear a los vagones y todo quedo en calma.

    - ¿Qué sucede? – Se preguntó Rainbow mientras veía como los Skaven se retiraban.

    - ¿Vencimos? – Preguntó Starlight.

    - No, algo pasa. Prepárense para partir de inmediato a Ponyville.

    - Rainbow no podemos partir aún. Debemos rescatar a todos los sobrevivientes posibles, después iremos a casa – La interrumpió Rarity

    - Pero…

    - ¡Rainbow! Mira a tu alrededor

    Rainbow alzó la vista y pudo ver a lo que se refería Rarity y Applejack.

    La destrucción era terrible, algunos de los guardias que iban a presentar batalla se habían derrumbado y habían estado en llanto. Otros estaban revisando entre los escombros de los trenes buscando a sus compañeros.

    - De acuerdo, busquemos a los sobrevivientes, partiremos al atardecer, sólo recemos a Celestia para que Ponyville resista.

    Y sin decir más se unió a sus amigas para buscar tanto vivos como a muertos.

    9. La bienvenida del Clan Moulder

    Capítulo 8

    "La bienvenida del Clan Moulder"

    Tuvieron que pasar varias horas desde que los Skaven se retiraron para que los sobrevivientes al bombardeo se sintieran tranquilos, pero el daño estaba hecho y era absolutamente horrible.

    Buena parte de los pertrechos y suministros militares destinados para la defensa de Ponyville se habían perdido, de los mil guardias que se enrolaron para la defensa más de setecientos habían muerto y los que quedaban vivos no serían suficientes para repeler la invasión de los Skavens, y no solo eso, varios de los sobrevivientes estaban heridos, reduciendo los combatientes a poco más de ciento cincuenta.

    - Debemos volver a Canterlot por refuerzos, no podremos resistir un segundo ataque.

    - Negativo a tu propuesta soldado, continuaremos a pie hasta Ponyville, ya no estamos lejos.

    - Pero capitana, perdimos a muchos soldados y no sabemos la situación actual de Ponyville, debemos volver para que nuestros heridos reciban atención médica.

    - ¡No! Seguiremos adelante, Ponyville cuenta con nosotros. No podemos fallarle a los ponis que viven ahí y mucho menos a la princesa.

    - Te apoyamos Rainbow – Le dijo Applejack

    Después Rarity, Pinkie, Starlight y Fluttershy (con una muleta) se pusieron de su lado, sin importar nada, estaban dispuestas a ayudarla, ni siquiera importaba que fuese una misión suicida. Después de todo, Ponyville era su hogar y no podían dejar que sufriese el destino de Trottingham.

    Los soldados dudaban, sabían que tenían órdenes, pero no eran fanáticos suicidas, estaban dispuestos a morir por el bien de Equestria y sus princesas, pero eso no significaba que pelearían por una causa perdida.

    Al final, tras debatirlo y ponerlo a votación, las tropas aceptaron ir a Ponyville a pelear, pero deberían mandar un mensaje a Canterlot para que les suministraran refuerzos y provisiones. Y sin perder tiempo, reunieron a sus heridos, las pocas armas y provisiones que se salvaron y comenzaron a marchar hacia Ponyville siguiendo las vías del tren, dejando tras de sí las tumbas de sus muertos.

    Con más cautela que nunca, Rainbow se adelantó a su escuadrilla observando atentamente cualquier señal de una nueva emboscada. Pero buscaba a esa rata corrompida con la que cruzó miradas durante la escaramuza, quería saber por qué los dejó vivir. ¿Acaso será un posible aliado? ¿Les habrá tenido piedad? O ¿Cree que podrá matarlos a todos una vez lleguen a Ponyville?

    La marcha duró más de cuatro horas, había que ser cuidadosos, finalmente al anochecer Rainbow divisó la alcaldía de Ponyville.

    - ¡Capitana! ¡Por aquí!

    - ¿Glitter Force?

    - ¡Sí capitana soy yo! – La pegaso blanca se acercó hasta ella y le dedicó un saludo militar.

    - Me alegra saber que estás bien, ¿Dónde están los demás?

    - Todos están bien capitana, no se preocupe, pero Sissy está herida, se encuentra en el hospital de Ponyville junto con el resto de heridos. ¿Trajo refuerzos?

    - Venía con mil de los Guardias Reales de Celestia, pero nos emboscaron en el camino y la mayoría murieron, quedamos un poco más de doscientos con vida.

    - ¿Y dónde están?

    - Vienen detrás de mí.

    Glitter bajo de altitud tras su capitana y pudo ver a la pequeña guarnición que acompañaba a Rainbow. De inmediato los guio hacia Ponyville a pie ya que volar en la obscuridad podría ser peligroso, mientras más se acercaban Rainbow y los otros pudieron percibir un hedor insoportable, había charcos de sangre coagulada en el camino y de repente Rarity se tropezó con un tronco en el camino.

    - ¡Eugh! Lo siento chicas pero voy a iluminar la zona.

    - ¡No lo haga señorita!

    Ignorando la advertencia de Glitter, Rarity iluminó su cuerno y pudo ver que estaban caminando por lo que había sido un campo de batalla, había miles de cadáveres Skaven regados en el suelo, también había varios cuerpos de soldados de la Guardia del Crepúsculo. La cantidad de muertos era tal, que costaba mucho creer que todas estas vidas se perdieran en solo dos días de guerra.

    Fluttershy, que caminaba con ayuda de Starlight estuvo a punto de gritar de miedo, pero un hechizo burbuja de Starlight la cayó. Rarity se quedó pasmada de la impresión, no respondía a la señal de Glitter de apagar su cuerno, pero eso ya no importaba.

    Sin ningún tipo de aviso, docenas de antorchas se alzaron en la oscuridad, gritos y tambores de fanáticos Skaven, comenzaron a escucharse entre los árboles que rodeaban el camino. Era el comité de bienvenida.

    - ¡Corran!

    Glitter y el resto comenzaron a correr hacia Ponyville, mientras la manda de Skavens les pisaba los talones, se empezaron a escuchar rugidos, lo que indicaba la presencia de una criatura entre la marea de enemigos, lo que hizo que la tropa avanzara mucho más rápido. Finalmente pudieron ver los edificios del pequeño pueblo, estaban cerca.

    - ¡Hay un hechizo protector alrededor de Ponyville! ¡Es por eso que esas cosas no han logrado entrar!

    - ¡¿Quién lo invocó?!

    - Fue… - ¡Bam!

    Un sonido idéntico a un trueno se oyó desde la parte trasera y Glitter cayó con un agujero en su pierna derecha trasera.

    - ¡Ahhh! ¡Mi pierna!

    - ¡Glitter, resiste! – Rainbow, se puso a su compañera al lomo y comenzó a correr, más sonidos idénticos al anterior comenzaron a escucharse y lo que sea lo que los Skaven lanzaban contra ellos, pasaban silbando e impactaban contra la tierra, los árboles y los cuerpos.

    - ¡Capitana, déjeme!

    - ¡Jamás! ¡No te abandonaré! ¡Ya estamos cerca!

    Algunos de los guardias que se habían adelantado a Rainbow, empezaban a cruzar la barrera mágica, los proyectiles que la impactaban desaparecían, era como si la barrera reconociera a los que eran amigos y por ello podían entrar, mientras que los Skaven eran obligados a permanecer en el exterior.

    Las chicas cruzaron rápidamente, sin embargo una vez que entraban al pueblo no podían salir, el unicornio que hubiera invocado esto al parecer no quería correr riesgos, solo Rainbow, Glitter y unos pocos guardias más no habían entrado, los guardias entraron a la barrera y comenzaron a animar a Rainbow, pero de pronto un dolor agudo se extendió desde su costado. Al voltearse vio que su ala derecha tenía un agujero del tamaño de una canica y de la herida salía un hilo de sangre. No dolía, de seguro por la adrenalina, sin embargo pudo empezar a sentirse débil y cada vez corría más lento. Sólo faltaban tres metros a la barrera, pero ya no podía continuar, el cansancio era abrumador y ya no sentía sus piernas por lo que se derrumbó, mientras su mirada se tornaba borrosa, podía ver a los Skaven acercándose a ella y a Glitter. De seguro las despedazarían en el mejor de los casos, pero no ahora, reuniendo la poca fuerza que le quedaba, Rainbow se incorporó y en cuánto quiso agarrar a Glitter, esta también se levantó con su pata cojeando. Glitter volteó a ver a su capitana y dedicándole un saludo la empujó hacia la barrera sin que Rainbow pudiese reaccionar.

    - ¡Glitter! ¡No!

    Rainbow trató de cruzar hacia ella, pero la barrera lo impedía, Glitter estaba pálida, claramente le pasaba lo mismo que a Rainbow, pero sin importarle su destino, tomó una espada que estaba en el suelo, se dio la vuelta y comenzó a luchar contra los Skaven que se lanzaban sobre ella. Uno tras otro, los Skaven caían despedazados por la habilidad de combate de Glitter, pero sus fuerzas comenzaban a abandonarla hasta que finalmente cayó rendida frente la horda, pero sin embargo esta no le atacó.

    - ¿Qué hacen?

    - No tengo idea Rainbow – le contestó Pinkie.

    - ¿Creen que le perdonen la vida? – Preguntó Applejack

    - No lo creo, se ve a simple vista, que no tienen un código de honor, matan por matar – Le contestó Starlight.

    Rainbow no podía permitir que su compañera y mejor Wonderbolt muriera de este modo, pero la herida de su ala y lo que sea que estuviese dentro de ella la estaban debilitando y la barrera ya no la dejaría salir.

    Afuera de la barrera Glitter ya no podía continuar, había usado toda su fuerza y sentía que de un momento a otro moriría, pero no entendía por qué los hombres rata no la atacaban de una buena vez. De repente las ratas comenzaron a lanzar chillidos frenéticos y alzaban sus armas al aire mientras gritaban una palabra.

    - ¡Queek!, ¡Queek!, ¡Queek!

    El señor del clan Moulder había llegado hasta Ponyville, como siempre rodeado de su letal Guardia Carmesí, aún llevaban sus maléficos trofeos que habían obtenido tras arrasar Griffinstone.

    Queek contempló a la exhausta pegaso y tras revisarla meticulosamente, se fijó en la herida de su pata.

    - ¿Pero que tenemos aquí? Una pegaso herida por un jezzali, sí, eso parece.

    - Mi señor, ¿Podemos matarla?

    - No, ella es mía, un rival que mata a tantos de mis guerreros aún con una herida de esta magnitud, es candidato para mi colección.

    Queek tomó a Glitter por el cuello y la levantó fácilmente, mientras ella trataba de soltarse en vano. Queek acercó la cara de Glitter a la suya y comenzó a examinarla con mucho cuidado.

    - ¿Sabes quién soy yo?

    - No y no me interesa saberlo. Monstruo.

    - Soy Queek, segundo al mando de la Gran Colonia y líder del clan Moulder, del mundo de dónde vengo me conocían con el sobrenombre del Coleccionista de Cabezas, ¿Sabes por qué no?

    - Te… gusta decapitar a… tus enemigos ¿No?

    - Así es, poni estúpida, pero no decapitaba a cualquiera, solo a los mejores guerreros enemigos que lograban impresionarme y ahora tú serás la pieza más reciente de mi colección.

    Queek, sacó su espada la "Degolladora de Enanos", la levantó y de un solo golpe decapitó a Glitter Force.

    Queek se quedó contemplando la cabeza la pegaso con suma satisfacción, y levantó la vista, hacia la barrera mágica para ver el efecto de su ejecución en los ojos de los que estaban dentro de la ciudad y quedó satisfecho.

    Rarity abrazaba a Fluttershy quién se había tapado los ojos con las alas, Applejack se quitaba el sombrero con una cara que reflejaba miedo, Starlight estaba horrorizada por lo que acababa de contemplar, Pinkie estaba al borde de un colapso nervioso mientras que su esponjada melena se volvía lacia pero la más afectada era sin duda Rainbow Dash, que estaba llorando de forma desenfrenada y golpeaba descontroladamente la barrera mientras sus ojos se llenaban de ira irracional hacia Queek, lo mataría sin importar nada en Equestria.

    Queek empaló la cabeza de Glitter en su casco, recubierto de púas de acero oxidado y se marchó junto con el resto de su ejército hacia la oscuridad del bosque, dejando el cadáver decapitado de Glitter en el suelo, así como a los guerreros que ella había matado.

    Al otro lado de la barrera, Rainbow no podía creer que su mejor Wonderbolt yaciera muerta a unos pocos metros de distancia, quería creer que solo era un sueño, que nada de esto hubiese pasado pero esto era una realidad y por desgracia no había nada que hacer.

    - ¿Rainbow? ¿Estás bien querida?

    - ¡Tú!

    Rainbow sin pensarlo dos veces golpeó a Rarity en la cara con su casco y la estampó contra la barrera, se disponía a darle otro golpe cuándo una fuerza mágica y un atronador grito la separaron de ella.

    - ¡Ya es suficiente! ¡Suéltala Rainbow Dash!

    - No puede ser.

    Un destello de luz cegador obligó a los ponis a taparse los ojos y cuando la luz se desvaneció reveló a la Princesa Twilight Sparkle, por fin libre del coma.

    - Twilight… amiga… estás despierta.

    Rainbow apenas podía creer que su amiga estuviese despierta y mejor aún, liderando a las tropas de Ponyville en esta guerra. Pero su alegría se desvaneció al sentir como su corazón se detenía y una profunda oscuridad se apoderó de su vista.

    10. Situación Crítica

    Capítulo 8

    "Situación crítica"

    - ¡Rainbow! ¡Despierta!

    Pinkie había tomado a Rainbow entre sus patas y trataba de reanimarla sin éxito, no respiraba y tampoco latía su corazón. Sin demora, Twilight aplicó magia curativa en el corazón de Rainbow, devolviéndole el pulso y la llevó hacia el hospital de Ponyville, con sus amigas detrás. Una vez que llegaron hacia el hospital, las chicas descubrieron que estaba a rebosar de ponis heridos, las enfermeras y doctores se movían a toda prisa, el olor a sangre era intenso así como el de los químicos.

    - ¡Un médico! ¡Un médico!

    - ¿Sí princesa?

    - Es mi amiga, está herida con un proyectil. Ya sabe que hacer.

    - A la orden.

    El médico tomó la camilla de un poni que acababa de fallecer, lo dejó en el suelo, puso a Rainbow sobre ella y se encaminó hacia la sala de operaciones. A Fluttershy le pusieron un yeso en su pierna herida y le dieron autorización para irse, ya que había muchos más heridos. Una vez que dejaron a Rainbow al cuidado de los médicos, Twilight llevó a sus amigas hacia el castillo, pero al salir del hospital, Starlight le dio un fuerte abrazo, seguida de Pinkie, Rarity y Applejack.

    - ¡Nos alegra que estés bien!

    - ¡Creía que no despertarías!

    - Amigas mías, estoy feliz de volver a verlas. Pero me temo que deben descansar, han pasado por situaciones muy peligrosas y traumatizantes estos últimos días. Les pediré que descansen esta noche y mañana hablaremos.

    - Por favor, Twilight. Cuándo nos fuimos de Ponyville seguías en coma, no dabas ninguna señal de que despertarías pronto. Después los Skavens atacaron Equestria y estás al frente de las tropas en Ponyville. ¿Cómo es posible?

    - Está bien, desperté el día de ayer, en medio de la batalla, la Guardia del Crepúsculo estaba a punto de ser derrotada. Los Skavens ya habían tomado la mitad de Ponyville y habían comenzado a atacar mi castillo, apenas abrí los ojos y pude ver a Zecora luchando contra cinco enemigos, lancé un hechizo contra ellos, matando a dos, el resto huyó, Zecora me dio una poción para recuperar mis fuerzas. Una vez que pude sentirme mejor, me uní al combate y puedo afirmarles que mi presencia levantó la moral de mis tropas y pudimos dar mejor pelea hasta finalmente detener la ofensiva enemiga. Después lancé este hechizo protector que me ha ayudado a evitar la infiltración de los Skavens al pueblo, pero me temo que me estoy debilitando y una vez caiga mi escudo, nada impedirá que Ponyville vuelva a convertirse en un campo de batalla.

    - ¡Oh! ¡Querida, salvaste a Ponyville!

    - No, no lo salvé, solo retraso la derrota.

    - ¿Por qué dices eso?

    - Las provisiones se acaban, más de la mitad de mis fuerzas están heridas o han muerto, el enemigo nos supera quince a uno, mi magia se está volviendo inútil y me temo que tal vez mañana, nos atacarán con todas su poder. No podremos resistir sin refuerzos ni provisiones.

    - No te preocupes terroncito, le escribiremos otra carta a Celestia y podrá enviar más ayuda.

    - ¿Cómo Applejack? Recuerda que los trenes en dónde veníamos fueron destruidos y ahora bloquean las vías que llevan hacia acá, además si Celestia enviara ayuda por tierra, los Skaven los emboscarían. – Le explicó Rarity

    - Y ¿No podrán enviar ayuda aérea?

    - ¿Qué dijiste Fluttershy?

    - Sí, tal vez Cloudsdale pueda ayudarnos a pelear aquí o evacuar a la población.

    - Buena idea, enviré un mensaje a Cloudsdale y otro a Celestia, solo espero que de ayudarnos, lleguen antes del amanecer.

    - ¿Dónde está Spike? Él es quién envía los mensajes.

    - Ya no.

    - ¿Qué?

    - Spike… fue de los primeros que los Skaven mataron en el ataque de ayer.

    - ¡No! ¡Estás mintiendo! ¡Twilight! ¡Dime que por favor está a salvo!

    - No Rarity – Twilight comenzó a llorar al igual que sus amigas – ¡No pude ayudarlo! Cuándo lo encontré, una rata gigante lo estaba devorando, ya no había nada que hacer.

    - No… mi Spikey Wickey… muerto.

    - Ven Rarity, vamos al castillo, Trixie nos está esperando.

    Twilight cubrió a su amiga con una de sus alas y Rarity comenzó a llorar a lágrima viva sobre el costado de Twilight. Ella las guio a través del pueblo hasta llegar al castillo, que aparentaba estar desierto. Al abrir la puerta vieron a solo un par de guardias y a Trixie, quién estaba desarmando una armadura Skaven.

    - ¡Trixie!

    - ¡Starlight, amiga mía!

    Las dos unicornios se abrazaron y al separarse, Starlight vio que su amiga tenía una cortada gigantesca alrededor de su costado, que se extendía hasta su cutie mark.

    - ¡Trixie! ¿Qué te pasó?

    - Una de esas ratas que llevan alabardas trató de empalarme, pero solo consiguió hacerme esta cortada.

    - ¿Te revisaron los médicos?

    - Así es, no hay riesgo de infección, estaré bien.

    Starlight volvió a abrazarla, Twilight decidió dejarlas a solas, después de todo, Trixie era su mejor amiga y probablemente, tenía muchas preguntas que hacerle sobre la caída de Trottingham. Mientras las chicas se dirigían a sus respectivas habitaciones, Pinkie que quería estar sola, se fue a una de las torres, al llegar hizo algo que no acostumbra a hacer: Llorar.

    Había presenciado los horrores de esta guerra en primera fila, muchos ponis habían muerto frente a ella y pudo haber fallecido en más de una ocasión, pero lo que más le dolía y perturbaba, era el no saber si su hermana Maud, Limenstone y Marble estaban a salvo al igual que sus padres. Sólo podía orar a la Princesa Celestia por qué su familia estuviese bien de toda esta locura, casi a la medianoche decidió retirarse a dormir, mientras un asesino se infiltraba en el castillo.

    La noche transcurrió muy intranquila, los guardias de Twilight, que vigilaban el campo de fuerza, veían a los Skavens merodeando entre las sombras del bosque, sabían que estaban reuniendo tropas para un nuevo asalto, solo esperaban que ella lograse mantener el escudo más tiempo. No soportarían un nuevo asalto directo contra ellos, su única esperanza era que Celestia enviase más ayuda antes de que los Skaven atacaran de nuevo.

    A la mañana siguiente, el sol que Celestia levantó, tenía un hermoso brillo dorado y el cielo era de un hermoso azul., si no fuese por el hedor de los cadáveres en descomposición y la presencia de Skavens en las afueras, sería un día perfecto. Twilight en cambio no podía disfrutar de este día, estaba débil, con ojeras y claramente estaba exhausta de tener que usar tanta magia sin detenerse y además debía estar al frente de los suyos en este momento.

    Mientras tanto, en el castillo, las chicas seguían durmiendo, habían tenido dos días traumatizantes y apenas habían descansado un poco, por lo que despertaron unas horas después de que hubiera salido el sol. Una vez que se levantaron, vieron que el pueblo estaba lleno de actividad, ya que los ponis iban hacia el hospital o el castillo a refugiarse, ya que al parecer los Skavens, estaban por lanzar otro asalto contra el escudo de Twilight. Los miembros de la Guardia del Crepúsculo y La Guardia Real, se acomodaban en pelotones de diez guerreros y se ponían en las zonas de mayor concentración de enemigos.

    Afuera del muro, Queek acomodaba a sus guerreros mientras se calzaba su armadura salpicada en sangre seca, a su lado, Blistrox reunía sus letales monjes de la plaga de su clan para apoyar la ofensiva, entraría a la refriega en esta ocasión, por lo que tomó su arma, que era un Incensario de la Plaga. Apenas lo estaba preparando, cuándo Queek lo llamó desde su tienda para preparar el ataque.

    - ¡Blistrox! ¿Tienes tus Garrapultas listas?

    - Sí, soltaran su carga una vez el escudo caiga. Tengo más de diez mil guerreros preparados.

    - ¿Y Vermalanx? Necesito a su ejército para este ataque.

    - Está en posición para lanzar su ofensiva. Sólo espera mi orden.

    - Llamaré a mis Ingenieros Brujo, para que debiliten el escudo y con él a la princesa. Una vez caiga, bombardea el pueblo con toda tu artillería, después asáltenlo.

    - Nadie sobrevivirá al bombardeo, los que lo hagan desearan no haberlo hecho.

    - Debemos terminar rápido, les enviarán más refuerzos, y si eso pasa tendremos que retirarnos una vez más. Y no pienso hacerlo.

    - ¿Y tú que harás?

    - Tengo que preparar a mis creaciones, si esos refuerzos llegan antes de que el pueblo caiga, voy a liberar toda la furia de mi clan y los masacraré, no me importa que tus tropas estén en el medio, son reemplazables.

    Blistrox vio con odio a Queek, estaba harto de que creyera que su clan fuese mejor que el suyo, un día de estos lo hartaría y lo sacrificaría a la Gran Rata Cornuda. Pero por ahora, era su aliado y no tenía más remedio que obedecerlo, ahora le enseñaría el poder del clan Pestilens, y había más de ochocientos ponis atrapados en Ponyville para usar sus diabólicas armas contra ellos.

    11. Un nuevo asalto

    Capítulo 10

    "Un nuevo asalto"

    - ¡Tomen posiciones de combate!

    - ¡Vamos, vamos!

    Apenas habían pasado unos minutos desde que los Skavens, habían comenzado a reunirse cuando varios rayos de color verde impactaron en el escudo de Twilight, una vez que estos golpeaban el escudo, creaban una brecha en él, pero la magia de Twilight cerraba las brechas antes de que los Skavens tuviesen la oportunidad de entrar en Ponyville.

    Starlight estaba preocupada de un posible daño mágico a su amiga, por lo que fue a buscarla por el castillo y la encontró en la biblioteca, tirada en el suelo mientras gritaba de dolor.

    - ¡Ahhh!

    - ¡Twilight! ¿Estás bien? – Starlight le aplicó un hechizo de curación y la ayudó a incorporarse.

    - ¡Starlight! ¡Necesito… que supervises… la defensa!

    - ¡No! ¡No puedo hacerlo!

    - ¡Starlight, me estoy quedando muy débil! ¡Debo contactar a Celestia o de lo contrario todos moriremos!

    - ¡Pero no soy una guerrera!

    - Puedes hacerlo, has demostrado ser una pony muy poderosa y capaz de reemplazarme como princesa en Equestria.

    - ¡No digas eso! ¡Suena a que te estás despidiendo!

    - ¡Starlight! ¡Solo quiero que me ayudes mientras hablo con Celestia!

    - Pe…pero, está bien, lo haré.

    - Gracias, ya sabes hacer el hechizo de protección. Sólo me ausentaré unos minutos, quiero que vayas a las torres del castillo, tenemos una sorpresa para los Skavens.

    Starlight, abrazó a su maestra y salió galopando de la biblioteca, en dirección a las torres del castillo. Afuera, Applejack, Rarity y Fluttershy se organizaban con las tropas en el pueblo, ya podían ver a las formaciones de guerreros rata acercándose.

    - ¡Necesito veinte guerreros protegiendo esa calle!

    - ¡Recuerden su entrenamiento y así vivirán un día más para luchar!

    - ¡Fluttershy! ¿No has visto a Pinkie?

    - No, no la he visto desde la mañana… ¡Ahhh!

    Una enorme lluvia de proyectiles comenzó a caer sobre el escudo, al impactar se deshacían, ya que no estaban pensados para atravesar el escudo, estos proyectiles eran redes llenas de miembros cercenados, entrañas y huesos, tanto de ponys como grifos, era un espectáculo horrible que desmoralizó a la guarnición.

    - ¡Oh por Celestia!

    - ¡Estamos perdidos!

    - ¡Debemos rendirnos!

    Applejack estaba sumamente nerviosa, no podía comprender como esta raza podía ser tan cruel y despiadada, ya que pudo ver entre los restos que estaban desperdigados en el escudo, varias cabezas de potrillos. Rarity estaba a punto de desmayarse, ya que nunca creyó que presenciaría un acto tan despiadado y cruel, pero sin duda la más afectada era Fluttershy, que sólo veía el escenario con sus ojos desbocados de terror.

    - ¡Permanezcan en sus posiciones! – Les gritó Applejack, a unos soldados que estaban a punto de huir, presos del pánico.

    Los guardias continuaron en formación, pero ahora dudaban de sus princesas y su liderazgo, se preguntaban si habría una mejor alternativa o algún ser que los guiará en esta difícil situación. Afortunadamente las chicas recibieron un poco de ayuda por parte de algunos de los ponys de la ciudad, quiénes tomaron instrumentos de labranza y formaron un regimiento de milicia para ayudar en la defensa, al frente estaba Big Mac.

    - ¡Big! ¿Qué haces aquí? Debes volver con Sugar Belle. – Le gritó Applejack al verlo.

    - Nop, está a salvo en el hospital.

    - Pero Big, vas a ser padre. Tú deber está con tu esposa y tu hijo.

    - Sip, así es, pero no dejaré morir a mi hermana en este infierno y si no peleo hoy, mi hijo no tendrá futuro. Estaré contigo hasta el final.

    - ¡Cúbranse!

    Un nuevo proyectil, impactó el escudo creando un enorme boquete que se cerró de inmediato, pero no por un rayo morado si no por un rayo de color verde agua. Era la magia de Starlight, quién ahora había tomado el control del escudo de Twilight, provocando la furia en Queek.

    - ¡Blistrox! ¡¿Qué demonios significa eso?!

    - ¡Alguien acaba de reemplazar a la alicornio! Debió ser su estudiante.

    - ¡Cambio de planes! ¡Que Vermalanx ataque, eso los distraerá!

    - ¿Y el asesino que contrataste? ¿Cuándo va a cumplir su parte?

    - Un asesino no trabaja bien bajo presión, atacará cuándo se sienta listo, dile a tu sirviente que ataque ahora o el clan Pestilens necesitará un nuevo líder.

    Blistrox lo insultó en voz baja y alzando su Incensario ordenó lanzar una roca con una de sus Garrapultas y al impactar en el escudo, la roca iluminó Ponyville con una cegadora luz verde y todos los defensores fueron cegados por la intensa luz.

    - ¡Cierren los ojos! – Le gritó Rarity a las tropas - ¡No volteen a verla directamente!

    Rápidamente la luz se desvaneció, una vez que los ponys pudieron ver de nuevo, comenzaron a notar como en la plaza central de Ponyville, se empezaba a formar un hoyo y de repente, salieron miles de guerreros Skaven quiénes se lanzaron contra los soldados, pillados totalmente por sorpresa.

    Una feroz batalla comenzó en el interior de Ponyville, los guardias apenas tuvieron tiempo para reaccionar ante la enorme marea de guerreros rata que comenzaron a atacarles, estos guerreros eran como los que atacaron Trottingham, llenos de pústulas, pelaje corroído, con costras o secretando pus de sus heridas que parecían no importarles en lo absoluto, eran los guerreros del clan Pestilens.

    Los pocos guardias que se encontraban en la plaza trataron de frenar a los Skaven, pero su número era de al menos cuarenta contra uno. Lentamente y a un enorme costo en vidas, los guardias se sobrepusieron a los Skaven, ya que a pesar de la superioridad numérica, estos guerreros carecían de la disciplina de un ejército y gracias a la intervención tardía de Big Mac y la milicia de Ponyville, la horda fue detenida.

    - ¡Sellen ese túnel ahora!

    - ¡En camino!

    Cuatro unicornios de la Guardia del Crepúsculo, comenzaron a correr hacia la madriguera, luchando contra todos los guerreros rata que iban a por ellos, pero gracias a su magia y a un buen entrenamiento, ninguno era rival para ellos.

    En el medio de la batalla, la carnicería era tremenda, brazos y piernas amputados, entrañas desparramadas, cadáveres y heridos por doquier así como enormes ríos de sangre era lo que cubría la plaza central de Ponyville y algunas calles aledañas. Mientras los combates proseguían para cerrar la madriguera, debajo de ellos un terrible peligro acechaba a los defensores de Ponyville.

    - ¡Tráiganla! ¡Ahora! – Le gritaba Vermalanx a su esclavos que parece tenían problemas para acatar su orden.

    Una legión de esclavos Skaven jalaba una cadena mientras intentaban traer con ellos a una bestia, que debía ser mucho más fuerte que ellos ya que cuándo avanzaban un metro, el jalón que les propinaba la bestia los hacía retroceder cuatro metros.

    - ¡Esclavos inútiles! ¡Tráiganla o voy a matarlos a todos yo mismo!

    - ¡Se…señor Vermalanx, es demasiado fuerte para nosotros!

    Vermalanx, no era el Skaven más paciente del mundo, por lo que se lanzó contra el esclavo y con sus propias garras y dientes, lo despedazó vivo.

    - ¡¿Alguien más?! – Le preguntó Vermalanx, manchado de sangre al resto de esclavos que lo vieron con una mezcla de miedo y odio – Debí saberlo, tráiganla ahora o serán su alimento.

    Sin más remedio, los esclavos tomaron la cadena y volvieron a tirar de ella, provocando la furia de esta criatura.

    En la superficie, Twilight trataba de comunicarse con Celestia a través de un diario, idéntico al que Sunset utiliza para comunicarse con ella, ya que era imposible enviar un mensaje a través de la magia directa.

    - ¡Necesitamos los refuerzos! ¡Nos asedian desde bajo tierra! ¡Por favor ayúdenos!

    Esto era lo que decía el mensaje de Twilight para su mentora, sin embargo no respondió al cabo de cinco minutos con sólo una respuesta:

    - Refuerzos comprometidos en Yeguadelfia, trataré de enviar ayuda de otra parte. Resistan.

    La respuesta de Celestia, no sólo era desalentadora, si no también muy preocupante, ya que había un segundo asedio en Yeguadelfia que debía ser detenido, solo quedaba esperar a que alguien más enviase ayuda antes de que los Skaven se sobrepusieran a las fuerzas de Ponyville. Twilight estaba tan devastada y pensativa, que no vio como a un asesino Skaven salía sigilosamente del techo en dirección a ella. En las torres, Starlight mantenía el escudo mientras contemplaba la batalla que se perpetraba a sus cascos, quería ir a ayudarlos, pero mantener el escudo requería su total atención y si se distraía por un segundo, los Ingenieros Brujo de Queek, destruirían lo único que impedía la derrota de los ponys.

    En la biblioteca también había un combate, el asesino se había lanzado contra Twilight, pero gracias a un pequeño espejo que Rarity había instalado hacía unas pocas semanas lo había delatado, dándole la oportunidad a Twilight de defenderse y contraatacarlo, pero los asesinos Skaven eran los mejores en el Viejo Mundo, Twilight estaba cansada y demasiado débil como para ser una molestia, apenas podía conjurar hechizos básicos de protección, mientras que el Skaven la atacaba sin piedad con dos cuchillas envenenadas.

    - ¡Ríndete ahora y te mataré rápido y sin dolor!

    - ¡No! Equestria me necesita, así como mis amigas.

    - ¡Ja! Eres una tonta – El Skaven se lanzó contra ella, propinando varias puñaladas contra Twilight que a duras penas esquivó, pero la última logro clavarse en su costado, Twilight se quitó el cuchillo con su magia pero comenzó a sentirse mareada y agotada - ¡Mírate! Apenas estás consciente, no puedo creer que ya llevemos tres minutos peleando, así que voy a ahórrale el gusto a Queek de matarte personalmente.

    - ¡Nooo!

    Rápida como una bala, Pinkie se había lanzado contra el asesino tacleándolo e inmovilizándolo en el suelo. Sin embargo, la rata se reincorporó rápidamente y abrió sus fauces mostrando sus afilados colmillos, pero Pinkie no se acobardó y se puso entre Twilight, quien parecía estar a punto de perder el conocimiento y el asesino. Los dos se enzarzaron en combate propinando golpes, mordidas y cuchilladas, el asesino era muy bueno y Pinkie podía no ser una guerrera, pero estaba defendiendo a una de sus amigas, un motivo más que suficiente para dar lo mejor de sí. Tras un minuto, ambos se separaron, el Skaven se frotaba lastimosamente uno de sus brazos ya que una patada de Pinkie se lo había roto, mientras que ella tenía varios cortes y rasguños en la cara y su cuello.

    - Increíble, ni siquiera un Orco Negro me había dado tanta resistencia, ¿Cómo te llamas niña?

    - Pinkie Pie.

    - Es bueno saber el nombre de tus víctimas, aunque sean nombres tontos, de todas formas, La Gran Rata Cornuda se contentará con tu muerte.

    - Entonces ¿Qué estás esperando? – Lo retó.

    El Skaven dio un gran salto con sus cuchillos en alto y Pinkie también lo atacó con sus patas, pero la agilidad del asesino era superior. Esquivando el golpe, el Skaven aterrizó sobre el lomo de Pinkie y le abrió la garganta con sus deformes cuchillas. Afuera del castillo, tanto Rarity, Applejack, Fluttershy y Starlight pudieron sentir un terrible dolor en el corazón, inclusive Twilight que estaba envenenada y Rainbow que yacía inconsciente en el hospital. La herida dejaba correr una gran cantidad de sangre, el cuerpo de Pinkie, cayó como un costal y empezó a temblar en el suelo mientras el Skaven la tomaba de la melena y le hablaba a su rostro sin vida.

    - ¡Estúpida Yegua! No puedo creer, que hubieras dado tu vida por salvar a esa estúpida que ni puede salvarse a sí misma.

    - ¡Pinkie! ¡Háblame! – Twilight estaba tratando de acercarse al cadáver de su amiga, pero apenas podía moverse y estar despierta debido al veneno.

    - Tranquila princesa, en un momento se le unirá, pero antes debo cerciorarme de no dejar cabos sueltos – Y tras decir esto, le rompió el cuello.

    - Ahora, es su turno.

    El asesino levantó sus cuchillos llenos de sangre y se dispuso a acabar con la vida de Twilight, quién no podía defenderse, por lo que cerró lentamente los ojos pidiendo perdón a todos los que confiaron en ella y les había fallado terriblemente.

    - ¡Jajajajajaja!

    - ¡Imposible! Deberías estar muerta.

    - Mataste a Pinkie, no a mí. – Le respondió el cuerpo que estaba en el suelo, que comenzó a levantarse mientras el asesino veía aterrado esta escena. Lo que fuera este ser, no era propio del orden común de la naturaleza ya que con sus cascos delanteros se había vuelto a acomodar el hueso del cuello y así pudo levantar su rostro.

    Sus ojos estaban blancos, su piel se había tornado más clara, su melena se había tornado lacia, su garganta seguía emanando sangre y lo más retorcido de todo era su sonrisa, llena de locura y maldad.

    - ¿Quién eres tú? ¿Alguna creación de la Nigromancia?

    - No, no, no. Pequeño tontito, soy una más, su otro yo.

    - ¿Qué quieres decir con eso?

    - Yo no soy Pinkie. Te atreviste a hacerle daño y ahora voy a matarte.

    - ¿Quién eres? Antes de que termine contigo.

    - La última cara que verás. Pinkamena Diane Pie.

    Tras decir su nombre, Pinkamena dio un salto, mucho más rápido que lo había hecho el asesino y sin darle tiempo a reaccionar le metió el casco por la boca atravesándolo cómo si se tratase de un papel. Al sacarle el casco, que estaba rojo por la sangre se lo llevó a la boca, comenzó a chuparlo y empezó a reírse como una loca, mientras Twilight se desmayaba, incrédula de lo que acababa de ver.

    Afuera del castillo, la batalla entre milicianos y guerreros Skaven estaba en un punto muerto, ya que ningún bando conseguía ventaja sobre el otro y mientras los refuerzos Skaven, no pudiesen atravesar el campo de fuerza de Starlight, Ponyville tenía esperanzas. Los unicornios que se habían adentrado entre la marea de Skavens a base de cercenar cabezas y miembros enemigos finalmente habían llegado a la entrada del túnel por dónde seguían entrando más y más guerreros.

    - ¡Debemos volarlo! ¡Hechizos explosivos ahora!

    Los tres unicornios lanzaron un potente hechizo que se coló por el agujero y explotó dentro del túnel, calcinado a los Skavens dentro de él.

    Los Guerreros del Clan que estaban afuera, al ver como se colapsaba su vía de escape comenzaron a huir aterrados, tratando de cavar otro túnel o corriendo a través del pueblo, pero no había salida, Ponyville se había convertido ahora en un matadero de ratas.

    - ¡Lo logramos!

    Los ponys comenzaron a celebrar su victoria, tras haber matado al último guerrero que quedaba con vida, las chicas también estaban felices de que todo hubiese acabado por ahora.

    - ¡Big! ¿Estás bien?

    - He estado mejor hermana – Le respondió Big Mac que tenía una mordedura en una de sus patas y Fluttershy se la estaba vendando.

    - Qué bueno que todo acabo por ahora, pero me preocupa algo. ¿Sentiste algo mientras estábamos peleando?

    - No quiero pensar en eso Rarity – Le dijo Applejack quién se estaba arreglando el sombrero campirano de su padre – Pero será mejor que vayamos al castillo antes que… ¡Wow!

    De repente el suelo había comenzado a temblar violentamente, justo dónde había estado la madriguera.

    - ¡Han vuelto! ¡Prepárense!

    Los ponys volvieron a tomar sus armas y se habían colocado en torno a la tierra que se estaba levantando nuevamente, pero esta vez había algo diferente, cuándo los Skavens salieron del túnel lo habían hecho de forma rápida y sin reparo, mientras que lo que estuviera debajo de la tierra en esta ocasión, le tomaba mucho más tiempo. Y entonces surgió.

    Una montaña viviente de carne deforme, comenzó a moverse con una constante cadencia de espasmos antinaturales, retorciéndose como un gusano, usando sus múltiples extremidades para empujar hacia delante su horrenda mole. En varias partes del cuerpo le habían añadido injertos mecánicos como ruedas, engranajes y depósitos que inyectaban y bombeaban fluidos diversos, para asegurarse de que la criatura se moviera a una velocidad óptima, y que su metabolismo ultra-rápido recibiera regularmente nuevas dosis de agentes mutágenos de Piedra de Bruja. De la informe masa de músculos y huesos que formaban la parte frontal de la bestia, brotaban tres cabezas, todas ellas con aspecto de alimañas, pero algunas completamente calvas, como si fueran monstruosos fetos de rata. Una de estas cabezas estaba dotada de ojos, pero las otras estaban completamente ciegas y estiraban sus cuellos intentando detectar a sus presas por el olfato, silbando entre dientes y lanzando al aire dentelladas con sus incisivos afilados como cuchillas, mientras los horrorizados ponys sólo podían ser testigos de una de las armas más letales entre los clanes Skaven y el mayor logro del clan Moulder, La Abominación del Pozo Infernal.

    12. Tiempos Oscuros en el Viejo Mundo

    Queridos lectores de "Enemigos Siniestros" recientemente, mi historia recibió una crítica muy negativa por parte de un warhamero que según él, he humillado el lore de Warhammer, mi intención nunca fue esa ya que desde el principio avise que no quería mofarme de este universo ficticio. Sin embargo, desde esa crítica me han llovido mensajes de más fans de Warhammer Fantasy exigiendo que borre esta historia de inmediato, así que como no quiero meterme en problemas con el fandom de Warhammer, la historia entrará en hiatus.

    No es una decisión fácil ya que sé que hay algunos de ustedes que les gusta mucho, pero la situación actual me ha obligado a tomar estas medidas. Pero si quieren que continué la historia pueden enviarme un INBOX demostrando su apoyo a la historia y sin importar lo que opinen los warhameros continuaré escribiendo. Se despide GorkoMorko88 espero me apoyen, si no pueden apoyarme, quiero que sepan que fue un placer traerles este contenido.

    13. Posibles Aliados

    Capítulo 12

    "Posibles aliados"

    Era una mañana hermosa en Ulthuan, la isla de los Altos Elfos. El cielo era de un color azul muy intenso, los campos y colinas rebosaban de vida, algo que no se veía en la isla desde hace milenios, de hecho ningún elfo recordaba tanta paz en Ulthuan. Sentado en su trono estaba el Rey Fénix Teclis y a su lado la Reina Eterna, su esposa Vidrian, estaban deseosos de la llegada de sus aliados para discutir sobre asuntos muy importantes de la guerra. Después de todo Mazdamundi se había comunicado con él a través de sus poderes psíquicos solicitando este Consejo, se había perdido todo un milenio de vida y tenían que explicarle todo lo que había pasado y debía pasar.

    Después de la derrota del Caos en el Viejo Mundo, los Altos Elfos y los Hombres Lagarto lideraron un enorme ejército a las tierras de Naggaroth dónde libraron una feroz guerra contra los ejércitos de Elfos Oscuros, comandados por el Rey Brujo Malekith. Esta guerra duró un siglo, en dónde el odio y la crueldad alcanzaron niveles desenfrenados entre ambos bandos, finalmente el Rey Brujo fue derrotado en la batalla de Naggarond pero el Rey Fénix Finubar había muerto durante la batalla y la Reina Eterna había sido asesinada por un asesino Elfo Oscuro. Todo fue un plan de Morathi, la madre de Malekith y la creadora del culto al placer. Morathi, Malekith y los principales líderes de los Elfos Oscuros fueron llevados ante el Consejo de la Alianza del Orden, tras un exhaustivo juicio todos los prisioneros fueron condenados a muerte.

    Cuándo las ejecuciones fueron llevadas a cabo, los Aliados dieron por terminada esta guerra y los Altos Elfos regresaron a su hogar para recuperarse de las heridas y expandir sus dominios por Naggaroth, pero se necesitaba un Rey Fénix que los liderara y muchos creían que el elegido seria Tyrion, el mayor héroe de Ulthuan, pero Tyrion rechazó ese honor, él vivía para luchar por Ulthuan y ser coronado Rey Fénix le impediría estar en el campo de batalla por lo que le pasó el honor de la prueba a su hermano Teclis, el más grande mago élfico. Teclis era todo lo contrario a su hermano, Tyrion era valiente, robusto, experto en las artes bélicas y la estrategia mientras que Teclis era flaco, pálido, a veces considerado un cobarde y sin ningún talento para dirigir ejércitos, pero era muy inteligente, paciente y capaz de dominar todos los saberes de la magia conocidos. Cuándo Teclis tuvo que pasar por la flama de Asuryan (un ritual en dónde el candidato a Rey Fénix debe atravesar un fuego mágico y sobrevivir a él como si se tratase de un fénix), tuvo bastante miedo de no ser aceptado y quedar marcado como Malekith (lleno de quemaduras que podrían causarle una muerte horrible) pero su ansia de superarse a sí mismo venció a su miedo y reuniendo valor entró al fuego y al atravesarlo lo hizo como Rey Fénix de Ulthuan. Una semana después contrajo matrimonio con Vidrian, la princesa guerrera de la provincia de Yvresse coronándola como la nueva Reina Eterna. El reinado de Teclis trajo una nueva época de riqueza, paz y poder a los Altos Elfos que no se veía desde el reinado de Caledor I, una paz que duraría varios siglos hasta que el Gran Rey enano Orgrim declaró la guerra a los Elfos y Hombres Lagarto.

    La Guerra de elfos y hombres lagarto contra los humanos y los enanos no estaba progresando, ya se habían perdido miles de vidas en esta guerra que estaba resultando tan devastadora como las guerras libradas contra el Caos. Las antaño densas selvas de los hombres lagarto fueron taladas por los enanos, los hombres se internaban muy a menudo en Athel Loren, hogar de los Elfos Silvanos, obligándolos a trabar batallas que estaban mermando sus números. Los Hombres Lagarto se habían desquitado de la peor forma con los enanos, enviando expediciones a las montañas del Fin del Mundo con el fin de arrasar con los asentamientos y minas enanas, otras tenían el objetivo de atraer a los Pieles Verdes hacia los territorios de Karaz–Ankor. Miles de enanos murieron y el éxito que Thorgrim había conseguido recuperando algunas fortalezas perdidas, se perdió durante esta guerra de odio que el Gran Rey Orgrim había provocado quién siempre trataba de reunir un ejército para atacar Zlatlan pero le era imposible.

    Los Altos Elfos, siempre estaban apoyando a sus primos del bosque. Todos los días, los Barcos Dragón surcaban el Gran Océano llevando tropas y suministros al exhausto reino de Orión, que desembarcaban en la capturada ciudad de Bordelaux y eran llevadas hasta el Claro del Rey. Los Altos Elfos también llevaban la guerra al Imperio atacando las poblaciones costeras de Nordland, sus flotas trababan sangrientos combates contra la Armada Imperial y la Armada Bretoniana saliendo victoriosos de casi todos los combates, además llevaban un asedio de veinte años sobre Marienburgo, la ciudad más rica del Viejo Mundo.

    Cuándo Mazdamundi despertó de su levitación, solicitó a uno de sus generales de mayor confianza llamado Kroq-Gar (Un guerrero Saurio tan viejo como el mundo mismo), que alistara algunos preparativos para partir de inmediato a Ulthuan y llevar a cabo una reunión entre Elfos y Hombres Lagarto.

    Lustria aún no era víctima de ataques ya que algunos Slann habían creado una barrera de protección mágica alrededor de su tierra natal y cada vez que el Imperio o Bretonia enviaban ejércitos a través del Gran Océano, la barrera provocaba tormentas o despertaba a los temibles monstruos marinos que acechan los mares de Lustria. En su Cámara de las Estrellas, en lo alto de la pirámide de Hexoatl Mazdamundi se comunicó telepáticamente con sus hermanos para informarles de la reunión, dejando a cargo al Slann Tepec-Inzi otro de los grandes héroes de la guerra contra el Caos y los Elfos Oscuros. Después montó a su Estegadón Zlaaq y se encaminó a Ulthuan escoltado por un ejército completo de Guardia del Templo, Kroxigors, Eslizones, el mismísimo Kroq-Gar a lomos de su Carnosaurio Grymloq y el poderoso Gor-Rok. A pesar de que Lustria ya no estaba bajo la amenaza de los Skavens del clan Pestilens, siempre ha estado en guerra contra los Orcos Salvajes y la sagrada tierra selvática estaba infestada de estos nocivos seres vivos, afortunadamente ninguna tribu se interpuso entre el camino de este ejército hasta su destino en las costas cercanas a Xlahuanpec, ahí Mazdamundi usó su poder para despertar a los dragones marinos los cuáles dejaron que el ejército del Slann subiera en sus lomos y los llevaron hasta Ulthuan, que les tomaría más de un mes en llegar.

    Mientras tanto, los Elfos Silvanos estaban en un aprieto, una nueva intrusión de soldados imperiales acompañados por matadores enanos había provocado otra gran batalla en Athel Loren que Orión apenas pudo ganar gracias a la intervención de Durthu y sus hombres árbol.

    Mientras los Elfos Silvanos recogían a sus muertos, Orión estaba curándose una herida que había recibido en un brazo, producto de una bala de arcabuz cuándo el imponente Durthu se acercó a el

    - Durthu, el Claro del Rey está en deuda contigo amigo mío.

    Durthu que no entendía bien el lenguaje humano, solo se pudo comunicar a través de él con el lenguaje élfico.

    - Aiya Orión, eksetay bediyaneht? (Hola Orión, ¿Estás bien?)

    - Sólo es un rasguño, viviré.

    - Orión, enomentuvalve iroht ayem Ulthuan (Orión, debemos ir a Ulthuan)

    - No podemos abandonar el bosque ahora, hay demasiados enemigos tratando de entrar.

    - Lyem hekroman Naestra dim Arahan ceskamin Athel Loren. (Las hermanas Naestra y Arhan cuidarán Athel Loren)

    - Muy bien, me reuniré con Ariel y te veré en Arwylon, de ahí partiremos a Bordelaux, espero que los Elfos de Ulthuan ayuden en la defensa del bosque mientras no estamos.

    El anciano hombre árbol le dio una palmada en la espalda a Orión para tratar de calmarlo, pero casi logró romperle el hombro. Al cabo de dos días, Orión, su esposa Ariel y Durthu estaban juntos y se dispusieron a partir hacia Bordelaux con algunos miembros de la Guardia Eterna, en dónde un barco de los Altos Elfos los estaría esperando para llevarlos a Ulthuan en el camino se les uniría el príncipe Tyrion para escoltarlos personalmente junto a un ejército de arqueros y lanceros.

    Afortunadamente no había tropas bretonianas por la zona y el ejército de Altos Elfos que se unió a la escolta era increíblemente grande y muy disciplinado, Tyrion les dijo que estas tropas volverían a Athel Loren una vez que estuviesen a bordo del barco para ayudar a los Elfos Silvanos mientras sus líderes estuvieran fuera del bosque.

    Pasaron varios días de marcha, en los que Orión y Durthu se sintieron muy raros ya que no acostumbraban a aventurarse tan lejos del bosque y finalmente llegaron al puerto de la ciudad de Bordelaux que desde su caída desde hace tres años a manos de Teclis, estaba siendo reconstruida como una colonia élfica. Las tropas abordaron la nave "El fénix Caledor", un barco dragón de color blanco, como una nube, su casco estaba majestuosamente tallado a mano, tenía dibujos de dragones atacando a demonios del Caos y sus velas eran de color azul cielo con el emblema de Ulthuan en el medio. Esta nave llevaba siglos surcando los mares y había derrotado a todo tipo de naves en su historia, simplemente se encontraban quizá ante la mejor nave de todo el Viejo Mundo. Los elfos abordaron y se aventuraron a Ulthuan, pero tras dos días de viaje, la nave se encontró frente a un galeón imperial "El grifo de Nuln" que obstruía el paso entre el barco dragón y su destino.

    - ¡Barco a la vista!

    - ¡Capitán Garidion! Armas del barco en línea y listos para repeler abordaje.

    - ¡A la orden príncipe Tyrion!

    - Orión, te necesitaré en esta batalla junto a Durthu y a la Guardia Eterna.

    - Claro, te ayudaremos, ¿Cuál es el plan de ataque?

    - Usar las Espadas Dragón contra el navío enemigo para destrozarlo, pero para embestirlo debemos acercarnos y ellos tienen mayor poder de fuego que nosotros con esos tubos de hierro que llaman cañones.

    - Pero tienes artillería en este buque.

    - Son lanza virotes de repetición, no tienen tanto alcance como los cañones y menos penetración. Serán útiles para matar a los marineros enemigos, pero nuestra mejor alternativa es usar las Espadas Dragón y partir la nave en dos, después nos enfrentaremos a los marineros enemigos que nos aborden. Prepárate.

    A la distancia, "El grifo de Nuln" se estaba acercando peligrosamente al barco élfico y a bordo de él, algunos marineros estaban cargando los cañones del barco, otros aseguraban la carga o sacaban las armas de la armería y se las entregaban a sus compañeros. El capitán de este barco era Maximilian Von Der Decken, un capitán que había ganado mucha fama en la Armada Imperial por haber hundido a muchos Armatoztez orcos durante su carrera y estaba deseoso de añadir un barco dragón a su lista.

    El galeón viró a estribor apuntando sus cañones de ese lado al barco élfico que surcaba las olas, sin miedo, en dirección hacia su enemigo, los segundos parecían horas mientras que ambas tripulaciones se preparaban para luchar o rezaban a sus dioses respectivos y finalmente el galeón disparó una salva de cañonazos contra el barco élfico, afortunadamente aún estaban fuera del alcance de los cañones y la ventaja del barco dragón es que es mucho más rápido y maniobrable que los barcos imperiales, Tyrion lo sabía, por ello ordenó al capitán que persiguiera los piques (los impactos fallidos) para acercarse al galeón y reducir las probabilidades de recibir un impacto. La estrategia funcionó, los marineros imperiales fueron incapaces de asestar un solo tiro al veloz buque y el lento proceso de recarga de los cañones ayudaba a los elfos a acercarse más y cuándo estuvieron a veinte metros de distancia los lanza virotes entraron en acción disparando enormes virotes contra los mástiles, otra batería comenzó a usar munición de dispersión sobre la cubierta matando a varios tripulantes. Faltaban menos de diez metros para impactar al galeón y entonces los arqueros elfos lanzaron una lluvia de flechas sobre el barco pero a su vez, los tripulantes del galeón les dispararon con ballestas y arcabuces matando a algunos elfos y de repente una bala de cañón golpeó en plena cubierta al Barco Dragón, matando al capitán y a otros siete elfos, pero su muerte no sería en vano. Dos segundos después las Espadas Dragón golpearon el casco del galeón y lo atravesaron como un cuchillo caliente a la mantequilla y en menos de diez segundos el poderoso "Grifo de Nuln" se hundió bajo las olas llevándose a más de la mitad de los marineros y al capitán con él. Pero varios tripulantes lograron abordar al barco dragón y se enfrentaron a los tripulantes élficos en violento combate cuerpo a cuerpo, pero los marineros no se enfrentaban a guerreros elfos normales, estos eran soldados de la Guardia del Mar de Lothern, tropas acostumbradas al combate naval ya sea contra monstruos marinos o los letales corsarios de los extintos Elfos Oscuros, por lo que simples humanos no eran nada del otro mundo. Diez minutos después, solo quedaban doce marineros del galeón y estaban rodeados por el contingente élfico, de inmediato se rindieron ante ellos. Tyrion los encerró en la prisión de la nave pero los trató con delicadeza y con honor, tal vez sean enemigos pero antaño, los humanos, elfos, enanos y hombres lagarto, pelearon codo con codo contra las hordas del Caos y eso es algo que nunca será olvidado.

    Tras varias semanas de navegación, el barco atracó en el puerto de Lothern en donde Teclis y Mazdamundi ya los estaban esperando. Orión se quedó mirando la hermosa ciudad, con su estatua de bronce en honor al Rey Fénix, la Torre Resplandeciente y la imponente Puerta Esmeralda, llena de arqueros y lanceros elfos. Entonces Orión recordó el tiempo en que vivió aquí, antes de irse a vivir a las colonias élficas en el Viejo Mundo, hace más de cuatro mil años.

    - ¡Bienvenidos sean a Ulthuan!, sé que hubo problemas en el viaje, así que nos reuniremos mañana en los jardines del palacio para discutir sobre la guerra y un mensaje que Mazdamundi quiere darnos.

    - Gracias Rey Fénix, si no le molesta, mi amigo, mi esposa mis tropas y yo nos quedaremos en los bosques cercanos a la ciudad, no estamos acostumbrados a este ambiente.

    - Les recomendaría no hacerlo, es peligroso estar en los bosques de noche.

    - Descuide, si hemos sobrevivido cuatro mil años en el Bosque de Athel Loren, dudo que vayamos a morir en un bosque de Ulthuan por una noche.

    - Está bien pero antes, acompáñennos en el banquete de bienvenida de esta noche.

    - Será todo un honor.

    El banquete estaba pensado para recibir a los líderes de la Alianza Ancestral y por ello, se habían preparado banquetes de cada reino, para los Elfos Silvanos comida sacada de los bosques, tales como carne asada de siervo, codorniz, jabalí y una gran variedad de raíces, los Altos Elfos por su parte habían preparado una gran variedad de platillos que en su mayoría eran vegetales raros y que según Teclis eran endémicos de la isla, así como exquisitos vinos. Para los Hombres Lagarto, fue un poco difícil encontrar sus alimentos ya que son depredadores en su tierra natal, pero lo compensaron con carne cruda de todo tipo de especies provenientes del Viejo Mundo y una gran variedad de peces y frutas exóticas.

    Acompañados de bella música, tocada por los mejores músicos de la isla se pudo decir que fue una noche en la que las penas y la guerra quedaron en segundo plano. Al día siguiente, Teclis, su esposa y Tyrion se dirigieron muy temprano hacia los jardines reales para reunirse con los aliados, al llegar vieron a la delegación de los Elfos Silvanos esperándolos y a la de los Hombres Lagarto. Al llegar, Teclis se sentó en un trono que le trajeron sus leales sirvientes al lado de Vidrian mientras que Tyrion se quedaba de pie, Orión y Ariel se sentaron en unos bancos hechos de mármol que había en el jardín, Durthu se quedó de pie, Mazdamundi estaba sobre su palanquín mientras que Kroq-Gar y Gor-Rok estaban a su lado de pie.

    - Es hora de discutir los puntos necesarios sobre esta guerra, Tyrion ¿cuál es la situación?

    Usando su magia, Teclis hizo aparecer un mapa del Viejo Mundo.

    - Marienburgo resiste, pero nuestras fuerzas se mantienen firmes con el asedio, en las tierras de Bretonia el Rey Philip Argent dirige un ejército hacia Bordelaux con la intención de recuperarla, pero he reforzado las defensas con tropas de la Guardia del Fénix y varios Yelmos Plateados. El Emperador Gustav Reinderhof está ocupado con una invasión de orcos que está devastando Hochland y Stirland, pero el verdadero peligro son los Von Carstein, están reforzando sus ejércitos en Sylvania, se preparan para entrar en la guerra.

    - Gracias por tu información hermano, Kroq-Gar, ¿Sabes algo de las Tierras del Sur?

    - Enanos atacan sagradas selvas, muchos saurios defienden y mueren por su hogar, en la Jungla Maldita, envenenaron los pozos de desove. Y los esqueletos de Nehekara se han lanzado contra Zlatlan, el Slann Ixtlimandi defenderá ciudad hasta el final. Pieles Verdes atacan todo el tiempo nuestro hogar, pero hemos luchado con ferocidad y estamos conducido a una tribu en camino a capital enana. Pagarán por envenenar ese pozo.

    - Lamento oír eso, no esperaba que Khemri se uniera a los enanos. Tenía fe en que serían neutrales. Tendré que enviar refuerzos a las Tierras del Sur, ¿Quieres añadir algo Orión?

    - Nada, pero mi pueblo ya no resistirá más, la última batalla dejó a muy pocos Asrai para luchar en defensa del bosque, así que debo decirles algo.

    - ¿Qué es?

    - Si quería asegurar la supervivencia de mi pueblo debía buscar más ayuda, así que acordé una alianza entre la Luna Torzida y El Claro del Rey.

    Por un momento todos se quedaron estupefactos, el escuchar que Orión se había aliado con los Goblins Nocturnos de la Luna Torzida era considerada una locura. Skarsnik es quizá el Goblin Nocturno más artero, cruel y despiadado que haya existido además de ser el Kaudillo de la tribu, su fama es muy bien reconocida por haber derrotado al Clan Mors en la Batalla del Gran Valle, dentro de la fortaleza enana de Karak-Ocho-Picos y haberlos obligado a huir. Después atacó a un maltrecho ejército de enanos liderados por Belegar Martillo de Hierro en la Batalla de la Ciudadela, tras un asedio de cincuenta y cinco días, Skarsnik y sus Goblins atravesaron las defensas y masacraron a todas las tropas enemigas, después retó a duelo al rey enano, Belegar estaba tan furioso por la derrota que sin pensarlo con claridad se lanzó contra él, pero el tramposo Goblin le arrojó su mascota Gobbla, un feroz garrapato que devoró a Belegar de unos cuántos mordiscos, dejando únicamente su barba y su yelmo que fueron tomados como trofeo por el Kaudillo. Desde entonces, los enanos no han vuelto a tratar de recuperar su fortaleza mientras Skarsnik esté al mando.

    Orión les explicó a sus aliados que no fue una decisión fácil, pero los enanos le tienen tanto miedo a Skarsnik que está convencido de que no atacarán el bosque cuándo se enteren de su alianza con el Kaudillo.

    - Orión, sé que estás desesperado por proteger tu hogar, pero aliarte con esos parásitos es caer muy bajo.

    - No tuve opción Teclis, mi gente está sufriendo más que cualquiera en esta guerra, si quiero que los míos sobrevivan debo tomar medidas drásticas. Además no podrás enviar ejércitos todo el tiempo a Athel Loren, el Goblin prometió enviar un ejército durante el invierno y proteger el bosque por mí.

    - ¿A cambio de qué? – Le preguntó Mazdamundi.

    - Vino élfico, solo eso quieren.

    - Orión – Tyrion se levantó de su asiento y le dijo claramente – Si esa rata verde te traiciona y apuesto mi espada a que lo hará, te recomiendo que estés listo, será una guerra que lamentarás el resto de tu vida y lo que habías jurado proteger será arrasado.

    - Basta Tyrion, si Orión decidió confiar en Skarsnik es su decisión, pero en cuanto al resto de nosotros, no veremos a esas pestes como aliados. No son mejores que los humanos. Ahora debemos concentrarnos en ganar esta guerra antes de que empecemos a debilitarnos, enviaré refuerzos a las Tierras del Sur para apoyar a Ixtlimandi y trataremos de someter al reino de Khemri antes de que se fortalezcan, necesitaré ayuda de tus tropas Kroq-Gar.

    - Mis saurios, luchar a tu lado. Yo igual Rey Fénix.

    - Orión, solo me queda esperar a que tu "alianza" resulte y dure lo suficiente mientras tratamos de ganar este conflicto. Pero voy a necesitar un favor tuyo.

    - ¿Cuál será Teclis?

    - Debes ir a las Montañas de los Lamentos y contactar a los ogros.

    - ¿Seguro? No hemos sabido de ellos desde la Gran Purga que llevaron los enanos hace doscientos años.

    - Ellos son hijos de los Ancestrales – Mazdamundi había comenzado a hablar nuevamente – No están extintos, pero si aislados. En lo más profundo de la Ruta del Marfil. Sigue el camino y encontrarás a la raza, diles que Teclis los necesita y si nos ayudan, un trato digno de reyes les daremos.

    - ¿Y si se niegan?

    - Usa esto.

    Mazdamundi le dio una tablilla de roca, que tenía una inscripción escrita con letras de oro.

    - Te devolverá a tu hogar solo con desearlo.

    - Gracias, en cuánto vuelva partiré de inmediato.

    - Ahora que sabemos lo que hay que hacer, Mazdamundi nos citó también para expresar algo que vio mientras meditaba. Adelante gran Slann.

    - Desde que el Caos se fue, medité sobre si esto era lo que querían los Ancestrales y resulta que estaban destinados a no estar aquí para siempre.

    - Eso es bueno ¿No? – Le preguntó Ariel.

    - No Reina, el Caos se reorganiza, en un mundo ajeno a este. Un mundo que hasta hace poco era virgen y ahora está corrompiéndose en una guerra brutal, si ese mundo cae, nos enfrentaremos a la aniquilación total.

    - Imposible Slann, destruimos a todos los seres que adoraban al Caos, nos aseguramos de ello.

    - Pero los Hombres y los Enanos tenían la responsabilidad de eliminar a los Skaven – Les recordó Teclis – Es probable que algunos hubiesen escapado.

    - Su sabiduría es grande Rey Fénix, algunos Skaven huyeron del mundo a través de un portal de Disformidad y así llegaron a otro, libre de enemigos. Si las fuerzas que defienden ese mundo son derrotadas, los Skaven volverán y no podremos detenerlos esta vez.

    - Entonces debemos prepararnos para volver a librar otra guerra.

    - O podríamos evitarla.

    - ¿Huac ticza? (¿Cómo?) Le preguntó Durthu

    - Podríamos ayudar a esos defensores en su guerra y destruir al Caos de una buena vez.

    - Imposible, no tenemos los conocimientos mágicos para llevar a cabo un ritual como ese, los enanos y los hombres no nos van ayudar. Aun cuando firmemos la paz, además no hay muchos vientos de la Magia desde que el Vortex se desintegró. No hay forma de ayudarlos.

    - Entonces debo contactar con ellos.

    - Gran Mazdamundi ¿Cuál es su plan? – Le preguntó Gor-Rok que no había hablado en toda la reunión.

    - La líder de esa tierra tiene mucho poder mágico, si logro comunicarme con ella telepáticamente, tal vez pueda guiarla para que pueda ganar esa guerra, pero necesitaré a algunos de sus mejores hechiceros, una conexión como esa sería mortal para mí, pero con ayuda podré llevar a cabo el rito sin arriesgar a nadie.

    - Señor, hay un error con su predicción, los Skaven no adoran a los Dioses del Caos, así que no hay riesgo de que sus fuerzas vuelvan.

    - En ese mundo, los Skaven están cometiendo actos de maldad inenarrables, la población se está desesperando y recurrirán a cualquier medida con tal de salvarse. Puedo ver que hay un traidor dentro del círculo de confianza dela gobernante que planea servir a los Dioses Oscuros. Si la traición se lleva a cabo, no creo que tengan oportunidad de sobrevivir.

    - Mazdamundi, podemos ayudarlo, mis mejores magos están a su servicio para evitar una nueva catástrofe. – Le exclamó Teclis que había escuchado cada palabra atentamente.

    - Yo también lo ayudaré – Ariel se había levantado y se arrodilló ante él – No permitiré que el Cyanathair vuelva, si puedo evitar su renacimiento daré mi vida.

    - Gracias Reina, bajo mi tutela me aseguraré de que alcancen un nivel de conocimiento tan grande como el de mis hermanos. Seremos la salvación de este mundo y el que está más allá.

    - Entonces así se hará, Mazdamundi traeré a mis magos en un momento para que empiecen a entrenar. ¿Dónde lo harán?

    - En Hexoatl, la magia de ese lugar los dotara del poder necesario para su entrenamiento.

    - Entonces les deseo la mejor de las suertes. Doy por terminada la sesión, antes de irse tenemos otro banquete esperando, en un momento los llamaré. – Teclis se dio la vuelta, tomó a su esposa y entró a su palacio.

    De repente Mazdamundi cerró los ojos repentinamente y pudo ver unas imágenes alarmantes, un castillo de cristal ardiendo en llamas, un Skaven embutido en una armadura roja llena de cráneos que sostenía el cadáver de lo que parecía ser un unicornio alado de color negro, en otra se veía a un unicornio robando un libro de una especie de calabozo, otra imagen reveló a ese mismo unicornio apuñalando a uno idéntico al que había muerto a manos del Skaven y la más perturbadora imagen de todas, el renacimiento de Lord Skrolk, su archienemigo.

    Debía darse prisa en contactar a los habitantes de ese mundo, claramente el plan de los Dioses del Caos para volver al Viejo Mundo había comenzado.

    Perdón por la tardanza pero aquí está el nuevo episodio, en el siguiente volveremos a Equestria pero algunos de estos personajes también lo harán, cuídense y espero les guste.

    14. La Caída del Escudo

    Capítulo 13

    "La caída del escudo"

    La enorme criatura que había salido del subsuelo debía medir al menos unos doce metros de alto y unos quince metros de largo estaba sedienta de sangre, uno de sus brazos que terminaba en una enorme bola llena de pinchos golpeó a una docena de ponis armados, aplastando a cinco de ellos y desorientando al resto, con su otro brazo que tenía una cuchilla decapitó a tres de los ponis que tras recuperarse habían tratado de enfrentarlo.

    Los restantes defensores se desmoralizaron y huyeron dejando a la criatura, que empezó a destruir las casas, las posiciones de defensa y matando a más miembros de la guarnición.

    - ¡Cuidado! – Applejack acababa de lanzarse para salvar a un soldado que estuvo a punto de ser aplastado por la enorme bestia - ¡Derriben esa cosa!

    - ¡Arqueros!

    Un grupo de unicornios armados con arcos, comenzó a disparar contra la Abominación, pero las flechas no penetraban su gruesa piel, pero lograron hacer que la criatura se fijara en ellos y dejará en paz al resto.

    Afuera del escudo, Queek ordenó a sus cañones de disformidad abrir fuego contra el escudo y las enormes armas que eran tanto producto de la ciencia como de la magia dispararon rayos de energía contra el escudo, Starlight resistió, pero cada impacto le exigía hacer un esfuerzo enorme para evitar derrumbarse a consecuencia del dolor que le provocaba resistir tal cantidad de poder, podía sentir que su cuerno podría romperse de un momento a otro.

    - ¡Busquen a la princesa Twilight! ¡Necesito su ayuda!

    - ¡A la orden!

    Dos guardias dejaron su puesto de centinelas y se internaron en el castillo, mientras varios más le lanzaban objetos a la Abominación que trataba de matar a los arqueros.

    - ¡Señorita Starlight!

    - ¿Qué pasa capitán Golden Bow?

    - Debemos evacuar el hospital pronto.

    - No podemos, no con ese animal en las calles.

    - ¡El escudo está por desaparecer! ¡Si no evacuamos el hospital, cientos de ponis morirán, podemos atenderlos en el castillo!

    - ¡Está bien! ¡Busque a Fluttershy, ella no debe de estar peleando, puede ayudar en el hospital!

    - ¡Ahí está!

    Como todo el mundo podía suponerlo, Fluttershy estaba escondida debajo de una carreta, lo que la delataba era su melena rosa. Starlight le pidió a un unicornio que la subiera con su magia y este obedeció. Cuándo Fluttershy estuvo arriba de la torre, Starlight le pidió que supervisara la evacuación del hospital, lejos de la zona de combate.

    - ¿Quieres que saque a todos de ahí?

    - Sí por favor, no podré sostener el escudo por mucho más tiempo. Ponyville no resistirá un ataque directo.

    - Está bien.

    Fluttershy salió volando haciendo muecas de dolor debido a su pata pero no se detuvo hasta llegar al hospital junto a diez pegasos que la ayudarían. Mientras tanto Starlight ordenó a las fuerzas que quedaban con vida, volver al castillo de inmediato.

    Mientras un grupo de ponis guerreros distraían a la Abominación, los que debían defender la ciudad comenzaron a entrar en el castillo así como los ponis que venían del hospital de Ponyville. El torrente de refugiados era demasiado grande y Starlight estaba al límite de sus fuerzas, afortunadamente varios de los unicornios de la Guardia del Crepúsculo que estaban con ella unieron su magia con la de Starlight reforzando el escudo.

    En esos momentos, los guardias que estaban buscando a Twilight en el castillo no la habían encontrado aún, pero al entrar a la biblioteca descubrieron una escena imposible de creer.

    Twilight estaba desmayada en el suelo, con algunas cortadas y puñaladas en su costado, a su lado estaba el cadáver del asesino Skaven, con un enorme agujero en la boca desde donde emanaba un enorme torrente de sangre y había alguien más adentro de la habitación.

    - ¿Quién anda ahí? – Los Guardias desenvainaron sus armas.

    - Jijiji – Una risa burlona se delataba en las sombras.

    - ¡Conteste! ¡Estamos armados!

    - También lo estaba esa ratita y no le sirvió de nada.

    - ¡Revélate!

    Lentamente, una figura rosada apareció y los guardias pudieron ver que se trataba de Pinkie Pie, pero se veía muy diferente. Su melena era totalmente lacia, tenía una horrible herida de cuchillo en su cuello, estaba llena de sangre, su sonrisa era terriblemente terrorífica y sus ojos estaban llenos de maldad.

    - ¡Señorita Pinkie! ¿Qué le pasó?

    - Ya no respondo a ese nombre.

    - ¿A qué se refiere?

    - Esa cosa mató a Pinkie, ahora solo queda Pinkamena.

    - Recuerde que la princesa nos advirtió que ella poseía una personalidad doble. Debe ser ella.

    - Como sea, debemos llevar a la princesa a la enfermería.

    - ¿Necesitan ayuda señores?

    - Tal vez a la señorita Starlight le sirva su ayuda.

    - Será un placer.

    Pinkamena salió de la biblioteca en dirección a las almenas, mientras los soldados tomaban a su princesa y se la llevaban a la enfermería.

    En las torres, los unicornios estaban a punto de darse por vencidos, Starlight ya no tenía fuerzas y a pesar de que Trixie también la estaba apoyando, la energía maldita de los cañones de Disformidad estaba dejando a toda la guarnición de unicornios muy débil, sin posibilidad alguna de mantener el escudo por más tiempo y entonces la situación empeoró.

    Más de una docena de agujeros volvieron a abrirse desde bajo tierra y de ellos comenzaron a salir miles de Guerreros del Clan, Esclavos, jaurías de ratas gigantes, Lanzallamas de Disformidad y Corredores de Sombras.

    - ¡Capitán!

    - ¿Cuál es su orden?

    - ¿Se terminó la evacuación de la ciudad?

    - Afirmativo, señorita Starlight. También me informan que la princesa Twilight está en la enfermería.

    - ¡¿Qué?!

    - Un asesino entró al castillo y la atacó, pero de no ser por su amiga Pinkie tal vez no estaría viva.

    - ¡Debo ir a verla!

    - No es el momento señorita. Debe quedarse a dirigir la defensa.

    De repente una luz cegadora estalló e iluminó a todo Ponyville, Starlight quedó cegada temporalmente y cuándo el destello pasó, comprobó que el escudo ya había caído.

    - ¡Por fin! – Blistrox estaba feliz de ver que el escudo de sus enemigos estaba abajo, ya nada les impediría tener la batalla que buscaban.

    Queek sonrió de forma terrible y lanzando un chillido ordenó a sus tropas atacar. Las Alimañas y los Monjes de la Plaga se lanzaron a la carga junto con Queek y Blistrox tras ellos.

    Muy pronto, todo Ponyville estaba lleno de Skavens que destruían y saqueaban las casas e incluso la Alcaldía, las estatuas fueron derribadas o ridiculizadas y después comenzaron a incendiar el lugar, sólo el castillo de la Amistad se alzaba casi intacto. Los ponis que estaban en sus almenas estaban bien armados pero ya estaban reducidos y solo podían apreciar sumamente tristes como su amado hogar era destruido por la horda de guerreros rata. La Abominación del Pozo Infernal seguía con vida y a pesar de estar llena de flechas parecía estar más furiosa que nunca ya que estaba en un frenesí de sangre y estaba atacando a los propios Skaven, por ello había una enorme cantidad de esclavos que le estaban lanzando cadenas para someterla, parecía que había cumplido su propósito y trataban de volver a llevársela pero sin mucho éxito. Mientras los esclavos trataban de llevarse a la bestia de nuevo a los túneles, el resto de tropas ya había rodeado por completo el castillo y estaban construyendo escalas y torres de asedio para asaltarlo de inmediato. A pesar de que Queek y Blistrox ya habían pasado el escudo, aún no se habían alzado por completo con la victoria que su raza necesitaba para poder acelerar la derrota de los ponis.

    En el interior del castillo, todos los ponis que pudiesen empuñar un arma se estaban poniendo en posición para resistir y aquellos demasiado débiles para pelear eran enviados al sótano que actuaba de enfermería improvisada ya que la auténtica enfermería se había convertido en un cuarto de armas.

    - ¡Applejack! ¿Dónde está Twilight?- Le preguntaba Rarity a su amiga que estaba sentada en el suelo temblando.

    - Yo… yo… No sé, no sé, no sé.

    - ¿Estás bien?

    - No sé, no sé, no sé.

    - Está en shock, no podrá responderte.

    - ¡Pinkie!

    Pinkamena estaba al lado de Rarity con su maligna apariencia que hizo retroceder a su amiga un par de pasos.

    - ¿Todo bien contigo?

    - Mejor que nunca

    - Pinkie querida, tienes una…

    - ¿Cortada en mi cuello que debió de haberme matado?

    - Sí.

    - Mató a Pinkie, no a su otro yo. Soy Pinkamena.

    - ¿De qué hablas?

    - Olvídalo pequeña poni. Lleva a Applejack a la enfermería, Zecora y Fluttershy están atendiendo a Twilight y al resto de heridos.

    Rarity estaba muy confundida pero tomó a Applejack y la condujo hasta el sótano que estaba a rebosar de los heridos del hospital en dónde los médicos y enfermeras bajo el mando de Zecora y Fluttershy.

    - ¡Rarity! Applejack ¿está bien?

    - Parece que está traumatizada, vio como ese monstruo mataba a Burnt Oak, el viejo amigo de su papá.

    Fluttershy estaba asustada, pero tomó a su amiga y la dejó en una cama, a su lado estaba Twilight aún inconsciente mientras Zecora le aplicaba medicina sobre sus heridas, en la otra cama estaba Rainbow Dash con su ala herida enyesada pero estaba despierta y parecía querer salir de ahí para integrarse a la batalla, pero su escuadrón de pegasos estaba con ella y estaban sosteniéndola para evitar su huida.

    - ¡Soy su capitana y les ordenó dejarme ir!

    - ¡No capitana!

    - ¡Suéltenme!

    - ¡Jamás! – Thunder Gun la sujetó a su cama con una soga.

    - ¡No pueden retenerme aquí! ¡Debemos vengar a Glitter!

    - ¡No en su condición capitana!

    - ¡Sissy te ordenó traer mi armadura!

    - ¡Que no! ¡Está herida!

    - ¿Qué sucede?

    Uno de los doctores se había acercado hasta los pegasos y se interpuso en medio de la discusión.

    - ¡Doctor como capitana del Rainbow Squad, exijo que me quiten estos vendajes para integrarme a la defensa del castillo!

    - Con la herida que sufrió capitana Dash pudo haber muerto.

    Rainbow miró muy extrañada al doctor y comenzó a calmarse.

    - ¿Este rasguño pudo matarme?

    - Así es, el proyectil con el que la hirieron tiene una extraña toxina que claramente está pensada en matar a la víctima.

    - ¿Cómo es que estoy viva?

    - El vendaje que le aplicamos en su ala retiene el veneno, Zecora le dio una pócima hecha con un poco de flor de loto para mantenerla con vida, ha demostrado ser un antídoto eficiente en algunos casos.

    - Entonces ¿por qué no me dejan ir? El antídoto funcionó, claramente estoy recuperada.

    - Lo que hizo la pócima fue contener el veneno y retenerlo en su ala, si le quitamos el vendaje la toxina se liberará y podría fallecer.

    Rainbow comprendió la magnitud del problema en el que estaba metida, si le quitaban el vendaje moriría pero si no peleaba podrían relevarla del mando de su escuadrón y quizás no pelearía en esta guerra.

    - Doctor, quiero pedirle un favor, es la única forma para que pueda liderar a mis pegasos en esto.

    Tanto el doctor como el escuadrón de Rainbow estaban muy extrañados, pero sin perder más tiempo el doctor se acercó a ella.

    Mientras tanto, a varios kilómetros de Ponyville, un búfalo galopaba al frente de una gran manada que corría sin descanso, algunos ponis iban con ellos y traían la bandera de Appleloosa, un pueblo que ahora estaba ocupado por los Skavens del clan Skyrre. La marcha de la manada se detuvo cuándo una esfera mágica apareció y de ahí se materializó una especie de holograma mágico de la princesa Celestia.

    - ¿Quién dirige estas fuerzas?

    - Yo, Little Strong Heart, soy la líder de este grupo.

    - Seré breve, Ponyville está bajo asedio y no podrán resistir más tiempo, la princesa Twilight corre grave peligro y necesito que los ayuden.

    - Desde luego princesa Celestia, iremos de inmediato solo necesitaremos un poco de ayuda, apenas somos un poco más de dos mil efectivos y el enemigo debe tener diez veces más tropas que nosotros.

    - No se preocupe, la ayuda debe estar aterrizando ahora.

    - ¿Aterrizando?

    La vieja amiga de Pinkie, Spike y Rainbow alzó la vista y vio sorprendida a un ejército de dragones, todos envueltos en gruesas armaduras de piedras preciosas, armados y preparados para ir al combate. De entre ellos, una dragona de escamas azul claro y que llevaba un cetro con una piedra de color rojo se dirigió hacia Strong Heart y le extendió una garra.

    - Soy la Señora Dragón Ember.

    - Little Strong Heart, líder de la tribu de búfalos del desierto de Appleloosa.

    - ¿Irá a Ponyville?

    - Así es, mis amigas me necesitan.

    - Ya somos dos, ¿Hacia dónde jefe Strong Heart?

    La búfalo mira a Ember con respeto, se voltea para dirigirse hacia su tribu y a los ponis que la acompañan.

    - ¡Nuestras viejas amigas y aliadas nos necesitan! ¡¿Quieren seguirme o quieren vivir?!

    - ¡Venganza! – Gritó uno de los ponis

    - ¡Venganza! ¡Venganza! – El resto de búfalos y ponis comenzó a gritar esta palabra con mucha furia.

    - ¡A la guerra!

    La manada comenzó a correr en dirección al Sur y Ember ordenó a sus tropas para volar en formación sobre los búfalos y emprendieron el vuelo, pero algo pasaba sobre la cabeza de Ember, era una sensación de que la batalla por librar sería costosa pero decidió dejar eso aún lado y solo quería ir a rescatar a sus amigas y a Spike.

    Perdón por la demora pero siéndoles sincero, salió Sombras de Guerra y me he vuelto bien adicto a ese juego pero decidí hacerlo aún lado para traerles esta nueva parte. Las razas solicitadas para entrar en la historia están casi completas, sólo falta una y la agregaré muy pronto y también informo que algunos personajes nuevos que salieron en la película de MLP tendrán un papel que desempeñar en esta historia. ¿Cómo? Solo el tiempo lo dirá. Les mando un saludo.

    15. La Corrupción de Starlight

    Capítulo 14

    "La Corrupción de Starlight"

    - ¡Aseguren las puertas!

    - ¡Traigan flechas!

    - ¡Bloqueen las ventanas!

    - ¡Más ponys en la muralla!

    Dentro del castillo había una intensa actividad, todo pony capaz de pelear había tomado las armas y aquellos demasiado débiles, jóvenes o viejos fueron enviados al sótano junto a los heridos.

    Starlight junto con Pinkie y Rarity estaban al frente de las tropas, pero estaban muy desmoralizadas, afuera del palacio los Skaven estaban lanzando sus temibles gritos y chillidos, gracias a ellos tenían a las tropas enemigas muy asustadas además de seguir teniendo la superioridad numérica sobre los ponys.

    Al frente se veían las legiones de Esclavos, Corredores de Sombras y Guerreros del Clan que estaban ansiosas por entrar en combate, detrás había guerreros que traían lo que parecía ser un tubo de madera, delgado y con un mecanismo muy extraño. Había una enorme jauría de ratas gigantes que chillaban furiosas y trataban de soltarse de sus cuidadores para despedazar a sus presas, más atrás estaban las tropas de élite, los Monjes de la Plaga, las Alimañas, equipos con Lanzallamas de Disformidad y un arma completamente nueva, un carro que traía una campana oxidada cuyos repliques ensordecían a los ponis y volvía a los Skavens más frenéticos y violentos que nunca, una Campana Gritona.

    Queek, Blistrox y Vermalanx estaban al frente de su horda y los tres se mostraban impacientes por empezar el ataque, sim embargo no ordenaron ninguno, simplemente se quedaron a esperar el anochecer y a qué sus armas de asedio estuviesen listas.

    Algunos ponis siguieron vigilando los muros del castillo, mientras el resto se guarnecía dentro de la estructura para seguir asegurando las defensas interiores en caso de que los Skaven penetrasen los muros. Starlight se había puesto una armadura color esmeralda que había encontrado en las armerías de la Guardia del Crepúsculo y aprovechando que la batalla se demoraría un rato, bajó al sótano para ver a Twilight.

    Al abrir la trampilla el olor del linóleo y la sangre coagulada fueron difíciles de soportar pero Starlight siguió adelante. Pudo ver a muchos doctores y enfermeras trabajando con sumo cuidado ya que la mayoría de los ponis que estaban ahí necesitaban atención médica, y algunos más estaban refugiándose ahí.

    - Disculpe señorita, busco a la princesa Twilight.

    - Es la cama 23. Pero sigue inconsciente.

    - Muchas gracias.

    Starlight comenzó a buscar la cama, pero el sótano estaba tan concurrido que le era casi imposible caminar (Gracias a un hechizo de Twilight, el sótano podía agrandarse para albergar una gran cantidad de visitantes y adaptarse a sus necesidades), pero finalmente dio con ella. Al acercarse comprobó lo grave que estaba, sus heridas apenas habían mostrado mejoría, estaba ardiendo en fiebre, de su boca salía un hilo de sangre y su ritmo cardíaco estaba muy acelerado, evidenciando que estaba luchando contra el veneno de su cuerpo.

    - Twilight, si puedes oírme, dame una señal, te necesito.

    La princesa no se movió, ni dio alguna señal de haberla oído.

    - Por favor, vuelve, te necesito.

    - No te responderá.

    - ¿Qué?

    Un poni se había acercado a ella, era de complexión robusta, como Big Mac, pero esa era su única similitud con él. Su pelaje era de color negro carbón, traía una alforja hecha de piel, sus ojos eran de un tono rojo muy agresivo, sus cascos estaban recubiertos de acero con pinchos. Pero tenía dos características muy preocupantes, sus dientes que parecían colmillos y su cutie-mark, que era un cráneo bañado en sangre.

    - ¿Quién eres? Jamás te había visto por acá

    - Ven conmigo.

    El extraño guio a Starlight hasta lo que parecía ser un cuarto de servicio y tras cerrar la puerta con seguro, le reveló su nombre.

    - Me llaman de muchas formas, pero puedes llamarme Blood Reaper.

    - Mucho gusto, soy Starlight Glimmer. Aunque jamás te había visto en Ponyville.

    - Soy un viajero, he viajado a través de muchas tierras en mi vida y llegué a este pueblo unas horas antes del ataque de estas bestias.

    - Lamento que quedarás atrapado en medio de esta guerra.

    - No es nada, de hecho estoy cómodo en medio de todo esto. ¿Conoces a esa yegua?

    - Es mi mentora y amiga, Twilight Sparkle.

    - ¿Crees que ella los salvará?

    - Lo hará, siempre lo ha hecho. Sé que nos va a ayudar.

    - No quiero parecer grosero, pero dudo que nos sirva de algo esta pony.

    - ¡Cómo te atreves a hablarle así! ¡Es tu princesa!

    - Yo no sigo a nadie, mi lealtad es para mí mismo.

    - Entonces ¿qué haces aquí?

    - Vengo a decirte la clave para ganar esta guerra.

    - Sólo las princesas nos guiarán a la victoria.

    - No sé si eres una crédula o una estúpida. Has visto el poder de estos enemigos y aún crees que tus princesas ganaran esta guerra.

    - Han liderado Equestria en los peores momentos y siempre salieron victoriosas, esta vez no será distinto.

    - ¿Has escuchado de las perlas videntes?

    - ¿Las qué?

    - Las perlas videntes, pertenecieron a la antigua creadora de Equestria, la primera alicornio de la que se tenga conocimiento. La madre de las Princesas Celestia y Luna. Ella tenía un collar compuesto por quince perlas que según la leyenda tenían el poder de revelar el futuro, pero solo funcionaban una vez. Cuándo la reina desapareció, sus perlas quedaron esparcidas por todo el mundo, yo he dedicado mi vida entera a buscarlas y solo he encontrado una. Quiero que la uses y veas lo que será el futuro si no haces lo correcto.

    Tras decir esto Reaper abrió su alforja y sacó la perla. Era del tamaño de una roca pequeña, pero perfectamente redonda y emanaba un aura blanca, parecía estar hecha de cristal y dentro de la perla se podía apreciar una especie de humo.

    - ¿Cómo funciona esto?

    - Mira el interior y hazle la pregunta, solo tienes una oportunidad.

    - De acuerdo – Starlight centró su vista en la perla y se concentró - ¿Las princesas ganarán esta guerra?

    Al principio no pasó nada pero de repente la perla comenzó a desprender un brillo dorado, Starlight y Reaper fueron absorbidos por la luz de la perla.

    Al abrir los ojos, Starlight quedó horrorizada por lo que vio, estaban en Ponyville pero ahora lucía desierto y carente de vida, el castillo de la amistad seguía en pie pero estaba incendiándose y Starlight no tardó en comprender lo que significaba estaba visión, los Skavens habían ganado la batalla. Una extraña neblina cubrió a los ponis y al disiparla vieron la ciudad de Canterlot totalmente invadida y los ponis estaban siendo asesinados o esclavizados, la niebla reapareció y esta vez fue el Imperio de Cristal el que estaba siendo atacado por un ejército treinta veces más grande que el que estaba asediando Ponyville. La niebla reapareció una vez más y los transportó a lo que parecía ser una madriguera, ahí Starlight se vio con el cuerno serrado, estaba llena de golpes de látigo y detrás de ella había una enorme cantidad de ponis encadenados que eran llevados a lo que parecía ser un altar de sacrificios a manos de un Skaven que traía una capa, una mano mecánica y un báculo. En la punta de este, estaban las coronas de Celestia, Luna, Cadence y Twilight. Sus trofeos.

    Después la niebla desapareció y los ponis volvieron a su lugar de origen.

    - ¡NO! ¡Esto es mentira!

    - No lo es jovencita, las perlas jamás mienten.

    - Pero ¿Cómo?

    - Si los Skavens vencen acá, todo terminará. Tus princesas sufrirán una derrota tras otra hasta que finalmente el Nuevo Imperio Subterráneo se alce con el control de tu mundo.

    - No puede acabar así.

    - Esa es la verdad y solo es cuestión de tiempo antes de que esta visión se cumpla.

    - ¿Qué podemos hacer?

    - Conoces la solución.

    - ¿A qué te refieres?

    - Sabes quien tiene el poder de detener e incluso destruir a los Skavens. – Le susurró Reaper al oído.

    - No… no sé de qué hablas.

    - No te hagas la tonta, sabes quién tiene el poder de dar un giro a esta guerra. Pero es demasiado cobarde para usarlo y lo más importante es que sabes dónde está oculto.

    De repente Starlight lo comprendió todo, este "poni" quería tentarla a robar el libro del Caos que estaba resguardado en Canterlot.

    - ¡Jamás haré eso! ¡No voy a traicionar a mi país!

    - Abre la mente Starlight Glimmer, sin su ayuda no podrás vencer a estas cosas. Solo los cuatro dioses tienen el poder para vencer.

    - ¡Cállate! – Starlight le arrojó un rayo a Blood Reaper, pero el simplemente hizo un ademán con su casco e hizo desaparecer el rayo.

    - Mi señor me protege, soy un leal siervo y ahora que veo que no podré tentarte a servir a mi amo y a sus hermanos, tendré que hacerlo a la fuerza.

    Blood Reaper se lanzó contra Starlight tan rápido que ella no pudo reaccionar, le asestó un fuerte golpe en su estómago con uno de sus cascos perforando su piel.

    - ¡Ahhh! ¡¿Qué me hiciste?!

    - Estas púas están bendecidas por los cuatro poderes del Caos, ahora sus dones están dentro de ti y su labor ya ha comenzado.

    Desde la herida, las venas de Starlight comenzaron a tornarse de color negro hasta esparcirse por el resto de su cuerpo, su cutie-mark comenzó a cambiar siendo reemplazada por la marca del Caos, el aura de su cuerno fue reemplazada por fuego, sus ojos se tornaron oscuros y la iris se volvió naranja. Starlight se había convertido en la primera poni del Caos.

    - ¿A quién le debes tu lealtad? – Le preguntó Blood Reaper.

    - A los Cuatro Dioses del Caos. – Le respondió Starlight con una voz cruel y profunda.

    - Bien, ahora recuerda tu misión, debes esparcir su palabra y su culto, pero hazlo con cuidado. Debes robar el libro y cuándo lo hagas, sabrás que hacer para traer a los Hijos del Caos aquí. También debes buscar a cuatro campeones que sirvan a nuestros dioses.

    - Lo haré, por el Caos, por la destrucción del mundo.

    - Bien dicho, ahora puedo quitarme este disfraz – Un fuego envolvió a Blood Reaper y se convirtió en Ka'Bandha, un demonio Devorador de Almas, servidor de Khorne.

    - Recuerda no revelar tu verdadera intención, aún. Pelea en nombre de esas Princesas, después llegará el momento de reclamar este mundo para los Dioses. Toma.

    El demonio le entregó un collar, hecho de plata con un rubí en el centro, tenía la marca de Khorne.

    - Póntelo y así no revelarás tu nuevo ser, hazlos creer que sigues siéndoles leal. Pero te aviso, que para que la gema funcione, debes darle un sacrificio de sangre continuamente. Mata en nombre de Khorne y la gema funcionará.

    - Así lo haré.

    - Es hora de que me vaya – El demonio sacó una espada de color rojo y rajó una pared revelando un portal idéntico al que usaron los Skavens para llegar a Equestria, antes de entrar se volteó para ver a Starlight una última vez y exclamó - ¡Sangre para el Dios de la Sangre!

    Tras decir esto, entró en el portal y desapareció, dejando a Starlight con el collar, se lo puso y recuperó su aspecto normal. De repente el castillo comenzó a temblar y se empezaban a escuchar los repliques de la Campana Gritona con mayor intensidad.

    - ¡Nos atacan!

    - ¡A sus posiciones de defensa!

    Starlight salió lentamente del cuarto y vio como los ponis empezaban a subir por la trampilla hacia los muros, sin duda la batalla estaba por empezar.

    - ¡Starlight Glimmer! ¡Gracias a Celestia que la encontramos, necesitamos que nos guie! – Le respondió un poni que le estaba entregando una espada.

    Starlight se quedó mirando la espada y finalmente la tomó con su magia y la levantó en lo alto.

    - ¡Por Twilight Sparkle!

    Varios ponis gritaron el nombre de la princesa y siguieron a Starlight por la trampilla hacia las almenas, listos para librar la batalla.

    16. La Batalla por el Castillo de la Amistad

    Capítulo 15

    La Batalla por el Castillo de la Amistad

    - ¡Prepárense, aquí vienen!

    - ¡Arqueros listos!

    Una lluvia de flechas fue lanzada contra la horda enemiga y varios Guerreros del Clan cayeron abatidos, pero no importaba cuántas flechas fuesen lanzadas contra el ejército enemigo, sus filas parecían inagotables.

    Justo en cuánto Starlight llegó al muro, pudo ver claramente la enorme cantidad de enemigos que estaban atacando el castillo. Había una marea que parecía inagotable de Skavens, todos frenéticos y ansiosos de entrar en batalla, iban corriendo hacia los muros, traían escalas y un par de toscas torres de asedio.

    - ¡Destruyan las torres! ¡Unicornios prepárense!

    Un grupo de unicornios se puso en posición y comenzaron a acumular magia en sus cuernos, al cabo de unos momentos, la lanzaron contra las torres, pero sus rayos fueron interceptados por una especie de escudo. Era Lord Blistrox, quien estaba empleando su arcana magia Skaven para apoyar la ofensiva de sus ejércitos.

    - ¡Jezzails, fórmense y ataquen los muros! – Ordenó Queek a un grupo de Skavens armados con estos aparatos.

    Los Jezzails, no fueron un invento propio del clan Skyrre, si no que fue un hurto de tecnología a uno de los más odiados enemigos de los Hombres Rata en el Viejo Mundo, los enanos. Durante la Era de la Aflicción, el Imperio Enano, casi fue destruido por una serie de terremotos que azotaron las Montañas del Fin del Mundo y una vez que estos terminaron, llegaron los invasores Pieles Verdes (Orcos y Goblins) quiénes atacaron y conquistaron un gran número de fortalezas enanas. Mientras los enanos y los pieles verdes libraban su guerra, los Skavens se unieron a ella, pero como enemigo de ambos bandos, así que otras fortalezas enanas que no cayeron ante los Pieles Verdes, sí lo hicieron ante los Skaven, otras se las arrebataron a los Orcos y unas pocas como Karak-Ocho-Picos, fueron escenario de guerra perpetua durante mucho tiempo entre los tres bandos, incluso después de que la Era de la Aflicción llegara a su fin. El jezzail vio su origen cuando los enanos descubrieron un uso para la pólvora, de ahí pudieron crear sus poderosos cañones y sus arcabuces. Durante las guerras con los Skaven, estos se apropiaron de los arcabuces de enanos muertos y el clan Skyrre se dio a la tarea de experimentar con ellos. Les implementaron un tubo más largo para mejorar su alcance, una mira para la precisión y mejoras en el mecanismo para poder hacer uso de su munición:

    • Balas de Piedra Bruja

    La Piedra Bruja, no sólo es usada como combustible para las máquinas de los Ingenieros Brujo, sino que también es usada como un arma, pero no por su valor o uso, la Piedra Bruja es un mortal objeto de corrupción y muerte ya que está impregnada con la Energía Disforme del Caos, la exposición prolongada a la Piedra provoca mutaciones, locura y la muerte, esta es la razón por lo que sea tan peligrosa, tanto para su víctima como usuario.

    Cómo los jezzail usan este material como municiones, los Skaven que emplean estas armas, se exponen mucho a los efectos de la Piedra Bruja, pero vale totalmente la pena. Aquellos que son heridos con estas balas, pueden morir o sufrir mutaciones, lo que provoca una terrible agonía. La mejor forma de sanar es contener la magia dentro de la herida para poder purificarla o separarla del cuerpo con una amputación y los Skaven que estaban atacando el castillo tenían a cientos de estas armas apuntando a los muros.

    - ¡Apunten a sus arqueros!

    Los Skaven formaron una inmensa línea y apuntaron sus arcabuces a la muralla.

    - ¡Fuego a discreción!

    Una hondonada de disparos que dejaban un surco de color verde en el aire fue lanzada contra la muralla y Starlight vio como varios ponis caían muertos con un agujero en la cara.

    - ¡Todos ha cubierto!

    - ¡Capitán! ¡Use las armas nuevas!

    - ¡No han sido probadas aún!

    - ¡Hágalo ahora!

    - ¡De acuerdo Starlight Glimmer!

    El capitán hizo una señal y un grupo de ponis terrestres se metió dentro del castillo, junto con él.

    Al mismo tiempo, una docena de Garrapultas lanzaron una lluvia de rocas, llenas de mortales venenos contra el castillo y se estamparon contra las torres, dejando explosiones tóxicas que envenenaban a cualquiera que quedara atrapado en las nubes verdosas o se atreviera a respirarlas. Starlight vio a muchas de sus tropas como se retorcían en el suelo mientras vomitaban sangre y se ahogaban en ella.

    Las Garrapultas disparaban varios proyectiles, obligando a los defensores a quedarse resguardados mientras sus enemigos seguían acercándose peligrosamente a los muros. En eso un proyectil de artillería enemiga impactó en dónde estaba Starlight y todos los que estaban cerca del impacto murieron envenenados, pero ella pudo respirar el mortal hedor venenoso sin sentir el más mínimo efecto.

    Starlight estaba protegida por la bendición de los Cuatro Dioses Supremos del Caos y eso incluía la de Nurgle, el Dios de la Pestilencia y la Podredumbre, haciéndola inmune a cualquier veneno, enfermedad o plaga. Starlight se puso furiosa y usando su magia, se comunicó con el capitán Golden Bow.

    - ¡Capitán necesitamos esas armas ahora!

    - ¡Necesitamos dos minutos, las estamos calibrando!

    - ¡Dese prisa!

    Atrás de Starlight, los Skaven ya empezaban a poner sus escalas en los muros para enfrentarse a la guarnición de ponis.

    - ¿Listos? ¡Sus armas, prepárense!

    Una tras otra, las escalas comenzaron a elevarse, sobre cada una iba un Monje de la Plaga armado ya fuera con una Espada Ponzoñosa o un Incensario de la Plaga. Una vez que las escalas chocaban contra el parapeto, el Monje saltaba y usaba su arma con la intención de abrir un camino al resto de guerreros Skaven.

    Los ponis, que iban armados con lanzas, espadas y escudos, se enfrentaron a los guerreros Skaven en violento combate cuerpo a cuerpo, no estaban dispuestos a ceder terreno a pesar de estar en inferioridad numérica y haber sufrido ya cuantiosas pérdidas.

    La batalla se libraba con una brutalidad terrible, los Skavens envalentonados con los repliques de la Campana Gritona no se desmoralizaban y entraban en un frenesí sanguinario, mientras que los ponis resistían heroicamente frente a la enorme horda. Starlight luchaba usando su magia y su espada, destazando a varios esclavos Skaven, Rarity se había retirado a una posición superior junto con un grupo de arqueros para disparar a sus enemigos y Pinkamena estaba en pleno fragor de la batalla, satisfaciendo su sed de muerte con sangre Skaven. En todo este terrible escenario, el capitán Golden Bow finalmente reveló sus armas nuevas:

    • Cuatro enormes cañones.

    Eran idénticos a los cañones de fiesta de Pinkie, pero estos estaban hechos de hierro fundido en fuego de dragón y eran capaces de disparar una bala explosiva de cinco kilos a tres kilómetros.

    En cuánto los cañones dispararon, lo hicieron sobre la artillería Skaven y las frágiles armas de asedio, hechas con madera podrida y hierros oxidados no resistieron nada. Queek se puso furioso y ordenó a Vermalanx encontrar e inutilizar los cañones. El mutado Hombre Rata lo miró con sus maliciosos ojos amarillos y se lanzó hacia la batalla con sus guadañas, estaba ansioso de probar la matanza una vez más.

    Vermalanx subió rápidamente por una escala y en el camino arrojó a una docena de esclavos a un mar de lanzas frenéticas y al llegar a la muralla se unió a la mortal batalla. Sus terribles habilidades de combate eran notorias, todos los guerreros que se enfrentaron a él, caían rajados en pedazos, decapitados o degollados. En el Viejo Mundo se había enfrentado a mortíferos Kroxigor, acorazados Rompehierros enanos, violentos Orcos Negros y enormes Elefantes de Guerra árabes, por lo que simples ponis no eran nada. Vermalanx se escabulló entre las defensas y se encaminó hacia dónde estaban los cañones sin que nadie fuese capaz de detenerlo.

    Starlight tenía que liderar a sus tropas, pero si Vermalanx destruía los cañones perderían una ventaja importante.

    - ¡Pinkamena!

    - ¿Qué pasa, amiguita? – Le preguntó

    - Ve hacia la artillería y protégela.

    - Será un placer.

    La psicótica poni comenzó a subir las escaleras, siguiendo el rastro de cuerpos y sangre que bañaban el piso, finalmente se encontró con la corrompida visión de su rival, que estaba arrancándole la garganta a un unicornio con sus colmillos.

    - ¡Holis!

    Vermalanx se volteó extrañado y soltó al unicornio que empezó a morir desangrado, lamió la sangre de su rostro y sacó sus guadañas para contemplar a su oponente. Al ver el aspecto de esa poni, llena de sangre y con su garganta rajada, Vermalanx supo que quizás había encontrado al fin, una oponente digna de su atención.

    - Te reconozco, tú estabas en ese tren. El que bombardeamos.

    - Como olvidarlo, casi nos mataron, pero las ratitas se detuvieron. ¿Por qué?

    - No iba a deshonrar la victoria tan fácilmente, pero en ese ataque eras diferente. Eras más "infantil".

    - Basta de palabritas y empecemos a destazarnos ¿sí?

    - Como gustes, cosa-poni.

    Tras decir esto, Vermalanx comenzó a correr hacia Pinkamena mientras ella tomaba una espada del suelo y se preparaba para bloquearlo.

    El combate prosiguió al igual que el tiempo, decenas de ponis morían y a su vez lo hacían cientos de Skavens, pero no importaba eso, la batalla estaba más que perdida, pero Starlight se negaba a creer que los Dioses del Caos la habían elegido para morir en batalla antes de siquiera empezar con su misión, pero sin darle tiempo a reaccionar, un fanático Monje de la Plaga la había derribado de un golpe con su Incensario y antes de que le hiciera algo, una veloz pegaso lo había sujetado de su andrajoso hábito y lo había arrojado desde la muralla. Desde luego era inconfundible.

    - ¿Rainbow Dash?

    Rainbow volteó a ver a Starlight, portaba su armadura de capitana de los Wonderbolts, llevaba una daga en su cinturón, pero tenía algo extraño. Su ala que estaba herida había sido reemplazada con una prótesis metálica que funcionaba a base de magia. La mirada de Rainbow era fría, pero mostraba determinación, a su lado llegó su escuadrón, incluso Sissy quién dejó de lado su salud para seguir a su capitana. Rainbow tomó un cuerno y lo hizo sonar. La lucha paró por un breve momento y en cuánto los ponis vieron a Rainbow, tuvieron un aumento considerable de moral. Decididos e inspirados, los ponis volvieron a luchar con un valor idéntico al de los enanos.

    Starlight no podía sentir orgullo por amiga, su corazón ya no era el mismo, la bondad, la amistad, todo se había olvidado por el deseo de servir al Caos. Ahora ella solo veía si Rainbow podía serle útil de alguna manera para el propósito de los Dioses Oscuros, de no ser así, sería un obstáculo, uno que debería ser eliminado a cualquier costo.

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