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Lo Que Somos Ahora

by Sunny Honey

Chapter 13: Se Nos Acaba El Tiempo

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Se Nos Acaba El Tiempo

"Ante descubrir la realidad de esa pony dorada, de ser huérfana y no tener buen trato en el orfanato, Moon White se había puesto más firme que nunca en no perderle la paciencia y convencerla de su amistad.

-¿Se puede saber ahora sí qué estás buscando?- preguntó High Line mirando con curiosidad a su hijo revisando libros de un estante de una librería. -. No quieres decirme y llevas una hora dando vuelta. Tu madre ya ha de llegar a casa tras su entrenamiento con los Wonderbolts.

-Son cosas mías- contestó levitando un libro para mirar la portada. El unicornio mayor levantó ambas cejas ante su contestación.

-¿Ah sí? No me diga, señor. ¿De cuándo acá sus asuntos no son mis asuntos?- llamó la atención con cierta firmeza en su voz que Moon White identificaba que hablaba en serio.

-Sólo quiero ayudar- sinceró mirándolo manteniendo la levitación -. Por mí mismo.

-Pero no está mal pedir ayuda para ayudar- sonrió divertido por la oración y Moon White devolvió forzadamente la sonrisa. High Line lo miró con astucia-. ¿Es esa potrilla, no?

-¿Có-cómo lo sabes?- reclamó sorprendido y sintiéndose atrapado.

-Está en tu cara- rió señalándolo y el potrillo le frunció el ceño llevándose un casco sobre su rostro, tanteándolo, para suspirar resignado.

-Pues…sí. Es ella.

-Te has tomado muy en serio sobre esa unicornio.

-Me intriga mucho- murmuró devolviendo el libro a su lugar, curvando las cejas

-¿Y por qué no nos preguntaste a tu madre o a mí?

-No sé…- sinceró encogiéndose de hombros -. Me daba… ¿vergüenza?

-No tienes por qué- sonrió sentándose a su lado mientras el potrillo dejaba el libro que levitaba a su lugar.

-Quiero encontrar un libro que me diga cómo ayudarla porque no sé cómo. Pero ninguno me convence y aunque tengan palabras no me dicen nada.

-¿Por qué dices eso?

-Pues… no las entiendo.

-Moon White- se rió él colocando una pata a sus hombros para abrazarlo de lado -. No vas a entender ciertos libros porque son complicados para tu edad.

-¿Y entonces cómo sabré para ayudarla?

-Pues…a veces la respuesta está justo frente a nuestras narices- comentó levantando el otro casco para tocar la punta de su nariz, haciéndolo fruncir el ceño. El potrillo levantó un casco para frotar su nariz. No le agradaba que se la tocaran -. Sólo debes saber escuchar y observar. Y…te conozco- lo acusó con suave ceño -. Preguntándole como loco lo que le pasa no conseguirás nada más que cerrarla y no te va a contestar.

-Pues eso es cierto- admitió frustrado mirando a un lado.

-Por tanto debes ser más prudente, tener tacto para ayudar a alguien que tal vez se niegue en un principio porque el peso de la costumbre lo hace comportar defensivo y bloqueado. Si eres prudente, puedes descubrir muchas más cosas en sus gestos, en su voz, lo que dice puede tener varios significados y la forma en cómo lo dice, durante el tiempo que compartan en el parque.

-Si descubro algo, ¿Qué hago?

-Sabes que puedes pedirnos a tu madre y a mí nuestro consejo. Y puedes hacer lo que hacen los amigos. Ser paciente, desinteresado y muy empático.

-¿Empá qué?

-Empático- repitió -. Quiere decir que sientes lo que lo que el otro pony siente. Compartir los sentimientos te hará saber mejor qué hacer en los momentos que lo requiera, porque te gustaría que alguien más lo haga por ti si fueras tú el que necesite ayuda.

-¿Y si tal vez ella no quiere ayuda?- pensó -. ¿Qué si por eso se niega? No quiere ayuda.

-Bueno…- iba a hablar pero el potrillo sigue hablando.

-¿Tal vez pierdo el tiempo? ¿Pero si es así, por qué no me doy por vencido? No quiero darme por vencido aunque puede ser dura. Tal vez antes de ayudarla, debo ser su amigo- pensó y abrió sus ojos levantando una lenta sonrisa, aquella que hace cuando descubre algo -. ¡Eso es! Sólo tengo que ser su amigo y dejar de ayudarla para ayudar.

-…- dudó, arrugando la frente -. No entiendo tú lógica.

-Sólo seré yo y no la ayudaré pero así le doy ayuda- se aclaró apartándose del abrazo y extiendo un casco, en celebración. High Line aún lo miraba sin entender. -.Sólo debo demostrarle que en verdad me importa ser su amigo. He estado tan ocupado preguntando y preguntando que no me molesto en platicarle o jugar. Aunque ella sólo se empeña en aprender un hechizo. Nunca la he visto jugar. ¿Qué juegos le gustará? Podría llevar algunos juguetes y ver qué le gusta. Aunque ella es una yegua, no sé si le guste lo que tenga…pero podría intentarlo. Una pelota le gustaría, ¿verdad? O podría enseñarle el hechizo y tal vez así animarla a ceder, ¿Será buena idea? ¿Qué dices, papá? - preguntaba para mirar los ojos celestes de aquel unicornio mayor, algo aguados -. ¿Qué? ¿Dije algo? ¿Estoy mal? ¿Pasa algo?

-No, no- negó mientras sacudía la cabeza, sonriéndose conmovido pasando rápido un casco sobre sus ojos vidriosos para resoplar, por un momento mirar hacia arriba, pensativo, como recordando algo y luego sonreírse más, devolviéndole la mirada en el rostro curioso del potrillo -. ¿Sabes cuánto te amo, cierto? A ti y a tú madre. Lo son todo para mí- agregó para decirse a sí mismo: -. En momentos como este…sólo refuerza que sé que decidí bien.

-Papá…

-Sólo quería decirlo- agregó, manteniéndole la mirada y sonrió -. Estoy orgulloso de ti.

-Bueno…y yo de ti- respondió con inocencia y el unicornio cerúleo soltó una carcajada para desbaratarle la melena.

-Más vale ya ir a casa. Sabes cómo se pone tu madre cuando llega de la práctica y la casa está vacía cuando nos pide aguardarla.

-Te mira así- dijo para hacer un ceño fruncido con la boca torcida. -. Y a mí así- agregó levantando una ceja, subiendo y bajando un casco. -. Y agita sus alas un poco.

-Porque está enojada- rió -. ¿Y lo ves? Eres buen observador. Y ya, vámonos si no queremos observarla con sus reproches- motivó con gracia y ambos empezaron a galopar fuera de la librería platicando de otros asuntos".

Moon White cerró los ojos. Estaba entre unos estantes con la frente pegada sobre una hilera de libros. No sabía si decirse tonto, ingenuo o las dos cosas. Suspiró. Han pasado tantos años, y en serio hasta ahora no podía liberarse del todo de Sunset. Ni estando en otro mundo. Hizo un gesto de molestia. Empezó a sentir un agudo dolor en su cabeza. "Genial", se quejó.

-Pueden ser algo entrometidas- escuchó decir y levantó la mirada hacia Rainbow Dash que caminaba hacia él -. Pero sus intenciones son buenas porque se preocupan.

-Apenas me conocen.

-¿Y eso nos quita la empatía?- preguntó y Moon White sonrió con ironía.

-Empatía…- repitió con un suspiro mientras se apoyaba de espaldas del estante.

-No voy a sermonearte- aclaró una vez cerca de él -. Tampoco me gustan los sermones. Pero sí puedo decirte que entiendo completamente tu posición. Tus motivos tendrás para recelar a Sunset, mantenerte resentido y no aceptar que haya cambiado.

-¿Qué estás jugando?- preguntó levantando una ceja, desconfiado por sus palabras -. ¿Psicología inversa?

-Llámalo como quieras. Pero digo la verdad- hizo una pequeña pausa con cierta expresión de sus ojos -. Alguien puede convertirse en el peor dolor de tu vida, porque alguna vez fue lo mejor de ella- exclamó en un hecho y él quitó el ceño para tomarla más en serio -. Pero eso nos queda, compañero, dolor- agregó, cruzándose de brazos y desvió la mirada -, si me permites decirlo, yo he aguantado un dolor presionando mi pecho varios meses por cargar un resentimiento hacia alguien…- tiró una risa triste, visualizando a Soarin mientras sacudía la cabeza-…y es horrible y estoy consciente que de cierta manera, ha afectado mi persona y no de una buena manera. Tal vez para los demás sea algo minúsculo las razones o exageración, pero, es nuestro dolor, ¿cierto?- preguntó devolviéndole la mirada -. Sólo nosotros lo entendemos y debemos lidiar con ello hasta decidir dejar de sentirlo pero es difícil, el orgullo lo hace difícil, y no precisamente hablo de ti, tal vez de mí, pero más bien en general- suspiró, como para retomar mejor su compostura -. No soy quién para decirte que perdones a Sunset. Pero como tú mismo lo dijiste: un investigador tiene que ver lo que los demás no. Mira tú alrededor y pregúntate, si la perso…bueno, la pony que conociste, sigue siendo la misma que es ahora. Y sólo hay una forma de averiguarlo. Es algo que he olvidado de ver, o simplemente me negué a ver.

Moon White tenía un suave ceño entre sus cejas, mirando absorto a Rainbow Dash, entre sorprendido e incrédulo. No se imaginó que esa…persona, precisamente, le confiera de cierta manera que también se mantenía resentida. Y lo que había dicho, tenía sentido. Pero aún así, ese peso que presionaba su pecho, le impedía reaccionar como quería. Por un lado se sintió frustrado. Tal vez ha pasado tanto tiempo con ese veneno recorriéndole entero, que se ha vuelto parte de él y le sea casi imposible cambiar de parecer. Era doloroso tan sólo pensar en volver a verla. Si era sincero, no sabría cómo iba a reaccionar si eso sucedería…más bien, no quería que sucediera para saberlo…tal como lo dio entender esa humana de pelo de arcoíris. Era algo tan…cobarde de su parte y lo sabía, pero era tan difícil y detestaba esto. Frunció más el ceño, contrariado y suspiró apartándose del estante.

-Regresemos con las demás- se limitó en decirle.

Era perfecto. Sólo quería evadir el tema, como siempre, y mientras caminaba con Rainbow Dash, podía sentir como le pesaba las piernas para caminar, porque las gruesas cadenas que arrastraba nunca le habían pesado tanto como ahora, cubriéndole por un momento en su mente, ese mirar de esos ojos cyan, la sonrisa astuta y segura. Tenía algo magnético y podría ser muy atenta, a su manera, y tierna, pese mantenerse como alguien petulante, y de una personalidad que era demasiado independiente…hasta llegar al egoísmo. A excepción de él. Siempre, de alguna manera, fue su excepción…o fue lo que creyó.

Tonto o ingenuo. ¿Cuál era la diferencia?

Al llegar con las demás, se limitó en sentarse y retomar el tema.

-¿Entonces qué sugieres?- le preguntó Trixie a Moon White.

-Sugiero recorrer cada espacio de esta escuela y sus alrededores, a ver si…- respondía poniéndose de pie para tambalearse repentinamente, teniendo que apoyarse en la mesa enseguida.

-¿Estás bien?- preguntó Fluttershy de inmediato.

-Lo estoy, sólo…-decía, un poco mareado y con la cabeza pesada, haciendo que cerrara los ojos -…me levanté muy rápido…

-¿No quieres ir a la Enfer…?- ofrecía Pinkie Pie pero fue interrumpida por él mismo.

-Estoy bien- exclamó con una suave sonrisa soltándose de la mesa -. No tenemos tiempo que perder. Ya fue mucho con mis preguntas- agregó acomodando la silla sin evitar parpadear lento por el dolor de cabeza.

Mientras las demás rodeaban la mesa, Moon White no pudo evitar parar su andar de por sí lento para sostenerse de nuevo a una silla, sintiendo que todo se movía a su alrededor y le hincara la cabeza.

-¿Moon White?- lo llamó Fluttershy preocupada.

-Nada de nada. Hay que llevarlo a la Enfermería- sentenció Rainbow Dash dándole unas palmadas en la espalda de él -. ¿Oíste?

-Oí, oí- contestó de mala gana posando una mano a la cabeza.

-Aun así caminemos despacio- ofreció Applejack con gentileza posando una mano a su hombro.

Odiaba admitirlo, pero en serio no se sentía muy bien. Se sentía, como cuando abusaba de su limitante uso de su magia. Pero aquí no tenía magia, no la estaba usando, ¿Entonces por qué se sentía así? Pese el latir de su cabeza, pensaba si la magia se contenía en la misma escuela, a su alrededor, paseándose en este…contenedor. Abrió un poco los ojos, mirando el alrededor de los pasillos que cruzaba. La magia estaba impregnada en el ambiente de esta zona, ¿porque quedaba cerca del portal de dónde provino? ¿Por la nueva convivencia estudiantil? Maquinaba de forma lenta porque ya la migraña le punzaba hasta las ideas.

-172/96- sentenció la enfermera desinflando el tensiómetro del antebrazo de Moon White, sentado sobre sobre una camilla -. Hijo, tienes la presión muy alta. Será mejor que te recuestes un rato- aconsejó mientras se daba vuelta a ver las medicinas.

-Claro que no- replicó dejando de mirar con curiosidad un cartel didáctico con la anatomía humana, queriéndose bajar de la camilla.

-Claro que sí- replicaron tanto Trixie como Pinkie tomándolo de cada hombro para retener su afán.

-Voy a estar bien- avisó frunciéndoles el ceño -, estoy acostumbrado, sólo…

-Recuéstate- habló Applejack -. No seguiremos sabiendo que estás indispuesto de todos modos. Así que no tienes de otra que quedarte aquí.

Él mantenía la mala cara con ceño fruncido. Les desvió la mirada con un gruñido, contando el latir de las punzadas de su dolor de cabeza.

-Hay mucha gente aquí y la Enfermería no es grande que digamos- exclamó la enfermera apareciendo con una bolsa de hielo y dos pastillas en la otra mano -. No se va a perder.

-Ella tiene razón- murmuró él tomando la bolsa y la medicina, esperando por el agua -. Vengan en media hora. Es suficiente.

-Tal vez en media hora, tal vez más, quien sabe- jugó Rarity sonriéndose encogiéndose de hombros.

-¡Vendremos después del anuncio sorpresa!- chilló Pinkie con repentina emoción, sólo logrando que Moon White gesticulara dolor y se llevara rápidamente la bolsa de hielo en la cabeza para lanzarle una mirada de fastidio y reproche-. Ooopsip. Lo siento.

-Sí, será mejor irnos antes de que le termines de reventar su cabeza- comentó Rainbow tomando de la muñeca a Pinkie.

-¿De qué sorpresa hablas?- le preguntó Fluttershy mientras salían.

-Volvemos al rato- avisó Rarity saliendo tras las demás.

-Ajá- suspiró él, recibiendo el vaso con agua -. Rarity- la llamó antes de que atravesara la puerta y ella giró a verlo. Él pensó un momento, manteniéndole la mirada hasta que la desvió, bajando un poco el rostro -. Sólo…sobre esto, no se lo comenten a Twilight.

-Mmm, ¿Por qué?

-Exagerará, se pondrá neurótica con esto y no me dejará trabajar tranquilo. Es todo.

La modista lo contempló un momento, pensativa, hasta suavizar una sonrisa.

-Descuida, no diremos nada. Y por cierto, ya terminé de apuntar la información que querías.

-Ah, gracias, en serio- le sonrió y ella le devolvió el gesto.

-Sí…- suspiró manteniendo la sonrisa para cambiar un poco la expresión de su rostro -. Moon White, sobre mi comportamiento en cuanto llegaste, yo…

-Sólo soy el reflejo de mi contraparte humana- le interrumpió comprensivo y restando importancia con los ojos cerrados por el malestar-. No soy él y acabas de darte cuenta.

-Sí. Ya lo noté- contestó con buen humor -. Tal vez sea Trixie quien lo conozca en persona, pero he visto entrevistas y leído sobre él, y la verdad, no eres nada de lo que esperaba- sonrió en disculpa al ver que le abrió los ojos -. Sin ofender.

-…llamaste la atención de Rarity, ya sabes a lo que me refiero…- había dicho Twilight -…pero entonces ella conoció cómo eras realmente e hiciste que se le acabara todo. Fin.

Moon White parpadeó tres veces seguidas antes de sonreír por el recuerdo que se le cruzó, ya que de una forma Twilight tenía razón. Rarity lo termina por conocer realmente y se le acaba todo. Su simple forma de ser… ¿la pasmaba? ¿Ahuyentaba? ¿Debería ofenderse? pero no tuvo tiempo de analizar eso, pues le pareció gracioso aplicar de nuevo esa observación de la alicornio, y soltó una pequeña risa, pensando de inmediato que debería sin duda comentárselo a Twilight, para de seguro recibir una risa y algún chiste de su parte, no tomándolo a mal, ¿Cómo hacerlo con esa expresión inofensiva y alegre que emana su rostro mientras trata de esconder esa larga sonrisa con su casco?

-¿Dije algo gracioso?- dudó la modista contagiándose un poco de su sonrisa.

-No tú, Twilight- sinceró, con la mirada hacia algún lado.

-Ah- pensó, haciendo la boca a un lado y entrecerrando los ojos, sólo para soltar una risa para ella misma y darle la espalda –. No te acostumbres a las mentiras. Solo ahogan la verdad y tendrás cadáveres con qué lidiar después.

-Qué macabra- pensó en voz alta para verla irse. Suspiró y bebió el agua con las pastillas. Se recostó y mantuvo la bolsa de hielo en su cabeza. Cerró los ojos. Parecía que sólo tenerlos abiertos le hacía doler más la cabeza -. Nunca dejas de hacer el papel de inútil- se recriminó con amargura-. Ni en otro mundo. ¿Cierto?

-¡YEAHH!

-Eso fue irónico- exclamó, recibiendo esa expresión como una respuesta afirmativa, para erguirse con cuidado y saber la razón de ese grito, viendo desde la puerta abierta de la pequeña habitación, que daba vista hacia el escritorio de la enfermera.

Un chico alto, musculoso y ojos rojos, sonreía con firmeza, cargando diez cajas en sus fuertes brazos.

-Me haces sentir un debilucho- bromeó el chico a su lado, cargando sólo dos de las cajas.

Entonces Moon White concentró más su mirada en ellos, en especial al de cuerpo promedio, no exageradamente en forma, y tal vez su penetrante mirada fue lo que hizo que el observado, sintiera la necesidad de mirar su alrededor al sentirse tan expuesto, sólo para chocar sus ojos azules sobre los grises que lo miraban inquisitivamente.

-Tú tienes algo que decirme y yo quiero escucharlo- fue lo que se limitó en decir Moon White, siendo la Enfermería pequeña, lo dijo con voz moderada, pero lo suficientemente clara para ser escuchado.

Whooves se lo quedó mirando hasta asentir, dejando las cajas sobre el escritorio escuchando casi sin prestar atención al agradecimiento de la enfermera por recoger los folletos de salud que se debía entregar antes de que concluyeran las clases.

-Ignora la bolsa de hielo y el hecho que esté en la Enfermería- avisó Moon White en cuanto vio al chico abrir la boca y con la mirada hacia su cabeza donde sujetaba la bolsa de hielo. -. Sé quién eres, al menos quién es tu contraparte- empezó sin evasivas, tratando de ignorar las punzadas de dolor de la migraña mientras Turner se cruzaba de brazos contra su pecho y se apoyaba en la pared a pocos metros de él, mirándolo con atención -. Eres Time Turner…

-Sí…y tú eres Moon White- le interrumpió -. Eres un unicornio. Fuiste estudiante en la Escuela de Magia para Unicornios Superdotados y ayudante de cátedra de un estricto maestro que convenientemente, se llamaba Strict Time. Conociste a Sunset Shimmer, y estudiaban en la misma Escuela.

-…- calló, dejando caer la bolsa de hielo con sus ojos bien abiertos, asombrado. Whooves sonreía de gusto al ver que Moon White abría la boca y tartamudeaba y balbuceaba, sólo logrando emitir palabras incomprensibles hasta que frunció fuertemente el ceño -. ¡Tengo tantas preguntas que se acumulan y mezclan todas por la boca!

-¿Sabes? Mi vida no es épica sólo porque asista a una escuela que acoge a criaturas mágicas de otra dimensión- se limitó en decirle para entrecerrarle los ojos, como examinándolo -. Debes ser de confianza.

-¿Disculpa?- reclamó levantando una ceja.

-Digo, para que Twilight te traiga aquí, debes ser de confianza, ya que nadie más que ella cruzaba.

-Supongo- sinceró.

-La estás ayudando con esto de la magia y sobre Sunset Shimmer, ¿cierto?

-Eehh- emitió forzadamente, dubitativo, con los dientes apretados -. Sí y no. Digo, no la ayudo por Sunset. Lo hago porque se lo prometí y yo cumplo con mi palabra- agregó, colocándose de nuevo la bolsa de hielo en la cabeza con un suave parpadear -. Es importante que apruebes mi confianza, ¿verdad?

-Si tienes la confianza de Twilight, tienes la mía.

-¿Y por qué me mirabas tan…?- decía pero calló al ver que Whooves lo ignoraba, al bajar la mirada hacia su brazo izquierdo, que levantó para con la otra mano, ajustar su peculiar reloj.

Moon White arrugó la frente mirándolo acercar y antes de que pudiera preguntarle algo, Whooves lo tomó de la muñeca y…

-Oh, chicos, ya llegaron- dijo la enfermera expandiendo la sonrisa tras su escritorio.

-¡YEAH!- rugió en triunfo Bulk Biceps, estirando su cuello con sus venas brotadas a un lado de la pila de cajas que cargaba, para mostrar su rostro triunfal.

-Me haces sentir un debilucho- recriminó en chiste Turner con sus dos cajas.

Por un momento, realmente no lo captó enseguida, sintiéndose como en una ¿Alucinación propia de la presión alta? Pero no, realmente Moon White estaba viendo lo que hace un par de minutos ocurrió. Quedó boquiabierto, a un lado del armario donde reposaban las medicinas, para sólo después, repentinamente el escenario cambiara y estuviera de nuevo sentado en la camilla, sintiendo que su muñeca era soltada. Tenía la boca entreabierta, con la expresión de sorpresa congelada en su rostro.

-¿Impresionado?- preguntó Whooves acomodando su reloj para mirarlo con una sonrisa y cejas en alta -. ¿Qué? ¿En tu mundo son imposibles los viajes en el tiempo?

Moon White parpadeó enseguida, reaccionando al fin, sólo para buscar de nuevo la bolsa de hielo y ponérsela en la cabeza, gesticulando ardor pero…

-¡Se me parte la cabeza en dos y no me importa! ¡¿Realmente acabo de retroceder en el tiempo…con un reloj?!

-¡Shhh!- lo chitó arrugando la frente -. Contadas personas lo saben. Así que sé discreto.

-¿Un aparato puede hacer eso?- preguntó con voz baja -. ¿Los humanos pueden viajar en el tiempo? ¿Por qué Twilight no me lo dijo? Esto es sorprendente. En nuestro mundo tenemos un hechizo pero está limitado sólo por unos breves minutos. ¿El tuyo también?

-No, no lo está- le respondió -. Puedo quedarme el tiempo que quiera en ese pasado. Sólo debo ajustar las direcciones y coordenadas del reloj- explicó, enseñándoselo.

A diferencia de un reloj normal, éste tenía a sus lados varios botones del tipo de presión y giratorios. Donde debía indicar la hora, tenía grabados en latín, fechas, números, y grados. Presionando un lado del reloj, Whooves hizo desaparecer esas funciones, camuflándolo como un reloj común, sólo que era más grueso y pesado que otro.

-Es…sorprendente, una genialidad- exclamó Moon White absorto en el reloj con un suave ceño entre sus cejas -. ¿Por qué lo sabe contadas personas? Esto sin duda alguna es la mejor creación de la humanidad.

-Digamos que está avanzado para su época…aunque fue mi bisabuelo que lo creó…y él se lo dio a mi abuela, ella a mi padre, y mi padre a mí- suspiró -. El mundo no está listo para aceptar este invento. Un mal uso no es conveniente. No sé cómo sea tu Equestria pero aquí, la ambición, el interés individual y el poder, predomina mucho.

-¿En serio?- preguntó mirándolo.

-Desafortunadamente, sí.

-¿Pero cómo fue creado? ¿Qué usaron? ¿Tiene…magia?- dudó preguntar, torciendo el gesto -. Aunque lo dudo.

-Se dice el milagro, no el santo.

-¿Qué milagro? ¿Qué santo? ¿De qué hablas?- preguntó levantándole una ceja, no captando el refrán.

-Es un dicho popular de aquí- aclaró -. Quiero decir que me reservo el derecho de información.

-Enton…

-Sí. No te lo diré.

-¡¿Pero qué…?!- se quejó levantando la voz para presionar la bolsa de hielo en su cabeza -. Pero yo…

-No.

-No haría…

-No.

-Pero déjame…

-Ni a mi novia le digo, quien es la persona que más confío y ciegamente en este mundo- "aunque no sé si lo comprenda", admitió -. El punto es, que no te lo diré, ni a ti ni a nadie más, por encima de ella.

-Ay, pero qué cursi me has salido- se quejó con un gesto -. Okey, okey, no me lo digas- se mal resignó con ceño fruncido. -. Pero sí me dirás qué tiene que ver tu reloj conmi…un momento… ¿Viajaste al pasado…en Equestria?- dedujo por sí mismo.

-Así es.

-¡Por Celestia!- se quejó tirando la bolsa de hielo -. Sólo me haces doler más la cabeza. ¿También hace eso tu baratija? ¿Pero por qué viajaste al pasado?

-Para ayudar a una amiga- aclaró -. Para ayudar a Sunset.

-Aclárate mejor.

- En una limpieza del funcionamiento de reloj, al parecer moví o cambié algo, que nos hizo a mi novia y a mí viajar en el pasado de otra dimensión, que esta resultó Equestria. Esto pasó mucho antes de que supiera el verdadero origen de Sunset Shimmer. Empecé a viajar a ver su pasado para comprobar qué pasó con ella para que esté afectada de esta manera…con esa magia. Sin embargo no tuve el éxito que esperaba- renegó -. Es muy, muy complicado acertar con posición del pasado de otra dimensión. Pasé noches enteras deduciendo las posiciones y viajé unas pocas veces en el tiempo que Sunset vivía ya en el castillo. Dejé de hacerlo, porque le di mi palabra, al ella mostrarse en contra de "fisgonear" su pasado.

-¿Y qué descubriste?

-Creo que nada que valga pena. Sólo veía a Sunset siendo…la Sunset que gobernó esta escuela- entrecerró los ojos -. La vi con mi contraparte. No vi todo el pasado, pero tomó mal que la Celestia de allá, que es una Princesa, lo tomara por estudiante. Te vi a ti. Eras…muy cretino con tus compañeros.

-Bueno, el más grande se come al pequeño- aclaró.

-¿Y eso qué significa?

-Se dice el milagro, no el santo.

-Touché.

-Tenía mis razones- se limitó en contestar.

-Sin embargo, sí tenías compañía. Un par de ponies por ahí con quienes al parecer pasabas el rato, fue lo que deduje ya que sólo una vez vi ese pasado.

-¿Observabas el pasado de Sunset o el mío?- recriminó levantando una ceja.

-Es que no entiendes- se explicó -. Vi todo eso de ti…porque Sunset te seguía.

-¡¿Que Sunset qué?!- se le salió casi en un grito, realmente indignado y enojado, sólo provocando una nueva punzada del dolor de cabeza -. ¡¿Esa pony me espiaba?! ¡Ja!- rió con ironía -. Esto es realmente genial. ¿Y por qué rayos lo hacía?

-No lo sé- sinceró -. Pero…sólo fue en un pasado. No sé si sólo fue por esa ocasión o lo hacía siempre o de vez en cuando. Sé cosas de ti por esa tarde en que ella por alguna razón, decidió seguirte.

-¿Y por eso me miraste mal cuando me viste aquí?

-No te miraba mal…sólo me sorprendí, pues, es irónico que tengas amistad con la perso…pony que es amiga también de quien solía ser la tuya y el hecho que tú ayudes a Twilight sin querer ayudar a Sunset…es algo raro de procesar. Además, claro, en ese pasado te vi cómo alguien muy hermético que era defensivo con los demás que no fuesen los que considerabas tus amigos, así que estaba atento si te pasabas de cretino, especialmente con mi novia cerca.

-Era mi regla- murmuró más para sí y suspirar, dándose cuenta que usó un verbo pasado en esa oración.

Y es que era verdad. Aunque más viejas costumbres estaban más arraigadas que otras.

-¿Te sabes algo?- le preguntó Cherry referente al examen de mañana a Ringo mientras caminaban por el pasillo.

-Aaaah…Mmm…¿Algo?- contestó torciendo el gesto para sonar la boca -. Me conformo con un cuatro.

-Y sabes que es imposible copiar con Luna. Es la autoridad cool pero se pone peor de estricta que Celestia a la hora de exámenes.

-Claro, pues. Lo dice quien ya tiene experiencia- se burló -. Luna con su "¡Cherry Crash! ¡Se romperá el cuello si sigue estirándolo hacia su compañero de al lado!".

-Jejeje, ¿Qué puedo decirte? Al menos lo intento- sonrió de lado llevándose una mano a la cintura -. Pero esta vez sí estudiaré. Mi Lady me enseñará esta tarde.

-Ah ya veo…- sonrió -. Cherry Crash ¿Estudiosa? Eso está bueno- se rió -. Veo que las cosas les van bien entre tú y Bonbon, ¿No?

-Sí, sí- suspiró -. Eso creo…

-¿Eso crees?- preguntó -. ¿Percibí algo de duda?

-No. No es duda- respondió con un ceño hacia él para suavizar el rostro, torciendo un poco la boca -. Sólo…no sé…a veces, su forma de ser…puede ser muy dura.

-¿Noooo? ¿En serio? ¡Vaya, Cherry! ¡Si no me dices ni por enterado!

-Sí, ya sé- contestó ante su sarcasmo mientras rodaba los ojos -. Bonbon siempre ha sido así. Dura, directa, algo huraña. Desde siempre. Pero también tiene muchas cosas cool…sin embargo, creí que conmigo sería diferente. Es decir, soy su novia, no cualquier persona, ¿entiendes? Y…es igual de dura conmigo…del tiempo que hemos estado juntas…son muy escasas las ocasiones en que se muestra cariñosa conmigo y…- arrugó la frente, mirando hacia sus pies -…eso me frustra mucho.

-¿Se lo has comentado?

-Sí, lo hice pero, no sé, las cosas siguen igual. Bueno…me invitó al baile y me dio una flor y…yo lloré…

-Qué novedad, Cherry- se sonrió -. Tú eres muy sensible a esas cosas.

-Sí pero…no lloré sólo por eso…-aclaró para detener el andar y Ringo también lo hizo, mirándola más interesado al ver su rostro ciertamente decaído -…lo hice porque deseé tanto que fuera así todo el tiempo. Que sea más seguido esos detalles. Y me entristeció saber que quién sabe cuándo sería así de tierna conmigo de nuevo. A mí siempre me nace, decirle algo cariñoso, abrazarla, coquetearle, y lo hago pero…me tilda de cursi, se retiene a reaccionar o me interrumpe. Está bien por un rato, en juego, pero…lo hace siempre. Yo hago como si no me importa cuando en realidad…me duele- sinceró para mirarlos con sus ojos dorados vidriosos -. Siento que rechaza mi afecto, Ringo.

-Hey, hey, bonita- consoló rodeándole los hombros para una abrazo de lado. Cherry se dejó y estiró un brazo para rodearle la cintura con el -. No pongas esa carita larga. Eres nuestra Cherry Crash. La muy alegre y entusiasta Cherry Crash.

-Lo siento…- susurró ardiéndole la garganta y sintiendo más fuerte las capas de lágrimas retenidas en sus ojos, sólo para que al pestañear, se le cayeran gotas gordas por las mejillas. -. Yo la quiero mucho, Ringo.

-Tú siempre eres muy entregada cuando tienes pareja, Cherry- exclamó él, ya abrazándola enteramente -. Y sólo esperas lo mismo de la otra persona.

-Y nunca lo recibo…- jadeó, con un doble dolor, porque entonces recordó a Sweet Breeze y Stormy Crush. Sintió el ardor de su pecho más fuerte así como un repentino coraje. Se apartó de golpe del abrazo para quitarse las lágrimas con fuerza mientras sacudía la cabeza -. No. No voy a llorar. Estoy bien. Estamos bien. Nosotras estamos bien. Soy feliz- aclaró para mirarlo fijamente -. Sé…que me quiere. A su modo, a su frío y duro modo, pero lo hace. No la conocen como yo y aunque no lo exprese seguido, ella sí me quiere.

-Cherry…- suspiró él, acercándose con cierta expresión de preocupación en su rostro -. ¿Dices eso para convencerme a mí o a ti?

Cherry le agrandó los ojos, frunció el ceño, enojada, expresándose hasta ofendida por la pregunta.

-¿Sabes? Ya se me quitaron las ganas de apapillarte- resopló contrariada, dándose la vuelta para caminar sentido contrario a ese pasillo.

Cerró los ojos con fuerza, con un hormigueo molestándola en su pecho, con un repentino odio hacia su amigo, por esa estúpida pregunta. ¡Claro que sabía que la quiere! ¿Por qué dudaría lo contrario? ¿Y acaso era malo entregarse a alguien? ¡No, claro que no! No cuando estás seguro de que realmente quieres a esa persona.

Pero entonces chocó de frente con alguien que también parecía no ver por dónde iba, haciendo caer sus libros.

-Lo siento- corearon apresurando la disculpa, para solo callarse y suavizar la mirada una a la otra.

-Mistery.

-Cherry.

Ambas se miraron como si fueran una aparición, pero a la vez, reflejando cierta melancolía en sus ojos al tener de nuevo así de cerca, a alguien a quien alguna vez llamaste "mejor amiga" y ahora… ya no sabían nada de la vida de la otra.

-Lo…lo siento- exclamó Cherry con torpeza, para acuclillarse y recoger sus cuadernos.

-Déjalo. Está bien- dijo Mint acuclillándose también agarrando los cuadernos que se habían desparramado al suelo.

Había uno que había caído abierto y al pasar la vista rápido, Mistery reconoció que esa no era su letra y acercó el cuaderno, para leer lo que decía.

"Mistery, sé que no soy a quien quisiera que te invitara pero…de todas formas quiero arriesgarme, por eso… ¿Considerarías ser mi pareja de baile?".

La rockera de cabello purpura sintió que perdió la movilidad, que sus ojos no podía dejar de releer aquella oración, que pese estar tachada, logró reconocer que esa letra era de…

-Brawly…- murmuró suavizando una sonrisa y sus ojos vidriaron un poco.

El muy tonto queriendo invitarla al baile, prefirió tratar de que Flash la invitara a ella…por hacerla feliz. Aquel baterista siempre estuvo a su lado. Todo este tiempo. Y últimamente, se había tomado con seriedad el papel de estarla animando, buscándola más seguido, preocupado cuando su sonrisa no estaba. Ella siempre estaba feliz cuando estaba con él que tras días de haberle llorado por Flash, se sentía menos infortunada y más optimista, agradecida por su amistad, pero ahora con esta pregunta de ser pareja de baile…esa felicidad se transformó en una cosa, en ilusión, en esperanza, y la idea de ir juntos, le agradaba bastante, y descubrió, que su corazón también.

-¿Mistery?- la despertó Cherry dubitativa, sin saber el porqué de aquel rostro ensimismado con sonrisa conmovida.

Mint parpadeó volviendo a la realidad, tomó los cuadernos del suelo y los que tenía Cherry, para salir corriendo de allí, y regresar por donde vino.

-Fue…un gusto verte…supongo…- murmuró Crash, más desanimada ahora.

Mistery caminaba por los mismos pasillos de hace rato cuando vio que Brawly caminaba sentido contrario que al verla, apresuró el paso.

-Mistery, fui a buscarte. Lo lamento, yo no quise…

-Sí- le interrumpió con una gran sonrisa, haciendo que arrugara la frente, confundido -. Mi respuesta, es "sí"- explicó, estirando su cuaderno con la página con la pregunta, haciendo que Brawly abriera la boca y no saliera nada, sonrojándose levemente. -. Sí quiero ser tu pareja de baile.

-Yo…iba a pasarte la nota mientras estudiábamos pero…- sacudió la cabeza -. Pe…pero…- balbuceó, incrédulo devolviéndole la mirada -. Te mueres por Flash. Hasta me lloraste por él.

-Lo sé- reconoció -. Pero…un sabio me dijo que debía dejar de torturar a mi corazón y empecé a trabajar en eso. En darme la oportunidad de sanar- sonrió -. Y ese mismo sabio, siempre estuvo para mí, hasta justo ahora, no deja de ser tan atento como siempre lo ha sido conmigo- cerró los ojos, mordiéndose el labio -. Yo… me molesté contigo hace rato… fue porque creí que no te importaba.

-Mistery…- la llamó delicadamente, suavizando la mirada -. Claro que me importas. Lo suficiente como…para dejarte ir.

-Pero no quiero irme- confesó empezando a sentir un rubor -. No sé. No sé qué significa eso, todo vino de golpe, sólo que…no quiero irme. Ya no.

-¿Estás…segura?

-¿Por qué crees que regresaba?- preguntó sonriéndose -. Quiero ir al baile contigo. Con nadie más.

Entonces Brawly liberó una sonrisa que lentamente se fue ensanchando, iluminándosele el rostro, ilusionado y lleno de alegría, lo que hizo a Mistery ruborizar más saliéndosele una pequeña risa.

-¡Dijiste que sí!- recién celebraba y Mistery ascendió la risa, más aún al sentir que la abrazaba y la hizo girar -. ¡Irás al baile conmigo! ¡Iré al baile contigo, Mistery!

-¡Sí, lo sé!- exclamó entre risas. -¡Está bien, bien, entiendo pero ya, ya me estoy mareando!

-Lo siento- dijo deteniendo los giros y Mistery se sostuvo de sus brazos, un tanto mareada pero sin borrar la sonrisa ni un momento para mirarlo a los ojos.

-Gracias por estar siempre ahí y no haberte ido.

-No lo haría nunca, Mint- respondió y se dieron un abrazo pero…

-¡TRAIDORA!- rugió Rainbow Dash interrumpiendo el momento sin esperar respuesta, ¿Para qué? Ya vio y escuchó todo.

Se fue de allí con pasos fuertes mientras Brawly y Mistery la miraban con ojos agrandados aun abrazados.

-¡Rainbow!- gritaron sus amigas tras de ella.

-¡Genial! ¡Ahora sí no me queda nadie!- refunfuñó Rainbow con mal gesto para detener su andar, cerrar los ojos, estirar sus brazos hacia abajo con un puño y gritar a la nada: -. ¡Dime, universo! ¡¿Esto podría ponerse peor?!- reclamó en el grito para apenas abrir los ojos, sólo para ironía, mirar a Soarin y Roseluck bajar la escaleras que había frente a ella, juntos, sonriéndose, conversando alegremente. -. Sí…podría ser peor- pensó con amargura bajando los hombros, con un ardor en sus ojos y el latir más lento de su corazón.

-Rainbow…- llamó Fluttershy colocando una mano sobre su hombro.

-Déjenme sola, ¿sí?- pidió, no defensiva como lo había estado toda la semana, pero aun así no era mejor, ya que su voz salió forzada y quebrada. -. Sólo…un minuto…- agregó para caminar dirección contraria a ellas, sin mostrar la cara.

-Siento mucha lástima por Rainbow- comentó Pinkie Pie con un puchero exagerado.

-Debemos hacer algo por ella, definitivamente- sentenció Applejack.

-¿Cómo cumplirle su plan?- dudó en preguntar Fluttershy.

-¿El cuál era…?- dijo Rarity sin completar la pregunta para que las cuatro miraran a Trixie.

-Ahm…¿En serio quieren saber?- preguntó incrédula.

-Tal vez el universo esté en su contra…-dijo Applejack.

-…¡Pero no con nosotras!- chilló Pinkie Pie con ancha sonrisa.

-Pero ustedes tienen pare…

-Eso es lo que menos importa- aclaró Rarity con determinación -. Sólo dinos lo que planeaba para cumplírselo de una manera u otra, así no llenemos su requisito de no tener pareja, pues nosotras mantendremos el compromiso con las nuestras.

-Ah, sí, porque bastante comprometida estás con la tuya que coqueteaste con Moo…- decía Trixie pero Rarity se acercó a ella tapándole la boca con un gesto de reproche en su rostro.

-No es necesario que eso salga de aquí, ¿cierto?- preguntó y Trixie hizo una mueca de burla con una sonrisa para quitarle la mano.

-Okey, okey- suspiró -. Entonces, les contaré lo que planeaba Rainbow.

Quince minutos después…

-…y así terminaría la noche…- concluyó Trixie, viendo las caras congeladas con ojos bien abiertos y boquiabiertas de las demás, para ser Pinkie Pie y Applejack las primeras en soltar carcajadas.

-¡¿De qué se ríen?!- reclamó Rarity ceñuda -. ¡Esto es tan descabello y complicado que no me causa chiste!

-Jajajajajaja- seguían riendo ambas, sin reaccionar al comentario de la modista.

-Uhm…en serio será difícil…- opinó Fluttershy -. Pero…lo que sea por subirle el ánimo a Rainbow.

-¡Ese es el espíritu!- aprobó Trixie abrazándola de lado.

-¡Tienen que admitirlo!- habló Pinkie aun soltando unas cuantas risas -. ¡Dashie cuando se propone a planear algo, lo hace en grande!

-Pero…por un lado…- lo pensó Fluttershy -…creo que me sentiría mal por…

-¡Muy tarde!- le interrumpió Trixie -. Ya aceptaste. Ahora todas estamos metidas en el mismo costal- respondió y entonces sonó el timbre.

-¡Aaaaahh!- chilló Pinkie Pie -. ¡Debo anunciar la sorpresa antes de la otra campana de salida!

-¡Tienes razón!- acordó Cheese Sandwhich apareciendo repentinamente tras de ellas, haciéndolas asustar, a excepción de Pinkie. -. Tenemos que ir a la oficina de la directora Celestia para anunciarla en los altavoces que están en la escuela.

-¿Qué sorpresa es?- se frustró Applejack.

-Pues tendrás que estar atenta de oído para saberlo- corearon Cheese y Pinkie para señalarse uno al otro por la sincronía, se dieran una sonrisa única que sólo entre los dos podrían darse, para tomarse de las manos e irse de allí con una risita cómplice.

-Entonces…- dijo esa voz en el cuerpo de Trixie, con la mirada fascinada en Sunset -. ¿Hay o no hay trato?

-Sabes que lo que me pides es imposible- habló con seriedad.

-Lo mismo digo para ti- jugó sonriéndole de lado, con sus ojos rojos bien abiertos -. No es cualquier información la que me pides, como no es cualquier cosa lo que pido yo. Estaríamos iguales. Me parece un trato muy justo.

-Por una buena razón Celestia te encerró en ese rubí del amuleto- dijo Rarity ceñuda.

-El tiempo se agota- anunció ignorando a la modista para mirar a Sunset.

-Déjame pensar- pidió ella y la unicornio blanca la miró enseguida.

-No hay que pensar nada. Sunset, si aceptas de una forma u otra, vas a traicionar a la Princesa Celestia, quien perdonó tus errores y acogió al castillo para ayudarte.

-¿Crees que no lo sé?- reclamó ella dándole la cara -. Por eso mismo pido pensarlo.

-Repito: no hay nada que pensar.

-¿Y quedarme sin respuestas como lo he estado toda mi vida?- preguntó con esos ojos firmes pero que empezaban a vidriar -. No sabes, Rarity, cómo ha sido vivir bajo mi pellejo.

-Tic, tac, tic, tac- decía la unicornio azulada con una divertida sonrisa.

-Dame un día- pidió Sunset mirando de vuelta a esos ojos rojos.

-Por supuesto que no- contestó -. Si sales de esta carreta sin una respuesta, el ofrecimiento termina allí. Así que piénsalo bien.

-¿Por qué me haces esto?

-Yo no hago nada. ¿Crees que tu vida ha sido difícil? Pues novedad, querida. No eres la única que sufre una injusticia.

-Yo…no quiero traicionar a Celestia…

-Ja, por favor, como si ella fuera tan digna. Tendrá el poder o la sabiduría que quieran, admirarla por su habilidad de manejar el sol y defenderlos, pero ella no deja de ser una pony, imperfecta y comete errores, y eso, no lo ven nunca cegados por esa majestuosidad que emana...su luz…- decía, más que por odio, se mezclaba algo así como resignación para sacudir la cabeza y mirar mejor a Sunset -. Respóndeme de una vez.

Sunset empezó a sentir la respiración agitada, así como el latir de su corazón, sin saber qué hacer. Sabía lo que era correcto e incorrecto. Lo bueno y lo malo. La luz y la oscuridad. Sin embargo…se le hacía tan tentador…

-Sunset…¿Cómo puedes siquiera dudarlo?- le preguntó Rarity y ella la miró, con esos ojos llenos de lágrimas de impotencia y ansiosos, para mirar después a esos ojos rojos, esperando, mejor dicho, ambas esperaban una respuesta de ella, una respuesta distinta y contraria a la otra.

"¿Qué tan mala podrías ser?" escuchó Sunset y paró en raya su agitación para mirar sólo a la posesión de la unicornio azulada, quien cambió la sonrisa. "Retienes tanto…y sufres tanto…deja de hacerlo, déjate ser y libérate. Las respuestas…están en tus pesadillas ¿Y sabes? Nunca, nunca, podrás acceder a ellas, porque es mi morada, tu subconciente, ¿Quieres entrar? Entonces deja de luchar y déjame en libertad". Sunset frunció profundamente el ceño y mostró los dientes, rabiosa, y se abalanzó sobre el cuerpo de Trixie.

-¡Sunset!- llamó Rarity admirada y la quiso tomar de la cintura para apartarla pero apenas la tocó, sintió sus cascos arder y los apartó en reacción.

-¡Dímelo de una vez antes de que te vuelva cenizas!- bramó Sunset sobre la unicornio y su cuerpo empezó a brillar un aura amarilla, emanando un fuerte calor que al tener un casco sobre el pecho de la unicornio para retenerla al suelo, ésta empezó a gesticular ardor en su rostro, pero aún sí, la miró fijamente.

-¡Ahí está tu respuesta, no tienes salida!- exclamó para de golpe, sus ojos cambiar a rosas oscuros al igual que se suavizaba el rostro -. ¡Auch, auch, Trixie arde, ah, ah, me estás quemando!- reclamó removiéndose, tratando de quitársela encima.

-¡Estoy harta de esto!- reclamó en un grito mientras se apartaba de golpe -. Si esta soy yo…entonces más vale que…

-¡No!- gritó Rarity tras ella -. Sunset, esa no eres tú.

-¡¿Tú cómo lo sabes?!- reclamó dándole la cara, y su melena se movió casi como flamas, avanzando su transformación -. ¡No me conoces! ¡Nadie lo hace, ni yo me conozco!

-Esa no puedes ser tú…porque no eres feliz en ese estado- aclaró, tratando de calmarla, sin poder evitar contemplar ese brillo de su cuerpo y la sensación de varios grados de calor que emanaba y sentía en sólo estar cerca de ella, lo que la hacía intocable o te quemabas -. No puedes dejar de luchar porque las cosas se ponen difíciles. Si lo haces…jamás volverás a ver a tus amigas de Canterlot High. ¿Eso quieres?

Eso, impactó a Sunset, suavizando un poco su ceño, mirando a Rarity y después a Trixie, que suavizó más el rostro, culpable y triste, al ver a la pony con una quemadura sobre su pecho.

Tal vez no era su Trixie pero…haber herido a su contraparte…

Sunset dejó vidriar los ojos, descomponiendo el rostro y soltar un jadeo.

-Lo siento mucho, Trixie- dijo con voz quebrada, y su cuerpo volvía a la normalidad -. Perdóname, no quise…yo jamás…lo siento tanto…

-Trixie… lo… sabe- contestó, resistiendo el ardor de su herida con garganta agarrotada -. No era a mí … a quién querías… las..lastimar- aclaró, para morderse el labio y torcer el gesto del dolor y al bajar la mirada para ver que en su pecho ya no tenía pelaje, teniendo a cambio una brotada piel rojiza que ardía, como si continuara quemando.

-Déjanos llevarte el médico inmediatamente- le exclamó Rarity inclinándose a ella, mirando con tristeza su piel quemada -. Es lo menos que podemos hacer- agregó con voz amarga.

-¿Entonces viajas con tu…asistente, recolectas información…que archivas para no revelar jamás?- preguntó Moon White tras un rato de charla, sintiendo menguar el dolor de cabeza -. De seguro el mundo agradecería tus aportes.

-Es una tradición familiar. Casi un pacto- se sonrió -. Si una generación se atrevería a romperla, esa no será la mía.

-Pero mantener en secreto algo tan…- no concluyó la idea.

No podía juzgarlo. Es decir…este mundo no lo conocía del todo, pero mencionar que aún no estaba preparado para recibir este tipo de descubrimientos…

-Sé que te parecerá tonto- le interrumpió Whooves los pensamientos -. Pero creo firmemente…que hay cosas que es mejor no descubrirlas, saberlas.

-¿Cómo?- preguntó casi horrorizado, frunciendo el ceño y abriendo los ojos en desaprobación.

-Pues…este mundo está tan dividido como lo fue alguna vez nuestra escuela, Moon White. Cuando se ha unido por causas justas…es como si después viniera una marea y arrastrara todo. Porque al final, si nunca terminan aprendiendo la lección, la historia se repite. Créeme, yo lo he visto con mis viajes y comparaciones con el presente. Atentados, guerras, corrupción, injusticias, prejuicios- negó con la cabeza -. Por supuesto, nuestro mundo no está totalmente infestado de esa negatividad y también hacemos que de algún modo, nos den ganas de seguir teniendo esperanza y fe al despertar por la mañana. Sin embargo, tendemos a creernos dueños de todo y explotarlo. Por eso digo que es mejor no saber ciertas cosas, porque no todos somos lo suficientemente responsables para cuidar y proteger.

Moon White asimilaba lo que le decía, ciertamente…asustado. Sí, asustado. Si este era tan individualista e interesado… ¿En serio tendrían consideración con las personas en quienes está despertando la magia? ¿Con él o con Twilight, que no eran humanos y querrían "adueñarse" y "explotarlos" por eso, como si fueran una atracción o peor, pruebas de experimentos, como contó la propia Rarity?

-Esta escuela…- habló Moon White -… ¿Por qué no han reaccionado como dices que el mundo lo hace en cuanto los hechos mágicos que han sucedido?

-No me malentiendas- aclaró -. Porque así como existe esas brechas y crudeza, hay bondad. Hay luz entre la oscuridad que guarda el mundo y esas luces comparten el brillo con los demás. Sobre lo que me dices, nosotros hemos asimilado su existencia y guardado el secreto, porque representa todo lo que hace bueno en nuestro mundo, ¿Me sigues?

-Eso creo.

-Twilight Sparkle no es tan estimada por la escuela por el simple hecho de ser una criatura de otra dimensión mágica. Sino por sus valores, sacrificio, la unidad que trajo…de alguna manera, su magia de la amistad no sólo funcionó en Las Rainbooms, sino en todos nosotros. Aunque cometamos errores y podemos ser unos asnos a veces- se sonrió -. Es porque somos…imperfectos. Lastimaremos a alguien o erraremos, por el simple hecho de que no somos perfectos, pero mantenemos ese espíritu de amistad y unión que Twilight dejó una vez pisada esta escuela. Como la amiga que se necesitaba para hacernos ver más allá de nuestras diferencias.

-Has observado mucho a esta escuela, ¿cierto?

-Oye, soy un inventor e investigador del tiempo- se sonrió de buen humor -. Si no soy observador y curioso, estoy haciendo mal las cosas.

-Tú sabes lo que dices- le siguió el dúo con una sonrisa.

-Por eso te digo que mantengo el secreto del reloj- agregó Whooves tras una breve pausa -. Porque el mundo no está listo, y no sé cuándo lo estará. Y mira que han pasado cuatro generaciones.

-El tiempo no cura ni cambia nada- suspiró Moon White. -, somos nosotros.

-Si hay algo que he reflexionado, es sobre el significado del tiempo en nuestra vida. El tiempo se conoce como una medida del transcurrir de un ciclo. Algo así como trazar el límite de esta, cuando podemos darle otra percepción- aclaró la garganta mientras Moon White absorbía lo que decía -. El tiempo no sólo es un límite, es evolución en una forma de energías-tiempo, no como límite-tiempo, como es empleado en la actualidad. El tiempo es oportunidad de crear, de crecer, de corregir, y como tal, debe ser aprovechado antes de que éste termine.

-Y evolución es avanzar- habló, con la mirada ausente, hundido en sus pensamientos -. Y nada nos hace avanzar más que el aprendizaje. El aprender cada escenario de nuestros días- aportó y sus ojos se abrieron un poco ante formar una idea -. El tiempo sólo es una eterna oportunidad para aprender de lo que transcurre en nuestra vida y la convivencia con nuestro entorno nos hace compartir lo que adquirimos. Sentir el paso de la enseñanza sobre nuestro ser y cuando nuestro reloj deje de correr, nuestra alma- decía, llevándose una mano a su pecho –se llevará consigo todo lo que aprendió y recuerde, dejando lo que compartió a los que aún tienen esa oportunidad de formarse, porque es lo que somos, sólo una eterna evolución infinita.

-Buen argumento- aprobó Whooves para arrugar un poco la frente al ver que Moon White se mantenía quieto, aun pareciendo dar flujo a sus ideas en silencio, de a poco, abriendo más los ojos y levantando la sonrisa.

-No puede ser…-se dijo en un susurro, parpadeando entre la incredulidad y emoción -. No puede ser…- repitió ensanchando la sonrisa, ya en celebración para mirar a Turner -. ¡Debo regresar a Equestria ya!

-¿Qué pasa?

-Debo intentarlo- lo ignoró, hablando consigo mismo mientras se bajaba de la camilla-. No me importa cuánto me afecte. Debo intentarlo y hacer que funcione- y lo miró -. ¿Sabes dónde pondrían estar Las Rainbooms?

Muy buenas tardes Wondercolts!- se escuchó el entusiasmado saludo de Cheese desde la oficina de Celestia, usando un micrófono que hacía que su voz se escuchara en los parlantes que se ubican en varios puntos de la escuela. -. ¡Ya mañana al fin será nuestro último día de clases y para celebrar el cierre de este grandioso año escolar, tendremos nuestro tradicional baile de fin de semestre este sábado!- emocionó a los alumnos, quienes emitieron diferentes exclamaciones de júbilo y alivio en las aulas.

-¡Tienen mi pinkiepromesa que será sin duda la más genial porque será CHEESEPINKIEFIESTADA!- se oyó ahora la voz de Pinkie Pie.

Y de mí tienen mi palabra de scout!- comentó Cheese.

-Pero tú no eres scout- se escuchó la risa de Pinkie.

-Pero si fuera uno la tendrían. Debería ser uno, ¿no? Aunque soy muy viejo…

-Pero estoy segura que serías un buen Guía de Campamento.

-¡Oh, sí! ¡Qué lista! ¿Conoces un buen campamento?

-¡Uh, uh! Mis hermanas y yo íbamos a uno de rocas.

-¿Existe campamentos de rocas?

-¡Sip! ¡Ahí Limestone descubrió su juego favorito: "Esquiva la roca" y Marble perdió su primer diente de leche…a la fuerza!- suspiró nostálgica -. ¡Qué tiempos!

-¿Podrían por favor dar el anuncio?- llamó la atención una voz a la distancia de la de los chicos, pero bien se pudo alcanzar escuchar y reconocer que era Celestia…para reconocer también la risa de su hermana Luna. Los alumnos también levantaron unas risas.

-¡Okey, muy bien, a lo que venimos!- anunció Cheese. -Hemos propuesto a la Directora Celestia un plus para emocionar esta votación de nuestra Princesa, que bien saben, se cierra la misma noche del baile. Aprovecho para recordarles que pueden hacerlo a través de la aplicación para Android, creada por nuestro compañero Bright Idea, ¡Un gran aplauso de agradecimiento para él!- motivó para seguido escucharse que aplaudía junto con Pinkie Pie y los alumnos empezaron a aplaudir también, haciendo que Bright en el curso que estaba, se cohibiera un poco, pero agradecido por el reconocimiento mientras sus compañeros le sonreían y levantaban el pulgar.

-¡Ahora sí!- dijo Pinkie Pie -. Sin más preámbulo, queremos informar que…

-¡TENDREMOS PRINCIPE ESTE AÑO!- corearon ambos.

-¡¿QUÉ?!- se sorprendieron más que nada los varones, sin saber muy bien cómo reaccionar al principio. Bueno, casi todos.

-¡Ya era hora!- gritó Caramel saltando de su pupitre y miró a los demás de su clase -. ¡Por fin reconocerán al gran mariscal de campo!

-¡Hey, primero deben votar por ti!- reclamó Cheese desde el parlante.

-¿Pe-pero cómo rayos me escuchó?- se impresionó, mientras en otros puntos de la escuela se veían otras reacciones.

-Yo ya sé por quién votar- le sonreía Mistery a Brawly, quien le sonrió.

-Creo que no es tan mala idea- pensó por otro lado un chico que jugaba cartas a escondidas con un grupo en el vacío laboratorio de ciencias.

-¿No sería genial si fuera Príncipe?- preguntó Snails en son de conquista hacia el lado izquierdo de una chica.

-No, más cool sería yo de Príncipe- contradijo Snips, del lado derecho de ella.

-¡No, yo!

-¡Yo! ¿Te has visto al espejo? ¡Ah, cierto! ¡Se rompe!

-¿Y tú qué? Sin duda no votaría por ti.

-¡Ja! ¡Yo peor por ti!

-Pero ella sí lo haría sobre mí.

-¿Qué? ¡Claro que no, porque lo hará por mí!

-¡Por mí!

-¡Por mí!

-¡Diamond Tiara, ¿Por quién votarías?!- corearon frustrados, mirando a la joven que estaba en medio de ellos, quien tenía un fuerte entrecejo, encolerizada, y rechinando los dientes.

-¡¿Cuántas veces debo decirlo?! ¡Ninguno me gusta! ¡Déjenme en paz!- exclamó frustrada y Silver Spoon ocultó una risa.

-¡Este será el primer baile en el que coronaremos Princesa y Príncipe!- prosiguió Pinkie Pie.

-Además, empezará la tradición de que ellos sacarán tres nombres de chicas y tres de chicos al azar- anunció Cheese -para que sean nombrados como Damas y Caballeros de su Corte, quienes recibirán una banda de tela en reconocimiento al título- concluyó mientras el alumnado empezó a cuchichear más emocionados.

-Después de la coronación y reconocer su Corte, la Princesa y el Príncipe, serán quienes inauguren el primer baile lento, seguido de su Corte- agregó Pinkie Pie para chillar con emoción: -¡Cantado por la talentosísíma Sonata Dusk!

-Pero que no cunda el pánico. Ya saben que se ha reformado desde ese día en el parque de diversiones y ella ha recuperado su melódica voz por su cambio positivo.

-Así que ya saben, estén listos porque cualquiera puede salir Dama y Caballero. ¡Y saber quiénes serán Princesa y Príncipe!

-¡Esto es todo, cambio y fuera!- exclamó Cheese con voz de sargento para soltar una risa y decir antes de apagar el micrófono -. Siempre quise decir eso.

-Creo que esto le dará un toque diferente al baile- pensó Whooves al lado de Moon White, terminando de escuchar el anuncio. -. ¿Ustedes tienen bailes?

-No a cada rato como ustedes- se burló retomando el camino -. Pero el más importante es la Gran Gala del Galope. De ahí tenemos muchas festividades y actividades que celebramos con toda la comunidad. Yo organizo y financio uno.

-¿Ah sí?

-Un museo ambulante del mayor hechicero de mi mundo llamado Star Swirl, el Barbado- contó orgulloso -. Lo inicié hace unos tres años para hacer conocer sus logros ya que pese su genialidad, no era bien conocido, así que, qué mejor que un museo itinerante que visite cada ciudad, pueblo y rincón de Equestria. No fue fácil llegar a un acuerdo para adquirir algunos bienes personales, pero asimismo no imposible- se aclaró la garganta -. Puedo ser una molestia insistente si me lo propongo- confió con burla -. Él creó el espejo que se puede cruzar a su mundo.

-Genial- expresó con una sonrisa sorprendido -. Veo que también creó artefactos pero a base de magia. Eso es increíble.

-Lo era. Pero tristemente son sus hechizos los únicos mejor conocidos. De sus artefactos no dice mucho- se quejó frunciendo el ceño-. Simplemente se sabe que lo creó a finales de su vida y sólo…la Princesa Celestia sabe a conciencia de los espejos dimensionales, los cuales, como todo… ¡Se los guarda para ella misma y no suelta las cosas hasta que se ve Equestria amenazada y deba actuar contrareloj para ser salvada, sólo para ser inútil y sea Twilight la que le salve su Real trasero una vez más!- se descargó con voz acelerada y pesada, dibujando un fuerte ceño y expresión de enojo en su rostro.

-¿Tenías eso contenido hace mucho, eh?- preguntó Whooves.

-Algo- sinceró para resoplar para relajar sólo un poco su expresión, manteniendo el ceño -. Por eso no confío en las Princesas. Ocultan demasiado a sus súbditos. Nosotros tenemos el derecho de saber qué pasa con nuestro Hogar en vez de entrar al pánico sin saber qué ocurre cuando aparezca.

-¿Y qué hay de Twilight? ¿No es ella una Princesa?

-Sí pero…ella es diferente. Digo, ha sido la única que me ha demostrado que puedo confiar. Mantiene sus promesas y dice la verdad, eso es importante para mí. Además…las otras Princesas le ocultan cosas a ella también, pues ha sido Twilight la que ha ayudado a Equestria con cada villano en busca de venganza y enterada de todo a última hora, según me han informado mis contactos de la guardia.

-Mmm- pensó Whooves mirándolo de reojo -. Piensa en lo que te dije.

-¿Ah?

-De que algunas cosas- decía para detenerse en una puerta -es mejor no saberlas. Yo no oculto el reloj por hacer el mal, al contrario. Esa Celestia y sus Princesas tendrán sus razones… ¿no crees?

Moon White le mantuvo la mirada, asimilando sus palabras mientras Turner le levantaba las cejas y asentía, como diciendo "considéralo", para después abrir la puerta, siendo éste el salón de música, encontrando a Las Rainbooms allí.

-Hey, ¿Te sientes mejor?- preguntó Applejack apenas lo vio y las demás se movieron de donde estaban.

-Sí, me pasó bastante- respondió sobándose la cabeza -. Pero debo regresar a Equestria ya.

-¿Qué? Pero creíamos…-decía Rarity.

-Lo sé y lo siento pero debo intentar algo que puede ayudar mucho a Twilight- se disculpó -. Pero mañana vendré más temprano para retomar donde nos quedamos.

-Umm, mañana por ser último día tenemos clase hasta las diez- recordó Fluttershy a sus amigas.

-Es verdad. Puedes venir a esa hora- acordó la vaquera -. Te estaremos esperando en la base de la estatua.

-Está bien- sonrió en aprobación.

-Gracias por guiarlo a donde estaríamos nosotras- exclamó Rarity hacia Turner.

-Ah, no hay problema. En realidad…fue interesante nuestro encuentro- sinceró mirando a Moon White y él se colocó las manos en el bolsillo del pantalón levantando los hombros, asintiendo en acuerdo.

Las Rainbooms acompañaron a Moon White al portal y él colocó una mano hacia la base, atravesándola con ese esplendor mágico que se hace con apenas un contacto cuando está abierto. Las miró sobre el hombro para suspirar y darles la cara.

-Antes de irme, lo siento si fui un pesado- se disculpó.

-Ah…sí… lo fuiste un poco…- admitió Trixie pero con una sonrisa.

-Pero como sea- suspiró -. Espero respeten mi posición, aunque no estén de acuerdo con ella.

Ellas expresaron diferentes gestos en sus rostros, pensativas, pero al fin, asintieron, como aceptándolo a regañadientes, con una esperanza de que tal vez, puedan hacerlo cambiar de opinión, pero usando otras tácticas. Después de todo, lo harían también por limpiar el nombre de su amiga.

Moon White las miró por última vez, les dio la espalda y con ojos cerrados, cruzó el portal.

-Woooo- exclamó en cuanto atravesó al espejo, parado en sus patas traseras con mal equilibrio y se impulsó hacia adelante para estar en cuatro patas, inmediatamente sonriéndose con alivio trotando en un mismo sitio, sacudir su cola, tocarse la melena y… -. ¡Mi cuerno!- exclamó con emoción para reírse de sí mismo.

-Se siente bien recuperar su cuerpo, ¿cierto?- dijo Spike haciendo a un lado el cómic que leía y bajó del mueble hacia el portal.

-Pero debes admitir que ese mundo es realmente grandioso- comentó viéndolo apagar el portal -. Aunque…parece ser más individualista que el nuestro- admitió un poco desalentando.

-No lo sé- contestó encogiéndose de hombros. -. Creí que tardarías más.

-Sí pero surgió algo…- exclamó -. Algo que conviene en lo que busca Twilight. Pero estaré mañana aquí nueve y media en punto para cruzar de nuevo y proseguir.

-¿Pero adelantaste alguna información?

-Oh, dragón, ni que lo digas- respondió levantando ambas cejas mientras asentía. -. Eso lo anotaré, ahora que ya puedo escribir, para que Twilight lo lea. Ahora, si me disculpas, tengo un tren que tomar.

-¿Por qué un tren cuando me tienes a mí?- preguntó enroscándose a su alrededor…

-¡Por Celestia, no, Twilight!-se quejó Moon White con ceño fruncido hacia Discord -. Dije que no quería volver a…

-Ah, bah, no seas chillón- exclamó y lo hizo aparecer dentro de un corral con juguetes de bebés. Moon White dibujó un ceño y le lanzó una sonaja que Discord evadió partiéndose por la mitad y volverse a juntar -. Además, Twilight no me dijo que viniera por ti- aclaró mientras Moon White forzó el rostro para teletransportarse fuera del corral, haciéndolo tambalear un poco.

-¿Entonces por qué…?- preguntaba, sobándose la sien ante el hechizo.

-¡Porque somos amigos, pequeñín!- exclamó interrumpiéndolo para abrazarlo incómodamente mientras frotaba los nudillos de sus garras en su cabeza. -. Así que no seas malagradecido si me ofrezco en esta ocasión para hacerte de transporte- aclaró, para soltarlo y hacerlo caer sobre una pila de plumas que salieron volando como mariposas. -. Lo que más entendí de la amistad es ser amable- se justificó juntando las manos mientras parpadeaba con "inocencia".

-¿Qué hago para deshacerme de él?- le preguntó Moon White a Spike.

-Es el Espíritu del Caos…nada.

-Como sea, no tengo tiempo para esto.

-¿Por qué? ¿Qué vamos a hacer?- exclamó Discord con emoción.

-¿"vamos"? Me suena a manada- resopló caminando hacia la puerta del salón.

-Oh, vamos, yo te llevo, ¿Dónde quieres ir?- insistió deteniendo su andar y lo alzó del cuerno para hacerse aparecer en cada lugar que decía Discord: -. ¿Las Pegasus? ¿Cloudsdale? ¿Manehathan? ¿Appleloosa? ¿Cañón Letal? ¡Ése me encanta!- se detuvo en ese lugar -. ¿No son lindas sus zarzas espinosas, y anguilas quarray?- preguntó volando cerca de los orificios donde residían esas criaturas violentas aun sujetando a Moon White del cuerno, quien tensó el rostro al verse expuesto a ese peligro y tanto su melena y pelaje se movieron en cuanto una fuerte exhalación salió de una anguila.

-¡Canterlot, Canterlot!- exclamó removiéndose colgado de su garra mientras escuchaba el movimiento de la anguila que ya iba a salir a atacar a los intrusos.

-Pfff, como quieras, pequeñín- resopló bajando las cejas y desaparecieron justo a tiempo que la anguila salía violenta mostrando sus afilados dientes.

Discord lo hizo aparecer en la sala de su casa.

-Me saliste aburrido igual que las otras ponies- se quejó Discord soltándolo y viéndose las garras de su pata de león.

-¿Qué rayos sucede contigo?- reclamó cayendo al piso.

-Estaba aburrido mirando la pared secar…literalmente. He pintado mi morada, ¿Quieres visitarla?

-¿A tu mundo caótico? ¡No! Increíblemente no si eres el Guía- respondió para erguirse y empujarlo por la espalda mientras caminaba hacia la puerta-. Ahora vete, tengo cosas qué hacer a diferencia de ti.

-Ay, pero qué mal anfitrión- se quejó dejándose empujar -. ¿Así tratas a las visitas en tu casa?

-Las no deseadas, pues sí, pregúntale a tus mismas amigas- contestó para caer hacia adelante cuando Discord se hizo desaparecer y apareció tras de él de brazos cruzados.

-Pues me has defraudado, pequeñín. Yo, que creí que podríamos ser el dúo dinámico.

-¿Disculpa?- dudó levantándole una ceja.

-Pues si no te has dado cuenta, eres el único corcel que conozco, ¿No es eso triste?- dramatizó, dejándose caer a un sillón largo que hizo aparecer -.¿Estar rodeado de yeguas todo el tiempo cuando eres el único varón?

-¿Qué hay de Spike?

-Es un niño- aclaró levantando una de sus pobladas cejas.

-Pues hay millones de corceles allá afuera- aclaró levantando un casco. -. Ahora, déjame solo.

-Como quieras. Igual, mi pared ya debe estar seca. Conserva el mueble- y chasqueó los dedos para desaparecer.

-Mmm- pensó Moon White mirando el mueble cuando éste comenzó a saltar como si fuera un cachorro y se le abalanzó encima en emoción de saludo -. ¡Discord! ¡No lo quiero, llévatelo! ¿Me oyes? ¡Diiiiiscord!

-¡Sabía que cambiarías de parecer!- celebró el draconequus retornando.

-¡Sólo sácame esta cosa de encima!- reclamó.

Discord hizo aparecer un juguete de hule en forma de hueso, mostrándoselo al mueble, que al verlo se apartó de Moon White e iba hacia Discord, pero éste abre otra dimensión y tira el juguete allí, haciendo que el mueble con personalidad de cachorro salte y desaparezca por allí.

-¿Adónde lo enviaste?- dudó levantándose del suelo.

-Ah…yo qué sé. Lo hice al azar- restó importancia.

-Tú puedes abrir portales a otras dimensiones- pensó -. ¿No puedes…?

-¿Al que deja cruzar su dichoso espejito? Pues no. Soy el espíritu del caos. Sólo puedo abrir aquellos mundos carentes de sentidos y caóticos… ¡¿No es eso una bendición?!- celebró para abrir otro con varios colores chichones mezclados -. ¿Quieres visitar uno?

-Por Celestia…- refunfuñó llevándose un casco en la frente -. Insisto. Hay otros corceles a quien puedes fasti…es decir, hacer amistad.

-Pues digamos que no hay una fila aguardando por tener el privilegio de mí amistad, así que siéntate afortunado- aclaró cerrando el portal y se acarició su larga y blanca barba -. Me hace pensar… ¿Por qué rehusar mi amistad sin haberla probado antes?

Moon White abrió la boca pero no salió nada. Ya había escuchado eso antes. De él mismo. Cerró la boca con un suspiro resignado.

-Okey, va, vamos a probarla- sentenció y Discord aspiró sorprendido.

-¿En serio, pequeñín?

-¿Tengo opción?- resopló -. Sólo deja de decirme "pequeñín" e intentar infartarme ya no sólo apareciendo en mi baño, sino llevándome como cebo de anguilas quarray. Y claro, dándole vida a muebles que se me tiran encima.

-Jejeje. Admite que hice de tu día más interesante.

-Sólo déjame trabajar- suplicó con un suspiro cansado.

-De todos modos Smooze viene de visita- hizo un gesto -. Amistad es amistad…aunque tu amigo deje sustancia babosa por todo el piso y debes ocultar todo lo brillante.

-Creí que no tenías amigos varones.

-Smooze no tiene género aunque me le dirija con un "él" . Es un baboso…literalmente.

-Ah.

-Bueno, me voy, pequeñín.

-Que no me dig…- decía pero al verlo desaparecer, calló.

Hay muchas clases de dolor.

Unos que clavan el centro de tu corazón, en especial cuando son sentimientos que no puedes controlar, porque lo que dicta tu interior, es más fuerte y convincente de lo que realmente hubieras preferido para ti, en especial para alguien más que crees que no merece tu decisión, porque sabes que vas a lastimar.

Era esa clase de dolor que sentía Lyra Heartstrings apenas divisó la mesa en la que estaba sentado Bicmac en el Café.

Hubo alguna vez, en que pasaron sus mejores momentos de su relación en este lugar. En el que compartían la risa, la tierna mirada, el entrelazar los dedos y dejar un rubor por allí. Envuelto en un indescriptible sentimiento de cariño, todo agradable y divertido.

Pero mientras más Lyra se acercaba a aquella mesa, más podría darse cuenta, que esa sensación había desaparecido…y sentía tantas ganas de llorarle. Llorar desconsolada de rodillas y abrazarlo por la cintura, por sentirse diferente y de saber que esas escenas, no volverían más.

Era esa clase de dolor que sentía. El dolor de enfrentar, cuando se te acaba el amor.

-Hola- dijo Lyra sentándose en la silla frente a él.

-Hola- contestó Bicmac, con sus ambos brazos sobre la mesa, rodeando un vaso largo de plástico transparente para deslizarlo hacia Lyra -. Pedí el frappuccino para ti.

-Gracias- aceptó tomando el vaso y tenerlo entre sus manos, con la vista clavada en ese café helado. Lanzó un suspiro con los ojos vidriosos, empezando a descomponerse. -. Lamento haber sido una tonta.

-No estoy enojado, Lyra- se apresuró en decir, estirando una mano sobre su muñeca, haciendo que la joven levantara sus ojos dorados vidriosos hacia él. -. Te puse en una encrucijada con la decisión de la beca. Eso te tiene tensa y evitas hablarme.

-Lamento dudar tanto- jadeó y cubrió su cara con sus manos -. Pero no es sencillo- agregó para destaparse la cara y mirarlo enseguida -. Yo te quiero. De eso no hay duda. Te quiero. Nunca nadie me había hecho sentir así en mi vida. Solo tú.

-Pero…

-Pero…no quiero ser el ancla de un prometedor futuro.

-No lo serás, Lyra. Podemos seguir nuestra relación a distancia. La ciudad en la que me mudaré no es tan…

-Eso decimos ahora- le interrumpió -. Pero después las cosas van a cambiar.

-¿Por qué tan segura?

-Sé que no funcionará. No va a funcionar.

Bicmac se la quedó mirando, dejando expresar cierto dolor en sus ojos verdes.

-Te quiero pero…- decía ella dubitativa, rodándole las lágrimas.

-Muchos "peros", Lyra.

-Lo siento.

-Y muchos "Lo sientos" que suenan a excusas.

-¿Qué quieres de mí?- jadeó.

-Que tengas fe en nosotros- admitió con tristeza -. Pero no lo tienes.

-¿Y tú sí?

-Yo no sé qué pasará más adelante. No sé. Pero sé lo que siento y pienso ahora, y es que te quiero. Si me quedo…

-No me lo perdonaría- le interrumpió -. Tú y tu hermana tienen que mantener el negocio familiar. La abuela Smith necesita descansar. Se va retirar ya de la Cafetería por cuestión de salud y mientras tú estudias, Applejack mantendrá la granja sin más ayuda que la suya y la de su pequeña hermana. ¿Acaso no lo ves? Te quiero lo suficiente como para velar por tu bienestar y el de tu familia. Quiero que no te compliques. Quiero saber que tienes toda la libertad y serenidad de construir un mejor mañana para ti, Applejack, Applebloom y la abuela Smith- miró a un lado -. Tú eres bueno…y te vas para una mejor vida por ellas…por tu familia…- se le cayó una gruesa lágrima -…y yo sólo seré un ancla en tus planes…por más que me contradigas…

Lyra sintió la calidez de las manos grandes de Bicmac cubrir las suyas. Él le miró sus ojos vidriosos y rostro enternecido, mirándola con un inmenso cariño que le hacía doler el pecho con cada latir de su corazón.

-Lo lamento…pero…- sacudió ella la cabeza -…no puedo continuar con lo nuestro.

Hubo un pesado silencio, uno que podía cortarse con un cuchillo. Bicmac se limitó en asentir un par de veces, con sus ojos en ella pero no precisamente mirándola, sino encerrado en sus pensamientos.

-No ha sido fácil asimilar tantas cosas…- continuó Lyra -…entre ellas que te vas… ¿Estamos bien?

-Claro que sí- contestó sin saber qué expresar en su rostro -. Supongo que esto significa que no iremos al baile juntos.

-Pues…ya no.

Cierto ambiente penoso los envolvió, sin saber bien qué decir. Lyra resopló y se levantó de la silla. Ahora que ya no eran pareja…cierta incomodidad los envolvió. Ella se esforzó en sonreírle de lado.

-Yo…me tengo que ir.

-Claro. Yo aún me quedaré un rato- avisó y estiró su brazo a la bebida para entregárselo -. No olvides tu frappuccino.

-No- contestó con mirada suave tomando el café-. Cuídate- deseó con la garganta hecha nudo.

-Siempre lo hago- sonrió.

Lyra se fue caminando de prisa para que no la viera llorar y él se quedó allí, dejando al fin soltar un profundo suspiro de frustración, restregándose fuerte la cara. Por supuesto que no lo tomó tan bien. Eso fue realmente incómodo. Un rompimiento algo frío, algo…no sabría expresarlo, era tan extraño. Sólo sabía que su relación que pendía de un delicado hilo ya terminó por romperse. Se quedó con los codos sobre la mesa, pasando las manos a su cabellera, pensando qué había hecho mal o cuándo ella mostró signos de que las cosas estaban cambiando. Bueno, todo fue a partir de la beca que ganó en una buena universidad en otra ciudad. Desde allí no es la misma y si se queda por ella, ¿Qué le asegura una estable relación? La quería, sí, pero, ¿la amaba?

¿Podría perder la oportunidad de estudiar el tercer nivel en una buena universidad, enorgullecer a su familia y a la vez, ayudar a administrar mejor la granja, por una relación que desconoce tenga futuro? Está en el presente, y la quiere, pero, Lyra le hizo ver más allá ahora. ¿La ve a ella años después, como su pareja? Tampoco él se perdonaría si se quedaría para una relación sin futuro. Encorvó las cejas, porque ahora era él quien dudaba de lo que sentía. Ahora podría entender mejor a Lyra. Sintió un sabor amargo no sólo en la boca, sino una amargura también en su pecho mientras le vidriaban un poco los ojos.

Tiró un gruñido.

Estaba muy confundido. Había terminado su primera relación y no sabía realmente qué sentir.

-Ahm…- escuchó una delicada y suave voz cerca. Trató de componer la postura y levantó el rostro para ver a la mesera -…eh…- balbuceaba con sus ojos concentrados en su libreta…más bien un ojo, ya que el derecho estaba cubierto por un mechón de su cabello lacio y gris oscuro -…¿P-piensa ordenar…algo más?- preguntó con profunda timidez para levantar la cabeza y al verlo, apretar los labios y agrandar un poco sus ojos violetas que destacaban por su tono de piel gris claro, entumeciendo los músculos de la cara y apretar con fuerza las manos en la libreta que sostenía para después como tic, llevarse una mano hacia su collar, que era de tres rocas.

Bicmac le sostuvo la mirada ante la posición cohibida y avergonzada de la joven, que usaba sus típicas botas conchevino largas hasta la rodilla, una falda color canela y blusa violeta de botones en frente. La ternura y aquella energía que emanaba, tan dulce, le alivió bastante la frustración de hace un rato. La joven, al ver que la miraba tan detenidamente, perdió la lucha contra el rubor y sus mejillas se colorearon lentamente de un tono rosa pálido. Curvó más las cejas, levantando la libreta sobre su nariz y boca, como una forma de ocultar su vergüenza.

-Hola…- saludó Bicmac con esa extraña vergüenza envolviéndole la garganta, casi ahorcándolo. Siempre se encerraba en esa vergonzosa sensación cuando estaba cerca de…-…Marble Pie.

Ella levantó la mirada tímida y soltó la mano de su collar, para saludarlo sacudiéndola de un lado a otro lentamente.

-…Uhumm…- emitió ella formándosele una pequeña pero no insignificante sonrisa.

-¿Dónde están?- se sulfuró Luna apretando los dientes caminando por los pasillos. -. Sonó la campana hace media hora y ninguno se ha reportado. Mejor dicho ¡No he visto a ninguno en casi toda el día!

-Tranquila…de seguro tuvieron una emergencia…- la calmaba Celestia con un juego de llaves en mano, se pararon frente al cuarto de limpieza para abrirlo y encontrar al conserje y ambas mujeres de limpieza durmiendo.

-Emergencias mis polainas- se descargó Luna para dirigirse a ellos -. ¡A LEVANTARSE QUE CANTÓ EL GALLO!

-¡Luna!- regañó Celestia mientras los tres trabajadores se sobresaltaron, despertando al mismo tiempo.

-¿En serio? ¿Se pasaron mediodía durmiendo?- exclamó Luna con entrecejo.

-Lamento la reacción de mi hermana- se disculpó Celestia lanzando una mirada acusatoria a Luna -. Pero tiene razón, ¿Por qué están durmiendo aquí en vez de cumplir con sus labores?

-¿Britney…?- parpadeó la rubia de ojos lilas, buscando su reproductor para ponerse los audífonos y suspirar aliviada -. Oops!... I Did It Again…

-Sólo fuimos por una siesta, doña- calmó la trabajadora de cabello corto café con desaire, parándose del suelo.

-Aun me pregunto por qué la contratamos…- le murmuró Luna a Celestia.

-Acabo…de tener…un sueño…- se interrumpió el conserje, recordando a dos alumnas en ropa interior en este mismo cuarto, miró a sus autoridades y él sacudió la cabeza -…olvídenlo…lo siento, haré doble turno.

-Eso iba a decirles- exclamó Luna con entrecejo para darse vuelta, enfadada.

-Debo advertir que otra situación así y me veré obligada a tomar medidas más serias- alertó Celestia -. A trabajar- exclamó para irse también.

-¿Cómo pudimos hacer esto?- se preguntó la rubia con solo un audífono. -. Me recuerdo tan despreocupada aceptando la siesta…

-Me importa un comino- exclamó la otra mientras salía.

-Evitaré a esas alumnas…siempre… - pensó el conserje tras ella, avanzando en el pasillo.

-¡Hasta mañana, Señor Clean!- despidió con una radiante sonrisa mientras le hacía de la mano…Carrot Top.

-¡Ahhh!- gritó separándose de ella. ¡Era la joven del sueño!

-¿Le pasa algo malo?- le preguntó con "inocencia", acercándosele jugando con las puntas de su cabello con ese tierno parpadear. -. Parece nervioso.

-N-no, jovencita. Hasta mañana- exclamó para decir entredientes mientras se iba: -. Necesito terapia…¡ya!

-¡Hasta mañana!- despidió ella con esa voz dulce, para subir una lenta sonrisa con una profunda risa, disfrutando la situación.

*Cañón Letal es el lugar donde Rainbow Dash hizo la última prueba para escoger a su mascota.

Pues el 20% ganó la semana pasada xP lo siento por no subir el viernes como creí pero ya saben, cosas qué hacer y además quiero darles un capítulo de calidad. He aquí el resultado, so... ¿Qué tal? Puede que me salió largo el cap…pero decidí dejarlo así para darle fin ese arco de Moon White en su primer viaje. A ver si adivinan de cuál se centrará el siguiente xD*sí, ya lo tengo fríamente preparado xP*

So, ahora…

La charla del tiempo.

¿Qué teorizará Moon White con la magia del mundo humano tras la charla?

Brawly y Mistery xD

La duda de Cherry…

¡Una nueva transformación de Sunset! D: pobre Trixie T.T

¡EL universo de nuevo haciendo de las suyas! xD Pero las rainbooms querrán contrarrestar esta mala semana a su amiga xD

El baile con su nueva tradición, ¿eh?

Y LyraxBicman…no va más…pero apareció alguien…la linda y tierna Marble x3

¡Y pues debía poner qué sucedió con el conserje y las mujeres de limpieza tras el "secuestro"! xD

So…comenten, es gratis (? xP jajaja gracias por leer y…

¡Sunny Honey, fuera!

Next Chapter: Fuimos y Seremos Estimated time remaining: 0 Minutes
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