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La Redención de Twilight

by Rombla

Chapter 2: Despedidas

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Capítulo 2: Despedidas.

No le costó nada quedarse dormida en cuanto llego a su habitación. Se sentía cansada casi todo el tiempo desde que había vuelto y sabía que dormía más de la cuenta. Sin embargo, aunque dormía mucho, sus sueños no le daban ningún tipo de descanso, a menudo, soñaba en que estaba encerrada en una oscuridad casi total y por más que trataba de salir de ella, está la jalaba más y más y cuando parecía que la iba a terminar de absorber, Twilight despertaba agitada.

Otras veces, soñaba con la Reina, pero no como tal si no como si fuera una sombra que la opacara, normalmente cuando soñaba con ella la princesa de la amistad solía pelear contra su contraparte malvada y la Reina solo se limitaba a reírse de ella y Twilight despertaba llorando. Esta vez, no soñó con la Reina ni con la oscuridad.

Dentro del sueño, se encontraba en un paraje de hierba alta, rodeada de árboles, el cielo era amplio y azul una brisa primaveral le recorrió el rostro y jugo son su melena un poco. Twilight empezó a caminar sin fiarse mucho del aspecto pacifico de su sueño hasta ese momento, no era la primera vez que soñaba con lugares así que al final terminaba siendo pesadillas.

No supo cuánto tiempo estuvo caminando sin rumbo, se estaba empezando a preguntar porque todo estaba tan quieto y si en verdad no era algo que se fuera a esfumar de un momento a otro.

—Twilight… —Susurro una voz apenas audible e irreconocible hasta ese momento. La alicornio se quedó quieta al escuchar eso, tratando de pensar si era buena idea o no el empezar a escuchar voces en sus sueños. —Twilight…—Repitió la misma voz en un tono un poco más fuerte. —Ven…

La poni color lavanda, sin saber bien porque, empezó a caminar hacia la voz que la llamaba, que cada vez era más fuerte y más clara, sentía como el corazón le latía con fuerza y al mismo tiempo tenía una necesidad casi mortal de ver quien era ese desconocido que la llamaba. Conforme se iba acercando más se daba cuenta que se trataba de una voz masculina, bastante melodiosa pero firme.

Termino por llegar al centro del pastizal donde había un gran árbol frondoso que no había visto hasta ese momento. Dándole la espalda y viendo al árbol de frente, se encontraba parado un poni de color gris casi negro y una melena de un tono gris mucho más claro.

—¿Tú eras el que me llamaba? —Pregunto la alicornio jadeando.

El poni volteo a verla y la alicornio se dio cuenta que se trataba de un unicornio y también de que tenía una especie de guardapelo colgado alrededor del cuello. El desconocido se limitó a sonreír y de repente algo la despertó.

…..

El ruido en su habitación fue lo que la alerto y algo asustada tomo lo primero que vio y lo lanzo al origen del ruido.

—¡Auch! —Mascullo una voz familiar. —¿Una bandeja? ¿En serio era necesario?

—Oh lo siento mucho Spike. —Se apresuró a disculparse Twilight que se relajó y se dejó caer entre los almohadones de su cama. —Pensé que eras…

—¿Un intruso? —Mascullo el dragón que se estaba sobando la cabeza en donde le había pegado la bandeja que la alicornio le había lanzado —Luna tiene a los Guardias afuera de tu habitación, un intruso la tendría difícil.

La poni se quedó viendo el techo pensando en todo lo que estaba pasando, en su sueño, en los preparativos del viaje, en todos los peligros a los que se iba a enfrentar antes siquiera de llegar a la tierra de los dragones…

—¿Estas bien, Twilight? —Dijo Spike interrumpiendo todos sus pensamientos.

—Sí, yo solo… Pensaba. —Contesto la princesa de la amistad, volteo a ver su fiel ayudante, a cualquiera que no lo conociera tan bien como ella o sus amigas al verlo con la poca luz que entraba por la ventana del balcón de seguro le daría mucho miedo.

—¿En qué pensabas? —El dragón la vio con cara de inocencia como si en verdad no supiera que era lo que estaba pasando. Twilight sintió una punzada de cariño y de ternura, junto con una de tristeza.

—Creo que sabes en lo que estoy pensando Spike. —Se limitó a decir de forma fría y dura. —Supongo que esa es la razón de tu visita ¿No?

El aludido sintió como se ponía rojo de la vergüenza. En parte había ido a la habitación de Twilight por eso, pero había otro motivo mucho mayor. Spike, al igual que ella había interactuado con la oscuridad de la Reina por mucho tiempo y también había dejado secuelas en él. Cuando despertó a mitad de la noche, agitado y sin saber que hacer salió de la habitación que le había asignado Luna en el castillo y corrió al primer sitio donde sabía que se sentiría seguro. Si eso no era considerar a Twilight como una madre, entonces no sabía que lo era.

—De hecho…—Empezó Spike, agradeciendo la poca luz de la habitación. —Venia para saber si…

—¿Si qué?

—Si puedo acorrucarme contigo en la cama. —Su voz le salió de una forma aguda que no le agrado en nada.

— ¿Qué? —La alicornio sonrió sin creerse la petición de su ayudante, en ese momento se parecía más que nunca al bebe dragón que antes había sido.

—Yo… Yo tuve una pesadilla… Con respecto a… Ya sabes…. Ella. —Una sombra de rencor le recorrió los ojos para luego ser remplazada por una súplica. —Y yo… No supe a donde ir…

—Shhh—Pidió Twilight que no había perdido la sonrisa. —Dudo que los quepamos en la cama. Incluso aunque te encojas.

—Me basta con eso. —Respondió Spike que se apresuró a acercarse a la cama de la poni.

Se acurro junto a ella y se encogió lo más que pudo, hasta que su cabeza y cuello cupieron recargados en el lado de la cama de Twilight que no estaba utilizando. La poni color lavanda se dio la vuelta y ambos se quedaron callados sin decirse nada mientras esperaban quedarse dormidos pero el sueño parecía que se habia esfumado.

—¿Era la oscuridad? —Pregunto finalmente la alicornio sin voltear a ver a Spike. —En tu pesadilla.

—No era eso. —Respondió el aludido mientras soltaba un suspiro. —Fue simplemente… Un recuerdo... Un miedo… No lo sé con certeza. —Hizo una pausa— Siempre es lo mismo. Ustedes siendo atacadas por Guardianes, pidiendo ayuda a gritos y yo me limito a ver mientras las masacran. A veces trato de llegar hasta ustedes y de ayudarlas, pero entonces aparece una jaula que me impide pasar… Otras veces es Ella la que me detiene jalando una cadena que tengo atada al cuello… Odio eso, más porque me siento como un pequeño bebe indefenso y sin poder hacer nada…

—Lo siento mucho Spike. —Twilight se dio la vuelta para verlo de frente, sintió como su culpabilidad crecía más en su pecho. —En verdad, siento mucho haberte hecho esto a ti.

—No fuiste tú la que hizo todo de lo que te acusa o todo lo que creen esos burócratas que hiciste. —Spike la miro sin rastros de enojo y con una leve sonrisa. —Fue la Reina. Y eso es algo que tengo muy en claro, porque sé que todos estos años estuviste encerrada dentro de ella… Y considero que ese fue suficiente castigo.

La alicornio soltó un suspiro. Lo que menos quería era tener que lidiar con lo que le fueran a decir sus amigas y Spike, a Discord lo habia podido ignorar pero a ellas y a él… No estaba tan segura de poder hacerlo.

—No hago esto solo por la presión de unos cuantos ponis Spike… Si no porque en verdad me siento culpable. Sé que fue la Reina la que masacro a todos esos unicornios, la que mato a tantos y tantos… —Miles de recuerdos y miles de rostros pasaron por su mente mientras hacía memoria de todos los pueblos que masacro la Reina para hacerse con el poder de Equestria. —Tu igual que yo sabes bien que Canterlot solo fue la primera ciudad que masacro.

Un mar de recuerdos ataco al dragón, mientras recordaba que era lo que hace la Reina a los pueblos que se negaban a aceptar su gobierno. Sacudió la cabeza para quitarse esas imágenes mentales de ella.

—Si no la hubiera creado…

—Él hubiera no existe Twilight. Lo que paso, ya paso y no lo puedes cambiar.

—Por eso debo cumplir el castigo entonces. Entiéndelo por favor Spike, no puedo vivir conmigo misma con toda esta culpa, si encontrar a Celestia repara un poco el daño que hice, estoy dispuesta a ir a buscarla.

—Pero… —De los ojos del dragón empezaron a salir lágrimas. —¿Qué hay de nosotros? Estuvimos todos estos años peleando por recuperarte, por traerte de vuelta… ¡¿Solo para que te vayas otra vez?!

Spike saco la cabeza de la cama de Twilight y le dio la espalda, en un triste intento de ocultar las lágrimas que le estaban saliendo sin parar. La alicornio sintió como una parte de sí misma quería ceder ante ese llanto, quería abrazar al dragón y decirle que no se iría que todo estaría bien… Pero sabía que nada en ese momento estaba bien. Se acercó hasta él y le toco el hombro con cuidado, provocando que su ayudante la volteara a ver con ojos llorosos.

—También para mi es difícil, Spike… Pero… —De los ojos de la poni también empezaron a salir lágrimas. —No puedo vivir así, no puedo. No puedo ver a ninguno de mis súbditos sin sentir como la culpa me carcome, no puedo ni siquiera ver a Rainbow y a las demás sin sentir eso. Les arrebate más que años, les arrebate una vida por completo. Una vida más feliz y sin peligros… Yo…Yo…—La voz se le rompió mientras volteaba a ver al suelo. —No puedo, Spike. No puedo. No los quiero dejar, ni mucho menos ir a un viaje tan peligroso. Pero es algo que sé que tengo que hacer, por lo menos para encontrar un poco de paz conmigo misma.

El dragón tomo a la alicornio con cuidado y la abrazo lo más fuerte que pudo sin lastimarla, esta a su vez le regreso el abrazo con fuerza, mientras los dos lloraban lágrimas silenciosas. A Spike le habia quedado bien en claro que por más que trataran de persuadir a Twilight de que no fuera a donde fuera ir, ella de todos modos iría.

—Solo…Solo prométeme que volverás. —Pidió Spike. —Mi hija necesita conocer a la poni que me trajo a este mundo.

—¿Hija? —Pregunto incrédula la poni. —¿Rarity esta…?

—Si lo está. —El dragón sonrió un poco. —Pero no sabemos si será un varón o no. Pero siento dentro de mí ser que es una niña.

Twilight sonrió. Al menos no les habia quitado esa oportunidad a Rarity y a Spike.

—Prometo que volveré. —Prometió la alicornio, mientras volvía a abrazar al dragón.

….

—No la van a hacer cambiar de opinión. —Interrumpió Spike. —Por más que traten no lo hará.

Rainbow lo miro de forma moribunda mientras fruncía el ceño, Rarity soltó un suspiro al oír esas palabras de la boca de su esposo. Estaban reunidos en un salón bastante amplio en donde Luna les habia indicado que sería el lugar de sus comidas, estaban tratando de pensar en una forma de convencer a Twilight para que no se fuera.

—¿Estás seguro, Spike? —Pregunto con desilusión Fluttershy.

—Estoy más que seguro. —Respondió soltando un suspiro y volteando a ver el plato lleno de zafiros que le habia llevado. —Además que… Comprendo porque quiere ir.

—No es necesario que le haga caso a ningún poni, sabemos que ella no es culpable de lo que hizo la Reina. —Añadió Applejack que miraba de forma suplicante al dragón.

—Sé que no soy culpable de eso, pero sí de las consecuencias que trajo la Era Oscura para Equestria. —Dijo una voz desde la puerta.

Las cinco ponis y el dragón voltearon hacia la entrada de la habitación y vieron que se trataba de Twilight. Todas sintieron como les crecía un rubor en las mejillas y un silencio incomodo se instaló en el cuarto mientras la alicornio se acercaba hasta la mesa, sentándose entre Spike y Rainbow Dash.

—Twilight nosotras…—Al fin se animó a decir Rarity rompiendo el frio silencio.

—Sé que trataban de pensar en algo que me persuadiera de no ir. Pero… Simplemente no puedo no ir.

—Si es por esos ponis idiotas que no saben ni siquiera que fue lo que paso con certeza…—Empezó Rainbow

—No es por ellos, Rainbow. —Interrumpió la princesa de la amistad. —Escuchen, puede sonar una tontería pero… Siento una culpa enorme. No por la Reina, ni por lo que hizo, si no por las consecuencias que traje yo al crearla.

Hizo una pausa, mientras esperaba que alguna dijera algo, pero eso no ocurrió, así que continúo.

—Les arrebate a miles de ponis una vida. Una vida con paz y con felicidad, con problemas normales. Y es algo que no puedo remediar. A miles de jóvenes como Freeice les quite la oportunidad de una vida buena y a los que quedaron huérfanos… Ni se diga.

—Freeice tuvo una buena…—interrumpió la pegaso de crin multicolor.

—Lo sé, no estoy cuestionando la forma en la que acogieron a Freeice. Solo digo que no todos los potros y potrancas que quedaron huérfanos por la Reina hayan tenido tanta suerte como la tuvo ella. —Soltó un suspiro. —Por favor, comprendan que no las quiero dejar… —Le empezaron a salir lágrimas de los ojos. —Tengo tanto de lo que ponerme al día, todos sus hijos… No me quiero ir. Pero es algo que tengo que hacer. No puedo evitar verlas a ustedes o a cualquier poni sin pensar en todo lo que les quite por mi ambición…

El llanto de Twilight inundo la habitación, a pesar de estar llorando de una forma apagada. La primera en acercarse a ella fue Applejack.

—Lo comprendemos caramelo pero… También tienes que comprendernos a nosotras. Acabamos de recuperar a nuestra amiga. Y ella se va a volver a ir…

—No queremos que te vayas Twilight. —Agrego Pinkie acercándose a su amiga. —Pero si tú crees que es necesario irte y hacer lo que sea que tienes que hacer allá afuera…

—Puedes considerar que te ayudaremos para que sea más fácil, aunque no vayamos contigo. —Concluyo Rainbow.

Las cinco se juntaron para abrazar con fuerza a la alicornio que sonrió de forma triste mientras sentía el apoyo de sus amigas, no cabía duda de que tenía la maravillosa suerte de tener a esas cinco ponis a su lado.

—Gracias chicas… Yo… Volveré lo más rápido que pueda, lo prometo.

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