Un saludo a Kushina XVER y Angel de Acuario

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Capitulo 3: La sangre que se derrama
3 Una armadura a manos del dorado

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En la casa de libra estaba yendo David de Andromeda, Aldebaran de Tauro, Dina de la Osa Mayor, James de Hidra y Agrias de Pegaso. La imagen de un anciano se veía mientras bajaban las escaleras del templo. Aquel viejo parecía estar meditando. Pero de inmediato salia de su meditación y bebía de una cantimplora con unas ganas. Como una sed insaciable la cual aun bebiendo de ella no parecía satisfacerlo. Bebiendo hasta la ultima gota de su cantimplora el viejo la arroja al suelo y vuelve a su meditación.

— Hield perro sarnoso. ¿que estas haciendo? — Dijo Aldebaran
— Aléjate de mi zángano inútil bueno para nada. — Dijo Aquel Hombre borracho. Vistiendo los mas asquerosos trapos viejos sucios y enmarañados.

Aldebaran solo quedaba rascando su cabeza ante los insultos del anciano. Agrias solo se reía de los malos tratos que el viejo le daba a Aldebaran. El viejo al ver a las chicas de inmediato cambio su tono y dijo. — Hola. Muy buenos días ¿Que trae a la casa de libra a estas dos bellezas? — Dijo el anciano, el cual estaba toqueteando a Dina. La cual ofendida por aquella actitud pesca del cuello y lo golpea en el rostro. — ¡Que atrevido! — Dijo ella.

— Hield de libra... aun viejo como que pierdes lo noble.
— Vah... Que nobleza ¿La que tienes tu lo dudo? Aun recuerdo esa noche en la taberna. Te movías como loco. — Dijo el viejo. El cual se estiraba en el suelo acomodándose para tomar la siesta.

— Eh... Levántate. Necesitamos tu ayuda. — Dijo Tauro
— Pídela a alguien mas.

— Necesitamos que arregles la armadura de Andromeda. — Dijo Agrias
— Dile que chupe limón.
— Entonces vete al infierno.
— Niña... de ahí vengo. — Le respondió el Anciano. El cual se levanta y abre sus ojos hacia la chica. Agrias al mirarlo esta retrocede un poco.

— Levanta la guardia. si logras hacer que caiga al suelo are lo que me pidan.

— Con gusto. — Dijo Agrias. La cual se pone en guardia para pelear
— Aguarda Agrias. Si alguien tiene que pelear ese debería de ser yo. — Dijo David

— Bien. Eleva tu cosmos y lucha. — Dijo Hield. el cual eleva su cosmos, levantando sus brazos e esperar al caballero de andromeda.
— aun que no deba. — Dijo Andromeda. El cual saca sus cadenas de la caja. Estando frente a Hield el cual con su mano hace la ceña de que se acerque.

— ¡Cadena Nebular! — Grito Andromeda. Su cadena rectangular sale disparada a dirección del viejo.
— JA... Que obvio. — Dijo Hield. El cual se hace a un lado y toma las cadenas con su mano izquierda.

— ¡No puede ser! —

Hield tira de la cadena de andromeda. David de un tirón cae hacia hield el cual teniendo a andromeda de frente suelta su cadena y le dice — Menudo desperdicio de caballero. Levántate y pelea. —

Estando de frente a Hield prepara otro ataque especial — ¡Tormenta nebular! — tirando mas fuerte que una ráfaga de viento su ataque final. Hield al tenerlo de frente no logra esquivar su ataque. Pero tampoco le vasto esquivarlo para poder resistirlo. — Vamos ¿es todo lo que tienes? También tengo derecho a divertirme. — Dijo Hield. El cual avanza hacia David. el intenta alejarse de el pero Hield a un paso veloz golpea a David en el estomago. Este cayendo al suelo Hield le patea con lo cual David quedo en el suelo. — Creo que no sirves de mucho. — Con lo que se da la vuelta y se devuelve hacia el suelo a beber de nuevo de su cantimplora olvidando que estaba vacía, al no tener nada en ella la arroja al suelo con lo que se devuelve a la casa de libra. — ¿como se supone que le ayudara si no va a querer cooperar? — Reclamo Dina al maestro Aldebaran.

— Ese ya no es mi problema, si el pone una condición van a tener que acatarla, yo no hago las reglas. — Dijo Aldebaran. David se levanta del suelo y limpiándose su sucio rostro le dice. — Si solo tuviera mi armadura. — Dijo, yendo hacia la casa de libra este grita desde afuera. — Hield. Esto no a acabado, necesito que repares mi armadura. — Dijo y repitió varias veces. Hield no salia de la casa de libra.

Al no salir el caballero dorado los demás jóvenes se quedaron sentados mirando como el persistente muchacho seguía gritando hacia el templo. — Vamos déjalo. No va a cooperar. — Dijo James. — James tiene razón... hace media hora que estamos esperando aquí. —

David quedaba parado con cabeza baja. Todos iban a partir en la noche hacia Grecia. Si no lograban reparar su armadura a tiempo las esperanzas de rescatar a la diosa Athenas iban a bajar un poco. Cada quien haría utilidad en lo que podría ser la peor de las masacres. Los hombres contra los dioses. Ya la noche estaba acercándose. los jóvenes estaban listos para la guerra santa. David aun sin armadura seguia afuera de la casa de libra.

— Supongo que sera todo... — Dijo el. Dando media vuelta y marchándose. — ¿Sabes que significa ser un caballero? — Dijo una voz que venia de la casa de libra. — ¿Que...? ¿Hield? — susurro David. — Debes de ser persistente. No dejar que el tiempo te gane, no debes rendirte jamas. Toma tus cadenas y peleemos de nuevo. Si logras herirme te construiré tu armadura. Si yo gano abandonaras la idea de seguir siendo caballero y abandonaras los restos de la armadura de andromeda. — Dijo Hield el cual salia de la casa de libra. — Pero... No puedo... No dejare de ser un caballero. Soy leal hacia Athenas e hecho mi juramento de proteger y servir a la diosa Athenas. No puedo hacer eso. —
— Elije ¿Pelearas por Athenas o te rendirás? —

Sin tener otra opción el da media vuelta, con lo que Hield le dice. — Eso pensé. — Con lo que empieza a correr hacia David sin llevar ninguna protección. de la armadura dorada. Este iba a golpear a David el cual logra esquivar con lo que le regreso un golpe. Hield lo recibe y sin retroceder este patea con su pie izquierdo el costado descubierto de andromeda. Abatido el caballero empieza a levantarse con lo que Hield le dice. — ¿Es todo lo que tienes? levanta. — Con lo que Andromeda se levanta del suelo. Elevando mas su cosmos este le dice. — Aun no e empezado. — Brillando como una estrella David se preparaba para el siguiente ataque. — No me haces ni sudar. — Con lo que el solo se pone en guardia. — ¡TORMENTA NEBULAR! — Grito Andromeda. La tormenta atrapo a Hield el cual seguía en guardia recibiendo el ataque. — Bajando los brazos le dice a David. — ¿Es todo? — Con lo que nota que el muchacho no estaba. — Oh... que inteligente. — Dijo Hield el cual recibe un golpe a mano extendida sobre su brazo.

La sangre en un pequeño hilo empezaba a caer. Hield se queda tocando su cara con su mano limpia. — Creo que has ganado. — Dijo el caballero Dorado.