Luz de luna.

Capítulo 1, Un regalo de navidad.

Era una fría noche de invierno en canterlot, había una fuerte nevada, todos los alrededores estaban cubiertos de nieve, a causa de la misma tormenta todos los guardias nocturnos se mantenían en los pasillos y no vigilaban los jardines externos, entre la oscuridad de la noche una sombra se deslizaba un ser, sin que nadie se percatara de su presencia, atraviesa todo canterlot. Finalmente el ser decide salir de su escondite, un ser encapuchado sale de entre las sombras y sostenía una canasta la cual deja en el centro de la habitación.

El ser mira la canasta con tristeza, dentro de este se encontraba un bebe durmiendo pacíficamente.

-Lamento tener que dejarte hija mía, pero no dejare que ella te toque, ya he perdido a muchos, no te voy a perder a ti también, por eso te dejare aquí, con la esperanza de que crezcas en un lugar seguro donde ella nunca pueda encontrarte.- dice el poni encapuchado mientras con cuidado coloca otra manta sobre el bebé.

-Hija, sé que crecerás sin mí, y sé que tendrás muchas dudas sobre lo que eres, eres más que un poni, y cuando crezcas serás muy poderosa, no estoy segura de que destino te deparara, solo sé que estarás mucho mejor aquí, que en mi mundo- dice el ser encapuchado y pasa a darle un beso en la frente.

Se escuchan unos pasos venir hacia la habitacion donde se encontraban, la encapuchada da un último vistazo a la canasta.

- Adiós, siempre tendrás un lugar en mi corazón- dice la encapuchada con tristeza y desaparecen entre las sombras. De unos de los pasillos llega un guardia nocturno que solo estaba haciendo su patrullaje como siempre, sin esperar encontrar nada fuera de lo común. No tarda mucho en notar la canasta en medio de la habitación. El guardia se acerca a la canasta con curiosidad, y lo que ve lo deja perplejo.

Guardia- ¡Hay no, ¿qué hago?!- se dice a sí mismo, no sabía qué hacer ante una situación como esta. Luego de quedar petrificado, viendo al bebé dormir decide ir con la princesa luna y avisarle lo que encontró. No tarda mucho en encontrar a la princesa luna fuera de un balcón.

Guardia.- ¡princesa en, en, encontré un, un!- dice exaltado, no podía articular palabras.

Luna- calmado, y dígame que es lo que pasa- le dice seria.

-Encontré, un, em, un- dice el guardia.

-Un que, vamos dígame, no puede ser tan grabe- le dice luna para calmarlo.

Guardia .-Un bebé- dice con un tono poco audible.

Luna-¿¡Que dijiste que encontraste!?- y sus ojos se ponen tan redondos como platos.

-Encontré a un bebé, en una canasta- dice el Guardia.

-¿Y dónde está?- dice Luna.

Guardia.-Em, está en.

Luna. -No me digas que la dejaste sola- le dice un poco molesta.

El guardia se encoje en hombros, y luego ambos se dirigen a donde encontró al bebé, no les toma mucho llegar, luna se acerca a la canasta y ve al bebé durmiendo pacíficamente.

Guardia. -¿Cómo es que puede dormir así de tranquila con este frio, solo tiene una manta cobijándola?- dice el algo extrañado.

-Una mejor pregunta es ¿por qué la dejaron aquí solita?, y ¿por qué tu casi ases lo mismo?- dice luna.

El bebé se despierta y empieza a llorar, Luna la toma y la coloca entre sus brazos,- despierta a mi hermana- le ordena luna al guardia y este asiente y rápidamente va a despertar a Celestia.

En ese instante luna se encontraba sola en el centro de la habitación, intentando calmar al bebé que seguía llorando, cuando en eso se da cuenta de que entre las sabanas en las que la pequeña estaba envuelta algo se movía, luna le quita la manta a la niña, lo que ve la deja aún más perpleja.

-¡no puede ser, ti, tienes cuerno y también! ¡A, alas!- dice luna perpleja, la pequeña resulto ser una alicornio amarillo claro, de crin de un tono más oscuro de amarillo, y ojos dorados.

Celestia recibió la noticia de la misma forma que luna, y la sorpresa fue mayor al saber que se trataba de un bebé de alicornio.

Luna y Celestia se encontraban en el cuarto de Luna con la potrilla, discutiendo sobre quiénes serán sus padres y qué hacer con ella.

Luna.- hermana, ¿de quién crees que sea?- .

Celestia.- no, no lo sé hermana, hacia tanto tiempo que no veíamos a otros de nuestro linaje, creí que éramos las últimas- le dice a su hermana muy confundida.

Luna.-Yo también hermana, y no creo que sea de twilight o cadence-

Celestia.- Eso en definitiva es una locura, no tiene sentido que sea de alguna de ellas, además, ni siquiera se parece a ellas.-

La potrilla yacía despierta, junto a ellas jugando con una almohada en forma de media luna. Luna no evitó dar un suspiro de ternura ante la escena.

-Tenemos que encontrar a sus padres y devolvérsela-. dice Celestia.

Luna. -No creo que la quieran de vuelta- saca un pedazo de papel y se lo entrega a su hermana.

Celestia toma el papel y lo lee- por favor cuiden de mi hija, y denle el amor y cuidado que nunca podre darle-

Luna. -Estaba en la canasta, junto con esto- le dice y le entrega un collar de oro con un grabado extraño, parecían runas, aunque Celestia no pudo identificar los símbolos. Celestia le da la vuelta y encuentra una inscripción en manuscrita que sí pudo entender, decía vive libre.

-Podemos conservarla- dice luna un poco animada.

Celestia.-¿Qué? No, luna, no podemos, somos princesas, no niñeras-.

Luna.- esta pequeña nos necesita- dice mientras toma y abrasa a la potrilla, la potrilla ríe.

Celestia. -Hermana, no te encariñes, buscaremos a sus padres y la regresaremos, nosotras no podemos cuidar niños, ese no es nuestro trabajo, somos princesas, ¡no niñeras!-.

Luna.-Pero, y si ¿no los encontramos?, ¿a dónde ira? ¡La enviaras a un orfanato!-.

Celestia se queda callada por un momento, no sabía si responderle a su hermana, la respuesta para ella era más que obvia, pero sentía que si lo decía Luna se pondría como loca.

Luna.-Yo la cuidare si tanto te molesta-

Celestia.- pero, em, hermana-

Luna le da una mirada a celestia con la cual esta última se incomodó y no supo que decir.

Celestia.- está bien, si, si es lo que tú quieres- luna sonríe al escuchar esas palabras.

Luna abrasa a la niña-Jeje, parece que recibí un par de días antes mi regalo de navidad- y acaricia la crin de la niña.

Luna- eres muy hermosa, eres muy adorable, eres un angelito, eres mí, Ángela- le dice a la niña mientras la levanta en lo alto, y la pequeña ríe.

-¿Ángela?-. dice Celestia y frunce el ceño.

- sí, ya revise toda la canasta y no encontré nada que dijera su nombre, así que, por qué no, además es un angelito que me callo del cielo- dice Luna muy alegre mientras abrazaba a la pequeña.

-Bueno, em, hermana, me, mejor las dejo solas, pero, recuerda, si encontramos a sus padres, la tendrás que devolver, no es tuya-. dice Celestia seriamente.

Luna.- lo dices como si se hubiera perdido, sean quienes sean sus padres, ellos la dejaron aquí, así que, no creo que la quieran de vuelta-.

-Pero qué tal si se trataba de una madre asustada, quizás se arrepienta-. dice celestia insistente.

-No dijiste que te ibas a ir a tu cuarto a dormir-. dice Luna un poco molesta.

Celestia se sorprendió por la forma en que luna le contesto.

-Bien, buenas noches-. dice celestia y sale por la puerta, la cierra lentamente y antes de cerrarla por completo deja una abertura y da un último vistazo a Luna y Ángela, algo le inquietaba de la niña, pero no sabía que era. Luna se recuesta junto a la niña y la cobija con cuidado. Celestia cierra la puerta y se va a su cuarto.

Celestia al llegar a su cuarto se recuesta sobre su cama- quienes serán sus padres- dice con inquietud, y da un bostezo antes de volver a dormir.

Mientras tanto en el cuarto de Luna.

Luna mira dormir a la potrilla, la ternura que ella sentía era incomparable al verla dormir y respirar tranquilamente, recargada sobre su pecho.

-Duerme mi potrilla, mañana todos te conocerán-. dice luna y le da un beso en la frente para luego acurrucarse junto a ella y rodearla con sus cascos.