Ángel y demonio
Chapter 3: De príncipe a siervo
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- Tartarus: Repite lo que ibas a decir – Dijo a Fluttershy con una amplia y macabra sonrisa.
Sin embargo Fluttershy no emitió palabra o tartamudeo alguno, quedándose simplemente quieta con la cabeza agachada y la crin tapándole los ojos.
- Tartarus: ¿Y ahora que te pasa? ¿Has sufrido una muerte cerebral o…
En ese momento la joven pegaso levanto la cabeza y miro directamente Tartarus a los ojos. Sin embargo esta una era un simple mirada, era La Mirada.
- Fluttershy: ¡Como te atreves!
- Tartarus: Y-yo…
Aquel siniestro demonio estaba tartamudeando por primera vez en su existencia y, aunque nunca lo reconocería, estaba incluso sintiendo algo de miedo. Él quería mandar callar a aquella pegaso y prácticamente obligarla a liberarle, pero no podía, aquella Mirada se lo impedía.
Aquellos ojos turquesa se habían clavado en los suyos, parecía estuvieran observando directamente lo más profundo y privado de su corrompida alma a la vez que la juzgaba por todas y cada una de las maldades que había cometido. Sin duda en ese momento aquellos ojos eran sobrenaturales, Tartarus se sentía como si fuera La Creadora quien estaba ante él.
- Fluttershy: Eres muy poderoso, pero solo usas tu poder para lastimar a los demás. Puede que te hagas llamar demonio, pero para mi solo eres otro bravucón más que se aprovecha de los más débiles. – Dijo la pegaso manteniendo la mirada y con valentía, de una forma que nadie pudiera haberse imaginado que fuera capaz
- Tartarus: P-pero…
- Fluttershy: ¡Libera a mis amigos ahora!
Tartarus obedeció en el acto, haciendo brillar su cuerno y volviendo a convertir la sombra de Twilight en un simple sombra a la vez que devolvía a Spike a normalidad, aunque no se despertó.
Una vez aquel alicornio cumplió la orden de su ama un intenso resplandor blanco del que salian pequeños ratos de color negro comenzó a rodear su cuello.
- Tartarus: Ahora si que estoy acabado.
Cuando aquel resplandor ceso, desvelaron un extraño collar. Aquel collar recordaba a un collar de perro, estando decorado con numerosos y afilados pinchos y teniendo un enganche donde poder ponerle una correa o cadena. Finalmente, y de donde en un collar para perros estaría la chapa con el nombre, había un medallón en forma de estrella de cinco puntas invertida y con un rubí en el centro. El ritual de la servidumbre se había completado al cumplir Tartarus con la primera orden de su ama.
- Twilight: ¡Eso ha sido impresionante! – Exclamo con admiración antes de darle un abrazo a su amiga pegaso por haberla salvado.
Pero ella, gracias a sus amplios estudios acerca de TODO, no tardo en reparar en el extraño nuevo collar de Tartarus y en que no era un collar cualquiera.
- Twilight: ¿Eso es un collar alpha de sumisión demoníaca anulador de magia?
- Tartarus: Vete al cuerno. – Dijo a modo de respuesta, ganándose una mirada desaprobatoria de Fluttershy.
- Twilight: ¡Esto es genial! – Grito emocionada como una potrilla en la mañana del día de la fundación de Equestria. Bueno en realidad es malo porque eres un demonio y estas en Equestria, pero es genial porque ahora técnicamente no tienes ningún poder y tienes que hacer todo lo que te ordene Fluttershy. Por eso eres perfecto para que pueda realizar una investigación propia sobre los demonios. No te muevas, enseguida vuelvo – Volvió a decir emocionada y desapareciendo mediante un hechizo de teletransporte.
De esta forma dejo solos a Fluttershy, Tartarus y Spike, quien al estar profundamente dormido es como si no estuviera.
- Tarturus: Quiero que sepas que aunque este obligado a pasar el resto de tu vida junto a ti y servirte… ¡Te odio con todas mis fuerzas y te deseo la más lenta horrible y dolorosa de las muertes que un perturbado podría imaginarse! – Dijo amenazadoramente, haciendo que Fluttershy se le erizara el pelaje durante unos segundos.
Pero mientras Tartarus maldecía a quien lo había esclavizado accidentalmente, Spike libero un pequeño eructo entre sueños acompañado de un pergamino, el cual no fue visto por los presentes y al caer al suelo rodó hasta meterse bajo la cama de la unicornio violeta.
- Twilight: ¡Lo he encontrado! – Dijo feliz mientras entraba sonriente a la habitación y hacia brillar su cuerno.
La unicornio apunto con su cuerno a una esquina de la habitación y disparo un pequeño rayo tras el cual se materializo un gigantesco libro del tamaño de una cama de matrimonio. Aquel libro se titulaba "Ejemplar de bolsillo sobre demonologia practica volumen I: 2,5 millones de preguntas que hacerle a un demonio obligado a servir a un pony".
Y una vez aquel libro hubo aparecido, Twilight dirigió una amplia sonrisa acompañada de una mirada hambrienta de conocimiento a Tartarus.
- Tartarus: Parece que hoy en día hacen libros de cualquier cosa. Pero, ¿qué te hace pensar que voy a responder siquiera a una de tus preguntas? Y en el remoto caso de que lo hiciera ¿De verdad crees que te diría la verdad?
- Twilight: Muy fácil. Por lo que se sobre demonios sirvientes, tu estas obligado a hacer cualquier cosa que te ordene Fluttershy, a excepción de destruirte a ti mismo, y tampoco puedes mentirle. Si ella te ordena que le respondas a estas preguntas no tendrás más remedio que hacerlo con sinceridad, y si te ordena que me las respondas a mi con sinceridad también deberás hacerlo. – Concluyo con una victoriosa sonrisa.
- Tartarus: Tu no tienes vida social, ¿verdad?. – Dijo en tono despectivo.
- Twilight: M-mejor empezamos con el interrogatorio. – Dijo entre dientes y con ganas de golpearlo. Fluttershy, ordénale que…
Pero cuando Twilight se dio la vuelta para hacerle su petición a su amiga, vio que esta se había quedado tiernamente dormida en el suelo, seguramente por la mezcla de cansancio de la huida y el abrumadora promesa de aburrimiento del interrogatorio de Twilight.
- Twilight: Fluttershy, ahora no es hora de… - Intento decir cuando Tartarus le tapo la boca con uno de sus cascos.
Aquel demonio no solo le había tapado la boca, sino que prácticamente estaba sobre ella, sujetándola y con su boca muy cerca de una de sus orejas, quedando ambos en una postura muy comprometida y haciendo que Twilight se sonrojara a la vez que se ponía nerviosa.
- Tartarus: Si la despiertas te arranco el cuerno y digo que te lo has roto cayéndote por las escaleras. No voy a matarte porque ella (señalando a Fluttershy) se enfadaría y no se lo que me haría, pero no pienso responder ni a una sola de tus estupidas preguntas ni dejar que le digas que me orden hacerlo. –Dijo en un susurro haciendo brillar su cuerno y apuntando al libro, el cual desapareció.
- Twilight: M-mi libro.
- Tartarus: Te lo devolveré si no te pasas de pesada. Y ahora puedes escoger, o te vas tranquilamente a dormir y me dejas en paz o vamos abajo y te monto para aliviar varios milenios de cautiverio con la frustración sexual que acarrean.
- Twilight: C-creo que me iré a dormir, d-de repente tengo mucho s-sueño. – Dijo nerviosa y totalmente colorada.
- Tartarus: Tu te lo pierdes. – Dijo con una sonrisa burlona antes de soltar a Twilight.
Una vez estuvo libre, Twilight no perdió ni un segundo y prácticamente se lanzo sobre su cama, apago la luz y comenzó a roncar escandalosamente intentando aparentar estar dormida.
- Twilight: N-no te enfades p-pero ¿T-tu también vas a dormir o n-no lo necesitas? – Pregunta un poco asustada por si perdía el cuerno.
Sin embargo el autentico susto se lo llevo al ver que los ojos de Tartarus brillaban en la oscuridad, como si de un depredador se tratase.
- Tartarus: ¿Qué te había dicho sobre las preguntas? – Dijo en tono de amenaza, haciendo que Twilight volviera a fingir estar dormida. Ummm… la verdad es que sueño no tengo, pero si que tengo otras necesidades que satisfacer – Dijo para si con una pequeña sonrisa.
Pero en ese momento un fuerte escalofrío recorrió todo el cuerpo del alicornio.
- Tartarus: Ojala ese escalofrío no haya sido lo que creo que ha sido…
Pocos minutos antes, fuera de la biblioteca…
Alguien observaba a aquel grupo desde el tejado de una casa cercana. Parecía ser otro alicornio de pelaje rojizo y crin llameante, sus alas no eran más que huesos envueltos en llamas y en su cabeza había dos cuernos que podrían ser más bien de toro. Fire Death era su nombre.
- Fire Death: No os preocupéis Príncipe Tartarus, sentí vuestra aura demoníaca antes de que fuera ocultada por el collar de la servidumbre y he venido a liberaros. – Dijo más bien para si.
- Ragnarok: ¿Y como piensas liberarlo? Eres un inútil en combate cuerpo a cuerpo y estas usando un escudo de aura que aunque evita que otros seres mágicos te perciban también te impide usar tu fuego mágico. – Dijo apareciendo entre las sobras otro demonio.
Ragnarok, al igual que la mayoría de los demonios, tenia forma bastante extraña. Aunque básicamente tenia cuerpo de pony, también estaba recubierto de escamas negras y rojas, su crin parecía estar hecha de fuego negro, su cuerno era largo y retorcido y aunque podía volar no tenia alas.
- Fire Death: ¡¿Qué haces tu aquí?! ¡¿Y como sabias que yo también estaba?!
- Ragnarok: En primer lugar, yo también estaba cerca cuando sentí el aura de Tartarus, y en segundo lugar, puede que tu aura sea invisible pero tus llameantes alas en medio de la noche no lo son tanto.
En ese momento Fire Death se dio cuenta de que realmente estaba brillando en el tejado de aquella casa como si de una gran hoguera se tratase y no tardo ni un segundo en comenzar apagar sus alas y su crin.
- Fire Death: Son una simple pegaso cobarde y una unicornio sabihonda. Puedo liberar al Príncipe Tartarus yo solo, así que vete. – Dijo orgullo y dándole la espalda Ragnarok como gesto de desprecio.
- Ragnarok: No lo dudo.
En ese momento, y sin que Fire Death se diera cuenta, Ragnarok formo una espada mágica de energía alrededor de su retorcido cuerno.
- Fire Death: ¿Aun sigues a… - No pudo terminar la frase al haber sido atravesada su garganta por la espada de quien se supone también servia a Tartarus.
- Ragnarok: He dicho que sentí el aura de Tartaus, no que quisiera liberarlo. – Dijo con una sonrisa psicópata y retirando la espada del cuello del otro demonio.
- Fire Death: T-ta… i… do {Traidor}
- Ragnarok Te equivocas, soy totalmente leal a mi mismo.
Tras esas ultimas palabras Ragnarok le corto limpiamente la cabeza de un solo movimiento. Una vez hubo muerto su cuerpo se convirtió en cenizas y solo quedo una brillante y pequeña esfera de color rojo flotando a la altura de los ojos, era el alma de Fire Death
- Ragnarok: Es un poco tarde para cenar… pero que diablos, JAJAJA- Dijo con una voz macabra antes de devorar aquel alma. Podría destruirte ahora mismo Tartarus pero primero tengo que asegurarme de que todos los Señores Demoniacos estén de mi lado. JAJAJAJA.
Poco después en Canterlot, en la habitación de la Princesa Celestia….
- Luna: Hermana, ya he enviado cartas codificadas a todos los capitanes del ejercito y a los Príncipes Shining Armor y Cadence para que acudan a palacio lo antes posible. También, he ordenando a la guardia real y fronteriza que dupliquen la vigilancia, pero no se si tenemos bastante personal.
- Celestia: Gracias hermanita, lo has hecho muy bien – Dijo con una sonrisa aunque sin abandonar sus pensamientos. Hace más de una hora que envie una carta a Twilight para que venga a Canterlot lo antes posible con sus amigas y aun no he recibido respuesta.
- Luna: ¿Estas preocupada por ella?
- Celestia: Un poco, pero se que es muy tarde y tanto ella como Spike tienen un sueño muy pesado. Seguramente no reciba ninguna respuesta hasta mañana… suponiendo que no perdieran la carta si la recibieron medio dormidos.
Rápidamente Luna se acerco a su hermana y la abrazo, esta vez era su turno de consolarla.
- Celestia: Solo espero que Tartarus no las encontré.
Fin del capitulo segundo.
¿Quién es exactamente Ragnarok? ¿Qué es lo que quiere?¿Encontrara Twilght la carta de Celestia a tiempo? ¿Quiénes son los Señores Demoniacos?
Todo esto y más en el próximo capitulo de Ángel y demonio.