Capitulo 4

3 semanas habían pasado desde el encuentro entre la equina y el can. Las heridas de este habían sanado y el ya se estaba desprendiendo del último vendaje, puesto de la misma forma de los primeros, con la diferencia de que esta vez no eran sacados por fluttershy para poner unos limpios. Estos eran sacados por el apache para no ponerse otros de nuevo en su lugar

-¡ya te curaste!- decía fluttershy emocionada viendo como el can se sacaba la venda que lo rodeaba

El can solo tiraba la venda con el hocico hasta romperla para ver feliz como en lugar de sus heridas solo se veía un hermoso pelaje blanco –muchas gracias fluttershy, esto es gracias a ti-

-me alegra que estés bien- decía fluttershy, para luego bajar las orejas y decir con melancolía –supongo que ahora te irás ¿cierto?-

El lobo solo le contesto –has hecho tanto por mí que no puedo irme sin darte algo a cambio, ¿Qué puedo a ser por ti?-

-oh, no hace falta que hagas nada por mi- decía fluttershy mientras movía sus cascos delanteros frente a su cara en señal de negativa

-tengo una idea- dijo con una sonrisa macabra

-¿idea?-

-SIP, ¿querías presentarme a tus amigas cierto?- sigue con la sonrisa

-si…..- contesto fluttershy con interés y emoción de lo que ella sospechaba que savia iba a decir el lobo

-pues si me echan del pueblo ya no abra problema, porque estoy curado por completo-

-¿qué quieres decir?- preguntaba fluttershy conteniendo su emoción

-¿porque no traes a tus amigas, de las que tanto hablas, para que me conozcan?-

-¿¡enserio estás seguro?!- pregunto la pegaso con toda emoción volando a la altura de la cara del lobo, el cual aun se hallaba en la cama de esta

-seguro, invítalas para hoy mismo si quieres, invítalas para tomar el té y ahí nos conoceremos- dijo con toda naturalidad el apache

-es una brillante idea, ¡lo haré ahora mismo!- al terminar la frase la pegaso solo salió de su humilde cabaña a toda velocidad

-pues bien, si no le molesta a fluttershy- decía para sí mismo el joven guerrero mientras se estiraba para atrás, asiendo sonar sus vertebras –daré un paseo para estirar las patas-

Y tal como solía a serlo desde que se podía poner de pie, desde que sus heridas se lo permitían, el lobo salió de la casa de su salvadora y se dirigió al bosque everfree para su caminata diaria

Mientras tanto fluttershy volaba lo más rápido que podía hacia ponyville para darles a sus amigas la invitación para poder presentarles a quien estaba tan emocionada por presentarles hace, lo que para ella fue una eternidad

-¿Cuál es la prisa fluttershy?- le dijo dash, quien al ver a su amiga volando a una velocidad que para ella era sumamente raro llegar, no pudo evitar acercarse a ella con curiosidad –¿hay algún problema?-

-¡rainbow!- exclamo fluttershy arrojándose sobre la pegaso celeste

-¿¡que pasa!?- exclamó rainbow con fluttershy encima mientras se sonrojaba

-¡tienes que venir a mi casa!-

-¿Qué?- exclamaba la pegaso mientras se sonrojaba todavía más, al grado de que toda su cara, hasta parte del cuello tomaba un color rojo intenso, mientras veía a su amiga sobre ella con su cara justo frente a la suya

-dile a las otras chicas que vallan a tomar el té- dice fluttershy para tranquilidad de rainbow dash quien va recuperando su color normal

-está bien, está bien, ¡pero bájate de encima!-

En el bosque everfree

Las cutie mark crusades se hallaban caminando en dirección de la casa de zecora.

-¿crees que zecora nos ayude para obtener cutie mark de conocimientos antiguos Apple bloom?- pregunto scootaloo

-por supuesto- dijo Apple bloom –nadie sabe tantas, cosas que no aparecen en los libros, como zecora-

-pero antes de pedirle algo tendremos que encontrar su cabaña- dijo sweetie belle a las demás crusades

-¿a qué te refieres sweetie belle?- pregunto Apple bloom –vamos por buen camino-

-¡sí!- exclamo scootaloo dirigiéndose a sweetie belle –yo conozco este sector del bosque como la palma de mi casco- dijo con orgullo mientras tomaba el costado de un arbusto –te apuesto a que la cabaña de zecora se encuentra detrás de este arbusto-

Terminando por mover el arbusto que sostenía -¿Qué me decían?- dijo sweetie belle entrecerrando los ojos viendo lo que había detrás del arbusto recién movido por su amiga

Las demás crusades se voltearon para ver lo veía sweetie belle. Para solo encontrarse con una pequeña pradera de pasto verde rodeado por arboles y una roca que se hallaba dentro de la hermosa mini-pradera

-supongo que no podríamos ser trazadoras de mapas crusades- dijo sweetie belle con la misma cara de "te lo dije" mientras veía a sus compañeras quienes solo le sonreían avergonzadas

-bueno… ¿quieren explorar lo que hay aquí adentro?- pregunto Apple bloom con emoción

-¿Qué podríamos encontrar ahí?- pregunto scootaloo a Apple bloom

-¿Quién sabe?, ¡quizás nuestras cutie mark!- contesto con emoción mientras se adentraba por entre los arboles

-si, si, como sea- dijo sweetie belle sin quitar su expresión de descontento mientras seguía a sus amigas

-conozco a esa pony- decía una voz macabra y rasposa desde dentro de los arbustos

-es hermana de la que nos humillo- dijo una segunda voz más aguda, que se notaba venia de alguien más pequeño que el dueño de la primera –si la capturamos tal vez también sepa cómo encontrar diamantes-

-y al ser más pequeña será más fácil de controlar- dijo una tercera voz, la cual venia de un ser poco más grande que el dueño de la primera-

-¿Qué quieres decir?- preguntaba indignada la segunda voz

-¡olvídalo!- dijo la primera voz dirigiéndose a la segunda –capturemos también a sus amigas, así alguien tirara las carretas-

-no se ve nada interesante por aquí chicas- dijo sweetie belle

-¿y no crees que seamos interesantes?- dijo un perro diamante al salir del piso como si de un topo se tratase

-¿Quién eres?- pregunto scootaloo al ver al can acercarse a ellas con los brazos alzados en clara señal de querer capturarlas

-somos perros diamante- contesto el can sin dejar de caminar en dirección a las petras

-¿somos?-pregunto Apple bloom, pero al instante salieron dos perros diamantes más de debajo de la tierra, uno a la izquierda y otro a la derecha del primero

-¡ustedes fueron los que secuestraron a mi hermana!- exclamo sweetie belle a los perros mientras retrocedía asustada como sus amigas lo hacían

-así es- dijo el más pequeño de los perros diamante –y ahora ustedes vendrán con nosotros y trabajaran en las minas para siempre-

-nunca- dijo scootaloo poniéndose delante de sus amigas quienes templaban de miedo al no poder retroceder más al encontrarse con el bosque a sus espaldas –váyanse o si no…-

-¡sino ¿Qué pony?!- exclamo el perro más grande a la pequeña pony, quien al escuchar al semejante can solo se recogió asustada al borde de las lagrimas

-si… sino…- la pony solo se tiro al piso y se cubrió la cara con una pata mientras sacudía la otra en dirección de los perros diamante con la esperanza de que eso los hiciera retroceder

-¡ahí no puede ser!- dijo totalmente asustado el primer perro que salió ante las pequeñas pony

-¡que se aleje de mi!- dijo el más pequeño perro ocultándose tras el primero de ellos, tal como hiso el más grande

Scootaloo solo los miro y se miro el casco – ¿en verdad me tienen miedo?- dijo mientras volvía a ver a los perros diamantes y levantaba una ceja –chicas me tienen miedo- decía sonriendo sin voltear a sus amigas

-creo que le tienen más miedo a eso- decía Apple bloom mientras temblaba y abrasaba a sweetie belle, quien también estaba temblando

Las dos pony que se abrasaban miraban en dirección del bosque sin soltarse cuando Scootaloo se giraba y veía hacia donde ellas miraban –de que están hablan…- dijo Scootaloo quien dejo de hablar al ver que avía entre los arboles

Una enorme dentadura, que brillaba entre las sombras del bosque everfree, era seguida de cerca por unos enormes ojos grises. Cuando ya había salido hacia la luz se encontraron con un enorme can blanco que se detuvo frente a las ponis mientras miraba a los perros diamante. Al detenerse solo estiro las patas de adelante junto con el cuello, hasta llegar a una altura que era tres veces la de los perros diamante, sin quitar la furia de sus ojos y la amenaza que era el mostrar sus colmillos